The Lovely Bones

"There was something I was meant to do; somewhere I was meant to be"

Existe una familia de mamíferos del orden carnívoro que poseen un cuerpo esbelto, oído agudo y excelente vista.
Son los mamíferos cazadores más sigilosos, la mayoría consume exclusivamente carne e ignora cualquier otra comida que no sea una presa viva.
La capturan con sus afiladas garras y suelen matarla de un único y tenaz mordisco.
Esa es la descripción de los félidos, pero también es la exposición de un asesino.
¿Qué está pasando en nuestro mundo que nos han acostumbrado a escuchar números, a pensar que una muerta menos o una muerta más, sólo es parte de una estadística?
Esos muchos números, tienen un nombre, tienen una familia, una vida…
The Lovely Bones trata sobre la muerte y en especial sobre los femicidios, y como socialmente se han ido interiorizando de tal manera, que una mujer que es asesinada o “desaparecida”, ya solo se convierte en una cifra más, de una creciente estadística de muertes violentas.
La trama de The Lovely Bones, se desarrolla justo en la década de los 70s, lo cual me lleva a recordar que también fue en 1970 que en medio del auge del movimiento feminista en los Estados Unidos y Europa, la economista Ester Boserup publicó un análisis crítico sobre la mujer en el desarrollo llamado “Women’s Role in Economic Development”, un clásico de los estudios de género.
Este estudio estimuló una importante discusión que llevaría a cambios en las políticas internacionales de desarrollo, incluso de investigaciones médicas, bajo el liderazgo de las Naciones Unidas y otros organismos similares.
En ese estudio, Boserup demostró que las políticas de desarrollo se basaban en un orden patriarcal y en nociones occidentales de domesticidad femenina, contribuyendo al aumento de las desigualdades sociales entre hombres y mujeres, en la medida en que no reconocían ni alentaban la importante participación femenina en las actividades productivas.
Según la autora, tradicionalmente las mujeres eran enajenadas de los programas de desarrollo y por lo general estos programas repercutían de manera negativa en las comunidades beneficiarias, muchas veces desintegrando la organización doméstico-familiar y las fuentes de subsistencia existentes.
Bajo la influencia de las criticas feministas a las políticas de desarrollo y la presión de los movimientos de mujeres en los países industrializados, los países miembros de la ONU designaron el año de 1975 como el “Año Internacional de la Mujer” que tuvo como corolario la realización de la I Conferencia Internacional de la Mujer, realizada en la Ciudad de México.
En esta Conferencia fue definido el período de 1975-1985 como la Década Internacional de la Mujer, y se formuló un Plan de Acción cuya meta principal fue integrar las mujeres al proceso de desarrollo.
Quizás sólo por casualidad, The Lovely Bones parte de la premisa de un mundo In-Between después de la muerte y que visualmente construye escenarios surrealistas y al mismo tiempo psicológicamente coherentes, el eje que lleva la historia, vuelve a ser el asesinato de jóvenes mujeres, claro a nivel micro, tratados de una forma no morbosa, ni de finales de detectives y casos resueltos.
Algo más simple, más complejo y posible, algo que pudiese ser más ficción, pero que más ficción que la realidad misma, su premisa como lo mencionaba, tiene que ver con la idea de que cuando morimos, no nos vamos del todo, quizá habrá algo que se quede aquí, con las personas que queremos.
No lo sé, pero en un mundo como el que estamos viviendo, tan rápido, violento, desigual, tal vez un poco de fantasía, de pensar que las cosas pueden ser de otra forma, nos llevaría a retomar la gravedad del femicidio, de tener conciencia, a replantearnos culturalmente qué está pasando; que ya no debe ser posible, que simplemente un día cualquiera al salir de casa, las mujeres y en especial las más jóvenes, puedan convertirse en una cifra más de una fría estadística…
The Lovely Bones es acerca de un serial killer, pero enfocada sutilmente desde la sensibilidad y desde la reflexión sobre las secuelas de los crímenes perpetrados.
Todo ello insinuando, casi sin explicitar nada.
También adquiere relieve el aspecto figurativo que surge de la fantasía desarrollada sobre lo que hay más allá de la muerte para aquellas victimas a las que se les arrebató la vida.
Emocional y sensible de a ratos, sádica y perversa en otros.
Con ese contraste surge una creativa propuesta que revitaliza lo suficiente todo el universo tan gastado sobre los asesinos seriales.
The Lovely Bones (2009) es una película basada en una obra del mismo nombre escrita por Alice Sebold, cabe señalar que la autora fue violada a los 14 años de edad y basada en esa dolorosa experiencia, se inspiro en escribir esta novela.
La película está dirigida por Peter Jackson con un guión de Philippa Boyens, Peter Jackson y Fran Walsh y producida por el mismo Jackson y Steven Spielberg.
Cuenta en el reparto con una muy buena Saoirse Ronan como Susie Salmon, Rachel Weisz y un ENORME Mark Wahlberg como sus padres, una encantadora Susan Sarandon como su abuela y un GIGANTESCO Stanley Tucci como George Harvey, su asesino.
La fotografía de Andrew Lesnie me pareció distinta a la de otras cintas que ha hecho la dirección fotográfica, pues esta vez tiene un estilo de serie de televisión.
La música de Brian Eno es buena, y junto con la selección de música setentera se da un buen contexto a la historia.
The Lovely Bones arranca con la voz en off de Susie, para contarnos su corta vida y transmitirnos sensaciones de pena por el mundo del que fue arrancada por un psicópata asesino de menores.
Esos momentos y la imposibilidad para comunicarse con el mundo de los vivos al poco tiempo de morir son los más conseguidos, los que impactan en el ánimo del espectador al ver cómo se esfuerza inútilmente por no perder contacto con los suyos: un esmerado tratamiento visual y sonoro hacen que sintamos su presencia y su ausencia, su diluirse en el tiempo y espacio terrenales mientras se prepara para alcanzar el cielo.
Porque antes de entrar en ese paraíso de color, tiene que superar la prueba del odio que brota en su corazón, permitir que cada cual continúe su vida en la tierra, aprender a mirar adelante y a liberarse de la muerte con el amor.
Susie Salmon fue asesinada cuando tenía tan sólo 14 años en diciembre de 1973 cuando volvía del colegio a su casa.
Tras su muerte, continúa pendiente de su familia terrenal, mientras su asesino sigue sin ser descubierto.
Atrapada en un más allá luminoso, Susie descubre que tiene que decidirse entre su deseo de venganza y su anhelo por ver reponerse a los suyos y seguir su camino.
Lo que comienza como un asesinato impresionante se transforma en un viaje misterioso y visualmente inventivo a través de los vínculos de la memoria, el amor, la esperanza y la intensa belleza de la vida en sí misma, con destino a un emocionante y sorprendente momento de la verdad.
Lo novedoso de The Lovely Bones es la manera en que está desarrollada la historia, la cual está desplegada con ingenio y obviando cualquier tipo de convencionalismo.
Hay dos cosas que me entusiasman del planteamiento que hace Peter Jackson de la historia:
Una es la contundente sutileza que usa para narrar el crimen, mezclando elementos oníricos y otros explícitos pero siempre sin caer en la vulgaridad y el gore tan acostumbrado por otros cineastas, otro elemento que me encantó fue el modo en que mezcla el drama y el thriller, asistiendo por tanto a momentos de ensueño y fantasía cuando Susie vaga por el limbo y otros en los que sentimos terror por su asesino.
La acertada puesta en escena alivia al espectador de tanto dolor concentrado en una historia tan dramática, otro momento es cuando Susie Salmon se da cuenta de lo que le ha sucedido me pareció tremendo...
Asistimos a la tragedia sin necesidad de truculencias excesivas pero con una enorme brutalidad a la hora de sugerir más que de mostrar.
En ningún momento Jackson pretende cebarse en el crimen, lo que busca es un equilibrio donde emociones encontradas nos lleven a un desenlace con el que podamos dormir tranquilos, todos las consecuencias de un hecho tan atroz están presentes, ruptura familiar, perdida de fe y la esperanza, una investigación policial sin resultados concluyentes y la lucha infatigable de personajes como el que interpreta un ENORME Mark Wahlberg, padre de Susie, es quien mejor representa el espíritu de la película, es decir, el amor, ese sentimiento inquebrantable que sobrevive incluso a un acontecimiento tan desesperante.
Ahora, Peter Jackson no puede dejar de utilizar brillantes efectos especiales en sus filmes, pero sí consigue una obra menos grandilocuente y más intimista.
Aquí los arreglos visuales están al servicio de retratar en forma muy llamativa los fenómenos que suceden más allá de la muerte.
Escenarios surrealistas y composiciones abstractas son la escenografía de ese mundo paralelo desde donde nuestra protagonista nos cuenta sus trágicas y penosas vivencias.
Como el aspecto visual está muy conseguido, por tanto para quien guste de los filmes bien arreglados desde la estética esta opción debería ser considerada como potable en ese aspecto.
El mundo fantasioso de ultratumba que se recrea es peculiar y demuestra la capacidad de los guionistas para exhibir una versión imaginativa, alejada de cualquier creencia religiosa.
Es una ingeniosa representación del universo ficticio, donde se mueven las almas en pena que buscan la paz.
Las interpretaciones son convincentes todas.
Algunos se destacan más como Saoirse Ronan dando vida a la adolescente que queda atrapada en un lugar In-Between entre la realidad diaria y el paraíso.
Su voz en off nos va narrando sus pesares y sus sentimientos, los cuales terminan siendo una clara exposición sobre el dolor que le invade al tomar conciencia del cercenamiento de la posibilidad de ser feliz, de enamorarse, y de progresar en su vida.
ENORME Stanley Tucci, brillante como el asesino insensible y enfermizo que persigue a niñas y adolescentes para dar rienda suelta a su patológica necesidad de matarlas.
A momentos no soportas verlo, de hecho es repugnante y te llena de ira y rabia porque el espectador fue testigo de su crimen y Tucci logra ese efecto de una manera muy inusual, tremendamente dramática, inquietante.
De hecho es cuando un absolutamente brillante Tucci hace acto de presencia, la película comienza a tomar fuerza.
La creación de su “trampa”, la visita del policía o la irrupción de la hermana de Susie en su hogar, son sin duda los mejores momentos de The Lovely Bones y es en esas escenas cuando vemos al verdadero Peter Jackson entrar en acción de dirección de actor/escena.
Jackson apuesta por el thriller con un perpetuo cuidado en cada fotograma y secuencia en la que aparece Tucci, y con un hipnótico pero insistente y simplista juego de planos cerradísimos que buscan alarmar sobre lo incomprensible de que unas manos tan delicadas sean capaces de cometer tamaña barbarie.
El actor, que estaba nominado al único Òscar de The Lovely Bones como Mejor actor secundario por este papel, hace gala de una de sus mejores y más extravagantes interpretaciones que dan el toque más realista a la película.
Por otra parte vemos a un ENORME Mark Wahlberg que se desvive por su hija y saldar cuentas con el asesino y una Susan Sarandon que plasma el guiño americano, cómico y ñoño, son los que brindan la mejor actuación después de Tucci.
Rachel Weisz hace un correcto papel, pero es muy corto y no da más.
Hay que entender y digerir a The Lovely Bones como una fábula “real”.
Real pues trata de lo terrible de un asesinato perpetrado por un pederasta, y fábula por el hecho de la fantasía de Susie y su viaje al mundo In-Between.
Acá hago la comparación con el clásico Disney, en donde el padre tiene una mayor importancia con las niñas y es quien cumple un papel más importante que la madre.
Ya lo he hablado en ocasiones anteriores, en donde el animado del ratón saca a la madre de la narración y retrata a las otras mujeres adultas como feas, infantiles e irresponsables; es entonces el padre quien toma toda la carga de las situaciones desarrolladas.
Esto justifica el protagónico de un ENORME Wahlberg, una cantinflesca Susan Sarandon, y la posterior desaparición de Weisz.
El personaje del padre, para mí gran actuación de Wahlberg, está excelente y la escena del bate aunque exagerada no es mala lo que pasa es que intenta hacernos ver que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena, que es en parte como la moraleja de The Lovely Bones o al menos de la escena.
Entonces, tenemos una historia en la que fluye mezclando la terrenal y desgarradora mirada al sufrimiento y la desestabilización familiar, provocado por la desaparición y presunto asesinato de la niña.
La prosaica de una investigación policial seguida vehemente por un padre que siente vivo y perenne el vinculo que le unía con la hija y esto le empuja a obsesionarse con saber que pasó, y la onírico/fantástica deveniente del mantenimiento de dicho vinculo desde ese cielo que parece fruto de la imaginación infantil y desde el cual avanza la trama; todo ello mezclado con acierto y sensibilidad.
Pero hay que señalar, que si bien funciona esa faceta poética y surrealista a través de los ojos de Susie, y también su factura visual, no podemos decir lo mismo de la vertiente realista.
Ni la denuncia de pederastia tiene la necesaria fuerza ni muchas reacciones del drama familiar resultan convincentes: no queda suficientemente justificada la huida de la madre, ese abandono del hogar, cuesta creer que una madre de verdad haga eso en tal situación.
A veces las intuiciones del padre o de la hermana eran algo increíbles para alguien que no sabe del Karma o la reencarnación, o esa enigmática chica-poeta-emo que viene a ser su reflejo y eslabón continuista.
Está claro que esas “conexiones” de vivos y muertos se alimentan del misterio del amor y que se mueven en un estadio espiritual, como toda la cinta, abierta a la trascendencia, pero narrativamente no acaban de integrarse bien con la trama realista.
Dicho de otro modo, todo lo que acontece en el relato a partir de la muerte de Susie podría ser entendido perfectamente por el espectador de la siguiente manera:
La inicial obsesión (recuerdo) que se apodera de los integrantes de la familia de la desaparecida, especialmente de su padre, Jack (Mark Wahlberg) y de su hermana pequeña, Lindsey, es el origen de una crisis de conciencia que deberán cargar estos a sus espaldas, y que les llevará a (querer) creer que Susie mantiene contacto “espiritual” con ellos, con la finalidad de darles pistas para poder cazar a su asesino gracias a la intermediación terrenal de sus familiares y, de ese modo, dar paz eterna al alma de la desaparecida, en la película, nada menos que la entrada directa en el Cielo, al mismo tiempo que Jack y los suyos pueden ver restituida la unidad familiar perdida, es decir, proceder al olvido de ese ser querido.
La narración también permite otra lectura, más acentuadamente fantasiosa, que es la que abiertamente prefiere Jackson, según la cual Susie estaría viviendo realmente en un lugar de tránsito hacia el Cielo, llamado In-Between: un espacio absolutamente onírico, tan celestial como, en ocasiones, infernal y sería capaz de contactar espiritualmente con los miembros de su familia para obtener la ayuda semi-consciente de estos.
Esos primeros minutos de película son, probablemente, los más coherentes y equilibrados de todo el metraje: presentan y definen de forma sintética a los personajes y al ambiente que les rodea; introducen un tono de fábula en el relato (el pingüino en su bola de cristal, objeto real que, conceptualmente, estará simbólicamente relacionado con el mundo In-Between, el lugar de paso hacia el cielo en el que se verá atrapada Susie tras su muerte), introducen un objeto, la cámara de fotos, que suple a la memoria de los seres humanos y que desempeñará un papel dramático fundamental en The Lovely Bones; y, por último, vienen sazonados por ciertos elementos místicos que posteriormente serán torpemente desarrollados: Ruth Connors observa a Susie porque parece presentir que algo terrible va a ocurrirle a la chica; la abuela Lynn y sus doctrinas budistas predicen, en cambio, lo contrario: una larga vida para la joven, etc.
Pero también quedan escenas algo ilógicas como aquella cuando el asesino de Susie es descubierto por su hermana y ella huye, el otro inmediatamente recoge sus cosas llevándose consigo el cadáver de Susie en la caja fuerte.
Acá cabe preguntarse:
¿Como pudo subir el solo la caja fuerte a su camioneta estando esta en el sótano siendo esta muy pesada, y cuando llega al sumidero lo tienen que ayudar a bajarla y a girarla para poderla tirar?
¿Por qué no parqueo la camioneta más cerca del sumidero?
Y si el solo hubiese cargado la caja del sótano a la camioneta, hubiese sido atrapado por la policía ya que hubiese tardado al menos 20 minutos en subirla hasta su camioneta.
Me parece muy conmovedora la escena de las botellas con los barcos a cargo del padre Jack Salmon y muy acertada la sensibilidad, incluso extrasensorial, de Buckley el hermanito de Susie (Christian Thomas Ashdale).
Ahora…
¿Qué pasará cuando yo me muera?
Según The Lovely Bones hay posibilidad de ver a los vivos desde un lugar desconocido por todos.
Un lugar en el que tu vida parece seguir como antes de morir.
Un lugar en el que te sientes aún vivo, pero desde ese sitio no puedes ni siquiera abrazar a tus seres queridos.
Ni tampoco pueden verte pero sea lo que sea ese lugar, ellos pueden sentirte con toda su alma.
Enorme película no apta para corazones sensibles o padres con niños pequeños ya que les hará obsesionarse con hombres cercanos a sus hijos.
Una película para volver a amar el cine y odiar un poco más al ser humano si cabe, aunque sabemos que existen personas buenas en el mundo aunque sean cada vez menos.

“Nobody notices when we leave.
I mean, the moment when we really choose to go.
At best you might feel, a whisper or the wave of a whisper, undulating down.
My name is Salmon, like the fish.
First name: Susie.
I was 14 years old, when I was murdered on December 6, 1973.
I was here for a moment, and then I was gone.
I wish you all, a long, happy life”