La Discesa Di Aclà A Floristella

A lo largo de la historia de la Humanidad y en la actualidad, tomando a la Humanidad como un todo, puede decirse que lo normal, en el sentido de frecuente, es que los niños no reciban lo que entendemos por «buen trato».
La mayoría de los datos históricos que poseemos sobre el respeto de los derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad corroboran esta afirmación.
Por explotación infantil se refiere al trabajo de niños en cualquier sistema de producción económica de un país, una región y en el mantenimiento económico de un grupo familiar.
La explotación infantil es un hecho que azota en especial a países en vías de desarrollo, pero en el mismo se ven implicados los países industrializados.
También se le denomina trabajo infantil.
Los "trabajos peligrosos" se refieren a actividades que ponen en peligro la vida y la salud mental o física del trabajador.
En cada nación del mundo deben existir legislaciones que garanticen la protección del obrero que realiza trabajos peligrosos y en cuanto a menores de edad, estos no pueden ser permitidos bajo ninguna circunstancia.
Algunos de estos trabajos peligrosos es la explotación minera.
No hace mucho tiempo los hijos eran considerados como bienes sobre los que se tenían todos los derechos y estos sólo tenían la obligación de obedecer.
Esta situación llegaba al punto de tratar a los hijos como animales en la familia a los cuales se les tenía que educar a base de golpes, palizas y abusos de todo tipo.
Esta situación no sólo se daba en el seno familiar, sino que se extendía a los patronos al mando de los cuales entraban desde muy niños.
Estoy hablando en pasado pero es seguro que esta misma situación se da actualmente en muchos países y aún en los países desarrollados.
Aurelio Grimaldi, el director, toma una historia localizada en un mundo machista, un ambiente minero italiano, y realiza una película dura, que sobrecoge pero nunca abandona la idea de notar al espectador que los niños son las víctimas.
El mundo críptico de una mina, donde sólo trabajan hombres con niños, permite ir marcando las distintas actitudes frente a los niños y en ese mundo machista no hay apenas lugar para la sensibilidad y el afecto.
Cuando estos sentimientos aparecen son vistos como una debilidad por parte de la mayoría de los hombres.
La interpretación del niño, expresamente diferente, rubio y de piel clara es muy buena, y destaca en ese mundo oscuro de la mina, aunque el resto de los intérpretes, muy italianos ellos, expresan perfectamente la dominancia y la sumisión en cada caso.
Una música, al más puro estilo italiano rural y coral, subraya las escenas notablemente.
No es cine al estilo cinematográfico norteamericano, sino que recuerda al cine italiano de los años 50 y 60, retomando el neorrealismo con imágenes duras.
La Discesa Di Aclà A Floristella se inspira en hechos reales.
Es una exploración firme de las costumbres sociales y las preocupantes prácticas sexuales en casos de hacinamiento.
En La Discesa Di Aclà A Floristella se expone el ciclo sin fin de la hipocresía religiosa y la pobreza que le permitió sacrificar generaciones de niños, sobre todo aquellos que trabajaban en las minas de azufre; por una parte los trabajadores quienes no tenían acceso a sus esposas y familiares 24 horas durante 6 días y la inocencia robada de niños.
Ambos, hombres y los niños, comparten una cámara de dormir comunal, donde los débiles se sujetan a los inspectores de abuso sexual dentro y fuera del trabajo.
La Discesa Di Aclà A Floristella (1992), es un film italiano, dirigido y escrito por Aurelio Grimaldi.
La Discesa Di Aclà A Floristella está filmada y ambientada en la mina Floristella, ahora Parque Floristella Grottacalda.
Cuenta con una inquietante música de Dario Lucantoni y una correcta fotografía a cargo de Maurizio Calvesi.
El elenco lo compone un ENORME Francesco Cusimano, Tony Sperandeo, Luigi Maria Burruano, Lucia Sardo, Giovanni Alamia, Benedetto Raneli, Giuseppe Cusimano, Rita Barbanera, Salvatore Scianna, Ignazio Donato y Luciano Venturino, entre otros.
La trama se desarrolla a principios del siglo XX en Italia.
Aclà con solo 11 años es “vendido” por dinero y empieza a trabajar como esportillero en una mina de azufre.
A cambio de un sueldo miserable, deberá trabajar allí hasta los 19 años en un régimen de casi esclavitud.
Su padre y su hermano mayor también acuden cada día a la mina.
De su hermano todos saben que tienen una relación con Melino, otro minero.
Se burlan de ellos pero les dejan estar, y ellos reafirman su amor bailando con la música de un gramófono.
Lo común allí es que los niños sean abusados sexualmente por los mineros a cambio de algo de comer: unas aceitunas, o una sardina salada.
Aclà se libra de ello solo porque su hermano lo protege.
En el ambiente caluroso de la mina, con hombres semidesnudos, el homo erotismo estalla.
Por su parte, el cura les sermonea acerca del horrible pecado de la sodomía, al mismo tiempo que les pide parte de su miserable sueldo para la Iglesia.
Pronto, por las continuas palizas que recibe, el máximo deseo de Aclà será huir de este ambiente sórdido, llegar al mar y marchar a Australia.
No obstante, es buscado, perseguido, porque fue “vendido” y el dinero para mantener la familia puede ser retirado por parte de los dueños de la mina que lo reclaman.
Es así como una vez encontrado y regresado es castigado brutalmente por su propio padre.
Una vez de regreso en la mina, Aclà decide continuar con su sueño contante de huir del horror de la mina para siempre.
La Discesa Di Aclà A Floristella es una muy hermosa película, estéticamente por la belleza de los niños-preadolescentes, pero con escenas muy duras, que dejan al final un sabor amargo.
Recomendable por el hecho que no es cine puritano, es cinéma vérité, de esos que ponen a prueba la resistencia del público ante factores aborrecibles.


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