Pet Sematary
“The soil in a man's heart is stonier”
La muerte es, en esencia, un proceso terminal que consiste en la extinción del proceso homeostático, eso quiere decir que es la característica de un sistema abierto o de un sistema cerrado o una conjugación entre ambos, especialmente en un organismo vivo, mediante la cual se regula el ambiente interno para mantener una condición estable y constante de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida.
El proceso de fallecimiento -aunque está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico-, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto. Adicionalmente no se ha definido científicamente en qué parte del proceso está el umbral en que se pasa de la vida a la muerte.
Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto termodinámicamente recuperable.
Por otro lado, un cementerio es el lugar donde se depositan los restos mortales o cadáveres de los difuntos (inhumación).
Dependiendo de la cultura del lugar, los cuerpos pueden introducirse en ataúdes, féretros o sarcófagos, o simplemente envolverse en telas, para poder ser enterrados bajo tierra o depositados en nichos, mausoleos u otro tipo de sepulturas.
La mayoría de los cementerios se destinan a cadáveres humanos aunque, desde la antigüedad, existían necrópolis para ciertos animales, como el Serapeum de Saqqara, en Egipto.
Actualmente también existen cementerios de animales para enterrar a las mascotas fenecidas.
Cementerios, resurrecciones, gatos negros, una maldición... y por supuesto una encrucijada.
¿Estarías dispuesto a arriesgarlo todo por recuperar a un ser querido fallecido?
¿Incluso a desafiar la línea entre la muerte y la vida?
Pet Sematary es una obra negra, muy negra, no solo por lo que en ella acontece sino porque sus tonos más sus ritmos densos, la hacen portadora de un horror clásico contundente.
Fenomenología fantasmal en aumento, tensión progresiva sobre el espectador y cierto ambiente enrarecido en su cotidianidad mientras los personajes se precipitan al vacio de un fatal desenlace.
La familia Creed se muda a una localidad rural junto a una pequeña carretera por la que circulan camiones a gran velocidad.
Sea por la cantidad de animales muertos en atropellos o por cualquier otra razón, en el bosque colindante hay un cementerio de animales donde se entierran mascotas muertas, y más allá, un antiguo cementerio indio.
Toda la cotidianidad de la familia Creed se ve rodeada de sucesos paranormales, apariciones de muertos, una niña con poder psíquico o clarividencia con mensajes del más allá que confirman el hecho de que se encuentran en un lugar maldito.
Pet Sematary se plantea como un lento y progresivo viaje a la locura, centrado en la figura del protagonista; Louis Creed (Dale Midkiff), que descubre que en el cementerio indio más allá del bosque, todo aquello enterrado vuelve a la vida.
Para evitar un disgusto a su hija, entierra a su gato que ha sido atropellado por un camión.
Efectivamente se produce la resurrección del animal, aunque parece que lo que regresa no es igual que lo que se fue.
El dilema se agrava cuando es su propio hijo pequeño el que muere atropellado por otro camión y es enterrado dentro de aquel siniestro lugar.
Parece evidente aunque no siempre se sepa retratar que el protagonista está cada vez más cerca de la locura, que su viaje a ninguna parte va más allá de la razón y que no alcanza a aceptar que aquello que regresa del cementerio no es lo mismo que se enterró.
Su hijo de pocos años de edad ha vuelto convertido en un asesino, que entre otras cosas mata a su madre.
Obligado a matar a su hijo y torturado por sus traumas, entierra a su esposa muerta.
Su esposa regresará del más allá como carne sin alma, con el impulso homicida que cierra el círculo de la locura de su marido definitivamente...
Como si de un suicidio involuntario se tratara.
Pet Sematary es una novela de terror del escritor estadounidense Stephen King, publicada por primera vez en 1983.
Fue llevada al cine en 1989.
La novela está inspirada, según comentarios del propio autor, en el cuento The Monkey's Paw de W. W. Jacobs humorista inglés en 1902.
En esta historia, la pata de un mono muerto es un talismán que cumple a quien la posea tres deseos, pero los deseos vienen con un enorme precio.
El cuento se basa en cuentos tradicionales en los que, de cualquier manera que se pidan los deseos, siempre se cumplen tres.
El primer deseo se hace sin cuidado; se cumple, pero de una manera desastrosa.
En el cuento de Jacobs, el deseo es por fortuna, pero a cambio de esto muere violentamente un ser querido.
El segundo deseo se pide para tratar de corregir los daños causados por el primero y el tercer deseo se hace en la desesperanza cuando las oscuras implicaciones del segundo deseo se hacen evidentes.
Al final, solo el primer deseo prevalece, y los otros dos son desperdiciados, cancelándose entre sí para prevenir un horror mayor.
En otro sentido, este tipo de cuento son parecidos a los de Fausto, en los que no hay una manera de pedir los deseos suficientemente correcta para evitar que el diablo frustre al que pide los deseos.
Desde el mismo momento en que los créditos de apertura, en Pet Sematary nos muestran ese tétrico cementerio de animales, bajo una tremenda e inquietante partitura de Elliot Goldenthal, podemos intuir que estamos ante un film oscuro y lo suficientemente inflexible como para que en ningún momento deje de tomarse en serio.
Lo que nos muestran unos ya estupendos créditos será el fiel reflejo de lo que nos vamos a encontrar.
Pet Sematary fue dirigida por Mary Lambert, con un guion escrito por el mismísimo Stephen King.
Está protagonizada por Dale Midkiff, Fred Gwynne, Denise Crosby, Brad Greenquist, Michael Lombard, ENORME Miko Hughes y Blaze Berdahl.
Un hombre, Andrew Hubatsek, fue elegido para el papel de Zelda porque los cineastas no pudieron encontrar una mujer con la forma ósea suficientemente enferma para retratarla.
El grupo The Ramones grabó la canción que lleva el título de la película y se puede encontrar en su álbum Brain Drain.
Aunque la canción se escucha sólo durante el cierre de los créditos, su canción "Sheena is a Punk Rocker" se escucha cuando Gage es asesinado.
El éxito de las novelas de Stephen King ha llegado hasta tal extremo que las productoras cinematográficas esperan ansiosas a que el escritor termine sus novelas para adquirir los derechos y comenzar cuanto antes la escritura del guión y todo el proceso de preproducción previo al rodaje.
Dicen que King comenzó a escribir la historia después de que su hijo estuviera a punto de ser atropellado por un camión.
Al parecer la zona en la que residía tenía bastante tráfico, igual que la localidad en la que se desarrolla el argumento, y continuamente se producían atropellos de animales, llegándose a crear un pequeño cementerio para ellos.
No ocurre siempre, pero en algunos casos el idolatrado autor se involucra encargándose personalmente del guión.
Y eso fue lo que hizo cuando nació la idea de adaptar su novela Pet Sematary.
Pero fue más que eso, pues King realiza un cameo como sacerdote durante el funeral de la primera víctima, Missy Dandridge.
Pet Sematary es una película rabiosamente original, que injustamente y quizá también inconscientemente no ha sido incluida en esa "colección de clásicos imprescindibles del género".
Por su parte, Mary Lambert, se atrevió con un filme que de haber sido estrenado en la actualidad cargaría con la etiqueta de película políticamente incorrecta y habría sido vapuleada por la falsa moral.
También merece un aplauso la elección del admirable y prometedor Miko Hughes, por entonces con tan solo tres años de edad, que sobresale entre el resto del reparto (a pesar de que en algunas tomas se utilizase un muñeco en su lugar).
Tan convincente que compite con Harvey Stephens (The Omen) por la condecoración al niño más diabólico.
Y es que hoy una película como esta sería impensable, especialmente por su desenlace.
Como es usual, muchos lugares y nombres que están en Pet Sematary se refieren directamente a otros libros de King.
La novela toma lugar en Ludlow, Maine, un pequeño pueblo en Aroostook County, lugar que King utilizaría después en su libro The Dark Half.
En el libro Pet Sematary, mientras Rachel conduce, pasa junto a un letrero que lleva a "Jerusalem's Lot". Esto es una referencia a Salem's Lot y Los misterios del gusano.
Poco después, Rachel conduce por una ciudad llamada Pittsfield, la cual es mencionada en la novela de King: Dreamcatcher.
Así como la muerte de Gage Creed es mencionada en la novela Insomnia.
En una parte del libro Pet Sematary, Jud Crandall habla sobre un San Bernardo rabioso de Castle Rock (refiriéndose a la novela Cujo).
Como curiosidad, el camión que levanta a Rachel Creed tiene en su costado el número 666.
Pet Sematary no duda en hacer del gore su elemento más fuerte, pero lo condimenta con altas dosis de tensión e intriga al servicio de una obra en donde la muerte no llega sola ni macabra, sino meditada, reflexionada y asumida: eso es lo peor de esta cinta.
El miedo a la muerte lo tenemos todos, lo que no tenemos es la seguridad de poder pactar con ella mediante un sitio en donde puedas negociar.
La razón lucha con la locura, pero el poder de la irracionalidad frente a la pérdida afectiva siempre va a ser más fuerte que toda la frialdad mental del universo.
La ruta lo sabe...por eso aún espera.
El principal tema es la muerte.
Y no la muerte con guadaña, sino la muerte en abstracto.
A lo largo de Pet Sematary hay una constante reflexión, un tanto fatalista, pero también valiente: no hay vuelta que darle, en algún minuto u otro todos vamos a pasar al más allá, y eso mejor lo aceptas.
Todo el problema se suscita porque, en su afán de proteger a los niños de esas horribles verdades, el doctor se le ocurre traspasar el umbral, sin escuchar eso de que "no hay recompensa gratis" y "no hay resurrección sin que los espíritus pidan algo a cambio".
Pero acaso:
¿No es universal el miedo a la muerte?
¿No es, hoy por hoy, la muerte algo cada vez más higiénico y sanitizado?
Si uno ve Pet Sematary entre líneas, más allá del mensaje obvio (con el Más Allá no te metas), hay bastante tela que cortar.
Pet Sematary nos transmite la desesperación del ser humano en su lucha por la vida de los seres queridos, y la no aceptación de tal muerte, en la que cae el padre de familia una y otra vez, reviviendo al gato, al hijo y que termina con un final impactante.
La mayoría de las personas tenemos diferentes miedos, a determinados animales, como arañas, insectos, a espacios cerrados o espacios abiertos, etc., pero son muchos los que tienen miedo a la muerte.
La creencia o la fe es la constante.
Las distintas religiones hablan de un tránsito hacia un mundo mejor, no es difícil imaginar algo así, un paraíso.
Sin embargo personas de todas las religiones, incluso aquellos que consideran la reencarnación como la opción con la que se explican este tránsito manifiestan tener este miedo a morir.
Resulta ilógico que, si realmente estamos convencidos de la idea de lo que supone la muerte, ese paso deberíamos verlo como algo positivo y por lo tanto no asustarnos sino todo lo contrario, debería ser una liberación.
Sin embargo hasta los más creyentes, aquellos que llevan vidas realmente difíciles y duras, o cuyo cuerpo está tan deteriorado que no se puede ni sostener parecen aferrarse a esta vida y a ese cuerpo hasta el último momento.
El miedo a la muerte tiene mucho que ver con el miedo al cambio, si he vivido una vida en la que no quería cambiar ni un clip de su sitio y me he mantenido en la rutina constantemente aceptando todo tipo de situaciones que me estaban perjudicando con tal de que nada cambie…
¿Qué puedo pensar de la muerte que es el máximo cambio que me puede pasar?
La inseguridad ante el cambio se intensifica al pensar en la muerte, si un cambio de domicilio está considerado como una de las tres situaciones que más stress generan.
¿Qué puede producir el no saber exactamente donde voy a residir?
Porque si ya hemos pasado por esa puerta lo cierto es que no lo recordamos y no estamos seguros de llevar la llave adecuada encima.
¡Como si pudiéramos quedarnos a las puertas!
El miedo a la muerte, como todos los miedos puede llegar a condicionar nuestra vida, a impedir que la vivamos plenamente y disfrutemos de lo que queremos, ese miedo puede incluso llevarnos donde no queríamos ir.
“Sometimes dead is better”
La muerte es, en esencia, un proceso terminal que consiste en la extinción del proceso homeostático, eso quiere decir que es la característica de un sistema abierto o de un sistema cerrado o una conjugación entre ambos, especialmente en un organismo vivo, mediante la cual se regula el ambiente interno para mantener una condición estable y constante de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida.
El proceso de fallecimiento -aunque está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico-, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto. Adicionalmente no se ha definido científicamente en qué parte del proceso está el umbral en que se pasa de la vida a la muerte.
Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto termodinámicamente recuperable.
Por otro lado, un cementerio es el lugar donde se depositan los restos mortales o cadáveres de los difuntos (inhumación).
Dependiendo de la cultura del lugar, los cuerpos pueden introducirse en ataúdes, féretros o sarcófagos, o simplemente envolverse en telas, para poder ser enterrados bajo tierra o depositados en nichos, mausoleos u otro tipo de sepulturas.
La mayoría de los cementerios se destinan a cadáveres humanos aunque, desde la antigüedad, existían necrópolis para ciertos animales, como el Serapeum de Saqqara, en Egipto.
Actualmente también existen cementerios de animales para enterrar a las mascotas fenecidas.
Cementerios, resurrecciones, gatos negros, una maldición... y por supuesto una encrucijada.
¿Estarías dispuesto a arriesgarlo todo por recuperar a un ser querido fallecido?
¿Incluso a desafiar la línea entre la muerte y la vida?
Pet Sematary es una obra negra, muy negra, no solo por lo que en ella acontece sino porque sus tonos más sus ritmos densos, la hacen portadora de un horror clásico contundente.
Fenomenología fantasmal en aumento, tensión progresiva sobre el espectador y cierto ambiente enrarecido en su cotidianidad mientras los personajes se precipitan al vacio de un fatal desenlace.
La familia Creed se muda a una localidad rural junto a una pequeña carretera por la que circulan camiones a gran velocidad.
Sea por la cantidad de animales muertos en atropellos o por cualquier otra razón, en el bosque colindante hay un cementerio de animales donde se entierran mascotas muertas, y más allá, un antiguo cementerio indio.
Toda la cotidianidad de la familia Creed se ve rodeada de sucesos paranormales, apariciones de muertos, una niña con poder psíquico o clarividencia con mensajes del más allá que confirman el hecho de que se encuentran en un lugar maldito.
Pet Sematary se plantea como un lento y progresivo viaje a la locura, centrado en la figura del protagonista; Louis Creed (Dale Midkiff), que descubre que en el cementerio indio más allá del bosque, todo aquello enterrado vuelve a la vida.
Para evitar un disgusto a su hija, entierra a su gato que ha sido atropellado por un camión.
Efectivamente se produce la resurrección del animal, aunque parece que lo que regresa no es igual que lo que se fue.
El dilema se agrava cuando es su propio hijo pequeño el que muere atropellado por otro camión y es enterrado dentro de aquel siniestro lugar.
Parece evidente aunque no siempre se sepa retratar que el protagonista está cada vez más cerca de la locura, que su viaje a ninguna parte va más allá de la razón y que no alcanza a aceptar que aquello que regresa del cementerio no es lo mismo que se enterró.
Su hijo de pocos años de edad ha vuelto convertido en un asesino, que entre otras cosas mata a su madre.
Obligado a matar a su hijo y torturado por sus traumas, entierra a su esposa muerta.
Su esposa regresará del más allá como carne sin alma, con el impulso homicida que cierra el círculo de la locura de su marido definitivamente...
Como si de un suicidio involuntario se tratara.
Pet Sematary es una novela de terror del escritor estadounidense Stephen King, publicada por primera vez en 1983.
Fue llevada al cine en 1989.
La novela está inspirada, según comentarios del propio autor, en el cuento The Monkey's Paw de W. W. Jacobs humorista inglés en 1902.
En esta historia, la pata de un mono muerto es un talismán que cumple a quien la posea tres deseos, pero los deseos vienen con un enorme precio.
El cuento se basa en cuentos tradicionales en los que, de cualquier manera que se pidan los deseos, siempre se cumplen tres.
El primer deseo se hace sin cuidado; se cumple, pero de una manera desastrosa.
En el cuento de Jacobs, el deseo es por fortuna, pero a cambio de esto muere violentamente un ser querido.
El segundo deseo se pide para tratar de corregir los daños causados por el primero y el tercer deseo se hace en la desesperanza cuando las oscuras implicaciones del segundo deseo se hacen evidentes.
Al final, solo el primer deseo prevalece, y los otros dos son desperdiciados, cancelándose entre sí para prevenir un horror mayor.
En otro sentido, este tipo de cuento son parecidos a los de Fausto, en los que no hay una manera de pedir los deseos suficientemente correcta para evitar que el diablo frustre al que pide los deseos.
Desde el mismo momento en que los créditos de apertura, en Pet Sematary nos muestran ese tétrico cementerio de animales, bajo una tremenda e inquietante partitura de Elliot Goldenthal, podemos intuir que estamos ante un film oscuro y lo suficientemente inflexible como para que en ningún momento deje de tomarse en serio.
Lo que nos muestran unos ya estupendos créditos será el fiel reflejo de lo que nos vamos a encontrar.
Pet Sematary fue dirigida por Mary Lambert, con un guion escrito por el mismísimo Stephen King.
Está protagonizada por Dale Midkiff, Fred Gwynne, Denise Crosby, Brad Greenquist, Michael Lombard, ENORME Miko Hughes y Blaze Berdahl.
Un hombre, Andrew Hubatsek, fue elegido para el papel de Zelda porque los cineastas no pudieron encontrar una mujer con la forma ósea suficientemente enferma para retratarla.
El grupo The Ramones grabó la canción que lleva el título de la película y se puede encontrar en su álbum Brain Drain.
Aunque la canción se escucha sólo durante el cierre de los créditos, su canción "Sheena is a Punk Rocker" se escucha cuando Gage es asesinado.
El éxito de las novelas de Stephen King ha llegado hasta tal extremo que las productoras cinematográficas esperan ansiosas a que el escritor termine sus novelas para adquirir los derechos y comenzar cuanto antes la escritura del guión y todo el proceso de preproducción previo al rodaje.
Dicen que King comenzó a escribir la historia después de que su hijo estuviera a punto de ser atropellado por un camión.
Al parecer la zona en la que residía tenía bastante tráfico, igual que la localidad en la que se desarrolla el argumento, y continuamente se producían atropellos de animales, llegándose a crear un pequeño cementerio para ellos.
No ocurre siempre, pero en algunos casos el idolatrado autor se involucra encargándose personalmente del guión.
Y eso fue lo que hizo cuando nació la idea de adaptar su novela Pet Sematary.
Pero fue más que eso, pues King realiza un cameo como sacerdote durante el funeral de la primera víctima, Missy Dandridge.
Pet Sematary es una película rabiosamente original, que injustamente y quizá también inconscientemente no ha sido incluida en esa "colección de clásicos imprescindibles del género".
Por su parte, Mary Lambert, se atrevió con un filme que de haber sido estrenado en la actualidad cargaría con la etiqueta de película políticamente incorrecta y habría sido vapuleada por la falsa moral.
También merece un aplauso la elección del admirable y prometedor Miko Hughes, por entonces con tan solo tres años de edad, que sobresale entre el resto del reparto (a pesar de que en algunas tomas se utilizase un muñeco en su lugar).
Tan convincente que compite con Harvey Stephens (The Omen) por la condecoración al niño más diabólico.
Y es que hoy una película como esta sería impensable, especialmente por su desenlace.
Como es usual, muchos lugares y nombres que están en Pet Sematary se refieren directamente a otros libros de King.
La novela toma lugar en Ludlow, Maine, un pequeño pueblo en Aroostook County, lugar que King utilizaría después en su libro The Dark Half.
En el libro Pet Sematary, mientras Rachel conduce, pasa junto a un letrero que lleva a "Jerusalem's Lot". Esto es una referencia a Salem's Lot y Los misterios del gusano.
Poco después, Rachel conduce por una ciudad llamada Pittsfield, la cual es mencionada en la novela de King: Dreamcatcher.
Así como la muerte de Gage Creed es mencionada en la novela Insomnia.
En una parte del libro Pet Sematary, Jud Crandall habla sobre un San Bernardo rabioso de Castle Rock (refiriéndose a la novela Cujo).
Como curiosidad, el camión que levanta a Rachel Creed tiene en su costado el número 666.
Pet Sematary no duda en hacer del gore su elemento más fuerte, pero lo condimenta con altas dosis de tensión e intriga al servicio de una obra en donde la muerte no llega sola ni macabra, sino meditada, reflexionada y asumida: eso es lo peor de esta cinta.
El miedo a la muerte lo tenemos todos, lo que no tenemos es la seguridad de poder pactar con ella mediante un sitio en donde puedas negociar.
La razón lucha con la locura, pero el poder de la irracionalidad frente a la pérdida afectiva siempre va a ser más fuerte que toda la frialdad mental del universo.
La ruta lo sabe...por eso aún espera.
El principal tema es la muerte.
Y no la muerte con guadaña, sino la muerte en abstracto.
A lo largo de Pet Sematary hay una constante reflexión, un tanto fatalista, pero también valiente: no hay vuelta que darle, en algún minuto u otro todos vamos a pasar al más allá, y eso mejor lo aceptas.
Todo el problema se suscita porque, en su afán de proteger a los niños de esas horribles verdades, el doctor se le ocurre traspasar el umbral, sin escuchar eso de que "no hay recompensa gratis" y "no hay resurrección sin que los espíritus pidan algo a cambio".
Pero acaso:
¿No es universal el miedo a la muerte?
¿No es, hoy por hoy, la muerte algo cada vez más higiénico y sanitizado?
Si uno ve Pet Sematary entre líneas, más allá del mensaje obvio (con el Más Allá no te metas), hay bastante tela que cortar.
Pet Sematary nos transmite la desesperación del ser humano en su lucha por la vida de los seres queridos, y la no aceptación de tal muerte, en la que cae el padre de familia una y otra vez, reviviendo al gato, al hijo y que termina con un final impactante.
La mayoría de las personas tenemos diferentes miedos, a determinados animales, como arañas, insectos, a espacios cerrados o espacios abiertos, etc., pero son muchos los que tienen miedo a la muerte.
La creencia o la fe es la constante.
Las distintas religiones hablan de un tránsito hacia un mundo mejor, no es difícil imaginar algo así, un paraíso.
Sin embargo personas de todas las religiones, incluso aquellos que consideran la reencarnación como la opción con la que se explican este tránsito manifiestan tener este miedo a morir.
Resulta ilógico que, si realmente estamos convencidos de la idea de lo que supone la muerte, ese paso deberíamos verlo como algo positivo y por lo tanto no asustarnos sino todo lo contrario, debería ser una liberación.
Sin embargo hasta los más creyentes, aquellos que llevan vidas realmente difíciles y duras, o cuyo cuerpo está tan deteriorado que no se puede ni sostener parecen aferrarse a esta vida y a ese cuerpo hasta el último momento.
El miedo a la muerte tiene mucho que ver con el miedo al cambio, si he vivido una vida en la que no quería cambiar ni un clip de su sitio y me he mantenido en la rutina constantemente aceptando todo tipo de situaciones que me estaban perjudicando con tal de que nada cambie…
¿Qué puedo pensar de la muerte que es el máximo cambio que me puede pasar?
La inseguridad ante el cambio se intensifica al pensar en la muerte, si un cambio de domicilio está considerado como una de las tres situaciones que más stress generan.
¿Qué puede producir el no saber exactamente donde voy a residir?
Porque si ya hemos pasado por esa puerta lo cierto es que no lo recordamos y no estamos seguros de llevar la llave adecuada encima.
¡Como si pudiéramos quedarnos a las puertas!
El miedo a la muerte, como todos los miedos puede llegar a condicionar nuestra vida, a impedir que la vivamos plenamente y disfrutemos de lo que queremos, ese miedo puede incluso llevarnos donde no queríamos ir.
“Sometimes dead is better”
Me encanto tu comentario, que genial manera de retratar en palabras lo maravilloso del cine
ResponderBorrarGracias por leer la nota y dejar tu comentario, Saludos !!!!
ResponderBorrar