Places In The Heart

Situándola en su contexto histórico, es lógico que Places In The Heart impresionara en su momento.
Es hija de su tiempo.
Por un lado, forma parte de una corriente de cine muy presente en los ochenta, que miraba a las épocas de pobreza y depresión en un tiempo de boom económico y social como fue esa década.
Su protagonista, Sally Field había ganado hace unos escasos cuatro años su primer Oscar por Norma Rae y era una de las grandes estrellas del melodrama; y a su director Robert Benton, también le llovían los premios (Kramer vs. Kramer).
Cuando una obra artística como Places In The Heart consigue dejar en suspensión tu raciocinio y afectar únicamente a los sentimientos, no puede caber duda de que dicha obra ha de escribirse con mayúsculas.
Es el caso de esta película de intensa fuerza dramática construida a base de ingredientes tan simples que una mera descripción parte por parte no la haría justicia, aunque ya lo dice el dicho latino:
“el todo es más que la suma de sus partes”.
Todo Places In The Heart está sometido al conjunto: guión, actuaciones, dirección, etc. de forma tan magistral que obvias tales aspectos para sumergirte en el mundo que crean.
Arte narrativo, con mayúsculas.
No obstante, Places In The Heart es una ficción creada a base de elementos menudos y concretos, unidos de forma sutil, que se enfoca sobre aspectos concretos de la vida a los que no todas las personas prestarían atención, por lo que no recomiendo la visualización del film de forma pausada y relajada.
Places In The Heart es una película dramática de 1984, escrita y dirigida por Robert Benton y filmada en Dallas, Texas, específicamente en Wixahachie, Texas.
Protagonizada por una ENORME Sally Field, Lindsay Crouse, Ed Harris, Danny Glover, ENORME John Malkovich, Amy Madigan, Yankton Hatten, Gennie James, Lane Smith, Terry O'Quinn, Bert Remsen, Ray Baker, Jay Patterson, Toni Hudson
Benton sitúa la acción en 1935, en los años de la depresión, en una localidad agrícola de Sur de Texas.
Supo aprovechar el revival de la moda country que se dio en los años 80 del siglo pasado en EEUU.
Narra la historia de una joven viuda (Edna), con dos hijos, a la que el marido (sheriff muerto en acto de servicio) le ha dejado un terreno de unos 30 acres y una hipoteca de unos tres mil dólares, difíciles de pagar.
Con la ayuda de un negro (Moze), conocedor del cultivo y la venta del algodón, y de un huésped ciego (Will), decide sembrar algodón.
Para conseguir el premio que se da en la localidad al primer cultivador que recoge la cosecha, pone toda la familia a trabajar y contrata al descubierto un grupo de peones.
Consigue el premio, tras negociar duramente con el comprador las condiciones de la venta, paga el plazo de la hipoteca, paga a los peones y le da una cantidad a Moze.
Luego hace planes para ampliar la producción en años sucesivos.
Places In The Heart es una historia de entereza y fortaleza de una mujer sola que se enfrenta a la adversidad con espíritu de lucha, amor propio y un afán incontenible de salir adelante.
El paso del tiempo ha afectado a Places In The Heart: las historias campesinas se han devaluado mucho.
Por lo demás, su contenido adolece de algunas concesiones a la sensiblería, que hoy es juzgada de modo diferente que a mediados de los 80.
Néstor Almendros cumplió con corrección y con destellos de gran brillantez su cometido como responsable de la fotografía.
Es así como Places In The Heart, es una emocionante y conmovedora historia de Edna Spalding (Sally Field), una mujer tenaz que se enfrenta sin temor a las dificultades más extremas, pero, como recuerda el director y guionista Robert Benton, es también un retrato de una época, de un lugar y de su gente.
El Sr. Will (John Malkovich), un huésped ciego que “ve muy claro” el fanatismo de su época...
Moze (Danny Glover), un hombre negro que sabe demasiado, incluyendo su sitio en una ciudad sureña dominada por los blancos, es víctima del KKK.
Wayne (Ed Harris), Margaret (Lindsay Crouse) y Viola (Amy Madigan), forman parte de un ambiente de profunda depresión que lo envuelve todo hasta los sentimientos.
Además, ellos son atrapados en un triángulo de adulterio que amenaza la unión de dos matrimonios, intentan sobrevivir a sus circunstancias personales dándole color a Places In The Heart.
Personajes inolvidables que dejan una impresión imborrable de la fe, el valor, el amor y, sobretodo, de la lucha.
Como es evidente, su estrella, Sally Field, está fantástica.
No sólo porque sea lo mejor de Places In The Heart, el papel de madre coraje, tan presente en su carrera, sea su favorito, sino porque su interpretación es realmente buena.
Una mujer pequeña e indefensa, expuesta a la pérdida de todo lo que tiene, que se arma de valor por conservar todo lo que le importa: a su familia y su lugar en el mundo, su futuro y la de sus hijos.
Places In The Heart obtuvo el Premio de la Academia a Mejor Actriz para Field y al Mejor Guión escrito directo para la pantalla para Benton; también fue nominada a Mejor Actor de Reparto (Malkovich), Mejor Actriz de Reparto (Crouse), Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Director y Mejor Película.
Cabe recordar que en 1985, cuando Sally Field se subió al podio a aceptar su segundo Oscar dijo la memorable frase (y la que algunos tergiversaron y se mofaron):
"¡No puedo negar el hecho de que les agrado, en estos momentos, les agrado!"
Suele ser tergiversada como:
"¡Les agrado-realmente les agrado!"
Aunque las siete nominaciones al Oscar que obtuvo en su día Places In The Heart, parecen hoy algo exagerado, el filme, sin ser desde luego una mala película, hoy parece algo anticuado y descuidado, y además su historia ya es de sobras conocida por otras muchas películas.
Hoy pareciera que su estética y su resolución están muy vistas, y su guión se diluya en subtramas sin mucho sentido, Places In The Heart es una película correcta e incluso necesaria de ver y analizar sobre el derrumbe emocional de una nación y una mujer, sobre la caída de una sociedad económica sustentada en el racismo y las nuevas formas de esclavitud de los años 30.
La crueldad sin ira con la que arranca te deja los ojos como platos, y la metáfora de bondad con la que termina la convierte en un trabajo simplemente redondo.
Inolvidable las escenas del tornado.
Digna de ver y disfrutar.



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