Blow Job

“In the future everyone will be world-famous for 15 minutes”

A finales de la idealista década del 60, en el siglo XX, se dieron acontecimientos notables para la humanidad, como el lanzamiento del Apolo 11, el cohete cuya tripulación fue la primera en pisar La Luna, las manifestaciones de jóvenes pregonando la paz mundial, mientras disfrutaban del amor libre, y el surgimiento de unos artistas que le dieron la categoría de “arte” a lo popular.
Y resulta que uno de los iconos pop del siglo XX, fue también cineasta.
La relación existente entre la práctica cinematográfica inicial de Andy Warhol, y la escena del cine experimental norteamericano de la década de los años 60, es más que notoria.
Analizar críticamente, la obra fílmica silente de Andy Warhol, estableciendo las sinergias que mantuvo con el panorama del cine “underground” sucedido en New York durante esos mismos años; se podrían escribir análisis fílmicos, desde un buen número de perspectivas, estudiando su cine, en relación a una larga serie de etiquetas circundantes:
Minimalismo, “underground”, cine subversivo, “queer cinema”...
Todas ellas serían válidas, para demostrar la multiplicidad de interpretaciones que permite su obra fílmica.
Ícono del Pop Art neoyorkino, Andy Warhol dirigió un puñado de películas, donde llevó el vanguardismo, a sus últimas consecuencias, como filmar un hombre durmiendo toda la noche, o un edificio iluminado durante horas:
“Sleep”, “Kiss”, “Haircut”, “Eat” todas ellas del 1963, “Empire” y “Henry Geldzhaler” del 1964; son sus principales películas silentes.
Son filmes minimalistas, sin sonido, en cámara fija, solucionados, a priori, en un solo encuadre.
Son filmes herméticos por la sencillez de su contenido, por la duración que alcanzan, y por el modo, impasible, como registran el devenir temporal.
Todos ellos, a excepción de “Empire”, resultan ser retratos fílmicos, de gente cuya acción queda capturada por la cámara durante la filmación, y dilatada en el tiempo de proyección.
Son filmaciones a 24 fotogramas por segundo (fps), que posteriormente se proyectan a 16 fps.
Este despliegue técnico, provoca una ralentización de la imagen:
El movimiento queda suspendido.
“Dormir”, “besar”, “cortar el pelo” y “comer” son algunas de las actividades que documenta Warhol, con una mirada inevitablemente voyeur, que devela acercamientos analíticos en sus variaciones.
Algunas otras películas, rozaban la línea de “lo pornográfico”, como “Blow Job” donde registró las expresiones del rostro de un actor, mientras le era practicado sexo oral.
De las películas realizadas por Andy Warhol, 50 se han conservado en El Museo de Arte Moderno de la ciudad de New York.
“I think everybody should like everybody”
Blow Job es una película muda, dirigida por Andy Warhol, que fue grabada en enero de 1964.
Protagonizada por DeVeren Bookwalter y Willard Maas.
Según el diccionario de La Real Academia Española dice:
El “sexo oral” es una práctica sexual, en la que se estimulan los órganos genitales con los labios y la lengua.
Lo que me ha sorprendido, es la perspectiva con la que se ve el sexo oral en los diferentes continentes; mejor dicho en las sociedades…
Es un extraño juego de palabras, ya que en inglés “blow” es “soplar” y “job” es “trabajo”, pero la palabra tiene un significado muy diferente: “sexo oral”, en particular, aquel realizado al género masculino.
Blow Job es un cortometraje innovador y provocador para los años en que se rodó.
La idea del cortometraje, estaba muy clara desde un principio en la cabeza del artista:
Representar el rostro de un hombre, mientras recibe una felación que no se ve.
Blow Job fue producida en una película de 16mm, en blanco y negro, sin sonido, en 35 minutos, a 16 cuadros por segundo.
La cámara inmóvil de Warhol, permanece fija, en un primer plano de la cabeza de un joven, sin descender nunca por debajo de sus hombros, para mostrar el acto sexual anunciado en el título del filme, y legible no obstante, a cámara lenta, en las expresiones cambiantes de su rostro.
Al restringir lo que capta la cámara, Warhol frustra las expectativas de los fans del porno, y de los censores cinematográficos, y simultáneamente, implica a ambos tipos de público, en el mismo deseo “ilícito”
Andy Warhol, el artista pop que dijo, que “todo el mundo será famoso durante 15 minutos”, con el actor de Blow Job, DeVeren Bookwalter, da nada más que “35 minutos de fama” en un cortometraje experimental, donde su único personaje muestra expresiones faciales, siendo lo único que se muestra en pantalla, mientras que está recibiendo sexo oral de un desconocido, fuera de campo.
Blow Job, sólo muestra la expresión del rostro del joven, el acto sexual en sí, implícitamente no se ve.
No se indica, si se trata de un hombre o una mujer que realiza el acto, y el espectador debe suponer, que se está produciendo una felación.
También se ha especulado, sobre la “salacidad” o erotismo del título, y que no era en realidad, una felación lo que se está realizando.
Blow Job se trata de una sola toma de cámara a la cabeza de Bookwalter, al obtener una mamada.
Él sonríe, mira a la cámara, enciende un cigarrillo, parece hablar por unos momentos, no hay sonido, no se puede oír nada, y disfruta de todo el acto.
Esta simple descripción, suena aburrida, pero Blow Job, sorprendentemente, no lo es.
Y es que la actuación de Bookwalter es grande, quiero decir:
Retrata un solo movimiento, o postura, a lo largo de toda una película.
El actor fue capaz de utilizar una gran cantidad de sus expresiones, gracias a su buena apariencia también, poniendo la cabeza hacia atrás, moviéndose sin cesar, haciendo sutiles movimientos con su mano, y todos estos pequeños cambios que hace, hacen que su actuación sea bastante buena.
¿Por qué digo esto?
Haciendo una lectura de Blow Job, vemos como el actor cuando levanta el rostro, asimila el éxtasis angelical; como consecuencia de lo que ocurre abajo.
De hecho, cuando postra su mirada hacia “el averno”, podemos ver, como la sombra transforma su rostro, de manera que no vemos sus ojos, sino la silueta de lo que resulta ser su rostro caído en las delicias del placer carnal.
De hecho, vale la lectura para decir, que cuando DeVeren pone su cabeza hacia arriba, logramos ver su “manzana de Adán” completamente erguida, como si fuese su miembro viril en pleno, al desnudo, y de frente a la pantalla.
A pesar de que ambos sexos la poseen, “la manzana de Adán” se considera un carácter sexual, característico de los varones adultos, ya que tiende a aumentar su tamaño, considerablemente durante la pubertad.
Su desarrollo en el varón, se considera un carácter sexual secundario masculino, producto de la actividad hormonal.
Su grado de desarrollo, puede variar en cada individuo, y el ensanchamiento de dicha zona en la laringe, puede producirse de manera muy repentina y rápida.
De ahí que podemos deducir la edad del actor, a la hora de la filmación de Blow Job:
25 años.
No obstante, a veces, el joven actor se ve aburrido, a veces, como si estuviera pensando, a veces como si estuviera al tanto de la cámara, a veces como si no lo estuviera; de hecho, en muchas ocasiones mira fijamente al lente, entre las sombras, cuando baja la cabeza, especialmente.
Y es que, está claro, que vamos a ver nada más que una repetición, con ligeras variaciones, de todo lo que ya hemos visto…
Esto libera la mente para mirar de una manera diferente.
Del mismo modo, el acto sexual tiene el efecto de distraer al actor, de la presencia de la cámara, la creación de una clase única de auto conciencia.
Así, Blow Job se convierte en una lección de cómo producir un retrato realmente hermoso, y sin decir “cheese” o “clítoris”…
En otras lecturas, el planteamiento de Blow Job es tremendamente machista:
Si fuera el caso, sabiendo que el mérito de una felación, fuera exclusivamente de la mujer, no se le dedica a ella, ni un mísero plano.
Y por si fuera poco, el fulano no le avisa en el momento del clímax... y para colmo, luego se fuma un pitillo muy tranquilo, mientras “ella” le hace un sándwich…
¡Y no le dice que la quiere!
Eso no se puede consentir.
Por lo menos, podía haberle dado las gracias, o haberle dicho un “has estado de puta madre, cariño”
Pero no, eso no era posible, porque el señor Warhol resultó ser un intelectual de los que ya no quedan.
El cine es un mundo, mensaje, sentimiento, trabajo…
Es muy fácil dejar que la cámara lo haga todo, y a otra cosa mariposa.
“I usually accept people on the basis of their self-images, because their self-images have more to do with the way they think than their objective-images do”
Blow Job es, como su título indica, la representación fílmica de una mamada.
Un encuadre estático, realizado ante una pared de ladrillos de The Factory, captura todos los pormenores de una reacción, cuya acción sucede en fuera de campo.
Lo visible, es la presencia de un actor que, supuestamente, está siendo atendido por otra persona, que según el poeta, fotógrafo, y director de cine estadounidense, Gerard Malanga, es el cineasta Willard Maas, quien realiza la chupada.
El anonimato del actor principal en Blow Job, fue producto de un acuerdo entre el actor y el cineasta.
Años después, se fue sabiendo, que el joven rubio con chaqueta de cuero, y expresión extática, era DeVeren Bookwalter, actor de origen holandés, cuyo papel más reconocido, fue en “The Enforcer” (1976), tercera película de la serie “Dirty Harry” de Clint Eastwood.
A lo largo de las diferentes bobinas que documentan esta escena erótica, cabe remarcar, tanto la dilatación del tiempo, como la progresión en las reacciones de un Bookwalter ensimismado.
Blow Job manifiesta una variante de la dinámica “amo-esclavo” a través de imágenes fabricadas del deseo.
¿Cuál es el verdadero tema de Blow Job?
¿Es el acto sexual?
¿Nos identificamos con el joven contra la pared?
¿Se trata de un acto de dominio, de una mera demostración de superioridad?
¿Somos acaso mirones de nuestras propias fantasías?
O quizás nada está sucediendo, tal vez es solamente una distracción, algo que está únicamente en nuestra mente, provocado por un puro de marihuana y que nosotros, con solo ver su rostro, imaginamos que es una suculenta mamada.
Un verdadero espejo, entonces, una pantalla onírica en blanco, para la proyección de los deseos del espectador, blanco que a la orden de la imagen, logra suponer pequeños orgasmos de placer, o simplemente, eyaculaciones, en varias mamadas que conforman Blow Job.
Cuenta una leyenda urbana, que Warhol le propuso a Charles Rydell, el novio del director Jerome Hill, ser el protagonista de Blow Job, prometiéndole que 5 sabrosos jóvenes, se la chuparían durante un rato.
Así pues, llega el día del rodaje, y Rydell no se presenta; Warhol le llama, y le contesta que “pensaba que era una broma, y que ni loco participaría”
Así pues, los 5 chicos se fueron del estudio, y parecía que ya no tenía ocasión de rodar Blow Job, pero, en palabras de Warhol:
“Había por el estudio, un chico de buen ver” al que le propuso participar.
Ese chico acepto, y un amigo de Warhol se ofreció de voluntario, le habrá costado, a hacer la mamada.
De ahí que en Blow Job, solamente se ve la cara de DeVeren Bookwalter, mientras le hacen una mamada de 35 minutos.
Es entonces, que en el momento posterior a la filmación, los 5 chicos se habían ido, y Maas fue contratado, notoriamente, la mala memoria de Warhol, mantuvo a los 5 chicos, en lugar de la versión dada en el muy famoso libro “POPism”
En 1966, Warhol filmó una secuela, “Eating Too Fast”, originalmente titulada “Blow Job # 2” que se extiende 67 minutos con sonido; y cuenta con el crítico de arte y escritor, Gregory Battcock, como el víctima, destinatario.
“I love every “lib” movement there is, because after the “lib” the things that were always a mystique become understandable and boring, and then nobody has to feel left out if they're not part of what is happening”
Si se analiza el cine de Andy Warhol, en relación al cine experimental, resulta indicado, tratar sus primeros filmes, aquellos que demuestran un acercamiento formalista que, documentando mínimas acciones, tiende a negar la narración.
Son filmes silentes, en blanco y negro, sin apenas montaje, rodados en cámara fija, sobre trípode, planteados como registros documentales de la temporalidad.
Son películas que mantienen una cercanía con los inicios del cine, y con tendencias simultáneas o posteriores, de los años 60, las experiencias fílmicas de Fluxus, el “cine estructural” norteamericano, el “cine estructural-materialista” británico y, cabe recordarlo, las películas de los artistas conceptuales.
El cine de Andy Warhol, siempre ha sido tratado como “la oveja negra” de su producción artística.
Reducida a mero divertimento entre amigos, o al experimentalismo estéril, pero en cualquier caso, siempre desconocida, entre otras razones, justo es decirlo, por decisión del propio autor.
Sin embargo, la obra cinematográfica de Warhol, viene experimentando desde hace un tiempo, una tímida reivindicación.
Pero lo cierto es que su cine es más conocido de oídas o por textos, que por visionados.
Y es que a menudo, las películas de Andy Warhol, han sido menospreciadas, por considerarse evidentes sus hallazgos conceptuales, o superfluos sus valores estéticos.
Es cierto que su cine resulta convencional, cuando se acerca a la narración, y a las normas del lenguaje cinematográfico, pero esta consideración, no debe esconder la osadía que supone todo su cine primerizo.
A medida que aumenta el carácter subversivo de los temas que trata, con el sexo y la droga como principales temas tabús, en un contexto de censura, se incrementa una escritura fílmica ortodoxa, cercana al estilo de Hollywood, con un sistema de producción, y un “star system” particular.
Blow Job es una obra audaz, de la década de 1960, y creo que es el responsable de la mayoría de las películas, incluyendo una escena de sexo, sin ser demasiado gráfico, acabamos de tener la sensación, de que algo está pasando.
Si hoy tenemos que la expresión facial clásico, de un hombre recibir sexo oral, levantando la cabeza de placer, mostrada en innumerables películas, comerciales inclusive, es debido a este pequeño clásico.
Y es que como un fósforo, el pene del hombre es “caliente” en la cabeza, y lo demás es “madera”
Curiosamente, “Beautiful Agony”, es un site de Internet, creado en 2003, por Richard Lawrence y Laurence Olney.
Ellos tenían la teoría, de que el erotismo no se encuentra en el cuerpo, sino en la cara, y la mejor manera de comprobarlo, era grabando los rostros de sus amigos, mientras experimentaban un orgasmo, o como ellos mismos lo llamaron:
“La petite mort”
Es así como nace “Agony”, la antecesora a la actual página de internet.
El sitio, “Beautiful Agony” es propiedad, y está operado por Feck Pty Ltd, en Melbourne, Australia.
El logotipo de “Beautiful Agony” es subrayado por un presupuesto de la expresión francesa “Facettes de la Petite Mort” o “Caras de La Pequeña Muerte” debido a los gestos faciales, y los sonidos que una persona hace, cuando experimenta un orgasmo.
Aunque la mayoría de los clips en el sitio, implica la masturbación, un número limitado de clips, también muestra a los participantes, alcanzar el orgasmo a través de, fuera de la pantalla, el sexo oral y, en algunos casos, las relaciones sexuales, aunque la pareja no aparece en cámara.
En “Beautiful Agony” cualquier persona mayor de edad, puede mostrar al mundo su rostro, mientras disfruta de uno de los más grandes placeres:
El orgasmo.
Hay que destacar un hecho importante, muchos de estos videos, se han exhibido en El Museo del Sexo en Nueva York, El Nemo Centre en Ámsterdam, en la exposición colectiva “Face Contact” presentada en el teatro Frenán Gómez de Madrid, y en las revistas Vanity Fair y Playboy, sin mencionar, el homenaje realizado por el músico francés, Jean Michel Jarre, que en 2007, formó parte de su disco “Téo & Téa”
La página “Beautiful Agony” no es una más, donde todo el mundo sube sus videos porno, el concepto, como ya antes lo había mencionado, es sólo mostrar la cara del protagonista, por lo que no se sabe, si está solo o acompañado, si se está masturbando, o si le practican sexo oral.
El rostro es la única vía para acceder al placer.
Y es que “Beautiful Agony” tiene estándares muy altos, y el orgasmo es algo que se debe de tomarse con seriedad, y la página no admite webcams, y mucho menos cámaras de celular, así que si quieres ser parte de los 2,757 orgasmos compartidos, deberás de filmar tus muecas y gemidos, con una cámara de video de alta definición.
Además de tu video en HD, la página “Beautiful Agony” te pide un requisito más:
Participar en la sección “Confesiones”, en la cual, las personas cuentan su experiencia, al haber grabado sus orgasmos, los pensamientos que pasaron por su mente en el momento del clímax, y las sensaciones experimentadas.
Si quieres formar parte de este grupo, debes de olvidarte de tus complejos, y también, un poco de la pena y el pudor, y debes de hacerte a la idea, de que cualquier persona del mundo, puede verte tener un orgasmo.

“After being alive, the next hardest work is having sex”



Comentarios

Entradas populares