Closer

“If you believe in love at first sight, you never stop looking”

El medio de comunicación “amor” no es en sí mismo un sentimiento, sino un código de comunicación, de acuerdo, de cuyas reglas se expresan, se forman, o se simulan determinados sentimientos; o se supedita uno a dichas reglas, o las niega.
A lo largo de los siglos, se han sucedido diferentes códigos amorosos, que se han relacionado de manera compleja, con las estructuras sociales de su tiempo:
Desde el amor cortés medieval, el amor como pasión en el siglo XVII, hasta el surgimiento del amor romántico, a finales del siglo XVIII.
Pero fue en el siglo XIX, cuando se perfeccionó la idea, de que el amor no era más que la realización ideal, y la sistematización del instinto sexual.
Una manera de analizar estos códigos, es aproximarse a creaciones culturales como la literatura, o en nuestra época, la industria fílmica.
Vivimos una época, en la que el sexo, perdido en encantamiento de los años 60, se ha hecho más convencional, al punto que es posible hablar de él, casi sin inhibiciones.
En el diario “El Comercio” una entrevista a Ethel Person, una afamada psiquiatra y psicoanalista, aconseja:
“Si un hombre se va de viaje, y tiene un encuentro, una aventura nocturna, sabe Dios por qué motivos, yo espero que sea lo suficientemente sensato, de no contarle a su pareja.
La mujer puede tener un momento de crisis, y tener una aventura, pero si el amor es genuino, puede pasar por encima estas pequeñas excursiones”
Es decir, que si te interesa seriamente una persona, y más, si se trata solamente de “una canita al aire”, es mejor no confesárselo, ya que quien lo hace, busca sentirse inocente y/o perder el peso de la culpa.
Lo curioso es que Person, es una firme defensora del amor romántico y eterno, el cual sin embargo, sólo podría mantenerse sobre la base de ocultar alguna sacada de vuelta, y siempre que el afectado esté lo más lejos posible del acto.
“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el refrán.
¿Qué es el amor?
¿Cómo definirlo en una sociedad, cada vez más individualista, en la que las relaciones personales se han convertido, muchas veces, en oscuras transacciones de bajos deseos y represiones?
¿Cómo definir el amor entre personas, que se debaten de manera permanente, entre la culpa, el fracaso, el descontento, y en el que ser otro, o pretender serlo, se convierte en una estrategia necesaria para sobrevivir, y no ver la sordidez que los rodea?
Las estrategias que el hombre utiliza, para dar al amor la importancia que cree merecer, varía de acuerdo a las circunstancias.
No importa el lugar.
No importa el momento.
Es un segundo.
Es una mirada.
Es una palabra.
Un nombre que no existe.
Una circunstancia.
Un instante que no se espera.
Cegados por el deseo, por la duda, y el miedo, por la incertidumbre, manipulados por el encanto de lo que no se sabe.
“Hello, stranger”
Closer es una película dramática estadounidense, del año 2004, dirigida por Mike Nichols.
Protagonizada por Julia Roberts, Jude Law, Natalie Portman, Clive Owen, Nick Hobbs, Colin Stinton, Elizabeth Bower, Steve Benham, entre otros.
Escrita por Patrick Marber, quien también escribió una obra de teatro homónima, en la que está basada Closer.
El dramaturgo describe Closer, como:
“Una historia de amor.
Trata de otras cosas, por supuesto, celos sexuales, la mirada masculina, las mentiras que nos contamos a nosotros mismos, y a las personas que son más íntimas, las formas en las que la gente utiliza a otras personas.
Pero al final, es una agradable y simple historia de amor.
Y como con muchas historias de amor, las cosas van mal”
El título, “Closer”, afirma Marber, está abierto a interpretaciones:
“Quería algo ambiguo, algo que diera una sensación de humor, pero sin cerrar las posibilidades a lo que la historia podría significar”
Closer es una historia, que está envuelta por infidelidad, intimidad, y una mirada a las relaciones modernas.
Closer se ambienta en el Londres actual.
Natalie Portman fue nominada a un Oscar a la mejor actriz de reparto por su desempeño, y Owen Wilson fue nominado a un Oscar al mejor actor de reparto.
Closer es una historia de pasiones, sexo, amor, y abandono, que involucra a 2 parejas, con una situación que se complica, cuando el hombre de la 1ª pareja, conoce a la mujer de la 2ª pareja.
Closer habla de temas tan universales, como:
Los celos, el deseo, la infidelidad, y el amor, pero se hace de una manera tan elegante, e inteligente, que hace de Closer, una de las sorpresas más agradables de los últimos años.
Más que en las acciones, todo se centra en las palabras.
Las palabras son las que lastiman, lo dicho, o lo no dicho.
Una verdad expresada a destiempo, y de manera descarnada, resulta mucho más destructiva, que el engaño que pone al descubierto.
Se trata de un juego de dependencia y dominación, de seducción y humillación.
En su postulado sobre la pasión, el matrimonio y la posesión, Patrick Marber aporta magníficos diálogos llenos de dureza, crueles, y sexualmente duros, tan directos, que parece mentira que estén protagonizados por grandes estrellas, convertidos en actores, bajo la experta batuta de un Nichols, que sabe sacar todo el éxtasis dramático de sus mejores secuencias.
Closer supone, uno de los pocos prototipos de cine adulto y veraz, que despoja a sus personajes de cualquier artificio, y representa el amor, el deseo, y el sexo, como elementos inherentes a la intensidad y la profundidad del amor, pero que termina por convertirse en una muestra del vacío y la desesperación, a las que conllevan la infidelidad, el duro pago a la traición, y a los celos, como parte de un individualismo que desmonta cualquier faceta romántica del sentimiento.
Nichols y Marber, parecen querer evidenciar en todo momento, que el hombre y la mujer, nunca están conformes con lo que tienen, con la felicidad efímera que no saben disfrutar, como autómatas enajenados, invadidos por el profundo sentimiento de inseguridad y de angustia.
Y en ese desarrollo, de un argumento enfocado a la crueldad y el sadismo en la pareja, de gente que es incapaz de querer, pero expertos en odiar y hacer daño, la utilización del tiempo por parte de Nichols, es el gran hallazgo de Closer, dotado de una fascinante elegancia en el uso de sus elipsis temporales, sugiriendo que, el tiempo no significa nada en absoluto en las relaciones de pareja.
Así, Closer se convierte en una impactante instantánea, de una sociedad en la que amar, parece el mayor de los retos.
Closer es real, porque se aproxima como pocas, a estos sentimientos y emociones enfrentados, que brotan, se propagan, navegan a la deriva, y acaban esfumándose dejando un profundo rastro.
“What's so great about the truth?
Try lying for a change, it's the currency of the world”
Closer gira en torno a 4 personajes:
Daniel Wool (Jude Law) es un periodista, a punto de publicar su primer libro.
Anna Cameron (Julia Roberts) es la fotógrafa encargada de hacer la portada de la publicación.
Durante una noche de voyerista “chateo”, Dan mantiene, a través de Internet, una escabrosa relación sexual con Larry Gray (Clive Owen), un médico de profesión, al que cita en el acuario de Londres, propiciando un encuentro entre él y Anna.
El médico y la fotógrafa entablan una relación, pero la segunda, no puede dejar de sentirse atraída por el periodista.
A su vez, Dan lleva a Alice Ayres/Jane Jones (Natalie Portman), una mesera, al estudio de Anna, y ésta aprovecha para hacerle un retrato, que incluirá en una exposición.
La relación de estos 4 seres solitarios, dará comienzo a una serie de encuentros sexuales, relaciones ocasionales, y traiciones muy destructivas.
Pero a su vez, esas relaciones no llevan a ningún lado, ya que ninguno de ellos sabe realmente, qué quiere, y a quién quiere.
Así, el dermatólogo, Larry, es un ser que antepone el deseo sexual, por encima de otras consideraciones, tanto para establecer la relación, como para competir por ella.
Larry es alguien, al que le rompen el corazón en la historia, y decide que nunca más volverán a herirle.
Para defenderse a sí mismo, hace daño a otras personas.
Estas personas se enamoran y desenamoran, y muestran lo duros y brutales que pueden ser.
Al final terminas pensando:
¿Por qué nos hacemos esto?
Larry es el hombre viril, protector, cuyo físico concuerda con las habilidades que se esperan de un médico:
Fortaleza, pragmatismo, dominio de las situaciones.
A pesar de que el médico es esclavo de un modelo de masculinidad, que parece muy alejado del de Dan, en sus discursos sobre el amor, se revela una veta romántica, pues hace una clara distinción entre la sexualidad descontrolada, salvaje, y la sistematizada, legítima, que forzosamente es amor.
La fotógrafa, Anna, es más bien, un ser débil y dependiente, que se revelaría finalmente, como una chica depresiva.
Al principio de la historia, Anna es una fotógrafa de éxito, y una recién divorciada.
Después de quedar y flirtear con Dan, se casa con Larry, y todo ese tiempo, tiene una aventura secreta con Dan.
En lugar de rechazar el comportamiento más que cuestionable de Anna, la actriz Julia Roberts estaba muy interesada, en explorar las fuerzas y las debilidades de su personaje:
“Tuve muchos problemas para dejarla ser esta mujer increíblemente dolida.
Creo que hace cosas realmente horribles, que me dejan a mí como una aficionada, incluso, en mis peores momentos.
Es muy mala, pero no creo que haga las cosas de forma calculada”
Sobre todo, Roberts dice que admira Closer porque:
“Pienso que trata sobre la grave situación de esta gente, que intentan acercarse unos a otros, para estar más cerca de algo que tenga valor en la vida, para estar más cerca de una verdad, que quizás ninguno de ellos llegue a conocer.
Trata realmente sobre la intimidad de ser seres humanos compasivos.
Eso es lo que ellos tratan inconscientemente de conseguir”
La relación de Ana con Dan florece, mientras es clandestina, prohibida, pero cuando ella deja a Larry, y por fin puede vivirla sin obstáculos, ni culpas, se decepciona.
Descubre que el poeta es débil, y le tiene pavor a la sexualidad.
Una vez satisfecha su sed de aventura, la mujer independiente, tiene que volver a los brazos del hombre protector, aunque odie sus manos, y sus simplezas.
“La amas como un amo a su perro”, le reclama Dan a Larry.
“Y a cambio, el perro ama su amo”, contesta Larry.
Dan es un escritor de obituarios, es un cínico manipulador, que va de ida y vuelta en sus relaciones, para finalmente encontrarse con la horma de su zapato.
Dan es el personaje, a través del que se presentan todos los demás.
Jude Law dice, sobre su personaje, que es el catalizador de la acción:
“Dan es alguien que vive en una especie de burbuja, un novelista frustrado, hasta que conoce a Alice, que se convierte en su musa.
Con ella, él florece.
Esta relación, es la responsable de que salga de sí mismo, animándole a tener la suficiente confianza para encontrar a la mujer, a la que él cree amar realmente:
Anna.
Desafortunadamente, la relación parece estar maldita, y aunque le da algunos de los días más felices de su vida, también le causa problemas”
Dan tiene tintes de héroe romántico:
Es el poeta, hombre bello, sensible, que hace el amor de manera más delicada que el médico, y cuyo semen, incluso, sabe más dulce.
La misoginia propia del amor romántico, es más sutil y tal vez por ello, más corrosiva que otras.
No se denigra a la mujer abiertamente, se le “exalta”; se le convierte en una “visión”, como llama Dan a Alice, una especie de figura etérea, en la que se depositan anhelos, frustraciones, e ideales, que jamás podrán ser satisfechos por una mujer de carne y hueso.
Este es el impulso que mueve a Dan, por él, va buscando entre las multitudes a su musa, a esa iluminación que, al cegarlo, lo eleve, y le permita escapar de la monotonía de los días.
La musa no tarda en revelar su imperfección, y tiene que ser sustituida, por ello, Damien Rice, en la magnífica canción que acompaña el principio y fin de Closer, confiesa desgarrado:
“No puedo alejar mis ojos de ti / No puedo alejar mi mente de ti”; para después aclarar:
“Hasta que encuentre alguien nuevo”
Mientras que Alice es una joven nudista, también, aunque aparentemente dependiente, que sin embargo, sabía protegerse emocionalmente.
La clave de Alice, dice Portman, es el conflicto inherente en su personaje.
“Alice está realmente sola cuando llega a Londres, así que cambia completamente su mundo, se crea a sí misma por completo.
También tiene su lado infantil.
Es realmente honesta, y directa en lo que concierne a sus sentimientos, lo que la distingue de los otros personajes.
Así que, aunque miente sobre sí misma, es el personaje más directo, y honrado de Closer”
Y cierto, el personaje de Portman, es el más misterioso, y bajo la aparente fragilidad, encierra mucha fortaleza.
Es el contrario de Roberts, y la más víctima, tanto que recibe incluso una bofetada.
Al final, queda expuesta como la extraña por antonomasia:
Extraña ante los otros personajes, los espectadores, y sí misma.
No sabemos nada de su vida, más que al inicio de la historia, va de Nueva York a Londres para escapar del fracaso amoroso, con un hombre desconocido, y luego, de Londres a Nueva York, para escapar del fracaso con Dan.
Lo más desconcertante es, que también es extraña ante ella misma.
Desde su llegada a Londres, construye un personaje con tal de no estar “sola”, pues en realidad, no escapa de amores fracasados, escapa de sí misma.
A través de todos ellos, podemos observar por ejemplo, lo que puede ocurrir y ocurre, cuando un ser egoísta obtiene un poder propiciado por el enamoramiento desmedido de su pareja hacia él, podemos ser testigos, del desequilibrio que existe en una relación, cuando uno siente, y el otro no.
Aunque Closer culmina con una pareja unida, y otra separada, lo importante aquí, es que nada nos garantiza que, en un futuro cercano, dicha relación no se extinga.
Nos hallamos ante un drama sobre relaciones humanas, pero con algunos toques de “humor”, véase la escena en la que Dan engaña a Larry en un chat de Internet, con muchos diálogos que hacen referencia al sexo, aunque nunca llegue a verse ningún acto sexual, tan sólo a la Portman en paños menores.
Closer muestra el tipo de relaciones amorosas en boga, en el mundo contemporáneo, léase, en algunos países del norte de América, y sus grupos culturalmente afines, en el resto del planeta, caracterizadas por ser, relativamente breves, poco profundas, y por lo mismo, más factibles de juegos emocionales con limitados efectos posteriores.
Tanto así, que ha crecido, también gracias a internet, las posibilidades de establecer relaciones al azar, en encuentros realizados en los salones de chat del ciberespacio.
Este tipo de “libertad”, quizás una proyección más asimilada tecnológicamente, de las comunidades hippies de antaño, abre un mundo nuevo de aventuras y posibilidades de canas al aire, mentales, o reales.
Esto facilita también el trabajo del guionista, ya que al tratarse de relaciones establecidas al azar, y separadas por largas y oportunas elipsis, no hay necesidad tampoco, de tanta exigencia en la construcción de personajes; dado lo aleatorio y valga la redundancia, episódico de estos juegos emocionales.
Sin embargo, Closer demuestra que, incluso bajo un paradigma de “sinceridad absoluta” en el contexto de relaciones ocasionales, el sexo y el amor, se basan en una dosis mayor o menor de engaño y autoengaño; como formas de protección emocional, contra las manipulaciones basadas en la culpa, tan bien enunciadas, hasta cierto punto:
Los personajes o bien quieren sentirse inocentes, o si no, descargarse de la culpa… transfiriéndola al otro.
Lo que, finalmente, también es un esquema más o menos convencional.
“You don't know the first thing about love, because you don't understand compromise”
Closer no habla de amor, aunque el flechazo sea el punto de partida.
A pesar de que ha sido muy comentado, éste no es el eje vertebrador de la historia.
Todo lo contrario, los personajes de Closer, hablan durante casi 2 horas de desamor, de sexo, entendido como algo no romántico, flirtean con la violencia soterrada, se echan en cara las infidelidades, más que jurarse amor eterno, mienten, y se muestran esencialmente egoístas.
De este modo, la lectura que podemos hacer de Closer, nos devuelve un profundo pesimismo en relación al ser humano.
No hay lugar para mejorar la sociedad actual, si somos incapaces de mostrarnos solidarios con aquel que tenemos más cerca; es más, es imposible existir sin angustia, si nos quema el día a día, y no encontramos nuestro lugar en el mundo.
Tampoco podemos confiar en el amor como agente desalienante, si éste resulta ser básicamente ambiguo y frágil.
Si como dice uno de los personajes:
“La mentira es la moneda de cambio del mundo”, las apariencias cobran importancia capital, pues se convierten en la única herramienta de progreso para el hombre.
Pero todos lo sabemos:
Las apariencias engañan...
En Closer, los vínculos de pareja son una ventana, que nos muestra al ser humano contemporáneo, enfrentado a los problemas que plantea una sociedad de masas, a la hora de establecer relaciones afectivas.
Como sabiamente reza el título, Closer nos ofrece una mirada más cercana, y más real, a la intimidad de unos personajes que no esconden ante la cámara, ni sus impulsos sexuales más primarios, ofreciéndonos un pequeño y asombroso mosaico de la freudiana realidad que los acecha.
De esta forma, los protagonistas escapan hábilmente a la predicción, mienten, son crueles, cínicos, y escatológicamente humanos.
Y es que Mike Nichols no ha escatimado sal gorda, para hacernos llegar su mensaje en Closer.
Nichols opta por mostrar a unos pocos personajes, perdidos en la vorágine de una gran ciudad, sus vaivenes sentimentales y sexuales, cómo se aman y se odian, cómo se intercambian las parejas, cómo pese a todo, no pueden superar su soledad, y por qué no decirlo, un cierto egoísmo a la hora de relacionarse con otras personas.
En Closer, 4 personajes ególatras, inadaptados, poco simpáticos pero reales y humanos, establecen una conexión sujetada por ansias sentimentales y lujuriosas que manifiesta, con una perspectiva adulta bastante misántropa, cínica, y acerba, la apetencia y el egoísmo de la naturaleza humana, la alienación urbana imbuida de tiesura sexual, y retozo emocional, marcado en su desarrollo por la seducción, la traición, el engaño, la confianza, la manipulación, y la crueldad, que derivan en la destrucción o autodestrucción sentimental.
Los 4 personajes son auténticos seres humanos, cuya crudeza humana radica en sus instintos, sexuales y violentos, en el caso de los personajes de Jude Law y Clive Owen.
Law y Roberts encarnan a los personajes menos sinceros, y más falsos.
Por otra parte, Owen y Portman se meten en la piel de los personajes, con instinto y fuerza dramática, que sólo buscan amar y ser amados, pero sin caer en el gran amor, sólo en amores simples.
Pude observar que, en cada uno de los personajes, llevaba su formación profesional, a sus relaciones, y como las cualidades más próximas a su oficio, salían a la luz.
Así:
Larry, el dermatólogo, se preocupa más de lo superficial, la piel, que los daños que sufre el alma.
Alice, utiliza la desnudez como forma de falsa sinceridad.
Anna va siempre con la verdad objetiva que tienen las fotografías.
Y por ultimo Dan, es el causante de todo, con la duda entre 2 mujeres que le dan algo diferente, así como sus 2 oficios.
Las mujeres son modernas e independientes, y los hombres son perdedores, y ejercen de satélites entre las 2 mujeres.
No obstante, por encima de la anécdota, de las particularidades de estos caracteres, complejos, universales, construidos con precisión, pero sin insultantes obviedades, de sus idas y venidas, queda una inolvidable muestra de los mecanismos y resortes psicológicos, que se ponen en funcionamiento ante el amor y el desamor:
Inseguridades, temores, dependencias, chantajes, deslealtades, venganzas, culpabilidades, juegos de seducción, complicidades, conceptos de posesión y control...
Asimismo, Closer respalda un estimable estudio de los celos, celos sentimentales, pero también sexuales,  de la fragilidad que el amor otorga a nuestras vidas, del valor de la sinceridad, y la necesidad, en ocasiones más oportuna, de la mentira.
En este último sentido, la sorpresa que reserva su final, nada estruendoso en lo formal; pero un pequeño detalle, cuya importancia obliga a replantearnos lo visto, es altamente reveladora.
Y ese final, si te das cuenta, sale en una escena, que el nombre de Alice, no es Alice, sino Jane Jones, y se mira en una toma, que mientras ella miraba una lapida que decía “Alice Ayres”, que era una persona que murió hace 100 años, dando así que le mintió a su pareja Dan, durante 4 años de novios.
Alice le mintió siempre a Dan, su nombre era Jane Jones, y se lo dice a Larry cuando le hace el striptease, pero este no le cree.
Así, el nombre Alice, surge de la caminata por el parque, casi al principio, ella ve la lápida con el nombre, y se lo dice a Dan.
Así como le mintió con el nombre, le miente al decirle de que trabaja de camarera en un café, cuando es una stripper.
Cuando él la deja ir, por considerar que lo engaño, el va al mismo lugar donde se conocieron, para darse cuenta que no sabe nada, ni el nombre, de su verdadero amor; en otras palabras, el no sabía nada del amor.
Dan, a pesar de todo lo sucedido en los 4 años que abarca Closer, no aprende a perdonar, y pierde todo lo que ya tenía, por su afán de saber más de Alice.
¿Por qué, durante tanto tiempo, Alice le mintió?
No sé, tal vez nunca confió en el…
Cuando Dan conoce a Alice, le confiesa que se dedica a la Siberia del periodismo, es decir, escribe obituarios.
Le cuenta cómo usa eufemismos para hablar de los muertos, o de los que aún están vivos, con tal de no decir de manera cruenta, lo que eran o todavía son.
Sociable en lugar de borracho, sensible en lugar de homosexual.
Cuando ella pregunta:
¿Cuál sería su eufemismo?
Dan responde:
“Disarming” algo que cautiva o desarma.
¿Eufemismo de qué?
Quizás de algo tan grande y terrible, que es imposible poner en palabras.
Todo el lenguaje amoroso, es un gigantesco eufemismo de algo más, una manera sofisticada de pedir que alguien te necesite; intentar exorcizar la soledad; hablar de ti, mediante la referencia al otro; retener a alguien para tener sexo; refrendar poderío sobre otra persona; o es tal vez, un intento de codificar impulsos, angustias, y fantasmas, que cuesta racionalizar.
Oímos a lo largo de Closer frases prototípicas de los amantes:
“Te amo”
“Podría haberte amado por siempre”
“Vi esta cara, esta visión”
“Eres perfecta, amo todo de ti”
Pero todas estas declaraciones, se ven ironizadas por las situaciones en las que se les nombra, por la manera en que encubren, o legitiman, las luchas de poder que caracterizan las relaciones amorosas y sexuales.
Closer es, entonces, el obituario fílmico del amor romántico.
Hacia el final, Alice le dice a Larry, que las relaciones no son una guerra; sin embargo, toda esta historia nos hace pensar que lo son.
Una guerra en la que todos participan:
Ellos luchan, entre otras cosas, por definir su masculinidad, refrendar su poderío, darle vida a sus ficciones.
Ellas se baten por no estar “solas”, aunque eso requiera camuflaje; les atormenta no ser quién se espera que sean.
Alice deja que Dan le construya un pasado, que cumpla con sus fantasías de escritor delirante; cuando él la abandona, cree que es porque no es exitosa como Ana.
Ana, por su parte, no se atreve a dejarse odiar, tiene que mostrarse como serena, no malintencionada, víctima de las circunstancias, la mujer que jamás busco robar hombres ajenos; aunque en realidad juegue sucio y traicione.
En esta guerra, todos pierden, hasta los que se quedan juntos.
De ahí la desolación que inspira, al final, la escena de Larry y Ana, acostados en el respetable lecho matrimonial.
“No one will love you as much as I do.
Why isn't love enough?”
Lo que Closer nos muestra a fin de cuentas, son los encuentros y relaciones de unos completos extraños, 4 almas que insisten en dañarse mutuamente, y curarse las heridas, encontrándose en algún punto de sus caminos, de sus vidas, para compartir lecho, algo a lo que se le da mucha importancia, pasión, odio y, a veces, incluso amor.
Se podría decir, que esa es la metáfora de Closer, que se basa en metáforas:
El ser humano, muchas veces, no puede disfrutar de la felicidad que tiene, porque no sabe si lo que tiene, realmente le gusta...
Como dice la frase del poster:
“Si crees en el amor a primera vista, nunca dejarás de mirar.
De buscar.
De buscar algo mejor.
O distinto”
Es curioso, pero el afiche de Closer, muestra a los protagonistas mirando de frente al espectador.
¿Es realmente posible, amar a un extraño con sólo verlo?
Algo que concierne a la mirada y a los extraños, a “mirar a un extraño”, de seres que teniendo un universo de posibilidades, prefieren restringir sus reacciones y sentimientos, como los peces que aprenden a vivir en un acuario, a pesar de haber conocido la amplitud del océano.
Anna, Dan, Larry, y Alice, viven en una pecera de aguas transparentes, pero turbulentas.
Un espacio pequeño, pero desconocido, llevados por el deseo, no son lo suficientemente fuertes para confrontarse y descubrir que están solos, que son débiles, que necesitan protección, y compañía.
La batalla de los sexos sigue sin un resultado definitivo, porque los hombres, pertenecientes al llamado sexo fuerte, son dependientes, y necesitan comprobar siempre que tienen la razón.
El tema es, la imposibilidad del amor duradero, o para toda la vida, que es el mito fundamental de lo romántico, tan explotado en cine y literatura.
Los protagonistas se enamoran, se desenamoran, y se vuelven a enamorar, o mejor dicho a “enamorar”, porque como le dice Alice a Dan, al final:
“No veo el amor que dices tenerme”
El espectador tampoco lo ve.
Ellos dicen que están enamorados, que se quieren, pero no se manifiesta en nada, solo en diálogos, en los que el sexo es lo único que tiene importancia.
De hecho para ellos, especialmente para los hombres, que son los que salen peor parados en su descripción, un simple revolcón sin amor con otro, por parte de sus mujeres, puede desencadenar una pelea, o la ruptura definitiva.
Hay una obsesión en centrar las relaciones humanas en el sexo, al que se da en Closer, una relevancia desmesurada:
“Dónde lo hiciste con él, cómo, cuándo, si te corriste, si te gustó, etc.
Lo demás, los sentimientos, parecen no importar nada en absoluto.
Sobre todo a Dan, da la impresión de que lo guía el capricho a la hora de “enamorarse” o “desenamorarse”
Todo es frivolidad y engaño, pero no engaño en el sentido de ser infiel, sino en el de montarse una relación con los tópicos y lugares comunes, de ese romanticismo que he citado antes, sin sentir en realidad, la necesidad de un compromiso, o la de crear un lazo profundo, una amistad, o afecto antes que pasión.
Closer trata de desmontar el mito romántico, de ahí que resulte tan inverosímil y forzada en algunas de sus escenas, al servicio de la “tesis” principal.
Es especialmente increíble, la escena en el acuario de Londres, donde el personaje de Clive Owen, un auténtico neandertal, rudo, encarnación de lo más caricaturesco de la esencia masculina, habla a Anna (Julia Roberts) como si fuera una puta, en términos sexuales muy groseros, y así de pronto, sin que ella se asuste, se alarme o se largue directamente.
El espectador sabe, que todo es fruto de un malentendido, ya que el día antes, él creía estar hablando con ella por internet, en un chat pornográfico, donde se habían dicho de todo, y no muy finamente, pero ella no lo sabe, y su reacción no es la normal en estos casos.
Cualquier mujer saldría corriendo de inmediato…
Volviendo al chat de internet, muchos críticos lo han señalado, como una escena que rompe el ritmo de Closer, y se hace pesada.
Pues bien, a mí no me lo ha parecido, tal vez porque era lo único, más o menos gracioso, y además, reflejaba bien la falsedad de ese tipo de chats, y de relaciones ciber-sexuales, donde se pueden llegar a decir las cosas más ardientes, mientras estás mirando el teclado con toda frialdad, aunque Owen sí que se excitaba…
Resulta curioso que Dan inicie un chat como mujer, acaso es homosexual…
¿No es un tanto misógino, que los 2 únicos personajes femeninos de Closer, se nos presenten, por un lado, como una mujer madura que nunca llega a saber qué puñetas es lo que quiere, saltando de una cama a otra, en base a los mangoneos perpetrados por la parte masculina; y por otro lado, una jovencita explosiva, desesperada por mendigar un poco de atención de su novio, de quien sabe positivamente, que le será infiel a la primera de cambio?
¿Y no es de un feminismo radical, casi enfermizo, retratar a los 2 únicos personajes masculinos, como un par de adúlteros caprichosos, uno más bruto que el otro, pero ambos, patéticamente obsesionados en algún punto, por constatar que el amante ilícito, no la tiene tan grande, ni es tan bueno en la cama, como ellos?
Aunque ver la obra de Marber, básicamente como una historia de hombres y mujeres enamorándose y desenamorándose, también es una batalla entre los 2 personajes masculinos, que se convierten en enemigos irreconciliables.
Hay un problema de ego entre ellos 2.
Se podría decir, que para ellos, es incluso más importante, fastidiar al otro, que conseguir a la chica de la que están enamorados.
A pesar de las aparentes diferencias entre los 2 personajes masculinos, el lenguaje amoroso de ambos, queda expuesto como una farsa, ante los deseos de dominio que tienen sobre su pareja.
Ni el héroe romántico, ni el hombre devoto del compromiso, y de las relaciones institucionalizadas, pueden soportar que sus mujeres sean “poseídas” por otro.
Cuando Dan ha logrado que Ana deje a su esposo, éste se enfurece, al descubrir que se acostó con él, a cambio del divorcio.
“No le di nada”, alega ella; “Tu cuerpo”, responde él, para después declarar desencantado:
“Hemos perdido la inocencia”
Empero, esto no es cuestión de inocencia, sino de poder.
Pero esa primera vista, no es más que un detonante.
Es suficiente para encender la llama, pero no para que la llama perdure.
No basta con el instinto de momento.
La constancia y la lealtad, son las bases sobre las que se construye realmente una relación, que puede o no funcionar.
Solo se puede esperar, que una relación funcione, cuando somos capaces de mirar más de cerca a nuestro compañero.
Pocas cosas son tan secretas, como una vida humana.
¿Qué es lo que nos hace pensar, que podemos captarla de un vistazo?
A pesar de las duras lecciones de la experiencia, seguimos esperando un milagro que resuelva nuestras necesidades; confiamos en una señal, después de la cual nos comprometeremos, y tomaremos las riendas de nuestra vida.
¿En qué momento nos convencemos de semejante mentira?
Las cosas que importan, requieren nuestro sacrificio, mejor aún, requieren de nuestra participación activa, de algo más que una paciente espera.
Casi nada es como queremos, a no ser que seamos capaces de actuar, de hacer algo.
Son las acciones las que nos construyen como personas, no las mentiras que nos decimos, o les decimos a los demás.
Ahora, el adjetivo “Closer” tiene un significado equívoco, puede entenderse como “más cerca”, pero también como “más cerrado”
Esta ambigüedad, hace referencia a la manera en que cada uno anhela estar más cerca de otro, entablar una relación íntima, cuando, paradójicamente, cada vez están más encerrados en sí mismos.
Así, los personajes de Closer se nos presentan como:
“Un grupo de extraños tristes y solos, fotografiados hermosamente”, frase con la que Alice califica a la exposición fotográfica “Extraños”
El trasfondo operístico que acompaña a Closer, contrasta con el tema moderno que abre y cierra el metraje, en escenas de similar factura, aunque de opuesta significación, en un plano que subraya la idea de un ser humano, que a pesar de formar parte de una asfixiante masa que camina en una misma dirección, puede, a través de su profundo humanismo, ser dueño de su destino, y esa constante permanencia de Wolfgang Amadeus Mozart, precisamente en la ópera “Così fan tutte ossia La scuola degli amanti, KV. 588” como insistente fondo musical.
La traducción literal del título es “Así hacen todas las mujeres, o sea La Escuela de Los Amantes”, y menos literalmente:
“Lo mismo hacen todas” o “Las mujeres son así”
Estas palabras son cantadas por los 3 hombres, cuando hablan del voluble amor femenino, en el II acto, cuadro III, justo antes del finale.
Algunos han visto en el título y el argumento de la ópera, un dejo de misoginia por parte de Mozart y da Ponte.
Mozart y Da Ponte tomaron como tema el “intercambio de parejas”, que se remonta al siglo XIII, con notables antecedentes como “El Decamerón” de Boccaccio, y el “Cimbelino” de Shakespeare.
Elementos de otra obra de Shakespeare “La Fierecilla Domada” también están presentes.
Más aún, incorpora elementos del mito de Procris, tal como se encuentra en las Metamorfosis de Ovidio, vii.
Además de rescatar la música de la cantante brasileña, Bebel Gilberto, en las escenas de la exposición de fotografías.
“Where is this love?
I can't see it, I can't touch it.
I can't feel it.
I can hear it.
I can hear some words, but I can't do anything with your easy words”
Closer es una descarnada tesis, acerca de la pareja en la actualidad, de sus debilidades, del egoísmo que precede a la tentación exterior, que resquebraja aquello que parece sólido y estable, pero que en realidad, es una mentira más para la corrupción sentimental, para dejarse llevar a la conformidad que proporciona la siempre simulada felicidad.
Sin lugar a dudas, Nichols acierta con este retrato del falso amor, o amor entendido a la manera moderna, que no hace sino mostrar una cruda realidad del amor vacío de este fin de siglo, o comienzo de otro, propio de seres egoístas, que no encuentran su sitio en la sociedad que les rodea, donde la inseguridad, inherente a la angustia vital y sentimental que padecen, dibujan unos diálogos que hacen de Closer, y de sus personajes, una interesante película, que permite hacer una introspección psicoanalítica al espectador que acude a verla.
Demasiadas emociones…
El ser humano es en potencia, demasiado capaz de desarrollar sentimientos, demasiado libre para expresarlos, y demasiado inconsciente del alcance que puedan tener los mismos sobre los demás, los que no somos nosotros, y están cerca, más cerca.
Closer es una complicada encrucijada amorosa, es una situación típica para cualquier mortal que da lugar a sus deseos, y la seguidilla de decisiones, mentiras, verdades, vacilaciones, lágrimas, silencios, y pasos adelante, conforman el pack básico del ser humano, lo que nos distingue de los animales.
Recordar, añorar, buscar, encontrar, perseguir, y sufrir por haberse equivocado.
Y seguir viviendo.
Y seguir complicándolo todo, porque la vida nos queda grande, y porque es demasiado complicada.

“It's a lie.
It's a bunch of sad strangers photographed beautifully, and... all the glittering assholes who appreciate art say it's beautiful 'cause that's what they wanna see.
But the people in the photos are sad, and alone...
But the pictures make the world seem beautiful, so... the exhibition is reassuring which makes it a lie, and everyone loves a big fat lie”



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