City Of Angels

“Some things are true whether you believe in them or not”

En mayor o menor medida, todas las religiones reservan a los ángeles, el rol de mensajeros divinos; intermediarios de Dios, o los dioses, ante la humanidad, destinados a instruir, orientar, y hasta dirigir a los mortales.
Un ángel es un ser inmaterial, o espiritual, presente en algunas religiones, cuyos deberes son asistir y servir a Dios.
Los ángeles son a menudo representados como mensajeros de Dios en la Biblia hebrea, Biblias cristianas, y el Corán.
Según las 3 principales religiones monoteístas, los ángeles además, actúan como mensajeros, ejecutando Los Juicios de Dios, y sirviendo a los creyentes.
Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados, como criaturas de gran pureza, destinadas en muchos casos, a la protección de los seres humanos.
En este sentido, en el cristianismo, se habla de El Ángel de La Guarda o Custodio, que sería aquel, que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla.
Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo, por desobedecer o rebelarse contra Dios.
El más conocido de ellos, en la tradición cristiana, es Lucifer.
“She didn't believe in angels until she fell in love with one”
City Of Angels es una película dramática y fantasía, del año 1998, dirigida por Brad Silberling.
Protagonizada por Nicolas Cage, Meg Ryan, Dennis Franz, André Braugher, Colm Feore, Robin Bartlett, entre otros.
El guión es de Dana Stevens, y está inspirada en la película alemana de Wim Wenders, “Der Himmel über Berlin” (1987)
City Of Angels se apoya más decididamente en la vertiente religiosa, reduce al mínimo la filosófica, reinventa la trama de Wenders, para adaptarla a las fórmulas de “Love Story” infinitamente probadas, y gastadas por el cine “mainstream”
City Of Angels es una historia sobre personas inseguras, y sobre espíritus también inseguros.
El mundo está lleno de ángeles, una comunidad aparte, con amistades y enemistades.
Seth (Nicolas Cage) es uno de ellos.
Se aparecen a aquellos que están a punto de morir, o que se están muriendo, para hacerles más tranquilo el viaje que están tomando.
Seth observa en un quirófano, cómo Maggie Rice (Meg Ryan), cirujana cardiovascular, se esfuerza en salvar la vida de un hombre, a pesar de que ya está muerto, y está al lado de Seth, mirando a Maggie.
Seth se siente conectado con Maggie, y se va dando cuenta, de que Maggie nota su presencia, hasta que al final, es capaz de mostrarse visible ante ella.
Su relación evoluciona desde la curiosidad, pasando por la amistad, hasta una especie de relación amorosa.
Sin embargo, el mundo tiene una forma irónica de jugar, y no durarán mucho juntos; pues ella tiene un accidente en el que muere, dejando a Seth desolado y solo, en un mundo que no es el suyo.
A pesar de esto, él decide vivir, y disfrutar la oportunidad que tiene al estar en este mundo, aunque ya no tiene a Maggie a su lado.
City Of Angels no es sensiblera ni empachosa, sino para gente sensible, no superficial, que imagina un mundo más allá de la realidad.
Pese a sus convencionalismos, y a las trabas que muchos le ponen, por ser un drama romántico dulce, melancólico, y sosegado; yo no le niego la magia que posee.
Vale que las actuaciones no sean de sobresaliente, pero son emotivas, y son muy acertados, los primeros planos en los que los rostros cobran un protagonismo conmovedor.
Y, sobre todo, lo más bello, es el aura ultra terrena, conseguida a través de la fotografía, y de la música.
City Of Angels también es un bello drama fantástico, que por encima de su difuso y enigmático planteamiento del Más Allá y sus ángeles, propone el mensaje central del amor, que trasciende las barreras de lo mortal y de lo temporal.
Y es que se cuenta, que los ángeles acompañan a las personas, y de forma especial cuando mueren, conduciéndolas hacia la luz.
Los ángeles son invisibles para los humanos, pero están ahí.
Cada amanecer y atardecer, acuden a la playa y escuchan “La Música de Dios”
Sin embargo, algunos ángeles, como Seth, tienen deseos de hacerse hombres para amar y sentir.
Como representantes del espíritu, añoran la corporalidad para saborear, tocar, estar enamorados, e incluso sufrir.
Pero también, los seres humanos tienen sus propios problemas, se sienten pequeños, como la doctora Maggie, para vencer al dolor y a la muerte:
Formados para creer en lo que se puede ver, sienten la angustia ante la limitación:
No poder dormir, no poder amar, y no poder creer.
City Of Angels es interesante, desde el punto de vista didáctico, aunque simplista en cuanto el planteamiento.
Sin embargo, el argumento nos permite mostrar la polaridad entre espíritu y materia, cuerpo y alma, asunto que como veremos, tiene fuertes implicaciones escatológicas.
Seth desde el amor humano, descubre una experiencia que trasciende su condición angélica:
“Prefiero haber olido una vez su cabello, que toda una eternidad sin ella”
Con su descenso a la humanidad corporal, aprenderá también, que el amor conlleva el sufrimiento, y la vulnerabilidad.
La escena conclusiva, donde Seth se sumerge en el mar, remarca fuertemente la corporalidad.
Asunto interesante, para a abordar la resurrección de la carne.
Lo que en el fondo entraña una crítica cristiana al espiritualismo:
No somos ni seremos ángeles.
El proceso de Maggie, camina de la desolación a la fe.
Antes de conocer a Seth, ella no cree, y vive en una cierta desolación.
Después se abre al misterio, y comienza a ver más allá.
Su “vuelo en la bicicleta” muestra hasta qué punto, Seth ha animado su alma que ahora parece volar.
Y este precisamente será el momento de la muerte de Maggie, que desde el amor a Seth, es abordada con confianza.
Ahora ya sabe lo que pasa, y está en paz.
En City Of Angels, curiosamente, no hay rasgos de una presencia personal de Dios.
Dios está en la luz del amanecer y el atardecer.
En la luz de fondo, a la que son conducidos los muertos.
Dios está más allá del infinito, y de él viene “La Música” que es comunicación.
Sólo los ángeles pueden escuchar esos sonidos, que por lo menos, a algunos les llenan la existencia.
Sin embargo, Dios es un interlocutor:
Maggie se dirige a Dios para pedirle ayuda, y también a Dios se dirigen las quejas de Seth:
¿Por qué lo hizo?
¿Me ha castigado?
Aquí se despeja la duda, sobre la intervención de Dios en el sufrimiento humano.
Así es la vida humana, vulnerable y limitada.
Dios no usa la pedagogía del sufrimiento.
No se trata de un Dios que todo lo controla, sino que da libertad a cada uno, y se resigna ante la autonomía de las causas mundanas.
Sin embargo, su silencio musical, lo identifica más con un Dios trascendente y lejano, que con un Dios encarnado y cercano.
La presencia de los ángeles, será una mediación sugerente, pero insuficiente.
Algunos apuntes de la resurrección, resultan sugerentes en City Of Angels.
Por una parte, la propuesta de las dimensiones espirituales:
“Vive pero no como tú quieres” avisa Seth a Maggie, ante su crisis tras la muerte de un paciente.
Pero a la vez, hay una reivindicación de la corporalidad que ya hemos señalado.
Sin embargo, la resurrección apunta también, a la novedad abierta al más allá, de plenitud y sentido.
Pero los problemas se plantean desde los límites de la imagen de Dios, en la medida en que no hay alteridad, y no hay referentes cristológicos.
Hay más allá de la muerte, pero no esclarecido desde el misterio pascual de Jesucristo.
Tampoco City Of Angels lo ha de decir todo...
“What if angels walked amoung us, and one of them fell in love with us?”
El guión de City Of Angels es simple, su fuerza es el plantear ideas, y poner al auditorio a soñar, o a cuestionarse, a disfrutar olores y tacto, y aunque intenta plantear diálogos radicales, y mete hasta elementos mínimos de poesía, la historia descansa en el componente personal de su significado, y no en estos diálogos, o intentos.
Lo destacable es entonces, el aspecto de lograr involucrar emociones, algo relativamente fácil al tratar estos temas, y lograrlo, sin tratar de dar respuestas o plantear “el punto de vista”, sino una idea sencilla, que no busca manipular, sino dar una versión de la posibilidad de contar con ángeles que pueden enamorarse.
El final de City Of Angels, juega obviamente con nuestros conceptos clásicos de lo que debe pasar en un “happy ending”, pero esto es más la carga personal que cada uno trae, y no el hecho de que el guión busca manipularnos descaradamente.
En este sentido, la propuesta es válida totalmente.
Nunca vi un ángel tan especial como Seth, solamente ver su cara, me transmite tanta tranquilidad, y tanta calma, como 10 sesiones con el mejor masajista de La Tierra.
Nicolas Cage demuestra, que no todo es acción y persecuciones, después de que uno gana un Oscar, y su papel en City Of Angels, es un regreso afortunado a un tipo de personajes, cuya expresión es lo más destacado, sin recurrir a habilidades histriónicas complejas, sino a posturas convincentes, que en esta ocasión, descansan en miradas y rostros, prácticamente inexpresivos, pero al mismo tiempo, cargados de deseos por expresarlo todo.
Meg Ryan, por su parte, se aleja un poco de los roles de comedia, y da vida a un elemento de ilusión, en un mundo eternamente restringido, pero aquí debo reconocer, que la fuerza de su personaje, radica más en el personaje mismo y su contexto, que en su actuación.
De cualquier forma, la pareja es aceptable en conjunto, y finalmente, el guión da peso a las situaciones, y no a la actuación misma, con lo que City Of Angels logra su objetivo.
Dennis Franz como Nathaniel Messinger, el ángel que no para de disfrutar de un placer terrenal, terminando en gula evidente, y que resigna su divinidad espiritual, es verdaderamente un chiste…
A destacar también, algunas ideas fascinantes, como esa playa inmensa, tomada literalmente por ángeles vestidos de negro, que escuchan música al amanecer, antes de comenzar su ingrata tarea diaria.
Sin embargo, City Of Angels se llena también, de una auténtica galería de incongruencias, que preside el encuentro de los protagonistas:
Seth sigue siendo ángel, y sin embargo, Maggie lo puede ver.
El se enamora perdidamente:
¿Alguien dijo que los ángeles no tienen sexo?
Y renunciará oportunamente al ángel.
Ella no se queda atrás:
A poco de andar, jura y perjura, que tiene que haber “alguien más grande, más allá”, que se encarga de poner cada cosa en su sitio.
La medicina, el amor carnal, quedan prontamente subordinados, al orden de lo divino.
La ya floja urdimbre dramática, se termina de descalabrar.
Maggie cambiará un suculento picnic campestre por una charla religiosa sobre la vida y la muerte con el ángel.
Hacia mitad de City Of Angels, mientras Nicolas Cage aún es un ángel, y está con Meg en su casa, ayudándola a cocinar, Cage está cortando verduras con un cuchillo, que Meg ve como pasa a través de uno de los dedos de Nicolas, sin cortarle.
Ella entonces, revisa el cuchillo, y se queda toda intrigada:
¿Cómo hace Cage para tener el cuchillo en una mano, si la otra es inmaterial?
¿No vimos en la biblioteca, que los ángeles no podían coger objetos, por lo que, por ejemplo, no podían hojear libros?
Al final de City Of Angels, cuando Maggie se muere, Seth está viviendo en la casa de ella.
Si tenemos en cuenta, que sólo ha sido humano durante unos pocos días...
¿Cómo hizo para tomar posesión del apartamento, y que nadie se lo impidiera?
Y la antigua pareja de Maggie, Jordan Ferris (Colm Feore)
Para colmo, la “sorpresa final” es absolutamente previsible, donde en ese desenlace, se quiere poner un poco de amargura, ante tanto almíbar reinante.
Pero, definitivamente la banda sonora de City Of Angels es “angelical”, emotiva, y satisfactoria, de hecho, es considerada, una de las mejores bandas sonoras de los 90; con la participación de artistas excepcionales, que nos traen en sus temas, sentimientos hermosos.
El soundtrack es efectivo, comercial y cinematográficamente, con selección de canciones pop, que apoyan algunos momentos clave en City Of Angels:
Tori Amos, Peter Gabriel, Paula Cole; todo disfrutable en exceso, y el score de Gabriel Yared, es agradable, con pocas notas, y con un leitmotiv sencillo pero efectivo, dando fuerza a los momentos “angelicales” partiendo de sonidos continuos, que destacan el elemento de magia, sin necesidad de ser ostentoso o recargado.
De nuevo, la sencillez es la virtud, ahora en lo musical.
En City Of Angels, todas las canciones giran alrededor del amor:
El bueno, el malo, o el platónico.
Es emotivamente extraña, de canciones sinceras, y melodías particulares.
En general, el álbum “City Of Angels” tiene tintes melancólicos y tristes, perfectos para aquellos que quieren considerar los significados más profundos de vida.
Otra crítica es, que algunos temas son exclusivos, y otros son prestados, sin embargo, combinan perfectamente.
“I don't understand a God who would let us meet, if there's no way we could ever be together”
Resulta pues, que según cuentan, existen 4 ángeles súper lumínicos mayores, que se ocupan de la vida humana sobre La Tierra.
Cuando se pensaba que La Tierra era el centro del Universo, esos 4 parecían muy importantes en El Cielo.
No lo son.
Hay millones de arcángeles.
Sin embargo, esos 4 son muy importantes en La Tierra:
Gabriel, Miguel, Rafael, y Uriel.
La terminación “el” los identifica como mensajeros, y enviados de Dios.
El ángel de la muerte, por su parte, es el encargado de guiar a las almas a la próxima etapa, o dimensión espiritual.
Se le ha llamado por muchos nombres diferentes:
En la tradición judío-cristiana, a los ángeles y arcángeles:
Miguel, Gabriel, Samael, y Sariel, se les ha dado el nombre de “Ángeles de La Muerte”
La tradición musulmana le llama Azrael; y es El Ángel de La Muerte que escribe y borra los nombres de las almas.
Los escribe cuando nacen, y los borra cuando mueren.
Al Ángel de La Muerte, se le ha visto como un ser severo, vestido de negro, que viene a llevarse el alma humana al más allá; o como un ser benévolo, que provee alivio, y guía a la hora de la transición.
Se piensa que, el concepto del Ángel de La Muerte, como una criatura temible, se basa en las descripciones del Mal'akh ha-mavet, en el Talmud.
Este ángel, representa los demonios asociados con la caída del ser humano, que tuvo como consecuencia la muerte.
Además, al Ángel de La Muerte, se le ha identificado también, con Satanás.
Aunque la Biblia cristiana no menciona un “Ángel de La Muerte”, tradicionalmente, el catolicismo ha identificado a San Miguel Arcángel, como el encargado de pesar y llevar a las almas, a la otra vida.
Según la tradición, El Arcángel Miguel, se comunica con las almas, en el momento de la muerte, para ayudarlas a redimirse antes de morir.
El Ángel de La Muerte, es el ser que se mueve entre la luz y la oscuridad de la percepción humana.
Al pensar en El Ángel de La Muerte, el ser humano da forma, a un concepto que le causa miedo, y que a la vez, es inevitable.
Pero la presencia de estos ángeles, ayudan a crear luz, o sabiduría, para enfrentar y comprender lo inevitable.
Cuando, al momento de la muerte, las personas describen el encuentro con este ángel, su transición comienza a ocurrir.
El Ángel de La Muerte, no solo lleva el alma humana a su creador, también la ayuda a erradicar el miedo, en el momento del “gran y último viaje”
Además de brindarnos su amor, su inspiración, su apoyo, y su agradable compañía, los ángeles nos pueden guiar, mediante sincronicidades, o sea, el encadenamiento “casual” de hechos significativos, que vienen en nuestra ayuda, para que podamos lograr nuestros más elevados propósitos.
Los ángeles también nos dan señales, pistas, e incluso consejo directo, a través de canalizaciones, o telepatía, para conducirnos hacia lo que es mejor para nosotros, en las distintas encrucijadas vitales, allanando así nuestro camino de regreso a la divinidad.
Entablar contacto con ellos, es un preciado regalo, y un potente catalizador en nuestro proceso evolutivo.
Son los mejores psicólogos, pues nos ayudan a descubrir nuestras respectivas trabas y bloqueos; los mejores médicos, porque nos develan el verdadero origen de nuestras enfermedades, y los mejores asesores, pues nos ayudan a modificar nuestro presente, para elegir los más luminosos futuros.

“When they ask me what I liked best, I'll tell them, it was you”



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