The Natural

“My dad wanted me to be a baseball player”

Los valores más tradicionales de la población estadounidense, están representados en uno de sus deportes de mayor popularidad:
El béisbol.
El béisbol es un deporte, que tiene ciertas características, que lo distinguen de los demás deportes de pelota, que se practican masivamente en el mundo.
Quizás, la más significativa es, que los 2 equipos se van alternando en sus posiciones de ataque y de defensa, lo cual hacen durante 9 oportunidades, denominadas “entradas”
Así, ocurren en este deporte, 9 posibilidades para demostrar las capacidades de los equipos.
En este sentido, se podría decir, que el béisbol es un deporte, que permite el desarrollo sistemático de habilidades, basadas en la repetición, y en la práctica constante.
Cada uno de los 9 jugadores, tendrá como mínimo, la oportunidad de tener 3 turnos de batear y de anotar puntos, además de contar con 9 turnos de apoyar al equipo defensivamente, evitando que el contrario anote puntos.
Es obvio que el concepto de turno, y el de entrada, confieren un sentido de orden al juego, lo mismo que las posiciones que ocupan los jugadores en el campo defensivo, claramente definidas y zonificadas.
Pero en medio de todos estos ordenados conceptos, se crean unos espacios explosivos y creativos, que le confieren un sentido de aventura y de sorpresa al juego.
El mayor de ellos, es el enfrentamiento entre 2 hombres:
El lanzador y el bateador, enfrentamiento que ocurre siempre nuevo, inesperado.
Actúan como testigos directos, el receptor o “catcher”, en unión íntima con el lanzador, y el juez o “umpire”, ser supremo que señala, si los lanzamientos fueron o no acertados.
El enfrentamiento entre lanzador y bateador, es supremamente tenso para ambos, y se dirime a base de fuerza, velocidad, atención, ganas, habilidad, y cierta dosis de malicia, y de suerte.
Digan lo que digan, el béisbol es “El Rey de Los Deportes”, un juego de inteligencia.
Nada de andar pateando balones, ni tampoco de usar cascos y hombreras para golpear contrincantes.
Aquí se utiliza el cerebro.
Y las películas de este deporte, transmiten este sentimiento.
Y es que el béisbol, me parece el deporte más cinematográfico de todos, el que mejor resultado ha dado, al trasladarlo al cine.
El cine, es esencialmente creativo, y los temas pueden ser escenarios, en los cuales se desliza la totalidad de la vida.
En principio, todos los temas se pueden colar, a través de la puerta del béisbol en el cine.
En cualquier lista de películas relacionadas con el béisbol, se aprecia que la mitad, al menos, es del género comedia, y buena parte de los demás son dramas.
Otras más, cuentan las biografías de beisbolistas, varias referidas al más famoso de todos:
“Babe Ruth”
Otras tantas son del género documental, referidas a personajes, o historias de equipos, entre ellas, las filmadas en los 2 últimos años, para una serie de TV de ESPN.
O en lo particular, con historias originales, basadas como fábulas o cuentos fantásticos.
“C'mon Hobbs, knock the cover off the ball!”
The Natural es una película dramática deportiva con tintes fantásticos, del año 1984, dirigida por Barry Levinson.
Protagonizada por Robert Redford, Kim Basinger, Glenn Close, Robert Duvall, Wilford Brimley, Joe Don Baker, Barbara Hershey, Richard Farnsworth, Robert Prosky, Michael Madsen, Alan Fudge, Paul Sullivan, John Finnegan, Michael Treanor, George Wilcosz, entre otros.
El guión es de Roger Towne y Phil Dusenberry, basados en la novela homónima del autor estadounidense, Bernard Malamud, de 1952, que a su vez, se basó libremente, en la historia real del jugador de béisbol, Eddie Waitkus, que en 1950, un año después de que una fan desequilibrada le disparase en el estómago con un rifle, y haber estado a punto de morir varias veces en la mesa de operaciones, volvió a jugar al máximo nivel.
Al igual que el libro, The Natural se centra en la vida de un beisbolista con talento innato para este deporte.
The Natural fue nominada a 4 premios Oscar en las categorías:
Mejor actriz secundaria (Glenn Close), fotografía, dirección de arte, y banda sonora (Randy Newman)
Varias de las escenas de béisbol, fueron filmadas en Buffalo, en el New York's War Memorial Stadium, construido en 1937, y demolido algunos años después de la producción.
El All-High Stadium de Buffalo, suplantó al Chicago's Wrigley Field, en una escena clave.
The Natural fue además, la primera película producida por TriStar Pictures.
The Natural es una fábula, sobre el éxito efímero, y el destino empeñado en torcer lo que estaba escrito, siendo una de esas películas épicas, sobre el mundo del deporte, que resultan inolvidables.
Barry Levinson dirige The Natural, con difícil clasificación, siendo a la vez un drama en el que el deporte, la superación personal, los sueños, el destino, y la tragedia, se dan de la mano en una historia que está muy bien contada.
The Natural trata de una adaptación libre, de una novela de Bernard Malamud, que supone una parábola sobre el culto al éxito en la sociedad estadounidense.
Más que una película, The Natural es ya un clásico, y algunas de sus escenas, o partes de la trama, han sido y siguen siendo copiadas, en casi todas las películas relativas al mundo del deporte.
The Natural gira alrededor de Roy Hobbs (Robert Redford), un viejo jugador de béisbol, con un pasado desconocido, quien posee una increíble habilidad muy singular, con la que lleva a su equipo, The New York Knights, a conquistar las Grandes Ligas en 1939.
De inicio, Roy Hobbs es un prometedor jugador de 19 años, que ha vivido toda su vida en el campo, con su familia, y que parece tener un don natural para este deporte, y decide presentarse a una prueba de selección, para ser fichado por los Cubs de Chicago.
En el camino en tren hasta Chicago, conoce a algunas cuantas personas relacionadas con el mundo del béisbol, que pueden presumir más de fama y dinero, que de modales.
Entre ellos, se encuentra con Max Mercy (Robert Duvall), un avispado periodista.
Cuanto todo parecía indicar, que Roy Hobbs tendría una exitosa trayectoria en el béisbol profesional, su carrera se detuvo abruptamente, tras sufrir un violento atentado, cuando estaba a punto de ser contratado para jugar en Las Grandes Ligas.
Ese asunto, le mantiene alejado del mundo del deporte, hasta que 16 años después, reaparece gracias a un contrato con los Knights de Nueva York, para el cual, utilizará un curioso bate, “Wonderboy”, que fabricó él mismo, grabado con un rayo.
A partir de ese momento, se entremezclarán varias líneas argumentales:
El esfuerzo de Hobbs por ser tenido en cuenta en el equipo, la investigación del periodista Max Mercy, para conseguir recordar, de qué le conoce; los intereses contrapuestos de un corrupto juez, y la relación con la guapa Memo Paris (Kim Basinger), y con su ex novia de la juventud, Iris Gaines (Glenn Close)
Finalmente, Hobbs acaba en los Knights, un equipo mediocre, entrenado por Red Blow (Richard Farnsworth), quien no confía para nada, en las facultades del jugador, recluyéndolo al banquillo, quedando así Hobbs, a la espera de una oportunidad para poder demostrar su valía.
A un “out” de ser ponchado, un lesionado Roy Hobbs, golpea violentamente una rápida de los Piratas de Pittsburgh, la cual sale disparada, y se impacta contra las luces del estadio.
En una secuencia fantástica, Roy recorre cada una de las bases, mientras el impacto provoca luminosas explosiones al fondo del parque, dando por concluido el metraje.
“I coulda been better.
I coulda broke every record in the book”
Como la mayoría de las películas de deportes, o al menos las mejores de ellas, The Natural representa “El Sueño Americano” de triunfar en la vida.
De trascender lo común y corriente, para convertirse en alguien excepcional.
Roy Hobbs posee un talento fuera de serie, y además, el hecho de debutar en las ligas mayores de béisbol, a los 35 años, lo convierte automáticamente, en alguien excepcional.
Incluso, el hecho de incluir en varias secuencias de la narración, al pueblo detrás de las andanzas, de la ya no joven promesa, pone en contexto lo que significa, llevar adelante ese inmenso sueño.
Es llamativo, y a la vez interesante, como Levinson dotó a The Natural, de ficción, basado en la novela de Bernard Malamud, de tintes surrealistas, y escenas totalmente exageradas, que terminan potenciándolo.
Es que la vida de Roy Hobbs, contada toda junta, forma una hermosa e increíble anécdota, por más que no sea real, y como toda anécdota, a medida que pasa el “boca en boca” y trascienden los tiempos, se va agigantando, tomando el carácter de Leyenda.
Las interpretaciones son geniales, los personajes son interesantes, y la historia es bastante atractiva, como para mantenernos atentos en todo momento, a pesar de algunos puntos oscuros, como:
El de un Redford muy maduro, haciendo de un chico de 19 años, algo que genera un tremendo contraste, con la apariencia del actor, que en ese entonces, tenía casi 50 años; hecho que descoloca bastante al espectador, al ser imposible asumir, el ver a una persona bien entrada en edad, y con imborrables arrugas en los ojos, encarnando a un ambicioso joven…
Completando el póker de estrellas, tenemos a un gigante, Robert Duvall, como un periodista que oficia, como una especie de juez protector del béisbol; a una oscuramente radiante, bellísima, y joven Kim Basinger, encarnando a una enigmática “femme fatale”, y por último, encontramos a ese ángel protector del protagonista, llevado adelante por una celestial, Glenn Close.
Pero, el papel de Michael Madsen, “Bump” Bailey, es tan absurdo como prescindible.
La secuencia donde Hobbs batea, y la bola se deshilacha en el aire, es poética y hermosa, al igual que el ridículo y cómico fallecimiento de “Bump” Bailey, o ese espectacular final, cargado de fuegos artificiales en plena corrida de Roy, ocasionados por el impacto de una pelota bateada por nuestro querido protagonista, representan claros ejemplos de la exagerada, e increíble conclusión de los hechos deportivos, de alguien cuyo talento, lo convertía en el mejor de su deporte, y como tal, merecía que su historia sea contada de esta manera.
Como dato, el plano del entrenador a oscuras, en el banquillo con las chispas reflejadas en sus gafas, es de una belleza y un simbolismo tremendos, tanto que parece el mismo Satanás.
“The only thing I know about the dark is you can't see in it”
El Séptimo Arte, nos ha dado la oportunidad de conocer más de cerca, algunos de los legendarios peloteros, nos da perspectivas, de cómo viven el juego los beisbolistas, y como lo sienten los aficionados.
Se han plasmado historias de superación, garra, y sacrificio.
Pasajes oscuros del béisbol, también han sido llevados a la pantalla grande, así como versiones divertidas, que nos hacen reír y pasar un buen rato.
Así, The Natural busca cumplir un sueño, desde los ojos de un personaje, pero con toda una población detrás, la estadounidense, secundada por todos aquellos amantes de un béisbol, que puede extender sus valores, hasta cualquier otro deporte, dejando como metáfora, el tópico de la superación y la constancia, sin olvidar jamás, que para conseguir llegar a la meta, jamás hay que abandonar la pista, a pesar de los tumbos que puedan sucederse durante la carrera que uno persiga.
Y es que el deporte, siempre será un tema atractivo para el cine.
En él se combinan las emociones, la inteligencia, el cuerpo, y la mente.
El béisbol es un deporte muy particular, y seguramente irá invadiendo esos espacios, y países que todavía no lo entienden, o lo disfrutan, quizás de la mano del cine, ese arte, ese medio que todo lo penetra, y que todo lo puede.

“And then?
And then when I walked down the street people would've looked and they would've said there goes Roy Hobbs, the best there ever was in this game”



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