Magnolia

“Things fall down. 
People look up. 
And when it rains, it pours”

El mundo es como una gran ciudad, donde cada individuo es un edificio que se construye lentamente. 
Cada uno de ellos, presenta al resto una fachada, una imagen que se ha labrado, ya sea por métodos positivos o negativos, y con mayor o menor éxito, pero que en definitiva, es lo que se ofrece a la vista de los demás. 
Sin embargo, esa máscara no siempre muestra la realidad, sino que detrás de ella, se esconden paredes vírgenes, y grandes imperfecciones que se intentan ocultar. 
Cuánto más falsa sea esa fachada, más fuerte será el estruendo del derrumbamiento de su estructura.
Si tuviera que efectuar un diagnóstico sobre nuestra colectividad, en lo que se refiere a las estructuras sociales básicas, diría que goza de una salud sana. 
Sin embargo, y ahora entraré en el difícil y pantanoso terreno, que delimita lo social y lo individual, me parece que el individúo del final del siglo XX, y principios del XXI, se encuentra en una situación de debilidad e inferioridad, respecto a su supuesto rol en la colectividad. 
Mientras todo parece marchar bien, algo no termina de funcionar en nuestra vida. 
Finalmente, resulta que toda aquella aparente coraza que nos protege, no nos da la felicidad. 
Nos encontramos rodeados por millones de individuos como nosotros, y nos sentimos solos y enfermos.
Las grandes epidemias han desaparecido. 
Así, los brotes virales como la reciente neumonía asiática, resultan más próximos al circo o espectáculo mediático, que a la plaga de repercusión mundial que se anunciaba en los informativos. 
Vivimos, pese a la coexistencia con enfermedades como el SIDA o el cáncer, cada día más prevenibles y tratables, gracias al progreso médico, con una enorme sensación de seguridad. 
Paralelamente, la mayor parte de la población mundial, se ha ido concentrando intensamente, en los grandes núcleos urbanos, formando enjambres en los que sentirse acogidos y protegidos. 
Lejos de la falacia de la inseguridad ciudadana perpetrada por la derecha, y lastimosamente, también por parte de la izquierda, el mundo occidental ha alcanzado un nivel de bienestar social envidiable, y el problema más serio hoy en día, lo encontramos en las desigualdades entre los diferentes mundos, en los que se haya escindido el planeta.
“Respect the cock! 
And tame the cunt!” 
Magnolia es una película dramática estadounidense, del año 1999, escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson.
Protagonizada por Tom Cruise, John C. Reilly, Philip Baker Hall, William H. Macy, Jeremy Blackman, Melora Walters, Jason Robards, Julianne Moore, Philip Seymour Hoffman, Melinda Dillon, April Grace, Henry Gibson, Michael Bowen, Alfred Molina, Emmanuel Johnson, Felicity Huffman, Michael Murphy, Don McManus, Luis Guzmán, Patton Oswalt, Miriam Margolyes, entre otros.
Magnolia obtuvo 3 nominaciones al Oscar:
Mejor actor de reparto (Tom Cruise), guión original (Paul Thomas Anderson) y canción para Aimee Mann, por la canción “Save Me”
El guionista Paul Thomas Anderson, sostiene que se ha basado en algunas canciones de la intérprete Aimee Mann, y su propia vida, para escribir su magnífico libreto, el cual se encuentra plagado guiños y detalles, un exquisito platillo que saciará al más estricto paladar.
Anderson escribió el complicado guión en 2 semanas; y ha dicho: 
“La considero un gran accidente. 
He puesto en ella todo mi corazón, así como todas las cosas vergonzosas que quería decir”
Magnolia es una película sobre la enfermedad del ser humano del presente: 
Una terrible y tortuosa soledad, que nos hace sentir incomprendidos, maltratados, y hundidos. 
Asimismo, Magnolia es también una película enferma: 
Desequilibrada, excesiva, opulenta, artificiosa, y cinéfila. 
Y, sin embargo, es esa misma enfermedad, la que la convierte en una experiencia arrolladora y traumática, explorando sin miedo al ridículo, y con una sinceridad herida por la rabia, la compleja sensibilidad de una realidad que contemplamos atónitos.
Magnolia cuenta la historia, aparentemente inconexa, de varios personajes a lo largo de un día normal, en el Valle de San Fernando, California, EEUU. 
Son historias que reflejan las penurias y miserias que llegan a vivir, de lo que puede llegar a ser, y a los límites que puede llegar una persona, de su sentido del remordimiento, y de su capacidad para perdonar.
Magnolia nos cuenta las historias de todos los días, las que vivimos a diario, las que personas como nosotros, como todos, sufren gracias a su pasado, a lo que guardamos, y no queremos que salga a la luz,
Trata de los errores y la ira que escondemos, de la búsqueda en los demás, y dentro de cada uno de nosotros, por encontrar la salida, que nos lleve a la felicidad no eterna, ya que esta dista mucho de existir.
Cada personaje, muy dentro de sí, busca la pócima para pacificar su espíritu, siendo esta, posiblemente, el perdón a los demás, y a nosotros mismos.
En Burbank, Valle de San Fernando, California, el anciano productor de 65 años Earl Partridge (Jason Robards) yace moribundo de un cáncer de cerebro y de pulmones, en su lecho; con la única compañía de un compasivo enfermero, Phil Parma (Philip Seymour Hoffman)
Su segunda esposa, Linda (Julianne Moore) está demasiado nerviosa con la difícil situación de su marido, y acude al abogado de la familia, Alan Kligman (Michael Murphy), en busca de consuelo y consejo. 
Éste le dice, de ir contratando ya los servicios funerarios, y morfina líquida que ayude a soportar y precipitar a su marido, una muerte demasiado agónica y dolorosa.
Por otro lado, Frank T.J. Mackey (Tom Cruise) presenta un programa televisivo llamado “Seduce and Destroy” donde predica el trato de la mujer como si fuera un kleenex, con “edificantes” discursos del tipo:
“...voy a salir ahí fuera, y me voy a marcar un objetivo; tirarme a esa rubia...”
“...respeta tu pene, y doma la vagina…”
Una periodista, llamada Gwenovier (April Grace) ha acudido al “backstage” para hacerle una entrevista personal, que terminará por incomodar a Frank...
Jimmy Gator (Philip Baker Hall), presenta a su vez, un mítico programa:
“What Do Kids Know?” 
El cual es producido por Earl Partridge, donde un equipo formado por adultos, se enfrenta a otro equipo formado por niños, para saber quién de los 2 grupos, tiene más cultura general. 
A Jimmy le acaban de comunicar, que también tiene cáncer, y que apenas le quedan 2 meses de vida. 
Está cansado y los remordimientos le agolpan la conciencia...
Stanley Spector (Jeremy Blackman), es un niño prodigio, que forma equipo junto con otro 2 niños en el citado programa; y cada vez, es más consciente del esperpéntico show del que le ha obligado a formar parte su miserable progenitor, Rick Spector (Michael Bowen)
“Quiz Kid” Donnie Smith (William H. Macy) fue también un niño prodigio, que marcó una época en el citado programa, y que ahora, acaba de ser despedido de su empresa, por su dueño Solomon Solomon (Alfred Molina), como comercial de productos electrónicos de la empresa, justo cuando peor lo estaba pasando, inmerso en un préstamo de $5 mil para la implantación de un aparato de ortodoncia, sólo para llamar la atención del tipo al que ama, Brad (Craig Kvisnland), un camarero que también usa aparato bucodental. 
En definitiva, un tipo con mucho cariño, pero que no sabe bien dónde ponerlo...
Jim Kurring (John C. Reilly) es un policía con fuertes raíces cristianas, que fundamentalmente, atiende llamadas 1-67, sobre ciudadanos alborotadores, y contaminadores acústicos. 
En una de sus incursiones, descubre a una yonki llamada Claudia Wilson Gator (Melora Walters), y que precisamente, es hija de Jim Gator. 
Ambos parece que se han enamorado, y se han citado...
Jim piensa que la gente no sabe bien, en qué consiste su trabajo...: 
“... se piensan que nuestro trabajo acaba cuando vanos a comer, pero no se trata de 24 horas sobre 24...”
Así las cosas, Magnolia es una historia sobre revelaciones de remordimientos, que no dejan ser libres a los protagonistas de este drama épico, e intenso.
Interesantes las 3 historias iniciales, que muestran que las llamadas casualidades si pueden ocurrir, y de qué manera:
La historia del buzo, creo que es una leyenda urbana, asociada a la lluvia de ranas, pero las otras 2 no se me parecieron muy sorprendentes, sobre todo la del hijo asesinado de manera accidental por su madre, aunque lo que más me impresionó, es el paralelismo de los distintos personajes:
Tenemos primero el caso del padre del personaje de Tom Cruise, y el padre de la chica drogadicta, ambos quieren ver a sus hijos, y en donde cada uno, tiene un sentimiento de culpa muy grande, en esa misma tónica, están los personajes de Melinda Dillon y el propio Tom Cruise:
Hijos que sufrieron por el abandono de la figura paterna, y escudan sus sentimientos en el odio y la violencia.
Luego tenemos el caso del personaje de William H. Macy, y la del niño superdotado, representado el mismo papel, solo que al final, Macy se convierte solo en una sombra, de lo que le hubiera pasado al niño, si no hubiera salido del yugo de su padre.
Otro paralelismo lo podemos ver, en el eterno secundario John C. Reilly, y Philip Seymour Hoffman, ambos caracterizan hombres de carácter un tanto débil, pero que buscan resarcirse, ayudando a otros.
Magnolia es una prueba de lo fidedigno que logra llegar a ser el cine, retirándose de la ficción, e instalándose en un aspecto reflexivo. 
La historia contada aquí, conecta varias vidas de forma insospechada, apegándose a la vida real, porque al final de todo, las coincidencias que nos llevan a proclamar la trillada oración “Que pequeño es el mundo” no son precisamente coincidencias.
Sin embargo, algunos les cuesta admitir la existencia de un destino, así como la casualidad, o la causalidad, aspectos de nuestra existencia, adaptados al cine anteriormente, en un juego narrativo, desprendiéndole el verdadero contexto que se efectúa en nuestras vidas, sin embargo, en esta ocasión, dejamos de lado la inevitable fantasía, para desplomarnos en la realidad, el universo plagado de estrellas, se disuelve entre la nublosa capa de humo, sin referirse a un pesimismo insano.
Magnolia sencillamente, no se preocupa por tapar ni matizar los baches y escollos cotidianos, no es cine para disfrutar fantaseando, es para disfrutar reflexionando.
Magnolia es todo un atrevimiento, una ácida crítica acerca de la vida estadounidense que se expande más allá de sus fronteras geográficas, la influencia de esta sociedad sobre otras naciones, aspecto que convierte a Magnolia, no sólo en la exclusiva crítica de esa nación, sino una observación hacia los estereotipos mundiales, pues al fin de cuentas, todos somos humanos.
¿Y qué hay después de esto? 
¿Qué les queda a esos escombros? 
¿A esa persona? 
Pues la espera de la redención, lograr el perdón de todo aquel que en su momento se vio perjudicado por sus actos, basados en la mentira, en el egoísmo y, sobre todo, en el miedo, por ello, Magnolia es simple y complicada a la vez. 
Podría ser una mezcla de varias películas que forman una sola. 
Es una historia moral, trata de la verdad y la mentira, siendo ésta última, el peor de los males que destruye a todos los personajes: 
Sólo la verdad prevalece y salva a esas almas perdidas… y cuando se pregunta a Cruise:
¿Por qué miente?
Éste se queda mudo.
Y vemos culpabilidad de los padres, e inocencia de los hijos. 
Otra de las líneas importantes del guión, que queda patente en la discusión que mantiene el ex-niño prodigio, con un señor mayor en el bar, donde dice que no es peligroso confundir a los niños con los ángeles, de hecho, el niño prodigio, mientras está en su programa de TV, tiene detrás, una parte del decorado que semeja “alas”, es decir, los niños son básicamente inocentes. 
Y el mensaje queda claro: 
Los padres provocan en estas vidas, todos los problemas que nos presentan. 
Los personajes que nos resultan más antipáticos, o inmorales, son padres de familia. 
Las víctimas inocentes que sufren los infortunios son los hijos, sea cual sea su edad: 
Los 2 niños prodigio, uno de los años 60, otro de los 90, Frank, Claudia…
Pese a la existencia de muchísimos personajes, no es algo usual encontrar el amor en pareja en las películas de Anderson, y Magnolia no es una excepción, sino más bien, el paradigma de dicha teoría, a pesar del carácter coral de la obra, podría decirse, que la única relación de pareja que presenciamos, es la que nace entre Jim y Claudia. 
Historias de amor poco convencionales, nos muestran el encuentro de gente, que por su carácter, está acostumbrada a la soledad, que ha asumido esa soledad como algo natural e inherente a sus vidas, relaciones en las que se detecta, que para estas personas, relacionarse y comunicarse, supone un esfuerzo demasiado grande. 
Los personajes tienen una enorme incapacidad para afrontar su pasado, ya sea motivado por el remordimiento, por la ira, por la tristeza… 
Esto hace tan genial y verdadero, el momento en que Frank se bloquea ante su entrevistadora, cuando ésta le lanza a la cara, lo que él ha intentado negar y esconder durante años: 
Su pasado. 
Este personaje, interpretado por Tom Cruise, está genialmente desarrollado, tanto por la profundidad del personaje, como por la interpretación de Cruise.
Cabe señalar que el papel de Cruise, está basado en Ross Jeffris, el padre y maestro de “Speed Seduction”; el cual afirma, que su método ayuda a los hombres a entender a las mujeres, sobre todo, sus motivaciones y la psicología, con el fin de seducir con éxito a las mujeres.
En 24 horas, partiendo de la cima, este personaje termina encontrándose, paso a paso, en lo más profundo. 
La primera vez que lo vemos en acción, alza sus brazos con orgullo de macho, para empezar su seminario. 
Sigue con el juego hasta la entrevista, donde empieza mostrando su “encanto” y pavoneándose, hasta que la entrevistadora le obliga a cambiar de golpe. 
Frank se queda bloqueado durante mucho rato, sin decir una palabra, comprendiendo, a pesar de su voluntad, que no puede seguir volviéndole la espalda, a lo que ha provocado todo su sufrimiento y su rabia interior. 
Rabia que explota, en primer lugar, al final de la entrevista, insultando a su interlocutora.
Más tarde, en la segunda parte de su seminario: 
Cuando deja salir por fin, toda esa rabia violenta, y estalla en lágrimas ante su padre moribundo, en una escena cargada de humanidad; en uno de los amores más sencillos y, aparentemente fáciles que existen, es el de la familia. 
Un amor que no necesita de coincidencias o esfuerzos para nacer. 
Un amor del que carece, Frank T.J. Mackey. 
Desnudo por esa ausencia, convertido en un ser perdido, encontrará el camino para llenar ese vacío. 
Y es que “la anestesia” que le permite olvidar el dolor de la ausencia de su padre, tiene forma de rencor. 
Un rencor que actúa como coraza, y que apunta hacia todas las direcciones. 
Frank siente, que todo el mundo quiere hacerle daño, y ha encontrado la solución para que nadie le vuelva a hacerse sentir vulnerable: 
“Respetar el pene, y domar la vagina”
Frank no desea relacionarse con seres humanos, Frank prefiere los penes y las vaginas, convirtiendo las relaciones humanas, en campos de batalla en los que él siempre será el vencedor, ya no habrá más derrotas. 
Frank va a follarse a cualquier “vagina” que desee, y lo hará cuando quiera y donde quiera. 
Solo la posibilidad de vengar el sufrimiento de su madre, posibilitará que el muro en el que se ha convertido su mirada, suficiente y orgullosa, se derrumbe.
Si las heridas de Frank han endurecido su piel, las de Donnie y de Claudia, los han convertido en seres débiles e inseguros. 
Con la capacidad y habilidad para amar amputada:
Claudia, víctima de los abusos sexuales de su padre durante su niñez, es un ser que deambula desvalido por caminos de autodestrucción. 
El ex-niño prodigio, Donnie Smith, se siente confundido, confunde su obsesión por un camarero ignorante, con un amor verdadero, y esto se suma al desconcierto que le provoca, ser incapaz de canalizar y externalizar un sentimiento de amor que le absorbe, y que convierte su inteligencia, en una herramienta inútil, que solo ha servido para destruir, lo único precioso que verdaderamente tuvo un día, su niñez.
“I really do have love to give, I just don’t know where to put it”
Mucha gente ignora, el porqué del título de Magnolia: 
Según parece, Magnolia es el nombre de una famosa avenida en el Valle de San Fernando, lugar en el que vive Anderson, y en el que se supone que transcurre la acción de su película.
Cabe señalar, que las diferentes partes en que se divide Magnolia, son introducidas por partes meteorológicos, que pronostican el clima dramático de las mismas. 
Todo es previsible menos, claro está, el sorprendente final, imposible de pronosticar, y donde se compendia la tesis mantenida por el director, respecto a la forma en que el azar, puede condicionar la existencia.
Magnolia está llena de señales, señales escondidas que parecen decirnos que todo lo que va a pasar, está determinado, que todo lo que está pasando, tiene un porqué, y una consecuencia, que todo nos lleva a un momento clave, que va a desenredar “la tela llena de nudos” en la que se ha convertido la realidad. 
Las señales están por todas partes, escondidas en centenares de planos de Magnolia, existen referencias escondidas, o no tanto, a una cifra: 
8.2. 
Esto hace referencia, al pasaje bíblico “Éxodo 8.2” que dice:
“Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí, yo castigaré con ranas todos tus territorios”
Según esto, todo lo que nos sucede, estaría guiado por una fuerza sobrenatural, ¿Dios? que nos premia o castiga, según nuestras acciones.
Pero vayamos por partes:
Las magnolias son flores que poseen duros carpelos para evitar su deterioro, y son ausentes de sépalos o pétalos; en su lugar poseen tépalos, término que se acuñó para referirse a este elemento intermedio. 
¿Se relacionan estas características a la trama de Magnolia?
Magnolia entrelaza una serie de relaciones humanas:
Sobre los temas de la nostalgia por quiénes éramos; las decisiones atrás de querer perdonar a aquellos que amamos y nos dañaron; el dolor y sufrimiento, consecuencia de nuestras decisiones; y la oscuridad del cáncer. 
Como las magnolias, los personajes tienen duros carpelos, difíciles de penetrar, y se encuentran en momentos intermedios de sus vidas, que buscan conciliar su pasado con el futuro.
Más aún, Magnolia nos invita a reflexionar, sobre aquellos momentos en la vida, que se quedan atascados en nuestra mente, y no nos dejan seguir adelante.
Esta lluvia de ranas, que me desconcertó en la primera visualización, me ha hecho buscar datos:
Por un lado, he encontrado referencias de que Anderson desafió al público, a averiguar en cuantas partes de Magnolia, se anuncia la lluvia de ranas del final, teniendo en cuenta que, en el libro del Éxodo, capítulo 8, versículo 2.
Y, efectivamente, el 8:2 aparece reiteradamente: 
Al principio, el hombre que cuelgan tiene un 82 de camiseta; el avión tiene el #82; el apartamento es el 682; cuando el niño va a suicidarse, hay unos cables que forman un 82 a su lado izquierdo; en la placa que sostiene la negra que es detenida, aparece varias veces el número 82; la conferencia es la las 8:20; el buzón donde dejar las cosas, es el 8-2; durante el show de televisión, un hombre sostiene un cartel que dice “Exodus 8:2″ y se lo quitan rápidamente; en la calle, mientras el policía conduce durante la lluvia de ranas, varios carteles dicen “Exodus 8:2″
La frase, varias veces repetida por diferentes personajes:
“Y el libro dice, podemos haber acabado con el pasado, pero el pasado no ha acabado con nosotros” que hace referencia a la influencia de las acciones del pasado, sobre nuestra vida presente, sobre todo del sentimiento de culpa, o de injusticia, no proviene, como parecería a simple vista, de La Biblia, sino del libro “The Natural History Of Nonsense” de Bergen Evans, un libro acerca de fenómenos extraños, parecido a los libros escritos por Charles Fort. 
Fue en uno de los libros de Charles Fort, donde Anderson leyó por primera vez, acerca de la lluvia de ranas. 
Según Anderson: 
“El libro de Evans, intenta racionalizar el hecho de que, la gente crea en rumores, leyendas urbanas, y fenómenos extraños, léase lluvia de ranas, submarinistas en medio de un bosque, o Green Barry Hill. 
Otro detalle, es que Stanley Spector, aparece leyendo el libro “Wild Talents” de Charles Ford.
Por otro lado, he encontrado también, que Anderson mismo dijo, que la lluvia de ranas no tenía nada que ver con el pasaje bíblico, y esta explicación:
“Como he repetido anteriormente, el ambiente en el que se desarrolla Magnolia es malsano: 
Padres e hijos se pelean, el amor parece imposible, todo el mundo parece estar muerto interiormente. 
Además, Magnolia nos transporta al punto culminante de esta miseria humana, donde los personajes ya no resisten. 
Y, a medida que pasa el día, las cosas sólo empeoran. 
Después, una vez que todos los secretos han sido confesados, y los personajes y acontecimientos han alcanzado su culminación:
Sobredosis de Linda, Frank ante el lecho de su padre…, las ranas les caen encima, como vulgares gotas de agua. 
Mientras vemos la reacción de estas personas, ante esta extraordinaria lluvia, hay que señalar, que el único que parece verdaderamente sorprendido por lo que ocurre, es el enfermero, y es el único que manifiesta verbalmente, que “están lloviendo ranas”
Los otros las ven caer, se protegen, o parecen aturdidos, pero tienen una reacción similar, a la que tendrían ante un fuerte granizo. 
Entonces:
¿Por qué Phil es el único que no comprende? 
Porque su existencia es la única que no es miserable desde el interior, porque es el único que no está relacionado con el perdón, ya sea con pedirlo, o con otorgarlo, que no llora por sí mismo, sino por los otros. 
Para los otros, esta lluvia de ranas no tiene nada de mágico, han llegado a un punto en sus vidas, en los que un acontecimiento de este tipo, puede llegar a parecer “normal”
La lluvia anuncia claramente, de forma simbólica, el tope máximo alcanzado por todas estas tristes historias y personajes. 
Ya no pueden ir más allá, y, de hecho, a partir de ese momento, todo empieza a mejorar”
Como dato, durante la presentación de Stanley, respondiendo preguntas a toda velocidad en la pantalla de un televisor, una de sus respuestas es “Donald W. Winnicott”, un psicoanalista especializado en el efecto sobre la personalidad del trato recibido durante la infancia por parte de los padres, tema explorado y analizado en Magnolia desde múltiples ángulos.
Otras referencias escondidas en Magnolia, apuntan a La Masonería. 
Uno de los libros que estudia Stanley, es “La Historia de La Masonería”
Pueden verse varios símbolos propios de la simbología masónica, en los decorados del concurso “What Do Kids Know?” en un compás colocado al revés, una escuadra, el signo que representa al número pi…
La referencia más clara, son ciertos detalles de la relación entre Jimmy Gator y el personaje que encarna Burt Ramsey (Ricky Jay), el productor del programa, estos apuntan, a que ambos comparten el culto a La Masonería: 
Antes de que Jimmy empiece el concurso, Burt le da un saludo tradicional masónico:
“We met on the level and we depart on the square”
Además, Jay coloca su mano sobre la espalda de Jimmy, revelando que lleva un anillo típico masón. 
Todas estas referencias, tomarían sentido en el hecho de que estas 2 personas, que deberían regirse por una serie de normas morales propias de la institución a la que representan, como el amor al prójimo, el amor a los débiles, el rechazo a la avaricia, o la protección de la inocencia; son 2 de los personajes con una actitud moral más reprochable, mostrándose como seres despiadados, cobardes, e irrespetuosos, con una de las pocas cosas bellas de este mundo: 
La infancia y su inocencia.
Como anécdota curiosa, hay quien afirma, que se llega a decir la palabra “fuck” a lo largo de toda Magnolia, en un total de 189 veces...
Si bien Magnolia se centra en la televisión, absolutamente todos los personajes, tienen que ver con la televisión directa o indirectamente; es la chatarra multimedia, con la que nos indigestamos siempre. 
Por eso también, se nos muestra esa ambivalencia, entre el escenario al frente de las cámaras, su parafernalia de cartón, y nos muestra a los seres humanos hechos pedazos fuera de ella.
Por último, la música está compuesta por Jon Brion, y acompañada por las canciones de Aimee Mann, cantautora estadounidense, que vivió con la incursión de sus temas en Magnolia, uno de los más gloriosos momentos de su carrera.  
La combinación del score de Brion con los temas de Aimee, resulta esencial, pues la música cobra vital importancia dentro del conjunto, al elevar de manera casi espiritual, el sentido de muchas de las escenas en las que hace presencia.
“In this life, it's not what you hope for, it's not what you deserve, it's what you take”
¿Es Magnolia, el típico drama de historias cruzadas? 
¿Thriller psicológico? 
Lo típico:
Hombres moribundos en busca de redención. 
Gente que intenta seguir con su vida, sepultando a toda costa, el pasado. 
Otros que no pueden dejarlo atrás. 
Gente tan desesperadamente sola, que roza lo patético.
Y es que yo creo que, cuando una película puede hacer que los espectadores se conmiseren con lo patético de un personaje, es porque dio en el clavo, hizo pie en lo realmente humano. 
Por tanto, Magnolia es intensa, veloz, intrincada, y realista, con todo y ranas.
Su mensaje es de esperanza: 
Creo que, al final, es la palabra que debe prevalecer: 
Esperanza. 
Magnolia lleva a sus personajes de mal en peor, y termina con el rostro de Claudia, sonriendo directamente a la cámara, mostrando que ve una pequeña luz al fondo del túnel en el que se encuentra. 
Por otra parte, la muerte de los 2 grandes “creadores” de sufrimiento, hace que los demás puedan empezar de cero: 
Frank va al hospital a cuidar a Linda; Claudia se reencuentra con su madre, y tendrá una pareja que “cuidará” de ella, lo que explica su sonrisa, incluso el ex-niño prodigio, empieza de nuevo, aunque no en las mejores condiciones. 
El actual niño-prodigio, no parece tener muchas esperanzas en lo que respecta a su padre, pero al menos, se ha atrevido a expresarle lo que sentía. 
Así pues, en Magnolia todos han evolucionado para bien, y a una existencia mejor, después de haber tocado fondo en el peor momento. 
Por esta razón, considero que el mensaje de esperanza, es el que habría que retener en esta obra maestra del humanismo.
La moraleja puede ser algo así como, que todo puede pasar, y que todo puede ser distinto a lo que parece; algunos pueden corregir sus caminos, y cambiar de actitud, y a otros sólo les queda tiempo de pedir perdón, y eso si no te cae un batracio en la cabeza...
Debo confesar, que tengo debilidad por este tipo de filmes, cuya trama se lleva a cabo en un día, un solo día, y en ese día, toda una vida, sin la necesidad de grandes lapsos, días, meses, e inclusive años.
No quiero decir que esto esté mal, sencillamente que me atraen particularmente las producciones de esta índole, pues a mi perspectiva, tienen el reto de conectar cada minuto de las horas partícipes en la trama, y lo mejor, es la unión de los distintos personajes, el día normal de aquellas personas, se envuelve con la normalidad de otras, y así sucesivamente, efectuando una colisión en cadena, bellamente armada e inteligentemente efectuada.
Magnolia es un filme que se alza satisfactoriamente, sobre los dramas cotidianos, que a pesar de estar basa en ellos no los evoca de forma acostumbrada.

“I'll tell you everything, and you tell me everything, and maybe we can get through all the piss and shit and lies that kill other people”



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