Minority Report

“What would you do if you were accused of a murder you had not committed… yet?”

Predecir el futuro, es una práctica habitual para el hombre del tiempo.
Por otra parte, la policía también trata de rastrear el crimen, antes incluso de que éste ocurra.
Los sistemas de predicción del crimen, no son nuevos.
En ciudades como New York, la policía utiliza desde hace años, un programa llamado “CompStat”, mientras que algunos productos de la empresa IBM, han sido testeados por distintas agencias de seguridad en Estados Unidos.
La novedad es “PredPol”, un programa que analiza lugares y horarios de crímenes cometidos recientemente, y los combina con información sociológica, y con datos de los patrones de comportamiento criminal.
Luego, la estadística permite proyectar, dónde es más probable, que se repitan los hechos delictivos, y avisar a las autoridades del orden, antes de que se registren nuevos incidentes.
Según los expertos, logra niveles de precisión, nunca antes alcanzados:
Establece zonas de peligro potencial, de apenas 150 por 150 metros, y lo hace en tiempo real, a partir de modelos matemáticos y de aprendizaje adaptativo por computadora (ACL)
Para la revista Time, constituye uno de los 50 mejores inventos de 2011; así lo presentó en su edición dedicada a las innovaciones tecnológicas, en noviembre de ese año, donde destacó, que “el programa permite estar un paso adelante de los chicos malos”
Curioso es también, que detrás de su desarrollo, no sólo haya expertos en tecnología, sino un antropólogo, y un criminólogo, que aportaron nociones como la de “victimización reiterada”, que postula, que los delincuentes no suelen alejarse de las zonas que conocen mejor y que, como consecuencia, las víctimas de atracos o robos, son más propensas a sufrir otros ataques similares en el futuro inmediato.
El modelo es similar al que se usa en los análisis de riesgo sísmico; así como en un determinado lugar donde hubo un terremoto, luego aumenta la probabilidad de que haya nuevos movimientos, con las llamadas réplicas, en el ámbito del crimen funciona igual.
El objetivo, según los voceros policiales, no es aumentar el número de arrestos, lo que suele considerarse, un reflejo del éxito de las campañas contra el crimen, sino más bien, evitar que los delitos ocurran.
Pasar de perseguir, a prevenir.
Pero no todos ven a “PredPol” con buenos ojos.
Hay quienes alegan, que identificar “zonas calientes” en un barrio, puede llevar a detenciones arbitrarias, sobre la base de meras sospechas; incluso, advierten que podría generar la discriminación sistemática, de quienes habitan en las cuadras más peligrosas.
Luego, están los agentes con muchos años en el oficio, que creen que no hay tecnología que reemplace a un buen par de ojos entrenados en la calle, para detectar delincuentes.
Así las cosas, hay una respuesta:
No importa cómo se llegue al lugar del crimen, con o sin tecnología predictiva.
Una vez allí, siempre será necesario contar con policía bien capacitado.
En el momento en el que el mundo perdió la conciencia; el mensaje será claro:
“Todo mundo corre”
Lo que significa, que el mundo se mueve muy rápido, hasta que en vez de nosotros crear la tecnología, la tecnología nos crea a nosotros.
Somos dominados por un mundo hecho de tecnología, y no vivimos sin depender de ella.
“In the middle of the civil war, for example, Abraham Lincoln suspended the writ of habeas corpus observing that a limb may be sacrificed to save a life, but a life is never wisely given to save a limb”
Minority Report es una película de ciencia ficción, dirigida por Steven Spielberg, en el año 2002.
Protagonizada por Tom Cruise, Colin Farrell, Samantha Morton, Max Von Sydow, Tim Blake Nelson, Kathryn Morris, Peter Stormare, Steve Harris, Neal McDonough, Patrick Kilpatrick, Jessica Capshaw, Meredith Monroe, entre otros.
Minority Report obtuvo una nominación al Oscar como mejores efectos sonoros.
El guión de Minority Report es de Scott Frank y Jon Cohen, basados en un relato corto, de Philip K. Dick, titulado “The Minority Report”; y es el autor de los relatos en los que se basaron “Blade Runner” y “Total Recall”
El relato “The Minority Report” salió en la revista “Fantastic Universe” en el año 1956.
En este relato, Dick especula acerca de la predestinación, y la posibilidad de alterar nuestro futuro, si éste es conocido de antemano.
El hilo argumental se basa, en la existencia de unos mutantes, capaces de predecir el futuro, los “precognoscientes” o “precogs”
Éstos son utilizados por la policía, para predecir el crimen y combatir los asesinatos antes de que ocurran.
El protagonista del relato es el jefe de “PreCrimen”, la agencia encargada de realizar las detenciones.
Sin embargo, un día su vida se complica, cuando según los “precogs”, él será el siguiente “futuro asesino”
A fin de evitar su detención, huye, pero entonces, se le plantea un dilema:
Si comete, o intenta cometer el asesinato, será detenido, pero si no lo hace, pondrá en tela de juicio, todo el sistema de “PreCrimen” y con ello, todo su trabajo.
Además de esta paradoja, en el relato se plantea la ironía, de que debido a que los futuros asesinos fueron detenidos antes de cometer el crimen, en realidad, son inocentes.
Philip K. Dick siempre estuvo interesado en las consecuencias que tendrían las tecnologías y la ciencia; por lo que iba más allá de donde se quedaban la mayoría de las personas, porque era uno de los pocos que comprendía, que la buena ciencia ficción, era realmente, la ciencia ficción de carácter social.
La tecnología es un reflejo, o un eco de lo que está ocurriendo socialmente.
Dick estaba interesado, en cuál sería el efecto antropológico.
Steven Spielberg tenía un propósito similar a la hora de crear Minority Report.
Steven quería dinamitar la percepción que de este mundo tiene el público, tanto si es un mundo bueno como si es malo, y que la gente no tuviera ideas preconcebidas respecto al mismo.
No quería que pensaran, que todo en este mundo futuro, sea pernicioso o distópico, sino una extensión de un mundo que es perfectamente reconocible.
Steven Spielberg presto en el manejo de lo que mejor domina, los títulos cuya naturaleza está significada por el más puro entretenimiento, acción trepidante, atractivo estilo visual, guiños de humor constantes, lúcido manejo del suspense, y dinámico proceder narrativo, todo ello es encontrado en este notable thriller futurista, denominado Minority Report.
Spielberg decide en terminar con el sistema de los “precogs” debido a que falla.
Philip K. Dick, en cambio, refleja en el relato que el protagonista demuestra, no sólo su inocencia, sino que el sistema además, no tuvo error, en un giro intelectual que recuerda mucho a La Edad de Oro de la ciencia ficción, y a las historias de robots de Asimov, en particular.
Otros críticos sostienen, que el sistema falla siempre, porque toda tecnología depende siempre de unos intereses.
El poder está detrás de cualquier técnica correctiva, o preventiva.
Así, la obra, ya sea con el final de Dick, o con el de Spielberg, representaría una interesante parábola, sobre el peligro de la tecnología y el positivismo.
No obstante, Spielberg nos presenta un futuro urbano, dominado por los avances tecnológicos, excesivos en cuanto deshumanizan, y condicionan al individuo, debido a su intromisión y control constante de su existencia.
La historia coquetea con el concepto de, qué pasaría si tuviéramos la oportunidad de conocer por anticipado cosas del futuro, especialmente, las cosas que caen bajo el epígrafe de “vida y muerte”
Con Minority Report, Spielberg y su equipo, han indagado en la naturaleza del crimen, la tecnología, y el destino, teniendo como base, el sentido de la aventura y el enigmático suspense, reminiscencia de las películas clásicas de cine negro de los años 40.
Así las cosas, nos vemos inmersos en el año 2054, donde el crimen ha sido erradicado en Washington, D.C.
El futuro se puede predecir, y los culpables son condenados antes de que cometan su delito.
En el seno de la unidad de élite de “PreCrimen”, perteneciente al Departamento de Justicia, todas las pruebas para condenar a alguien, desde imágenes alusivas al tiempo, al lugar, y otros detalles, son vistas por los “Precogs”, 3 seres psíquicos, cuyas visiones sobre los asesinatos, nunca se han revelado fallidas.
Es la fuerza contra el crimen más avanzada, un sistema perfecto.
Y nadie trabaja con más ahínco para “PreCrimen” que su principal baluarte, el jefe John Anderton (Tom Cruise)
Destrozado por una trágica pérdida, Anderton ha volcado toda su pasión, en un sistema que potencialmente, podría evitar a miles de personas, la tragedia por una que él ha pasado.
6 años más tarde, la próxima votación para darle carácter nacional, sólo ha servido para reforzar su convicción de que “PreCrimen” funciona.
Anderton no tiene ninguna razón para dudar de ello… hasta que se convierte en el sospechoso número uno.
El sistema empleado, le deparará una sorpresa a Anderton, cuando descubra tras el visionado de una predicción, que será él mismo el próximo en cometer una acción criminal.
Tendrá que huir, escaparse de sus antiguos compañeros policiales, e intentar averiguar, quien ha manipulado los informes de los “precogs” para involucrarlo en el asesinato de una persona, que ni siquiera conoce.
El Sistema es controlado, pero:
¿Quién controla a los que lo controlan?
Minority Report es en realidad un enigma.
No sabemos quién va a cometer el crimen, o quién lo ha cometido, pero la historia nos lleva con ella.
Es también una historia muy humana, acerca de un hombre, que ha sufrido un drama, y que está tratando de superarlo desde el punto de vista emocional.
Minority Report no es solo el reflejo del avance tecnológico de una maquinaria perfecta, sino es un reproche al fallo humano, como el desencadenante de todo.
“But it didn't fall.
You caught it.
The fact that you prevented it from happening doesn't change the fact that it was going to happen”
La pregunta principal al ver Minority Report es, si realmente es justo condenar a personas, por algo que supuestamente ibas a hacer, pero al final, nunca se comprobó.
¿Alguien se hubiera arrepentido en el último instante?
Y sobre todo:
¿Existe la capacidad de sabotear el sistema?
Minority Report consigue trasladar preguntas y dilemas importantes al espectador, y poner un enorme interrogante, en la aparente perfección del sistema “PreCrimen”
¿Hasta qué punto es lícito castigar a alguien, por un delito aún no cometido?
¿Es realmente el futuro inexorable?
¿Existe la voluntad del individuo?
Esos planteos exploran dilemas que se le presentan al hombre hoy, reflejados en el mundo de mañana, y fundamentalmente conectados con los límites éticos, que el ser humano debe tener en cuenta, a la hora de adueñarse del control y destino de la vida de sus semejantes.
¿Existen barreras que resistan al imparable crecimiento de la tecnología, ya convertida a estas alturas, en dueña absoluta de los parámetros de verdad y progreso legitimados socialmente?
¿Puede un dispositivo tecnológico, anticipar todo lo que está a punto de suceder, o al menos, puede hacerlo de manera infalible?
Pero sea como sea, el esquema central de Minority Report está determinado así:
Entre aquel supuesto destino, incorregible e inmodificable, y esta moderna maquinaria previsora de los sucesos, en este caso, de índole criminal, la sociedad ya debe descansar tranquila, allá por los tiempos en que transcurre la historia, en el cercano 2054; con la adecuada organización institucional, ya no habrá más asesinatos que lamentar.
De eso, justamente, se jacta el proyecto “PreCrimen”, que gracias al uso complementario de la última tecnología, y 3 seres humanos “especiales”, con el don de ver más allá del presente, logró establecer un récord absoluto:
Nada de homicidios a lo largo de sus 6 años de duración, a modo de prueba.
Nadie cree más, que el jefe John Anderton, en la eficacia y beneficios de este sistema, que de haber existido algunos años antes, hubiera servido para evitar la trágica desaparición de su hijo.
Por eso mismo, nadie mejor que él para defenderlo, y llevarlo a su incorporación definitiva, al sistema de justicia, cuando un representante del gobierno comienza a husmear, sobre el “modus operandi” del proyecto, en busca de sus aparentemente, “inexistentes defectos”
En la producción, desde la textura y colores de las imágenes; la caracterización de los personajes, todos dejan entrever, algún indicio de oscuridad que se esconde tras lo que se ve; el uso y no abuso de los efectos especiales, para demostrar que cuando se los utiliza con propiedad e imaginación, todavía pueden resultar impactantes gratamente; la puesta en escena, el diseño de arte, y el cuidado de los planos; y el manejo de los ritmos narrativos para agilizar, o frenar el desarrollo de la historia, el director pone de manifiesto su meticuloso interés por no dejar al descubierto ningún detalle.
Como dato, Minority Report cuenta con 481 planos con efectos visuales, más que cualquier otro largometraje que Spielberg, desde que hiciera hace años, su película “Close Encounters Of The Third Kind” (1977)
Sin embargo, los personajes principales, carecen de un dibujo original, pues la narración descansa en “el típico hombre marcado por un pasado, con ánimo de venganza y/o redención”, particularidades del thriller clásico, con un matrimonio fracasado, y unas relaciones amistosas, que al final, ofrecerán las consabidas confusiones de personalidades, en una ambigua presentación y despliegue interpersonal.
Es reseñable, el buen trato a algunos personajes secundarios, con intervenciones muy divertidas, especialmente el cirujano ocular, y su peculiar enfermera.
Cabe decir que en Minority Report, hay cameos de:
Cameron Crowe, Cameron Diaz, Lucy Liu, Paul Thomas Anderson, entre otros.
El habitáculo donde encierran a Tom Cruise, cuando le ponen el halo, es el número 1109, clara alusión a los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Los nombres de los “precog” responden a grandes creadores de novelas de misterio, que han sido llevadas al cine:
“Agatha” de Christie (Samantha Morton), “Dashiell” de Hammett (Matthew Dickman), y “Arthur” de Conan Doyle (Michael Dickman)
La escena en que las arañas-espía hacen el reconocimiento de los ojos de Tom Cruise, es un claro homenaje a las naves de “War Of The Worlds”(1953), así como también, el aspecto de unas plantas en el herbario donde llega Cruise.
Especial atención a la escena de las bolas, en la que Tom Cruise le explica al inspector, el determinismo, y como el hecho de no evitar un suceso, no implica que este no se fuera a producir.
Un pequeño diálogo en el que se podrían pasar muchas vidas recapacitando, sin llegar a una conclusión clara.
Y el final de Minority Report, dentro del inevitable “happy end spielbergiano”, en el cual, el apacible escenario campestre y natural, con libros de papel, contrasta con la bulliciosa y artificiosa ambientación urbanita y lectura electrónica.
El desenlace es justamente lo contrario, llamativamente, muestra un exagerado empecinamiento por explicar todo lo que pasó, por tapar las turbulencias anteriores, con aclaraciones tranquilizadoras.
Y por no animarse a dejar todo en puntos suspensivos, Minority Report termina esforzándose demasiado, para alargar el final, hasta convertirlo en un “final feliz” pero poco convincente.
No alcanza de todas formas, para empañar la intensidad de una película fascinante, pero sí, para impedir su acceso al privilegiado círculo que ocupan las obras maestras.
Minority Report reúne también, a Spielberg con el compositor 5 veces oscarizado, John Williams, con quien el director ha colaborado en muchas películas, en casi 3 décadas.
Para Minority Report, Williams creó, lo que Spielberg llamar su “primera banda sonora en blanco y negro” pero esta banda sonora, es más experimental.
La sientes, más que la oyes, según dice el director.
“And it didn't take long for us to realize that the real nightmare was that these so called dreams were about to become true, that these murders were actually happening!”
Otro de los puntos más interesantes de Minority Report, es el mundo futuro que nos describe.
El apartado de diseño es excelente, y en el que podemos ver una ciudad dominada por el control del individuo, con continuas identificaciones, y en la que los aparatos electrónicos son omnipresentes.
La interpretación propia que se hace en Minority Report, sobre cómo van a evolucionar la vida en un futuro “próximo” queda muy bien plasmada, con elementos como la publicidad, los vehículos, y la tecnología en general.
De entre estos elementos, el que sin duda más recordará el espectador, es la famosa escena, en que Tom Cruise interactúa con una pantalla, a través de sus movimientos.
Aquí, el petróleo ha dejado de usarse, ante el desarrollo del sistema de tráfico por levitación magnética, y aunque la posibilidad de impedir el crimen es una posibilidad optimista, tiene un precio.
Los pequeños dispositivos de almacenamiento usados en Minority Report son versiones transparentes, de los discos “Pocket Zip” de Iomega.
Minority Report fue saturada digitalmente, con el fin de eliminar el color de las caras de los actores, para que todo adquiriera un aspecto azul, mucho más futurista, entre árido, sucio, y desangelado.
De hecho, la iluminación es rara, con luces externas que iluminan interiores, que no se sabe de donde provienen.
Y es que la calidad de Minority Report no se centra en su guión, sino en la fastuosa puesta en escena de Steven Spielberg y su equipo.
La frialdad de la fotografía, quizás demasiado manipuladora, contribuye precisamente, a describir la opresión de un individuo, engullido por su tramposo entorno, de una sociedad que ahoga sus penas, en el aparente confort de sus hábitos cotidianos.
El transporte en la capital federal de los Estados Unidos, ha sido suplido por un sistema “Mag-Lev”, Levitación Magnética, que funciona mediante imanes.
“Mag-Lev” es un sistema en 3 dimensiones, basado en una combinación de taxis y ascensores, de forma que pueden ser extraídos de sus anclajes, y moverse con total libertad.
Te puede llevar a donde quieras ir, cuando quieras” dijo Bonnie Curtis, productora, y añade:
“El “Mag-Lev” puede ir en horizontal, en vertical; puede dar la vuelta, puede girar; vas sentado en el medio, y nunca se te caerá el café”, concluye.
El coche en que Anderton escapa de la fábrica, fue diseñado en un ordenador que creó un prototipo en 3D, en el que la compañía CTEK, se inspiró para construirlo, el cual trabajo duró por 4 meses.
El vehículo es un “Lexus 2054” y está equipado con control de dirección y velocidad, guiado por láser, chasis de titanio, y fibra de carbón, apertura de las puertas, usando la retina del propietario, y un sistema de adaptación de neumáticos.
Todo ello funciona realmente.
Aunque tenga un aspecto muy futurista, este coche está hecho sobre un “Chevy V6” y una caja manual de 6 velocidades, nada del otro mundo.
¿Su precio?
La salida fue de $88,000.00
El “Lexus 2054” representa el deportivo 2 plazas, de lujo del futuro, según las previsiones de los diseñadores de Lexus, en colaboración con los de Spielberg, un coche ultra bajo, de cabina muy avanzada, cuyas partes delantera y trasera, son difíciles de distinguir a primera vista.
Este “Lexus 2054” se integró a tope en la promoción de Minority Report, siendo expuesto en varias exposiciones alrededor de los EEUU, en las que causó sensación.
Aunque no hubo declaraciones al respecto, se decía que la compañía Lexus, invirtió $5 millones, para que su coche protagonizara Minority Report.
La intervención de Lexus en Minority Report, era la de mejorar su imagen, y la perspectiva de futuro en el mercado americano.
Aparte de las prestaciones de Minority Report, el “Lexus 2054” promete su espectacular aspecto, monta un sistema de levitación magnética “Mag-Lev” capaz de subir por las paredes de los edificios...
Por su parte, Spielberg reunió un plantel de 24 especialistas en urbanismo, científicos, y futurólogos, para diseñar el mundo futuro de dentro de 50 años, en el que este Lexus se mueve como pez en el agua.
Además, desde las primeras animaciones por ordenador, “animatics” de Pixel Liberation Front, a los innovadores modelos de imagen en 3 dimensiones de Industrial Light & Magic, supervisados por Scott Farrar, pasando por la personalización de los vehículos Lexus, realizada por Harald Belker, todas las imágenes de Minority Report, reflejan un futuro que está a la vuelta de la esquina.
Pero lo que más me sorprendió fue que Minority Report, tiene detalles ingeniosos, y otros divertidos, como el caso de la cajita de cereales animada...
Si bien Minority Report nos transporta a un futuro dominado por la tecnología, en el que los crímenes se evitan anticipándose a su ejecución, llama la atención que el complejo sistema articulado para ello, paradójicamente dependa en el fondo, no de aspectos técnicos, sino de elementos humanos y paranormales:
Las facultades adivinatorias de 3 mutantes denominados “precogs”
Y es que Spielberg, a pesar de sus múltiples evoluciones, siempre será Spielberg, y su tendencia a introducir aspectos fantásticos, en casi todas sus historias, parece inquebrantable, vengan éstos de la mano de extraterrestres, dinosaurios, o en este caso, videntes.
“You still have a choice”
Minority Report explora las implicaciones de lo que, a primera vista parece ser, una herramienta ideal contra el crimen.
¿Se puede evitar un crimen, antes de que éste tuviera lugar?
Minority Report describe un futuro próximo, en el que los avances de la ciencia están siendo utilizados para fines que, en teoría, deberían ser buenos, pero con los que se plantean conflictos de tipo ético, cuando no se sabe bien, por dónde tirar:
Cuando la ciencia no puede dar una explicación, lo suficientemente satisfactoria, para justificar ciertos comportamientos, ni ciertas praxis.
Minority Report nos muestra un mundo, en el que casi todo, parece estar controlado por la tecnología y la burocracia; esto no significa, que estemos en una sociedad comunista, para nada, parece más bien, una sociedad en la que las grandes corporaciones y las empresas más poderosas, tienen el poder, y los individuos están totalmente a su merced.
Las personas serían un número más, en el mecanismo burocrático de esas empresas; sería una especie de evolución del capitalismo actual:
Los poderosos, las grandes compañías, son los amos, finalmente.
Esto sería una interpretación que, aunque no se muestra con evidencia en Minority Report, sí que se intuye.
El sistema “PreCrimen” es desde ya, una nueva forma de cine.
El cine como reflejo del futuro, un futuro que asumimos con certeza, pero que no podemos obviar que está ahí para ser evitado.
¿Hablamos de destino?
De ese modo, Minority Report apunta hacia sus espectadores, no por lo que son, sino por lo que potencialmente llegarán a ser.
Suena peligroso, pero al éxito cinematográfico, se llega a través del riesgo.
La profecía de George Orwell se hace realidad, no en el siglo XX, pero si en el XXI.
El “Big Brother” nos está observando ahora, y la poca privacidad de la que disponemos, la vamos a perder por completo, en unos 20 o 30 años, pues la tecnología va a permitir ver a través de las paredes, del techo, entrar en la esfera de lo más íntimo de nuestra vida personal, en el santuario de nuestra familia.
Las oficinas podrán ser, totalmente portátiles, y la tecnología personal, como en el caso de los ordenadores y los teléfonos, se convertirán en accesorios incorporados al cuerpo humano.
Predecir un crimen, antes de que se cometa, es una idea vieja y recurrente.
Una idea que, de hecho, constituye casi un subgénero, dentro de la literatura de ciencia-ficción, tan dada siempre a abusar de categorías.
Pensemos en la falible unidad “PreCrimen”, en la policía del pensamiento, o en la ciencia hipotética de la psicohistoria…
No confundir con “los policías psíquicos”
Y sin embargo, existen proyectos reales, que pretenden justamente esto:
Usar datos y modelos matemáticos, para predecir crímenes a escala local.
La tarea es difícil, claro.
Para empezar, porque muchos delitos se improvisan, como un robo oportunista, un crimen pasional, o una reyerta, pero sobre todo, porque los criminales tienen incentivos para ser impredecibles.
Por suerte, lo consiguen sólo a medias.
Las personas que cometen crímenes, responden a las circunstancias de formas, más o menos racionales, más o menos comprendidas, y más o menos extrañas, pero el efecto agregado, es suficiente que emerjan regularidades estadísticas.
El resultado final es, que los crímenes no son fenómenos aleatorios.
A continuación veremos ejemplos de situaciones, en las que el crimen resulta predecible:
El peligro está en la frontera:
Usando información de la policía, un grupo de investigadores ha “mapeado” la actividad de 13 bandas callejeras, en un barrio de Los Ángeles, EEUU.
Su conclusión es, que los lugares más peligrosos, no son el corazón del territorio de una banda, sino sus fronteras:
El 83% de los crímenes, ocurren a menos de 3 bloques del borde, y el 97% a menos de una milla.
Hacer un seguimiento de las fronteras, parece una idea estupenda.
En ocasiones, los datos traen sorpresas:
Un estudio para detectar los lugares donde se cometen más crímenes con armas de fuego, concluyó que un factor clave, era la proximidad de rutas de autobús, parques, licorerías y bibliotecas.
Pero:
¿Por qué bibliotecas?
Al parecer, porque las bandas las utilizan como proveedoras de Wifi gratis…
Si sabemos que tras un crimen relacionado con bandas, la probabilidad de nuevos crímenes en forma de represalias se dispara.
Es un ejemplo evidente, pero muestra como algunos crímenes se auto realimentan.
Hay crímenes, cuya probabilidad aumenta, tras un primer incidente, de ahí lo importante de detectarlos para evitar el eco.
También, se ha observado, que cuando se produce un robo en una casa, la probabilidad de nuevos robos en el mismo vecindario, e incluso en la misma casa, aumenta en los días siguientes.
Pensamos que es contra intuitivo, porque se pierde el factor sorpresa.
Pero al parecer, los ladrones se desplazan por zonas, e invierten en estudiarla, y consideran que el riesgo de dar 2 o más golpes, compensa, sea cierto o no.
Quizás muchos han escuchado hablar, de “la teoría de las ventanas rotas” y el caso de New York.
La teoría se basa en la observación, de que el crimen se dispara en lugares con edificios deteriorados.
Incluso, se ha cuantificado el efecto, por cada “unidad de deterioro”, una ventana rota, grafitis, y coches abandonados, se producen 6 robos.
Estos ejemplos apoyan una idea importante:
La idea de que pequeños fragmentos de información circunstancial, a veces obvia y a veces desconcertante, pueden ser útiles para señalizar, el momento y lugar donde el crimen es probable.
En realidad, es evidente que la policía lleva anticipándose al crimen, desde siempre, y por eso, prepara dispositivos especiales, los días de fútbol por ejemplo, y asigna guardaespaldas a personas amenazadas.
El factor revolucionario es, que hoy disponemos de un volumen ingente de información, para sistematizar el proceso, y predecir crímenes de forma extensiva, y a escala local.
A grosso modo, construir un sistema de este tipo, supone iterar entre 2 pasos:
Primero, analizar los datos históricos, para detectar patrones en binomios, llámese circunstancias, crimen; y construir modelos predictivos.
Y segundo, alimentar dichos modelos, con datos en tiempo real, toda esa información masiva que ya nos rodea, para que éstos nos indiquen, dónde y cuándo, hay que enviar policías.
Esto es más o menos, lo que hace el programa experimental del Departamento de Policía de Los Ángeles, en EEUU.
Los autores están a la espera de un ensayo con un grupo de control, pero la primera experiencia es prometedora:
En el área de Los Ángeles, donde se probó el sistema, el crimen descendió un 13% respecto al resto de la ciudad.
Quizás pronto, podremos construir modelos matemáticos que, alimentándose de la ruidosa información que nos rodea, sirvan para señalar “equis” sobre un mapa:
Aquellos momentos y lugares donde el crimen es probable.
Por tanto, no te detengas.
Corre lo más rápido que puedas.
Todos lo hacen.
No hay razones, entonces, para no hacerlo.
De todas maneras, resígnate:
Tarde o temprano, el eterno perseguidor, el destino, alcanzará su objetivo, imprimirá su sello irrefutable, pre-escrito, y decidirá por su cuenta, qué es lo que tiene planeado para ti.

“Sometimes, in order to see the light, you have to risk the dark”



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