Don Juan DeMarco
“Have you never met a woman who inspires you to love?
Until your every sense is filled with her?
You inhale her.
You taste her.
You see your unborn children in her eyes and know that your heart has at last found a home.
Your life begins with her, and without her it must surely end”
Un libertino, es una persona que lleva conducta desenfrenada, y se entrega a los placeres y los caprichos, sin someterse a la moral dominante.
Los libertinos, son personajes frecuentes en las novelas; a menudo, un libertino es un hombre que malgasta su fortuna, generalmente heredada, en vino, mujeres, y diversión, incurriendo en deudas por su prodigalidad; ideológicamente, es descreído o nihilista, y no cree en los milagros.
Todos estos sentidos, tenía el término libertino:
Un depravado; hedonista dedicado sólo a los placeres del cuerpo; filósofo escéptico, o pirrónico en la lengua del siglo XVIII.
Cabe diferenciarlo como personaje literario del donjuán, que es más bien un hombre que seduce a una joven, y la deja embarazada antes de abandonarla, a menudo, causando su ruina social o financiera, del cazadotes que pretende “dar un braguetazo” y del gigoló o amante profesional.
Al llamar “libertino” a un personaje, se está enfatizando su promiscuidad, y su prodigalidad monetaria; si se le llama “donjuán” simplemente se quiere decir que es un seductor cruel e indiferente, que con toda frialdad, rompe el corazón de sus víctimas.
Don Juan, es un personaje arquetípico, configurado en la literatura española, y con larga descendencia literaria europea, creado por Tirso de Molina.
También, llamado “burlador” o “libertino”, se trata de un seductor valiente y osado hasta la temeridad, que no respeta ninguna ley divina, o humana.
Con los precedentes de “El Infamador de Juan de La Cueva” (1581), y de “El Hércules de Ocaña” de Luis Vélez de Guevara, el primer ejemplo del personaje, lo creó, según algunos, Tirso de Molina, en su obra “El Burlador de Sevilla y Convidado de Piedra”, en 1630; según otros, esta obra sería una refundición de otra, conocida como “Tan largo me lo fiais”, que podría atribuirse a Andrés de Claramonte.
En cualquier caso, hay en el teatro, ciertos antecedentes del tipo del fanfarrón y seductor y, en los romances, del tema del “convidado de piedra”, quien desprecia a los muertos, y acepta temerariamente, la invitación de uno de ellos.
Así pues, se escribieron obras inspiradas en este personaje:
Antonio de Zamora, con “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague” (1713); Molière con “Dom Juan ou le festin de pierre” (1665); Samuel Richardson, creador del libertino “Lovelace” en su novela “Clarissa Harlowe”; Lorenzo da Ponte, libretista de Wolfgang Amadeus Mozart, con “Don Giovanni” (1787); Choderlos de Laclos, famoso por su libertino “Vizconde de Valmont” en su novela epistolar, “Las Amistades Peligrosas” (1782); y Lord Byron con “Don Juan” (1819-1824), incompleto por su muerte; entre otros autores.
El Don Juan de Lord Byron, a pesar de ser una obra inconclusa, es una obra que aporta una nueva mirada al personaje:
Ya no es el rufián, burlador, e insensible que Tirso presenta sino un niño, un joven, lo suficientemente bueno, como para no irse al infierno.
Ahora tenemos a un Don Juan, a quien le ocurren diversas desgracias, y que logra salir airoso de ellas.
Su fama entre las mujeres, se basa en sus historias, su atractivo, su sinceridad, y nobleza.
Sin proponérselo, más de una cae ante sus pies:
Una mujer casada, la hija de un pirata, una sultana, una emperatriz, una duquesa...
De diversas edades, pero todas bellamente impresionantes, se ven atraídas ante este joven español, que tiene la habilidad de entenderlas, literalmente; apreciarlas y protegerlas.
Es un personaje, lo bastante inteligente, para aprender diversos idiomas, hábil en la batalla, y un buen amante.
La historia, pues sería conocida por todos…
“Every true lover knows that the moment of greatest satisfaction comes when ecstasy is long over and he beholds before him the flower which has blossomed beneath his touch”
Don Juan DeMarco es una comedia del año 1995, escrita y dirigida por Jeremy Leven.
Protagonizada por Marlon Brando, Johnny Depp, Faye Dunaway, Rachel Ticotin, Geraldine Pailhas, Bob Dishy, Talisa Soto, Stephen Singer, Carmen Argenziano, Jo Champa, entre otros.
Don Juan DeMarco se basa en 2 fuentes diferentes:
La historia narrada en el presente, se basa en el cuento del guionista Jeremy Leven, “Don Juan DeMarco and The Centerfold” que era el título original de la película, antes de que el estudio lo cambiara poco antes del estreno; mientras que los “flashbacks” que muestran la historia basada en la leyenda de Don Juan, especialmente retrata lo dicho por Lord Byron en su versión.
Su “Don Juan”, es un poema épico, escrito por George Gordon Byron, Sexto Barón de Byron; considerada la obra cumbre de aquel Lord, que encarnó el romanticismo y el malditismo personales, a “Don Juan”, se la ha catalogado como una novela en verso, sobre los populares y míticos amores de un personaje, que sirve al autor, como una perfecta máscara de sí mismo.
Su gran obra, consta de 17 cantos, y fue uno de los más importantes poemas largos publicados en Inglaterra, desde “El Paraíso Perdido” de John Milton.
“Don Juan”, influyó a nivel social, político, literario, e ideológico; y de inspiración para los autores victorianos.
Los primeros cantos de “Don Juan”, se publicaron en Londres en 1819, cuando Byron vivía ya exiliado.
Posteriormente, el autor retomó el poema, y lo volvió a dejar entre otros trabajos, hasta la primavera de 1823, un año antes de su muerte, en que, quedando inacabado el canto XVII, ya no volvió a él.
¿Le consideramos neoclásico?
¿Ferozmente romántico?
Acaso se trate de ambas cosas a la par...
La obra, es bastante larga, y muy interesante, pero está plagada de sarcasmos, escenas irónicas, y burlas que hace el autor a otros personajes de su momento; pero Lord Byron, quien muestra una antítesis de lo que enseñaba Tirso de Molina, sabe cómo explotar las cualidades de su joven Juan.
Un personaje quien, sin bien no es malvado, sigue siendo atractivo, incluso para los lectores.
El ser bueno, no le quita su derecho a ser querido, tanto por el narrador, las mujeres, e incluso a aquel lector que se atreva a enfrentarse al sarcasmo puro de Byron.
Don Juan DeMarco estuvo nominada al Oscar como mejor canción original para Bryan Adams, Michael Kamen, y Robert Lange por la canción:
“Have you ever really loved a woman?”
Don Juan DeMarco inicia con un hombre joven (Johnny Depp), vistiendo una máscara y una capa, que está parado en una valla, y su intención parece ser el suicidio…
Pero es rescatado por la policía, y enviado a un consultorio psiquiátrico.
De allí es puesto en manos del Doctor Jack Mickler (Marlon Brando), un maduro psiquiatra en camino de pensionarse.
El paciente le cuenta al doctor, que él es realmente, el gran amante, Don Juan DeMarco, aquel que ha seducido a 1,500 mujeres, pero que ha caído en una depresión, al no haber logrado conquistar a la mujer de sus sueños.
El Doctor Mickler, tiene un plazo de 10 días para tratarlo.
Luego decide medicarlo, entonces Don Juan dice la verdad, por lo cual se dan cuenta, de que no tiene alucinaciones, sino que es algo consiente, creado para escapar de su realidad, y lo terminan dejando en libertad, lo cual fue un alivio más para el doctor, que para él.
Ambos se van de vacaciones, y se encuentran en una isla, Don Juan, el Doctor, y Marilyn (Faye Dunaway), su esposa.
Allí, Don Juan se encuentra con su amada, que no pudo conquistar…
El producto, apuesta a sensibilizar, a demostrar cuán profundo afecta el amor a los sentimientos humanos, nos sumerge en un juego fantasioso de seducción, donde no todo es placer, sino que también hay castigo y dolor, y que nos traslada a una situación, donde es difícil discernir entre realidad y fantasía romántica.
“You want Don Juan de Marco, the world's greatest lover, to talk to you?”
Don Juan DeMarco es utópica, extraviada, muy romántica y sensual, que combina fantasía y realidad, de manera prácticamente indisoluble, que constituye una oda al enamorarse, que invita a reencontrar las pasiones perdidas en la rutina y monotonía, un filme que de fondo, escarba y resalta las diferencias entre sexo y amor, invitándonos a jugarnos por los sentimientos, pero sin dejar de advertirnos, que hay fuertes riesgos en esa empresa sensible.
Es una especie de drama romántico, contado a modo de fábula, en el cual, se encuentran por primera vez, 2 raros actores, que comparten el hecho, además de ser “raros”, geniales, de estar siempre bien en películas menos graves.
Son Johnny Depp, quien se cree “Don Juan”, y Marlon Brando, o mejor dicho, Don Octavio de Flores, en la figura de un obeso psiquiatra que, a medida que Don Juan le cuenta su historia, se adentra en su particular, y maravilloso mundo.
La pasión del amor de Don Juan, la pasión que nunca llega a satisfacerse, que siempre pide nuevos estímulos; la insaciabilidad, porque nunca tengo suficiente...
Don Juan, está dispuesto a saltarse cualquier ley, o desafiar cualquier poder, con tal de seguir su carrera inacabable.
Para recordar, ese momento en que se nos muestra una foto del Enorme Marlon Brando, joven, con su padre…
Hace de Don Juan DeMarco una película agradable de ver, para todos aquellos que creen en la fantasía y la imaginación, como estrategias humanas para enriquecer nuestra limitada percepción de la realidad y, porque no, en una pasión, terriblemente contagiosa.
Si bien ciertas partes de Don Juan DeMarco, están inspiradas en el mito de “Don Juan”, tal como lo narra Lord Byron en su versión, las influencias literarias no terminan ahí.
Este “Don Juan moderno” negocia un pacto frente a un tablero de ajedrez, buen detalle, con todo lo que implica; y le cuenta a su psiquiatra todos los días, una historia de su pasado y, sobre todo, de sus interminables conquistas amorosas:
“Ninguna mujer ha abandonado mis brazos insatisfecha”, alardea.
Si en 10 días de relatos, no logra convencer al psiquiatra de que, en verdad, es Don Juan DeMarco, aceptará tomar la medicación que le recetan para curarlo de su aparente trastorno, lo cual para él será peor que perder la cabeza a manos del verdugo.
Si alguien se acuerda de Scherezada, no estará muy desencaminado, de hecho, en una de las historias, aparece una sultana y un harén.
Poco a poco, el psiquiatra se torna dependiente de los cuentos cautivantes narrados por Don Juan, en su consultorio y, de alguna manera, intenta llevarlos a la práctica, en su vida privada.
El único que “la tiene clara” en Don Juan DeMarco, es el supuesto “paciente mental”, no los profesionales que tratan de ayudarlo a ser “normal” de nuevo a la fuerza, gente demasiado dispuesta a medicar con rapidez para “solucionar” el asunto.
Cambiar la química del cerebro con medicación psiquiátrica, es más sencillo que cambiar el estilo de vida desdichado…
Como le dice Don Juan a su psiquiatra:
“Hay solo 4 preguntas importantes en esta vida:
¿Qué es lo sagrado?
¿De qué está hecho el espíritu?
¿Por qué vale la pena vivir?
¿Por qué vale la pena morir?
La respuesta a cada una de estas preguntas, es la misma:
Amor”
Así de sencillito y de demoledor.
Nuestro buen psiquiatra, que ha perdido el camino, finalmente, lo encuentra, y se ve obligado a diagnosticar, al final, que el último paciente que trató antes de jubilarse, “el gran amante Don Juan DeMarco, padecía de un romanticismo por completo incurable y, lo que es peor, sumamente contagioso”
Sublime para todos aquellos que han soñado en convertirse en “maestros de la seducción”
Aquí, Johnny Deep nos muestra cómo manejar a las mujeres, de una manera poco convincente, pero realmente asombrosa.
Lo más destacado:
Su interpretación, al que su encanto por seducir a las mujeres, puede cruzar la calzada hacía la otra acera.
Además, aparece un Enorme Marlon Brando, que aunque ya no le queden agujeros suficientes en su cinturón, hace un esfuerzo para estar a la altura de su joven aprendiz, que supera con creces a su maestro.
Pero, nada le quita que Don Juan DeMarco es un producto cinematográfico, realmente extraño:
Una mezcla de película “de capa y espada”, comedia romántica, culebrón mexicano, y entre todo ello, el mito de Don Juan.
La verdad es que el argumento es rocambolesco, pues nadie puede creerse que un tipo se pasee disfrazado del “Zorro” por la ciudad, y que la gente lo vea normal…
Así como nadie debería creer, que cualquier mujer se preste a ser seducida, porque le dicen semejantes sandeces en un restaurante, mientras espera al camarero…
La verdad da risa, pero es por vergüenza ajena.
Johnny Depp, por sus rasgos, es ideal para papeles de latino, y sería un fantástico D'Artagnan, pero de aquí, a presentarlo como el mejor amante del mundo... es ridículo, no se le va nada.
Y en lugar del romanticismo que vende, yo hablaría en el mejor de los casos, de atracción física, pura y dura, entre Johnny y sus sucesivas, que romanticismo es otra cosa… vamos.
En fin, Don Juan DeMarco es una obra imaginativa y original, que readapta al personaje nacido de la pluma lírica de Lord Byron, un cuento fantasioso, y muy romántico, que posee buenos momentos de idilio y sensualidad, pero que en otros decae un tanto en lucidez argumental.
El interés de Don Juan DeMarco, está en poder ver a Marlon Brando, aunque esté mayor y muy voluminoso.
Es que es un monstruo, capaz de proporcionar interés a algo como esto, con cada gesto, con cada mirada; a pesar de estar ya fatigado de la vida, continúa conservando ese “algo”, que algunos tienen, y otros nunca tendrán.
¿Tal vez Johnny Depp?
Me gusta la escena final del baile con Faye Dunaway.
También es muy divertida la escena, en donde mira por la ventana, como Johnny Depp baila con el enfermero negro...
A destacar también la música, alegre, maravillosa:
¿Qué sería de Don Juan DeMarco sin ella?
La canción de Bryan Adams, “Have you ever really love a woman?”, es una genialidad.
Además, con el Enorme Paco de Lucía como guitarrista.
“I give women pleasure, if they desire, it is of course the greatest pleasure they will ever experience”
“Toda mujer es un misterio a ser resuelto... pero una mujer nada esconde de su verdadero amante.
El color de su piel, puede indicarnos como proceder.
Un matiz, como el de la rosa, rosáceo y pálido...
Ella debe ser persuadida a abrir sus pétalos con ardor... como el sol.
Una piel pálida como las pelirrojas... exige la lascivia de una ola rompiendo en la playa... para despertar su interior... y traer las espumosas delicias del amor.
Aunque no haya metáfora... que describa como es amar una mujer... yo diría que es como tocar un instrumento raro.
¿Será que un Stradivarius... siente lo mismo que el violinista que consigue... tirar la nota perfecta de su corazón?”
Desde el siglo XVII, se dio crédito a la idea de que Don Juan Tenorio existió realmente.
Tal idea, fue recogida por el hispanista, Louis Viardot, en el siglo XIX, y posteriormente por Gregorio Marañón, que recoge la existencia de Los Tenorio, y de la calidad de seductor de alguno de ellos, pues un tal Cristóbal Tenorio, tuvo amoríos con la hija de Lope de Vega, e incluso, se batió en duelo con él, hiriéndolo.
Se ha especulado, que la razón de la elección de tal apellido, por Tirso de Molina, pudo ser por la similitud con el verbo “tener”, que induce a relacionarlo con el hecho de la posesión, y con el sustantivo “tenor”, que lo relaciona con la voz masculina.
Las figuras del centenario “Caballero de Gracia” (1517-1619), y del sevillano, Miguel Mañara, nacido en 1627, y por tanto, imposible como modelo, y que desde principios del siglo XIX se encuentra en causa de beatificación, suscitó la maledicencia de los que atribuían la “conversión” piadosa de sus últimos años, a una similitud con los rasgos esenciales de la psicología de Don Juan:
Una juventud disipada, y un aparatoso arrepentimiento final, que lo llevó a ser citado como contraejemplo por Antonio Machado:
“Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido / ya conocéis mi torpe aliño indumentario”
Curiosamente, hay una enfermedad que a veces, ciertos hombres padecen, y es comúnmente conocida como “El Síndrome del Don Juan” que consiste en que el hombre se cree “súper poderoso” en todo aspecto, atractivo y sexual, y emprende tratar de conquistar a toda dama que encuentra atractiva.
Cuando el hombre es atractivo, en verdad, les resulta muy bien esta actitud, porque les resulta en numerosas conquistas, las cuales llevan a cabo.
Pero también hay “Don Juanes” que se creen que son más bellos de lo que son.
El “Don Juan” se caracteriza por:
1. No tener sentido de culpabilidad, pues todo lo que hagan en este aspecto, está “muy bien hecho” según la mente de ellos.
2. Tener un libido alto, es estar siempre listos para cualquier aventura sexual.
3. La manía de estar coqueteando con toda mujer, o con las mujeres que ellos dignan merecer sus atenciones.
4. Mienten… para poder llevar a cabo sus designios, tienen que mentir; pero lo hacen muy bien, pues son unos expertos en la decepción, y en la mentira.
5. Son misteriosos y secretivos; no te lo dicen todo; y siempre hay un misterio que nunca se descifrará.
6. Falta de lealtad con su pareja; y si permanecen con su pareja, por un periodo de tiempo, no serán fieles a ella…
7. Sentido exagerado del auto-estima; ellos se aman a sí mismos, porque ellos se consideran muy listos, y superiores, se consideran más atractivos, más inteligentes, y más potentes que otros hombres.
El hombre con el llamado “Síndrome de Don Juan”, difícilmente puede llevar una relación estable con ninguna mujer, puesto que siempre va a enfurecer a su pareja, por su comportamiento... ya que el llamado “Don Juan”, mentalmente no quiere estar con una sola mujer, sino con varias...
Él quiere saborear varias, cuantas más, mejor, nunca estará satisfecho.
¿Porque?
Será porque se aburren de una sola…
Todos conocemos por lo menos un “Don Juan” en nuestras vidas...
Puede ser tu propio padre, puede ser tu hermano, o puede ser tu propia pareja, si no has sabido escoger una buena pareja.
“The power of love of Don Juan, is eternal and will not be denied”
Until your every sense is filled with her?
You inhale her.
You taste her.
You see your unborn children in her eyes and know that your heart has at last found a home.
Your life begins with her, and without her it must surely end”
Un libertino, es una persona que lleva conducta desenfrenada, y se entrega a los placeres y los caprichos, sin someterse a la moral dominante.
Los libertinos, son personajes frecuentes en las novelas; a menudo, un libertino es un hombre que malgasta su fortuna, generalmente heredada, en vino, mujeres, y diversión, incurriendo en deudas por su prodigalidad; ideológicamente, es descreído o nihilista, y no cree en los milagros.
Todos estos sentidos, tenía el término libertino:
Un depravado; hedonista dedicado sólo a los placeres del cuerpo; filósofo escéptico, o pirrónico en la lengua del siglo XVIII.
Cabe diferenciarlo como personaje literario del donjuán, que es más bien un hombre que seduce a una joven, y la deja embarazada antes de abandonarla, a menudo, causando su ruina social o financiera, del cazadotes que pretende “dar un braguetazo” y del gigoló o amante profesional.
Al llamar “libertino” a un personaje, se está enfatizando su promiscuidad, y su prodigalidad monetaria; si se le llama “donjuán” simplemente se quiere decir que es un seductor cruel e indiferente, que con toda frialdad, rompe el corazón de sus víctimas.
Don Juan, es un personaje arquetípico, configurado en la literatura española, y con larga descendencia literaria europea, creado por Tirso de Molina.
También, llamado “burlador” o “libertino”, se trata de un seductor valiente y osado hasta la temeridad, que no respeta ninguna ley divina, o humana.
Con los precedentes de “El Infamador de Juan de La Cueva” (1581), y de “El Hércules de Ocaña” de Luis Vélez de Guevara, el primer ejemplo del personaje, lo creó, según algunos, Tirso de Molina, en su obra “El Burlador de Sevilla y Convidado de Piedra”, en 1630; según otros, esta obra sería una refundición de otra, conocida como “Tan largo me lo fiais”, que podría atribuirse a Andrés de Claramonte.
En cualquier caso, hay en el teatro, ciertos antecedentes del tipo del fanfarrón y seductor y, en los romances, del tema del “convidado de piedra”, quien desprecia a los muertos, y acepta temerariamente, la invitación de uno de ellos.
Así pues, se escribieron obras inspiradas en este personaje:
Antonio de Zamora, con “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague” (1713); Molière con “Dom Juan ou le festin de pierre” (1665); Samuel Richardson, creador del libertino “Lovelace” en su novela “Clarissa Harlowe”; Lorenzo da Ponte, libretista de Wolfgang Amadeus Mozart, con “Don Giovanni” (1787); Choderlos de Laclos, famoso por su libertino “Vizconde de Valmont” en su novela epistolar, “Las Amistades Peligrosas” (1782); y Lord Byron con “Don Juan” (1819-1824), incompleto por su muerte; entre otros autores.
El Don Juan de Lord Byron, a pesar de ser una obra inconclusa, es una obra que aporta una nueva mirada al personaje:
Ya no es el rufián, burlador, e insensible que Tirso presenta sino un niño, un joven, lo suficientemente bueno, como para no irse al infierno.
Ahora tenemos a un Don Juan, a quien le ocurren diversas desgracias, y que logra salir airoso de ellas.
Su fama entre las mujeres, se basa en sus historias, su atractivo, su sinceridad, y nobleza.
Sin proponérselo, más de una cae ante sus pies:
Una mujer casada, la hija de un pirata, una sultana, una emperatriz, una duquesa...
De diversas edades, pero todas bellamente impresionantes, se ven atraídas ante este joven español, que tiene la habilidad de entenderlas, literalmente; apreciarlas y protegerlas.
Es un personaje, lo bastante inteligente, para aprender diversos idiomas, hábil en la batalla, y un buen amante.
La historia, pues sería conocida por todos…
“Every true lover knows that the moment of greatest satisfaction comes when ecstasy is long over and he beholds before him the flower which has blossomed beneath his touch”
Don Juan DeMarco es una comedia del año 1995, escrita y dirigida por Jeremy Leven.
Protagonizada por Marlon Brando, Johnny Depp, Faye Dunaway, Rachel Ticotin, Geraldine Pailhas, Bob Dishy, Talisa Soto, Stephen Singer, Carmen Argenziano, Jo Champa, entre otros.
Don Juan DeMarco se basa en 2 fuentes diferentes:
La historia narrada en el presente, se basa en el cuento del guionista Jeremy Leven, “Don Juan DeMarco and The Centerfold” que era el título original de la película, antes de que el estudio lo cambiara poco antes del estreno; mientras que los “flashbacks” que muestran la historia basada en la leyenda de Don Juan, especialmente retrata lo dicho por Lord Byron en su versión.
Su “Don Juan”, es un poema épico, escrito por George Gordon Byron, Sexto Barón de Byron; considerada la obra cumbre de aquel Lord, que encarnó el romanticismo y el malditismo personales, a “Don Juan”, se la ha catalogado como una novela en verso, sobre los populares y míticos amores de un personaje, que sirve al autor, como una perfecta máscara de sí mismo.
Su gran obra, consta de 17 cantos, y fue uno de los más importantes poemas largos publicados en Inglaterra, desde “El Paraíso Perdido” de John Milton.
“Don Juan”, influyó a nivel social, político, literario, e ideológico; y de inspiración para los autores victorianos.
Los primeros cantos de “Don Juan”, se publicaron en Londres en 1819, cuando Byron vivía ya exiliado.
Posteriormente, el autor retomó el poema, y lo volvió a dejar entre otros trabajos, hasta la primavera de 1823, un año antes de su muerte, en que, quedando inacabado el canto XVII, ya no volvió a él.
¿Le consideramos neoclásico?
¿Ferozmente romántico?
Acaso se trate de ambas cosas a la par...
La obra, es bastante larga, y muy interesante, pero está plagada de sarcasmos, escenas irónicas, y burlas que hace el autor a otros personajes de su momento; pero Lord Byron, quien muestra una antítesis de lo que enseñaba Tirso de Molina, sabe cómo explotar las cualidades de su joven Juan.
Un personaje quien, sin bien no es malvado, sigue siendo atractivo, incluso para los lectores.
El ser bueno, no le quita su derecho a ser querido, tanto por el narrador, las mujeres, e incluso a aquel lector que se atreva a enfrentarse al sarcasmo puro de Byron.
Don Juan DeMarco estuvo nominada al Oscar como mejor canción original para Bryan Adams, Michael Kamen, y Robert Lange por la canción:
“Have you ever really loved a woman?”
Don Juan DeMarco inicia con un hombre joven (Johnny Depp), vistiendo una máscara y una capa, que está parado en una valla, y su intención parece ser el suicidio…
Pero es rescatado por la policía, y enviado a un consultorio psiquiátrico.
De allí es puesto en manos del Doctor Jack Mickler (Marlon Brando), un maduro psiquiatra en camino de pensionarse.
El paciente le cuenta al doctor, que él es realmente, el gran amante, Don Juan DeMarco, aquel que ha seducido a 1,500 mujeres, pero que ha caído en una depresión, al no haber logrado conquistar a la mujer de sus sueños.
El Doctor Mickler, tiene un plazo de 10 días para tratarlo.
Luego decide medicarlo, entonces Don Juan dice la verdad, por lo cual se dan cuenta, de que no tiene alucinaciones, sino que es algo consiente, creado para escapar de su realidad, y lo terminan dejando en libertad, lo cual fue un alivio más para el doctor, que para él.
Ambos se van de vacaciones, y se encuentran en una isla, Don Juan, el Doctor, y Marilyn (Faye Dunaway), su esposa.
Allí, Don Juan se encuentra con su amada, que no pudo conquistar…
El producto, apuesta a sensibilizar, a demostrar cuán profundo afecta el amor a los sentimientos humanos, nos sumerge en un juego fantasioso de seducción, donde no todo es placer, sino que también hay castigo y dolor, y que nos traslada a una situación, donde es difícil discernir entre realidad y fantasía romántica.
“You want Don Juan de Marco, the world's greatest lover, to talk to you?”
Don Juan DeMarco es utópica, extraviada, muy romántica y sensual, que combina fantasía y realidad, de manera prácticamente indisoluble, que constituye una oda al enamorarse, que invita a reencontrar las pasiones perdidas en la rutina y monotonía, un filme que de fondo, escarba y resalta las diferencias entre sexo y amor, invitándonos a jugarnos por los sentimientos, pero sin dejar de advertirnos, que hay fuertes riesgos en esa empresa sensible.
Es una especie de drama romántico, contado a modo de fábula, en el cual, se encuentran por primera vez, 2 raros actores, que comparten el hecho, además de ser “raros”, geniales, de estar siempre bien en películas menos graves.
Son Johnny Depp, quien se cree “Don Juan”, y Marlon Brando, o mejor dicho, Don Octavio de Flores, en la figura de un obeso psiquiatra que, a medida que Don Juan le cuenta su historia, se adentra en su particular, y maravilloso mundo.
La pasión del amor de Don Juan, la pasión que nunca llega a satisfacerse, que siempre pide nuevos estímulos; la insaciabilidad, porque nunca tengo suficiente...
Don Juan, está dispuesto a saltarse cualquier ley, o desafiar cualquier poder, con tal de seguir su carrera inacabable.
Para recordar, ese momento en que se nos muestra una foto del Enorme Marlon Brando, joven, con su padre…
Hace de Don Juan DeMarco una película agradable de ver, para todos aquellos que creen en la fantasía y la imaginación, como estrategias humanas para enriquecer nuestra limitada percepción de la realidad y, porque no, en una pasión, terriblemente contagiosa.
Si bien ciertas partes de Don Juan DeMarco, están inspiradas en el mito de “Don Juan”, tal como lo narra Lord Byron en su versión, las influencias literarias no terminan ahí.
Este “Don Juan moderno” negocia un pacto frente a un tablero de ajedrez, buen detalle, con todo lo que implica; y le cuenta a su psiquiatra todos los días, una historia de su pasado y, sobre todo, de sus interminables conquistas amorosas:
“Ninguna mujer ha abandonado mis brazos insatisfecha”, alardea.
Si en 10 días de relatos, no logra convencer al psiquiatra de que, en verdad, es Don Juan DeMarco, aceptará tomar la medicación que le recetan para curarlo de su aparente trastorno, lo cual para él será peor que perder la cabeza a manos del verdugo.
Si alguien se acuerda de Scherezada, no estará muy desencaminado, de hecho, en una de las historias, aparece una sultana y un harén.
Poco a poco, el psiquiatra se torna dependiente de los cuentos cautivantes narrados por Don Juan, en su consultorio y, de alguna manera, intenta llevarlos a la práctica, en su vida privada.
El único que “la tiene clara” en Don Juan DeMarco, es el supuesto “paciente mental”, no los profesionales que tratan de ayudarlo a ser “normal” de nuevo a la fuerza, gente demasiado dispuesta a medicar con rapidez para “solucionar” el asunto.
Cambiar la química del cerebro con medicación psiquiátrica, es más sencillo que cambiar el estilo de vida desdichado…
Como le dice Don Juan a su psiquiatra:
“Hay solo 4 preguntas importantes en esta vida:
¿Qué es lo sagrado?
¿De qué está hecho el espíritu?
¿Por qué vale la pena vivir?
¿Por qué vale la pena morir?
La respuesta a cada una de estas preguntas, es la misma:
Amor”
Así de sencillito y de demoledor.
Nuestro buen psiquiatra, que ha perdido el camino, finalmente, lo encuentra, y se ve obligado a diagnosticar, al final, que el último paciente que trató antes de jubilarse, “el gran amante Don Juan DeMarco, padecía de un romanticismo por completo incurable y, lo que es peor, sumamente contagioso”
Sublime para todos aquellos que han soñado en convertirse en “maestros de la seducción”
Aquí, Johnny Deep nos muestra cómo manejar a las mujeres, de una manera poco convincente, pero realmente asombrosa.
Lo más destacado:
Su interpretación, al que su encanto por seducir a las mujeres, puede cruzar la calzada hacía la otra acera.
Además, aparece un Enorme Marlon Brando, que aunque ya no le queden agujeros suficientes en su cinturón, hace un esfuerzo para estar a la altura de su joven aprendiz, que supera con creces a su maestro.
Pero, nada le quita que Don Juan DeMarco es un producto cinematográfico, realmente extraño:
Una mezcla de película “de capa y espada”, comedia romántica, culebrón mexicano, y entre todo ello, el mito de Don Juan.
La verdad es que el argumento es rocambolesco, pues nadie puede creerse que un tipo se pasee disfrazado del “Zorro” por la ciudad, y que la gente lo vea normal…
Así como nadie debería creer, que cualquier mujer se preste a ser seducida, porque le dicen semejantes sandeces en un restaurante, mientras espera al camarero…
La verdad da risa, pero es por vergüenza ajena.
Johnny Depp, por sus rasgos, es ideal para papeles de latino, y sería un fantástico D'Artagnan, pero de aquí, a presentarlo como el mejor amante del mundo... es ridículo, no se le va nada.
Y en lugar del romanticismo que vende, yo hablaría en el mejor de los casos, de atracción física, pura y dura, entre Johnny y sus sucesivas, que romanticismo es otra cosa… vamos.
En fin, Don Juan DeMarco es una obra imaginativa y original, que readapta al personaje nacido de la pluma lírica de Lord Byron, un cuento fantasioso, y muy romántico, que posee buenos momentos de idilio y sensualidad, pero que en otros decae un tanto en lucidez argumental.
El interés de Don Juan DeMarco, está en poder ver a Marlon Brando, aunque esté mayor y muy voluminoso.
Es que es un monstruo, capaz de proporcionar interés a algo como esto, con cada gesto, con cada mirada; a pesar de estar ya fatigado de la vida, continúa conservando ese “algo”, que algunos tienen, y otros nunca tendrán.
¿Tal vez Johnny Depp?
Me gusta la escena final del baile con Faye Dunaway.
También es muy divertida la escena, en donde mira por la ventana, como Johnny Depp baila con el enfermero negro...
A destacar también la música, alegre, maravillosa:
¿Qué sería de Don Juan DeMarco sin ella?
La canción de Bryan Adams, “Have you ever really love a woman?”, es una genialidad.
Además, con el Enorme Paco de Lucía como guitarrista.
“I give women pleasure, if they desire, it is of course the greatest pleasure they will ever experience”
“Toda mujer es un misterio a ser resuelto... pero una mujer nada esconde de su verdadero amante.
El color de su piel, puede indicarnos como proceder.
Un matiz, como el de la rosa, rosáceo y pálido...
Ella debe ser persuadida a abrir sus pétalos con ardor... como el sol.
Una piel pálida como las pelirrojas... exige la lascivia de una ola rompiendo en la playa... para despertar su interior... y traer las espumosas delicias del amor.
Aunque no haya metáfora... que describa como es amar una mujer... yo diría que es como tocar un instrumento raro.
¿Será que un Stradivarius... siente lo mismo que el violinista que consigue... tirar la nota perfecta de su corazón?”
Desde el siglo XVII, se dio crédito a la idea de que Don Juan Tenorio existió realmente.
Tal idea, fue recogida por el hispanista, Louis Viardot, en el siglo XIX, y posteriormente por Gregorio Marañón, que recoge la existencia de Los Tenorio, y de la calidad de seductor de alguno de ellos, pues un tal Cristóbal Tenorio, tuvo amoríos con la hija de Lope de Vega, e incluso, se batió en duelo con él, hiriéndolo.
Se ha especulado, que la razón de la elección de tal apellido, por Tirso de Molina, pudo ser por la similitud con el verbo “tener”, que induce a relacionarlo con el hecho de la posesión, y con el sustantivo “tenor”, que lo relaciona con la voz masculina.
Las figuras del centenario “Caballero de Gracia” (1517-1619), y del sevillano, Miguel Mañara, nacido en 1627, y por tanto, imposible como modelo, y que desde principios del siglo XIX se encuentra en causa de beatificación, suscitó la maledicencia de los que atribuían la “conversión” piadosa de sus últimos años, a una similitud con los rasgos esenciales de la psicología de Don Juan:
Una juventud disipada, y un aparatoso arrepentimiento final, que lo llevó a ser citado como contraejemplo por Antonio Machado:
“Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido / ya conocéis mi torpe aliño indumentario”
Curiosamente, hay una enfermedad que a veces, ciertos hombres padecen, y es comúnmente conocida como “El Síndrome del Don Juan” que consiste en que el hombre se cree “súper poderoso” en todo aspecto, atractivo y sexual, y emprende tratar de conquistar a toda dama que encuentra atractiva.
Cuando el hombre es atractivo, en verdad, les resulta muy bien esta actitud, porque les resulta en numerosas conquistas, las cuales llevan a cabo.
Pero también hay “Don Juanes” que se creen que son más bellos de lo que son.
El “Don Juan” se caracteriza por:
1. No tener sentido de culpabilidad, pues todo lo que hagan en este aspecto, está “muy bien hecho” según la mente de ellos.
2. Tener un libido alto, es estar siempre listos para cualquier aventura sexual.
3. La manía de estar coqueteando con toda mujer, o con las mujeres que ellos dignan merecer sus atenciones.
4. Mienten… para poder llevar a cabo sus designios, tienen que mentir; pero lo hacen muy bien, pues son unos expertos en la decepción, y en la mentira.
5. Son misteriosos y secretivos; no te lo dicen todo; y siempre hay un misterio que nunca se descifrará.
6. Falta de lealtad con su pareja; y si permanecen con su pareja, por un periodo de tiempo, no serán fieles a ella…
7. Sentido exagerado del auto-estima; ellos se aman a sí mismos, porque ellos se consideran muy listos, y superiores, se consideran más atractivos, más inteligentes, y más potentes que otros hombres.
El hombre con el llamado “Síndrome de Don Juan”, difícilmente puede llevar una relación estable con ninguna mujer, puesto que siempre va a enfurecer a su pareja, por su comportamiento... ya que el llamado “Don Juan”, mentalmente no quiere estar con una sola mujer, sino con varias...
Él quiere saborear varias, cuantas más, mejor, nunca estará satisfecho.
¿Porque?
Será porque se aburren de una sola…
Todos conocemos por lo menos un “Don Juan” en nuestras vidas...
Puede ser tu propio padre, puede ser tu hermano, o puede ser tu propia pareja, si no has sabido escoger una buena pareja.
“The power of love of Don Juan, is eternal and will not be denied”
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