El Tigre de Santa Julia
“En Santa Julia existe un rumor, y ese rumor se está convirtiendo en leyenda”
Supongo que todas las naciones, tienen su versión de “Robin Hood”, el ladrón que roba a los ricos, y da a los pobres.
Es más, supongo que tal personaje, ya existía en el teatro griego, como casi cualquier trama “original” que vemos en el entretenimiento popular.
Pero sea como sea, cada pueblo le adjudica al susodicho paladín, las características prevalecientes de la cultura en la que nace, y más importante, de las condiciones sociales, políticas, y económicas, que promueven la creación del arquetipo.
Resulta que José de Jesús Negrete Medina llamado “El Tigre de Santa Julia”, fue un soldado y, posteriormente, bandolero, durante la época del Porfiriato en México.
De su vida real, se ha hecho una leyenda que lo ha convertido en una especie de “Robin Hood”
El héroe, nació en agosto de 1873, sus padres fueron José Guadalupe Negrete y Luisa Medina.
Quedó huérfano de madre, al momento de su nacimiento.
Durante sus primeros años, se dedicó a las labores del campo.
Ingresó al ejército en 1895, al Tercer Batallón de Artillería, como soldado raso, logrando obtener el rango de Sargento Segundo.
Solicitó su baja, y se trasladó a La Ciudad de México; donde vivió en el antiguo barrio de Santa Julia, que debe su nombre a la ex hacienda de Julia Gómez, y que actualmente corresponde a las colonias Tlaxpana, Anáhuac, y Anáhuac II, de la delegación Miguel Hidalgo.
De acuerdo a las publicaciones de la época, Negrete Medina formó una banda con Tranquilino, o Tomás Peña; Fortino Mora, Gregorio Mariscal, y Pedro Mora, para asaltar la hacienda de Aragón; pero fue aprehendido, y consignado a una comisaría, de la cual logró escapar, matando a 2 policías.
A partir de ese momento, se le conoció como “El Tigre de Santa Julia”
Sus correrías fueron conocidas, ya que su historia fue publicada en el periódico El Imparcial, quien lo describió como “un troglodita”
Su fama le mereció un corrido, el cual fue publicado por la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, en 1909.
El Coronel Félix Díaz, sobrino del General Porfirio Díaz, recibió la orden de detener, lo más pronto posible al Tigre, para evitar que siguiera tomando fuerza entre la sociedad y, en una de esas, llegara a convertirse en una especie de “líder social, capaz de organizar una revuelta”
El 28 de mayo de 1906, El Tigre fue aprehendido cerca de su casa, en una nopalera, cuando se encontraba defecando, lugar que corresponde al actual callejón del Nopalito; y fue trasladado a la cárcel de Belén.
Después de haberse solicitado en 5 ocasiones la pena de muerte, y a pesar de los esfuerzos de su defensor, Justo San Pedro, por salvarle la vida, finalmente, fue fusilado, el 22 de diciembre de 1910, cuando tenía 37 años de edad.
Así terminó su carrera de bandido, quien se atrevió a desafiar a la sociedad, poniéndose al margen de la ley.
Se cuenta que al panteón, no fue nadie, al velorio acudió sólo su madre, que con el rebozo se tapaba la cara, sollozando, pues para una madre, no existe hijo malo.
Llevó 4 cirios de cera, y encendió los pabilos.
El muerto, muerto estaba para toda la eternidad.
No alcanzó a escuchar los rezos, con su cara pálida, porque no hubo mujeres que se apiadaran de su alma.
Las sillas frente al ataúd, permanecieron vacías.
Hubo necesidad de contratar hombres, cuando el catafalco hubo de ser conducido a su última morada.
Sudaban con el peso ajeno, porque el sol estaba en lo más alto.
Al borde del agujero, pusieron grandes correas, sobre las que deslizaron el tosco féretro.
Tenía sangre la caja, como si fuera suya, y la estuviera supurando por los agujeros que le hicieron las balas.
En fin, dicen que por las noches se le ve penando por entre las tumbas, buscando un espacio donde ponerse en cuclillas...
Esa es su penitencia, “per sécula seculórum”
En 1973, la historia de Negrete Medina, fue llevada al cine por el director Arturo Martínez, con el título de “El Tigre de Santa Julia” y fue protagonizada por:
Juan Gallardo, Norma Lazareno, María Macías, Carlos López Moctezuma, y Noé Murayama entre otros.
La trama narra una historia de venganza, amor, y desamor.
Y en el año 2002, nuevamente fue filmada otra versión, con el mismo título.
“Si gusta, me puede decir El Aventado”
El Tigre de Santa Julia es una película mexicana de aventuras, dirigida por Alejandro Gamboa, en el año 2002.
Protagonizada por Miguel Rodarte, Irán Castillo, Ivonne Montero, Fernando Luján, Isaura Espinoza, Cristina Michaus, Ivonne Montero, Jessica Segura, Anilú Pardo, Juan Ríos, Adalberto Parra, entre otros.
El guion es de Alejandro Gamboa y Francisco Sánchez; y narra de manera legendaria, la vida del bandolero, José de Jesús Negrete Medina, a quien se le idealiza como un ladrón justiciero.
El Tigre de Santa Julia, es una historia épica de aventuras, de cómo fue que, José de Jesús Negrete Medina (Miguel Rodarte), un huérfano de madre, y abandonado por su padre, llegó a convertirse en “El Tigre de Santa Julia”, una auténtica leyenda; un “Robin Hood Azteca”
Era el año de 1883, cuando el recién nacido José de Jesús, fue arrojado de manos de su padre, por la ventana de un humilde jacal, tras haber perdido a su madre en el mismo parto que lo trajo al mundo.
Acto seguido, la criatura “aventada” con furia, y es “cachada” por un maguey, que amortiguó su caída, impidiendo que sufriera daño alguno y, calmando a su vez, el llanto de hambre con el líquido lechoso que se desprendió de la quebradura de su hoja.
A los 17 años, el futuro “Tigre” decide enlistarse en las filas del ejército porfirista, convencido por Pedro Luna (Juan Ríos), un joven soldado que se volvería su mejor amigo, y quién más tarde, moriría asesinado por el jefe del pelotón, el feroz Teniente Calleja (Adalberto Parra)
En su visita a Santa Julia, José de Jesús defiende a un escritor, y una desconocida, de lo que a él le parecía injusto, y al acabar con el matón más temido del pueblo, y se gana el apodo de “El Tigre”, y el respeto de todo el barrio.
La fama y la leyenda, se expanden por la ciudad, gracias a Nando (Fernando Luján), el escritor, quién aprovechando las licencias literarias, difunde en un periódico, las aventuras de un justiciero que roba a los ladrones, para repartirlo entre los pobres.
Y así sucede...
El ahora “Tigre de Santa Julia”, forma una banda constituida por puras mujeres:
Gloria Galicia (Irán Castillo), la que lo había cautivado; la tía prostituta, Simona Medina (Isaura Espinoza); la defendida Tomasa Rojo (Cristina Michaus); la coqueta Rosa (Ivonne Montero); la inocente Yola (Jessica Segura); y la viuda Inés Luna (Anilú Pardo), encabezadas por El Tigre, quienes viven grandes aventuras para cumplir con lo escrito en la leyenda, y repartir el dinero entre los pobres.
Paralelamente a las justicieras aventuras, la historia regala los espectadores, atrevidos líos pasionales que El Tigre va teniendo con algunas de las mujeres de su banda.
Así pues, El Tigre de Santa Julia, es una ligera cinta de aventuras, con una buena dosis de humor, que evita que la inherentemente trágica situación del país parezca deprimente.
Dejo por asentado, que la historia no es una recreación biográfica del Titán, sino una adaptación para exaltar las hazañas de un macho mexicano, con la visión idealista y optimista de una película de aventuras.
“Usted no es un aventado…
¡Es un Tigre!”
Luego de varios años de exhibir en las pantallas, las desgracias de las clases menos privilegiadas con lujo de sordidez, el cine mexicano aborda ahora, el siguiente tema lógico:
El defensor de los pobres.
El Tigre de Santa Julia, narra parte de la vida del bandolero, José de Jesús Negrete Medina, pero trastocando la realidad, para convertirlo en un héroe y ladrón justiciero.
La escenografía y ambientación, evoca a la revista “El Payo”, que se publicaba en la década de 1970.
Algo que resulta sumamente molesto, sobre todo al inicio, es precisamente, esa horrible ambientación y escenarios.
Las escenas filmadas en sets, aparecen tan falsas, que se antoja que estamos viendo una película de serie B.
Y lo es…
Pues dicen los que saben, que tiene una selección de colores específica, los cielos falsos fueron montados en la post-producción, y le dan una estética similar a la de una historieta.
La historia, tiene una estructura tradicional, en cuanto al planteamiento, evolución, y resolución del problema, está construida para entretener y emocionar con situaciones reales.
No es precisamente una película de época, es más bien fantástica, y recuerda las producciones de antaño.
Así pues, sus puntos flacos, no es algo muy relevante para la narrativa, pero es tan notorio que distrae mucho, y resta impacto a la historia.
La dirección, carece de imaginación, y el guión está repleto de clichés, aunque el agradable elenco, logra elevarlo con gran entusiasmo, a pesar de algunas notoriamente malas actuaciones.
Lo relevante es que se recrea un ídolo, y las escenas donde el pueblo entero sigue las notas periodísticas escritas por Nando, son muy buenas.
El Tigre de Santa Julia, está interpretada por el debutante Miguel Rodarte.
“Era la primera película de Miguel, que es un actor de teatro y televisión.
Miguel es feote, pero simpático.
Un héroe como éste, ligero y popular, no puede ser guapo.
Un guapo, ni saca bien la pistola, ni arrea bien a caballo” dijo el director.
Tanto así que se inventa a un grupo de mujeres bandoleras, que acompañan al ladrón, y que son las verdaderas asesinas y cerebros de su banda.
“En la época de La Revolución Mexicana, las mujeres participaban activamente en las luchas, eran bandoleras, y vestían pantalones.
Las mujeres que se quedaban en las cocinas, eran las de la clase alta, y eso se puede ver perfectamente en El Tigre de Santa Julia”, señaló el director.
El Tigre de Santa Julia gusta porque es una película que no pretende ser otra cosa que la leyenda recreada por los autores, y eso lo veo como una virtud.
“La gente habla ya de sus grandes proezas, castiga a los abusivos, para ayudar a la gente necesitada”
México tiene muchos héroes, varios de ellos, renombrados por la bondad y la lealtad, pero uno de ellos, “El Tigre de Santa Julia”, llamado bandolero por los líderes del país, fue recordado, no solo por como defendía al pueblo, si no por cómo fue apresado, y fusilado.
La forma como fue capturado, dio origen al refrán popular mexicano:
“Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”, el cual se aplica de forma general, a quienes son capturados in fraganti, o por el contrario; a quienes son sorprendidos en prosaica actividad que los distrae de su deber.
Se han escrito algunos libros que narran su historia, entre ellos, el de Carlos Isla, y el de Melina S. Bautista, haciendo del personaje, una leyenda equiparable a la de Chucho “El Roto”; o Robin Hood, es decir, una especie de ladrón justiciero.
Se dice que José de Jesús Negrete Medina, al saberse descubierto, y capturado, simplemente les dijo a los gendarmes, que lo dejaran terminar lo que estaba haciendo, cagando; y una vez que acabó, pidió que no lo esposaran.
Estando preso en la cárcel de Belén, fue sentenciado a muerte.
Según testigos, entre otros, Díaz Mirón, su última voluntad fue fumar un Habano, y vestir un traje negro de charro…
Entró al patio de la cárcel de Belén, escoltado por los soldados.
Aspiró profundamente el humo de su cigarro; dijo:
“Adiós a todos”
Gritó:
“¡Viva México!”
Y escuchó la orden de ¡fuego…!
Los disparos no fueron precisos, y fue necesario un tiro de gracia.
Antes de sepultarlo en la sección de Sexta Categoría del Panteón de Dolores, fue decapitado, para estudiar científicamente su cerebro; pues era considerado entonces, un asesino nato.
En la actualidad, su calavera se exhibe en una urna de cristal, en la biblioteca del “Centro Cultural Isidro Fabela”, en La Ciudad de México, como parte de la colección del Dr. Alfonso Quiroz Cuarón, el considerado por muchos, “Padre de La Criminología Mexicana”
El dicho popular:
“Te agarraron como al Tigre de Santa Julia”, hace referencia a cómo fue apresado el bandolero:
Defecando en una nopalera, explica el director Alejandro Gamboa.
“Ese momento es de lo poco que es seguro de la leyenda de El Tigre.
Eso, y que fue un desertor, y un ladrón.
Fue un personaje, en gran medida, creado por la prensa” sentenció.
“La Leyenda Está Viva”
Supongo que todas las naciones, tienen su versión de “Robin Hood”, el ladrón que roba a los ricos, y da a los pobres.
Es más, supongo que tal personaje, ya existía en el teatro griego, como casi cualquier trama “original” que vemos en el entretenimiento popular.
Pero sea como sea, cada pueblo le adjudica al susodicho paladín, las características prevalecientes de la cultura en la que nace, y más importante, de las condiciones sociales, políticas, y económicas, que promueven la creación del arquetipo.
Resulta que José de Jesús Negrete Medina llamado “El Tigre de Santa Julia”, fue un soldado y, posteriormente, bandolero, durante la época del Porfiriato en México.
De su vida real, se ha hecho una leyenda que lo ha convertido en una especie de “Robin Hood”
El héroe, nació en agosto de 1873, sus padres fueron José Guadalupe Negrete y Luisa Medina.
Quedó huérfano de madre, al momento de su nacimiento.
Durante sus primeros años, se dedicó a las labores del campo.
Ingresó al ejército en 1895, al Tercer Batallón de Artillería, como soldado raso, logrando obtener el rango de Sargento Segundo.
Solicitó su baja, y se trasladó a La Ciudad de México; donde vivió en el antiguo barrio de Santa Julia, que debe su nombre a la ex hacienda de Julia Gómez, y que actualmente corresponde a las colonias Tlaxpana, Anáhuac, y Anáhuac II, de la delegación Miguel Hidalgo.
De acuerdo a las publicaciones de la época, Negrete Medina formó una banda con Tranquilino, o Tomás Peña; Fortino Mora, Gregorio Mariscal, y Pedro Mora, para asaltar la hacienda de Aragón; pero fue aprehendido, y consignado a una comisaría, de la cual logró escapar, matando a 2 policías.
A partir de ese momento, se le conoció como “El Tigre de Santa Julia”
Sus correrías fueron conocidas, ya que su historia fue publicada en el periódico El Imparcial, quien lo describió como “un troglodita”
Su fama le mereció un corrido, el cual fue publicado por la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, en 1909.
El Coronel Félix Díaz, sobrino del General Porfirio Díaz, recibió la orden de detener, lo más pronto posible al Tigre, para evitar que siguiera tomando fuerza entre la sociedad y, en una de esas, llegara a convertirse en una especie de “líder social, capaz de organizar una revuelta”
El 28 de mayo de 1906, El Tigre fue aprehendido cerca de su casa, en una nopalera, cuando se encontraba defecando, lugar que corresponde al actual callejón del Nopalito; y fue trasladado a la cárcel de Belén.
Después de haberse solicitado en 5 ocasiones la pena de muerte, y a pesar de los esfuerzos de su defensor, Justo San Pedro, por salvarle la vida, finalmente, fue fusilado, el 22 de diciembre de 1910, cuando tenía 37 años de edad.
Así terminó su carrera de bandido, quien se atrevió a desafiar a la sociedad, poniéndose al margen de la ley.
Se cuenta que al panteón, no fue nadie, al velorio acudió sólo su madre, que con el rebozo se tapaba la cara, sollozando, pues para una madre, no existe hijo malo.
Llevó 4 cirios de cera, y encendió los pabilos.
El muerto, muerto estaba para toda la eternidad.
No alcanzó a escuchar los rezos, con su cara pálida, porque no hubo mujeres que se apiadaran de su alma.
Las sillas frente al ataúd, permanecieron vacías.
Hubo necesidad de contratar hombres, cuando el catafalco hubo de ser conducido a su última morada.
Sudaban con el peso ajeno, porque el sol estaba en lo más alto.
Al borde del agujero, pusieron grandes correas, sobre las que deslizaron el tosco féretro.
Tenía sangre la caja, como si fuera suya, y la estuviera supurando por los agujeros que le hicieron las balas.
En fin, dicen que por las noches se le ve penando por entre las tumbas, buscando un espacio donde ponerse en cuclillas...
Esa es su penitencia, “per sécula seculórum”
En 1973, la historia de Negrete Medina, fue llevada al cine por el director Arturo Martínez, con el título de “El Tigre de Santa Julia” y fue protagonizada por:
Juan Gallardo, Norma Lazareno, María Macías, Carlos López Moctezuma, y Noé Murayama entre otros.
La trama narra una historia de venganza, amor, y desamor.
Y en el año 2002, nuevamente fue filmada otra versión, con el mismo título.
“Si gusta, me puede decir El Aventado”
El Tigre de Santa Julia es una película mexicana de aventuras, dirigida por Alejandro Gamboa, en el año 2002.
Protagonizada por Miguel Rodarte, Irán Castillo, Ivonne Montero, Fernando Luján, Isaura Espinoza, Cristina Michaus, Ivonne Montero, Jessica Segura, Anilú Pardo, Juan Ríos, Adalberto Parra, entre otros.
El guion es de Alejandro Gamboa y Francisco Sánchez; y narra de manera legendaria, la vida del bandolero, José de Jesús Negrete Medina, a quien se le idealiza como un ladrón justiciero.
El Tigre de Santa Julia, es una historia épica de aventuras, de cómo fue que, José de Jesús Negrete Medina (Miguel Rodarte), un huérfano de madre, y abandonado por su padre, llegó a convertirse en “El Tigre de Santa Julia”, una auténtica leyenda; un “Robin Hood Azteca”
Era el año de 1883, cuando el recién nacido José de Jesús, fue arrojado de manos de su padre, por la ventana de un humilde jacal, tras haber perdido a su madre en el mismo parto que lo trajo al mundo.
Acto seguido, la criatura “aventada” con furia, y es “cachada” por un maguey, que amortiguó su caída, impidiendo que sufriera daño alguno y, calmando a su vez, el llanto de hambre con el líquido lechoso que se desprendió de la quebradura de su hoja.
A los 17 años, el futuro “Tigre” decide enlistarse en las filas del ejército porfirista, convencido por Pedro Luna (Juan Ríos), un joven soldado que se volvería su mejor amigo, y quién más tarde, moriría asesinado por el jefe del pelotón, el feroz Teniente Calleja (Adalberto Parra)
En su visita a Santa Julia, José de Jesús defiende a un escritor, y una desconocida, de lo que a él le parecía injusto, y al acabar con el matón más temido del pueblo, y se gana el apodo de “El Tigre”, y el respeto de todo el barrio.
La fama y la leyenda, se expanden por la ciudad, gracias a Nando (Fernando Luján), el escritor, quién aprovechando las licencias literarias, difunde en un periódico, las aventuras de un justiciero que roba a los ladrones, para repartirlo entre los pobres.
Y así sucede...
El ahora “Tigre de Santa Julia”, forma una banda constituida por puras mujeres:
Gloria Galicia (Irán Castillo), la que lo había cautivado; la tía prostituta, Simona Medina (Isaura Espinoza); la defendida Tomasa Rojo (Cristina Michaus); la coqueta Rosa (Ivonne Montero); la inocente Yola (Jessica Segura); y la viuda Inés Luna (Anilú Pardo), encabezadas por El Tigre, quienes viven grandes aventuras para cumplir con lo escrito en la leyenda, y repartir el dinero entre los pobres.
Paralelamente a las justicieras aventuras, la historia regala los espectadores, atrevidos líos pasionales que El Tigre va teniendo con algunas de las mujeres de su banda.
Así pues, El Tigre de Santa Julia, es una ligera cinta de aventuras, con una buena dosis de humor, que evita que la inherentemente trágica situación del país parezca deprimente.
Dejo por asentado, que la historia no es una recreación biográfica del Titán, sino una adaptación para exaltar las hazañas de un macho mexicano, con la visión idealista y optimista de una película de aventuras.
“Usted no es un aventado…
¡Es un Tigre!”
Luego de varios años de exhibir en las pantallas, las desgracias de las clases menos privilegiadas con lujo de sordidez, el cine mexicano aborda ahora, el siguiente tema lógico:
El defensor de los pobres.
El Tigre de Santa Julia, narra parte de la vida del bandolero, José de Jesús Negrete Medina, pero trastocando la realidad, para convertirlo en un héroe y ladrón justiciero.
La escenografía y ambientación, evoca a la revista “El Payo”, que se publicaba en la década de 1970.
Algo que resulta sumamente molesto, sobre todo al inicio, es precisamente, esa horrible ambientación y escenarios.
Las escenas filmadas en sets, aparecen tan falsas, que se antoja que estamos viendo una película de serie B.
Y lo es…
Pues dicen los que saben, que tiene una selección de colores específica, los cielos falsos fueron montados en la post-producción, y le dan una estética similar a la de una historieta.
La historia, tiene una estructura tradicional, en cuanto al planteamiento, evolución, y resolución del problema, está construida para entretener y emocionar con situaciones reales.
No es precisamente una película de época, es más bien fantástica, y recuerda las producciones de antaño.
Así pues, sus puntos flacos, no es algo muy relevante para la narrativa, pero es tan notorio que distrae mucho, y resta impacto a la historia.
La dirección, carece de imaginación, y el guión está repleto de clichés, aunque el agradable elenco, logra elevarlo con gran entusiasmo, a pesar de algunas notoriamente malas actuaciones.
Lo relevante es que se recrea un ídolo, y las escenas donde el pueblo entero sigue las notas periodísticas escritas por Nando, son muy buenas.
El Tigre de Santa Julia, está interpretada por el debutante Miguel Rodarte.
“Era la primera película de Miguel, que es un actor de teatro y televisión.
Miguel es feote, pero simpático.
Un héroe como éste, ligero y popular, no puede ser guapo.
Un guapo, ni saca bien la pistola, ni arrea bien a caballo” dijo el director.
Tanto así que se inventa a un grupo de mujeres bandoleras, que acompañan al ladrón, y que son las verdaderas asesinas y cerebros de su banda.
“En la época de La Revolución Mexicana, las mujeres participaban activamente en las luchas, eran bandoleras, y vestían pantalones.
Las mujeres que se quedaban en las cocinas, eran las de la clase alta, y eso se puede ver perfectamente en El Tigre de Santa Julia”, señaló el director.
El Tigre de Santa Julia gusta porque es una película que no pretende ser otra cosa que la leyenda recreada por los autores, y eso lo veo como una virtud.
“La gente habla ya de sus grandes proezas, castiga a los abusivos, para ayudar a la gente necesitada”
México tiene muchos héroes, varios de ellos, renombrados por la bondad y la lealtad, pero uno de ellos, “El Tigre de Santa Julia”, llamado bandolero por los líderes del país, fue recordado, no solo por como defendía al pueblo, si no por cómo fue apresado, y fusilado.
La forma como fue capturado, dio origen al refrán popular mexicano:
“Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”, el cual se aplica de forma general, a quienes son capturados in fraganti, o por el contrario; a quienes son sorprendidos en prosaica actividad que los distrae de su deber.
Se han escrito algunos libros que narran su historia, entre ellos, el de Carlos Isla, y el de Melina S. Bautista, haciendo del personaje, una leyenda equiparable a la de Chucho “El Roto”; o Robin Hood, es decir, una especie de ladrón justiciero.
Se dice que José de Jesús Negrete Medina, al saberse descubierto, y capturado, simplemente les dijo a los gendarmes, que lo dejaran terminar lo que estaba haciendo, cagando; y una vez que acabó, pidió que no lo esposaran.
Estando preso en la cárcel de Belén, fue sentenciado a muerte.
Según testigos, entre otros, Díaz Mirón, su última voluntad fue fumar un Habano, y vestir un traje negro de charro…
Entró al patio de la cárcel de Belén, escoltado por los soldados.
Aspiró profundamente el humo de su cigarro; dijo:
“Adiós a todos”
Gritó:
“¡Viva México!”
Y escuchó la orden de ¡fuego…!
Los disparos no fueron precisos, y fue necesario un tiro de gracia.
Antes de sepultarlo en la sección de Sexta Categoría del Panteón de Dolores, fue decapitado, para estudiar científicamente su cerebro; pues era considerado entonces, un asesino nato.
En la actualidad, su calavera se exhibe en una urna de cristal, en la biblioteca del “Centro Cultural Isidro Fabela”, en La Ciudad de México, como parte de la colección del Dr. Alfonso Quiroz Cuarón, el considerado por muchos, “Padre de La Criminología Mexicana”
El dicho popular:
“Te agarraron como al Tigre de Santa Julia”, hace referencia a cómo fue apresado el bandolero:
Defecando en una nopalera, explica el director Alejandro Gamboa.
“Ese momento es de lo poco que es seguro de la leyenda de El Tigre.
Eso, y que fue un desertor, y un ladrón.
Fue un personaje, en gran medida, creado por la prensa” sentenció.
“La Leyenda Está Viva”
Comentarios
Publicar un comentario