The Pleasure Garden

“The highly popular reviews at the Pleasure Garden Theater are staged by Mr. Hamilton”

Con más de 115 años de vida, el cine tiene siempre algo nuevo para mostrar, aun cuando lo nuevo, sea algo que se podría considerar como parte de la fundación histórica de las primeras proyecciones.
Se trata de un descubrimiento increíble, para los que siguen la vida del genial realizador cinematográfico, Alfred Hitchcock.
En 1920, Hitchcock se dedicaba a hacer los rótulos de varias películas de cine mudo, en la Famous Players Lasky.
Este trabajo ocasional, provocó que poco a poco, el joven Hitchcock comenzara a apasionarse por el mundo del cine.
Es así como empezó a trabajar como montador, director artístico, y guionista en películas de directores como:
Donald Crisp y Hugh Ford.
Y en la Famous Players Lasky, conoció a Alma Reville, que trabajaba como montadora, y con la que se casaría en 1926.
Alma, posteriormente, fue ayudante de dirección y guionista, de varias películas muy importantes para su marido.
En el lado profesional, Hitchcock estuvo 3 años trabajando como ayudante de dirección de Graham Cutts.
En 1923, se le encargó el rodaje del corto “Number 13” aunque la producción se detuvo, y la película quedó inacabada…
De todas maneras, la posibilidad de acabar un largometraje, apareció poco después, ya que dirigió en Múnich, en 1925, su primera película completamente acabada:
The Pleasure Garden, una coproducción germano-británica, que se haría muy popular.
Por aquel entonces, Hitchcock trabajaba en la Famous Players Lasky, y era ayudante de dirección de Graham Cutts, cuando Michael Balcon le ofreció dirigir una película, por lo que Hitchcock aceptó.
Pero el primer proyecto de Hitchcock, no fue una caminito de rosas, más bien fue una pesadilla:
Para grabar unas escenas, se debían transportar en tren, desde Múnich a Génova, y en la frontera austro-italiana, se le informa al director, que tanto la cámara como los 3 mil metros de película virgen, no están declarados, que los tienen que pasar de contrabando…
Es sabido que Hitchcock le tenía pánico a la policía, o a cualquier autoridad, por lo que esto aumento “el suspense” del viaje.
En el registro de Aduana, encontraron la película virgen, que fue confiscada, pero no la cámara, que se encontraba bajo la cama del director…
Este fue uno de los contratiempos.
Una vez llegados al destino, mandaron a comprar más película, y cuando ya la tenían, le informaron que se tenía que pasar por La Aduana a recoger la confiscada, previo pago de multa.
Por lo que se perdió mucho dinero.
Por si fuese poco, mediante la estancia en Italia, la habitación del director fue robada, por lo que perdió todo el dinero de la producción.
Por lo que tuvo que poner dinero de su bolsillo, y parte del equipo también aportaron.
Además, la actriz principal, venía de Hollywood, y gastaban más de la cuenta, por lo que Hitchcock, para no crearse mala imagen, pidió parte de su sueldo por adelantado, y siguió poniendo dinero de su bolsillo.
Así pues, Hollywood lo era todo, y se cuidaba sobre todo del “qué dirán”, intentando lograr películas comerciales, a base del menor dinero posible.
La escalada “social” era difícil, y el cine independiente como lo conocemos hoy, imposible.
Si eras un director nuevo, tu lugar estaba en “el cine B”, y eso significa pocos recursos.
Y aunque había mayor libertad, el riesgo de ser crucificado por ofensas a la moral, era alto; y eso podía truncar la carrera de cualquiera.
Esto pasaba a su vez en Inglaterra, donde The Pleasure Garden fue filmada.
“That's an exquisite chorus line, Mr. Hamilton”
The Pleasure Garden es un drama de 1925, dirigido por Alfred Hitchcock.
Protagonizada por Virginia Valli, Miles Mander, Carmelita Geraghty, John Stuart, Georg H. Schnell, Ferdinand Martini, Florence Helminger, Karl Falkenberg, entre otros.
El guión es de Eliot Stannard, basado en una novela homónima de Marguerite Florence Laura Jarvis, conocida como Oliver Sandys, que cuenta la historia de 2 parejas, y cómo sus vidas se entrelazan de formas diferentes.
Cabe señalar que a mediados de la década de 1920, Sandys era considerada un éxito de ventas, ganando £1,000 al año, por las ventas de sus libros, y derechos de para películas.
Y en primer lugar, es importante mencionar, que The Pleasure Garden es silente, por ser realizada en los años 20s; siendo la 2ª película dirigida por Alfred Hitchcock en su carrera como realizador cinematográfico, y la 1ª que estrenó completa; ya que la primera “Number 13”, nunca llegó a terminarse, por la quiebra de la productora.
The Pleasure Garden, fue todo un éxito, la crítica la acogió muy bien, y el productor Michael Balcon, dijo que “no parecía una producción británica, sino más bien de Hollywood”
Pero el dueño del estudio, C.M. Woolf, con el que Hitchcock había tenido enfrentamientos pasados, saboteó The Pleasure Garden, y decía que los planos que había utilizado, el público no los entendería, con lo que el estreno se retrasó bastante.
El rodaje, fue un poco desastroso:
El dinero se perdió, por el que Hitchcock tuvo que pedir un adelanto de su sueldo, rollo de películas que fueron requisados por La Aduana, al viajar para filmar exteriores en Italia, una actriz que, por motivos de fisionomía femenina, no pudo realizar una escena, pues era la primera vez que Alfred Hitchcock escuchaba algo acerca de la menstruación…
Pero al final de todos los contratiempos, todo salió perfectamente.
Michael Balcon, uno de los productores, y principal argumentador de la importancia de tener estrellas consumadas en el set, fue el encargado de por ejemplo, traer a Virginia Valli, encumbrada en el “peak” de su carrera en ese momento.
Balcon quedó impresionado con el resultado de The Pleasure Garden; que encarga a Hitchcock, su siguiente proyecto:
“The Mountain Eagle” (1925), película de la que en la actualidad no se conserva ninguna copia.
Así las cosas, The Pleasure Garden fue filmada en la ciudad italiana de Alassio, y en las ciudades alemanas de Múnich y Emelka-Atelier; por lo que sus estrellas debieron ser “importadas” a eso países.
La producción comenzó el 9 de junio de 1925, y se estrenó el 3 de noviembre de ese mismo año en Múnich.
The Pleasure Garden es una historia de avaricia, traición, y asesinato; y cuenta la historia de 2 parejas, y cómo se entrelazan de formas diferentes sus vidas:
Patsy Brand (Virginia Valli) es una corista que baila en un teatro de variedades de Londres, llamado “The Pleasure Garden”
Un día llega al teatro, una muchacha de provincias llamada Jill Cheyne (Carmelita Geraghty), que quiere hacerse un hueco como bailarina.
Gracias a Patsy, que le da asilo, logrará convertirse en una primera bailarina.
Por otro lado, el novio de Jill, Hugh Fielding (John Stuart), y un amigo suyo, Levet (Miles Mander), deben partir a las colonias en el trópico, y estarán ausentes por 2 años.
Hugh, le pide a Jill que le espere, y ella le dice que lo hará…
Hugh se marcha, pero Levet se queda todavía un mes más, tiempo en el cual, iniciará una relación sentimental con Patsy, y se casará con ella.
Durante ese mes, Jill comienza a llevar una vida de lujos y coquetería, olvidando por completo a Hugh, y despreciando incluso a Patsy, olvidando lo que hizo por ella.
Levet, parte finalmente al trópico, al mismo destino que Hugh… y allí mantiene una aventura con una indígena.
Tiempo después, Patsy recibirá una carta de las colonias, en la que se dice que su esposo ha contraído fiebre, y se encuentra postrado; por lo que decide viajar al trópico, y reunirse con su esposo para cuidarle.
Pide dinero prestado a Jill, pero ella la echa de su lujosa mansión…
Ni siquiera acepta regalarle el anillo de compromiso de Hugh, al preparar ella su boda con un supuesto Príncipe, Ivan (Karl Falkenberg)
Serán los caseros de Patsy, los que le consigan el dinero para el viaje.
Una vez allí, ella descubre la infidelidad de Levet, y decide abandonarle.
El hombre, acabará asesinando a su amante, ahogándola en el mar.
En una cabaña vecina, Patsy encuentra a Hugh, también en cama, y decide cuidarle hasta su restablecimiento.
Levet, enloquecido por la fiebre, los celos, y los remordimientos, verá visiones del fantasma de su amante, que le ordena que asesine a Patsy, algo que intentará sable en mano; con un final que acabará con su vida, uniendo a Patsy con Hugh.
Cabe decir que la mayor parte de The Pleasure Garden, tiene un corte dramático; y sólo en los 15 últimos minutos, encontramos algo de suspense.
Un pequeño atisbo de lo que Hitchcock desarrollaría a lo largo de su carrera.
“Meet Patsy Brand”
Cumpliendo una labor de arqueología cinéfila, nos adentramos en el primer film de uno de los grandes cineastas de todos los tiempos, que si bien, aquí nos ofrece sus primeros pasos como director, no lo hace como el genio del suspense, que luego pasará a ser.
Su argumento, basado en la novela de Oliver Sandys, extremadamente pasmoso, y bien hilado, junto con el cuarteto protagonista.
Hitchcock, evita ya en su primera obra, los pasajes expositivos:
Rechaza “contarnos” cómo son los personajes, a través de lo que los demás digan sobre ellos, prefiriendo “mostrarnos” su naturaleza, a través de sus acciones.
En este sentido, comprendemos que Patsy es una joven generosa, y de sólidos principios, por la forma en que rechaza las atenciones de un admirador acaudalado, por su ayuda a Jill, y su alegría genuina ante los logros profesionales de ésta, y también por sus intentos de disuadir a su amiga, de continuar por el camino pernicioso que ha tomado.
Jill, por su parte, nos es mostrada en principio, como una muchacha humilde y devota, que llega desde el campo, sólo con una carta de recomendación para el director de la compañía teatral, y que reza antes de acostarse; sin embargo, pronto se revela como coqueta, ambiciosa, e inescrupulosa, que estando comprometida con Hugh, seduce al Príncipe, aspirando a casarse con él; e inicia un romance con el director teatral, logrando que éste la instale en un lujoso departamento; y niega su ayuda a Patsy, humillándola públicamente.
Lo más interesante de The Pleasure Garden es pues, la evolución de las diferentes parejas:
Jill-Hugh, y Patsy-Levet
Bueno, más bien de la reacción de las mujeres, ante la marcha de sus novios.
Jill, por un lado, una vez que Hugh se marcha, empieza a verse con más hombres, esto es resultado de la fama que ha adquirido en el teatro, incluso se compromete con un hombre, olvidándose así de Hugh.
Por otro lado, Patsy actúa de forma contraria, ella echa mucho de menos a Levet, pero no sabe que este le está siendo infiel con una indígena...
Además, Patsy, cuando se entera de que Levet cae enfermo, sale corriendo en su búsqueda para cuidar de él.
Respecto al elenco, Hitchcock describió el proceso de “casting” de este modo:
“Michael Balcon, que había concebido la idea de “importar” estrellas de EEUU, mucho antes de que cualquier otra persona, había contado con Virginia Valli para el papel principal.
Ella estaba en la cúspide de su carrera, era glamorosa, famosa, y muy popular.
Pensar que ella iba a venir a Europa, para hacer una película, era en absoluto, un gran evento”
Así pues, La Valli fue el único miembro importante del reparto, que era estadounidense.
Su personaje de Patsy Brand, hará de chica solidaria, confiada, y amorosa, la cual se verá abocada a enfrentar en el camino algunos desengaños.
Y como su amiga y compañera, Jill Cheyne (Carmelita Geraghty) recreará a una mujer con carácter, aunque con muy poca dignidad, que sabe cuánto puede y cuánto vale, y que está a dispuesta a venderse por un alto precio.
A sus lados, los hombres serán complemento, quizás más deplorable que afortunado de sus existencias, pero sobre ellas recae todo el peso de esta historia de amor, con fuerte aroma a decepción.
El adagio:
“Dios los cría, y ellos se juntan”, tendrá aquí, una precisa aplicación.
También los hombres:
Miles Mander como Levet; y John Stuart como Hugh Fielding, lucen muy bien caracterizados, y cumplen debidamente con sus encargos.
Y unos secundarios de órdago:
Los actores alemanes, Georg H. Schnell como Oscar Hamilton, y Karl Falkenberg en los roles de director teatral, y Príncipe Ivan, respectivamente; y Ferdinand Martini como Mr. Sidey; y Florence Helminger como Mrs. Sidey.
Como dato, Hitchcock aún no había empezado a hacer aún sus singulares cameos, por lo que no lo veremos acá.
Pero, es evidente que, la austeridad con que The Pleasure Garden fue realizado, tiene que ver con un diseño de producción que no deslumbra, y con un trabajo de iluminación, vestuario, y edición, que apenas cumplen con lo requerido.
En general decir que el amor, es tratado en las películas de Hitchcock, en su Etapa Británica, con un gusto exquisito, lleno de belleza, sensualidad, y con muchos aspectos de inocencia.
Sin embargo, en The Pleasure Garden, 2 mujeres bien distintas, Jill y Patsy, llegarán a destinos completamente inesperados, tanto la una, como la otra.
Aquí se muestra a la “vampiresa” Jill, interpretada por Carmelita Geraghty; de las primeras “Femme Fatale” que aparecieron en el cine; y por la pantalla se sucederá, sin interrupción, una relación interminable de provocativos tabúes, y crímenes aberrantes, al tiempo que la amistad y el amor, se enfrentan a las tentaciones del placer, y la lujuria.
Así las cosas, Hitchcock da las primeras puntadas de su habilidad narrativa, mostrando con sutiles detalles, la manera como Levet devela por ejemplo, su particular “compromiso” matrimonial.
La manera como arroja al piso las rosas que le regala su esposa, y sobre todo, en ese magnífico momento, en que ella le despide en el barco, mientras su marido simula leer un periódico, para echar un vistazo a la compañera de viaje que tiene al lado.
Esa mano de Patsy, que agita un pañuelo hacia la nada, y luego confluye con otra mano morena, que enseguida sabremos de quien se trata, tiene el pulso de un artista, y así, Hitchcock, ya estaba demostrando que lo era.
Maestro del Suspense, incluso en los albores de su carrera, Hitchcock aporta camaradería, glamour, y escalofriantes escenas de los clubes nocturnos londinenses.
Todo ello sin torcer la columna vertebral de The Pleasure Garden, marcada por una valiente y profunda heroína.
“Lo que cualquier corista sabe”, reza uno de los intertítulos, a continuación del cual, aparece una bailarina lavando a mano sus mallas...
No sorprende que el director inglés, dedicase una secuencia especial a las bailarinas, pero sí su lenguaje no verbal, la precisión de los gestos aislados, propios de un espectáculo de danza teatral.
Según el crítico de Dave Kehr, escena de apertura de The Pleasure Garden, se levanta como un “Carrete tipo Clip de los motivos que veremos a futuro en Hitchcock venir”
La primera toma, captura a las coristas bajando una escalera de caracol, como sucedió con “Vertigo” (1958)
Un hombre usa prismáticos, para apreciar mejor bailarina rubia, como en “Rear Window” (1954)
Y la misma rubia, que a primera vista parece eróticamente a distancia, más tarde surge como, con los pies en la tierra, y accesible, como en “Family Plot” (1976)
Finalmente, no faltan en The Pleasure Garden los toques de humor, a cargo del perro de Patsy, muy teatral, y de los caseros de ésta, quienes por su parte, constituyen el primer ejemplo de aquellos personajes de clase media, o media baja, que Hitchcock retrató tan bien, en su período inglés.
En general, The Pleasure Garden ha sido una gran primera experiencia, en lo que a cine mudo se refiere.
El giro final que da la historia, gustó mucho, y se nota intentos de Hitchcock, por experimentar con ciertas escenas trágicas, en una película que lejos de ser una historia de amor, nos muestra que el destino siempre pone las cosas en su lugar, a pesar de que a veces ignoremos ciertas señales de ello.
La anécdota más curiosa, ocurrió durante el rodaje en Génova, donde la actriz que hacía de indígena, tenía una escena en la que se tenía que meter en el agua…
Al director se le dijo, que la actriz no podía hacerlo, que se encontraba indispuesta...
Hitchcock no entendía el por qué, así que le tuvieron que explicar en qué consistía el período de la menstruación, algo que el director desconocía, ya que todo lo perteneciente al ámbito sexual, era algo desconocido para él...
La banda sonora, fue realizada por Lee Erwin, grabada en el conocido teatro Carnegie Hall, y consta de una melodía casi uniforme a lo largo de la proyección, pero que hace hincapié en ciertos momentos clave, intensificando aquello que la escena quiere transmitir, de manera efectiva.
“I had to meet you because I was charmed by that lovely curl of hair”
La primera película de Alfred Hitchcock, The Pleasure Garden, basada en una de las exitosas novelas que nos legara Oliver Sandys, es ya, una historia de amor muy del estilo de las que se contaban por aquellos años, y más aún, cuando llegara el cine sonoro, con coristas, cuyo estilo de vida las llevaba a recibir un poquito de éxito, y felicidad… pero más asiduamente, desengaños, frustraciones, y desgracias que, con frecuencia, se convertían en amarguras sin remedio.
Eran tiempos, donde la mujer estaba en plena desventaja, y donde solo con astucia, o haciendo alarde de un carácter sólido, y a toda prueba, conseguía salir avante del irrespeto, la infidelidad, y los abusos.
Sin ser una obra memorable, o con un gran acervo de virtudes, The Pleasure Garden tiene mucho más valor como historia humana, sentimental, y en defensa de la virtud, que muchas de las cosas que se hacen hoy día, derrochando millones de dólares para recrear entuertos y venganzas, que solo traen retraso y vergüenza a la humanidad.
Contar que The Pleasure Garden, fue restaurada en 3 años, por The British Film Institute National Archive, junto a otras 8 películas silentes del Maestro:
“The Lodger: A Story of The London Fog” (1926), “Downhill” (1927), “Easy Virtue” (1927), “The Ring” (1927), “The Farmer's Wife” (1927), “Champagne” (1928), “The Manxman” (1929), y Blackmail (1929)
Producidos entre 1925 y 1929, los films han sufrido daños, fruto de los cambios de temperatura, experimentados a través del tiempo.
De los 9, The Pleasure Garden tiene un significado especial, porque demuestra que, sorprendentemente, la semilla de muchos de los dones de Hitchcock, despertaron en los inicios de su carrera:
Su amor por el movimiento, su afición por el voyerismo y los binoculares... retratan a un Hitchcock casi maduro, con 26 años.

“Then I give it to you and hope you have a nice time.
Now that wasn't a very clever line, was it?”



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