The Other Boleyn Girl

“The only thing that could come between these sisters... is a kingdom”

Cuando Europa consistía en un gran tablero, en el que todas las naciones mantenían entre sí, un denodado pulso, cualquier estrategia era válida, si contribuía a fortalecer y/o consolidar la potencia de su nación.
Y las alianzas matrimoniales, constituían pues, una de las estrategias más influyentes, y decisivas.
La famosa familia Boleyn, fue capaz de conquistar el trono de Inglaterra, de dividir a esta de La Iglesia Católica, y de sucumbir a este país, en un sinnúmero de problemas internos.
Se han vertido ríos de tinta, sobre una de las reinas más polémicas y malogradas de todos los tiempos:
Anne Boleyn.
Personaje histórico, que siempre ha despertado fascinación, posiblemente por esa aura siniestra y desgraciada, que la perseguirá por toda la eternidad.
Pero tenía una hermana:
Mary Boleyn, que era noble inglesa igual que aquella, perteneciente a la famosa familia Boleyn, que disfrutó de una influencia considerable, a principios del siglo XVI.
Ella era tía de Elizabeth I; y es antepasada lejana de Winston Churchill, P.G. Wodehouse, Elizabeth Bowes-Lyon, Diana de Gales, Sarah Ferguson, y Catalina de Cambridge.
Mary, nació en Blickling Hall, Norfolk, o en El Castillo de Hever, en Kent; siendo hija de un acaudalado diplomático, Sir Thomas Boleyn, y de su mujer, Lady Elizabeth Howard.
No hay pruebas que permitan concretar con seguridad, la fecha de su nacimiento, pero se sabe con seguridad, que fue entre 1499, y 1508.
Hay pruebas documentales, que sugieren que era además, la mayor de los 3 hermanos de esta familia.
Mary, permaneció en Inglaterra la mayor parte de su infancia.
No fue hasta 1514, cuando tenía aproximadamente 15 años, que fue enviada al extranjero.
Su padre, le aseguró una plaza como “dama de honor de la hermana del Rey”, La Princesa, Mary Tudor, quien se trasladó a París, para casarse con El Rey Louis XII, de Francia.
Después de unas pocas semanas, a muchas de “las damas de honor”, se les ordenó marcharse, pero a Mary Boleyn, se le permitió quedarse, probablemente por los contactos de su padre como embajador inglés.
Incluso, cuando Mary Tudor abandonó Francia, tras la muerte de su marido, el 1 de enero de 1515, Mary Boleyn permaneció en La Corte de los nuevos monarcas, François I, y Claude de Francia.
Mary, fue visitada en París por su padre, Sir Thomas, y su hermana Anne, que había estado el último año, estudiando en Holanda.
Mientras servía en Francia, Mary se convirtió en amante del Rey François I, quien años después, la describió como “una gran puta, la más infame de todas”
Cuando su relación con François terminó, Mary se embarcó, supuestamente, en muchas relaciones amorosas, que tarde o temprano, condujeron a su despido de La Corte Francesa, y a su regreso a Inglaterra.
Se dijo que los padres de Mary, y su hermana, habían sido mortificados por sus actos, y que se llevaron un gran alivio, cuando pudieron llevarla de vuelta a Inglaterra, en 1519; y se le dio el trabajo de “dama de honor” de La Reina de Inglaterra, Catalina de Aragón, durante los últimos 10 años de su matrimonio con Henry VIII.
Un año después de su regreso a Inglaterra, Mary se casó con Sir William Carey, el 4 de febrero de 1520, un cortesano adinerado, y con buenos contactos, que había conseguido los favores del Rey.
Henry VIII, fue invitado a la ceremonia, y probablemente, poco después, comenzó un romance con Mary, a quien su padre, y su tío materno, Thomas Howard, III Duque de Norfolk, utilizaron como un peón, para obtener diversos honores.
Esta confusión, sobre cuándo comenzó su relación, se debe a muchos factores:
Primero, no se sabe cuánto duró el romance, exactamente.
Segundo, nunca fue hecho público, y Mary no disfrutó del tipo de fama, riqueza, y poder, que tenían las amantes de reyes, en países extranjeros, como Francia.
Durante su relación, o poco después de haber finalizado, la leyenda establece que, uno o los dos de los hijos de Mary, habían sido engendrados por El Rey.
De su matrimonio con Sir William Carey, nacieron 2 hijos:
Catherine y Henry Carey, Barón de Hunsdon.
Por su parte, la hermana de Mary, Anne Boleyn, regresó a Inglaterra en 1522, habiendo logrado una popularidad considerable en La Corte.
Las 2 hermanas, no estaban particularmente unidas, y Anne se movía en círculos sociales diferentes.
Aunque se decía que Mary era más atractiva que su hermana, era Anne quien parecía ser más ambiciosa, más astuta, y más culta.
Rehusó ser amante del Rey, probablemente más por inteligencia y ambición, que por virtud.
Parece ser que Anne, sabía que formaba parte del carácter del Rey, el querer lo que no podía tener, y desde que la joven declinó suficientes veces sus propuestas sexuales, él comenzó a desearla.
A mediados de 1527, Henry decidió casarse con ella; y Anne aceptó su propuesta, y de esa forma, se convirtió en “la otra mujer”, en el divorcio del Rey, de Catalina de Aragón.
Un año después, cuando el marido de Mary falleció, durante un “brote de sudores”, una fiebre, ésta le entregó a Anne Boleyn, el cuidado de su hijo, el joven Henry Carey.
Era costumbre, entre la aristocracia inglesa, poner a los hijos de uno, al cuidado de familiares más ricos, lo que era bastante necesario en el caso de Mary, pues su marido, le había dejado al morir, un número considerable de deudas, que sólo su hermana podía sufragar.
Anne, consiguió que el hijo de Mary, fuera educado en un respetable monasterio cisterciense.
El padre de Mary, no mostró intención alguna en ayudarla en los problemas financieros, en los que su marido la había situado, pero Anne consiguió para ella, una pensión anual de 100 libras.
Cuando Anne fue a Calais con Henry VIII, en una visita de estado en 1532, Mary fue una de sus acompañantes.
Anne, fue coronada Reina, el 1 de junio de 1533, y dio a luz a su primera hija, quien más tarde sería La Reina Elizabeth I; ese otoño.
En 1534, Mary se casó en secreto con William Stafford, un plebeyo sin rango, y de pobres ganancias.
Debido a estas características, los historiadores sospechan que fue un matrimonio por amor, ya que no había otra razón, por la que ella se casaría con alguien de una clase social tan lejana a la suya.
Cuando esto fue descubierto, la pareja fue desterrada de La Corte, por la misma Reina Anne.
Sus circunstancias financieras, llegaron a ser tan desesperantes, que Mary se rebajó a rogarle a Thomas Cromwell, que hablara con El Rey en su favor.
Henry, sin embargo, fue indiferente a su plegaria.
Entonces, Mary le pidió a Cromwell, que hablara con su padre, con su tío, y con su hermano, pero no consiguió nada…
Sorprendentemente, fue Anne quien se arrepintió primero; y le mandó a Mary, una magnífica copa de oro, y algo de dinero, pero aún seguía rehusando a que volviera a La Corte.
Esta reconciliación parcial, fue la única que tuvieron las 2 hermanas, ya que no se encontraron desde 1534, hasta la muerte de Anne, en 1536.
La historia de Mary Boleyn, siempre ha pasado desapercibida, debido a que su hermana Anne, más famosa, pero en los últimos años, ha sido más conocida gracias a la novela “The Other Boleyn Girl”, de la escritora inglesa, Philippa Gregory, y a la adaptación al cine de la misma.
“I am Katherine, Queen of England, the King's one true wife and mother of the heir to the throne.
Beloved of the people, and beloved of a King you have bewitched”
The Other Boleyn Girl es un drama histórico del año 2008, dirigido por Justin Chadwick.
Protagonizado por Natalie Portman, Scarlett Johansson, Eric Bana, Kristin Scott Thomas, Jim Sturgess, Mark Rylance, David Morrissey, Benedict Cumberbatch, Oliver Coleman, Ana Torrent, Eddie Redmayne, Tom Cox, Michael Smiley, Montserrat Roig de Puig, Juno Temple, Alfie Allen, entre otros.
El guión es de Peter Morgan; y es una adaptación de la novela histórica “The Other Boleyn Girl” (2001), de la autora británica, Philippa Gregory, y de la telemovie de la BBC “The Boleyn Inheritance”, sobre la vida de Anne de Cleves, Catherine Howard, y Jane Parker, también basada en el libro.
La historia, se centra en la vida sentimental de la aristócrata británica del siglo XVI, Mary Boleyn, hermana de Anne Boleyn, y una vez amante del Rey Henry VIII de Inglaterra.
Después de recabar información acerca de la aventura amorosa que El Rey tuvo con Mary, hermana de Anne, la autora nos ofrece un retrato de La Corte de Los Tudor, lleno de sexo, intriga, y juegos de poder.
Gregory afirma, que se sintió atraída por la historia de la hermana de una Reina, que parecía olvidada por la historia, por carecer de la importancia, y el impacto político que poseía esta última.
Algunas de las partes de la historia, se basan en el trabajo de la historiadora estadounidense, Retha M. Warnicke, y en los libros de Alison Weir.
Gregory, se toma licencias para presentar a Mary Boleyn, como una heroína en pos de la independencia de las mujeres de la clase social alta, de mediados del siglo XVI.
La novela, fue seguida por una secuela llamada “The Queen's Fool”, establecida durante el reinado de la hija de Henry, La Reina Mary.
“The Queen's Fool”, fue seguido por “The Virgin's Lover”, ambientada en los primeros días del reinado de La Reina Elizabeth.
Para ser justo, The Other Boleyn Girl, mejora a medida que va avanzando.
Se vuelve más cautivante, cuando nos damos cuenta de que la historia, básicamente relata los antecedentes del reino de Elizabeth I.
La verdad es que el libreto está bien trabajado, ya que el guionista Peter Morgan, es experimentado en la temática enmarcada en la Inglaterra de los años 1509, a 1547, durante el reinado de Henry VIII Tudor; y narra la historia de 2 hermanas:
Anne (Natalie Portman), y Mary (Scarlett Johansson)
El padre de ambas, Thomas Boleyn (Mark Rylance), y el tío, Thomas Howard, Duque de Norfolk (David Morrissey), movidos por la ambición de mejorar el nivel social, y el poder de la familia, convencen a las jóvenes, para que conquisten el amor de Henry VIII (Eric Bana), Rey de Inglaterra.
Anne y Mary, abandonan su vida en el campo, para trasladarse al peligroso y apasionante mundo de La Corte, pronto surge entre ellas, una rivalidad sin cuartel, para obtener el amor del Rey.
Al principio, El Rey escoge como amante a Mary, y tiene con ella, un bastardo; pero Anne, que es muy inteligente y astuta, consigue eclipsar a su hermana, e incluso, que El Rey repudie a Catalina de Aragón (Ana Torrent), su legítima esposa.
Es cierto, que Anne Boleyn fue una mujer adelantada a su época, del mismo modo la familia Boleyn, y Howard, tomaban a las mujeres de su linaje, cual moneda de cambio ante la corona, la quinta esposa de Henry VIII, Catalina Howard, fue prima de Anne Boleyn; se puede decir, que la misma Catalina de Aragón, fue víctima de la ambición política entre los reyes de España e Inglaterra, eso era algo típico, tratar a la mujer de modo despectivo, sobre todo a La Reina, quien debía soportar los amoríos de su esposo, y sobre todas las cosas, procurar tener un heredero para la corona, como si fuera una tarea que sólo le concerniera a ella.
“Younger than me, more beautiful than me, married before me.
I'm eclipsed.
I'm the other Boleyn girl”
Ya lo ha dicho la historiadora Antonia Fraser, autora del libro “The Six Wives Of Henry VIII” (1993):
“La realidad, suele ser más interesante que la ficción”
Sin embargo, lo interesante del debut fílmico de Justin Chadwick, es que ni se apega a la ficción, ni mucho menos a la realidad, aunque no por ello, crea una mala película.
Aquí, la obscenidad propia de la ambición, y la codicia de los personajes siniestros del padre y del tío, la locura se suele incubar en las familias, empuja a las jóvenes hermanas a La Corte, con el fin de tener relaciones sexuales con El Rey, por el hecho de que La Reina no ha podido darle un heredero varón.
Esto provoca consecuencias muy dramáticas, y el cisma de La Iglesia de Inglaterra.
Desde lo técnico, el objetivo del director, era rodar lo máximo posible en decorados naturales.
De este modo, la mayoría de los exteriores, se rodaron en castillos y mansiones de Inglaterra.
El problema, sin embargo, fue que gran parte de los palacios que albergaron La Corte Inglesa, y la familia Boleyn, formaban parte del recorrido turístico, y habían sido retocados, para acomodar a los visitantes.
Este drama histórico, está planteado como una sucesión de escenas de efecto cercano al teatral, a través de las que Justin Chadwick, más que narrar, se limita a encadenar la historia, sin apenas tiempo para perfilar, dar vida y aliento a los personajes.
Una vez consumada la trama, que además debe superar el obstáculo de ser conocida de antemano, apenas se ha ahondado en los sentimientos de los 3 integrantes del relato.
Para llevar la historia a la gran pantalla, Justin Chadwick se valió de un gran reparto.
Según él, la relación principal, no es la de Anne y Henry, sino la de Anne y Mary, 2 hermanas que se portan muy mal entre ellas, pero que son la mitad, la una de la otra.
Por ello, para encarnar esta relación de celos y amistad, Justin Chadwick escogió a 2 actrices capaces de plasmar, esta especie de rivalidad íntima:
Scarlett Johansson y Natalie Portman.
Eric Bana se unió a las actrices, en el papel de Henry VIII, y completaron el elenco:
Kristin Scott Thomas, que interpretó a la madre de las jóvenes, Lady Elizabeth; el actor Jim Sturgess, como su hermano George; Mark Rylance como su padre, Sir Tomás; y David Morrissey como su tío, El Duque de Norfolk.
Para el vestuario, Sandy Powell se basó en los lienzos de Hans Holbein, cuyas obras retrataron a La Corte de Henry VIII, con gran detalle.
Uno de los puntos claves de The Other Boleyn Girl, era mostrar las diferencias entre Mary Boleyn, de carácter dulce e inocente; y su hermana Anne, de temperamento fuerte, y más desenvuelta que Mary.
Teniendo en cuenta que no hay mucha variedad en la forma de vestir de la época Tudor, Sandy Powell decidió diferenciarlas, a través de los colores.
Rebuscando algo más en la superficie, también es positivo encontrar en los personajes femeninos, cierta denuncia de la situación de sometimiento de la mujer de la época, en cuanto obligadas a hacer de la ambición una virtud, y al “arte de ser mujer”, dentro de un relato de intramuros, que pretende dejar prácticamente a un lado, las referencias al marco histórico, o las estructuras de poder.
En general, The Other Boleyn Girl recibió una mezcla de críticas.
La mayoría coincidieron, en que ésta no era una simple película histórica, sino ante todo, un drama moral sobre la ambición humana, y sus límites.
Se consideró que, quizás, al conjunto le faltaba entidad argumental, pero también se valoró positivamente, el trabajo de fotografía y de vestuario.
Respecto al reparto, no se dudó de que ésta fuera una película de mujeres y, por tanto, como tal, las que brillaban, eran las actuaciones femeninas.
Según los críticos, no defraudaron, y estuvieron a la altura, aunque también se echó de menos, la falta de verdadera tensión entre El Rey y Anne Boleyn, y de ésta con su hermana.
En Inglaterra, muchas de las críticas también se centraron en la elección del reparto.
Algunos sectores de la prensa inglesa, no vieron con muy buenos ojos, la decisión de que 3 de las grandes figuras inglesas, fueran a ser interpretadas por 2 estadounidenses:
Johansson y Portman; y un australiano, Eric Bana.
No obstante, la escritora Philippa Gregory, quien actuó de asesora de producción, alabó a los 3 actores, y a su espíritu de trabajo.
Según cuenta ella misma:
“Cuando llegué al rodaje, me encontré un grupo de lectura.
Todos los actores del reparto, estaban leyendo, no sólo mi novela, sino también muchas de mis otras obras sobre Los Tudor.
Especialmente, el libro de Scarlett, se encontraba medio roto, y con anotaciones en casi todas las páginas”
Históricamente sabemos, que la Boleyn que vivió a la sombra de la otra, fue Mary, y no Anne.
Pese a todo, la relación entre las hermanas, es unida y amena.
Anne y Mary Boleyn, son polos completamente opuestos, de los que incluso, el color de sus cabellos lo indica, sus diferencias físicas, son un reflejo de sus personalidades.
Es imposible efectuar un adecuado resumen visual, acerca de la vida de las hermanas Boleyn, sin sacrificar un sinfín de datos, y eventos tan relevantes, como indispensables, nótese que Thomas More no aparece en el metraje, y Thomas Cromwell, apenas se insinúa en alguna ocasión, del mismo modo, Catalina de Aragón, ha sido relegada a unos cuántos minutos de aparición, El Cardenal Wolsey, existe porque alguien lo menciona, y la homosexualidad de George Boleyn, se ha quedado… en el closet.
Por otro lado, inexactitudes como:
Mary era mayor que Anne, mientras que en el libro y la película, se muestra como si fuera la hija menor.
En realidad, Anne no fue enviada a Francia, como consecuencia de un castigo, sino que vivió allí, durante parte de su infancia, para aprender los modales de La Corte, tal y como también hizo su hermana Mary.
Antes de ser amante de Henry VIII de Inglaterra, Mary, supuestamente también había sido concubina del Rey François I de Francia, además de mantener varias otras relaciones amorosas.
Mary, era la hija favorita de sus padres, y no Anne, como se da a entender en el libro y la película.
De hecho, Thomas Boleyn, había incluso pensado en enviar a Anne a un convento de monjas, porque no sabía qué hacer con ella.
Mary, tuvo 2 hijos:
Catherine y Henry Carey, siendo Catherine, la mayor.
La película sólo muestra el nacimiento de Henry, aunque al final, se puede observar también a una niña, que juega con él, y con Elizabeth.
Muy probablemente, Mary no estaba en La Corte, el día que Anne murió, y por supuesto, tampoco fue a hablar con Henry VIII, para implorarle perdón para su hermana.
Las acciones del Rey, no estaban motivadas “sólo por la calentura”, sino por razones políticas:
Tener un hijo varón, cuando fue obvio que Catalina ya no podría embarazarse.
Al Rey Henry VIII, en The Other Boleyn Girl, no tiene peso, ni físico ni moral.
Me refiero en que no tiene peso, a que no refleja en ningún momento, lo tirano que fue, lo caprichoso que fue con las mujeres, y lo que hacía para deshacerse de ellas.
Ya sabemos cómo han acabado algunas Reinas de Inglaterra, durante su reinado...
En The Other Boleyn Girl, la boda de Anne con Henry Percy, se mantiene en secreto.
No obstante, históricamente, fueron El Rey y El Cardenal Wolsey, quienes lo supieron, y separaron a la pareja.
Anne y Henry, nunca llegaron a casarse, aunque supuestamente, realizaron un contrato prematrimonial.
Mary Boleyn, no se hizo cargo de Elizabeth, después de la muerte de Anne.
De hecho, Elizabeth, ni siquiera estaba en La Corte, cuando su madre murió.
Fue dejada al cuidado de Lady Margaret Bryan, hasta que su hermano nació, y después, fue educada por Katherine Ashley.
Anne, fue juzgada por cometer adulterio con su hermano, y también con otros 4 hombres.
Hoy día, la mayoría de historiadores considera todas las acusaciones como falsas.
Al final, no se hace mención al reinado posterior a Henry VIII, el de su hijo, Edward VI, hijo de su tercera esposa Jane Seymour; sino que dan a entender, que al final, la sucesora de Henry, fue la propia Elizabeth, cuando antes pasaron 3 reinados:
El del propio Edward VI, el llamado “Reinado de Los Nueve Días” de Lady Jane Grey, y el reinado de Mary I Tudor, hija de Henry VIII, y de Catalina de Aragón.
No obstante, The Other Boleyn Girl, trae a escena, la otra cara de Henry VIII, una que es muy poco trabajada y evadida.
Vemos a un Rey, que se cansa de la espera, y los juegos de Anne Boleyn, y la toma por la fuerza.
Incluso, en el transcurso del metraje, son apreciables varias escenas de discusiones y peleas, en las que se da a entender, que Henry pudo golpear a Anne Boleyn, en más de una ocasión.
También, es meritorio el trato de Anne Boleyn, como una mujer que queda desquiciada por la ambición y el poder.
A pesar de no haber constancia del posible incesto entre Anne y George Boleyn, en esta ocasión, se presenta como un último recurso de la demencia de Anne, aunque no se llegó a cometer, si les costó la muerte a ambos hermanos.
Lo que más “impactó”, sin duda, fue la escena de la ejecución de George Boleyn, que se ha convertido en la muerte cinematográfica, más angustiosa y desagradable, de las retratadas.
Terror y súplicas en vano, de un inocente al que arrastran al cadalso.
Sin embargo, hay que decir que esta escena, por muy conmovedora que sea, es totalmente ficticia, e inexacta históricamente:
Es cierto que George Boleyn fue ejecutado, pero no en público, en medio de la plaza, sino en privado, en La Torre de Londres, a un noble inglés, jamás se le ejecutó en la plaza pública, a la vista del pueblo, ya que era considerado deshonroso, e indigno de su alta cuna.
Hasta a los nobles más criminales y traidores, se les concedió siempre, una ejecución privada en La Torre del Terror.
Además, no se mostró asustado y suplicante, como se muestra.
Los testigos y cronistas de la época, relatan que acudió al cadalso, mostrando valor y dignidad, proclamando su inocencia, y culpando a la mala suerte, y a las intrigas políticas de su funesta situación.
Así que imagino que el George real, no estaría muy contento al ver cómo retratan su muerte en The Other Boleyn Girl.
Lo importante de la historia, es el “tejemaneje” que se llevaban en aquella época, la búsqueda de favores, las conspiraciones, las traiciones, y demás, y eso queda bien definido, e interpretado.
“What if you could have everything you ever wanted?
What if all you had to do was betray the sister you loved?”
Los entramados políticos de la Europa en transición, entre La Edad Media y La Edad Moderna, reducían a todas las familias con algún nombre, título, o influencia, a meros títeres, al servicio del sol que más calentaba.
Para todo el que se creyese alguien, prostituirse a los intereses del escalafón social, y de la riqueza y, sobre todo, a los del control y el poder, era algo que se interiorizaba desde la cuna.
Y si era el mismísimo Rey de una nación poderosa, a quien se le podía echar la zarpa, entonces todo estaba justificado.
Si hemos de generalizar, en todas las épocas, el incienso del poder, ha hecho bailar a los ambiciosos, al son que los trepas conocen con instinto de hiena carroñera.
Cuando todo está supeditado a la maquinaria de la ambición más descabellada, valores tan fundamentales y primordiales, como el amor, la lealtad, los lazos de sangre, la paz, y el sencillo disfrute de la vida, son valores que se convierten en humo.
No hay integridad que valga, ni dignidad personal.
No es necesario invocar el “Faust” de Goethe, para evocar al diablo que tienta a las débiles almas.
No es necesario consultar obras de ficción.
El diablo, no es un ángel caído a unos infiernos de fuegos perpetuos, y dotado de cuernos, rabo, y tridente.
El diablo tiene apariencias mucho más mundanas.
Se ha aparecido siempre, bajo la forma del poder, la codicia, la ambición, la envidia, y el más temible, el odio.
En ese escenario, la vida de Mary Boleyn, entre 1534, y la ejecución de su hermana, el 19 de mayo de 1536, es difícil de concretar.
No visitó a su madre, ni a su hermana Anne cuando fue encarcelada en La Torre de Londres.
Tampoco intentó visitar a su hermano George, también condenado a muerte por traición, e incesto, ni hay pruebas de que les hubiese escrito.
Como su tío, Thomas Howard, III Duque de Norfolk, puede que Mary no quisiera ser relacionada con sus malogrados familiares, para evitar más sucesos desgraciados.
Mary, y su marido, permanecieron en su retiro en Rochford, Essex.
Tras la ejecución de Anne, su madre se fue de La Corte Real, muriendo aislada, sólo un año después de la muerte de su hija.
Sir Thomas, murió al año siguiente.
Después de la muerte de sus padres, Mary heredó algunas de las propiedades de la familia Boleyn, en Essex.
Se cree que vivió el resto de sus días en el anonimato, y en relativa comodidad con su marido.
Murió poco después de cumplir 40 años, a una edad relativamente joven, incluso para los estándares de la época, el 19 de julio de 1543.
Tiempo después, fue coronada Reina de Inglaterra, la hija de Anne Boleyn, Elizabeth; siendo el comienzo de un largo, y provechoso reinado, conocido como “La Edad de Oro”
Así las cosas, es lamentable que en el siglo XXI, exista tanto nacionalismo, y ese orgullo desmedido por la tierra y las costumbres, para defender incondicionalmente, fronteras y tradiciones que han sido configuradas siglos atrás, por gente sin escrúpulos, borrachos de poder, cuya única motivación, era darse gusto a sí mismos; muy actual.
¡Qué asco!

“Love has no value without power and position”



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