The Ring

“A friend of yours?”

Alfred Hitchcock, descontento de los guiones que le proponen, deja Gainsborough Pictures de Michael Balcon, para firmar un contrato con la British International Pictures (BIP), dirigida por John Maxwell, un ambicioso escocés, que se había iniciado en el mundo de la exhibición.
Estamos en 1927, donde Hitchcock inicia una nueva etapa, que lo consolidará en la industria del nuevo arte.
Cuando el director llego a la nueva productora, ya tenía cierta fama en Inglaterra, y como no tenían ningún proyecto para él, le dieron libertad para realizar el proyecto que quisiese.
El cineasta goza de total libertad para su primer proyecto conjunto, lo que dará origen al primer film de autor, basado en una idea propia.
The Ring, en efecto, parte de una idea de Hitchcock, desarrollada en colaboración con su esposa Alma Reville.
Su argumento cuenta una historia de amor, dentro del mundo del boxeo, en el que 2 hombres cruzan sus guantes, disputándose a una chica.
“Jack....
I'm with you.... in your corner”
The Ring es una película dramática del año 1927, dirigida por Alfred Hitchcock.
Protagonizada por Ian Hunter, Carl Brisson, Lillian Hall-Davis, Harry Terry, Gordon Harker, Charles Farrell, Minnie Rayner, Forrester Harvey, Billy Wells, Clare Greet, entre otros.
El guión es de Alfred Hitchcock y Alma Reville, siendo éste, su único guión propio, original.
Hitchcock asistió regularmente a los combates de boxeo en Londres, donde vivió que los asistentes vestían de blanco, y se dio cuenta, de que los combatientes eran rociados con champán, al final de cada ronda…
Fueron estos 2 detalles, los que convencieron al joven Hitchcock para empezar a trabajar en The Ring; que fue su primera película la British International Pictures.
The Ring, fue hecha por Elstree Studios, de la British International Pictures, que emergió como uno de los 2 grandes estudios británicos durante la década de 1920, y comenzó a contratar a directores líderes de Gran Bretaña, y en el extranjero.
The Ring, también significó la primera película en ser publicada por la compañía.
Cuando Hitchcock llegó a la BIP, no tenían ningún proyecto para él, así que junto a su esposa, Alma Reville, escribió el guión de The Ring, que no tiene nada de suspense, ni crímenes, es simplemente, una historia de amor, bueno, un triángulo amoroso, que siempre es complicado, en el que 2 boxeadores pelean por una mujer.
El guión no tiene grandes pretensiones, y los hechos son los convencionales en cualquier historia de este corte, salvo ese principio, que resulta bastante interesante, porque refleja con exactitud, las paradojas de la vida.
Hitchcock retrata el ambiente de las fiestas berlinesas, que vivió con su esposa, Alma Reville, responsable ulterior de muchos de esos tríos de ficción.
Se cuenta cómo Alma, invitaba a su esposo a que formara con ella, y otra mujer, algún trío, sugerente propuesta que Hitchcock se negaba a aceptar...
Colegas en el estudio, se mostraron impresionados por la pulcritud de su guión, y su estructura.
Lo que es más, para el cine silente, era algo natural en un director que ya pensaba en términos visuales.
Él se sentía menos cómodo con el diálogo, y en cierta medida, era lógico que no tomara crédito en los guiones, de sus posteriores películas.
The Ring es un filme en blanco y negro, y silente, aunque tampoco le hace falta, porque las imágenes hablan por sí solas...
The Ring sigue a Jack “One Round” Sander (Carl Brisson), un boxeador de segunda fila, novio de Mabel (Lillian Hall-Davis)
Aunque tan solo es un boxeador de feria, a Jack se le conoce ya como, “One Round”, porque a sus contrincantes los deja en la lona en los primeros minutos.
Por su parte, el campeón australiano, Bob Corby (Ian Hunter), oculta su verdadera identidad, y se muestra enamorado de la misma muchacha.
Por lo que Bob desafía, y pelea contra Jack, al que derrota ampliamente.
Pero, para poder estar cerca de Mabel, Bob contrata a Jack para entrenar con él.
No pasa mucho tiempo, sin que la chica corresponda a los intentos amorosos de Bob.
Movido por los celos, y el deseo de venganza, Jack reta Bob, a combatir en el Albert Hall.
The Ring parte de la convencional historia del triángulo amoroso, con la añeja fórmula:
“Chico encuentra chica - Chico pierde chica - Chico recupera chica” y, en tal sentido, podría ser una más de las tantísimas historias que, años antes, y sobre todo después, nos ha ofrecido el cine con mayor, o menor fortuna.
Curiosamente, The Ring fue un gran éxito de crítica en su estreno; sin embargo, cuando salió la versión general para el público, se consideró un fracaso de taquilla.
“One Round”
El éxito del cine silente, descansa en 2 elementos básicos, y The Ring los cubre muy acertadamente:
El lenguaje corporal, y la expresión física de sus actores, que son de primera.
Las escenas de alto conflicto en la trama, se entienden muy bien, además que los pocos subtítulos ayudan bastante.
Aunque The Ring no es considerada una de las grandes obras del director inglés, cuenta con unos trucos de fotografía, que Hitchcock utilizaría años más tarde en películas como “The Man Who Knew Too Much” (1934), sobre todo, durante las secuencias de boxeo climáticas.
The Ring es sin duda, uno de los más brillantes títulos del periodo silente del director.
Este melodramático argumento, a priori, una tópica revisión del esquema triangular, le sirve perfectamente al autor, para profundizar en su personal búsqueda expresiva, cada vez más alejada del resto de la producción de su entorno.
Búsqueda expresiva que se concreta, de modo fundamental, en un gusto por el detalle, aliado a un poder simbólico del mismo, simbolismo que la condición silente del cine de la época, sin duda favorecería.
Eso, a pesar de algunos detalles dignos de encomio en el aspecto visual que consiguen dirigir los pensamientos del espectador inteligente en determinados sentidos, sin que sean necesarios demasiados rótulos literarios explicando los acontecimientos:
La mano que acaricia la sota de diamantes, o que intenta ocultar el brazalete, habla por sí misma.
Dice incluso más de lo que dirían las palabras.
Y lo mismo cabe decir de las burbujas del champán, o de la copa que se derrama, en claro gesto de “reto y afrenta”
Pero claro, nosotros estamos mal acostumbrados, y queremos encontrar el verdadero y genuino espíritu Hitchcock.
Entre los actores:
Carl Brisson, resulta muy efectivo, como el aspirante a campeón que, mientras asciende profesionalmente, siente que su corazón se desmorona, día tras día.
Ian Hunter, luce muy preciso, como el campeón que se aprovecha de su posición, para buscar ganar en las 2 contiendas.
Y Lillian Hall-Davis, es la chica que se debatirá entre el amor y la atracción que le inspiran los triunfadores.
Una curiosidad, la actriz protagonista, Lillian Hall-Davis, no pudo superar la transición al cine sonoro, y acabó suicidándose de un modo súper truculento, encendió el gas, y además, se cortó la garganta, cuando sólo tenía 33 años...
Aquí no hay cameo del director.
En The Ring, Hitchcock experimenta permanentemente, con la utilización de imágenes subjetivas:
Adopta el punto de vista de los personajes, recurriendo inclusive, a distorsiones de la imagen, para representar estados de ebriedad, o inconciencia durante los combates.
Un ejemplo muy atractivo de ello, puede verse en la escena del primer combate, entre Jack y Corby, en la feria de atracciones:
La prometida de Jack, mira inquieta la pelea, a través de una pequeña abertura en la carpa, cercana a su puesto en la boletería.
Desde allí, sólo consigue ver el cartel indicador del asalto, es el 4º, y el brazo en alto del árbitro, mientras avanza la cuenta de protección.
Cuando la muchedumbre se dispersa un poco, tanto ella como nosotros, advertimos que el caído es Jack, y que Corby sigue en pie como triunfador.
Pero más importante aún, el director refleja los pensamientos de los personajes:
Hitchcock recurre frecuentemente, a la superposición de imágenes, para contrastar los primeros planos de los actores, o bien el contraplano de lo que éstos están mirando con aquello que ocupa su mente.
Así, el rostro de “la chica”, inquieta mientras espera el telegrama de Jack, que le informará el resultado de la pelea de prueba, se superpone con imágenes de la misma, lo cual produce el triple efecto de materializar el desasosiego del personaje, de contarnos el avance del combate, y de permitirnos identificarnos con los sentimientos de la joven.
Finalmente, el telegrama llega, poniendo fin al interrogante.
Más tarde, Jack ve reflejados en un espejo, a Corby y a su esposa, abrazados, y cuchicheando con complicidad y, mientras conversa con su representante en otra habitación del departamento, no puede dejar de pensar en ellos…
Hitchcock, nuevamente revela este estado mental, mediante la superposición de imágenes:
Cuando la pareja se besa, reacciona violentamente delante de otros invitados, mientras la imagen superpuesta desaparece, y sólo queda la realidad.
En este caso, nos identificamos con Jack:
Despreciamos a los amantes por su traición, y hasta llegamos a dudar...
¿Efectivamente se besaron, a pocos metros del marido despechado, o todo fue producto de su imaginación?
Por otro lado, las imágenes de objetos circulares, se repiten, jugando con el título “The Ring”, que significa “anillo” además de “cuadrilátero”, entre otras acepciones, pero sin llegar a fatigar al espectador.
El mismo título, es un juego de palabras:
“Ring”, es la superficie donde se dirimen los pleitos boxísticos, el anillo de matrimonio, la forma circular de la carpa del circo, y un brazalete que juega un papel importante a lo largo del metraje, como elemento de infidelidad.
Para Françoise Truffaut, “la pulsera representa a una serpiente, que alude claramente, al pecado original”
Aquí, la joven pareja celebra mediante el exceso, la felicidad del enlace:
Beben champán, acuden a bailar el charlestón, y se emborrachan, a resultas de lo cual, Jack pierde la forma esculpida durante horas de entrenamiento, y Mabel comienza a coquetear con su antiguo pretendiente, que se ha convertido en una estrella del boxeo.
La máxima expresión de ello, está dada por el brazalete en forma de serpiente, que el campeón obsequia a Mabel tras vencer a Jack en la feria.
Es evidente, la asociación entre este objeto, y la serpiente que tentó a Eva en El Edén, y el director lo utiliza repetidamente, a lo largo del metraje, como una representación de la relación entre los amantes:
Primeramente Mabel intenta ocultarlo ante los ojos de Jack, y cuando ya no puede hacerlo, en esa hermosa escena desarrollada junto al estanque, en la primera parte, convence a su prometido, de que el regalo es inofensivo...
Más adelante, cuando Jack confronta a su esposa, respecto a su infidelidad, le arranca el brazalete con la fuerza que le falta a la hora de desafiar a Corby.
Finalmente, tras la pelea final, un segundo de Corby, le entrega el brazalete que encontró abandonado junto al cuadrilátero.
El campeón comprende entonces, que ha perdido el corazón de su amante, al igual que el título.
Asimismo, The Ring apela a otros elementos ingeniosos:
Un claro ejemplo de ello, puede verse en los primeros minutos cuando Jack es apodado “One Round” porque ningún rival resiste sus golpes, más de un asalto.
Cuando se enfrenta a Corby, la pelea avanza…
Entonces, un asistente reemplaza el cartel que anuncia el primer asalto, sucio, y ajado, por el correspondiente al 2º,  nuevo y brillante, dado que nunca había sido utilizado.
Más adelante, cuando Jack gana la pelea eliminatoria, para poder combatir por el título, vuelve al departamento que ocupa con su esposa, acompañado de sus antiguos camaradas.
La Sra. Sander, no está allí, por lo que Jack sirve el espumante para festejar, pero decide posponer el brindis, hasta que su esposa llegue.
Inmediatamente, Hitchcock inserta un plano de las copas:
En un segundo, su contenido pasa de ser burbujeante a calmo como el agua.
Este efecto, tiene la virtud de reflejar tanto el paso del tiempo, pues sabemos que Jack y sus amigos esperaron durante horas, en vano, como así también de representar el estado de ánimo de Jack, que se abate, al no poder compartir su victoria, con la mujer amada.
Finalmente, durante el combate final, incluye planos generales del estadio, al cual vemos colmado de personas, siguiendo la pelea con entusiasmo.
Sin embargo, si miramos con atención, veremos que sólo el público cercano al cuadrilátero, es real; el más alejado, está constituido por figuras estáticas...
Anticipando una técnica que muchos años después utilizará en “The Birds” (1963), Hitchcock sabe que si mezcla figuras en movimiento, con otras inmóviles, se crea la ilusión, de que todas se mueven.
Una pequeña acotación:
En los primeros minutos del metraje, Corby y su representante, se mezclan entre el público, que es arengado por el presentador de Jack.
El campeón, fija su mirada en Mabel, ubicada en uno de los laterales de la carpa, y Hitchcock nos muestra el contraste entre la mayoría del público, que mira hacia un lado, y Corby, que mira hacia otro...
Esto se repetiría, 24 años después, esta toma, con mayor efecto, en la célebre escena de “Strangers on a Train” (1951) en la cual, Bruno mira fijamente a Guy, durante el partido de tenis.
Jack y Bob, terminan enfrentándose en el ring, para medir sus fuerzas, y Bob derriba con saña a su adversario, aprovechando las veces que mira a su mujer, que se encuentra entre el público.
Ahora que Jack está vencido, la historia da un giro radical, y Mabel no siente sino rechazo hacia el nuevo campeón:
Arroja el brazalete que Bob le regaló al suelo, y él lo recibe de manos de su entrenador, como si de una materialización del desdén se tratase.
Hitchcock acaba de filmar así, otro cuento moral, en el que sobrevive un juicio ético, en el tono tragicómico del cuadrilátero.
Un Hitchcock insólito, nos habla por primera vez y, si no única, sí excepcional ocasión, del platonismo:
Lo que define una relación, es el hecho de amarla con un amor rodeado de tinieblas, tan densas, como las que impedían salir a los habitantes de la caverna de Platón.
“A very great friend”
Era 1927, la época en que El Cine Silente dejaba sus últimas huellas históricas, antes de que “The Jazz Singer” cambiase la forma de construir, y entender El Séptimo Arte.
El que Hitchcock hiciera su único guión, con una historia que tiene al box como uno de los elementos centrales, no es para extrañar al espectador.
Una revisión cuidadosa a la biografía del londinense, revela que era un asiduo asistente a las funciones de boxeo, en los suburbios de la capital británica, donde concibió “The Ring”
Fiel reflejo de esta afición, es la aparición del peleador profesional, Albert Hall en The Ring, un atleta admirado por el cineasta, y a quien varias veces vio lanzar golpes, en pleitos a los que asistió.
Sobre la restauración, el rollo original de The Ring, está en un estado deplorable, y fue entregado al Instituto Británico del Cine, en 1959.
Los restauradores, hicieron un trabajo muy duro, para poder hacer una copia digna del material histórico, que se llegó a proyectar en El Festival Internacional de Cine de Cannes, siendo parte del legado histórico del Maestro del Suspense.

“Look what I found at the ring-side, Guv'nor”



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