Room

“Are we in another planet?”

El secuestro de niños, es la acción de retener indebidamente, e ilegalmente a uno o varios menores de edad, y mantenerlos en cautiverio contra su voluntad.
Los niños pueden ser secuestrados, tanto por organizaciones delictivas, como por individuos perturbados, y para distintos objetivos.
Se trata de un crimen de lesa humanidad, y constituye una grave violación de Los Convenios de Ginebra.
En particular, El Caso Fritzl, trata sobre la austriaca Elizabeth Fritzl, que permaneció encerrada en un sótano, o zulo subterráneo, por iniciativa de su padre, el electricista Josef Fritzl, durante 24 años, desde 1984 hasta 2008.
Fritzl, de 74 años de edad al momento de descubrirse el caso, abusó sexualmente de ella desde que tenía 11 años, y durante su cautiverio, ella dio a luz a 7 hijos, e inclusive tuvo una pareja de gemelos, uno de los cuales murió poco después de nacer, y fue incinerado por el propio progenitor.
Según explicó la policía de Austria, él la mantuvo aislada desde que tenía 18 años, en un zulo del sótano del edificio residencial, donde él mismo vivía con su propia esposa, con quien también tuvo 7 hijos, en Amstetten, pueblo de Austria.
La noticia tuvo un gran impacto mediático desde el primer momento, usando los medios de comunicación, diversos sobrenombres para referirse a Josef Fritzl, siendo el más conocido el de “Monstruo de Amstetten”
El los hijos de Elizabeth, 5 fueron trasladados junto con su madre y su abuela Rosemarie, a una clínica cercana a la localidad de Amstetten, mientras Kerstin, en coma inducido, permanecía en el hospital de la localidad, donde había sido ingresada tras un fallo multiorgánico, y posterior estado de inconsciencia sufrido en el zulo.
Allí, un grupo de los mejores psicólogos austriacos, trata de sacar adelante a cada uno de ellos.
Algunos, nunca habían visto la luz del día, como Stephan o Félix.
También, se hizo lo posible por aislar de los medios de comunicación, a los 3 niños que vivían en la casa con sus abuelos.
La terapia consistió, entre otras cosas, en la elaboración de un mural, en el que cada miembro de la familia plasmaba con sus manos con una frase, en salidas nocturnas individuales a cenar, cursillos de natación, o incluso, una de las niñas que llevaba una vida normal, Monika, fue enviada 4 días, a unos campamentos organizados por los bomberos.
Tras un gran sufrimiento, sobre todo de su hermano Stephan, Son Kerstin fue despertada a finales de mayo, y el día 8 de junio, se reunió con el resto de la familia.
Ella tampoco conocía nada diferente del bunker hasta entonces.
Se espera la rehabilitación, tanto física, principalmente el mal funcionamiento de algunos órganos, y del sistema inmunológico; también de las dentaduras; pero sobre todo mental de las víctimas.
El 14 de noviembre de 2008, Josef Fritzl fue acusado de homicidio, esclavitud, violación, secuestro, e incesto; y cumple cadena perpetua.
Conocemos casos horripilantes como este, pero:
¿Qué sabemos de lo que viene después de la liberación de un secuestro de tantos años?
¿Quién sabe de lo que seríamos capaces por sobrevivir, y más aún cuando un hijo depende de nosotros para ello?
“Did you ever think that you'll be freed?”
Room es un drama canadiense-irlandés, del año 2015, dirigido por Lenny Abrahamson.
Protagonizado por Brie Larson, William H. Macy, Jacob Tremblay, Joan Allen, Megan Park, Amanda Brugel, Sean Bridgers, Joe Pingue, Chantelle Chung, Randal Edwards, Jack Fulton, Kate Drummond, entre otros.
El guión es de Emma Donoghue, basada en su propia novela del mismo nombre, publicada en 2010.
Nominada a 4 Premios Oscar, gana 1:
Mejor Actriz (Brie Larson), y 3 nominaciones:
Mejor película, dirección, y guión adaptado.
La historia, es contada desde la perspectiva de un niño de 5 años de edad, que está cautivo en una pequeña habitación, junto con su madre.
Donoghue concibió la historia, después de oír hablar a Félix, de 5 años de edad, del Caso Fritzl, por el que estuvo secuestrado; casos que supongo la mayoría habrán conocido gracias a los medios de comunicación.
Además de la reputación del libro, Room provee un cierto atractivo de cine de autor, e independiente, y llegará muy próximo a los sentimientos entre las mujeres, que entre los hombres; pero la claustrofóbica y perturbadora naturaleza del material, será inquietante para muchos.
Se nota en Room, la documentación de la autora en la temática del desarrollo infantil, por la forma en que el niño se conduce, habla, y razona, así como por el apego a su universo conocido, la necesidad de contacto con sus elementos familiares, el modo de enfrentarse a sus miedos, etc.
Todo ello la convierte, en un intrigante y desgarrador drama, que encuentra la metáfora más extrema posible, para cómo el tiempo, el arrepentimiento, y el fin de la infancia, puede convertirnos a todos en prisioneros.
Un film conmovedor, sobre la capacidad que tiene el ser humano para vivir una situación tan extrema.
Room es una coproducción entre Irlanda, Canadá, Reino Unido, y EEUU, financiada por el Irish Film Board, Film4, y Telefilm Canada; y producida por Element Pictures, y No Trace Camping, EEUU; mientras FilmNation Entertainment, se encargó de las ventas internacionales.
Como dato, el poster de Room, es uno de los más hermosos, expresivos, y tristes, conociendo el trasfondo, que he visto en una obra cinematográfica, incluso en su sencilla concepción.
El rodaje tuvo lugar en Toronto, Canadá.
Para Jack (Jacob Tremblay), un niño de 5 años, “la habitación” es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega, y aprende con su madre Joe “Ma” Newsome (Brie Larson)
De hecho, Jack no sabe que su madre tiene otro nombre que no sea “Ma”, hasta que son liberados.
Por la noche, Ma lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick (Sean Bridgers)
La habitación, es el hogar de Jack; mientras para su madre, es el cubículo donde lleva 7 años encerrada, secuestrada desde los 19 años.
Con gran tesón e ingenio, ella ha creado en ese reducido espacio, una vida para su hijo; y su amor por él, es lo único que le permite soportar lo insoportable.
Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo.
Tras un arriesgado plan de escape, cuando ambos son liberados, tendrán serios problemas para adaptarse al mundo exterior.
Room es una historia cruda, honesta, con todos los aciertos y errores de una madre desesperada, contada con un estilo acertado, y cargada de reflexiones interesantes sobre la niñez en la época actual, y llena de momentos emotivos, que obligan al espectador, a sumergirse en una claustrofóbica atmósfera; en un viaje al sufrimiento y a la esperanza; a la vida y la muerte; a la infancia y a la adultez; a consciencias atormentadas, y a personas abominables tan reales, como las que podemos encontrar en nuestro mundo.
Personas abominables que, no obstante, nos hacen comprender la importancia de ciertos valores, y formas de entender la vida.
Room es una experiencia de entrañas, una experiencia que trabaja desde dentro hacia afuera, como sus protagonistas.
Una de las primeras horas más apasionantes en una película que yo recuerde; y una segunda mitad fascinante, pero de una manera totalmente distinta; una experiencia única, que hay que ver, sentir, y reflexionar.
“Thanks for saving our little girl”
En el año 2010, la escritora Emma Donoghue, inspirándose en el testimonio de una de las víctimas del “Monstruo de Amstetten”, publicó su novela “Room”, que se convirtió en un gran éxito de ventas, y logró el respaldo de la crítica.
Uno de los fans del libro, era el director de cine, Lenny Abrahamson, y según comenta, tardó más de un año en convencer a la autora, de que él era la persona idónea para encargarse de su adaptación cinematográfica.
El drama de “Room”, atrapa de una manera especial, y Abrahamson traduce a la perfección, el trabajo de Donoghue en términos cinematográficos:
Un cuento de supervivencia, tenso, y sorprendentemente creíble.
Room comienza como un ejercicio de claustrofobia; y es que hay niños que se quedan asombrados, cuando conocen por primera vez el mar, la lluvia, o la nieve…
Jack, es un niño de 5 años de edad, que ha permanecido toda su vida, encerrado en un cuarto de 3×3, sin ventanas, y sólo en compañía de su madre; quedará maravillado cuando en una acción temeraria, logren escapar, y conozca por primera vez el mundo exterior.
Pero los 2 llevan años en un cobertizo angosto y aislado, al que Jack llama “la habitación”, que cuenta con una bañera, una cocina pequeña, un váter, una cama, despensa, y otros muebles básicos; que todo es poco y en muy mal estado.
Puesto que es todo lo que él ha conocido, cree sólo “la habitación” y las cosas que contiene, incluido él mismo y Ma, son “reales”
Ma, no está dispuesta a decepcionar a Jack, con una vida que no le puede dar, y le permite creer, que existe el resto del mundo, sólo en la televisión.
Asimismo, para la madre, lo único que importa en el mundo es su hijo, por lo que se esfuerza con fervor, para intentar que Jack lleve una vida lo más normal posible, dentro de esas cuatro paredes; y hace su mejor esfuerzo para mantenerlo sano y feliz, a través de ejercicios físicos y mentales, mantener una dieta saludable, limitar el tiempo de ver televisión, y el cuerpo, y la higiene bucal estricta.
La única otra persona que Jack ha visto, es al viejo Nick, que los visita por la noche, mientras Jack duerme escondido en un armario.
El viejo Nick les trae comida, y artículos de primera necesidad… pero es alguien a quien hay que temer, aunque les compre la comida, les saca la basura, y los domingos, les concede un capricho material, que ellos han de escoger:
Desde prendas de ropa, lápices de colores, libros, o juguetes.
Esto es lo que él llama:
“El Gusto del Domingo...”
Y Jack se da cuenta, de que el viejo Nick secuestró a Ma, cuando ella tenía 19 años, y la ha mantenido en prisión durante los últimos 7 años.
Por lo que Jack, es el producto de la violación de Nick.
Pronto, queda claro que la habitación es el único mundo que Jack conoce.
El único nexo con el exterior, es un televisor parpadeante, y un tragaluz demasiado alto, que sirve para poco más que dejar pasar la luz, y registrar los cambios de estación.
Y ya está, eso es todo lo que compone el mundo de la madre y el hijo, que a veces se echan a volar en sus sueños, pero que se quedan siempre atrincherados en la habitación.
Pero la curiosidad de Jack por conocer más, fruto de su edad, crece y crece, a la par que la inquietud de su madre… se hace evidente una semana después del 5º cumpleaños de Jack:
Ma se da cuenta que el viejo Nick ha estado en paro durante los últimos 6 meses, y está en peligro de perder su casa por ejecución hipotecaria.
Y llega a creer que el viejo Nick los mataría, antes de dejarlos libres.
Así, a Ma se le ocurre un plan, para que Jack salga de la habitación, convenciendo al viejo Nick, de que Jack está mortalmente enfermo; y preparan un plan de escape, inspirado en “El Conde de Montecristo”, que será su única esperanza de salir con vida de la habitación, cuya puerta se abre con un código numérico, que sólo el viejo Nick conoce...
Así, cuando el viejo Nick se niega a llevar a Jack a un hospital, Ma finge posteriormente, que Jack ha muerto.
Por lo que el viejo Nick se lleva “el cuerpo de Jack2, envuelto en una alfombra; y éste se escapa; hasta topar con un extraño amable, que se comunica con la policía.
A pesar de su miedo, confusión, e incapacidad para comunicarse de manera efectiva, Jack dirige la policía, al lugar donde cree está Ma.
Tras dar con ella, ambos son llevados a un hospital, donde reciben evaluaciones médicas, y un hogar temporal.
Por su parte, el viejo Nick se enfrentará a numerosos cargos de secuestro, violación, y poner en peligro a los niños, que probablemente obtendrá de 25 años de prisión, a cadena perpetua en la cárcel.
En el hospital, Ma se reunió con su familia, y comienza a volver a aprender a interactuar con el mundo más grande.
Mientras que Jack, abrumado por las nuevas experiencias y personas, sólo quiere volver a la seguridad de la habitación.
Así pues, el caso ha llamado mucho la atención del público y los medios de comunicación, lo que hace aún más difícil para Jack y su madre, empezar a llevar una vida normal.
Después de una entrevista de televisión que termina mal, Ma sufre un colapso, con intento de suicidio…
Esto provoca que Jack se quede con su abuela, Nancy (Joan Allen), y su nueva pareja, Leo (Tom McCamus)
Sin la seguridad de su madre cerca, Jack se vuelve aún más confuso por su entorno, incluyendo su nueva familia.
Después de que Ma se recupera, ambos se mudan a una residencia independiente, donde empezar a hacer planes para su futuro.
Pero en el intermedio, Jack se vuelve más conflictivo y asustado, por la creciente independencia de su madre, y su deseo de mantenerla por sí mismo.
Al mismo tiempo, el propio Jack está creciendo, y cambiando a medida que su mundo se expande.
Finalmente, Jack pide a visitar de la habitación, antes de ser demolida, y ambos regresan a la escena de su cautiverio.
Esta vez, Jack ya no siente ningún apego emocional hacia la estancia, y es capaz de decir “adiós”, antes de abandonar el lugar para siempre, y comenzar una nueva vida.
Y es Room, todavía es una desgarradora exploración de los mundos que los padres crean para sus hijos, la devastación que aparece, cuando esas montañas se mueven, y la inefable satisfacción que resulta de escalar las cumbres juntos.
Room es una película sobre los horrores del secuestro; es una película que quiere poner el foco en el sensacionalismo periodístico, de algunos casos de secuestro similares, aunque ese aspecto es usado con un propósito específico.
Pero sobre todo, Room es simplemente una película sobre una madre y un hijo, tratando de adaptarse al mundo exterior, después de años de forzada cautividad.
Y la sorpresa es, cuán sucintamente se captura este drástico cambio de vida, desde la perspectiva de un niño de 5 años.
Desde lo técnico, Abrahamson y su director de fotografía, Danny Cohen, han innovado, presentando Room, desde el punto de vista de Jack.
Así, un espacio angosto, acaba pareciendo un mundo entero.
Esta impresión se ha conseguido, gracias también a un diseño de producción muy logrado, a cargo de Ethan Tobman.
Cinematográficamente hablando, en Room no hay grandes “travellings”, innovadores movimientos de cámara, o ambiciosos planos secuencia.
Sí que hay un montaje tenso y vibrante, especialmente en la primera mitad; y un gran diseño de la habitación, que se convierte en un microcosmos elaborado al detalle, con un aire viciado y sofocante, y un austero uso de la iluminación.
Los diálogos no son intelectuales, existenciales, o particularmente ingeniosos, pero los monólogos interiores de Jack, desprenden ingenuidad, y una entrañable y trágica inocencia.
No hay ampulosidad, ni melodrama; todo lo contrario, es de un realismo, casi documental.
Durante el rodaje, de ninguna manera incluye tales condiciones tortuosas para sus protagonistas, el equipo tuvo que exprimirse a sí mismos, en todo el diminuto espacio, para hacer que la magia cinematográfica suceda.
En palabras del director:
“La clave es que a Jack, para el niño, no es una prisión, y no es limitada.
Es todo lo que ha conocido.
De hecho su madre le dice que se trata de todo el mundo”, dijo Abrahamson.
“Al estar dentro de su cabeza, el reto es, cómo hacemos para que esta pequeña habitación, se sienta como un universo”
Esas escenas, de la habitación, fueron rodadas en un conjunto pequeño 11x11, y Abrahamson dijo, que el equipo trabajó por completo, dentro de los confines del espacio, por lo que no eliminaron las paredes, o el uso de otros trucos para hacer más fácil la filmación.
Eso significaba, rodar en todo el espacio de la cocina, la bañera, y otros lugares de la habitación, que exigía creatividad.
“Fue un gran reto”, dijo Abrahamson.
“Pasé un montón de tiempo en la bañera, porque era el único lugar que podía estar, y no ser visible dentro de lo que estábamos rodando, y luego aparecer e interactuar con el elenco, y echarme hacia atrás de nuevo para rodar”, comentó el realizador.
Pero es la relación de Jack con su madre, lo que da a Room, la fuerza de la emoción, y sobre eso es lo que la hace enteramente exitosa.
Aunque en Room aparecen otros actores formidables, es en espíritu, un mano a mano entre Larson y Tremblay, y Abrahamson ha conseguido extraer de ellos, unas interpretaciones impresionantes.
La construcción de personajes, no es pintoresca ni rompedora, pero sí es profunda.
Por un lado, el hecho de que todo el libro que inspiró Room, esté narrado desde el punto de vista de Jack, es un aspecto interesante, ya que nos adentramos en la mentalidad infantil, con la que el protagonista experimenta el mundo.
Con Jack, vivimos escenas extrañas, de esas en las que no sabes si reír o llorar, y que te hacen darte cuenta, de cuán absurdos son los adultos en ocasiones.
Aun así, algo que puede resultar interesante, e incluso original, en mi opinión, limita un poco el desarrollo de la trama, ya que deja el personaje de Ma en segundo plano, y personalmente, considero que hubiera sido interesante conocer algunos aspectos desde su punto de vista.
Al centrar toda la narración en la voz de Jack, Room nos lleva a un mundo de percepción infantil, en la cual el mundo adulto es un absurdo, y muchas veces se limita a ignorarlo.
Brie Larson, le hace frente a las exigencias del papel, con su equilibrio de ternura y amor incondicional, fue de alguna manera, el ideal personaje de “mamá-leona”
Su resplandor interior, ha resistido a 7 años de acumulada suciedad, agotamiento, y frustración.
Larson a veces, ilumina a su hijo con una dulzura incongruente, y otras veces da voz a la ira, y la impaciencia que una madre puede sentir hacia su descendencia, incluso cuando han sido forzados a respirar el mismo aire viciado, durante 5 largos años.
Incluso, en sus momentos más enérgicos y desesperados, su rabia nunca se siente como una expresión de nada menos que el amor de una madre.
Todo con una naturalidad asombrosa.
Y es que Joy no es una madre perfecta.
Ni idea tenía de ser… pues fue forzada a ello; y también se estresa, se enfada, grita, y se desquicia, pero quiere y protege a su hijo por encima de todo, como cualquier madre.
Como dato, por su papel como Ma, Larson consultó tanto con un experto en trauma, y un nutricionista; y ha señalado, que vio Room, más “como una historia de amor, de libertad y perseverancia, y lo que se siente a crecer y convertirse en su propia persona, que un cuento de crimen”
La fama de Larson, con Room ya está por las nubes y, con la desnudez emocional que muestra acá, nunca antes vista en ella, seguro que llegará aún más alto.
En general, es un disparo decente, a un objetivo alto, pero el crédito real, se debe a los protagonistas, con Larson expandiendo aún más el considerable rango que ya había exhibido previamente, con una interpretación extremadamente dimensional en un personaje que llama a cubrir todo el espectro.
Y Jack, no es un querubín adorable salido de Disney Channel...
Él se asusta, es irracional, berrinchoso, y se plantea cuestiones cuando algo se sale de lo que él entiende como “normal”
Pero es feliz en la habitación, porque no conoce otra cosa.
Y Tremblay logra esa rara hazaña de los niños actores:
Andar por la cuerda floja, entre lo lindo y lo inaguantable.
La dinámica que se genera entre ellos, vertebra toda la obra desde el principio hasta el final.
Es genuina, pura, cálida, sutil, y alejada de aspavientos, y está llena de matices y veracidad, una tridimensionalidad, que se multiplica gracias al superlativo trabajo de los 2 actores protagonistas, que se dejan la piel en sus papeles, y consiguen que me implique de lleno en un guión inteligente, y que en su mayor parte, huye con bastante dignidad de efectismos, cosa que es bastante loable, dado el carácter de la historia.
Así, Room marca también, la 3ª colaboración entre Joan Allen y William H. Macy, después de protagonizar previamente juntos:
“Searching for Bobby Fischer” (1993), y “Pleasantville” (1998)
Allen por su parte, está enorme por el apoyo emocional que da a Joy, pero sobre todo con Jack, eso se siente, y traspasa la pantalla; tanto que bien podemos decir que somos nosotros, en plan de espectadores empáticos.
Mientras que Macy, es el típico hombre que nunca aceptó, la culpa probablemente, de los hechos que le sucedieron a su hija, y no acepta a Jack, por el simple hecho de ser fruto de su secuestrador.
Pero en la acera de enfrente, tenemos a la nueva pareja de Nancy, Leo, que intuimos y evidenciamos, que es totalmente opuesto a Robert, tanto que a éste último no lo vemos más interactuar, del mismo modo que al viejo Nick, que por dicha no sabemos de él, aumentando el horripilante hecho de que puede ser cualquiera…
Así, cuando llegan los créditos finales, se da el respiro con un nudo en la garganta...
Sé que he visto una joya que rebosa alma por todos sus poros, una joya que no es perfecta, ni revolucionaria, pero que tampoco pretende serlo.
Y queda ese hermoso vínculo, que gira en torno a madre-hijo, visto desde distintos ángulos.
Confluye también, la mirada normalizada de la sociedad que transforma a la víctima en victimaria, y que se escandaliza por la cercanía en la crianza.
En el trasfondo, podemos indagar sobre las formas culturalmente correctas de criar a un niño, según nuestra sociedad.
Dramática es la escena, donde Jack se choca con el mundo exterior, o con uno de “los planetas”, más allá de la televisión.
El traslado al hospital, lugar donde es común que se recuperen víctimas de tantos maltratos, resultó insoportable por la exposición y el confinamiento aséptico.
Ese choque que se tiene tras años de confinamiento, a un lugar enteramente limpio.
La violencia con que les miran y observan, es tenebrosa… y el niño parece darse cuenta mejor que los adultos.
Lo que aparentemente debería ser una alegría, se convierte para Jack, en una pesadilla, y se siente engañado por muchas de las cosas que su madre le fue contando…
Por lo que sueña con volver a la habitación, y recuperar sus cosas y su espacio.
El choque con la realidad, será duro para ambos:
Para Jack, porque se mueve en un mundo absolutamente desconocido, y para su madre, porque ha pasado mucho tiempo, y el mundo que ella conocía, también ha cambiado demasiado.
No sabe relacionarse con otras personas, ahora tiene familiares; es incapaz de separarse de su madre, sigue tomando pecho; tropieza continuamente con las cosas, porque no tiene percepción espacial, y su vista no está acostumbrada a mirar a lo lejos.
La sensación de que Jack es un niño mayor de lo que parece, gracias a las materias que su madre le enseña, desaparece al llegar al exterior, donde se comporta muchas veces como un bebé, al que confieso, ha habido momentos que me daban ganas de darle un sopapo; pero hay que reflexionar en que viene de tener una vida completamente enajenada a una vida de entera libertad.
Es imperdible el detalle de la entrevista, que la madre mantiene con una reportera que ejemplifica la voz de una sociedad, que indaga y juzga la actitud de la madre, y hasta siente cierta pena por el viejo Nick...
Además, hay que sumarle el interés malsano, por meterse en la piel de otro, para después juzgarlo y pulverizarlo, esto es:
La opinión pública, el show mediático que vende, y que todo lo transforma en comercio.
A tal punto que la madre, por un instante siente que el adentro de la habitación, tenía su seguridad.
Es por ello también que Jack desea volver a ese pequeño mundo que conoce a la perfección, pues el afuera tiene su parte de horror más inabarcable.
Como controversia, algunas de las críticas negativas, apuntan al amamantamiento de un niño de 5 años.
¿Por qué golpea que una madre amamante a su hijo?
¿Acaso, haberlo amamantado, no lo salva de la muerte?
¿Por qué molesta una mujer amamantando, pero no un hombre violando?
Otra cosa muy poco creíble, ha sido la forma en que consiguen salir de la habitación.
Me ha resultado todo muy precipitado.
Me hubiera gustado, por ejemplo, que se profundizara más en el personaje del secuestrador, incluso en la madre del niño.
Creo que al elegir contar la historia a través de Jack, todo eso queda eliminado.
Por último, destaco la banda sonora de Stephen Rennicks, sencilla, pero que llega y cumple muy bien con las escenas.
“You're gonna love it”
Room es una historia dura, realista, cruel, que hace que sientas muy cercana la vivencia, que la sientas con intensidad, y que te involucres más en ella, debido a la edad del narrador, con quien es muy fácil empatizar, y sentir ternura.
Room, es una de esas películas que afectan, de esas que te dejan huella, ya sea por el miedo a que la historia se haga realidad en uno mismo, ya sea por lo cercano que nos pueda resultar la situación, ya que aunque la historia aquí narrada es totalmente ficticia, no podemos menos que recordar otras que, por desgracia, no lo son, o no lo fueron.
Lo más terrible, son los hechos reales que nos evoca.
Sobre cuántas mujeres están encerradas en esa situación, en estos momentos.
Quizás, hasta pasemos por la puerta de una casa, sin saber del horror que existe del otro lado, quizás hasta saludemos a un hombre, sin saber que es otro viejo Nick…
Como sociedad, tenemos que hacernos cargos que hay viejos Nick, y también hay Jack encerrados, no como sucesos excepcionales, sino como acontecimientos recurrentes, y en porcentajes alarmantes.
También existen “Ma” luchando con coraje para salvar a sus hijos.
Room deja claro, que el amor de una madre por su hijo, puede conquistar metas que parecían imposibles.
Que el ser humano, es una criatura con un instinto de supervivencia grandioso, que puede llegar a vivir dignamente, incluso en los entornos más desasosegantes.
Que el mal más absoluto, puede anidar en personas con aspecto y rutinas de lo más convencional; y que la esperanza, más que una palabra que sale, una y otra vez en frases y mensajes más bien ñoños y superficiales, es la materia prima de la que están hechos los luchadores natos.
La verdadera habitación a la que hace referencia Room, no es física.
Así que:
El último que salga, que cierre la puerta.

“Love knows no boundaries”



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