The End Of The Tour

“Imagine the greatest conversation you've ever had”

David Foster Wallace, fue un escritor estadounidense, muy conocido por su novela “Infinite Jest”, publicada en 1996, considerada por la revista Time, como una de las 100 mejores novelas en lengua inglesa, del período comprendido entre 1923 y 2006.
Debido a su extensión, más de mil páginas, cientos de las cuales, son notas al final; y a la diversidad de temas que cubre, se le puede clasificar simultáneamente en los géneros de sátira, novela posmoderna, novela existencialista, ciencia ficción, tragicomedia, distopía, novela filosófica, novela política, y novela psicológica.
La narración utiliza, y a veces combina, las técnicas de monólogo interior, alternación de narradores, y bibliografía ficticia; que la convirtió en una novela de culto, ambientada en un futuro, en el que las grandes corporaciones patrocinan y dan nombre a los años.
Su acción transcurre en un centro de rehabilitación para adictos a las drogas, y en una academia de tenis de élite.
La obra contiene diálogos divertidos e ingeniosos, y consideraciones filosóficas diversas sobre la vida y el arte.
En “Infinite Jest”, predomina la preocupación por la adicción en todas sus formas, desde su definición usual como dependencia de una sustancia, hasta las múltiples dependencias que la sociedad estadounidense ha construido en su interior:
La necesidad de entretenimiento, el miedo a la sinceridad, y la angustia de una libertad que nunca está bien definida.
En todas sus obras, de corte experimental, David Foster Wallace diseccionaba con inteligencia y acidez, la sociedad posmoderna; la adicción en ellas, es símbolo del malestar de la sociedad capitalista.
Él consideraba la televisión, como una forma narrativa del futuro; además, la relación del hombre con la realidad, aparece en sus obras violentamente mediatizada por el impacto que tienen en él, los medios y la tecnología.
Y posee un don especial para descubrir lo irracional, lo absurdo, lo surreal en los actos cotidianos, y para encontrar la deshumanización, la anulación de la empatía, de forma que el humor en su obra, encubre una amargura profunda y esencial.
El consenso, sobre todo entre los escritores, es que “Infinite Jest” es la novela más audaz e innovadora, escrita en Estados Unidos, en la década final del siglo XX.
David Lipsky, colaborador de la revista Rolling Stone, cubrió el final del “tour promocional” de “Infinite Jest” en una poco ortodoxa entrevista de varios días con David Foster Wallace, de la que resultaron gran cantidad de cintas de audio.
Sin embargo, el artículo nunca se publicó en la revista.
La vida de David Foster Wallace, era un enigma perdido en el laberinto de la depresión, y de la duda existencial, tanto fuera como dentro de la vida pública.
Como escritor, era un hombre de carácter aislado, y excéntrico.
Su vida era el epítome de la angustia de una libertad que nunca estaba bien definida; que acabó en suicidó, ahorcándose el 12 de septiembre de 2008; ya que sufría de depresión desde hacía más de 20 años, y que la medicación antidepresiva le había permitido ser productivo.
Lipsky diría años más tarde sobre el autor:
“Fue el escritor más grande de su generación, y también el más atormentado”
“It may be what in the old days was called a spiritual crisis or whatever”
The End Of The Tour es un drama del año 2015, dirigido por James Ponsoldt.
Protagonizado por Jesse Eisenberg, Jason Segel, Anna Chlumsky, Joan Cusack, Mamie Gummer, Mickey Sumner, Chelsea Anne Lawrence, Lindsey Elizabeth, Noel Fletcher, Gina Ferwerda, Dan John Miller, Joel Thingvall, Punnavith Koy, Stephanie Cotton, entre otros.
El guión es de Donald Margulies, basado en la obra biográfica de David Foster Wallace, escrita por David Lipsky llamada:
“Although Of Course You End Up Becoming Yourself: A Road Trip with David Foster Wallace” (2010)
Fue en septiembre de 2008, cuando David Foster Wallace se ahorcó en el salón de su casa; que David Lipsky decidió editar la transcripción casi literal de este encuentro, dando como resultado la obra biográfica, que no solo incluye las respuestas de Wallace a las preguntas de Lipsky, sino también, las innumerables vicisitudes del viaje, comentarios inesperados, bromas, encuentros, situaciones incómodas, interrupciones, etc.
En forma de “road movie”, el director James Ponsoldt, muestra un estudio sobre la amistad, la idolatría, y el miedo a la sinceridad, vista a través de los ojos de 2 escritores, cuyas ideas se conectan en medio del viaje que emprenden.
Por ello, The End Of The Tour se centra en la historia de la entrevista de 5 días, entre el reportero de la revista Rolling Stone, David Lipsky (Jesse Eisenberg), y el aclamado novelista David Foster Wallace (Jason Segel), que tuvo lugar, justo después de que se publicara la novela épica y revolucionaria de Wallace en 1996:
“Infinite Jest”
Así, The End Of The Tour es una reflexión casi poética de los conflictos internos que representa la vida, y se siente tan viva, como todos los coloquios filosóficos que entablaron Lipsky y Wallace.
“I think being shy basically means being self-absorbed to the extent that it makes it difficult to be around other people”
David Foster Wallace, llegó a ser un autor muy admirado antes de su trágica muerte; y suele suceder, que un escritor tenga que esperar a morirse de hambre, ser asesinado, o suicidarse, para que le lluevan halagos, y los fans se tatúen frases suyas...
Pero este no fue el caso.
De todos modos, sobre la imagen de Wallace, siempre planearon rumores sobre su personalidad tormentosa, y su pasado oscuro.
Precisamente, ese cliché del carismático escritor de alma turbulenta, enfrentado a la realidad de un enfermo de depresión, es uno de los temas que se abordan en The End Of The Tour.
Si bien, los admiradores del David Foster Wallace, disfrutarán más plenamente, no es necesario ser un entendido en la obra del escritor, para seguir una cinta que es, ante todo, un film de actores y diálogos, centrado en unos personajes dominados por esa manía tan estadounidense, de intentar analizarlo y definirlo todo:
Sentimientos, actos, personalidad, motivaciones, etc.
Así, The End Of The Tour relata la entrevista de 5 días, entre el reportero de la revista Rolling Stone, y novelista, David Lipsky; y el aclamado escritor, David Foster Wallace; que tuvo lugar justo después de la publicación de la revolucionaria y épica novela de Wallace:
“Infinite Jest”
Según pasan los días, una tenue pero intensa relación, parece desarrollarse entre el periodista y el escritor.
Los 2 hombres se esquivan continuamente, compartiendo risas, y posiblemente revelando debilidades ocultas, aunque nunca queda claro, cómo de sinceros son el uno con el otro.
Irónicamente, la susodicha entrevista, nunca fue publicada, y 5 días grabados en cintas de casete, fueron almacenados en el armario de Lipsky.
Los 2 hombres, nunca se volvieron a ver.
En esa entrevista, conversan de una gran cantidad de temas, desde la televisión y la fama, hasta la filosofía, y la identidad.
Con toda esa diversidad, Lipsky siente gran admiración por Wallace, y en el interviú, la historia comienza a desarrollarse.
Pero no es una entrevista como cualquier otra, sino que está siendo recordada por David Lipsky, a través de las grabaciones que le hizo cuando lo entrevistó 12 años atrás.
En este punto sabemos, que el personaje principal ya ha fallecido, y la historia en sí, la mayor parte del tiempo, es contada desde el punto de vista de David Lipsky, cuando escucha las conversaciones en la grabadora.
Así que básicamente, la grabadora es el narrador principal de The End Of The Tour, y la mente de David es simplemente la que provee las imágenes subjetivas.
O sea, que vemos lo que el personaje está recordando.
Según lo que se comenta, The End Of The Tour, es casi una traslación a la pantalla, de lo ya reproducido por Lipsky en su libro.
De ahí que su principal valor, no cinematográfico, sea el diálogo, la inmensa habilidad del fallecido escritor para expresarse, su agudeza a la hora de comprender e interpretar todo aquello que le rodea, su curiosidad y capacidad de observación, su angustia, su inteligencia, y su genuina ingenuidad.
La originalidad reside tal vez, en la elección de la anécdota:
El ascenso a la fama de David Foster Wallace, y la vivencia de esa experiencia, desde una mirada lo más humana posible.
Interesante resulta el planteo sobre los personajes de la farándula, el estereotipo de estrella, que el público está dispuesto a consumir:
Pero David es un tipo normal, lejos de las excentricidades que alimenta el “star system”, con sus perros, su casa, sus gustos, su hospitalidad, lo hacen un tipo normal, poco comercializable, algo que a la revista Rolling Stone no le sirve, ni siquiera le parece concebible, que una estrella no tenga fobias, adicciones, y una vida rockera.
Podría decirse, que este joven periodista, va derribando varios mitos del éxito, a medida que se encuentra más cerca de este escritor.
La cotidianeidad en la que se ve inmerso, lo desconcierta, y el protagonista de la historia, va encajando cada vez menos con su estereotipo.
Esta temática subyace al punto principal de la historia, que es la relación que se va tejiendo entre los 2 David:
El reportero y el escritor.
Mientras se van conociendo, funcionan como espejo del otro, como confidentes y poco a poco, como amigos.
David va en busca de la mejor reseña de su carrera, pero parece estar buscando otro tipo de respuestas, es como si necesitara conocer a David tan a fondo, casi de manera obsesiva, para llegar a entenderse a sí mismo; una especie de exploración del alter ego.
En resumen, The End Of The Tour es todo aquello que hizo de David Foster Wallace, una figura especial, en todos los sentidos que podríamos aplicar a este ambiguo adjetivo.
Del reparto, Jesse Eisenberg, con su sempiterno aire de chico raro, a lo Woody Allen, digámoslo todo; sabe dotar a su rol de Lipsky, de ese entusiasmo propio del escritor en ciernes, que ha publicado varios trabajos que han pasado sin pena ni gloria por los estantes de las librerías, y que encuentra la oportunidad de entrevistar a un novelista, cuya inteligencia admira sobre todas las cosas, y que toma como ejemplo a seguir.
Sediento de zambullirse en la compleja psicología de su entrevistado, con el fin de escribir su mejor artículo fuera de la temática musical, cuando al fin convive con Foster bajo el mismo techo, lo que descubre es a una persona amigable, y de trato fácil, pero a la vez, tremendamente insegura y torturada, algo que contribuye a desmitificarlo a sus ojos.
Sumido en una depresión crónica que le acompaña desde hace más de 2 décadas, y que le llevaría al suicidio; y con continuos altibajos de humor, los celos patológicos, el miedo a ser un fraude para sus seguidores, o la búsqueda de un entorno en el que ser aceptado por sí mismo, y no por lo que representa, esas escapadas para bailar a la iglesia bautista, por ejemplo; son las constantes en el día a día, de un hombre que vive alejado del mundanal ruido, con la única compañía de sus perros.
Por su parte, Jason Segel, cuyo innegable talento para la comedia ha sido estupendamente explotado; se desmarca del tipo de personajes que había desempeñado hasta el momento, logrando la mejor actuación de su carrera en el papel de David Foster Wallace, de quien captura con maestría sus conflictos internos, sin ahondar en los aspectos más sensacionalistas de su vida, con los presumibles coqueteos con la heroína, y promiscuidad sexual, por ejemplo; dotándolo de una encantadora y desaliñada excentricidad, que no va reñida con una gran fragilidad que se refleja en un comportamiento a menudo infantil.
El personaje de Lipsky, aprende muchas lecciones de sus días junto a Foster, descubriendo que, pese a que su mayor ambición era la de alcanzar en el futuro el reconocimiento de su admirado referente, lo cierto es que éste tampoco se siente plenamente realizado, viviendo con la latente amenaza, de que su siguiente trabajo no esté a la altura de lo ya conseguido.
Esta frustración de quien, aparentemente, ya ha tocado el cielo con los dedos, así como temas tan mundanos, como la adicción a la televisión, el amor platónico hacia la cantante Alanis Morissette, el placer culpable de disfrutar de la ruidosa “Broken Arrow” (1996), o consumir comida basura de manera compulsiva, delatan a un Foster, que poco o nada tiene que ver con esa mente brillante e inalcanzable que firmó “Infinite Jest”, algo que une a los 2 protagonistas, en una experiencia vital, en donde la amistad verdadera, acaba imponiéndose a la inicial colaboración laboral.
Por otro lado, descubrimos al intelectual de vasta cultura, al analista del mundo que le rodea, alguien más que inquieto ante una sociedad cada vez más dedicada al placer inmediato, aislado y superficial.
Y también, conocemos al hombre preocupado porque él mismo, siempre está intentando no caer en esa misma superficialidad, debido a su condición depresiva.
La química entre Segel y Eisenberg, auténtica artífice de que The End Of The Tour llegue a buen puerto, es brutal, consiguiendo que el espectador empatice con 2 personajes que comienzan charlando sobre el proceso creativo de una obra, y terminan abriendo sus almas, para mostrarnos cuán decepcionantes y vacías son, en el fondo, sus existencias.
Y, sin embargo, The End Of The Tour sigue funcionando como el homenaje al fascinante, irreverente, melancólico, e inteligente, David Foster Wallace que David Lipsky quiso hacer, al publicar los días que compartió con el escritor, allá por 1996, y consigue que nos acerquemos un poco más, a la que sin duda es una de las figuras más atractivas de la literatura contemporánea.
En cada escena, tienen una charla que engancha, y que pone a pensar con la astucia de los diálogos; al mismo tiempo, todo lo que dicen, está tan lleno de humor como de tristeza.
Sin embargo, The End Of The Tour no ha estado exenta de polémica, ya que la familia del escritor, expresó su profundo desacuerdo con la misma, ya que se basa en entrevistas que no estaban destinadas a convertirse en material de celuloide:
“David nunca habría estado de acuerdo, con que esa conversación se usara como base para una película…
Estamos estudiando nuestras opciones legales, para impedir la explotación comercial de la misma”
Por el momento, no parece que lo hayan conseguido.
Sencilla pero profunda The End Of The Tour es una película atípica, que consigue acercarse a ese mundo tan difícilmente inasible por la cinematografía, de los creadores literarios, y sobre todo, nos recuerda que unos pocos días, son suficientes para crear lazos invisibles, inexplicables, que perduran con el tiempo.
“I'm not so sure you want to be me”
Hay películas sobre escritores que te pueden motivar a leer sus obras, y en mi caso, con David Wallace no.
No es porque The End Of The Tour esté mal, ni que la persona resultase inferior a su fama, al contrario, tiene algunas frases o visiones de la realidad, no tanto banales, que lo pintan de pies a cabeza.
Se deja ver, y deja clara la intención de mostrar profundamente al Wallace como persona.
Esto es un gran mérito, para lo poco que dura; pero en este caso, pienso que la obra, o más bien, su fama, es pintada mucho mejor que la persona.
Por ello, The End Of The Tour fracasa en pretender ser un fiel retrato de la persona/personaje en toda su complejidad.
Jason Segel, se enfrenta a una tarea casi imposible y, aunque el esfuerzo es loable, la presentación del escritor que hace, roza en todo momento la caricatura, por cuanto en cierta manera, el propio Wallace ya demostraba una singularidad que facilitaría cualquier tipo de exageración.
Sino vean imágenes suyas en Internet…
Sin embargo, la figura de Wallace deja 2 sensaciones:
La de una persona con casi disturbios mentales, y más que seguro, de problemas de socialización; sino ver la escena de celos, y su noción de lo que es respeto; y la de un genio a su modo, y como muchos genios, es raro que sean carismáticos o agradables.
El entrevistador, también tiene su importancia en la historia, y me pareció mucho más interesante que el proprio entrevistado.
Y aunque Wallace parezca esconder algún secreto, no ser del todo franco, con sus frases retorcidas, y sus vicios reprimidos, tal vez no sea más que un gesto cortés para evitarnos de descubrir, que al final de cuentas, su vida hubiera podido resultar lo que el mismo temía:
“Una broma infinita”

“In a meaningful way, you're going to die”



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