The Hateful Eight

“Eight strangers.
One deadly connection”

¿Qué buscan los fans en Tarantino?
¿Quizás ver la lluvia de sangre acostumbrada; “El entretenimiento”; o quizás ver un producto no convencional, que nada tiene que ver con lo que se estrena en cartelera?
Aliado en contra de la brutalidad policial, Quentin Tarantino despliega universos ficcionales, signados por la agresión  con armas, muerte, y diálogos ingeniosos.
Esas preferencias, ya tenían un lugar privilegiado en su cine, sobre todo en las primeras obras que le abrieron las puertas de Hollywood.
Y alejándose de los proyectos que le eran ofrecidos, Tarantino dedicó su tiempo al guión, a la estetización de la violencia, y las narrativas no lineales, que se consolidarían como “marca de autor”
Bautizados rápidamente como clásicos del cine, sus primeros filmes dieron lugar a una filmografía que ha mostrado pocas decepciones a nivel de taquilla, y crítica, pues algunas superaron los $100 millones, “in crescendo”
Y es que el director y guionista, Quentin Tarantino, ha defendido que la violencia es “lo más atractivo” del cine, y resulta la mejor forma de conectar con el público:
“La violencia es genial, sabes que estás viendo una película, porque hay violencia, y ésta afecta al público de una forma tremenda”, ha sostenido el cineasta, para quien cine, es sinónimo de violencia.
Y ha dicho también que, cuando dirige una película, siente que está conduciendo los sentimientos de los espectadores, porque puede decidir cuándo hacerles reír, y cuándo hacerles sentir horrorizados…
Para él, es necesario que se muestre la sangre en la gran pantalla, porque “cuando pegan un tiro en el estómago a un tipo, sangra como un cerdo, y es eso lo que quiero ver, no una pequeña mancha roja en mitad de la tripa”
Así como la muerte y la agresividad son ubicuas, la referencialidad es una característica fundamental.
Cercano desde temprana edad al mundo de las películas, sin restricción alguna por parte de su madre, y con 5 años de experiencia en una tienda de video, Tarantino desarrolló un conocimiento enciclopédico sobre el cine, que reluce en cada una de sus propuestas.
A través de referencias a películas, libros, programas televisivos, y canciones, segmentos reproducidos, y secuencias que hacen homenaje a otras preexistentes, el cineasta crea un universo propio, en el que reina tanto el “mainstream” como los productos de culto.
Y es que ha gustado…
Mientras unos lo llaman plagio, otros aseguran, que rinde culto a modo de homenaje… a los miembros de La Academia de Hollywood en particular, les encanta el género western, esas películas épicas de La Conquista del Oeste, son importantes para ellos, porque es como si fuera su historia filmada; y Tarantino lo sabe, y lo utiliza en sus películas, haciendo referencias de las más absolutas obras de los cineastas más famosos del western.
Así, sus películas, alabadas por algunos, otros críticos ven en esas referencias, guiños en la oscuridad, realizados ante un público que toma por original un entramado de préstamos…
Casi de la misma forma, detractores ven su activismo, como una forma de robar la atención, y dirigirla a su próximo estreno.
Sea o no tan despiadado como sus personajes, Tarantino ha logrado salir de su propio mundo, y prestarle atención a lo real.
A lo que está fuera de la pantalla.
“One of them fellas is not what he says he is...”
The Hateful Eight es un western, escrito y dirigido por Quentin Tarantino, del año 2015.
Protagonizado por Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern, Michael Madsen, Channing Tatum, Lee Horsley, Craig Stark, y Belinda Owino.
Nominada a 3 Premios Oscar, ganó 1:
Mejor Banda Sonora (Ennio Morricone), y nominada a 2:
Mejor actriz de reparto (Jennifer Jason Leigh), y cinematografía.
En noviembre de 2013, Tarantino dijo que estaba trabajando en una nueva película, y que sería otro  western; pero que no sería una secuela de “Django Unchained” (2012)
Tras filtrarse el guión en 2014, Tarantino decidió cancelar el proyecto.
Poco después, el guión se leyó en público, en una representación en la que colaboraron varios actores asiduos al cine del director.
Tras este acto, Tarantino afirmó en un primer momento, que ese guión no se llevaría al cine, pero tras darle muchas vueltas, el cineasta confirmó en mayo de 2014, que finalmente iba a rodar The Hateful Eight.
Esta 8ª película del cineasta, es la defensa más férrea del director para el celuloide, en la lucha entre el filme, y la tecnología digital.
¿Por qué?
Debido a que la filmó en Ultra Panavision, el gran formato perdido, propio de cintas épicas de la década de 1960, y que la estrenaría en una gira ambulante de 70mm; una semana antes de que la versión digital en formato más pequeño, llegue a las salas comerciales de cine; con el que el director ha querido rescatar, parte de la grandeza de ese Hollywood Clásico, expandiendo el alcance visual de su nuevo trabajo en pantalla.
Por tanto, se verán 2 versiones:
La duración versión digital de estreno mundial en cines, será de 167 minutos; mientras la duración versión “roadshow 70mm” de estreno limitado a determinadas salas, será de 187 minutos, incluyendo 3,48 minutos de obertura, y 12 minutos de intermedio.
La versión posterior para cines convencionales, no contará con estos añadidos, así que asistir al “roadshow”, será un regalo especial para todos los fans, y una oportunidad única en la vida.
Tarantino comentaba, que su idea con este evento, era animar a otros cineastas, para que apuesten por la proyección de sus filmes, aprovechando la inmensidad que proporciona una pantalla de cine, y que se mantenga así, un legado de cultura en sala:
“No me di cuenta de la causa perdida que suponía la proyección en 35mm, pero lo que tampoco sabía, era lo emocionado que iba a estar todo el mundo por los 70mm.
Creo que todos están esperando primero, a ver qué tal nos va… pero eso es algo emocionante.
Espero que The Hateful Eight funcione lo suficientemente bien, como para que este método, para los realizadores a los que les importa, se convierta en la nueva forma de estrenar sus películas de manera exclusiva”, dijo el director.
Rodada en Colorado, EEUU; The Hateful Eight es controversial, pues ha levantado un polvorín mediático, a lo que Tarantino la califica, como un “western entre demócratas y republicanos”
En parte, es una historia de misterio de Agatha Christie; y en parte, una explosión tras La Guerra Civil, en el estado de Wyoming.
La acción toma a una diligencia, cuando atraviesa las ventosas llanuras de Wyoming.
Los pasajeros son:
El cazarrecompensas, John “The Hangman” Ruth (Kurt Russell), y su fugitiva, Daisy “The Prisoner” Domergue  (Jennifer Jason Leigh), pasan a través del pueblo de Red Rock, donde Ruth será llevada a la justicia por sus crímenes.
En el camino, se encontraran con 2 extraños:
El Major Marquis “The Bounty Hunter” Warren (Samuel L. Jackson), un exsoldado negro de La Unión, transformado en un cazarrecompensas; y Chris “The Sheriff” Mannix (Walton Goggins ), un renegado del sur, que se hace llamar “el nuevo Comisario del pueblo”
Refugiándose de una ventisca:
Ruth, Domergue, Warren, y Mannix, entran en La Mercería de Minnie; pero al llegar, se topan no con la propietaria, sino por 4 hombres:
Bob “The Mexican” (Demian Bichir), quien se encarga del negocio, mientras Minnie cuida a su madre; es acompañado por Oswaldo “The Little Man” Mobray (Tim Roth), el verdugo de Red Rock; el vaquero Joe “The Cow Puncher” Gage (Michael Madsen); y El ex-General Sanford “The Confederate” Smithers (Bruce Dern)
Conforme la tormenta toma la montaña, los 8 viajeros descubrirán, que es posible que no lleguen a Red Rock después de todo…
A medida que aumenta la presión, la política, y las mentiras, sus verdaderas caras salen a relucir.
Así comienza la historia, llena de intrigas, y personajes que ocultan secretos.
Al final, nada es lo que parece.
“Move a little strange, you're gonna get a bullet.
Not a warning, not a question...”
The Hateful Eight ofrece, absolutamente en todo momento, el placer puro que los fans esperan, desde diálogos explosivos, a un polvorín de enfrentamientos:
Hay comedia de salón, hay terror, hay buena música, y hay gore.
Hay Tarantino con todas las marcas de la casa, que en este caso, da más peso que nunca al guión, y acierta, pues está plagado de diálogos que nada tienen que ver con las imágenes que se suceden en la pantalla, aunque se lleven los unos y las otras estupendamente, benditas digresiones.
Desde lo técnico, los diferentes planos, y sobre todo, los movimientos de cámara, también son de enorme calidad, y le dan el dinamismo que necesita una acción que transcurre en un espacio tan cerrado.
Hay actuaciones naturalmente sobreactuadas; y corre la sangre a raudales... aunque sea casi al final.
The Hateful Eight bien podría dividirse en 3 partes, bien diferenciadas; narrada capítulo por capítulo, como es costumbre.
La primera parte:
Vemos los paisajes, que llenan la pantalla, y la acción nos traslada sin duda, a las películas del oeste de hace medio siglo, con personajes y escenarios que van tomando lugar, junto a la introducción de los personajes principales.
La segunda parte:
Cuando ya comenzamos a tener a todos los personajes en escena, los vamos conociendo, mientras la atmósfera poco a poco se va cerrando, y haciendo bastante oclusiva, a modo de una novela de misterio, donde el protagonismo va cambiando de un personaje a otro, y nadie parece ser quien dice ser…
Y la tercera parte llega con un inesperado giro del guión, y el tan esperado clímax, donde se da rienda suelta a los excesos “tarantinianos”
Evidentemente, Tarantino coloca su cóctel de guiños, para los fanáticos del cine.
Naturalmente, como ya viene siendo la tónica habitual, roba sin complejos, y se repite a sí mismo sin complejos.
Por ejemplo, el papel de Tim Roth, viene siendo el caldo del personaje de Christoph Waltz de “Django Unchained” (2012)
Otro detalle, lo dan los nombres, como el del personaje de Samuel L. Jackson, inspirado en Charles Marquis Warren, el primer productor de la versión televisiva de “Gunsmoke” o “La Ley del Revólver”
Y es que Tarantino es el primero en decir, que está fuertemente inspirado en la trama, y en el estilo por sus películas favoritas; y logra “rendir homenaje” a éstas, pero aun así, sus películas tienen un toque único, y propio.
“The Hateful Eight es menos inspirado en una película western, que por “Bonanza”, “The Virginian”, o “The High Chaparral”, dijo Tarantino.
The Hateful Eight es además, un paso más allá:
Se dio cuenta de que “jugar con la historia”, le divierte todavía más que hacer guiños a la cultura pop.
Si en “Django Unchained” (2012), jugueteaba con una de las cuestiones más sensibles de su cultura, como los derechos de los negros, el cierre de The Hateful Eight, que es una elegante bomba, también va por ahí.
Parece que “Django Unchained” (2012), ha servido bien de aperitivo, para que el director nos obsequie con un western en condiciones.
Ya que The Hateful Eight, tiene todo lo que a “Django Unchained” (2012) se le echaba en falta:
Una dirección mejorada, una fotografía impecable, un “cast” más “tarantiniano”, con un guión menos comercial, y una banda sonora original, muy acertada de la mano del maestro Morricone.
Y de eso va The Hateful Eight, pues parece totalmente una novela de misterio, contada en clave de teatro por Tarantino; con las adaptaciones de Agatha Christie, como punto de resucitador de viejas glorias.
En este caso:
Kurt Russell, que hace un guiño a su filme “The Thing” (1982), Bruce Dern al western, y Michael Madsen a sus propias realizaciones con el director.
De los nuevos descubrimientos, en los que el ojo de Tarantino es bueno, vemos a Jennifer Jason Leigh, además como la única mujer entre tanta testosterona salvaje, y eso que ella es la más bruta del cotarro.
Que sin embargo, todos los hombres la tratan muy mal, hasta los golpes y la palabrería llena de violencia, que me atrevo a decir, que The Hateful Eight es muy misógina con ella.
Y a modo de un Hércules Poirot, Samuel L. Jackson, actor fetiche con toda justicia, que repite líneas de diálogo que tal vez fueron sacadas de guiones de filmes anteriores con Tarantino.
E incluso, hay una nevada que detiene a todos en un espacio reducido, que no es un vagón del suntuoso tren, sino una cabaña de madera; de la que llegan en una diligencia, en el más claro homenaje de John Ford.
Pero son los personajes de Samuel L Jackson, considerado el más hijo puta de todos; y Jennifer Jason Leigh, los que tienen escenas de lucimiento, en un tour de forcé para ver quién desata su lado más sádico.
Y claro está, la cabaña, que será escenario de todos los giros de género que el director decide explorar, a modo del misterio de Christie, con algo de “El Ángel Exterminador” (1962) de Luis Buñuel.
Completan los personajes del reparto:
Jody (Channing Tatum), Ed (Lee Horsley), O. B. Jackson (James Parks) como el conductor de la diligencia; Minnie Mink (Dana Michelle Gourrier), Six-Horse Judy (Zoë Bell), Sweet Dave (Gene Jones), Chester Smithers (Craig Stark), y Gemma (Belinda Owino)
The Hateful Eight plantea reflexiones interesantes sobre el racismo, La Guerra de Secesión de EEUU, algo de misoginia que no se veía en el western, por ser políticamente correcto, para posteriormente desatar el plomo y pirotecnia, sea en acción como en diálogos, bien hechos, pero no por eso deja de ser plomo y pirotecnia.
Destacar por ejemplo, los disparos en la cara o cabeza que suenan a globo reventado, que hace que te rías como un descosido...
Sobre ese “humor”, Tarantino ha dicho:
“Una de las cosas que intento hacer en mis películas, es conseguir que la gente se ría de cosas que no son graciosas.
No estoy diciendo que lo escriba como una comedia, pero ahí hay risas”
Mientras algunos lo tildan de ingenioso, aventurero, divertido, mago de la edición, acá hace un montaje, con el cual todo queda desordenado, pero que se entiende perfectamente, para después ordenarlo o darle coherencia por el uso de la narrativa no lineal y uso de la perspectiva; otros lo han llamado salvaje, embrutecedor, sádico.
E incluso, lo hacen responsable de inspirar a delincuentes, a cometer sus fechorías.
Y es que la agresión con la mujer, llueve a borbotones, con algunos guiños a la homosexualidad de los militares, y el abuso de los negros, y el auto llamado “Comisario”
Como negativo, imperdonable viniendo de Tarantino, es que ha descuidado demasiado la continuidad, los personajes cambian de posición entre las escenas; del mismo modo que la iluminación, con focos de luz directos verticales/perpendiculares que no se sabe de dónde vienen; o la ambientación, con nevadas tormentosas en una escena que cambian a quietud, al abrir y cerrar la puerta de la cabaña, o el simple hecho del sonido de las tormentas, cuando por las ventanas ni siquiera se ve nieve caer, mientras en el interior… ¡Cae nieve!
Véase la quietud de las gallinas en el granero, cuando afuera hay una tormenta incontrolable.
Tarantino a descuidado mucho, lo que en un principio, en sus primeros filmes, no importaba porque la narrativa era novedosa, y eso lo salvaba; ahora que se repite muchísimo, se le notan más las costuras.
Eso sí, con personajes nuevos, es todo un director de primera categoría, sino véase el trabajo que ha hecho anteriormente, y ahora con Jennifer Jason Leigh; mientras con Jackson, es el personaje que mejor dice “Bitch!” en el cine.
Imprescindible.
Por último, Ennio Morricone compone el “score” original, pero Tarantino no ha podido evitar acudir a su particular gramola, e incluir temas de Roy Orbison, The White Stripes, y David Hess.
Sin embargo, la banda sonora de Morricone es fuerte, y remite mucho al western más querido de cualquier cinéfilo que se aprecie.
“One of them fellas'll kill everybody in here...
Las problemáticas raciales y la brutalidad, no son temáticas nuevas para Tarantino, que suma un nuevo western despiadado, a una filmografía teñida por la sangre:
The Hateful Eight.
Sus películas, han sido acusadas de violentas y de racistas, por parte de críticos, de colectivos, y de directores como Spike Lee; que cuestionó el uso de Tarantino, de epítetos raciales en sus películas, sobre todo el epíteto racial ofensivo “nigger”
Y en The Hateful Eight, el director ostenta los elementos usuales:
Armas, muerte, y diálogos ingeniosos.
Sobre la actualidad de estos temas; el pasado mes de octubre, Quentin Tarantino acudió a una manifestación celebrada en New York, para protestar contra la brutalidad policial.
Esto ha provocado malestar en la policía, que ha llamado al boicot de The Hateful Eight.
Los medios de comunicación, han informado en las últimas semanas, del malestar que ha provocado este escándalo en el seno de The Weinstein Co., ya que puede afectar seriamente al rendimiento de una película que ha costado $62 millones, sin contar con los gastos de lanzamiento.
“Por fin, el asunto de la supremacía blanca se está discutiendo.
Y de eso va The Hateful Eight.
Sobre el país hecho pedazos por los conflictos raciales de La Guerra Civil, y sus repercusiones, años más tarde.
Me encanta el hecho de que la gente esté hablando y lidiando con el racismo institucionalizado que ha existido en este país, y que ha sido ignorado”, decía el director.
Y es que han sido especialmente polémicos, recientes casos donde los fallecidos eran de raza negra, y los responsables salieron indemnes.
Por su parte, The National Association of Police Organizations (NAPO), ha decidido apoyar el boicot a Tarantino, y ha publicado este comunicado:
“Pedimos a los oficiales, que dejen de realizar trabajos especiales o ajenos a su deber, como proporcionar seguridad, control de tráfico, o consejo técnico, a cualquiera de los proyectos de Tarantino.
Necesitamos enviar un mensaje fuerte y claro, de que esta odiosa retórica contra los oficiales de policía, es inaceptable”
Tarantino respondió a la policía, diciendo:
“Todos los policías, no son asesinos.
Nunca lo dije.
Ni siquiera estaba implícito.
Lo que están haciendo es bastante obvio, en lugar de lidiar con los incidentes de brutalidad policial que toda esa gente sacaba a la luz, en lugar de analizar el problema en este país, prefieren señalarme.
Intimidarme…
Cerrarme la boca, y lo que es más importante, mandar un mensaje a cualquier otra persona famosa, que quizás sienta la necesidad de unirse a ese lado de la polémica”
Tarantino, quien voló desde California para apoyar a las víctimas de New York, dijo:
“Soy un ser humano con conciencia.
Si crees que están sucediendo asesinatos, entonces tienes que alzarte, y luchar contra ello.
Estoy aquí para decir que estoy del lado de los asesinados”; siendo esta, una de las declaraciones que han sentado mal al cuerpo de policía de New York...
Patrick Lynch, representante del Sindicato de policías de New York, acudió a la prensa para contestar a Tarantino, y pedir un boicot contra el cineasta:
“No es ninguna sorpresa, que alguien que se gana la vida glorificando el crimen y la violencia, también odie a los policías.
Los oficiales que Quentin Tarantino llama “asesinos”, no están viviendo en una de sus depravadas fantasías del cine:
Arriesgan, y a veces sacrifican sus vidas para proteger a la comunidad del crimen real, y el caos.
Los neoyorkinos, necesitan enviar un mensaje a este proveedor de depravación, que él no tiene derecho a venir a nuestra ciudad, para vender su calumniosa “Cop Fiction”
Es el momento de un boicot a las películas de Tarantino”, dijo.
La policía de Los Angeles y Filadelfia, ha mostrado su apoyo a la de New York.
John McNesby, representante del Sindicato Policial de Filadelfia, contribuyó a la polémica, con otro ataque a Tarantino:
“A través de sus acciones, Tarantino ha demostrado que es anti-policía.
Se está ganando una buena vida, a través de sus películas, proyectando a la sociedad una gran violencia, y respecto por los criminales; resulta que también odia a los policías”
Harvey Weinstein, productor de The Hateful Eight, ha salido al paso para desmentir cualquier problema con el director, después de esta polémica.
En este caso, el cine de Tarantino, o como se gane la vida, no tiene nada que ver con el tipo de persona que seas.
Al menos, lo que muestra Tarantino es ficción...
El problema comienza cuando la realidad, imita la ficción.
La polémica está servida.

“No one said this job was supposed to be easy”



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