Spy

“One of the guys.
One of the spies”

En estos días, el espionaje ha retomado una fuerza inusitada, a raíz del escándalo del ex agente de La CIA Edward Snowden, que reveló la filtración del gobierno estadounidense, a las llamadas que sus ciudadanos hacían desde los teléfonos móviles.
Su búsqueda, se ha convertido en una cacería que recuerda a Julian Assange por sus wikileaks, por ejemplo.
Sin embargo, los escándalos de espionaje más conocidos y reveladores, han tenido como protagonistas a mujeres, que definieron guerras, o se beneficiaron de ella.
La historia de los espías, siempre atrajo a la gente:
Un trabajo lleno de peligros y aventuras, pero no un asunto exclusivamente masculino.
Gran cantidad de mujeres, se dedicaron al espionaje; pues el sexo “débil” es considerado más hábil para sacar información en los interrogatorios, y así las damas tienen sus propias cartas.
A diferencia de los hombres dedicados al espionaje, ellas lo conseguían con elegancia, y sin violencia.
Varias mujeres a lo largo de la historia, han servido con lealtad, valentía, y eficacia al espionaje.
Considerada exclusiva de hombres, esta labor cuenta con exponentes femeninas de extraordinaria relevancia.
Algunas de ellas, fueron condecoradas por haber servido durante La Segunda Guerra Mundial; otras, no corrieron con tanta fortuna, y fueron condenadas y asesinadas; pero sin dudarlo, ellas fueron piezas clave en las estrategias militares, previas al siglo XXI.
Por ejemplo, Anna Chapman resultó famosa tras el escándalo de detención de 10 espías rusos en EEUU.
La agente se hizo “la más popular” de los acusados, debido a su apariencia atractiva.
Fue cuando Anna se trasladó a Inglaterra en 2003, y en 2006 a Estados Unidos, donde encabezó su propia compañía de inmuebles.
En julio de 2010, fue arrestada por El FBI, y confesó que trataba de sacar datos sobre armas nucleares en EEUU, la política del país en Oriente, etc.
En resultado, fue deportada a Rusia.
El escándalo de Chapman, y otro reciente con Katia Zatuliveter, renació el interés de la sociedad, por las representantes de esta profesión secreta.
Y es que en el ámbito del espionaje, todo es posible, pero para entrar de lleno en el vigoroso mundo del cine de espías, con mujeres lanzadas al mundo de los hombres para seducirles, traicionarles, o salvarles la vida, se necesitan también de actrices todo terreno, capaces de cualquier locura, con tal de alcanzar su objetivo.
Algunas son sexys y letales.
Otras, cerebrales y eficaces.
Y otras… no tanto.
Pero son mujeres tremendamente atractivas, inteligentes y perspicaces, en el pasado y en la actualidad, que conseguían todo lo que se proponían, con profesionalidad, riesgo, y seducción.
Capaces de descubrir información clasificada como alto secreto, de evitar que el amor ciegue sus objetivos, y de sobrevivir siempre con un “as en la manga”
Y a su vez, chicas que podrían compartir una vida serena forjando una familia… pero el deber les llama, y deben cambiar rápidamente de registro.
“You really think you're ready for the field?”
Spy es una comedia del año 2015, escrita y dirigida por Paul Feig.
Protagonizada por Melissa McCarthy, Jason Statham, Rose Byrne, Jude Law, Morena Baccarin, Bobby Cannavale, Allison Janney, Nia Long, 50 Cent, Peter Serafinowicz, Will Yun Lee, Zach Woods, Alicia Vela-Bailey, Jessica Chaffin, Miranda Hart, Carlos Ponce, entre otros.
Fue viendo la película de James Bond, “Casino Royale” (2006), que, al director Paul Feig, se le ocurrió la singular y loca idea, de hacer una versión femenina del Agente 007, pero con una mujer pasada de kilos… de edad… y harto escasa de autoestima...
Bueno, así se siente ella, y mostrar a una protagonista que, a pesar de su obesidad, es capaz de realizar arriesgadas maniobras, y de pelear cuerpo a cuerpo; y hasta mostrar su lado sexy.
Spy se rodó en Roma, París, y Bucarest; y sigue a Susan Cooper/Carol Jenkins/Penny Morgan (Melissa McCarthy), una modesta y sedentaria analista de La CIA, y la heroína olvidada de las misiones más peligrosas de la agencia.
Pero cuando su compañero, Bradley Fine (Jude Law) desaparece de la faz de La Tierra, y otro agente, Rick Ford (Jason Statham) se ve envuelto en problemas, Susan se presenta voluntaria como agente secreto, para emprender una misión encubierta, en la que se tendrá que infiltrar en el mundo de un sanguinario traficante de armas, para evitar un desastre mundial.
La gracia de todo esto, está en el enfoque que se le ha decidido dar, ya que Susan no da el perfil, ni de lejos, como agente de campo.
Y Paul Feig se ha aventurado en una comedia de detectives que, en la línea de Jerry Lewis, Blake Edwards, y Quentin Tarantino, es decir, bebiendo de unas cuantas fuentes, consigue altas cuotas de entretenimiento, y nos asegura una traviesa aventura, que motivará unas sonoras carcajadas.
“I look like someone's homophobic aunt!”
Evidentemente, Spy sirve como vehículo de lucimiento para la brillante Melissa McCarthy.
Independientemente, o casi del resultado artístico final de esta comedia de acción, se agradece que el peso de Spy, recaiga en una mujer, teniendo en cuenta la pauta global cinematográfica, de contar con chicos rudos y musculosos como protagonistas absolutos.
Si hay algo por lo que Spy sorprende, es por su vuelta de tuerca “in your face”, a lo que el género de acción nos ha ido acostumbrando desde tiempos remotos.
No lo hace sutilmente, ni con la boca pequeña.
A pesar del tono cómico, Paul Feig consigue que el personaje femenino principal, supere el denominador común masculino, y defienda las capacidades de la mujer, entre la dignidad y la frustración que supone ser poco agraciada físicamente.
“Los hombres seguirán siendo hombres, pero las mujeres deben dejar de seguir siendo lo que los hombres quieren que sean”, parece decir Feig.
Un expectante James Bond teledirigido, con entrada musical de cartelera explosiva que le homenajea, se augura, a continuación, un buen espectáculo:
Susan Cooper, es una agente de La CIA, que vio relegadas sus aptitudes en el trabajo de campo, en favor de los machos más machos.
Su día a día consiste en ayudar remotamente, frente al ordenador de la oficina, a los verdaderos espías “jamesbondianos”, que se llevan todo el reconocimiento.
Uno de ellos, el engreído y algo afeminado Bradley Fine, del que Cooper está completamente enamorada, y que muere en una de las misiones, a manos de la sexy y malvada Rayna Boyanov (Rose Byrne)
El deseo de vengar la muerte de su amor platónico, hace que Susan se ofrezca como voluntaria a su jefa, Elaine Crocker (Allison Janney), para dar con el paradero de Rayna y su cómplice:
Sergio de Luca (Bobby Cannavale), el cual desea detonar una bomba nuclear, así como el que no quiere la cosa.
Y la nueva espía no lo tendrá fácil:
Tanto por su rolliza presencia física, como por Rick Ford, un torpe espía que no para de obstaculizar la misión.
Descerebrada hasta el absurdo, pero tan inteligente como debe ser a la hora de exprimir los clichés del estilizado cine de espías, la propuesta opta por acelerar encadenando secuencias hilarantes y locas, para que el espectador no necesite ni siquiera pararse a calibrar la eficacia del hilo narrativo que le lanzan desde la pantalla.
Esta nueva fábula de héroes inesperados, brilla desde su esencia, sí, pero también desde su elemento humano, quien verdaderamente la eleva.
Spy es una obra que se divide entre el humor personal del estadounidense, y el humor caricaturesco de todos los elementos del cine de espías, en una historia al más puro estilo de James Bond, donde la trama es lo de menos, y donde sus personajes llevan todo el peso del relato; o será al estilo Austin Powers, o simplemente son espías en situaciones graciosas…
Es un filme muy divertido, en el que la intriga argumental es lo de menos o también se enfatiza demasiado en los momentos escatológicos que, caprichosamente, poco aportan al conjunto, y que terminar por hacer un metraje tan extenso, que llega a hartar.
El espectador no se ríe con los personajes, se ríe de los personajes.
O son capaces de reírse de sí mismos.
Desde los gags sobre el físico de la protagonista, y su ropa, pasando por los enormemente divertidos menosprecios del personaje interpretado por Jason Statham, como “action man”
Además de la excesiva duración de Spy, es una de las marcas de fábrica de la llamada “nueva comedia americana”, liderada por Judd Apatow.
Y cabe recordar, que Feig y Apatow, han trabajado más de una vez en una misma producción; así pues, todo lo malo se pega, ya saben.
Quizás Spy mejora sobremanera, cuando nos encontramos con los actores y actrices secundarios, no por 50 Cent, que como siempre da vergüenza ajena...
Pero sí que hacen un gran papel como espías:
Jude Law, que vendría a ser una especie de James Bond cómico; y que se resarce del personaje al que nunca llegó a encarnar, más allá de los rumores, había una buena premisa a explotar.
No deja de ser placentero ver a Jason Statham, en un papel auto paródico brillante, haciendo el ridículo, tanto en su papel de ficción como en las dotes interpretativas del actor, o a cualquier otro maromo, viéndose muchos de ellos superados por la inteligencia y el amor propio de Cooper.
En un reflejo burlón de sí mismos, a la flema “british” caballeresca del primero, y las fantasmadas de las que hace gala el segundo, cuando deja todo en manos de personajes secundarios tan potentes, como los de Alison Janney como la jefe Elaine Crockner, o Nancy B. Artingstall (Miranda Hart)
Y qué decir de Aldo (Peter Serafinowicz), un seductor italiano, que hiperbólicamente simboliza, junto a los demás hombres del metraje, el hecho de que la chulería y el sentimiento de superioridad frente a las chicas, necesiten un buen ajuste de cuentas.
Aunque Rose Byrne como no funcione como villana, si funciona a la par de McCarthy; quien tiene aquí la oportunidad de exprimir un amplísimo catálogo de registros, que combina lo soez con lo delicado, lo vasto con lo elegante, lo voluntariamente torpe con lo esbelto.
Y es una gozada verla entregadísima, como siempre; en su papel de siempre, con sus consabidos chistes hacia su físico, y el patetismo de sus personajes.
Por lo que Spy no está recomendada para los que no le rían las gracias.
Spy tiene como negativo muchas cosas:
Sabemos que Cooper/McCarthy es gorda, pero ¡basta!; y tiene varias secuencias enfocadas a no sé qué clase de público, pero si a uno muy adulto, que me han sacado bastante de situación; y es una pena, ya que en las pocas veces que el guión termina por apostar por la grosería, o por la simpatía; en la versión “unrated”, se notaron muchos “close ups” del “pene” de un agente enemigo.
¿Era necesario?
¿Era necesario degradar a sus contrarios?
¿Había que poner a Jason Statham como espía incompetente?
Se supone que es un súper agente:
¿Cómo ha sobrevivido durante todos esos años?
¡Imposible!
¿Es necesario que Susan no reciba en el enfrentamiento final, ninguna ayuda por parte de sus compañeros?
¿Cómo es posible que los zapatos de la protagonista pasen de llevar tacón, a zapato plano, y viceversa, en tan solo unos segundos en la misma escena de la persecución en moto?
No hay pretensiones en Spy, no hay segundas intenciones, ni siquiera hay una primera intención.
Tan sólo el hecho de pasar un rato divertido.
Sus títulos de créditos, su banda sonora, su vestuario, los escenarios elegidos, o sus persecuciones, están a la misma altura de cualquier Bond actual, es más, como entretenimiento funciona incluso mejor, pero su trama no interesa, pues ya sabemos que no habrá muertes que lamentar.
Hay una escena final, después de los créditos, que vale la pena no perderse.
Por último, Spy se quedó en parodia, y mucha guerra de sexos que al final, todo remite a la burla de lo establecido en el cine de espías, sin nada que agregar, más allá de la mujer gorda a lo “Mr. Bean”
“What are you, a porn star?”
Después de casi 40 años de dominio masculino, el seductor Agente 007, podría comenzar a interpretarlo una mujer.
El proyecto se gestó por primera vez, con la incursión de Pierce Brosnan como James Bond.
Y se propuso desde entonces, gracias a Sean, Connery, de que tendría como coprotagonista, a la británica Catherine Zeta-Jones, aunque su incorporación iba a ser el primer paso de otro proyecto:
Reemplazar a Brosnan en el siguiente filme, y convertirse en la primera 007 femenina.
“Si su agenda lo permite, Zeta Jones es nuestra mujer para el papel”, dijeron entonces las fuentes de la producción de 007, a Cindy Adams, columnista de New York Post.
De esta forma, la actriz galesa, pondría fin a 39 años de exclusividad masculina de los denominados espías.
Y es que, a tenor de los personajes que ha interpretado en varias de sus películas, Catherine es perfecta para este papel:
Glamour para conducir un Aston Martín no le falta, y valor para luchar contra sus enemigos tampoco
La idea de convertir a Bond en mujer, forma parte así, del nuevo plan de Hollywood, de enriquecer la imagen de la “heroína”
Pero Pierce Brosnan, abrió la veda acerca de la polémica de un James Bond interpretado por una mujer en el futuro; y asegura que no ve un “James Bond mujer:
Creo que tiene que ser un hombre, y no una mujer, el que haga el papel de James Bond.
Es un hombre, y su nombre es James Bond”, afirmó Brosnan.
Por su parte, tras el estreno de “SPECTRE”, la productora negó que haya en un Bond mujer en un futuro próximo.
Las declaraciones Brosnan, sin embargo, llegan justo cuando los “reboots” protagonizados por mujeres, son cada vez más numerosos.
En la actualidad, destaca la versión femenina de muchas películas de espías, o roles dados a hombres anteriormente.
Por lo pronto, nada de Bond mujer.
Para finalizar, quiero hacer una especial mención a la espía estadounidense Virginia Hall, que actuó durante La Segunda Guerra Mundial a favor de los aliados, con la resistencia francesa:
Tenaz y atractiva, volvió locos durante años a La Gestapo que inundó Francia con su fotografía en carteles que decían:
“La mujer más bella y coja, es una de las más valiosas agentes de los aliados en Francia.
Debemos destruirla”
Toda la propaganda nazi no pudo con esta mujer, que perdió una pierna en un accidente de caza, y se vio obligada a disimular la cojera durante años, para no ser descubierta por los nazis, a pesar del tremendo dolor que significaba para ella mostrarse en público.
Son muchas más, las que trabajan en el espionaje o contraespionaje hoy en día.
En la actualidad, a las mujeres espía se las valora más que a los hombres por su capacidad de pasar desapercibidas, aunque las hay muy famosas y reconocidas por todos, sino véase a Mata Hari, Marlene Dietrich, o Coco Chanel...
Mujeres valientes, bellas, inteligentes y tenaces, que se jugaron la vida por su país, y por su ideología, usando sus mejores armas:
Las armas de mujer.

“What's going on at the CIA?
Drones taking all the cool assignments?”



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