A Touch Of Class

“Are you married?”

La sabiduría popular señala que, “una infidelidad, es el signo más claro de que algo funciona mal en la pareja”, que el que engaña es profundamente infeliz, o que hay dificultades por superar en el dormitorio.
Parece lógico:
¿Qué clase de persona enamorada y contenta, sería infiel a su pareja y buscaría afuera lo que tiene en casa?
Sin embargo, recientes investigaciones han sacado a la luz el otro lado de la infidelidad, ese que no está relacionado con la insatisfacción en el día a día, sino más bien al contrario, con el engaño, como una paradójica señal de que todo va bien…
Esta visión del sexo, como elemento conflictivo de la relación, puede ser lo que ha llevado a muchos a afirmar que, “una infidelidad, puede salvar una relación”
¿De qué manera?
Algunas señalan que dicha relación las permite tener el control sobre un aspecto de su vida privada, que no pueden manejar en su matrimonio; otras, que supone un equilibrio emocional respecto a su cómoda relación en el hogar...
Pero también es un acto de descubrimiento para muchas personas, que encuentran en la comparación con sus amantes eventuales, aquello que echan de menos en su relación oficial, y por tanto, aquello en lo que deben esforzarse.
Ser infiel emocionalmente expresa que deseas ausentarte, temporalmente de la relación en la que estás actualmente, sin tener que abandonar a tu pareja en realidad.
Ésta es la razón principal por la que este tipo de infidelidad ocurre, y es también lo que escuda a quien la comete; pues la persona que lo hace, cuida siempre que sus acciones no impliquen necesariamente que está haciendo “algo malo”
Si hay algo que está fuera de toda duda, sea la razón que sea, el viejo paradigma que equiparaba un affaire extramatrimonial con el fracaso de un matrimonio, se encuentra muy desencaminado.
“My one chance to get raped, and you can't get your bloody trousers off”
A Touch Of Class es una comedia del año 1973, dirigida por Melvin Frank.
Protagonizada por George Segal, Glenda Jackson, Paul Sorvino, Hildegard Neil, Cec Linder, K. Callan, Mary Barclay, entre otros.
El guión es de Melvin Frank y Jack Rose, basados en la historia “She Loves Me, She Told Me So Last Night” de Marvin Frank, que cuenta la historia de una pareja que tiene un romance, y que acaba con el enamoramiento.
Sin embargo, lleva más que una semejanza pasajera a una película más temprana de Frank, “The Facts Of Life” (1960), que también trató de una pareja de mediana edad, que intenta tener un asunto, centrándose en un viaje cargado de desastre a un lugar donde ellos no serían descubiertos…
A Touch Of Class fue un éxito, y entusiasmó incluso a los puristas por ese espíritu redivivo de los grandes clásicos; tanto que obtuvo un Premio Oscar a La Mejor Actriz (Glenda Jackson), y 4 nominaciones:
Mejor Película, guión original, banda sonora, y canción “All That Love Went to Waste”
Jackson, no estuvo presente en La Ceremonia de Premios de La Academia cuando ganó su Oscar; pero el escritor, director y productor de la película, Melvin Frank, aceptó el premio en su nombre.
La victoria de Glenda Jackson en El Oscar, fue tan impactante para los espectadores de la ceremonia, como inesperada, hasta se consideró un recuento de los votos; y se rumoreaba, que El Oscar era de Marsha Mason por “Cinderella Liberty” o para Ellen Burstyn por “The Exorcist”, sin embargo, la controversia no llegó a más.
A Touch Of Class se rueda en escenarios naturales de Londres, Hyde Park, Regent Street, Royal Albert Hall; en Marbella, España; y en los platós de Lee Internacional Studios, en Wembley, Londres, Inglaterra.
Es una agridulce comedia romántica, que relata el affaire entre:
Steve Blackburn (George Segal), un hombre de negocios de EEUU, y casado con Gloria (Hildegarde Neil), y que “nunca ha engañado a su esposa”
Y Vickie Allessio (Glenda Jackson), una inglesa divorciada, y madre de 2 hijos.
Lo que en principio iba a ser un encuentro esporádico, el amor pronto hace mella en sus corazones.
Esta es una ingeniosamente, divertida, real, y a la vez triste historia de una relación amorosa que se ve truncada, primero por la lumbalgia, y luego por el orégano… con una dinámica y elegante interpretación de Glenda Jackson y George Segal; en plan de adulterio castigado por el destino, que retrata a los personajes, sobre todo, el del marido que echa una canita al aire con mucha naturalidad.
Por tanto, A Touch Of Class dio un toque de clasicismo y encanto a la comedia de los 70, asentó a George Segal entre los astros de la comedia, y catapultó definitivamente a Glenda al firmamento de los grandes, si es que eso era posible.
El público de entonces, fue sensible al toque de encantadora inteligencia que el guión del film aportó a sus vidas, en países aún controlados por la moral nacional católica del grillo, en un divertimento que bebía no sólo del clasicismo, sino que también supo tomar de “la commedia all’italiana”, algunos elementos para convertirla en una encantadora comedia moderna y cosmopolita.
Una película que hay que recuperar del olvido.
“I'm sorry to bother you at this late hour, but do you have oregano?”
Esta comedia, trufada por otro lado de diálogos rápidos e incisivos, una virtud que se ha perdido con el paso del tiempo, porque el cine de hoy en día se ha dedicado a cultivar la pereza mental del espectador con iguales mimo y ensañamiento, retoma, a su manera, la tradición de la más elevada comedia sofisticada que en otra época prodigiosa, engrandecieron genios como:
Ernst Lubistch, Howard Hawks, George Cukor, Mitchell Leisen, Preston Sturges, Gregory La Cava, Leo McCarey, o el entonces aún en activo, Billy Wilder.
Por su parte, Melvin Frank lo hizo con modestia, y plena conciencia de que no podía igualarse a ninguno de esos monumentales Maestros, adaptándola al espíritu de los 70, donde incluso, la infidelidad se toma como un elemento normal en la liberación sexual que imperaba en la época.
De hecho, lo que A Touch Of Class denuncia, si se puede usar ese verbo, es que una pareja enamorada se va al traste, cuando empieza a comportarse como un matrimonio, según una de las crueles sentencias finales que lanza el inteligente y lúcido personaje de Glenda Jackson.
Aquí, la acción dramática tiene lugar a lo largo de 1 semana de vacaciones en Marbella, y varias semanas en Londres, entre 1972 y 1973.
Vickie Allessio y Steve Blackburn, se conocen casualmente en Hyde Park, una mañana de un día festivo del verano.
Posteriormente coinciden al buscar ambos un taxi, que deciden compartir...
Ella es divorciada, y madre de una niña y un niño.
Él está felizmente casado, y es padre de unos niños.
Ella es inglesa y él de EEUU.
Ella trabaja como diseñadora de modas de una firma que imita los modelos de las grandes firmas, como Givenchy, Christian Dior... y él dirige una empresa de venta de seguros ubicada en la ciudad.
Por lo que A Touch Of Class desarrolla una comedia romántica, que explica las complicaciones y desventuras de una pareja que decide compartir las mieles de una aventura sexual clandestina:
Ella la necesita, porque lleva meses sin sexo; y él la desea, porque le atrae la potente sexualidad de Vickie, sus ideas liberales, su singular sentido del humor, y la ironía y la aversión de ambos, a adquirir compromisos.
Comparten la misma visión del amor libre, y una valoración tolerante de lo que consideran como “episodios de infidelidad leve”
Son 2 personajes propios de los primeros años 70, cuando en EEUU y en Europa se habían generalizado ampliamente entre los jóvenes, los valores de la revolución sexual de los 60, la liberación de la mujer y el amor libre como práctica normal y no transgresora.
La modernidad de los personajes, se ve entonces reforzada por el trabajo directivo de Vickie, la afición de ambos al turismo de sol y playa, su interés por los destinos turísticos españoles, la frecuencia de los desplazamientos en avión, la práctica del golf, la utilización del 600, etc.
Técnicamente, la fotografía, de Austin Dempster, trabaja con una cámara que pasa desapercibida.
Subraya la comicidad visual, como el salto del trampolín; capta el tipismo de lugares como el Soho; y de personajes, como el cady Enrique; la bebidas como la sangría; juegos urbanos como los de Hyde Park; espectáculos singulares como las corridas de toros, etc.
Se complace en ofrecer perspectivas amplias, espacios abiertos, y paisajes espléndidos.
El humor y la comicidad, se basa en la trasgresión de normas convencionales, la suplantación de identidades, como la amante por la abuela; las inversiones de la intimidad de la pareja, Walter Menkes (Paul Sorvino) y Patty (K Callan); episodios de lucha de sexos, ausencia de ascensores en el hotel de la playa, los estereotipos nacionales, con personajes indolentes, grupos amplios de amigos, afición a las apuestas... estereotipos masculinos, inversión de comportamientos en la susceptibilidad y vulnerabilidad del hombre, frente a serenidad y fortaleza de la mujer; etc.; y la gracia de sus situaciones humorísticas, servidas con gran talento por actores en estado de gracia:
Glenda Jackson todo sutileza e ironía; y George Segal, todo energía y contradicción; ambos todo inteligencia, perdidos en una Marbella de pandereta, descrita con tópicos, pero con la suficiente habilidad para no caer en la banal caricatura.
Inolvidables son las secuencias del hotel sin ascensor, que obligan a los protagonistas a subir interminables escaleras cargando con sus aparatosos equipajes, acompañados por un sufrido y servicial recepcionista con aspecto de moro agitanado, absolutamente encantador.
La base de la farsa, viene dada por la sucesión interminable de calamidades que afectan a la pareja, y dificultan su práctica tranquila del sexo, objetivo central de la pareja en la primera parte del film.
Mientras en la segunda parte, que tiene lugar de nuevo en Londres, se sirve de nuevos recursos cómicos, como el estrés del varón, la acumulación de imprevistos, la imposible combinación de compromisos con la esposa, y la amante; sorpresas inesperadas, como la aparición del amor, etc.
A Touch Of Class conserva una parte de la fuerza cómica inicial, si bien parte de ella se ha perdido a causa de los cambios registrados en las concepciones de temas como amor clandestino, sexo sin amor, amor sin compromiso, liberación sexual de la mujer, etc.
Las antiguas definiciones alimentan “gags” explícitos e implícitos del film; y se ha de decir que ha caducado la hilaridad y la corrección, presente en los años 70, de la homosexualidad.
Por lo demás, han variado considerablemente los conceptos de cuestiones como amor clandestino, sexo sin amor, amor sin compromiso, liberación sexual de la mujer, etc., y aquí reforzadas por las interpretaciones de Jackson y Segal, que son magníficas.
Como dato, el papel principal de Steve, fue ofrecido originalmente a Cary Grant, con la promesa de Frank de reescribir el guión para reproducir la diferencia de edad entre Steve y Vickie.
Sin embargo, Grant optó por permanecer en la jubilación de cine, y rechazó el papel.
Sin embargo, permaneció conectado con la película, ya que fue producido por Brut Productions de Fabergé, y Grant estuvo en el consejo de administración de Fabergé.
Además, la mayoría del elenco:
Segal, Jackson, Sorvino, y Linder, se reunieron después en la película de 1979:
“Lost and Found”, también dirigida por Melvin Frank; y en muchos aspectos era una cuasi secuela de A Touch Of Class, aunque ninguno de los personajes fueron recreados, pero la historia siguió muchas similitudes y opuestos.
Son escenas destacadas:
La pelea de la pareja en la habitación del hotel, con lanzamiento de ropa de vestir, lencería, almohadones y otros objetos; la pirámide de amigos y primos del cady Enrique; la dificultad de encontrar una habitación con vistas al mar; la marcha renqueante del 600, la lucha entre una persona mayor y un menor en el campo de golf, el pantalón que no se abre, y la lumbalgia anterior, etc.
Como curiosidad, la película en blanco y negro, que Glenda Jackson y George Segal ven por TV, es “Brief Encounter” (1945) otra obra maestra de David Lean.
En esa película, los personajes principales, ambos casados, pero no el uno al otro, también estaban teniendo un romance clandestino, “breve” como reza el título.
En A Touch Of Class hay una secuencia extraordinaria, cuando la pareja protagonista acude a una corrida de toros en Andalucía:
Cuando el toro parece amenazar la vida del torero, es la mujer quien se refugia en los brazos del hombre.
Cuando es el torero quien se dispone a matar a la bestia, es el hombre quien, como un niño atemorizado, oculta su rostro angustiado en el seno de la mujer.
He aquí una inteligente, económica, y eficaz forma de describir el carácter de unos personajes, sin mediar diálogo alguno.
¡Puro cine!
Por último, la banda sonora de John Cameron aporta una acertada selección de composiciones que crean una adecuada y convincente ambientación musical.
Ofrece, además, varias canciones originales, como:
“A Touch of Class”, “All That Love Went to Waste”; y otras de B. Berrie y S. Cahn.
Y añade varios fragmentos de La Sinfonía Nº 7 de Ludwig van Beethoven.
“Don't cross-examine me in the rain.
I'll be there.
Wet.
But I'll be there”
Según dicen:
“Fue solo sexo”, la frase común de las personas que han sostenido relaciones sexuales con una persona ajena a su relación de pareja.
Más que una frase trillada, esto se he convertido en justificación, excusa y pretexto para que una infidelidad sea perdonada, o de menos, minimizada.
Ciertamente, no todas las parejas consideran al sexo sin amor como una infidelidad, ya que hay quienes le dan más peso a los sentimientos, y mientras su pareja no tenga una relación sentimental con otra persona, pueden superar que hayan tenido sexo con alguien más.
Sin embargo, está bien documentado en los consultorios de los sexólogos y de los psicólogos, que el sexo sin amor, no se ve igual desde la perspectiva masculina que desde la femenina, y depende de cómo está relacionada la pareja en sus valores compartidos, para que esto afecte su vida.
Desde el punto de vista de masculino, por lo general, los varones sostienen la idea de que las mujeres tienen sexo porque están enamoradas, por eso aquello de que ellas se entregan en cuerpo y alma, sí es algo en lo que ellos creen.
Pero eso no es mera intuición masculina, es parte del discurso que por años, las mujeres han dado a los hombres cuando quieren mantener una relación erótica más formal con ellos.
En algún momento, las mujeres le hacen saber al hombre, que están en la cama con ellos, porque quieren algo más, ya sea una relación seria, o porque en realidad son personas importantes para ellas.
Por su parte, las mujeres también han crecido con esa educación permisiva para el hombre, de tener relaciones alternas, pero mientras no involucren sus sentimientos.
Las mujeres, generalmente minimizan la cuestión, o tratan de hacerse de la vista gorda, o bien, consolarse pensando que son ellas las que ocupan el corazón de ellos, pese a que los celos aparezcan en escena…
Los hombres, ciertamente pueden, de manera más fácil, separar el sexo de lo afectivo, pero no por ello deja de tener importancia el suceso.
Y es que el argumento de que “no tuvo importancia” es otra de las excusas que se da cuando uno de los 2 tiene sexo con otra persona.
Puede que efectivamente, esa relación sexual no haya trascendido en sí misma, pero no por ello carece de importancia, ya que sí afecta la relación de la pareja.
Se considera que hay una infidelidad, cuando se rompen los acuerdos de exclusividad que una pareja tiene establecidos; es decir, desde un inicio se debe dejar claro, y no da por supuesto que él o ella nos serán fieles emocionales o sexuales, solo por el hecho de que eso “debería ser”
Aclarar que la infidelidad puede abarcar otros aspectos, hasta económicos, es lo que hace que ambas partes sepan de manera responsable, donde pueden fracturar de manera importante su relación de pareja.
La infidelidad despierta en las personas, sentimientos de frustración, de ira, traición y desconfianza.
No es un hecho inocente, falto de responsabilidad, y menos carece de importancia.
Si por el contrario, ambas partes están de acuerdo en que el sexo sin amor se vale fuera de la pareja, pero no el sexo con amor, o enamorarse de otro, la infidelidad sexual, no es motivo de fractura en la pareja.
De cualquier manera, las cosas claras y los acuerdos dichos, son lo que hacen desaparecer los supuestos y los malos entendidos que al final, son los que nutren a la infidelidad.

“God, you're all the same.
This obsession with male sexual prowess.
It is so typically American”



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