Jésus de Montréal

“Avoir une action dans un jeu de passion sur la montagne...
Ne ressentez-vous jamais que ce soit ridicule?”

El cine bíblico ha estado siempre entre la devoción y la gran superproducción, entre puritanos escandalizados, y devotos seguidores.
La figura de Jesús, atrajo ya a los pioneros del cine, como Lumiére y Mèliés, y ha seguido fascinando a los productores, ya que el cine emula a la literatura religiosa, la música, y las artes plásticas.
Además, siempre existieron realizaciones sobre La Pasión de Cristo, confeccionadas con fines de divulgación y/o adoctrinamiento, las que eran promovidas por organismos religiosos.
Por otra parte, una película con temática, o con personaje religioso de fondo, puede hacerse con fines catequéticos, como panfleto, con ánimo de mofa, o como representación espectacular o histórica.
En todos los casos, puede o no ser una obra de arte, o un fiasco monumental.
En las representaciones cinematográficas de la figura de Jesucristo, hay de todo.
Algunas películas tienen un trasfondo espiritual, otras ribetes ideológicos, otras han servido de escándalo, y siempre, y en todos los casos, han dado que hablar.
¿Qué hay más divino, que ensalzar la humanidad del hombre, como criatura de Dios?
“J'étais loin un moment.
Il semble normal de commencer au bas de l'échelle”
Jésus de Montréal es un drama del año 1989, escrito y dirigido por Denys Arcand.
Protagonizado por Lothaire Bluteau, Catherine Wilkening, Johanne-Marie Tremblay, Rémy Girard, Robert Lepage, Denys Arcand, Yves Jacques, Gilles Pelletier, Marie-Christine Barrault, entre otros.
La idea para la película, vino al director Denys Arcand, después de que un agente pidió disculpas para aparecer con una barba en una audición en un invernadero de Montreal, diciendo:
“Lo siento, soy Jesús”
Y se convirtió en emblema de la trascendencia religiosa en el cine “del hombre”, con algunas parábolas del misterio cristiano; a modo de una actualización sin precedentes del testimonio crístico, una obra que pone el dedo en la llaga sobre la decadencia del arte de nuestra época, el mismo que, lleno de oropel y luces, evade la reflexión sobre las grandes interrogantes del hombre, y sólo busca enaltecer o bien a los creadores, o a los intereses; por lo que crítica las convenciones eclesiales en sugerentes parábolas de la entrega de Jesús a los hombres, en una relectura apasionante y moderna del Evangelio de Marcos.
La apuesta de Denys Arcand, es arriesgada, sobre todo en la provincia de Quebec, que desde los años 60, había iniciado un período llamado “La Revolución Tranquila”, que consistía en secularizar la sociedad, y reducir el rol preponderante de La Iglesia Católica en esta provincia.
La Révolution Tranquille, fue el proceso de modernización y secularización del Quebec, la provincia francófona de Canadá; aunque Quebec ya era una provincia moderna en un sentido práctico, siendo como era, el principal motor industrial de Canadá, estaba social y políticamente atrasada, en comparación con el resto del país, y de América del Norte.
La revolución consiguió poner a la sociedad quebequesa en pie de igualdad con el resto de la sociedad norteamericana, impulsó el desarrollo económico-cultural de Quebec y, en consecuencia, permitió el nacimiento del nacionalismo quebequés moderno.
El gobierno provincial de entonces, tomo el mando de los campos de la salud y de la educación, que antes eran manejados por La Iglesia Católica, creando los Ministerios de Educación y de Salud, se expandieron los servicios públicos, y se invirtió en los sistemas de educación pública.
Todo esto llevó a crear mejores medidas sobre el control económico de la provincia, pues se nacionalizaron los recursos energéticos como la electricidad, y se creó un plan de pensiones, todo esto propiciado por el cambio en el poder político del partido conservador, al partido liberal.
Se dice que La Revolución Tranquila terminó en 1970, pero la sociedad de Quebec ha seguido cambiando, y dejando como resultado los movimientos soberanistas y los partidos políticos separatistas.
Por su parte, Arcand no se imaginaba a Jésus de Montréal como una película religiosa, agregando:
“En mi película, la historia de La Pasión, es una metáfora de un artista, sus luchas y tentaciones”
Por lo que el director pasó un año, 1987, escribiendo el guión; y se produjo con un presupuesto de $4,2 millones, un presupuesto inusualmente grande para una película de Quebec; siendo filmada con cámaras móviles en Montreal, que tiene muchas iglesias contra su horizonte, y ha sido un centro del catolicismo desde sus inicios.
Arcand declaró, que a menudo filmó a Montreal desde una distancia, o desde el aire, para representar a Dios, viendo la ciudad; y afirmó que mientras las iglesias canadienses francesas de Montreal negaban permiso para rodar dentro de sus edificios, una iglesia católica de lengua inglesa, permitió al equipo utilizar su espacio.
Dijo que esto era porque aunque los miembros de la iglesia pidieron ver el guión, no hablaban francés, y necesitaban dinero del alquiler.
Esta coproducción entre Francia y Canadá, ganó El Premio del Jurado en El Festival Internacional de Cine de Cannes; y fue nominada al Premio Oscar como mejor película extranjera.
Aquí, el cineasta francocanadiense, Denys Arcand, logra plasmar en Jésus de Montréal, la conversión espiritual que el arte verdadero lleva implícito, y la necesidad de recuperar el arte para los sentidos y la carne, y no para el espectáculo y la fama pública:
Daniel Columbine (Lothaire Bluteau) es un joven actor que es llamado por El Padre Leclerc (Gilles Pelletier), para representar una versión de La Pasión de Cristo en los jardines de la parroquia.
En sus preparativos, contará con el reparto limitado:
Constance (Johann-Marie Tremblay), Mireille (Catherine Wilkening), René (Robert Lepage) y Martin (Rémy Girard), cuyas carreras en el mundo del espectáculo han ido de mal en peor.
Aunque será un camino difícil y lleno de obstáculos, su nuevo reto se basará principalmente en la influencia que ejercerá Daniel en su nuevo papel de Cristo sobre cada uno de ellos.
Pese a que la iniciativa es bien vista por parte de todos los sectores católicos, cuando se empieza a poner en marcha, levanta la oposición  de La Iglesia.
Los matices de la obra, poco ortodoxos en algunos aspectos, no gustan nada a los párrocos.
Se entiende que el santuario es el Saint Joseph's Oratory, aunque esta organización no autorizó a que se filmara allí.
Sin embargo, la interpretación de los actores sobre la vida de Jesús, no es convencional, incluyendo, por ejemplo, la declaración de que el padre biológico de Jesús, fue un soldado romano, quien se marchó de Palestina poco después; y aunque la producción se vuelve popular, La Iglesia Católica se muestra fuertemente en contra de sus interpretaciones bíblicas, y detiene las representaciones.
Paralelamente, los propios intérpretes empiezan a reflejar La Pasión misma en sus propias carnes:
Fuera de escena, los personajes devienen en apóstoles y discípulos, obispos en sumos pontífices, también hay un Pedro, una María Magdalena, un Judas, un Pilatos, un Caifás, incluso, un moderno Satanás lleva al Cristo/actor al pináculo del templo, un moderno rascacielos, para mostrarle lo que podría darle si siguiera sus consejos…
Hay más escenas de La Biblia traídas al siglo XX, como la de Jesús en el templo, volcando las mesas de los mercaderes, pero ese templo es ahora un teatro, y en él se realiza un “casting” publicitario, y así como Cristo echa a latigazos a los mercaderes, el moderno Jesús se enciende en ira contra los productores publicitarios.
Luego hay un juicio, en donde el acusado defiende su culpabilidad...
Y como no podía ser de otra forma, también hay una muerte, y una resurrección, simbólicas, un intento de fundar una Iglesia, una compañía teatral, y un cisma.
La historia se corona por verdaderos milagros, pero no de naturaleza divina, sino de la mano de la ciencia.
El mensaje final, está en clave lírica, y sucede en las modernas catacumbas, el metro, que ofician como refugio del arte.
Jésus de Montréal muestra que el mensaje del Jesús expresó con su vida, su práctica y su predicación, aún tiene gran relevancia para la cultura actual, sobre todo en el contexto de la crisis de valores; al mismo tiempo que pone de relieve la fragmentación de la cultura.
Aquí, el director no cuestiona la doctrina tradicional cristiana, como quisieron alegarle, por el contrario, es el dogma fundamental de la fe, la resurrección, para hacer una crítica a la falta de valores, simbolizados por el declive de la religión en Occidente.
¡Quitaos los velos de los ojos!
“L'avenir n'est pas le nôtre à voir”
Jésus de Montréal es una obra brillantemente contada, dirigida e interpretada, con un manejo de las segundas lecturas verdaderamente original, sutil, respetuoso, y delicado; tanto que logra tocar la fibra pensante del espectador, así como su mundo emocional, en base a una historia que nos desafía a re-pensar los valores contemporáneos, la decadencia del pensamiento occidental, y la falta general de justicia y espiritualidad en la sociedad moderna.
Jésus de Montréal se estructura sobre diversos niveles argumentales, es decir, permite varias lecturas:
La primera, claro está, es la anecdótica, lo que sucede alrededor de un actor que interpreta a Jesús, en una obra teatral, llegando con la palabra del profeta a los corazones y conciencia del público.
Otra lectura permite establecer una simetría entre lo que sucede en el presente, y lo que cuenta La Biblia sobre la vida de Jesús.
Así pues, los símbolos y las metáforas son muy sugerentes.
Por tanto, vemos 2 historias:
La de facto, es decir lo que le sucede al personaje de Daniel, y la otra es más sugerente, llena de metáforas sobre la vida de Jesús, lo que dice La Biblia, y lo que interpreta La Iglesia.
Sin ser exponencialmente muy crítico con la religión, Arcand apuesta por abrirnos a una sólida reflexión de La Fe moderna, sin el denominador común ecuménico anclado a lo largo de los siglos.
A través de sus actores, enfervorizados por su pasión por el teatro, aprovechan el filón de representar los pasajes más importantes del Nuevo Testamento, sin censuras y aportaciones modernas a los pasajes, hecho que, evidentemente, no gustará del todo a las autoridades eclesiásticas.
Pero Arcand prefiere, en sus 20 minutos finales, mostrarnos una conclusión acerca de lo que representa vivir y sufrir en un sistema social limitado, y con problemas, representados en los pilares de La Salud Pública, la burocracia, ya sea en La Iglesia, la política o los medios de comunicación; así como en la publicidad.
Argumentalmente, Jésus de Montréal puede dividirse en 3 partes fundamentales:
El proceso en que Daniel selecciona a su ecuménico reparto; la polémica que genera la puesta en escena; y el trágico accidente que precipita los acontecimientos.
En Jésus de Montréal, Daniel reaparece en la actuación, y empieza a llamar a sus amigos, poco a poco, y va creando una pequeña comunidad que sigue a una figura central.
Al principio unos aceptan sin pensarlo, otros se niegan, pero pronto lo seguirán, como Jesús empezó a llamar a sus discípulos.
Poco a poco empiezan a adaptar el guión:
Daniel hace una investigación histórica de Jesús, y de la época, en donde incluye nuevos y controversiales aspectos, creando así una gran obra de teatro, a la cual el público responde con satisfacción, al igual que las críticas, pero la obra no le agrada a las autoridades eclesiásticas de La Basílica, ya que “es un insulto contra el establecimiento, al igual que con La Sagrada Escritura, porque usan las memorias de Jesús como salvajes especulaciones, y crean una radical imagen de Jesús”, pidiéndoles que regresen al antiguo guión, pero los actores se han tomado sus papeles muy en serio, e insisten que el acto debe continuar tal cual.
Y es que en el guión, Daniel consigue mucha información que La Iglesia no desea que la gente conozca, El Padre Leclerc, no quiere saber acerca de la información que Daniel recolectó, y prefiere quedarse con la idea que “Jesús los ama y los espera”
Así, Daniel debe encontrar su propia explicación de lo que Jesús puede llegar a significar; y según El Padre, “gracias a Jesús, en La Iglesia mucha gente puede tener otro día de felicidad, aunque sus vidas sean miserables”
Veamos a la evolución de los personajes.
Jesús/Daniel, se caracteriza por ser solidario y justo.
Su actitud es lineal, constante; no cambia.
En todo momento sigue sus ideales, y mantiene firme su visión ante el mundo.
No se deja influir por lo que piensen y hagan los demás; sin embargo, en cierta ocasión se deja llevar por sus impulsos, y llega a utilizar la violencia para defender lo justo, aunque esa forma de actuar no lo aleja de ser una persona pacífica.
También es un personaje desconocido, el cual no se le veía como protagonista de la obra; tiempo después, se le da esa categoría, y empieza a llamar a gente para seguirle en la obra; y al final, acaba muriendo…
María Magdalena/Mirelle, en el comienzo, se puede apreciar cómo sus ideas están basadas simplemente en el físico, la belleza y la apariencia, y cómo desaprovecha su talento, participando como modelo en anuncios de perfumes.
Cuando Daniel consigue contactar con ella, su vida da un gran giro, pero este no se consolidará del todo hasta el final, pues vuelve a caer en lo mísero y lo banal.
Su evolución no es totalmente progresiva, ya que se dedica a exhibir su cuerpo para anuncios publicitarios, igual que María Magdalena, que era prostituta.
Así, cuando entra Daniel en juego, la saca de ese mundillo, y la convence para que le siga; y acaban teniendo juntos un pequeño romance, igual que lo que se dice que tuvo Jesús con María Magdalena.
Al final, acaba llorando la muerte de Daniel en sus últimos momentos, y es la única que no sufre la tentación de dejar de lado este acontecimiento.
Constance, es una mujer que se acuesta con El Sacerdote que los contrata...
Al principio, vive sola, pero invita a Daniel a que viva con ella.
Esta haría de la discípula mayor, de las 2 que seguían a Jesús, junto con María Magdalena.
Martin y René, son actores “secundarios”, ya que no se les presta mucha importancia; y los 2 vienen de una empresa de traducción de películas; también los 2 son tentados por el abogado para dejar el mundo de lo religioso, para dedicarse a otra cosa, y ganar más dinero, pero luego vuelven gracias a Mireille.
En particular, con el discípulo/René, mientras Daniel estaba vivo, se comprometía a seguirlo, y hacía ver que estaba implicado en su tarea, pero tras la muerte, se destapa su verdadera intención:
Es consumido por la tentación, y tan solo se interesa por el dinero, la fama y el prestigio.
 Su evolución es, por tanto, la más negativa.
Y El Padre Leclerc, es el sacerdote que los contrata para representar la obra.
Al principio no sale mucho, pero toma importancia después de la primera representación de la obra.
Es la personificación de la hipocresía de La Iglesia, de la ilegalidad eclesiástica y el abuso de poder.
Atención a la escena cuando Daniel está audicionando a gente para actuar en su obra:
Los 2 varones del grupo, trabajaban en una empresa de traducción de películas.
Cuando Daniel les dice que se vayan con él, ellos están traduciendo 2 películas para adultos, siendo obras que están “en contra de La Iglesia”:
La creación, y el sexo.
Y nos refleja aquí, que Jesús no recoge a las mejores personas de los mejores estratos sociales, sino que coge a la gente de las clases más pobres, y poco queridas de la sociedad.
En nuestra sociedad, la gente usa a Jesús como un ánimo para sus vidas, por el cual, así vivan en situaciones de miseria, o sean infelices, tienen un leve consuelo espiritual y de fe, que les ayuda a  tener vidas más llevaderas, como decía El Padre Leclerc.
En El Padre Leclerc, se ve la hipocresía de algunos sacerdotes, los cuales dicen seguir unos ideales, como el celibato, pero no los cumplen, es el caso en el que se acuesta con prostitutas, y sus fieles, o en el peor de los casos, con los monaguillos, usando el poder de La Fe para cometer actos de pederastia.
Por otra parte, el director, en la película, va haciendo un paralelo entre los actores de la obra, y Jesús y sus discípulos.
Alrededor de ellos, nos muestra la llamada de los discípulos, las tentaciones de Jesús, los disturbios en el templo, el arresto, y el juicio de Jesús; y su muerte y el impacto en aquellos que lo seguían.
Acá, la figura ancestral y religiosa de Jesús, contrasta con la sociedad materialista de Montreal, en la que se viven falsos valores, en la que se ve la hipocresía de las instituciones, la corrupción, la influencia de los medios en la gente, etc.  
Al final, El Padre decidió cancelar la obra, los actores se oponen, y deciden seguir con la representación, pues el público llega y acepta la propuesta; pero entra la autoridad para desalojarlos, y hay un enfrentamiento:
Daniel, que ya está arriba en La Cruz, entre el enfrentamiento, se cae la cruz con Daniel, y pierde la razón al caer; llaman a la ambulancia, y en hospital, junto con las 2 actrices, el recupera el conocimiento.
Se levanta en esta parte de la película, entra el Cristo de la fe, ya que entra de la muerte a la resurrección.
Él dice que ya se siente bien, y decide retirarse; llegan al metro, y empieza a expresarse como si fuera Jesús, ya que empieza a ver la vida desde una perspectiva diferente:
“Cada persona no valora lo que tiene, y vive a través de un modelo de vida con apariencia, corrupción...”
Enseguida cae muerto, pero al mismo tiempo, gracias a su muerte, Daniel le da vida a otras personas, por medio de los implantes de órganos.
Al final, Daniel ve el mundo desde la perspectiva de Jesús, y ve que el mundo funciona mal, que la gente no se valora entre sí, que vive de acuerdo a modelos de vida hipócritas, que vive de acuerdo a la imagen, a la corrupción, y a la mentira.
Tras la muerte de Daniel, el final de la trama toma diferentes caminos dependiendo de cada personaje, y de sus formas de pensar.
Tan solo una de sus amigas, Mireille, elige el camino correcto, y prosigue las enseñanzas de su amigo.
Sus demás compañeros no pueden seguir el camino sin su anterior guía, y son fácilmente manipulados para sacar provecho, dinero, fama, etc., al aceptar la fundación de una compañía de teatro “que recordara a Daniel”
Evidentemente, Jésus de Montréal tiene muchos paralelos con El Nuevo Testamento, y está tan cargado de todo tipo de alusiones fascinantes, entre el Quebec moderno y los Evangelios:
Daniel es conocido principalmente por el público, a través de “rumores”, y se informa que ha viajado a la India y el Tíbet, reflejando “leyendas extra-bíblicas” acerca de Jesús.
Toda la historia sigue la vida de Cristo desde varias maneras específicas:
Un actor muy famoso, al principio, elogiado por su actuación teatral, dice que Daniel es un actor mucho mejor.
Esta es una referencia a Juan El Bautista como el heraldo de Cristo.
Una productora dice que quiere la cabeza del mismo actor para su revista, en una referencia a Herodes, que quiere que Juan Bautista muera.
Su cabeza entonces aparece en un anuncio del cartel en un subterráneo donde Daniel muere.
Daniel recluta a los actores para que trabajen con él, de manera similar a como Jesús reclutó a sus discípulos.
La primera, Constance, se encuentra trabajando caritativamente en una novela, y Daniel dice simplemente:
“Vine por ti”
Daniel echa a un equipo de producción de una sesión comercial, en una referencia a la limpieza de Cristo del templo.
Fabulosa escena del “casting” al comercial de cerveza:
La defensa por la dignidad de las modelos, expuestas al ridículo e humillaciones; con el destrozo del set y el bofetón a la prepotente directora.
Por ello, Daniel es arrestado.
En el juicio, el juez, como Pilato, envía a Daniel a una persona para que de una segunda opinión, el psicólogo es como Herodes, que no encuentra nada malo con él, y lo envía de nuevo al juez/Pilato.
Y un abogado planea grandes cosas para Daniel, y le muestra el mundo desde un rascacielos, una referencia a la tentación en el desierto.
Tremenda la alegoría del abogado como emisario del demonio.
Después de ser herido, Daniel es llevado al Hospital General Judío…
Arcand dijo, que esto es un paralelo deliberado con Jesús, siendo un judío, rechazado por su propia gente, pero Arcand describió el hospital como eficiente y mejor organizado que otros hospitales de Montreal, porque sentía que esto era preciso.
El erudito Jeremy Cohen, ató la declaración del doctor judío:
“Le perdimos” a la idea del deicide judío.
Después de la muerte de Daniel, sus órganos son trasplantados en 3 personas diferentes, una referencia a Cristo como El Redentor:
Los órganos de Daniel, permitieron a una persona ciega, ver; y salvar la vida de un hombre con su corazón trasplantado, similar a los milagros de Jesús, etc.
Los discípulos de Daniel, también continúan su trabajo después de su muerte, dirigido por Martin, que es un análogo de Pedro.
En lo técnico, la fotografía y el tono sobrio del filme, tocan por momentos a “Il Vangelo Secondo Matteo” (1964) de Pasolini; con la poesía narrativa de los cantos de Qumram, y a los propios evangelios sinópticos.
Jésus de Montréal gana cuando profundiza en las motivaciones de los personajes y en el significado de la fe cristiana, analizando sus posibilidades de aplicación a la vida moderna; y pierde cuando se limita a la crítica explícita, lo que de todas formas no ocurre en muchas ocasiones en el cine.
Como dato, y obviamente, el único que sobresale del reparto es Lothaire Bluteau, explicó que él obtuvo el papel de Jesús, en una obra de La Pasión, en El Oratorio de San José.
El director, Denys Arcand fue a ver la obra, y recordó:
“Vi actores en una mediocre producción que recibieron gritos de aplausos de los turistas, y decidí que tenía que hacer una película”
Bluteau también habló con Arcand sobre las dificultades que él y su amigos tenían en la profesión de actuación, teniendo roles indeseables, en anuncios de televisión y en películas pornográficas.
El mensaje de Jésus de Montréal es obvio, apoyado en personajes maniqueos, como no podía ser de otra manera:
Los buenos son los actores de teatro, que intentan representar una versión “alternativa” de La Pasión de Cristo.
Los malos son, como tanto se oye ahora, la hipócrita casta eclesiástica, sólo interesada en la tradición y la más inamovible ortodoxia.
La superficial casta publicitaria también, que sólo piensa en cuerpos femeninos y en amasar dinero.
Los buenos son también, la gente curiosa, el público que apoya a los actores en su causa libertaria y vanguardista.
“Meilleur ajustement que la plupart des juges dans cette cour”
La temática religiosa, siempre ha causado controversia en el cine; desde prohibiciones, hasta disturbios; y las polémicas han seguido y se han centrado en la proyección de las películas sobre Jesucristo.
Desde el principio, hubo grupos que se manifestaron, por razones diversas, en contra de las películas de turno sobre Jesús.
Si bien algunas fueron desestimadas por la iglesia, por no tener base, en Jésus de Montréal, la base lo es todo.
Primeramente por ser una sátira religiosa, en torno a Jesús en la modernidad, corrosivamente provocativa.
El director Denys Arcand, relata La Pasión de Cristo, llevándolo a otro nivel, donde hace toda una investigación económica, social y política, y llega a convertir el rito sagrado “en una blasfemia para La Iglesia”, según se alegó.
La iglesia salió al paso de Jésus de Montréal, negando todos los datos que en ella se entregan, pero los historiadores avalaron a la película.
La iconoclasta y original producción, dentro de la producción, desató la ira de los grupos conservadores, y pronto la vida real imitó los eventos de las tablas de una forma salvaje e imprevista.
La enseñanza que deja Jésus de Montréal, es que todo en esta vida es posible.
Si uno como persona lucha por ello, porque así lo hizo Daniel a pesar de todas las dificultades que se le atravesaron, se logran los objetivos.
Jésus de Montréal es un ejemplo claro de Jesús en nuestra época, teniendo que morir nuevamente; y es que las enseñanzas de Cristo, que siempre han sido observadas, pueden ser radicales y subversivas, si alguien las toma literalmente.
Veamos el pasado mismo de La Iglesia Católica y los gobiernos que se han declarado seguidores de la fe cristiana.

“Un grand amour n'a personne d'autre que cela:
Donner sa vie à ses amis”



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