Atlantis: The Lost Empire

“...in a single day and night of misfortune, the island of Atlantis disappeared into the depths of the sea”

Esto fue lo último que dijo Platón en el año 360 a.C., al referirse a La Atlántida, llamada “La Isla de Atlas”, la famosa isla mítica mencionada y descrita en los diálogos Timeo y Critias, textos del filósofo griego Platón en La República; y en la historia, se sabe que Atenas repelió  el ataque atlante a diferencia de cualquier otra nación del mundo conocido, supuestamente dando testimonio de la superioridad del concepto de Estado de Platón; y la historia concluye con Atlántida cayendo en desgracia con las deidades, y sumergiéndose en El Océano Atlántico.
En dichos diálogos, La Isla aparece como una potencia militar que existió 9 mil años antes de la época del legislador ateniense Solón, quien, según Platón, es la fuente del relato; y es ubicada más allá de “Las Columnas de Hércules”, que fueron un elemento legendario de origen mitológico, referido en La Antigüedad a los promontorios que flanquean El Estrecho de Gibraltar, y era el límite del mundo conocido por los griegos hasta que, según el historiador griego Heródoto, Coleo de Samos lo atravesó en torno al siglo VII a.C., y se la describe como más grande que Libia y Asia Menor juntas.
Los textos de Platón, señalan la geografía de La Atlántida como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma oblonga de 3000 por 2000 estadios, poco menos de 2000 kilómetros cuadrados, rodeada de montañas hasta el mar.
A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja de todas partes, distante 9 kilómetros del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla, Evenor, nacido del suelo.
Favorecida por Poseidón, la isla de Atlántida era abundante en recursos:
Había toda clase de minerales, destacando el oricalco o cobre de montaña, más valioso que el oro para los atlantes, y con usos religiosos, donde se especula que el relato hace referencia a una aleación natural del cobre.
También había grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales, domésticos y salvajes, especialmente elefantes; copiosos y variados alimentos provenientes de la tierra.
Tal prosperidad dio a los atlantes el impulso para construir grandes obras:
Edificaron sobre la montaña rodeada de círculos de agua, una espléndida acrópolis plena de notables edificios, entre los que destacaban El Palacio Real y El Templo de Poseidón; construyeron un gran canal, de 50 estadios de longitud, para comunicar la costa con el anillo de agua exterior que rodeaba la metrópolis; y otro menor y cubierto, para conectar el anillo exterior con la ciudadela.
Cada viaje hacia la ciudad, era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro; muros estaban hechos de roca roja, blanca y negra sacada de los fosos, y recubiertos de latón, estaño y oricalco.
Finalmente cavaron alrededor de la llanura oblonga, una gigantesca fosa a partir de la cual crearon una red de canales rectos que irrigaban todo el territorio de la planicie.
El poderío de La Atlántida fue tal, que llegó a dominar el oeste de Europa y el norte del África, hasta ser detenida por la ciudad de Atenas.
En ese mismo momento, una catástrofe, que no se describe, hizo desaparecer a la vez la isla y los ejércitos rivales, “en un solo día y una noche terrible”
El mar donde estuviera La Atlántida se tornó innavegable a causa de los bajíos, en tanto que Atenas y los pueblos de Grecia olvidaron el suceso, pues solo unos pocos sobrevivieron.
En Egipto, en cambio, se preservó el recuerdo que, miles de años más tarde, llegó a conocimiento de Solón y, a partir de sus relatos y un manuscrito, a Critias, el narrador.
También se llegó a saber que los reinos de La Atlántida formaban una confederación gobernada a través de leyes, las cuales se encontraban escritas en una columna de oricalco, en El Templo de Poseidón; y las principales leyes eran aquellas que disponían que los distintos reyes debían ayudarse mutuamente, no atacarse unos a otros, y tomar las decisiones concernientes a la guerra, y otras actividades comunes, por consenso y bajo la dirección de la estirpe de Atlas.
Alternadamente, cada 5 y 6 años, los reyes se reunían para tomar acuerdos, y para juzgar y sancionar a quienes de entre ellos, habían incumplido las normas que los vinculaban.
La justicia y la virtud eran propios del gobierno de La Atlántida, pero cuando la naturaleza divina de los reyes descendientes de Poseidón se vio disminuida, la soberbia y las ansias de dominación se volvieron características de los atlantes.
Según el Timeo, comenzaron una política de expansión que los llevó a controlar los pueblos de Libia hasta Egipto y de Europa, hasta Tirrenia.
Cuando trataron de someter a Grecia y Egipto, es que fueron derrotados por los atenienses.
El Critias señala que los dioses decidieron castigar a los atlantes por su soberbia, pero el relato se interrumpe en el momento en que Zeus y los demás dioses se reúnen para determinar la sanción…
Sin embargo, habitualmente se suele asumir que el castigo fue un gran terremoto y una subsiguiente inundación que hizo desaparecer la isla en el mar.
La descripción detallada de la isla y la mención de que se trata de una historia verdadera, llevó a muchos investigadores a proponer diversas conjeturas sobre su ubicación y existencia; del mismo modo, el hecho de que la fuente sea una tradición no comprobada, y la evidencia de que en los diálogos se hace uso de la ironía, hizo que otros estudios considerasen a la historia como una invención literaria destinada a expresar ciertas ideas políticas de Platón.
Durante La Antigüedad y La Edad Media, prevaleció la interpretación del relato como una alegoría, pero a partir de La Edad Moderna y, especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX, durante El Romanticismo, se multiplicaron las hipótesis sobre La Atlántida, identificándola con diversas culturas del pasado o con la cuna de la civilización; y la leyenda fue recuperada así por los humanistas, quienes la asumirán unas veces como vestigio de una sabiduría geográfica olvidada; y otras como símbolo de un porvenir utópico.
No será hasta la segunda mitad del siglo XIX, que la historia de La Atlántida adquiera la fascinación que provoca hasta hoy en día.
En 1940, por ejemplo, Edgar Cayce, uno de los psíquicos más célebres de Estados Unidos, hizo descripciones de La Atlántida en sus lecturas, toma como base el relato existente de Platón, y lo amplía con nuevos detalles, como que la civilización atlante se regía bajo un gobierno teocrático llamado Ley del Uno, la civilización tenía una tecnología avanzada basado en cristales de cuarzo, que a su vez dependía de un Gran Cristal; sin embargo, los líderes atlantes abusaron del poder de este Gran Cristal que llevó a la extinción bajo las aguas; los sobrevivientes llegaron a Egipto, donde guardaron su conocimiento dentro de La Esfinge.
La investigación moderna, no obstante, ha comprobado que no existen las supuestas fuentes egipcias del relato, y que la narración presenta anacronismos y datos imposibles, lo cual lleva a descartarla como histórica.
Algunos investigadores, sin embargo, admiten la posibilidad de que el mito haya sido inspirado en un fondo de realidad histórica vinculado a algún desastre natural; inclusive hay quienes la relacionan con hechos extraterrestres, etc.
A pesar de su importancia menor en el trabajo de Platón, la historia de La Atlántida ha tenido un impacto considerable en la literatura; donde el aspecto alegórico se retomó en obras utópicas de varios escritores renacentistas, como “New Atlantis” de Francis Bacon y “Utopia” de Tomás More.
Por otro lado, los eruditos aficionados del siglo XIX, malinterpretaron la narrativa de Platón como una tradición histórica, sobre todo en “Atlantis: The Antediluvian World” de Ignatius L. Donnelly; y como consecuencia, La Atlántida se ha convertido en sinónimo de todas las supuestas civilizaciones perdidas prehistóricas avanzadas, y continúa inspirando la ficción contemporánea, desde cómics hasta varias películas de distinto contenido.
“Imagine my embarrassment when he found the darn thing”
Atlantis: The Lost Empire es una película de animación, del año 2001, dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise.
Protagonizada por Michael J. Fox, Cree Summer, James Garner, Leonard Nimoy, Don Novello, Phil Morris, Claudia Christian, Jacqueline Obradors, Jim Varney, entre otros.
El guión es de Tab Murphy, basado en una historia de Kirk Wise, Gary Trousdale, Joss Whedon, Bryce & Jackie Zabel y Tab Murphy.
Producida por Walt Disney Pictures, esta es una película de aventuras, fantasía y ciencia ficción del tipo “steampunk”, un subgénero nacido dentro de la ciencia ficción especulativa; que a día de hoy ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural, y no tan solo literario; pues el “steampunk” se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante, y por lo general localizada en Inglaterra durante La Época Victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía, así como varios anacronismos propios del género, por ello a menudo muestran tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura, el arte, la moda, e incluso la arquitectura; al tiempo que todo el “steampunk” se inspira principalmente en los trabajos de H.G. Wells y Jules Verne; y pesar de que el “steampunk” es relativamente nuevo, el atractivo al público, la majestuosidad del subgénero y la maleabilidad de este encajan perfectamente con la moderna cinematografía, ofreciendo, día a día, una mayor cantidad de títulos donde sus características se hacen más notorias.
Atlantis: The Lost Empire es también la primera película de ciencia ficción en el canon de filmes animados de Disney, y la #41 en general.
En el momento de su estreno, la película había hecho un mayor uso de imágenes generadas por computadora (CGI) que cualquiera de los filmes animados tradicionalmente anteriores de Disney; y sigue siendo uno de los pocos filmados en formato anamórfico.
Por su parte, el lingüista Marc Okrand, creó un lenguaje específicamente para el filme mientras James Newton Howard proporcionó la banda sonora.
Como dato, Atlantis: The Lost Empire se estrenó en un momento en que el interés de la audiencia por las películas animadas, se alejaba de la animación dibujada a mano, hacia películas con CGI completas; y con un presupuesto de alrededor de $90 a 120 millones, la película recaudó más de $186 millones en todo el mundo, de los cuales, $84 millones se ganaron en EEUU; pero debido a la deslucida actuación de taquilla, Disney silenciosamente canceló una serie de televisión “spin-off” y una atracción subacuática en su parque temático Disneyland.
No obstante, algunos críticos la elogiaron como una desviación única de los personajes y características animadas típicas de Disney; mientras que a otros no les gustó, debido al público meta poco claro, y la ausencia de canciones; sin embargo, Atlantis: The Lost Empire es ahora considerada una película de culto, debido en parte a la influencia artística única del creador de comics, Mike Mignola.
Al tiempo que la película provocó una secuela directa al video llamada “Atlantis: Milo's Return” (2003)
La película está dedicada “en recuerdo a nuestro amigo Jim Varney” en su último papel en el cine; además, notar que el logotipo de Walt Disney Pictures está grabado en relieve en acero; y no hay créditos de apertura.
Ambientada en 1914, la historia cuenta cómo un joven obtiene la posesión de un libro sagrado, que él cree que lo guiará a La Atlántida; él es Milo James Thatch (Michael J. Fox), nieto del gran Thaddeus Thatch, que trabaja en la sala de calderas de un museo; él sabe que La Atlántida era real, y que puede llegar allí si obtiene el misterioso “Diario Shephard”, que puede guiarlo a La Atlántida.
Pero él necesita a alguien para financiar un viaje… y su empleador cree que es tonto, por lo que se niega a financiar cualquier idea loca.
Él regresa a su casa, y encuentra a una mujer allí que lo lleva a Preston B. Whitmore (John Mahoney), un viejo amigo de sus abuelos, y le da el famoso diario, un submarino y la compañía de un equipo de lo más variopinto:
El líder, es un hombre firme y decidido, El Comandante Lyle Rourke (James Garner), que va acompañado de la enigmática Helga Sinclair (Claudia Christian)
A su lado también encontramos a:
Vincenzo “Vinny” Santorini (Don Novello), un italiano experto en demoliciones; Gaëtan “Mole” Molière (Corey Burton), un geólogo francés; El Dr. Joshua Strongbear Sweet (Phil Morris), un médico afro-americano; la joven Audrey Rocio Ramirez (Jacqueline Obradors), una mecánica aventurera; y la operadora Wilhelmina Bertha Packard (Florence Stanley)
Todo ellos se embarcarán en una gran expedición a bordo del submarino Ulises; donde viajarán a través del Océano Atlántico, enfrentándose a una gran langosta llamada el Leviatán, y finalmente esperan llegar a La Atlántida.
En su aventura al fondo del mar, ellos descubrirán lugares insólitos, pero también monstruosos animales acuáticos que pondrán en peligro la vida del grupo.
Entre misterios, agua salada y nerviosismo, el equipo tendrá que hacer frente a todo tipo de obstáculos para llegar al lugar perdido.
¿Pero la tripulación tiene un deseo de descubrimiento… o algo más?
No hay que leer mucho más para saber que éste fue uno de los filmes más vanguardistas e infravalorados de La Era Experimental de Disney, un filme adelantado a su tiempo, con filosofía narrativa como gran innovación y la estética de los personajes, ahora más humanos que nunca.
Y si recordamos que este filme se estrenó en 2001, hay 2 frentes en los que la animación destaca:
El acertado uso híbrido del CGI y la iluminación, que sin duda, para aquella época, disponer de una animación tradicional afinada, no suponía un reto.
Muestra de ello es la corrección y fluidez de cada uno de los fotogramas, y si llamamos a esto, “La Era Experimental”, por algo será.
“Your grandad had a saying:
Our lives are remembered by the gifts we leave our children”
This journal is his gift to you, Milo.
Atlantis is waiting.
What do you say?”
La idea de Atlantis: The Lost Empire fue concebida en octubre de 1996, cuando Don Hahn, Gary Trousdale, Kirk Wise y Tab Murphy, almorzaron en un restaurante mexicano en Burbank, California; y el desarrollo comenzó después de que la producción terminara “The Hunchback Of Notre Dame” (1996); y en lugar de otro musical, el equipo de producción decidió hacer una película de acción y aventura, inspirándose en la novela “Voyage au centre de la Terre” (1864) de Jules Verne; por lo que se propusieron hacer una película que exploraría completamente La Atlántida, en comparación con la breve visita representada en la novela de Verne.
Y mientras utilizaban principalmente Internet para investigar la mitología de La Atlántida, los realizadores se interesaron en las lecturas clarividentes de Edgar Cayce, y decidieron incorporar algunas de sus ideas, especialmente la de un cristal madre que proporciona poder, curación y longevidad a los atlantes.
También visitaron museos e instalaciones del ejército antiguo para estudiar la tecnología de principios del siglo XX, el período de la película; y viajaron a 800 pies bajo tierra, en Las Cavernas de Carlsbad en Nuevo México, para ver los senderos subterráneos que servirían de modelo para acercarse a La Atlántida en la película.
Por ello, Atlantis: The Lost Empire fue notable por adoptar el estilo visual distintivo del creador de comics Mike Mignola; y obtuvieron el estilo arquitectónico, la vestimenta, el patrimonio, las costumbres, cómo dormirían, y cómo hablarían.
Marc Okrand empleó una reserva de palabras indoeuropea con su propia estructura gramatical, donde cambiaría las palabras si comenzaban a sonar demasiado como un lenguaje real y hablado; y John Emerson diseñó el componente escrito, haciendo cientos de bocetos de letras individuales entre los cuales, los directores eligieron lo mejor para representar el alfabeto Atlante.
El lenguaje escrito fue “boustrophedon”, diseñado para leerse de izquierda a derecha en la primera línea, luego de derecha a izquierda en la segunda, continuando en un patrón en zigzag para simular el flujo de agua.
Y al diseñar la ciudad, los realizadores querían evitar el concepto de Atlántida como “columnas griegas derrumbadas bajo el agua”; por ello observaron la arquitectura maya, estilos de arquitectura antigua e inusual de todo el mundo, y a los directores les gustó mucho la apariencia de la arquitectura del sudeste asiático.
El equipo más tarde tomó ideas de otras formas arquitectónicas, incluidas las obras camboyanas, indias y tibetanas.
El diseño general y el diseño circular de La Atlántida, también se basó en los escritos de Platón, y su cita “en un solo día y noche de infortunio, la isla de Atlántida desapareció en las profundidades del mar”, fue influyente desde el comienzo de la producción.
En cuanto a la historia, trata sobre el milenario anhelo de muchos investigadores, filósofos y aventureros por encontrar la mítica ciudad de La Atlántida, pero en esta cinta observamos más bien un interés por mostrar las supuestas cualidades esotéricas que muchos que pregonan esta tendencia, aseguran tenía cabida en ese lugar.
De manera evidente, como un ejemplo, porque hay varios, puede verse como toda la película gira alrededor del supuesto “poder de los cristales”
El guión, si bien fue elegido para una cinta de animación ¿infantil?, bien hubiera podido ser utilizado para una película de acción para mayores, ya que las escenas de violencia son más que explícitas; y aquí además hay más violencia gráfica, pues se ven pistolas, rifles, metralletas, entre otras armas, y no sólo se ven, sino que se utilizan y provocan tantos muertos.
Como dato de interés, la mayor parte de la película tiene lugar en 1914, el año en que comenzó La Primera Guerra Mundial:
Milo James Thatch es un joven brillante, empleado de mantenimiento del Smithsonian Institution, y ha sido inspirado por su abuelo, quien a menudo hablaba de encontrar “El Continente Perdido de La Atlántida”; por lo que Milo intenta convencer a varias de las personas más importantes del Smithsonian, para que financien una expedición, pero casi todos piensan que está loco…
Al volver a casa una noche, Milo conoce a Helga Sinclair, quien lo acompaña a la casa del excéntrico millonario, Preston B. Whitmore, quien afirma haber conocido al abuelo de Milo, y le presenta un diario que contiene información sobre cómo llegar a La Atlántida; y Preston afirma que tiene un equipo listo para salir, pero quiere que Milo encabece la expedición, por lo que el joven acepta con entusiasmo.
La expedición los lleva a las aguas de la capa de Islandia, donde un sumergible gigante los lleva al fondo del océano; donde Milo advierte a la tripulación, que algo conocido como “El Leviatán” puede estar protegiendo la entrada a La Atlántida; y resulta que “El Leviatán” es una criatura marina mecánica gigante, que termina destruyendo el submarino…
Afortunadamente, Milo y algunos miembros de la tripulación escapan, y se encuentran en una caverna subterránea.
Después de desafiar varias trampas y criaturas extrañas, finalmente llegan a La Atlántida, conservada en una atmósfera hundida; sin embargo, antes de que puedan acercarse, son abordados por varios nativos, liderados por la hija del Rey Kashekim Nedakh (Leonard Nimoy), La Princesa Kidagakash “Kida” Nedakh (Cree Summer)
Milo, pronto puede comunicarse con los nativos, y revelan que conocen muchos idiomas diferentes, incluido el inglés.
A lo que Kida lleva al grupo a La Atlántida, donde su padre, que no está muy contento de conocer a estos extraños, y les pide que se vayan.
Sin embargo, un miembro de la expedición, Rourke, solicita quedarse un día, y se le concede esta solicitud.
Después de que los despiden de las cámaras, Milo explica que siente que El Rey está ocultando algo; y Rourke dice que quiere saber qué sería…
Milo es solicitado por los demás para obtener esta información, y poco después se reúne con Kida; y mientras que Milo quiere saber más sobre La Atlántida, Kida siente curiosidad por el mundo exterior.
Milo le muestra a Kida el diario, y también descubre que los cristales de los atlantes alrededor de sus cuellos, también funcionan como una llave que puede animar objetos de piedra con el vuelo.
Kida explica, que su civilización ha perdido la capacidad de leer su propio idioma, pero Milo es capaz de descifrar el texto en las ruinas hundidas debajo de la ciudad.
De acuerdo con la información, hay un cristal que se conecta con los collares usados por los atlantes, y se considera su “corazón”
Milo y Kida, pronto son abordados por Rourke, quien se revela que ha llegado a La Atlántida para encontrar el cristal con fines monetarios; y pronto se descubrió que los otros y Helga, también participaban en el plan, y se dirigían a ver al Rey; que niega tener conocimiento del paradero del cristal; pero Rourke pronto encuentra una entrada subterránea secreta debajo de la sala del trono, donde se guarda el enorme cristal.
Mientras el grupo observa, Kida adquiere repentinamente un resplandor azul en sus ojos, y asciende hacia el cristal; y mientras miran, el cristal se funde con ella, convirtiéndola en una brillante figura azul.
Rourke y el resto del equipo, llevan el Cristal con Kida dentro por encima del suelo, sellándola en una caja de metal.
Aunque al principio los otros ayudan a Rourke, cuando Milo razona con ellos, pronto, solo Helga acompaña a Rourke, y los otros soldados quedan fuera de La Atlántida; y cuando se van, los collares de cristal de los atlantes oscilan juntos.
De esa manera, está la batalla final, y la rendición de algunos malos… la salvación de La Atlántida y el final feliz de la pareja.
La trama es ágil y bien llevada, los personajes tardan casi 40 minutos en llegar a La Atlántida, pero no se hace pesado en absoluto, pues no es de esas películas aburridas, en las que la acción recae de tal manera que el espectador se aburre soporíferamente; aquí la línea narrativa da tensión y curiosidad en los momentos oportunos; con un prólogo misterioso que presenta una serie de preguntas que deja en el aire para resolverlas a medida que va pasando la película.
Por ello está bien narrada, y si nos paramos a pensar, Milo es una mente brillante desaprovechada y ninguneada en un trabajo que, sinceramente, apesta; se menciona la selección natural de Darwin, algo que un niño no entenderá realmente, en un contexto que casi roza el darwinismo social, algo muy común en la época en la que se enmarca la película, y que será un dolor de cabeza para la sociedad del siglo XX; con la divinidad en el tema del Cristal, uno de los aspectos más interesantes de la película, con la convergencia de todos los predecesores en un único ente divino, aunque, de nuevo, es un tema que un niño no comprende del todo, al menos, no con todo su alcance; e incluso se toca el tema de saquear riquezas “por el bien cultural”
Al tiempo que Atlantis: The Lost Empire es sin duda alguna, una película que rompe con el retrato que suele hacer Disney de las mujeres.
Hasta este momento, es muy raro observar mujeres fuertes e independientes como protagonistas en las películas animadas de Disney; y la imagen habitual de “La Princesa” es una mujer delgada y de piel clara, que siempre usa vestidos; pensemos en Snowhite o Aurora…
Además, esta mujer estereotipada de Disney, siempre está de buen humor...
También es, en general, un personaje de relleno o de soporte al verdadero protagonista de la película… un hombre; aún por esta razón, Atlantis: The Lost Empire es una película pionera de la reivindicación de las mujeres en el cine animado, sea infantil, juvenil o adulto; y muestra múltiples personajes femeninos que cumplen diversos roles a lo largo de la película:
En un primer plano encontramos a Kida, La Princesa pero guerrera, que desesperadamente quiere salvar a su pueblo, pero no sabe cómo hacerlo.
Kida está destinada a guiar y proteger a su pueblo, y decide contradecir los deseos de su padre; así, Kida establece una alianza con Milo para lograr traducir los antiguos textos proféticos; y solo de esta manera podría Kida recuperar el esplendor perdido de La Atlántida.
Otros de los personajes más carismáticos de la película, es Audrey, una joven y valiente encargada de un trabajo asociado tradicionalmente a los hombres, la mecánica; y ella admite que se interesó en la mecánica porque su padre quería hijos varones, pero tuvo 2 niñas.
Sin embargo, Audrey no se dejó coartar por las expectativas sociales.
En la película, ella es presentada como una mujer emprendedora que sueña con tener su propio taller mecánico, inclusive su ropa es toda una novedad, sin dejar de ser femenina.
Por otra parte está Helga Sinclair, una mujer imponente y misteriosa, enfocada en lograr sus metas; es una mujer que juega un papel seductor, al estilo de la “femme fatale” del cine negro, aunque solo para conseguir sus objetivos.
Ella está aliada con El Comandante Rourke, y aun así no deja de ser un personaje fuerte, con sus propias motivaciones; pero finalmente, herida de muerte por el propio Rourke, ésta le dispara y mata para vengar su traición.
Es traumático que Helga muera, traicionada por un hombre, sin la esperanza de que cambie su motivación y se arrepienta, pese a que gracias a ella, la pomposa expedición se salva de morir en la explosión.
Co todo, no tratan siquiera de salvarla y ni siquiera se acuerdan de ella los demás… es realmente triste…
Pero de todas las mujeres, que las hay de todas las edades como la fumarola de la Wilhelmina, Kida es la protagonista segura de sí misma, ácida, fuerte, altruista y un personaje increíble; en cierto modo, la línea narrativa la obliga a convertirse en “la damisela en apuros” pero por una razón noble, y eso no le resta fuerza al personaje.
Su relación con Milo es preciosa y fluida, pues entre ambos se establece una simbiosis para buscar un conocimiento que el otro cree perdido, y en esa complicidad se basa su relación, en aprender del uno del otro, un aspecto muy real en las relaciones y que, muchas veces, pasa casi desapercibido.
Algo que llama la atención de esta relación romántica, es que no hay un beso entre la pareja protagonista; y en su lugar hay un precioso abrazo cargado de sentimientos…
¿Será que Milo es gay?
Hay muchos signos que pueden asegurarlo…
Y como pareja protagónica, está muy infravalorada, y eso que su relación es una de las más bonitas que ha mostrado Disney.
Otro punto a favor, es la capacidad de crear buenos secundarios, con una historia propia, que calzan bien en la historia principal, y que acaban siendo tan entrañables como el propio protagonista:
El amable y diligente doctor Sweet, ya su apellido lo dice todo; a la divertida y refunfuñona señora Packard, la cual se lleva la palma por el humor ácido, sarcástico y punzante que tanto me gusta; a Audrey, la jovencísima mecánico de la expedición, leal pero fácil de exaltar; y a los divertidos Vinny, uno de los secundarios favoritos; y Mole como el alivio cómico por excelencia, aunque se le haga mucho “bullying” por su aspecto.
Mientras el señor Whitmore también es un personaje interesante, precisamente porque es todo un excéntrico, muestra una dualidad interesante entre el anciano algo chiflado y gracioso, y el hombre mayor que anhela al amigo que perdió, y desea honrar su memoria de la mejor forma posible.
El padre de Kida, a pesar de aparecer poco, es un personaje importante a mencionar, pues en él se encarna el peso de las malas decisiones, de la arrogancia, y del miedo a la pérdida.
El verdadero villano enmascara sus codiciosas intenciones, algo que por desgracia, es muy habitual en el mundo en el que vivimos, y en el que nos movemos; pues posteriormente también se menciona de forma velada, la venta de armas a países por pura avaricia, el señor dinero que todo lo mueve y todo lo puede; sabiendo lo devastador que puede ser.
Rourke es un villano que tal vez te deja algo frío... sin embargo, es la villana secundaria la que se lleva la peor parte, al tiempo que está muy desaprovechada.
Con Helga, Disney creó una “femme fatale” con muchas posibilidades, a la que se podía sacar mucho más partido; como el hecho de que la mayoría de los villanos cambian su proceder y se convierten casi mágicamente en personas buenas, ella tuvo la oportunidad, aunque le costó la vida.
Más yendo al trasfondo espiritual que presenta Atlantis: The Lost Empire, relaciono más bien ese cambio “de malos a buenos”, como una invitación al espectador hacia un cambio de vida, pero claro está, uniéndose a las tendencias del New Age.
Si bien, por un lado creemos que de una manera mucho más abierta que otras, Atlantis: The Lost Empire tiende a promocionar enseñanzas esotéricas y metafísicas, las cuales sabemos, no son compatibles con el cristianismo, por lo que no imagino a todos los panderetas haciendo temas en el púlpito; por otro lado está la violencia, muerte y las escenas sugerentes que libremente fluyen; y que convence, nuevamente, que esta película no es para niños, como lo son todas, que correspondería más bien a un público adolescente y adulto.
En el fondo, Atlantis: The Lost Empire ilustra de forma bastante explícita, el choque entre la búsqueda por necesidad de saber y por comprender la cultura, y la búsqueda por codicia y beneficio personal.
Y entre medias, nos encontramos con valores como la amistad, la justicia, las decisiones… y confirma que el bien y los mansos heredarán La Tierra venciendo con su pureza a todo malvado.
Técnicamente, Atlantis: The Lost Empire está en la cima de su producción, con 350 animadores, artistas y técnicos que trabajaron en los 3 estudios de animación de Disney:
Walt Disney Feature Animation en Burbank, California; Disney Feature Animation en Orlando, Florida; y Disney Animation en París, Francia.
La película final incluyó 362 tomas de efectos digitales, y se usaron programas de computadora para unir sin problemas las ilustraciones en 2D y 3D.
Siendo esta, una de las pocas películas animadas de Disney producidas y filmadas en formato anamórfico de 70mm; pues los directores consideraron que una imagen de pantalla ancha era crucial, como una referencia nostálgica a las viejas películas de acción y aventuras presentadas en el formato CinemaScope, es decir, 2.35:1; señalando como inspiración “Raiders Of The Lost Ark” (1981)
Y debido a que para cambiar al formato se necesitarían escritorios de animación y equipos diseñados para pantalla panorámica, los ejecutivos de Disney al principio se mostraron reacios a la idea.
Además, el equipo de producción encontró una solución simple al dibujar dentro de un marco más pequeño en el mismo papel y equipo utilizado para las películas animadas de Disney con una relación de aspecto estándar, es decir, 1,66:1
El supervisor de diseño, Ed Ghertner, escribió una guía para el formato de pantalla ancha para uso de los artistas de diseño, y mencionó que una de las ventajas de la pantalla panorámica, era que podía mantener a los personajes en escenas más largas debido al espacio adicional para caminar dentro del marco; y se obtuvo más inspiración para el formato de los cineastas David Lean y Akira Kurosawa.
El estilo visual de la película, estaba fuertemente basado en el de Mike Mignola, el artista de comics detrás de “Hellboy”, que fue uno de los 4 diseñadores de producción, junto con Matt Codd, Jim Martin y Ricardo Delgado, contratados por el estudio de Disney para la película.
En consecuencia, proporcionó guías de estilo, carácter preliminar y diseños de fondo, e ideas de historias; por lo que el estilo gráfico y angular de Mignola, fue una influencia clave en la apariencia de los personajes.
Como dato, observar las manos de los personajes, sobre todo los masculinos, con uñas, y mucho más “poderosas”, manos grandes, cuadradas y “extrañas”, solo ese detalle, en Atlantis: The Lost Empire comprobamos cómo ha cambiado el trazado habitual de los personajes Disney, hacia una visión mucho más real, si se quiere, “humana”
Y definitivamente no podemos pasar por alto que, prácticamente desde el inicio, y en el resto del filme, se presentan poses, movimientos, contornos y voces sugestivas sexualmente... no es de extrañar, además que la ambigüedad de algunos personajes, elementos fálicos, etc. 
También, el tema de la película es uno de los más maduros, profundos y originales que he visto en una película de animación; varios críticos y académicos han notado que el filme juega fuertemente en temas de anticapitalismo y antiimperialismo; con Rourke, motivado por la avaricia capitalista cuando persigue su propio beneficio financiero, a pesar del conocimiento de que su robo del cristal conducirá a la destrucción de La Atlántida.
O la exploración de temas morales y espirituales, leyendo una moral más segregacionista, concluyendo con el descubrimiento de los atlantes mantenidos en secreto de otros habitantes de la superficie, a fin de mantener una separación entre las 2 culturas altamente divergentes.
Otros la vieron como una mirada interesante a la filosofía utópica del tipo que se encuentra en las obras clásicas de ciencia ficción de H.G. Wells y Jules Verne, evidentemente; y también vieron paralelismos con la película de 1994 “Stargate”, que se dice que las características de Milo se parecen a las de Daniel Jackson, el protagonista de Stargate y su serie de televisión “spin-down”, “Stargate SG-1”, que casualmente lanzó su propio “spin-off” titulado “Stargate Atlantis”
Del elenco, dijo que eligieron a Michael J. Fox para el papel, porque sentían que le dio a su personaje su propia personalidad, y lo hizo más creíble en la pantalla.
Como curiosidad, los directores mencionaron que Fox también había recibido un papel para otra película, “Titan A.E.” (2000), y se le permitió a su hijo elegir la película en la que trabajaría, y eligió Atlantis: The Lost Empire.
Y es que el film provocó una serie de primicias interesantes para Disney:
Milo Thatch, fue el primer héroe animado de Disney en usar lentes; la primera tradicionalmente animada desde “The Black Cauldron” (1985) para ser estrenada con una calificación PG por la MPAA, además de ser la 4ª película de Disney totalmente animada con esa calificación.
Esta es una de las primeras películas de Disney que presenta un personaje afroamericano, como un personaje secundario importante; y una de las últimas en presentar un personaje que fuma.
Kida, es la primera Princesa de Disney en convertirse en Reina dentro de su película original; sin embargo, su coronación no se muestra en la pantalla.
Atlantis: The Lost Empire es una de las pocas películas de Disney que tendrá lugar en un año real, 1914; y es la película con más bajas, muertos.
También, abrió el camino a una representación más inclusiva de las mujeres en el cine animado, siendo la primera de una serie de importantes películas que retratan a las mujeres como individuos capaces, inteligentes e independientes; y esta tradición se unió “Frozen” (2013) y posteriormente “Moana” (2016)
Como posible error, durante la escena de la fogata, Milo comenta que el “Shepherd's Journal” termina como si faltara una página...
Esto refleja cómo, en la vida real, la narración de Platón sobre La Atlántida interrumpe la mitad de la oración, porque el resto del manuscrito se ha perdido; el error llega que lo escrito aparece en el anverso, por lo que también tiene un reverso, al menos que esté en blanco, ese detalle no se muestra.
Como curiosidad, el vehículo de Milo en la escena final de la pelea, es una reminiscencia de una escultura encontrada en excavaciones arqueológicas de Egipto; y se hace referencia a esta escultura como prueba de que las civilizaciones antiguas sabían sobre el transporte aéreo…
En un momento de la película, Kida menciona que La Atlántida fue hundida por los dioses, lo que implica que los atlantes son politeístas; esto también podría ser una referencia a la leyenda, de que estaba hundida en el fondo del mar por los dioses olímpicos debido a la arrogancia.
Y hablando de arrogancia, cada año el estudio de Walt Disney Pictures nos receta una o 2 “películas evento”, cuya popularidad no tiene nada que ver con su calidad, sino con la cantidad de dólares invertidos en su publicidad y mercadotecnia.
Y con La Princesa Kida, a raíz del estrepitoso fracaso de la película, no obtuvo una posición en la línea comercial de Princesas Disney…
Una pena, ya que la por aquel entonces nueva línea de “merchandising” podría haber arrojado un poco de luz sobre el filme, y ayudaría a diversificar la representación racial junto a Pocahontas, Mulán y Esmeralda; que formó parte de la línea comercial hasta 2004.
Otro dato de interés, es El Ulises atacado por El Leviatán, que es una escena similar a “Star Wars: Episode I - The Phantom Menace” (1999), donde Qui-Gon Jinn, Obi-wan Kenobi y Jar Jar Binks también son atacados por monstruos marinos en camino a la ciudad de Theed, en Naboo.
De hecho hay muchas referencias a la saga Star Wars, a Indiana Jones y a Jurassic Park, tanto en algunas escenas como en efectos de sonido.
Y evidentemente alguien en Disney vio “Titán A.E.” (2000) de Fox Animation Studios, que mantiene similitudes con algunos personajes principales, la trama y las escenas.
Además de las similitudes en la historia, las películas anotadas comparten los mismos problemas:
Pretende ser una cinta de aventuras animadas para niños, con buen grado de violencia y muerte.
Por último decir que Gary Rydstrom y su equipo en Skywalker Sound, fueron contratados para la producción de sonido de la película; al igual que James Newton Howard, se empleó diferentes sonidos para las 2 culturas.
Centrándose en la máquina y los sonidos mecánicos de La Era Industrial temprana para los exploradores, sintió que los atlantes deberían tener un sonido más orgánico, utilizando cerámicas y alfarería.
El sonido hecho por los vehículos de pez volador atlante, planteó un desafío particular; y reveló que estaba sentado al costado de una carretera grabando un día, cuando un camión pasó a alta velocidad…
Cuando la grabación se aceleró en su computadora, sintió que sonaba muy orgánica, y eso es lo que se escucha dentro de la película.
Se creó el sonido armónico del Corazón de La Atlántida frotando con su dedo el borde de una copa de champaña, y el sonido de los subpozos moviéndose a través del agua, con un pico de agua.
Y dado que la película no incluiría ninguna canción, los directores contrataron a James Newton Howard para componer la partitura.
Acercándose a ella como una película de acción real, Howard decidió tener diferentes temas musicales para las culturas del mundo de la superficie y La Atlántida.
En el caso de La Atlántida, Howard eligió un sonido orquestal de Indonesia que incorpora campanas y gongs.
Los directores le dijeron a Howard, que la película tendría una cantidad de escenas clave sin diálogo; por lo que la partitura necesitaría transmitir emocionalmente lo que el espectador estaba viendo en la pantalla.
“Academics, you never wanna get your hands dirty.
Think about it:
If you gave back every stolen artifact from a museum, you'd be left with an empty building”
A lo largo de la historia, y en especial tras la llegada a la fama de Ignatius Donnelly, conocido a por sus extensos escritos sobre La Atlántida, que dio al mito esa aura romántica de que goza hoy; ese velo de misterio que atrae a la gente, han aparecido numerosas hipótesis sobre la localización que tuvo La Atlántida, las causas de su desaparición, y la naturaleza de la civilización atlante.
Varias hipótesis modernas proponen que algunos de los elementos de la historia de Platón se derivan de hechos o mitos vinculados a lugares y culturas reales.
Otras se basan en fenómenos paranormales o la intervención de alienígenas para tratar de explicar la destrucción de las tierras atlantes, y de las construcciones, y la escasez de restos arqueológicos.
Ante la cantidad de sitios propuestos como el emplazamiento de La Isla, se sostiene que las hipótesis de la ubicación de La Atlántida tienen defectos de fondo y forma; y por ello se rechaza en general las distintas conjeturas, y en particular el supuesto descubrimiento de la ubicación de La Atlántida en el sur de España; y se señala que el mito de La Atlántida propuesto por Platón, recoge su percepción acerca del costo de la guerra en lo económico y social, derivado de la observación del conflicto armado entre los siracusanos y los cartagineses; y este relato presentaría un mensaje moral alrededor de una sociedad que al hacerse rica, se torna belicosa y corrupta, y por ello es destruida por un “castigo divino”
Dicha postura, en general, coincide con los estudiosos del pensamiento platónico, quienes proponen que Platón simplemente elabora un relato mítico con base en hechos y localizaciones reales de la época, tomando elementos de las descripciones etnográficas de Heródoto.
Al respecto, no debe olvidarse que el propio Platón recomienda, en su estudio de la polis ideal, el uso de una noble falsedad para poder discutir y consolidar el sistema político ideal…
El primer revés para las hipótesis, sobre todo para las que postulaban a La Atlántida como un continente de gran tamaño y distinto a los existentes, se produjo al descubrirse y demostrarse el fenómeno de la deriva continental que afecta a las placas que forman la corteza terrestre.
Por otra parte, los académicos y expertos en el pensamiento platónico, consideran que La Atlántida jamás tuvo existencia real.
Según el consenso científico, el relato de Platón tiene una finalidad metafórica y simbólica, más que historiográfica; a lo sumo, podría considerarse que ciertos hechos históricos; el anegamiento de tierras, como la isla de Atalanta, Las Guerras Médicas y los enfrentamientos entre siracusanos y cartagineses o, incluso, un diluido recuerdo de la potencia minoica, estén en la base de un escrito destinado a ilustrar un punto de vista filosófico.
En lo que respecta a los estudiosos que aceptan como posible la existencia de La Atlántida, cabe señalar que muy pocos de ellos se especializan en historia antigua, filología clásica o arqueología, siendo en su mayoría aficionados provenientes de diversos campos; sin embargo existe un número reducido entre aquellos que mantienen la existencia de un núcleo histórico en el relato platónico, que han intentado utilizar metodología histórica para encontrarlo.
Estos estudiosos reconocen que Platón crea la historia de La Atlántida, con el propósito de expresar sus reflexiones políticas, pero añaden que su relato deja entrever antiguas tradiciones sobre las civilizaciones de la cuenca del Egeo durante La Edad del Bronce.
Con todo, existen numerosas hipótesis en cuanto a la posible ubicación de la mítica Atlántida; y algunas pretenden ser científicas, otras son manifiestamente pseudocientíficas y hasta esotéricas.
Lo desconocido siempre será un tema que le interesará al hombre.

“Atlantis is waiting...”



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