VLISSE

“There are greater gifts.
To be born and to die, and in between to live like a man”

Hómēros es el nombre dado al “aedo” o cantor griego antiguo a quien tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas:
“La Ilíada” y “La Odýsseia”; y desde el período helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, antes no solo no existían estas dudas, sino que esas obras eran considerados relatos históricos reales; siendo el pilar sobre el que se apoya la épica grecolatina y, por ende, la literatura occidental.
Mientras Odysseus, también conocido por la variante latina “Ulysses”, fue uno de los héroes legendarios de la mitología griega, que aparece como personaje de esas obras homéricas, siendo el protagonista de “La Ilíada” y quien le da nombre a “La Odýsseia”
“La Odýsseia” es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, y se cree que fue compuesta en el siglo VIII a.C., en los asentamientos que tenía Grecia en la costa oeste del Asia Menor, actual Turquía asiática; y según otros autores, la obra se completa en el siglo VII a.C., a partir de poemas que sólo describían partes de la obra actual; siendo originalmente escrita en lo que se ha llamado dialecto homérico, y narra la vuelta a casa de Odysseus tras La Guerra de Troya; además de haber estado 10 años fuera luchando, el héroe tarda otros 10 años en regresar a la isla de Ítaca, donde poseía el título de Rey, período durante el cual su hijo Telemachus y su esposa Penelope, han de tolerar en su Palacio a los pretendientes que buscan desposarla, pues ya creían muerto a Ulysses, al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia.
Mientras “La Iliáda”, también un poema épico, está compuesta por 15.693 versos, divididos por los editores, ya en La Antigüedad, en 24 cantos o rapsodias, y su trama radica en la cólera de Achilleus, por lo que narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en el 10° y último año de La Guerra de Troya.
El título de la obra deriva del nombre griego de Troya, “Ιlión”; pero es en “La Odýsseia” donde conocemos mejor la identidad del personaje, Ulysses.
Y ambas obras fueron consideradas por los griegos de la época clásica y por las generaciones posteriores, como las composiciones más importantes en la literatura de La Antigua Grecia, y fueron utilizadas como fundamentos de la pedagogía griega, al tiempo que ambas forman parte de una serie más amplia de poemas épicos de diferentes autores y extensiones denominado “Ciclo Troyano”; sin embargo, de los otros poemas, únicamente han sobrevivido fragmentos.
Se cree que el poema original fue transmitido por vía oral durante siglos por “aedos” que recitaban el poema de memoria, alterándolo consciente o inconscientemente; y era transmitido en dialectos de La Antigua Grecia.
Ya en el siglo IX a.C., con la reciente aparición del alfabeto, tanto ambas obras pudieron ser las primeras obras en ser transcritas.
Así las cosas, Ulysses era Rey de Ítaca, una de las actuales islas Jónicas, situada frente a la costa occidental de Grecia; hijo de Laértēs y Anticlea en “La Odýsseia”; o Sisyphus y Anticlea.
Ulysses era esposo de Penelope, padre de Telemachus, y hermano mayor de Ctímene, que sufrieron esperándolo durante 20 años:
10 de ellos los había pasado luchando en La Guerra de Troya, y los otros 10 intentando regresar a Ítaca con una serie de problemas y obstáculos que tuvo que afrontar; y Ulysses ha sido tradicionalmente visto como la antítesis de Achilleus en “La Iliáda”
Mientras que la ira de Achilleus es absorbente y de naturaleza autodestructiva; Ulysses es frecuentemente visto como un hombre común, una voz de la razón, reconocida por su autocontrol y habilidades diplomáticas; también es en algunos aspectos antitético, caracterizado por su brillantez, astucia y la versatilidad de su carácter; por lo que su nombre aparece frecuentemente acompañado de los epítetos “el astuto”, “de muchas mañas”, “de muchos senderos” o “de multiforme ingenio”; y en las 2 obras de Hómēros, lo retratan como un héroe de la cultura, pero los romanos, que se creían los herederos del Príncipe Aeneas de Troya, lo consideraban un falsificador villano.
En la Aeneis de Virgilio, escrita entre el 29 y el 19 a.C., se le llama constantemente “cruel” o “engañoso”; mientras los griegos admiraban su astucia y engaño, estas cualidades no se recomendaban a los romanos, que poseían un rígido sentido del honor; pero sobre todo, Ulysses es la representación de la aventura humana, con sus propias torpezas y errores que hacen de él un hombre prudente.
Además, es astuto, sabe engañar y domina la palabra, con la que seduce a todos con los que se cruza en su camino.
Ulysses es, por tanto, el más humano de los héroes homéricos, y destaca más por su carácter que por su apariencia física.
Una tradición asegura que Ulysses fue discípulo, al igual que tantos otros héroes griegos, del centauro Cheírôn; y lo encontramos en compañía de su abuelo materno Autolykos, asistiendo en El Monte Parnaso a la cacería de un jabalí que le hiere, dejándole una cicatriz en una rodilla, por la que habría de ser reconocido a su regreso a Ítaca tras La Guerra de Troya; acude a Mesenia para reclamar una compensación por el robo de unas ovejas; en Lacedemonia recibe de Ífito a cambio de una espada y una lanza, el arco de Eurytus, con el que habrá de matar a los pretendientes.
En Éfira intenta, en vano, que Ilo le dé veneno para sus flechas, lo que consigue de mandos de Tafos.
Al llegar a la edad viril, Laértēs le entrega el reino con todas sus riquezas, y Ulysses se encarga de reconstruir su casa:
Rico en tierras y en ganado, adquiere fama por su hospitalidad y por su respeto a los dioses, en especial a Zeús y Athēnē, esta última le habría de proteger de continuo.
Acudió, atraído por la belleza de Helénē, como un pretendiente más al Palacio de Tundáreos pero al darse cuenta de las escasas posibilidades que tenía de conseguirla, decidió solicitar a Penelope, hija de Ikários y sobrina de Tundáreos.
Para asegurarse la ayuda de éste en tal propósito, le aconsejó que obligase a todos los pretendientes de Helénē, a jurar que respetarían la elección de ella, y que defendieran al elegido contra cualquier agravio, evitando así disputas posteriores que podrían ser funestas para el propio Rey.
Este, en compensación, obtuvo para Ulysses la mano de Penelope.
En algunas versiones, no obstante, se asegura que Ulysses consiguió a Penelope al vencer en una carrera pedestre.
Siendo todavía niño Telemachus, fruto de la unión de esta pareja, se produce el rapto de Helénē por parte de Paris; y se intenta que los antiguos pretendientes cumplan su juramento, emprendiendo una campaña bajo un mando único, con el fin de conseguir la reparación de tal ultraje.
Para evitar la partida, Ulysses finge estar loco cuando recibe la visita de Menélaos y Palamedes, que estaban reclutando a los expedicionarios.
Este, sin embargo, pone en evidencia la falsedad de tal treta, lo que no habrá de perdonarle jamás el héroe.
Antes de partir, aconseja a Penelope que si él muere, se case de nuevo cuando Telemachus alcance la edad viril.
Así, Ulysses interviene activamente en los preparativos de la expedición.
Él conseguirá la participación de Achilleus en la empresa, como posteriormente hará con Neoptólemos.
Alguna versión asegura que Ulysses acompañó a Troya a Menélaos antes del inicio de las hostilidades, con el fin de pedir la devolución pacífica de Helénē.
También, en este período desempeña ante Kinyras funciones de embajador de los Atreus.
A él, en fin, se le atribuye la idea de construir el caballo de madera en cuyo interior se alojaron 30 guerreros escogidos, mientras los demás simulaban poner fin al asedio, lo que habría de motivar la caída de Troya; y a la hora del reparto del botín, a Ulysses le correspondió Hekábē.
De esa manera Ulysses pasó 20 años fuera de Ítaca:
Los 10 que duró La Guerra de Troya, y otros 10 años que transcurrieron desde el fin de la guerra hasta su llegada a Ítaca.
Tras partir de Troya, inició el viaje de regreso anclando en el país de los cicones, donde saquearon a la ciudad y se llevaron mujeres y bienes como botín.
A continuación estuvo en el país de los Lotófagos; luego estuvo en la isla de los cíclopes, donde se atrajo la cólera de Poseidỗn tras dejar ciego al hijo de este dios, Polyphêmos, quien se comió a algunos de sus compañeros.
A continuación llegó a la isla de Eolo, al país de los laestrygónes y a la isla de Kírkē.
Realizó una evocación de los muertos en el país de los cimerios, donde llegó a conversar con las almas de su madre Anticlea, Hēraklḗs, Agamémnôn y Achilleus, entre otros, y con el adivino ciego Tiresias, quien le señaló la peligrosa ruta que debía tomar para retornar a Ítaca.
Así pasó junto a la isla de las sirenas, y atravesó el peligroso estrecho entre Escila y Caribdis; y tras haber perdido a todos sus compañeros, quienes a pesar de la advertencia de Tiresias, comieron las vacas que pertenecían al dios Helios, padre de Kírkē, y fueron muertos en el océano por Zeús, fue cuando llegó a la isla de Calypso, donde estuvo junto a ella durante varios años.
Entonces Athēnē le pide a Zeús la liberación del sufrido héroe; y este accede y le pide a Hermes que le envíe un mensaje a Calypso, diciéndole que el destino de Ulysses no era yacer lejos de su hogar, sino que debía volver a reunirse con los suyos.
Es entonces cuando llega al país de los Feacios, y es conducido por La Princesa Nausicaä a presencia de su padre Alkínoös, que finalmente pone a su disposición una nave para que llegue a Ítaca.
Ya en Ítaca, comprueba que su Palacio se halla invadido por un numeroso grupo de pretendientes que trataban de casarse con su esposa Penelope mientras consumían sus bienes.
Ulysses accede al Palacio disfrazado de mendigo, y con ayuda de su hijo Telemachus, y del viejo porquerizo Eumaeus, y del boyero Filetio, mata a todos los pretendientes, que son hijos de las mejores familias de Ítaca.
Cuando los padres de los pretendientes muertos pretenden cobrarse venganza contra Ulysses y Telemachus, y el viejo Laértēs mata de una lanzada a Eupites, padre de Antinóo, interviene Palas Athēnē para poner fin a la lucha, y por consejo de Zeús, hace que “se olvide la matanza de los hijos y de los hermanos, ámense los unos a los otros, como anteriormente, y haya paz y riqueza en gran abundancia”; orden que Ulysses “muy alegre en su ánimo” cumplió con gusto.
Según algunas fuentes tardías, la mayoría de ellas puramente genealógicas, Ulysses tenía muchos otros hijos además de Telemachus, el ser más famoso:
Con Penelope tuvo a Ptoliporthes, nacido después del regreso de Ulysses de Troya; con Kírkē a Têlégonos, Ardeas y Lătīnŭs; con Calypso a Nausithous y Nausinous; con Callidice a Polypoetes; con Euippe a Euryalus y con la hija de Thoas a Leontophonus.
La mayoría de esas genealogías, pretendían vincular a Ulysses con la fundación de muchas ciudades itálicas en la remota antigüedad; tanto que él figura al final de la historia del Rey Telephos de Misia.
El supuesto último poema en “El Ciclo Épico” se llama “Telegony”, y se cree que cuenta la historia del último viaje de Ulysses y de su muerte a manos de Têlégonos, su hijo con Kírkē.
El poema, como los otros del ciclo, “está perdido” en el sentido de que no se ha descubierto ninguna versión auténtica.
Para el siglo V a.C., en Atenas, los relatos de La Guerra de Troya fueron temas populares de las tragedias, y Ulysses es la figura central o indirecta de varias obras de Eleusis, Sophoklēs y Eurípides; y figura aún más en aquellas que no han sobrevivido.
En su “Ajax”, Sophoklēs retrata a Ulysses como una voz moderna de razonamiento en comparación con la rígida antigüedad del personaje del título.
Platón, en su diálogo “Hippias Minor”, examina una pregunta literaria sobre a quién Hómēros intentó retratar como el mejor hombre:
A Achilleus o a Ulysses.
Como Ulysses, es mencionado regularmente en “La Aeneis” de Virgilio escrita entre el 29 y el 19 a.C., y el héroe del poema, Aeneas, rescata a uno de los miembros del equipo de Ulysses que quedó atrás en la isla de los Cíclopes.
A su vez, él ofrece un relato en primera persona de algunos de los mismos eventos que Hómēros relata, en los cuales Ulysses aparece directamente.
El Ulysses de Virgilio, tipifica así su visión de los griegos como astuto pero impío, y en última instancia, malicioso y hedonista.
Ovidius vuelve a narrar partes de los viajes de Ulysses, centrándose en sus relaciones románticas con Kírkē y Calypso, y lo reelabora como “uno de los grandes mujeriegos errantes”; y también da una cuenta detallada de la competencia entre Ulysses y Ajax por la armadura de Achilleus.
De esa manera, “La Iliáda” y “La Odýsseia” han influido poderosamente en la cultura occidental, y algunos pasajes de la historia se han incorporado al folclore popular, y numerosos autores han incorporado a Ulysses en obras literarias, de teatro, historieta, cine y televisión.
“You will not hold me here”
VLISSE es una película de fantasía y aventura del año 1954, dirigida por Mario Camerini y Mario Bava.
Protagonizada por Kirk Douglas, Silvana Mangano, Anthony Quinn, Rossana Podestà, Sylvie, Daniel Ivernel, Jacques Dumesnil, Franco Interlenghi, Elena Zareschi, Evi Maltagliatim, Ludmilla Dudarova, Tania Weber, Piero Lulli, Umberto Silvestri, Gualtiero Tumiati, Ferruccio Stagni, Alessandro Fersen, Oscar Andriani, entre otros.
El guión es de Franco Brusati, Mario Camerini, Ennio De Concini, Hugh Gray, Ben Hecht, Ivo Perilli e Irwin Shaw, a partir de las 2 obras épicas de Hómēros; bajo la supervisión del guión de Giovannella Zannoni; y la corrección de textos de Tatiana Casini Morigi.
A pesar de su larga duración, la película presenta sólo unos pocos de los hechos que se narran en “La Odýsseia”; y el guión condensa con inteligencia un relato que da para una serie de televisión, tal vez una trilogía como “The Lord Of The Rings”, pero lo más esencial está presente; por ejemplo, el episodio del cíclope Polyphêmos, tiene ese don de la ironía ya presente en Hómēros, como el de las sirenas y el de Kírkē mismo con la aparición de miembros nada honorarios del Reino de Los Muertos, presentados de forma macabra.
La producción corrió a cargo de Dino De Laurentiis, Carlo Ponti y William W. Schorr, para Lux Films, Italia; Zénith Films, Francia; y Paramount Pictures, Estados Unidos.
Naturalmente es una producción italiana/europea, más sensible al aspecto cultural de la película, y no basándolo todo en los aspectos comerciales.
Además, ningún guionista de hoy en día podría permitirse el lujo de respetar de esta forma un texto clásico, y si lo hiciera, ningún productor se lo consentiría, pues es demasiado riesgo para el negocio, y explotaría la historia para el espectáculo y el comercio; porque este relato, en el fondo nos habla del espíritu de aventura, del individualismo, del amor puro, de las tentaciones, de la amistad y del sentido del deber.
Como dato, la elección original para dirigir fue Georg Wilhelm Pabst, pero renunció en el último minuto; por lo que el director de fotografía de la película, Mario Bava, codirigió el segmento de cíclopes, sin acreditar; y los títulos de trabajo de esta película fueron:
“Odyssey” y “Odyssey of Ulysses”, pero fue lanzado en Italia como “VLISSE”, siendo un gran éxito comercial en su momento, con más de $2 millones recaudados en Estados Unidos; y sentó las bases de lo que sería el género mitológico en el cine, que condujo a la realización de “Le Fatiche di Ercole” (1958), que fue acreditado por encender la locura italiana del péplum en la década de 1960.
VLISSE fue lanzada en versiones en italiano e inglés; y se cuenta que inicialmente iba a filmarse utilizando un nuevo “proceso 3-4” desarrollado por Richardson Camera Company, que permitía la filmación paralela de versiones 3D y no 3D.
La versión 3D no se presentó… y fue VLISSE, la última película en 3D de Paramount hasta “Friday The 13th: Part III” (1982), 28 años después.
Por otro lado, los productores aseguraban en los créditos, que los exteriores de la película fueron rodados donde ocurrieron los hechos que se relatan, algo que no deja de ser curioso, cuando el poema de Hómēros es una leyenda con mucho de fantasía y poco de realidad, tal como corresponde a la mitología griega.
Los interiores se rodaron en Roma, en los estudios Ponti-De Laurentiis; y los exteriores, en los lugares considerados entonces “como aquéllos presentados en los viajes de Ulysses”, con varias salvedades:
Debido a un terremoto, no se pudo rodar en Ítaca; y para la secuencia del encuentro entre el náufrago y Nausicaä, se recurrió a la playa de Las Vistas, en Porto Ercole, del Monte Argentario, donde puede reconocerse el islote y, por error de dirección o de montaje, el edificio español Forte Filippo del año 1600.
Otro dato de interés es que las armas y las armaduras, fueron facilitadas por los museos de Atenas, Nápoles y Roma.
La acción de VLISSE tiene lugar entre los siglos XIII y XI a.C., en la travesía por el mar entre Troya e Ítaca; y trata de los esfuerzos de Ulysses (Kirk Douglas) para regresar a su hogar después del final de La Guerra de Troya y las aventuras que le sucedieron; por lo que mezcla referencias históricas y legendarias; y arranca con un amnésico Ulysses en la isla de Cefalonia, donde vence al campeón local de “cachascán” o “lucha libre”, y se dispone a contraer matrimonio con La Princesa Nausicaä (Rossana Podestà); pero algunas vacilaciones le hacen huir a la costa y, observando el horizonte, va recordando su epopeya…
Esto da pie a un extenso “flashback” que comprende la estratagema del caballo de madera, el cautiverio en la cueva del cíclope Polyphêmos (Umberto Silvestri), el desafío del canto de las sirenas y el embrujo de Kírkē (Silvana Mangano)
En contrapunto tenemos el drama de Penelope (Silvana Mangano), que ya no sabe cómo distraer a los numerosos pretendientes que quieren desposarla y reinar sobre Ítaca, siendo el líder de ellos, Alkínoös (Anthony Quinn)
Así, aquellos que le observan, descubren en el desconocido Ulysses un comportamiento regio que rezuma fuerza y astucia, las mismas armas que utiliza a lo largo de 3 “flashbacks” que sirven para que el espectador conozca sus andanzas y el desmemoriado recupere sus recuerdos.
Las imágenes surgen en la mente del hijo de Laértēs (Gualtiero Tumiati); se ve abordo de una nave que no tarda en detenerse en la isla de Polyphêmos, el cíclope hijo de Poseidỗn, que les retiene en su cueva hasta que logran escapar gracias a las artimañas de un hombre que maneja el ingenio y la mentira mejor que cualquier otro mortal.
Ulysses no teme a los dioses, como tampoco duda al enfrentarse a sus designios, aunque, como héroe griego, no destaca por su bravura en combate, característica más cercana a Achilleus (Piero Lulli) o Diomedes (Alessando Fersen), lo suyo es la astucia, aunque no por ello deja de ser diestro con las armas, como comprobarán los pretendientes cuando se presente en su Palacio de Ítaca.
Por lo que VLISSE bebe del poema épico de Hómēros, aunque como en cualquier adaptación, la fuente literaria sufre alteraciones, recortes o añadiduras que se encuentran al servicio de la filmación, o de los intereses de guionistas, productores y directores; y aun así mantiene aspectos del relato original, pero relega a Telemachus (Franco Interlenghi), hijo del héroe, al ostracismo, del mismo modo que prescinde de la presencia de los dioses, como Athēnē se presenta ante Telemachus al inicio del texto homérico; en una aventura que enfrenta a Ulysses con el gigante de un solo ojo, con las sirenas, seres fabulosos de melodiosas voces, y con su estancia en los dominios de Kírkē, la deidad que le ofrece la inmortalidad que rechaza para poder regresar a su hogar, y a los brazos de la casta Penelope.
Por ello VLISSE suma los géneros de aventuras, histórico/legendario y péplum; y divide la narración en 4 cuadros:
La visita a la tierra de Ceres, la estancia en el reino de los feacios, la peripecia en la isla de los cíclopes, y el episodio de las sirenas; y hace uso del “flashback” para explicar la recuperación de la memoria de Ulysses durante su paso por la tierra de los feacios.
Cada cuadro se ajusta a una estética y a un cromatismo diferente:
En el primero se hace uso de un tono burlón y fantasioso, y de un cromatismo abigarrado en rojo, azules y verdes.
En el segundo, la narración adquiere una dimensión irónica y temible, mientras los espacios y el cromatismo devienen progresivamente opresivos.
En el tercero se subraya el ritmo visual de la acción, que tiene lugar en un espacio cerrado y tenebroso.
Y en el cuarto se explora la dualidad del protagonista, amante del hogar y aficionado al riesgo, en el marco de un juego de luces y colores sombríos.
La trama es dinámica, los efectos especiales son óptimos, especialmente las tomas de la nave de Ulysses, con el estupendo contraste entre el modelo en miniatura y la embarcación de tamaño real; las secuencias de luchas son climáticas, y la tensión se incrementa en el último episodio, cuando Ulysses y Telemachus deben ajusticiar a los pretendientes.
Por supuesto, se hacen evidentes algunas limitaciones técnicas, así como ciertas debilidades en cuanto al desarrollo narrativo y la puesta en escena, con varios diálogos intensos, y las estupendas efigies épicas de Douglas y La Mangano que compensan a la perfección una obra maestra de la épica, la fantasía y la aventura.
“Listen to me!
I shall give you something that will make you forget all your petty dreams.
Your miserable kingdom.
Your wife who grows old.
Remain, and this very night, Olympus shall welcome a new god:
Ulysses!”
La mitología griega ha sido y es fuente de inspiración para aventuras y fantasías cinematográficas, algunas de las cuales tienen su origen en los famosos poemas homéricos, siendo “La Odýsseia” la que sirvió para realizar el guión del film dirigido por Mario Camerini, y producido por 2 figuras clave dentro de la cinematografía italiana de la segunda mitad del siglo XX:
Carlo Ponti y Dino de Laurentiis, que optaron, como fue costumbre en muchas de sus producciones, por un reparto internacional; siendo también uno de los primeros péplum de calidad, considerada la mejor y más ambiciosa película italiana sobre Ulysses; una superproducción adelantada a su época, que contó con un gran presupuesto y efectos especiales para ser europea; y tanto fervor causó, que fue el inicio oficial de este subgénero que nació como una respuesta más modesta en medios y planteamientos al colosal cine de romanos de Hollywood.
Pese a que en VLISSE ya asomaban algunas características de este tipo de cine, su espíritu está mucho más cercano a aventuras mitológicas propuestas en La Meca del Cine.
Así nos encontramos ante una de las adaptaciones más fieles de “La Odýsseia” de Hómēros, un poema épico prácticamente imposible de llevar a la pantalla en toda su magnitud; cuya acción tiene lugar entre los siglos XIII y XI a.C., en la travesía por el mar entre Troya e Ítaca.
En la antigua ciudad griega de Ítaca, muchos esperan con impaciencia el regreso de su Rey Ulysses y sus guerreros de La Guerra de Troya; entre ellos, la devota esposa de Ulysses, Penelope, y su hijo mayor, Telemachus.
Pero el regreso de Ulysses no es esperado ansiosamente por todos, especialmente por sus enemigos, que cortejan abiertamente a Penelope, y le piden que de a su esposo por muerto, y se vuelva a casar con uno de ellos, que se han instalado en su casa desde la partida de su esposo.
Sin embargo, Penelope se aferra a su creencia de que Ulysses regresará pronto... y para apaciguarlos, ella les promete que volverá a casarse tan pronto como termine de tejer un gran tapiz que representa las obras de valentía de Ulysses; pero en secreto, ella deshila el tejido cada día, retrasando así la finalización del tapiz; pero Penelope sabe que su truco no funcionará para siempre…
En Troya, Ulysses y sus guerreros usan el ardid del Caballo de Troya para conquistar la ciudad; y en su fervor, Ulysses destruye el templo de los troyanos a Poseidỗn, dios del mar, incurriendo en la ira de la bruja Kassandra (Elena Zareschi) que lo maldice para que sufra la ira de Poseidỗn.
En el regreso a su hogar en Ítaca, naufragó el barco de Ulysses, y la hermosa Princesa Nausicaä lo encontró inconsciente en una playa de la isla Phaeacian.
Su odisea larga, ardua, traicionera y peligrosa comienza:
El encuentro con un cíclope y su posterior trifulca, hará enfurecer a los dioses que intentarán entorpecer el regreso del héroe griego.
Las maléficas sirenas, la malvada bruja Kírkē, entre otros, serán los encargados de acabar con el viaje de Ulysses.
La historia pues, suma los géneros de aventuras histórico y mitológico, y por supuesto péplum, donde sorprende la capacidad de sus directores de condensar varios pasajes como el enfrentamiento de los marineros con el gigante cíclope Polyphêmos en la cueva, la lucha contra el poder hipnótico de los cantos de sirena, o el hechizo de la bruja Kírkē, en una escasa hora y media de metraje.
Todo un ejemplo de síntesis narrativa, obra de 7 guionistas; y esto ayuda a que VLISSE resulte una obra tremendamente entretenida y ágil, combinando a la perfección los momentos más intimistas, como Ulysses seducido por Kírkē, con otros más espectaculares.
Sin duda, la escena más recordada es el episodio con el cíclope, donde los efectos especiales eran mucho más artesanales, pero igualmente efectivos; mientras la dirección artística no puede competir en pomposidad con los decorados de sus homólogas de Hollywood, el resultado final rezuma encanto a raudales.
La fotografía de Harold Rosson, juega con habilidad con luces y sombras, disimulando en buena medida las limitaciones presupuestarias; pero es luminosa, como lo es la costa mediterránea; radiante cuando el héroe disfruta de sus vacaciones obligadas por la pérdida de memoria; y sólo se vuelve oscura en la tempestad, en la cueva de Polyphêmos o en los aposentos de Kírkē.
También en Ítaca, para expresar el encierro voluntario y la angustia de Penelope que no sabe cómo deshacerse de los nobles que desean casarse con ella.
Con un ritmo ágil, donde no paran de suceder acontecimientos, asaltos, emboscadas, peleas, naufragios, luchas, embrujos, competiciones, romances, ello aderezado con efectos especiales artesanales encantadores por su inocencia creados por Eugen Schüfftan, sobre todo a los planos del navío de Ulysses y el tramo con el gigante Polyphêmos, representado en parte por el actor Umberto Silvestri, y en parte por un muñeco manejado mediante hilos y un fuelle.
La realización y la edición de Leo Catozzo, alterna con espíritu fluido-narrativo los diferentes escenarios, con 2 en paralelo como las islas de Cefalonia e Ítaca, y a la vez jugando con los “flashback” en los recuerdos de Ulysses, ello variando los tonos, desde los épicos de las batallas hasta los íntimos como la seducción de Kírkē.
Todo esto apoyado en un gran trabajo de cromatismo visual para cada segmento, especial se hace este elemento en el onírico bloque con Kírkē, de un patinado verdoso apagado con filtros que proyectan ensoñación, esto gracias al fenomenal trabajo en la cinematografía de Harold Rosson, surtiendo de tomas enérgicas al relato visual, experimentando con las sombras, los contraluces, con el colorido primario, modo de expresar estados de ánimo, ayudando esta función a ocultar las evidentes carencias en los frugales decorados de Andrea A. Tomassi, lejos de la espectacularidad y vistosidad de péplums de la época, interiores rodados rodaron en Roma, en los estudios Ponti-De Laurentiis; y como dato, el lindo vestuario de Silvana Mangano para su doble rol de Penelope y Kírkē, es obra de la reconocida modista gala, Madame Grès.
Aquí algunas diferencias entre la película y “La Odýsseia”:
A pesar de su larga duración, VLISSE presenta sólo unos pocos de los hechos que se narran en “La Odýsseia”
La historia no comienza con el concilio de los dioses tras el fin de La Guerra de Troya, sino con Penelope y Telemachus en El Palacio de Ítaca.
A continuación, el náufrago Ulysses, encontrado por La Princesa Nausicaä y sus doncellas, ha perdido la memoria, y ni siquiera recuerda su propio nombre.
Más tarde, contemplando el mar, empezará a rememorar trabajosamente sus aventuras, empezando por aquella de la cueva de Polyphêmos.
En La Corte de Alkínoös (Jacques Dumesnil), padre de Nausicaä, las doncellas se entregan al chismorreo mientras se lava Ulysses; y se expondrá la idea de casar al recién llegado con La Princesa.
En los juegos que se celebran en su honor, Ulysses vence a otro hombre en la lucha; mientras que en “La Odýsseia” gana en el lanzamiento de disco.
Al relatar Ulysses sus aventuras, se omiten en la película muchos pasajes del poema, entre ellos, la estancia en la isla de Calypso, el episodio de los lotófagos y el de los Laestrygónes.
Sí hay episodios que se narran de manera extensa, aunque modificada:
El de Polyphêmos, el de Kírkē y el de las sirenas.
El episodio de la cueva de Polyphêmos es muy parecido al de La Odýsseia.
Hay, no obstante, una diferencia notable, y es que el vino que ofrecen al cíclope los marinos, en lugar de haber sido transportado desde la nave, es hecho por ellos en la misma gruta pisando la uva, con lo que en la vida real, al no dejarse tiempo para la fermentación, se obtendría mosto.
El episodio de Kírkē en la película, presenta muchas diferencias con el correspondiente del poema:
Se omite la ayuda que presta Hermes a Ulysses con la hierba que lo protegerá del encantamiento de la maga.
Se abunda en los amores del héroe y la diosa, que duran largo tiempo mientras esperan los compañeros de él, deseosos de volver a Ítaca.
Se omite también la parte en que Ulysses recobra la cordura y se propone volver a su tierra; y se celebra una fiesta donde muere Elpénor al caer desde el techo en el que se ha quedado a dormir la borrachera, hecho que en el poema se conoce por recordárselo más tarde a Ulysses en El Hades, la sombra del propio Elpénor.
En el poema, antes de partir Ulysses, Kírkē le avisa de los peligros de las sirenas, Escila y Caribdis; y en la película, sólo avisa el de las sirenas.
En el poema, las sirenas elogian a Ulysses y lo invitan a quedarse con ellas y venerar sus cantos; en la película, el arrecife de las sirenas se presenta a ojos del héroe como si se tratase de su mismo hogar en Ítaca, y las criaturas imitan la voz de su esposa Penelope y la de su hijo Telemachus.
Falta el episodio de la matanza de bestias sagradas en la isla de Helios, y el de Escila y Caribdis.
La película continúa con la llegada de Ulysses a Ítaca; y a diferencia de lo que se narra en el poema, llega solo, y no encuentra a Athēnē.
Se omite también la estancia en la choza de Eumaeus, el héroe encuentra a su perro Argos que, como en el poema, lo reconoce y muere al encontrarlo tras haberlo esperado durante 20 años; y a continuación llega a su Palacio.
Sí se recrea el pasaje en el que Ulysses es reconocido por su nodriza Eurýkleia al verle la cicatriz de una herida que le hizo un jabalí.
Aunque se omite la lucha de Ulysses con el mendigo Iro, se reproduce con bastante fidelidad la venganza del héroe con la muerte de los pretendientes.
La película termina con el encuentro de Ulysses y Penelope, ya reconocido él por ella.
Como dato curioso de la producción, el perro de Ulysses, que es el único que lo reconoce cuando regresa a Ítaca disfrazado de mendigo, y que tan cariñoso se muestra con su amo, realmente mordió a Kirk Douglas durante el rodaje de dicha escena.
Del reparto, decir que esta es la primera de 3 películas coprotagonizadas por Kirk Douglas y Anthony Quinn.
Las otras son “Lust for Life” (1956) y “Last Train from Gun Hill” (1959)
Douglas está perfecto en su interpretación del heroico Ulysses, y cuesta imaginar a otro actor en el papel, después de ver su poderosa presencia en pantalla, por sus diversos matices, cuyas composiciones son muy ricas y complejas, con una mirada profunda y una sonrisa cínica.
Por otra parte, aún no estaba lo suficientemente endiosado para perjudicar futuras composiciones, y con su personaje de Ulysses sucede lo mismo que con Charlton Heston y Moisés:
No nos imaginamos a otro intérprete en el papel del héroe griego.
Su tendencia al histrionismo encaja como un guante en el carácter del aventurero; y su afición por el sufrimiento también.
La colección de personajes que ha interpretado Kirk Douglas, parece que se subliman por la aflicción física y psíquica que padecen.
De hecho, una de las secuencias bandera de la película, es aquella en la que un Ulysses masoquista, casi un anticipo de otro de sus roles como sufridor, Van Gogh en “Lust for Life” (1956), está a punto de perder la razón cuando intenta resistir a los encantamientos de las sirenas amarrado al mástil.
Compitiendo por el amor de Penelope, tenemos como antagonista al siempre enérgico Anthony Quinn, en uno de esos personajes de villano que tan bien se le daban; y aquí aún no había alcanzado el status de “estrella”, por lo que su aparición es muy secundaria, y su personaje aparece poco en pantalla.
Para el papel de su amada Penelope, y el de la hechicera Kírkē, la elegida fue una auténtica “sex symbol” italiana de la época, la guapísima Silvana Mangano, que entonces estaba casada con el productor Dino De Laurentiis.
Y con estas 3 estrellas del cine universal, también nos encontramos con unos secundarios de muchos quilates del cine italiano, como por ejemplo:
Franco Interlenghi como Telemachus, el hijo de Ulysses y Penelope; Rossana Podestà como la hija del Rey de los feacios; Elena Zareschi como Kassandra, entre otros.
Quedando algunos buenos momentos a recordar, como la ya mencionada escena de Ulysses con el cíclope, la navegación con Ulysses atado al mástil mientras su nave surca la isla de las sirenas, o cuando Ulysses tensa su arco y suena un trueno, brillante alegoría, remarcada por el lanzamiento de una flecha que pasa por donde nadie es capaz.
Las escenas de lucha focalizan la atención en la fuerza, agilidad y habilidad del protagonista, cuya grandeza se subraya mostrando su superioridad sobre las manifestaciones de los dioses.
Por último, la banda sonora es de Alessandro Cicognini, ofreciéndonos unos cortes muy notables, a los que añade fragmentos de gran fuerza descriptiva, entre otras.
“I left you a long time ago.
The day my men died in the storm”
La historia de Ulysses sigue viva en la actualidad; de hecho, es el símbolo del ingenio y la tenacidad de los seres humanos.
Cuando superamos un viaje lleno de aventuras y peripecias, decimos que “hemos tenido toda una odisea”; y por otra parte, el relato de “La Odýsseia” es considerado como el inicio de la literatura universal.
Las dudas de Ulysses durante su travesía de regreso a Ítaca, especialmente el episodio con la diosa Calypso, nos recuerda que en la vida tenemos que elegir cuál es nuestro camino; por lo que el largo viaje de Ulysses es un símbolo del viaje interior de cada ser humano, de la lucha diaria para superar los obstáculos que aparecen en la vida, y de los dilemas éticos que debemos resolver.
El relato de un héroe que regresa a su casa después de la guerra, también sirvió de inspiración para los antiguos griegos.
Y como dato, se sabe algo de los sucesos posteriores a lo narrado en “La Odýsseia”, en el último de los poemas del “Ciclo Troyano”, la “Telegony” cuenta el viaje de Ulysses al país de los tesprotos, donde acaba casado con La Reina Calídice; pero al morir ésta, regresó a Ítaca, donde Penelope había dado a luz a Poliportes.
Posteriormente Têlégonos, hijo de Kírkē y Ulysses, llegó a Ítaca en busca de su padre, y mató por error a Ulysses, pero tras reconocerlo, se lamentó de lo ocurrido, y llevó al cadáver a Penelope junto a Kírkē.
Finalmente, Têlégonos se casa con Penelope, su madrastra; y Telemachus con la diosa Kírkē, madre de su hermanastro.
En otras versiones posteriores, se cuenta que Penelope habría sido seducida por alguno de los pretendientes, y Ulysses habría por ello devuelto a Penelope con su padre, o incluso la habría matado...
En otras versiones, Neoptólemos, el hijo de Achilleus, fue llamado como árbitro, y desterró a Ulysses por homicidio; mientras por otra parte condenó a los familiares de los pretendientes a pagar una indemnización anual a Ulysses por los daños causados.
Ulysses cedió a su hijo el beneficio de la indemnización, y partió a Italia o a Etolia, donde moriría a edad avanzada.
Ateneo refiere que al llegar a viejo Ulysses, “tomaba vorazmente inmensos trozos de carne y dulce vino”
También se dice en la leyenda griega que habla de Ulysses, como el fundador de Lisboa, Portugal, llamándola “Ulisipo” o “Ulisseya” durante su misión de 20 años en los mares del Mediterráneo y Atlántico.
“Olisipo” era el nombre de Lisboa en El Imperio Romano; y esta etimología popular es narrada por Estrabón en base a las palabras de Asclepíades de Myrleia, por Pomponio Mela, por Cayo Julio Solinus en el siglo III d.C., y será reanudada por Camões en su poema épico “Os Lusíadas”, publicado por primera vez en 1572.
Y es que la historia de Ulysses, no ha dejado de fascinar a la humanidad.
Leyéndola, es posible encontrar aventuras, dioses, héroes y monstruos; y más allá de estos personajes y de las peripecias del protagonista, se trata de una reflexión sobre las pasiones humanas, y hoy se le puede ver como una crítica pionera al movimiento “okupa”, como los parásitos o vividores escudados en una vil estética de la gandulería, que son capaces de apropiarse de una casa ajena si los dueños tienen la mala suerte de estar ausentes.
Así, desde la antigüedad hasta la actualidad, la influencia de las epopeyas homéricas en la civilización occidental ha sido excelente, inspirando muchas de sus obras más famosas de literatura, música, arte, cine… y “modos de vida”

“I accept that inheritance.
I no longer see myself falling in battle or in the fury of a storm.
It would take much less.
A puff of cool air...
A sudden chill one night...
But even so, this, this vulnerable mass of fears has dared to battle with a god and has not yet been defeated!
If it should be that one day men shall speak of me, I hope they say with pride that I was one of them”



Comentarios

Entradas populares