The Great Race
“Thieves, brigands and cut-throats of all nations may hound us... but we are ready for them... we shall blast them into Kingdom Come”
Un “rally raid” es una competencia en desiertos que duran semanas; donde cada día se recorren cientos de kilómetros de un pueblo a otro; y muchas veces no hay caminos delineados, sino que hay que correr atravesando el campo; por lo que los vehículos deben soportar calor intenso, arena y viento, teniendo que poder atravesar obstáculos.
Un rally raid llevado al extremo ocurrió en La Carrera Pekín – París, que fue una carrera automovilística que se celebró en 1907, con salida en la ciudad de Pekín y con meta en París, realizando un recorrido de 14.994km
La idea de la carrera vino de un desafío publicado en el periódico de París, Le Matin, el 31 de enero de 1907, que decía:
“Lo que debe demostrarse hoy, es que mientras un hombre tenga un automóvil, puede hacer cualquier cosa e ir a cualquier lugar.
¿Hay alguien que se comprometa a viajar este verano de Pekín a París en automóvil?”
Y al llamado se presentaron 40 participantes, de los cuales solo 5 consiguieron llegar a la meta, y fueron:
De Italia, con un motor de 7 litros, terminó en primer lugar, conducido por el Príncipe Luigi Marcantonio Francesco Rodolfo Scipione Borghese y Ettore Guizzardi
Spyker.
El auto holandés, terminó 2º, conducido por Charles Godard con Jean du Taillis
Contal; y el francés no terminó, un Cyclecar de 3 ruedas, conducido por Auguste Pons.
Un DeDion 1, francés, terminó 3º, conducido por Georges Cormier; y otro DeDion 2, también francés, finalizó 4º, conducido por Victor Collignon.
Aquí no hubo reglas en la carrera, y el primer auto que llegase a París ganaría como premio, una botella de champagne Mumm.
La travesía que partió de Pekín, no contaba con una ruta preestablecida, y resultó ser durísima y muy larga, donde los participantes tuvieron que soportar altas y bajas temperaturas; y eso que se llevó a cabo durante una época en que los autos eran bastante nuevos, y la ruta atravesaba áreas remotas de Asia, donde la gente aún no estaba familiarizada con los viajes en automóvil.
La carrera fue sin ayuda a través de la campiña, donde no había carreteras o mapas de ruta; y para la carrera, los camellos que transportaban combustible salieron de Pekín, y se instalaron en las estaciones a lo largo de la ruta para proporcionar combustible a los corredores.
La carrera siguió una ruta telegráfica, por lo que la carrera estaba bien cubierta en los periódicos de la época.
Cada automóvil tenía un periodista como pasajero, y los periodistas enviaban historias de las estaciones de telégrafos regularmente durante toda la carrera.
Un periodista del Corriere della Sera y del Daily Telegraph, llamado Luigi Barzini, fue quien acompañó al Príncipe Borghese durante la travesía, e informaba a París del estado de la carrera.
Y a bordo de su auto, el periodista y El Príncipe llegaron primeros a París, con una semana de adelanto; y como único premio, los vencedores recibieron una botella de champán; de ahí, dicen, nació la tradición de celebrar las victorias en el automovilismo con una botella de champán.
El evento no pretendía ser una carrera o competencia, pero rápidamente se convirtió en una debido a su naturaleza pionera y la superioridad técnica del automóvil de los italianos, un Itala de 7,433cc 35/45 HP.
El 2º en la carrera fue Charles Goddard en el Spyker; que no tenía dinero, y tuvo que pedir gasolina a otros, y pidió prestado su automóvil para la carrera; siendo arrestado por fraude cerca del final de la carrera.
Algunos de los otros automóviles tuvieron dificultades para subir barrancos, a través del barro, arenas movedizas y puentes a través de ríos no diseñados para vehículos.
El coche de Contal se empantanó en el desierto de Gobi, y no fue recuperado, con la tripulación afortunada de ser encontrada viva por los lugareños.
A partir de allí se han celebrado varias carreras para volver a representar el evento, incluida La Gran Carrera Automotriz de 1908, que fue una con salida en New York y meta en París, con un pasaje de barco de 240km desde Nome, Alaska, cruzando El Estrecho de Bering hasta Cabo Este, en Siberia, en un momento en que “el automóvil era la cosa más frágil y caprichosa de La Tierra”; fue inspirada tras la de Pekín – París de 1907; siendo esta la primera entre automóviles cruzando 3 continentes; que comenzó en Times Square, el 12 de febrero de 1908; siendo organizada por el periódico New York Times; y en ella se inscribieron 6 autos:
3 franceses, 1 alemán, 1 italiano y 1 estadounidense; y los 6 participantes estaban formados por:
Un Protos de Alemania; un Züst de Italia; un De Dion-Bouton, un Motobloc, y un Sizaire-Naudin de Francia; y un Thomas Flyer de Estados Unidos.
El Thomas Flyer fue el primer vehículo en llegar a San Francisco, empleando para ello, 41 días, 8 horas y 15 minutos; y la carrera fue el primer viaje de los Estados Unidos con un automóvil en invierno; y sigue siendo el mayor margen de victoria en cualquier evento de automovilismo, con un recorrido de 22,000 millas, unas 13,341 millas conducidas.
Y una multitud de 250,000 vio el comienzo de lo que se convertiría en una dura prueba de 169 días.
La carrera comenzó a mediados de invierno, en un momento en que no había quitanieves, pocas carreteras en la ruta alrededor del mundo, mapas poco confiables y, a menudo, poca comida para los competidores.
En el trayecto, a menudo los equipos recurrieron a las locomotoras, llevando el auto amarrado cuando no se podían encontrar caminos.
La ruta luego los llevó a Valdez, Alaska por barco, donde el equipo de EEUU se encontró con unas duras condiciones, y la carrera fue desviada a través del Pacífico en barco de vapor hasta Japón.
Continuó por barco hasta Vladivostok, Siberia, para empezar a cruzar los continentes de Asia y Europa.
Sólo 3 de los competidores llegaron más allá de Vladivostok:
El Protos, el Züst, y el Thomas Flyer.
La tundra de Siberia y Manchuria, fue una pesadilla para los equipos; y finalmente el mejor estado de las carreteras de Europa acercó al equipo de EEUU a París, el 30 de julio de 1908, resultando los vencedores.
Los alemanes habían llegado a París 4 días antes, pero fueron sancionados con un total de 30 días por no ir a Alaska, y por realizar parte del recorrido en vagón.
Eso le dio la victoria al equipo estadounidense, del piloto alemán George Schuster, por 26 días; mientras los italianos llegaron más tarde, en septiembre de 1908.
Schuster fue elegido para formar parte del equipo Thomas Race, debido a sus habilidades mecánicas comprobadas, que se usaron a diario durante la carrera; siendo el único miembro del equipo estadounidense a bordo del Flyer desde su inicio en la ciudad de New York, hasta el final en París.
La carrera New York – París fue de interés internacional, con cobertura diaria en la primera página del New York Times, uno de los patrocinadores de la carrera junto al periódico parisino Le Matin; y la importancia del evento se extendió más allá de la propia carrera.
Y junto a la carrera Pekín – París que tuvo lugar el año anterior, estableció a los automóviles como medio de transporte de masas y en grandes distancias, más allá de la pura diversión por parte de los ricos; y también dio lugar a la petición de mejora del estado de las carreteras, pues antes de la competencia había muy pocas carreteras pavimentadas, y en muchas partes del mundo no había carreteras; a lo que condujo a la exigencia de construir carreteras mejoradas en muchas partes del mundo.
El piloto ganador de esta etapa, George Schuster, fue incluido en El Salón de La Fama del Automóvil, el 12 de octubre de 2010; y su Thomas Flyer está en exhibición en Reno, Nevada, en El Museo Nacional del Automóvil, junto con el trofeo.
Pocas películas han tomado como tema este evento, y una de las primeras fue la película de 1908 “Le Raid New York – Paris en automobile” de Georges Méliès.
“I'd like to see the Great Leslie try that one!”
The Great Race es una comedia y aventura del año 1965, dirigida por Blake Edwards.
Protagonizada por Tony Curtis, Jack Lemmon, Natalie Wood, Peter Falk, Vivian Vance, Keenan Wynn, Arthur O'Connell, Dorothy Provine, Larry Storch, entre otros.
El guión es de Blake Edwards y Arthur A. Ross; basados en la carrera de 1908 de New York a Paris; pero esa carrera real fue cualquier cosa menos cómica; por lo que Edwards solo toma el tema para desarrollar una comedia, siendo esta la primera película en la que el directo antepone su nombre al título de la película:
“Blake Edwards' The Great Race”, así como destaca la música de Henry Mancini y la dirección de fotografía de Russell Harlan.
El escritor y director de The Great Race era conocido por su inclinación por el humor físico de payasadas y los gags visuales de “Vaudevillian”, que se entregó por completo al escribir y filmar esta película, principalmente en secuencias que involucraban a Jack Lemmon y Peter Falk.
Al tiempo que Edwards era un estudioso y admirador de la película muda, y dedicó la película a los primeros comediantes:
Stan Laurel y Oliver Hardy.
Durante la producción, a medida que el presupuesto aumentó de $3 a $12 millones, Jack L. Warner, jefe de Warner Bros., dijo que Blake Edwards estaba gastando dinero como agua…
Edwards a su vez, acusó a Warner de ser “apretado”
Luego Warner le entregó a Edwards documentos legales para eliminarlo de la producción a lo que el director hizo varias concesiones al estudio, sin embargo la película costó unos $79,431.238.10 en valoración de 2016; por lo que The Great Race es la película de comedia más cara de la época; y con una duración de 160 minutos, la hace una de las comedias más largas que se hayan hecho.
Sin embargo, The Great Race obtuvo el premio Oscar a Los Mejores Efectos de Sonido, y estuvo nominado en otras 4 categorías:
Mejor fotografía/color, montaje, sonido y canción “The Sweetheart Tree”
Para más INRI, The Great Race sería un estrepitoso fracaso comercial; y las tibias recaudaciones no alcanzaron a superar los enormes costos de producción.
Warner casi se funde por el fracaso, además marcaría el principio del fin de la carrera de Tony Curtis; y sumiría a Blake Edwards en una profunda depresión y crisis creativa.
Así estamos a principios del siglo XX, donde se celebra una loca carrera de coches de carácter internacional.
Los participantes saldrían de New York, y la meta sería París.
En medio, multitud de disparates y situaciones rocambolescas tendrán lugar.
Todo inicia cuando la fábrica automotriz Webber, contacta a Leslie Galant III “El Gran Leslie” (Tony Curtis), un prestigioso acróbata, y le propone demostrar la superioridad de sus autos a través de una enorme carrera intercontinental; preparado para sabotear sus planes está El Profesor Fate (Jack Lemmon), que le tiene una enorme envidia por sus logros deportivos, y decide anotarse en la carrera.
Mientras tanto, la feminista y aspirante a reportera, Maggie DuBois (Natalie Wood) se encuentra presionando a los editores del diario “The Centinel” para que le den trabajo y la anoten en la carrera; eso solo lo logra a través de Hester Goodbody (Vivian Vance), esposa de Henry Goodbody (Arthur O'Connell) el dueño del periódico.
Una vez lanzada la contienda, El Profesor Fate y su ayudante Maximillian “Max” Meen (Peter Falk) le tenderán numerosas trampas al Gran Leslie para provocar su abandono; pero las cosas se complicarán en extremo cuando lleguen al reino de Potsdorf, donde Friedrich Hapnick (Jack Lemmon), El Príncipe aspirante a la corona, resulta ser idéntico al Profesor Fate, y éste se verá envuelto involuntariamente en la conspiración de sustituirlo para dar un golpe de estado a favor del Baron von Stuppe (Ross Martin)
Sólo Leslie, Max y la joven DuBois, podrán impedirlo.
Aunque no se menciona específicamente, esta película tiene lugar entre 1901 y 1909; un período en que Theodore Roosevelt ocupó La Presidencia de EEUU, que a su vez es insinuado por Maggie DuBois durante su captura en las mazmorras de Potsdorf.
The Great Race es un clásico del cine de Hollywood, que ha pasado a formar parte de la historia del cine de comedias por méritos propios; aunque el metraje la haga retroceder en valoración.
“My apologies, there's a polar bear in our car”
Blake Edwards es una leyenda de Hollywood; y en los años 60 se encontraba en la cúspide de su carrera, desempeñándose con gran éxito tanto en cine como en TV; y si bien es un director muy bueno para el drama, pronto encontraría que la vena que le daría mayores réditos comerciales y críticos, sería la comedia; y esta película se basó en la carrera de New York a París en 1908, pero interpretada de manera muy vaga; donde solo la ruta aproximada de la carrera y el período de tiempo general fueron tomados prestados por Edwards en su esfuerzo por hacer “la comedia más divertida jamás”; y debido al éxito de las películas anteriores, el presupuesto comenzó en generosos $6 millones.
Mirisch Productions inicialmente financió la película para United Artists; y los crecientes costos de la película llevaron a UA a abandonar la película, pero el proyecto fue recogido por Warner.
The Great Race presenta muchos gags visuales que eran caros de crear, y los costos se dispararon a $12 millones para cuando terminó la película.
El elegante vestuario fue diseñado por Edith Head; y el diseño de producción, estableciendo el período y aumentando el humor visual, fue de Fernando Carrere; mientras el particular diseño de los títulos de créditos iniciales, al estilo de presentación de diapositivas, fueron hechos por Ken Mundie.
Así tenemos al Gran Leslie y al Profesor Fate, como temerarios competidores a comienzos del siglo XX:
Leslie es el héroe clásico, siempre vestido de blanco, guapo, siempre cortés, enormemente talentoso y exitoso.
Y su némesis, El Profesor Fate, es el tradicional villano melodramático, generalmente vestido de negro, luciendo un bigote negro y un sombrero de copa, frunciendo el ceño a todo el mundo, con risa maníaca y malvada, y planes grandiosos para frustrar al héroe, siendo siempre perseguido por el fracaso.
Leslie propone una carrera automovilística desde New York a París, y le ofrece a Webber Motor Car Company la oportunidad de construir un automóvil para hacer el viaje.
Ellos diseñan y construyen un nuevo auto llamado “The Leslie Special”; pero Fate construye su propio vehículo de carreras, el “Hannibal Twin-8”, completo con dispositivos ocultos de sabotaje.
Otros propietarios de automóviles entran a la carrera, incluido uno propiedad del periódico más prominente de la ciudad de New York; y conduciendo el automóvil del periódico está la bella fotoperiodista, Maggie DuBois, una sufragista y feministas acérrima.
De esa manera comienza una carrera de 7 autos, pero el compañero sufridor de Fate, Max, ha saboteado otros 4 autos, y el suyo propio por error; dejando solo 3 autos en la carrera.
Los equipos supervivientes son:
Leslie con su leal mecánico Hezekiah Sturdy (Keenan Wynn), Maggie DuBois conduciendo un Stanley Steamer por su cuenta; y Fate y Max.
El automóvil del periódico se descompone, y Maggie acepta un aventón en el Leslie Special; pero Fate llega primero a un punto de reabastecimiento, a la pequeña ciudad fronteriza occidental de “Boracho”, donde un forajido local llamado Texas Jack (Larry Storch) se pone celoso de la atracción hacia Leslie que muestra la corista Lily Olay (Dorothy Provine), y sobreviene una pelea en el salón.
Fate se escapa en medio del caos, roba el combustible que necesita, y destruye el resto; por lo que Leslie usa mulas para llevar su auto a otro punto de reabastecimiento de combustible, donde Maggie engaña a Hezekiah para subir a un tren, y lo esposa a un asiento, mintiéndole a Leslie que su copiloto había renunciado, y “quería volver a New York”
Los 2 autos restantes llegan al Estrecho de Bering, y se estacionan uno al lado del otro en una tormenta de nieve cegadora, sin proponérselo, obviamente...
Manteniéndose calientes durante la tormenta, Leslie y Maggie comienzan a verse más que a sus competidores... y los contratiempos, incluido un oso polar en el automóvil de Fate, obligan a los 4 corredores a calentarse en el auto de Leslie; y se despiertan en un pequeño témpano de hielo que desemboca en el puerto ruso previsto, donde Hezekiah está esperando a Leslie, quien a su vez echa a Maggie por engañarlo.
A lo que Maggie es arrebatada por Fate, quien se va a la cabeza…
Después de conducir por Asia, ambos automóviles ingresan al pequeño reino de Carpania, cuyo alcohólico y petimetre Príncipe Heredero, Friedrich Hapnick, es la viva imagen del Profesor Fate.
Los rebeldes bajo la dirección del Barón Rolfe von Stuppe, y El General Kuhster (George Macready) secuestran al Príncipe, a Fate, a Max y a Maggie.
Pero Max escapa y se une a Leslie para rescatar a los demás; mientras Fate se ve obligado a enmascararse como El Príncipe durante la coronación, para que los rebeldes puedan hacerse con el control del reino.
Leslie y Max superan a los secuaces de von Stuppe, y se enfrentan a él.
Después de un combate de espada culminante con Leslie, von Stuppe intenta escapar saltando a un bote que espera, pero rompe el casco y lo hunde.
Leslie y Max, devuelven al verdadero Príncipe al capitolio, a tiempo para derrotar el plan de Kuhster, de un golpe sin derramamiento de sangre.
Fate, aún disfrazado de Príncipe Hapnick, se refugia en una panadería, pero cae en un enorme pastel; y eso produce una pelea de tartas que involucra a los corredores, los hombres del Príncipe, y los conspiradores.
Los 5 corredores, cubiertos de relleno de pastel, salen de Carpania con los mejores deseos del Rey Friedrich; y cuando los corredores abandonan Potsdorf, con Maggie ahora en el auto de Leslie; se convierte en una carrera directa hacia París.
Acercándose, Leslie y Maggie tienen un argumento enérgico con respecto a los roles de los hombres, las mujeres y el sexo en las relaciones… a lo que Leslie detiene su automóvil, justo antes de la línea de meta debajo de La Torre Eiffel para demostrar que él la ama más de lo que le importa ganar la carrera.
A lo que Fate es dado por ganador, pero se indigna porque Leslie lo dejó ganar… por tanto, Fate exige una revancha:
Una carrera de regreso a New York.
La carrera de vuelta comienza, con los recién casados Leslie y Maggie, ahora como un equipo; mientras Fate les permite una ventaja, y luego intenta destruir su auto con un pequeño cañón; pero el tiro falla al Leslie Special, y en vez, derribar La Torre Eiffel…
The Great Race es una especie de homenaje al oscarizado filme “Around The World in 80 Days” que fue a su vez un tributo a Jules Verne; por lo que el comienzo es, sin embargo, demasiado “clousseauniano”, con gags que se repiten sin otra razón que la de estar allí como ocurre en los filmes de época temprana del cine de comedia silente; pero es la búsqueda de un efecto para llegar a una causa, que además, ya es conocida; por lo que el filme puede dividirse en 2 partes:
La primera es la de escenas misceláneas, donde Edwards quiere parodiar a los filmes del oeste, y al género “road movie”
La segunda es una parodia de “Prisoner Of Zenda”, que está pensada para el lucimiento de Tony Curtis, pero es donde el filme termina de bajar aún más su ritmo.
Y en medio hay también homenajes a filmes clásicos de La Era Muda, como la guerra de pasteles… pero uno extraña que El Profesor Fate no invente más planes idiotas para destruir al Gran Leslie; y quizás, el filme hubiera funcionado mucho mejor como una serie de gags al estilo de los dibujos animados antes que intentar desarrollar una historia que no resulta tan interesante, como la del Príncipe.
Por lo que The Great Race no está pensada para darle tridimensionalidad a los personajes, a fin de cuentas son caricaturas, con el héroe impoluto y siempre de blanco, y el malo malísimo vestido de negro y con risa ridícula; por ello es que el romance Curtis – Wood fracasa, y todo el rollo del Príncipe metido a calzador sobra completamente; pero sin duda tiene sus momentos, pero también hay escenas que parecen demasiado largas.
El problema principal, es una cuestión de balance:
Los minutos iniciales son tan intensos que resultan incomparables con el resto del film.
Los sketches en donde El Profesor Fate inventa fabulosos planes absurdos para liquidar al Gran Leslie, y fracasan una y otra vez son geniales; porque es ver un comic de “Looney Tunes” filmado; y son los de un verdadero dibujo animado hecho por actores “reales”
Y es que The Great Race incorporó una gran cantidad de gags visuales de La Época del Cine Silente, junto con bufonadas, dobles sentidos, parodias y absurdos; e incluye escenas desgastadas por el tiempo, como una pelea en un bar, la tienda de campaña del jeque del desierto, una pelea de espadas, y el laboratorio del científico loco.
Las consecuencias involuntarias de las órdenes del Profesor Fate como:
“¡Presiona el botón, Max!”, son un gag “normal” junto con la invulnerabilidad inmaculada del Gran Leslie.
De esa manera, Edwards se burló de las películas y de la literatura posterior también; con la escena de la pelea de salón, que fue una parodia del género cinematográfico western, y un desvío de la trama durante el último tercio, fue una parodia directa a “Prisoner Of Zenda”, en la que un viajero se parece al rey y lo sustituye.
Además, la película tiene un tufo de “guerra entre sexos” con la Wood como abanderada de la causa, secundada por el esposa del editor.
Aquí, el héroe imperturbable, introducido en su inmaculada blancura, destructor de entuertos, amado por todas las mujeres del universo, pedante hasta la exasperación, engrandecido y creado por las reglas estandarizadas de Hollywood, interpretado en el filme por Tony Curtis, permanecerá sereno mientras pasteles de todas clases y colores son lanzados dentro de una de las más demenciales luchas pasteleras de la historia del cine; y Edwards, como destructor de los mitos cinematográficos, crítico de normas y convencionalismos, prepara la “destrucción” del héroe, en la secuencia citada, de una manera sencilla:
La Wood será quien consiga “mancharle” al incrustar una tarta en el rostro; y de esa manera será vencido:
La mujer se ha convertido en diosa, y el hombre ha quedado arrodillado a sus pies.
El insufrible endiosado, conquistador sin amor, ha sido tocado por Cupido; y Natalie ha inscrito en su próximo mundo al hombre, y lo ha hecho suyo a través del abandono de la carrera y poseyéndolo por completo a través del matrimonio.
Y una vuelta de tuerca:
La mujer, que en las películas anteriores de Edwards era un ser pasivo, se convierte aquí en un ser activo, fuerte, que se mueve repleta de vitalidad al basar su actuación en un triunfo y unos derechos significativa, que es la incidencia por parte del realizador en las mujeres luchando por su dignidad y alcanzar un puesto en la sociedad; como la verdadera protagonista de esta guerra de sexos… entonces, acaso El Profesor Fate y Max son gays…
Hay muchos momentos en que eso pareciera ser, más aun cuando el propio Lemmon hace de un Príncipe demasiado amanerado, con una risa que recuerda a Pee-wee Herman y con una delirio delicioso.
Por tanto, ahí la evolución de Edwards como cineasta, que pronto desarrollará esas ideas en otros filmes; y por esa razón, al final, por amor alguien perderá una carrera; pero no se trata de un final gracioso.
Es lo que Edwards siente; el amor es lo máximo que se puede alcanzar en este mundo; y lo demás es accesorio.
He ahí la razón del final de la película.
La hermosa conversación entre Curtis y Wood, mientras se acercan en el jinete, el coche blanco del héroe, al triunfo en Paris, Ciudad del Amor, no es sino el resumen de la escena de las tartas.
Y no se trata de algo fuera de la unidad argumental que es la película; es la conclusión a la que se llega después de haber conocido los elementos puestos en juego; como si fuera “La Odisea” de Homero llevada a otras latitudes.
Como dato, la escena de la pelea de tartas en la pastelería real, fue filmada a lo largo de 5 días, y durante ese tiempo se lanzaron más de 4,000 tartas; siendo la mayor pelea de tartas de la historia del cine.
La escena dura algo más de 4 minutos y tuvo un costo de $200,000; y $18,000 solo para la pastelería; se usaron tartas decoradas con grosellas, arándanos, fresas y limón.
Edwards les dijo a los actores que, por sí sola, la pelea no tenía gracia, la gracia estaba en crear tensión manteniendo inmaculada la ropa blanca de Leslie hasta el momento adecuado; pero el rodaje de la escena se interrumpió por el fin de semana, y cuando volvieron, el lunes, los residuos de tarta apestaban tanto que el set tuvo que ser desinfectado.
Al principio, los actores encontraron divertida la escena, pero al final estaban hartos:
Wood se atragantó con una tarta, y Lemmon dijo que “cuando una de esas tartas te da en toda la cara, es como una tonelada de cemento”
Al final de la toma, cuando Edwards dijo “¡corten!”, el propio Edwards fue acribillado por cientos de tartas que el equipo había reservado especialmente para ese momento.
Toda esta gran escena es un homenaje a Mack Sennett y otros artistas del cine mudo, que usaron las peleas de tartas en sus comedias, como los filmes:
“Behind The Screen” (1916) con Charlie Chaplin; “The Battle Of The Century” (1927) con Stan Laurel & Oliver Hardy; y “In The Sweet Pie and Pie” (1941) con The Three Stooges.
Por otra parte, la secuencia del bloque de hielo se rodó en lo que ahora se conoce como Warner Bros., Sound Stage 16, con el set de sonido más grande y más alto del estudio; y si observan de cerca, el agua que rodea a los actores y los automóviles en la losa de hielo, puede verse una multitud de reflejos de las luces del escenario.
Por otro lado, los autos:
El coche de Tony Curtis, “The Leslie Special”, fue construido inspirándose en el Thomas Flyer, el coche que ganó la carrera de New York a París en 1908.
De acuerdo con el Petersen Automotive Museum, 4 “Leslie Special” fueron construidos para la película, y 1 de ellos está expuesto en el Tupelo Automobile Museum en Tupelo, Mississippi.
Otro fue pintado de verde oscuro para aparecer en la película de 1970, “The Warlad of Cable Hogue”, y es el coche que aparece justo al final, que aún conserva las letras “Leslie Special”
Mientras que el coche del villano se bautizó como “Hannibal Twin-8”; y se hicieron 8; 1 está en el Petersen Automobile Museum; y otro en el Volo Auto Museum en Illinois.
Este modelo incluye un cañón propulsor y un generador de humo en funcionamiento.
El “Hannibal Twin-8” tuvo un costo de $150,000, y fue impulsado por un motor Corvair de 6 cilindros con transmisión manual de 3 velocidades y 6 ruedas.
Las 4 ruedas traseras, están impulsadas por un accionamiento de cadena.
Ambos vehículos estuvieron previamente expuestos en el museo Movie World's “Cars Of The Stars” en Buena Park, California, hasta que fue cerrado a finales de los 70s.
Del reparto, Tony Curtis es un gran comediante, pero no tiene demasiado espacio para lucirse; él se parodia a sí mismo, haciendo el mismo personaje apuesto y donjuanesco que le había hecho popular; y simboliza la lealtad, justicia y la honradez, gran acierto el mostrarlo a cámara siempre de un blanco impoluto.
Su actuación majestuosa, con 40 años y la gran forma física que demuestra en las escenas de acción, se ven animadas con un reflejo añadido a sus dientes o a sus ojos verdes.
Mientras Natalie Wood rebosa simpatía, pero sus escenas con Curtis parecen deslucidas y estiradas.
Como dato, Maggie DuBois dice que puede hablar francés, ruso y árabe; resulta que La Wood es de descendencia rusa, pues su verdadero nombre es Natasha Gurdin; y hablaba con fluidez el ruso.
Por contra, Jack Lemmon y Peter Falk se roban todas las escenas con una facilidad pasmosa; y a veces da la impresión que el personaje de Lemmon estuviera escrito para ser el único protagonista; y como espectador, uno pide a gritos que vuelvan Fate y Max a la pantalla, antes de ver las líneas sosas que Curtis y Wood tienen para recitar.
Lemmon es lo opuesto a Curtis, y su carta de presentación es la maldad, la corrupción y la inmoralidad, lo veremos siempre vistiendo de negro, como los villanos de las tiras cómicas, como todo el resto de su personalidad; y aquí da rienda suelta a su vena histriónica:
Curiosamente solo se acredita como Profesor Fate, y no para su segundo papel como El Príncipe Heredero Hapnick.
El mismo Jack Lemmon ha dicho que recibió más correo sobre Fate, que sobre cualquier otro personaje que hizo en su carrera.
Mientras Peter Falk como Max, el ayudante del profesor y colaborador en sus fechorías, está inmenso, con su ojo más perdido que nunca.
Como dato, el director tiene un cameo, siendo su última intervención como actor. Hal Smith, que interpretó al Alcalde de la ciudad del oeste en el que Leslie se detiene para repostar combustible; la ciudad se llama “Boracho”, que en español significa precisamente “borracho”, el dato viene a que Smith había interpretado a Otis, el borracho de la ciudad, en The Andy Griffith Show (1960); y con la muerte de Marvin Kaplan que hace de Frisbee, acaecida en agosto de 2016; Larry Storch que hace de Texas Jack, es el último del elenco principal que sigue vivo.
Como curiosidad, el logotipo de Warner Bros., los créditos de apertura, el intermedio y los créditos de cierre, aparecen en forma de presentación de diapositivas de una linterna mágica, una forma primitiva de cinematografía, con cada crédito con una diapositiva personalizada.
Con todo cabe cuestionarse, por qué The Great Race fracasó, y hay algunas razones obvias para ello:
La primera es que es un film muy largo; aún con la mejor voluntad, es difícil mantener el ritmo, y más para una comedia en 2 horas y media de duración.
La otra ya mencionada, es la de los costos:
Los autos de la carrera son totalmente originales, construidos desde cero para el film; la reconstrucción de la época es impecable con los decorados y el vestuario de primera categoría; con los exteriores fabulosos y uno supone lo que habrá costado armar un París lleno de autos antiguos y gente ataviada a la época) para una fracción de segundos de una toma.
Si bien hay momentos en que el film tiene lugar en estudios, no deja de ser una producción inmensa.
Como errores de producción y anacronismos tenemos:
La bandera estadounidense que se muestra cerca del comienzo de la carrera, tiene 48 estrellas.
En 1908, cuando supuestamente se lleva a cabo el relato, solo había 46 estados:
New México y Arizona fueron admitidos en 1912, y Alaska y Hawái fueron admitidos en 1959.
El decorado es de 1908, pero las antenas de TV son visibles en La Torre Eiffel.
El Gran Leslie sale del globo con un paracaídas de mochila:
Esto no se inventó hasta 1911, 3 años después del año en que se montó la película; y cuando Leslie se pone el paracaídas en el globo de aire caliente, vemos un disparo de la multitud debajo, en el que los espectadores son claramente visibles, no mucho más de 100 pies; pero cuando él salta, el tiro panorámico hacia atrás es mucho más alto, posiblemente miles de pies.
Se suponía que el globo estaba perdiendo altitud debido al agujero de la flecha del Profesor Fate…
Además, el primer disparo probablemente no sea lo suficientemente alto como para que funcione un paracaídas.
En la escena en la playa en la carpa, cuando Leslie y Maggie DuBois beben champaña, Leslie pone un disco fonográfico de “The Desert Song”; esa canción no se estrenó hasta 1926; además, las mujeres están peinadas en el estilo de los años 1960… y cuando Leslie llega a La Torre Eiffel, podemos ver claramente una pancarta con la palabra “Finis” en ella; en un francés correcto debió ser “Arrivee”; “Finis” es más o menos una traducción precisa de “terminado” en forma plural.
Las contrapartes francesas para “Start” / “Finish” son de hecho “Depart / Arrivee”
Pero cuando el filme funciona, lo hace en gran forma:
El espionaje submarino al campamento del Gran Leslie, los atentados contra el héroe, la secuencia en el iceberg, las pruebas del Hannibal Twin-8 en la mansión de Fate, los sabotajes a los competidores de la carrera…
Lamentablemente, el filme precisaba una mayor poda en la sala de edición, y un guión más pulido en las escenas de Tony Curtis; y así como está, es una serie de grandes momentos débilmente conectados por un guión que no puede mantener el ritmo; pero la película fue una gran influencia en “Wacky Races”, una serie de dibujos animados de Hanna-Barbera, sobre un grupo de 11 coches de carrera que compiten entre sí en diferentes carreras, con sus pilotos intentando ganar el título de “Piloto más loco del mundo”, donde las caracterizaciones de la película eran en sí mismas bastante caricaturescas.
Y en “Wacky Races”, Penélope Glamour asumió el aspecto de Maggie DuBois, interpretada por Natalie Wood, incluyendo hasta el tono exacto de rosa de uno de sus trajes y el parasol.
Dick Dastardly tiene mucho en común con la representación del Profesor Fate de Jack Lemmon, aunque éste tenía un secuaz no canino en Max Meen, Peter Falk.
Esta pareja se da el gusto de cometer actos de sabotaje parecidos en The Great Race, y el compinche tiene la misma habilidad para equivocarse que Max.
Y aunque el coche del Profesor Fate no se parece en casi nada al The Mean Machine #00, sí lleva el familiar pincho en el morro, y está equipado con cortina de humo, cañón y otros artilugios variados.
Además, el editor de cine y hombre de efectos de sonido, Treg Brown, que trabajó en muchos dibujos animados clásicos de Warner Bros., trabajó en esta película, y muchos efectos de sonido eran familiares para los fanáticos de la historieta.
Por último, antes de que la película fuera oficialmente lanzada, la banda sonora fue pregrabada en Hollywood por RCA Victor Records, para lanzamiento en vinilo LP.
Henry Mancini estuvo 6 semanas componiendo la música, y las sesiones de grabación englobaban 80 músicos.
Mancini colaboró con el letrista Johnny Mercer en varias canciones, incluyendo:
“The Sweetheart Tree”, un vals lanzado como single; siendo un homenaje a las primeras películas de comedias mudas, donde, mientras se canta la canción, las letras aparecen en la pantalla, con una pelota que rebota sobre las sílabas que se cantan, lo que lleva a la audiencia a cantar junto con los actores.
Este fue un dispositivo de uso frecuente durante las primeras películas sonoras y en dibujos animados, y es el origen de la frase:
“Sigue la pelota que rebota”
La canción también suena repetidamente en la película como tema principal instrumental.
La versión a coro suena en el intermedio que en algunas ediciones no está incluido, y es interpretada en pantalla por Natalie Wood con la voz doblada por Jackie Ward, no acreditada.
Otras 3 temas recurrentes aparecen en la película:
El primero o tema principal aparece como balada, con banjo o con un estilo de 1900's; el segundo es “The Great Race March” con las 3 primeras notas del himno de EEUU; y el tercer tema es la melodía del Profesor Fate.
“Push the button, Max!”
Durante la mayor parte del siglo XX no se pudieron llevar a cabo otras reconstrucciones de aquella famosa carrera de 1908, debido al establecimiento de La URSS después de La Revolución Rusa de 1917; y después de la disolución de La Unión Soviética a principios de la década de 1990, es que los corredores pudieron competir de nuevo.
En 1990 se llevó a cabo el “London To Peking Motor Challenge”, que corrió en dirección opuesta a la carrera original, desde Londres a Beijing.
En 1997 se reeditó la prueba, realizando el mismo recorrido y con vehículos de la época; y desde entonces se ha estado realizando con más frecuencia hasta la actualidad.
El “Segundo desafío motor de Pekín a París” del 97, consistió en 94 autos antiguos, que tomaron una ruta más al sur a través de Tíbet, India, Pakistán, Irán, Turquía, Grecia e Italia; y fue ganado por el par británico, Phil Surtees y John Bayliss, conduciendo un Willys Jeep de 1942.
El 18 de abril de 2005, un Fiat 500 de 1973, lo hizo “desde Bari, Italia, a Beijing” en un viaje de 16,000km a través de toda Rusia, y pasando por Vladivostok.
La ruta fue parcialmente similar a la original:
Conducido durante 100 días por Danilo Elia y Fabrizio Bonserio, el viejo y pequeño automóvil fue seguido a lo largo de su recorrido por periódicos y televisión de todo el mundo.
Después del largo viaje, Elia escribió un libro titulado “La Bizzarra Impresa”
El 15 de mayo de 2005, 5 automóviles conducidos por Lang Kidby partieron “de Beijing hacia París”, volviendo sobre la ruta original con automóviles muy similares a los originales:
Un 1907 Spyker, un 1907 y un 1912 De Dion-Bouton; un 1907 Itala, y una réplica de Contal Cycle.
Este viaje fue televisado por la Australian Broadcasting Corporation en una serie documental de 4 partes titulada “Peking to Paris”; y fue presentado por Warren Brown, uno de los 2 conductores en el Itala y un caricaturista en el periódico de Sydney, The Daily Telegraph.
Mientras que La Gran Carrera del 2008 planeada, se canceló cuando se retiraron la aprobación y los permisos para viajar a China; y se realizó un segundo esfuerzo en 2011; que comenzó en Times Square el 14 de abril, cuando los competidores se pusieron a recorrer la ruta tomada en 1908, “de New York a París”
Finalmente, 4 de los vehículos de arranque:
El más antiguo, un Ford Modelo A de 1929; un Ford Coupe de Ventana de 1932, el Volkswagen Beetle de 1967, y un Chevrolet Corvette múltiple de 2007, llegaron a La Torre Eiffel en París, el 21 de julio de 2011.
Participando en la carrera de 2011, fue Jeff Mahl, el bisnieto de George Schuster, el piloto ganador de “La Carrera New York a París” de 1908.
La última carrera registrada comenzó en Beijing, el 28 de mayo de 2013; y era para autos antiguos, y duraba 33 días.
En la 3ª semana, la carrera se vio empañada por la muerte de una participante británica, Emma Wilkinson, madre de 2 hijos, de 46 años, en una colisión frontal con un vehículo desconectado del evento.
Hay que tomar en cuenta que la idea de este tipo de carrera no es la última tecnología del automóvil, sino manteniendo el tipo de autos en las condiciones actuales, donde podemos decir que el clima y la política de las naciones en ruta, serían los únicos problemas posibles.
“As a very wise English gentleman once said:
“He who fights and runs away may live to fight another day”
So, until another day, Mr. Leslie, please excuse me, I have a boat waiting!”
Un “rally raid” es una competencia en desiertos que duran semanas; donde cada día se recorren cientos de kilómetros de un pueblo a otro; y muchas veces no hay caminos delineados, sino que hay que correr atravesando el campo; por lo que los vehículos deben soportar calor intenso, arena y viento, teniendo que poder atravesar obstáculos.
Un rally raid llevado al extremo ocurrió en La Carrera Pekín – París, que fue una carrera automovilística que se celebró en 1907, con salida en la ciudad de Pekín y con meta en París, realizando un recorrido de 14.994km
La idea de la carrera vino de un desafío publicado en el periódico de París, Le Matin, el 31 de enero de 1907, que decía:
“Lo que debe demostrarse hoy, es que mientras un hombre tenga un automóvil, puede hacer cualquier cosa e ir a cualquier lugar.
¿Hay alguien que se comprometa a viajar este verano de Pekín a París en automóvil?”
Y al llamado se presentaron 40 participantes, de los cuales solo 5 consiguieron llegar a la meta, y fueron:
De Italia, con un motor de 7 litros, terminó en primer lugar, conducido por el Príncipe Luigi Marcantonio Francesco Rodolfo Scipione Borghese y Ettore Guizzardi
Spyker.
El auto holandés, terminó 2º, conducido por Charles Godard con Jean du Taillis
Contal; y el francés no terminó, un Cyclecar de 3 ruedas, conducido por Auguste Pons.
Un DeDion 1, francés, terminó 3º, conducido por Georges Cormier; y otro DeDion 2, también francés, finalizó 4º, conducido por Victor Collignon.
Aquí no hubo reglas en la carrera, y el primer auto que llegase a París ganaría como premio, una botella de champagne Mumm.
La travesía que partió de Pekín, no contaba con una ruta preestablecida, y resultó ser durísima y muy larga, donde los participantes tuvieron que soportar altas y bajas temperaturas; y eso que se llevó a cabo durante una época en que los autos eran bastante nuevos, y la ruta atravesaba áreas remotas de Asia, donde la gente aún no estaba familiarizada con los viajes en automóvil.
La carrera fue sin ayuda a través de la campiña, donde no había carreteras o mapas de ruta; y para la carrera, los camellos que transportaban combustible salieron de Pekín, y se instalaron en las estaciones a lo largo de la ruta para proporcionar combustible a los corredores.
La carrera siguió una ruta telegráfica, por lo que la carrera estaba bien cubierta en los periódicos de la época.
Cada automóvil tenía un periodista como pasajero, y los periodistas enviaban historias de las estaciones de telégrafos regularmente durante toda la carrera.
Un periodista del Corriere della Sera y del Daily Telegraph, llamado Luigi Barzini, fue quien acompañó al Príncipe Borghese durante la travesía, e informaba a París del estado de la carrera.
Y a bordo de su auto, el periodista y El Príncipe llegaron primeros a París, con una semana de adelanto; y como único premio, los vencedores recibieron una botella de champán; de ahí, dicen, nació la tradición de celebrar las victorias en el automovilismo con una botella de champán.
El evento no pretendía ser una carrera o competencia, pero rápidamente se convirtió en una debido a su naturaleza pionera y la superioridad técnica del automóvil de los italianos, un Itala de 7,433cc 35/45 HP.
El 2º en la carrera fue Charles Goddard en el Spyker; que no tenía dinero, y tuvo que pedir gasolina a otros, y pidió prestado su automóvil para la carrera; siendo arrestado por fraude cerca del final de la carrera.
Algunos de los otros automóviles tuvieron dificultades para subir barrancos, a través del barro, arenas movedizas y puentes a través de ríos no diseñados para vehículos.
El coche de Contal se empantanó en el desierto de Gobi, y no fue recuperado, con la tripulación afortunada de ser encontrada viva por los lugareños.
A partir de allí se han celebrado varias carreras para volver a representar el evento, incluida La Gran Carrera Automotriz de 1908, que fue una con salida en New York y meta en París, con un pasaje de barco de 240km desde Nome, Alaska, cruzando El Estrecho de Bering hasta Cabo Este, en Siberia, en un momento en que “el automóvil era la cosa más frágil y caprichosa de La Tierra”; fue inspirada tras la de Pekín – París de 1907; siendo esta la primera entre automóviles cruzando 3 continentes; que comenzó en Times Square, el 12 de febrero de 1908; siendo organizada por el periódico New York Times; y en ella se inscribieron 6 autos:
3 franceses, 1 alemán, 1 italiano y 1 estadounidense; y los 6 participantes estaban formados por:
Un Protos de Alemania; un Züst de Italia; un De Dion-Bouton, un Motobloc, y un Sizaire-Naudin de Francia; y un Thomas Flyer de Estados Unidos.
El Thomas Flyer fue el primer vehículo en llegar a San Francisco, empleando para ello, 41 días, 8 horas y 15 minutos; y la carrera fue el primer viaje de los Estados Unidos con un automóvil en invierno; y sigue siendo el mayor margen de victoria en cualquier evento de automovilismo, con un recorrido de 22,000 millas, unas 13,341 millas conducidas.
Y una multitud de 250,000 vio el comienzo de lo que se convertiría en una dura prueba de 169 días.
La carrera comenzó a mediados de invierno, en un momento en que no había quitanieves, pocas carreteras en la ruta alrededor del mundo, mapas poco confiables y, a menudo, poca comida para los competidores.
En el trayecto, a menudo los equipos recurrieron a las locomotoras, llevando el auto amarrado cuando no se podían encontrar caminos.
La ruta luego los llevó a Valdez, Alaska por barco, donde el equipo de EEUU se encontró con unas duras condiciones, y la carrera fue desviada a través del Pacífico en barco de vapor hasta Japón.
Continuó por barco hasta Vladivostok, Siberia, para empezar a cruzar los continentes de Asia y Europa.
Sólo 3 de los competidores llegaron más allá de Vladivostok:
El Protos, el Züst, y el Thomas Flyer.
La tundra de Siberia y Manchuria, fue una pesadilla para los equipos; y finalmente el mejor estado de las carreteras de Europa acercó al equipo de EEUU a París, el 30 de julio de 1908, resultando los vencedores.
Los alemanes habían llegado a París 4 días antes, pero fueron sancionados con un total de 30 días por no ir a Alaska, y por realizar parte del recorrido en vagón.
Eso le dio la victoria al equipo estadounidense, del piloto alemán George Schuster, por 26 días; mientras los italianos llegaron más tarde, en septiembre de 1908.
Schuster fue elegido para formar parte del equipo Thomas Race, debido a sus habilidades mecánicas comprobadas, que se usaron a diario durante la carrera; siendo el único miembro del equipo estadounidense a bordo del Flyer desde su inicio en la ciudad de New York, hasta el final en París.
La carrera New York – París fue de interés internacional, con cobertura diaria en la primera página del New York Times, uno de los patrocinadores de la carrera junto al periódico parisino Le Matin; y la importancia del evento se extendió más allá de la propia carrera.
Y junto a la carrera Pekín – París que tuvo lugar el año anterior, estableció a los automóviles como medio de transporte de masas y en grandes distancias, más allá de la pura diversión por parte de los ricos; y también dio lugar a la petición de mejora del estado de las carreteras, pues antes de la competencia había muy pocas carreteras pavimentadas, y en muchas partes del mundo no había carreteras; a lo que condujo a la exigencia de construir carreteras mejoradas en muchas partes del mundo.
El piloto ganador de esta etapa, George Schuster, fue incluido en El Salón de La Fama del Automóvil, el 12 de octubre de 2010; y su Thomas Flyer está en exhibición en Reno, Nevada, en El Museo Nacional del Automóvil, junto con el trofeo.
Pocas películas han tomado como tema este evento, y una de las primeras fue la película de 1908 “Le Raid New York – Paris en automobile” de Georges Méliès.
“I'd like to see the Great Leslie try that one!”
The Great Race es una comedia y aventura del año 1965, dirigida por Blake Edwards.
Protagonizada por Tony Curtis, Jack Lemmon, Natalie Wood, Peter Falk, Vivian Vance, Keenan Wynn, Arthur O'Connell, Dorothy Provine, Larry Storch, entre otros.
El guión es de Blake Edwards y Arthur A. Ross; basados en la carrera de 1908 de New York a Paris; pero esa carrera real fue cualquier cosa menos cómica; por lo que Edwards solo toma el tema para desarrollar una comedia, siendo esta la primera película en la que el directo antepone su nombre al título de la película:
“Blake Edwards' The Great Race”, así como destaca la música de Henry Mancini y la dirección de fotografía de Russell Harlan.
El escritor y director de The Great Race era conocido por su inclinación por el humor físico de payasadas y los gags visuales de “Vaudevillian”, que se entregó por completo al escribir y filmar esta película, principalmente en secuencias que involucraban a Jack Lemmon y Peter Falk.
Al tiempo que Edwards era un estudioso y admirador de la película muda, y dedicó la película a los primeros comediantes:
Stan Laurel y Oliver Hardy.
Durante la producción, a medida que el presupuesto aumentó de $3 a $12 millones, Jack L. Warner, jefe de Warner Bros., dijo que Blake Edwards estaba gastando dinero como agua…
Edwards a su vez, acusó a Warner de ser “apretado”
Luego Warner le entregó a Edwards documentos legales para eliminarlo de la producción a lo que el director hizo varias concesiones al estudio, sin embargo la película costó unos $79,431.238.10 en valoración de 2016; por lo que The Great Race es la película de comedia más cara de la época; y con una duración de 160 minutos, la hace una de las comedias más largas que se hayan hecho.
Sin embargo, The Great Race obtuvo el premio Oscar a Los Mejores Efectos de Sonido, y estuvo nominado en otras 4 categorías:
Mejor fotografía/color, montaje, sonido y canción “The Sweetheart Tree”
Para más INRI, The Great Race sería un estrepitoso fracaso comercial; y las tibias recaudaciones no alcanzaron a superar los enormes costos de producción.
Warner casi se funde por el fracaso, además marcaría el principio del fin de la carrera de Tony Curtis; y sumiría a Blake Edwards en una profunda depresión y crisis creativa.
Así estamos a principios del siglo XX, donde se celebra una loca carrera de coches de carácter internacional.
Los participantes saldrían de New York, y la meta sería París.
En medio, multitud de disparates y situaciones rocambolescas tendrán lugar.
Todo inicia cuando la fábrica automotriz Webber, contacta a Leslie Galant III “El Gran Leslie” (Tony Curtis), un prestigioso acróbata, y le propone demostrar la superioridad de sus autos a través de una enorme carrera intercontinental; preparado para sabotear sus planes está El Profesor Fate (Jack Lemmon), que le tiene una enorme envidia por sus logros deportivos, y decide anotarse en la carrera.
Mientras tanto, la feminista y aspirante a reportera, Maggie DuBois (Natalie Wood) se encuentra presionando a los editores del diario “The Centinel” para que le den trabajo y la anoten en la carrera; eso solo lo logra a través de Hester Goodbody (Vivian Vance), esposa de Henry Goodbody (Arthur O'Connell) el dueño del periódico.
Una vez lanzada la contienda, El Profesor Fate y su ayudante Maximillian “Max” Meen (Peter Falk) le tenderán numerosas trampas al Gran Leslie para provocar su abandono; pero las cosas se complicarán en extremo cuando lleguen al reino de Potsdorf, donde Friedrich Hapnick (Jack Lemmon), El Príncipe aspirante a la corona, resulta ser idéntico al Profesor Fate, y éste se verá envuelto involuntariamente en la conspiración de sustituirlo para dar un golpe de estado a favor del Baron von Stuppe (Ross Martin)
Sólo Leslie, Max y la joven DuBois, podrán impedirlo.
Aunque no se menciona específicamente, esta película tiene lugar entre 1901 y 1909; un período en que Theodore Roosevelt ocupó La Presidencia de EEUU, que a su vez es insinuado por Maggie DuBois durante su captura en las mazmorras de Potsdorf.
The Great Race es un clásico del cine de Hollywood, que ha pasado a formar parte de la historia del cine de comedias por méritos propios; aunque el metraje la haga retroceder en valoración.
“My apologies, there's a polar bear in our car”
Blake Edwards es una leyenda de Hollywood; y en los años 60 se encontraba en la cúspide de su carrera, desempeñándose con gran éxito tanto en cine como en TV; y si bien es un director muy bueno para el drama, pronto encontraría que la vena que le daría mayores réditos comerciales y críticos, sería la comedia; y esta película se basó en la carrera de New York a París en 1908, pero interpretada de manera muy vaga; donde solo la ruta aproximada de la carrera y el período de tiempo general fueron tomados prestados por Edwards en su esfuerzo por hacer “la comedia más divertida jamás”; y debido al éxito de las películas anteriores, el presupuesto comenzó en generosos $6 millones.
Mirisch Productions inicialmente financió la película para United Artists; y los crecientes costos de la película llevaron a UA a abandonar la película, pero el proyecto fue recogido por Warner.
The Great Race presenta muchos gags visuales que eran caros de crear, y los costos se dispararon a $12 millones para cuando terminó la película.
El elegante vestuario fue diseñado por Edith Head; y el diseño de producción, estableciendo el período y aumentando el humor visual, fue de Fernando Carrere; mientras el particular diseño de los títulos de créditos iniciales, al estilo de presentación de diapositivas, fueron hechos por Ken Mundie.
Así tenemos al Gran Leslie y al Profesor Fate, como temerarios competidores a comienzos del siglo XX:
Leslie es el héroe clásico, siempre vestido de blanco, guapo, siempre cortés, enormemente talentoso y exitoso.
Y su némesis, El Profesor Fate, es el tradicional villano melodramático, generalmente vestido de negro, luciendo un bigote negro y un sombrero de copa, frunciendo el ceño a todo el mundo, con risa maníaca y malvada, y planes grandiosos para frustrar al héroe, siendo siempre perseguido por el fracaso.
Leslie propone una carrera automovilística desde New York a París, y le ofrece a Webber Motor Car Company la oportunidad de construir un automóvil para hacer el viaje.
Ellos diseñan y construyen un nuevo auto llamado “The Leslie Special”; pero Fate construye su propio vehículo de carreras, el “Hannibal Twin-8”, completo con dispositivos ocultos de sabotaje.
Otros propietarios de automóviles entran a la carrera, incluido uno propiedad del periódico más prominente de la ciudad de New York; y conduciendo el automóvil del periódico está la bella fotoperiodista, Maggie DuBois, una sufragista y feministas acérrima.
De esa manera comienza una carrera de 7 autos, pero el compañero sufridor de Fate, Max, ha saboteado otros 4 autos, y el suyo propio por error; dejando solo 3 autos en la carrera.
Los equipos supervivientes son:
Leslie con su leal mecánico Hezekiah Sturdy (Keenan Wynn), Maggie DuBois conduciendo un Stanley Steamer por su cuenta; y Fate y Max.
El automóvil del periódico se descompone, y Maggie acepta un aventón en el Leslie Special; pero Fate llega primero a un punto de reabastecimiento, a la pequeña ciudad fronteriza occidental de “Boracho”, donde un forajido local llamado Texas Jack (Larry Storch) se pone celoso de la atracción hacia Leslie que muestra la corista Lily Olay (Dorothy Provine), y sobreviene una pelea en el salón.
Fate se escapa en medio del caos, roba el combustible que necesita, y destruye el resto; por lo que Leslie usa mulas para llevar su auto a otro punto de reabastecimiento de combustible, donde Maggie engaña a Hezekiah para subir a un tren, y lo esposa a un asiento, mintiéndole a Leslie que su copiloto había renunciado, y “quería volver a New York”
Los 2 autos restantes llegan al Estrecho de Bering, y se estacionan uno al lado del otro en una tormenta de nieve cegadora, sin proponérselo, obviamente...
Manteniéndose calientes durante la tormenta, Leslie y Maggie comienzan a verse más que a sus competidores... y los contratiempos, incluido un oso polar en el automóvil de Fate, obligan a los 4 corredores a calentarse en el auto de Leslie; y se despiertan en un pequeño témpano de hielo que desemboca en el puerto ruso previsto, donde Hezekiah está esperando a Leslie, quien a su vez echa a Maggie por engañarlo.
A lo que Maggie es arrebatada por Fate, quien se va a la cabeza…
Después de conducir por Asia, ambos automóviles ingresan al pequeño reino de Carpania, cuyo alcohólico y petimetre Príncipe Heredero, Friedrich Hapnick, es la viva imagen del Profesor Fate.
Los rebeldes bajo la dirección del Barón Rolfe von Stuppe, y El General Kuhster (George Macready) secuestran al Príncipe, a Fate, a Max y a Maggie.
Pero Max escapa y se une a Leslie para rescatar a los demás; mientras Fate se ve obligado a enmascararse como El Príncipe durante la coronación, para que los rebeldes puedan hacerse con el control del reino.
Leslie y Max superan a los secuaces de von Stuppe, y se enfrentan a él.
Después de un combate de espada culminante con Leslie, von Stuppe intenta escapar saltando a un bote que espera, pero rompe el casco y lo hunde.
Leslie y Max, devuelven al verdadero Príncipe al capitolio, a tiempo para derrotar el plan de Kuhster, de un golpe sin derramamiento de sangre.
Fate, aún disfrazado de Príncipe Hapnick, se refugia en una panadería, pero cae en un enorme pastel; y eso produce una pelea de tartas que involucra a los corredores, los hombres del Príncipe, y los conspiradores.
Los 5 corredores, cubiertos de relleno de pastel, salen de Carpania con los mejores deseos del Rey Friedrich; y cuando los corredores abandonan Potsdorf, con Maggie ahora en el auto de Leslie; se convierte en una carrera directa hacia París.
Acercándose, Leslie y Maggie tienen un argumento enérgico con respecto a los roles de los hombres, las mujeres y el sexo en las relaciones… a lo que Leslie detiene su automóvil, justo antes de la línea de meta debajo de La Torre Eiffel para demostrar que él la ama más de lo que le importa ganar la carrera.
A lo que Fate es dado por ganador, pero se indigna porque Leslie lo dejó ganar… por tanto, Fate exige una revancha:
Una carrera de regreso a New York.
La carrera de vuelta comienza, con los recién casados Leslie y Maggie, ahora como un equipo; mientras Fate les permite una ventaja, y luego intenta destruir su auto con un pequeño cañón; pero el tiro falla al Leslie Special, y en vez, derribar La Torre Eiffel…
The Great Race es una especie de homenaje al oscarizado filme “Around The World in 80 Days” que fue a su vez un tributo a Jules Verne; por lo que el comienzo es, sin embargo, demasiado “clousseauniano”, con gags que se repiten sin otra razón que la de estar allí como ocurre en los filmes de época temprana del cine de comedia silente; pero es la búsqueda de un efecto para llegar a una causa, que además, ya es conocida; por lo que el filme puede dividirse en 2 partes:
La primera es la de escenas misceláneas, donde Edwards quiere parodiar a los filmes del oeste, y al género “road movie”
La segunda es una parodia de “Prisoner Of Zenda”, que está pensada para el lucimiento de Tony Curtis, pero es donde el filme termina de bajar aún más su ritmo.
Y en medio hay también homenajes a filmes clásicos de La Era Muda, como la guerra de pasteles… pero uno extraña que El Profesor Fate no invente más planes idiotas para destruir al Gran Leslie; y quizás, el filme hubiera funcionado mucho mejor como una serie de gags al estilo de los dibujos animados antes que intentar desarrollar una historia que no resulta tan interesante, como la del Príncipe.
Por lo que The Great Race no está pensada para darle tridimensionalidad a los personajes, a fin de cuentas son caricaturas, con el héroe impoluto y siempre de blanco, y el malo malísimo vestido de negro y con risa ridícula; por ello es que el romance Curtis – Wood fracasa, y todo el rollo del Príncipe metido a calzador sobra completamente; pero sin duda tiene sus momentos, pero también hay escenas que parecen demasiado largas.
El problema principal, es una cuestión de balance:
Los minutos iniciales son tan intensos que resultan incomparables con el resto del film.
Los sketches en donde El Profesor Fate inventa fabulosos planes absurdos para liquidar al Gran Leslie, y fracasan una y otra vez son geniales; porque es ver un comic de “Looney Tunes” filmado; y son los de un verdadero dibujo animado hecho por actores “reales”
Y es que The Great Race incorporó una gran cantidad de gags visuales de La Época del Cine Silente, junto con bufonadas, dobles sentidos, parodias y absurdos; e incluye escenas desgastadas por el tiempo, como una pelea en un bar, la tienda de campaña del jeque del desierto, una pelea de espadas, y el laboratorio del científico loco.
Las consecuencias involuntarias de las órdenes del Profesor Fate como:
“¡Presiona el botón, Max!”, son un gag “normal” junto con la invulnerabilidad inmaculada del Gran Leslie.
De esa manera, Edwards se burló de las películas y de la literatura posterior también; con la escena de la pelea de salón, que fue una parodia del género cinematográfico western, y un desvío de la trama durante el último tercio, fue una parodia directa a “Prisoner Of Zenda”, en la que un viajero se parece al rey y lo sustituye.
Además, la película tiene un tufo de “guerra entre sexos” con la Wood como abanderada de la causa, secundada por el esposa del editor.
Aquí, el héroe imperturbable, introducido en su inmaculada blancura, destructor de entuertos, amado por todas las mujeres del universo, pedante hasta la exasperación, engrandecido y creado por las reglas estandarizadas de Hollywood, interpretado en el filme por Tony Curtis, permanecerá sereno mientras pasteles de todas clases y colores son lanzados dentro de una de las más demenciales luchas pasteleras de la historia del cine; y Edwards, como destructor de los mitos cinematográficos, crítico de normas y convencionalismos, prepara la “destrucción” del héroe, en la secuencia citada, de una manera sencilla:
La Wood será quien consiga “mancharle” al incrustar una tarta en el rostro; y de esa manera será vencido:
La mujer se ha convertido en diosa, y el hombre ha quedado arrodillado a sus pies.
El insufrible endiosado, conquistador sin amor, ha sido tocado por Cupido; y Natalie ha inscrito en su próximo mundo al hombre, y lo ha hecho suyo a través del abandono de la carrera y poseyéndolo por completo a través del matrimonio.
Y una vuelta de tuerca:
La mujer, que en las películas anteriores de Edwards era un ser pasivo, se convierte aquí en un ser activo, fuerte, que se mueve repleta de vitalidad al basar su actuación en un triunfo y unos derechos significativa, que es la incidencia por parte del realizador en las mujeres luchando por su dignidad y alcanzar un puesto en la sociedad; como la verdadera protagonista de esta guerra de sexos… entonces, acaso El Profesor Fate y Max son gays…
Hay muchos momentos en que eso pareciera ser, más aun cuando el propio Lemmon hace de un Príncipe demasiado amanerado, con una risa que recuerda a Pee-wee Herman y con una delirio delicioso.
Por tanto, ahí la evolución de Edwards como cineasta, que pronto desarrollará esas ideas en otros filmes; y por esa razón, al final, por amor alguien perderá una carrera; pero no se trata de un final gracioso.
Es lo que Edwards siente; el amor es lo máximo que se puede alcanzar en este mundo; y lo demás es accesorio.
He ahí la razón del final de la película.
La hermosa conversación entre Curtis y Wood, mientras se acercan en el jinete, el coche blanco del héroe, al triunfo en Paris, Ciudad del Amor, no es sino el resumen de la escena de las tartas.
Y no se trata de algo fuera de la unidad argumental que es la película; es la conclusión a la que se llega después de haber conocido los elementos puestos en juego; como si fuera “La Odisea” de Homero llevada a otras latitudes.
Como dato, la escena de la pelea de tartas en la pastelería real, fue filmada a lo largo de 5 días, y durante ese tiempo se lanzaron más de 4,000 tartas; siendo la mayor pelea de tartas de la historia del cine.
La escena dura algo más de 4 minutos y tuvo un costo de $200,000; y $18,000 solo para la pastelería; se usaron tartas decoradas con grosellas, arándanos, fresas y limón.
Edwards les dijo a los actores que, por sí sola, la pelea no tenía gracia, la gracia estaba en crear tensión manteniendo inmaculada la ropa blanca de Leslie hasta el momento adecuado; pero el rodaje de la escena se interrumpió por el fin de semana, y cuando volvieron, el lunes, los residuos de tarta apestaban tanto que el set tuvo que ser desinfectado.
Al principio, los actores encontraron divertida la escena, pero al final estaban hartos:
Wood se atragantó con una tarta, y Lemmon dijo que “cuando una de esas tartas te da en toda la cara, es como una tonelada de cemento”
Al final de la toma, cuando Edwards dijo “¡corten!”, el propio Edwards fue acribillado por cientos de tartas que el equipo había reservado especialmente para ese momento.
Toda esta gran escena es un homenaje a Mack Sennett y otros artistas del cine mudo, que usaron las peleas de tartas en sus comedias, como los filmes:
“Behind The Screen” (1916) con Charlie Chaplin; “The Battle Of The Century” (1927) con Stan Laurel & Oliver Hardy; y “In The Sweet Pie and Pie” (1941) con The Three Stooges.
Por otra parte, la secuencia del bloque de hielo se rodó en lo que ahora se conoce como Warner Bros., Sound Stage 16, con el set de sonido más grande y más alto del estudio; y si observan de cerca, el agua que rodea a los actores y los automóviles en la losa de hielo, puede verse una multitud de reflejos de las luces del escenario.
Por otro lado, los autos:
El coche de Tony Curtis, “The Leslie Special”, fue construido inspirándose en el Thomas Flyer, el coche que ganó la carrera de New York a París en 1908.
De acuerdo con el Petersen Automotive Museum, 4 “Leslie Special” fueron construidos para la película, y 1 de ellos está expuesto en el Tupelo Automobile Museum en Tupelo, Mississippi.
Otro fue pintado de verde oscuro para aparecer en la película de 1970, “The Warlad of Cable Hogue”, y es el coche que aparece justo al final, que aún conserva las letras “Leslie Special”
Mientras que el coche del villano se bautizó como “Hannibal Twin-8”; y se hicieron 8; 1 está en el Petersen Automobile Museum; y otro en el Volo Auto Museum en Illinois.
Este modelo incluye un cañón propulsor y un generador de humo en funcionamiento.
El “Hannibal Twin-8” tuvo un costo de $150,000, y fue impulsado por un motor Corvair de 6 cilindros con transmisión manual de 3 velocidades y 6 ruedas.
Las 4 ruedas traseras, están impulsadas por un accionamiento de cadena.
Ambos vehículos estuvieron previamente expuestos en el museo Movie World's “Cars Of The Stars” en Buena Park, California, hasta que fue cerrado a finales de los 70s.
Del reparto, Tony Curtis es un gran comediante, pero no tiene demasiado espacio para lucirse; él se parodia a sí mismo, haciendo el mismo personaje apuesto y donjuanesco que le había hecho popular; y simboliza la lealtad, justicia y la honradez, gran acierto el mostrarlo a cámara siempre de un blanco impoluto.
Su actuación majestuosa, con 40 años y la gran forma física que demuestra en las escenas de acción, se ven animadas con un reflejo añadido a sus dientes o a sus ojos verdes.
Mientras Natalie Wood rebosa simpatía, pero sus escenas con Curtis parecen deslucidas y estiradas.
Como dato, Maggie DuBois dice que puede hablar francés, ruso y árabe; resulta que La Wood es de descendencia rusa, pues su verdadero nombre es Natasha Gurdin; y hablaba con fluidez el ruso.
Por contra, Jack Lemmon y Peter Falk se roban todas las escenas con una facilidad pasmosa; y a veces da la impresión que el personaje de Lemmon estuviera escrito para ser el único protagonista; y como espectador, uno pide a gritos que vuelvan Fate y Max a la pantalla, antes de ver las líneas sosas que Curtis y Wood tienen para recitar.
Lemmon es lo opuesto a Curtis, y su carta de presentación es la maldad, la corrupción y la inmoralidad, lo veremos siempre vistiendo de negro, como los villanos de las tiras cómicas, como todo el resto de su personalidad; y aquí da rienda suelta a su vena histriónica:
Curiosamente solo se acredita como Profesor Fate, y no para su segundo papel como El Príncipe Heredero Hapnick.
El mismo Jack Lemmon ha dicho que recibió más correo sobre Fate, que sobre cualquier otro personaje que hizo en su carrera.
Mientras Peter Falk como Max, el ayudante del profesor y colaborador en sus fechorías, está inmenso, con su ojo más perdido que nunca.
Como dato, el director tiene un cameo, siendo su última intervención como actor. Hal Smith, que interpretó al Alcalde de la ciudad del oeste en el que Leslie se detiene para repostar combustible; la ciudad se llama “Boracho”, que en español significa precisamente “borracho”, el dato viene a que Smith había interpretado a Otis, el borracho de la ciudad, en The Andy Griffith Show (1960); y con la muerte de Marvin Kaplan que hace de Frisbee, acaecida en agosto de 2016; Larry Storch que hace de Texas Jack, es el último del elenco principal que sigue vivo.
Como curiosidad, el logotipo de Warner Bros., los créditos de apertura, el intermedio y los créditos de cierre, aparecen en forma de presentación de diapositivas de una linterna mágica, una forma primitiva de cinematografía, con cada crédito con una diapositiva personalizada.
Con todo cabe cuestionarse, por qué The Great Race fracasó, y hay algunas razones obvias para ello:
La primera es que es un film muy largo; aún con la mejor voluntad, es difícil mantener el ritmo, y más para una comedia en 2 horas y media de duración.
La otra ya mencionada, es la de los costos:
Los autos de la carrera son totalmente originales, construidos desde cero para el film; la reconstrucción de la época es impecable con los decorados y el vestuario de primera categoría; con los exteriores fabulosos y uno supone lo que habrá costado armar un París lleno de autos antiguos y gente ataviada a la época) para una fracción de segundos de una toma.
Si bien hay momentos en que el film tiene lugar en estudios, no deja de ser una producción inmensa.
Como errores de producción y anacronismos tenemos:
La bandera estadounidense que se muestra cerca del comienzo de la carrera, tiene 48 estrellas.
En 1908, cuando supuestamente se lleva a cabo el relato, solo había 46 estados:
New México y Arizona fueron admitidos en 1912, y Alaska y Hawái fueron admitidos en 1959.
El decorado es de 1908, pero las antenas de TV son visibles en La Torre Eiffel.
El Gran Leslie sale del globo con un paracaídas de mochila:
Esto no se inventó hasta 1911, 3 años después del año en que se montó la película; y cuando Leslie se pone el paracaídas en el globo de aire caliente, vemos un disparo de la multitud debajo, en el que los espectadores son claramente visibles, no mucho más de 100 pies; pero cuando él salta, el tiro panorámico hacia atrás es mucho más alto, posiblemente miles de pies.
Se suponía que el globo estaba perdiendo altitud debido al agujero de la flecha del Profesor Fate…
Además, el primer disparo probablemente no sea lo suficientemente alto como para que funcione un paracaídas.
En la escena en la playa en la carpa, cuando Leslie y Maggie DuBois beben champaña, Leslie pone un disco fonográfico de “The Desert Song”; esa canción no se estrenó hasta 1926; además, las mujeres están peinadas en el estilo de los años 1960… y cuando Leslie llega a La Torre Eiffel, podemos ver claramente una pancarta con la palabra “Finis” en ella; en un francés correcto debió ser “Arrivee”; “Finis” es más o menos una traducción precisa de “terminado” en forma plural.
Las contrapartes francesas para “Start” / “Finish” son de hecho “Depart / Arrivee”
Pero cuando el filme funciona, lo hace en gran forma:
El espionaje submarino al campamento del Gran Leslie, los atentados contra el héroe, la secuencia en el iceberg, las pruebas del Hannibal Twin-8 en la mansión de Fate, los sabotajes a los competidores de la carrera…
Lamentablemente, el filme precisaba una mayor poda en la sala de edición, y un guión más pulido en las escenas de Tony Curtis; y así como está, es una serie de grandes momentos débilmente conectados por un guión que no puede mantener el ritmo; pero la película fue una gran influencia en “Wacky Races”, una serie de dibujos animados de Hanna-Barbera, sobre un grupo de 11 coches de carrera que compiten entre sí en diferentes carreras, con sus pilotos intentando ganar el título de “Piloto más loco del mundo”, donde las caracterizaciones de la película eran en sí mismas bastante caricaturescas.
Y en “Wacky Races”, Penélope Glamour asumió el aspecto de Maggie DuBois, interpretada por Natalie Wood, incluyendo hasta el tono exacto de rosa de uno de sus trajes y el parasol.
Dick Dastardly tiene mucho en común con la representación del Profesor Fate de Jack Lemmon, aunque éste tenía un secuaz no canino en Max Meen, Peter Falk.
Esta pareja se da el gusto de cometer actos de sabotaje parecidos en The Great Race, y el compinche tiene la misma habilidad para equivocarse que Max.
Y aunque el coche del Profesor Fate no se parece en casi nada al The Mean Machine #00, sí lleva el familiar pincho en el morro, y está equipado con cortina de humo, cañón y otros artilugios variados.
Además, el editor de cine y hombre de efectos de sonido, Treg Brown, que trabajó en muchos dibujos animados clásicos de Warner Bros., trabajó en esta película, y muchos efectos de sonido eran familiares para los fanáticos de la historieta.
Por último, antes de que la película fuera oficialmente lanzada, la banda sonora fue pregrabada en Hollywood por RCA Victor Records, para lanzamiento en vinilo LP.
Henry Mancini estuvo 6 semanas componiendo la música, y las sesiones de grabación englobaban 80 músicos.
Mancini colaboró con el letrista Johnny Mercer en varias canciones, incluyendo:
“The Sweetheart Tree”, un vals lanzado como single; siendo un homenaje a las primeras películas de comedias mudas, donde, mientras se canta la canción, las letras aparecen en la pantalla, con una pelota que rebota sobre las sílabas que se cantan, lo que lleva a la audiencia a cantar junto con los actores.
Este fue un dispositivo de uso frecuente durante las primeras películas sonoras y en dibujos animados, y es el origen de la frase:
“Sigue la pelota que rebota”
La canción también suena repetidamente en la película como tema principal instrumental.
La versión a coro suena en el intermedio que en algunas ediciones no está incluido, y es interpretada en pantalla por Natalie Wood con la voz doblada por Jackie Ward, no acreditada.
Otras 3 temas recurrentes aparecen en la película:
El primero o tema principal aparece como balada, con banjo o con un estilo de 1900's; el segundo es “The Great Race March” con las 3 primeras notas del himno de EEUU; y el tercer tema es la melodía del Profesor Fate.
“Push the button, Max!”
Durante la mayor parte del siglo XX no se pudieron llevar a cabo otras reconstrucciones de aquella famosa carrera de 1908, debido al establecimiento de La URSS después de La Revolución Rusa de 1917; y después de la disolución de La Unión Soviética a principios de la década de 1990, es que los corredores pudieron competir de nuevo.
En 1990 se llevó a cabo el “London To Peking Motor Challenge”, que corrió en dirección opuesta a la carrera original, desde Londres a Beijing.
En 1997 se reeditó la prueba, realizando el mismo recorrido y con vehículos de la época; y desde entonces se ha estado realizando con más frecuencia hasta la actualidad.
El “Segundo desafío motor de Pekín a París” del 97, consistió en 94 autos antiguos, que tomaron una ruta más al sur a través de Tíbet, India, Pakistán, Irán, Turquía, Grecia e Italia; y fue ganado por el par británico, Phil Surtees y John Bayliss, conduciendo un Willys Jeep de 1942.
El 18 de abril de 2005, un Fiat 500 de 1973, lo hizo “desde Bari, Italia, a Beijing” en un viaje de 16,000km a través de toda Rusia, y pasando por Vladivostok.
La ruta fue parcialmente similar a la original:
Conducido durante 100 días por Danilo Elia y Fabrizio Bonserio, el viejo y pequeño automóvil fue seguido a lo largo de su recorrido por periódicos y televisión de todo el mundo.
Después del largo viaje, Elia escribió un libro titulado “La Bizzarra Impresa”
El 15 de mayo de 2005, 5 automóviles conducidos por Lang Kidby partieron “de Beijing hacia París”, volviendo sobre la ruta original con automóviles muy similares a los originales:
Un 1907 Spyker, un 1907 y un 1912 De Dion-Bouton; un 1907 Itala, y una réplica de Contal Cycle.
Este viaje fue televisado por la Australian Broadcasting Corporation en una serie documental de 4 partes titulada “Peking to Paris”; y fue presentado por Warren Brown, uno de los 2 conductores en el Itala y un caricaturista en el periódico de Sydney, The Daily Telegraph.
Mientras que La Gran Carrera del 2008 planeada, se canceló cuando se retiraron la aprobación y los permisos para viajar a China; y se realizó un segundo esfuerzo en 2011; que comenzó en Times Square el 14 de abril, cuando los competidores se pusieron a recorrer la ruta tomada en 1908, “de New York a París”
Finalmente, 4 de los vehículos de arranque:
El más antiguo, un Ford Modelo A de 1929; un Ford Coupe de Ventana de 1932, el Volkswagen Beetle de 1967, y un Chevrolet Corvette múltiple de 2007, llegaron a La Torre Eiffel en París, el 21 de julio de 2011.
Participando en la carrera de 2011, fue Jeff Mahl, el bisnieto de George Schuster, el piloto ganador de “La Carrera New York a París” de 1908.
La última carrera registrada comenzó en Beijing, el 28 de mayo de 2013; y era para autos antiguos, y duraba 33 días.
En la 3ª semana, la carrera se vio empañada por la muerte de una participante británica, Emma Wilkinson, madre de 2 hijos, de 46 años, en una colisión frontal con un vehículo desconectado del evento.
Hay que tomar en cuenta que la idea de este tipo de carrera no es la última tecnología del automóvil, sino manteniendo el tipo de autos en las condiciones actuales, donde podemos decir que el clima y la política de las naciones en ruta, serían los únicos problemas posibles.
“As a very wise English gentleman once said:
“He who fights and runs away may live to fight another day”
So, until another day, Mr. Leslie, please excuse me, I have a boat waiting!”
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