Testament Of Youth
“Divided by war.
United by love”
Decía Vera Mary Brittain:
“Todo lo que un pacifista puede emprender, aunque es un gran reto, es negarse a matar, herir o causar sufrimiento a otra criatura humana, e incansablemente ordenar su vida por la regla del amor, aunque otros puedan ser capturados por el odio”
Brittain fue una escritora, feminista y pacifista inglesa, mejor recordada por ser la autora de un libro de memorias de superventas “Testament Of Youth” (1933), en el que hace un recuento de sus experiencias durante La Primera Guerra Mundial, y el inicio de su cruzada en pro del pacifismo.
De hecho, la autora basó la mayor parte de sus novelas en experiencias y personas reales.
Nacida en una familia adinerada, Vera era hija de una familia propietaria de fábricas de papel en Hanley y Cheddleton; siendo hija de Thomas Arthur Brittain y su esposa, Edith Bervon Brittain; junto a su único hermano Edward Harold Brittain, quien fuera su compañero más cercano.
Mientras ella tuvo una infancia sin incidentes, Edward como violinista talentoso, esperaba convertirse en compositor, pero su padre esperaba que ingresara en la empresa familiar de fabricación de papel, o en El Servicio Civil.
Superando las objeciones iniciales de su padre, Vera estudió literatura inglesa en el Somerville College, de La Universidad de Oxford, y retrasó la obtención de su grado, para trabajar como enfermera voluntaria durante la mayor parte de La Primera Guerra Mundial.
Su novio Roland Leighton, otros 2 amigos cercanos, Victor Richardson y Geoffrey Thurlow; y su hermano, Edward Brittain, murieron durante la guerra.
Las cartas intercambiadas entre ellos, están documentadas en el libro de Vera llamado “Letters from a Lost Generation” (1998); y en una carta, Leighton habla “en nombre de su generación de voluntarios de escuelas públicas cuando escribe que siente la necesidad de desempeñar un papel activo en la guerra”
Pero el libro “Testament Of Youth” es la primera entrega en las memorias de Vera Brittain, y abarca desde 1900 hasta 1925; y está considerado uno de los testimonios más valiosos sobre La Primera Guerra Mundial; entre otros motivos, por el enfoque femenino que aportó sobre el horror bélico, los sueños perdidos y futilidad de los anhelos perseguidos en una guerra dónde la sociedad instaba a los jóvenes al enaltecimiento patriótico, con medios propagandísticos de objetividad dudosa, con el fin de su alistamiento.
Una guerra dónde perdieron los de siempre, aquéllos que estuvieron en el lugar y tiempo elegidos, y cuya intransigente resolución final dio lugar al caldo de cultivo que posibilitó el ascenso del nazismo y, con ello, el inicio de La Segunda Guerra Mundial.
Entre 1922 y 1924, Vera Brittain había intentado editar sus diarios de guerra para su publicación, en respuesta a una competencia editorial; sin embargo, cuando no fueron seleccionados, se concentró durante un tiempo en la ficción y el periodismo, antes de finalmente adaptarlos a sus memorias en 1933.
Los diarios en los que se basa parcialmente el libro, fueron editados por Alan Bishop y publicados como “Chronicle Of Youth” en 1981.
Esas memorias de Brittain, continúan con “Testament Of Experience” (1957), abarcando los años 1925–1950.
Y entre estos 2 libros viene “Testament Of Friendship” (1940), el cual es esencialmente una memoria de su colega y amiga cercana, Winifred Holtby; quien fuera posteriormente una periodista y novelista; y desde 1919, cuando ella volvió a estudiar en La Universidad de Oxford, fue donde conoció a Vera, siendo compañeras estudiantiles y amiga durante el resto de su vida.
Un segmento final del libro de memorias, “Testament Of Faith” o “Testament Of Time”, fue planeado por Brittain, pero quedó inacabado debido a su muerte.
En el prólogo de “Testament Of Youth”, Vera Brittain describe cómo ella originalmente tenía la intención de escribir sus experiencias como una novela, pero fue incapaz de conseguir la distancia objetiva necesaria; luego intento publicar su diario original de los años de la guerra, pero utilizando nombres ficticios.
Esto también resultó inviable...
Solo entonces decidió escribir su propia historia personal, poniendo sus experiencias personales en un contexto histórico y social más amplio.
Varios críticos han notado el proceso catártico por el cual expresa el dolor en la pérdida de hombres jóvenes cercanos a ella, como su hermano Edward Brittain, su prometido Roland Leighton, y sus amigos Victor Richardson y Geoffrey Thurlow.
Su hermano Edward había dejado la escuela en julio de 1914, justo antes de que estallara La Primera Guerra Mundial, siendo admitido en el New College de Oxford, pero después del estallido de las hostilidades, se unió al Ejército Británico, y fue comisionado como Segundo Teniente Temporal en los Silvicultores de Sherwood, Nottinghamshire y Regimiento Derbyshire, el 19 de noviembre de 1914; y permaneció en Inglaterra durante el primer año y medio de la guerra.
Fue detenido por varios traslados al Frente por su Coronel que no estaba impresionado por la actitud arrogante de Edward; y durante este período, se hizo amigo íntimo del compañero Oficial Geoffrey Thurlow.
Roland Leighton, que había estado sirviendo en El Frente Occidental, murió de heridas en diciembre de 1915, y poco después, a principios de 1916, Edward fue enviado al Frente Occidental, siendo herido en el brazo izquierdo y el muslo derecho en La Batalla del Somme, el 1 de julio de 1916.
El Teniente Brittain fue enviado al Hospital General de First London, donde su hermana trabajaba como V.A.D. enfermera; y posteriormente fue galardonado con La Cruz Militar por su servicio en el Somme.
La cita establece que Brittain fue galardonado:
“Por valentía y liderazgo conspicuos durante un ataque.
Fue gravemente herido, pero continuó liderando a sus hombres con gran valentía y frialdad hasta que una segunda herida lo incapacitó”
Así permaneció en Inglaterra, recuperándose, y luego en servicio ligero, hasta el 30 de junio de 1917.
Mientras Thurlow fue asesinado en acción en Monchy-le-Preux, en abril de 1917; Victor Richardson fue cegado en Arras en abril de 1917, y murió de un absceso cerebral en Londres, en junio de 1917.
Estas pérdidas transformaron a Edward, que en palabras de su hermana, “era un Edward desconocido, aterrador, que nunca sonreía ni hablaba excepto sobre cosas triviales...
Silencioso, poco comunicativo, empujado sobre sí mismo”
Regresó al Frente Occidental casi exactamente 1 año después, y fue enviado inmediatamente a la batalla, sin conocer ni el terreno ni los hombres que él comandaba, pero emergió indemne; y sus cartas se volvieron cada vez más críticas sobre la conducción de la guerra.
Mientras Vera Brittain fue enviada a un hospital británico en el norte de Francia en agosto de 1917, los hermanos nunca lograron verse en Francia...
Por su parte, Roland Aubrey Leighton fue un poeta y soldado británico, cuyos padres, Robert Leighton y Marie Connor, fueron escritores.
En la escuela, Leighton no tenía un amplio círculo de amigos, ya que sus compañeros lo consideraban bastante frío y engreído; sin embargo, en 1914 se hizo amigo íntimo del hermano de Vera Brittain, Edward, y de Victor Richardson.
Eran tan amigos que la Sra. Leighton los llamó “Los 3 Mosqueteros”
En Uppingham, Robert sirvió como Oficial de Cadetes en La División Junior, El Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales; y desarrolló un interés en leer poesía y escribir su propio verso mientras estaba allí, y posteriormente utilizó el medio de la poesía para expresar su creciente amor por Vera Brittain; y se comprometieron en agosto de 1915; no obstante, la pareja solo se vio fugazmente durante los breves períodos de licenciatura de Leighton desde El Frente, antes de su muerte a fines de diciembre de 1915.
Al dejar Uppingham, Robert se inscribió en La Universidad de Oxford, y fue galardonado con La Maestría de Postgrado Clásico en Merton College, Oxford.
Sin embargo, cuando estalló La Gran Guerra, buscó un lugar en La Marina Real, pero fue rechazado debido a falta de visión; no obstante, después de obtener un certificado de “estado general” de un médico local que no hacía referencia a su miopía, recibió una comisión en El Regimiento Norfolk, el 21 de octubre de 1914, y fue ascendido a Teniente del Regimiento Worcestershire, en 26 de marzo de 1915.
Leighton sirvió como tal en Francia, y participó en la lucha en Ypres en Bélgica.
Al principio estaba muy motivado para unirse a la lucha con ideas de patriotismo, honor y deber, pero un análisis de sus cartas revela que rápidamente se sintió infeliz y desilusionado por sus experiencias en El Frente describiéndolo como “un mero intercambio”; y se convirtió al catolicismo romano mientras estaba en El Frente en 1915, poco antes de su muerte.
Después de la muerte de Leighton, Vera Brittain comenzó a visitar a Geoffrey Thurlow de forma regular, mientras estaba en el hospital de Fishmongers Hall.
Por su parte, Victor Richardson fue un soldado británico durante La Gran Guerra, siendo educado en La Escuela Uppingham donde conoció a Edward Brittain y Roland Leighton.
Richardson, cuya ambición era convertirse en médico, ganó un lugar en Emmanuel College de Cambridge; y poco después del estallido de La Primera Guerra Mundial en agosto de 1914, abandonó sus estudios para unirse al ejército, siendo comisionado como 2° Teniente del Regimiento Real de Sussex, el 5 de octubre de 1914; y mientras entrenaba en Horsham en enero de 1915, atrapó la meningitis y fue enviado a un hospital en Brighton.
Posteriormente fue ascendido de manera temporal a Teniente, el 4 de julio de 1915; y en septiembre de 1916, Richardson se transfirió al 9º Cuerpo Real de Fusileros del Rey, y fue enviado al Frente Occidental.
En enero de 1917, Richardson fue enviado a La 3ª Escuela de Ejército; y resultó gravemente herido durante un ataque en Arras, el 9 de abril de ese año.
Con esos personajes, la narrativa de “Testament Of Youth” comienza con los planes de Vera para entrar en La Universidad de Oxford y su romance con Roland Leighton, amigo de su hermano Edward; pero ambos se alistaron y fueron comisionadas como Oficiales al comienzo de La Primera Guerra Mundial, y posteriormente ambos fueron asesinados, al igual que otros miembros de su círculo social.
El tema principal del libro, es el trabajo de Vera como enfermera del Destacamento de Ayuda Voluntaria, asistiendo a heridos en Londres, Malta y Etaples en Francia.
También describe, cómo regresa desilusionada a Somerville, Oxford, después de la guerra para finalizar su licenciatura.
De esa manera abarca los comienzos de su carrera en periodismo, escribiendo para Time and Tide, y haciendo lecturas para La Liga de Naciones.
Visita las tumbas de su hermano Edward en Italia, y de su prometido Roland en Francia; y junto con Winifred Holtby, visita los países vencidos y ocupados de Alemania y Austria, en 1923.
La historia concluye cuando conoce a su marido George Catlin, y su posterior matrimonio en 1925.
“Testament Of Youth” ha sido aclamado como un clásico por su descripción del impacto de La Primera Guerra Mundial en la vida de las mujeres y la población civil de clase media en Gran Bretaña; pues muestra cómo se extendió este impacto en los años de la posguerra; y también se le considera un clásico de la literatura feminista, por su descripción de la lucha de una mujer para forjar una carrera independiente en una sociedad que solo a regañadientes aceptaba a las mujeres con educación superior.
El libro fue dramatizado por Elaine Morgan, como una serie de 5 partes que retransmitió la BBC2 en 1979.
Y en 1998, para conmemorar el 80° aniversario del Armisticio, se emitió en BBC Radio Four, una dramatización radiofónica de 15 partes de las cartas en las que se basaba parcialmente “Testament Of Youth”, titulado “Letters from a Lost Generation” siendo dramatizado por Mark Bostridge.
“All of us are surrounded by ghosts.
Now we need to learn how to live with them”
Testament Of Youth es un drama bélico del año 2014, dirigido por James Kent.
Protagonizado por Alicia Vikander, Kit Harington, Emily Watson, Hayley Atwell, Dominic West, Colin Morgan, Miranda Richardson, Taron Egerton, Charlotte Hope, Anna Chancellor, Emily Bevan, Jonathan Bailey, Xavier Atkins, Amanda Fairbank-Hynes, Joanna Scanlan, entre otros.
El guión es de Juliette Towhidi, basada en la autobiografía homónima de Vera Brittain, una mujer británica que recuerda su juventud durante La Primera Guerra Mundial, ambientado entre 1913 y 1925, entre sus estudios en Oxford y su servicio como enfermera para ayudar a los heridos en El Frente.
La producción está dedicada “en memoria de:
Roland Leighton (1895 – 1915), Victor Richardson (1895 – 1917), Geoffrey Thurlow (1895 – 1917) y Edward Brittain (1895 – 1918)”
Y se estrenó como parte de las conmemoraciones de la finalización de La Primera Guerra Mundial.
Se rodó en Londres, Oxford y Yorkshire, incluyendo varios lugares en North York Moors; en la estación de trenes de Keighley, usando trenes provistos por Keighley y el Worth Valley Railway.
Las tomas del paisaje de los trenes de época, se filmaron en la pista de patrimonio de North Yorkshire Moors Railway.
Así como en Ravenscar y Robin Hood's Bay, en North York Moors para las escenas costeras; mientras que la propiedad de Welbeck Abbey en Nottinghamshire, proporcionó varios lugares, incluidas las escenas de Uppingham School, Melrose House y Etaples Field Hospital.
Las escenas del lago fueron filmadas en Darley Dale en Derbyshire; y las escenas del corredor del hospital se filmaron en El Ayuntamiento de Sheffield.
Testament Of Youth es una historia de amor y de guerra; pero ante todo es una increíble historia de la lucha, de una mujer para sobrevivir a los horrores de La Primera Guerra Mundial.
la acción sigue a Vera Brittain (Alicia Vikander), una joven incontenible, inteligente y de mentalidad abierta, que supera los prejuicios de su familia y su ciudad, ganando una beca para estudiar en Oxford, que le permitirá perseguir sus sueños literarios.
Con toda la vida por delante, ella se enamora del amigo de su hermano Edward Brittain (Taron Egerton), Roland Leighton (Kit Harrington), pero La Primera Guerra Mundial es inminente.
Mientras los hombres se van a la guerra, Vera se da cuenta de que no puede quedarse de brazos cruzados mientras sus compañeros luchan por su país, por lo que se alista como enfermera voluntaria.
De esa manera, Vera Brittain rememora su vida antes, durante y después de la guerra, desde sus intentos por ingresar en La Universidad de Oxford, algo más que complicado para las mujeres de la época; hasta sus experiencias como enfermera en los hospitales de campo del Frente francés, pasando por el recuerdo de 4 hombres de capital importancia en su vida:
Su hermano Edward; su prometido Roland Leighton; y los 2 mejores amigos de éstos:
Victor Richardson (Colin Morgan) y Geoffrey Thurlow (Jonathan Bailey)
Los 4 morirían durante la guerra, y fue su pérdida, unida a los horrores vividos en los hospitales de campaña, lo que convirtió a la muchacha patriótica que celebró el inicio de la contienda, en la pacifista convencida que pasaría a la historia.
Esta populares memorias, consiguen una emocionante adaptación en el impresionante debut del director James Kent; en una recreación suntuosa y un reparto atractivo; y logra transmitir el horror ante la pérdida de todos aquellos seres más queridos; por lo que uno termina odiando más las guerras, y no entendiendo nada a quienes la hacen…
En la parte técnica, el ambiente, el color, los detalles, el paisaje, el vestuario, todo es magnífico; y lo mejor es el mensaje pacifista de enfrentarse con la razón y el sentimiento a los que siembran odio.
Porque este es un viaje emocional e impecablemente, hecho a la manera clásica para contar una potente y polifacética historia, cuyas imprevistas complejidades pueden venir sólo por cortesía de una vida plena, arrebatada.
“They'll want to forget you.
They'll want me to forget.
But I can't.
I won't.
This is my promise to you now.
All of you”
En febrero de 2009, se anunció que BBC Films estaba desarrollando una adaptación cinematográfica de las memorias de “Testament Of Youth” escrita por Vera Brittain, sobre las experiencias de las mujeres durante La Primera Guerra Mundial; pues la productora había adaptado previamente el libro como una serie de televisión de 5 partes, que se transmitió en BBC2 en 1979, con Cheryl Campbell como Vera Brittain.
Pero este desarrollo cinematográfico, contó con el apoyo de Shirley Williams, la hija de Brittain; y de Mark Bostridge, el biógrafo y editor de Brittain, y uno de sus ejecutores literarios, que según los informes, actuó como asesor de esta producción de Heyday Films, David Heyman y Rosie Alison, con Juliette Towhidi adaptando el escrito; y James Kent dirigiendo la película, que nos muestra, cómo la guerra trastoca el mundo de los protagonistas, y cambia el rumbo de sus vidas, amores y sueños.
También nos enseña esa forma de vivir llena de parafernalia, poses y divagaciones banales de la aristocracia inglesa; con su arrogancia y el clasicismo que son marcas de la casa; pero todo está presentado con la típica fotografía; luz suave, tonos pastel, y grandes paisajes, todo muy al estilo inglés en una poderosa historia sobre el advenimiento de la edad, que aborda el amor, la guerra, la pérdida y el recuerdo.
Basado en el éxito de ventas, y anunciada como “la voz de una generación”, el libro se ha convertido en el testimonio clásico de La Gran Guerra, desde el punto de vista de una mujer; al tiempo que abarca vastos temas:
Juventud, esperanza, sueños, inutilidad, y cómo dar sentido a los tiempos más oscuros; por lo que es un testimonio clave para comprender la parte humana de La Primera Guerra Mundial, que sigue resonando porque, ante todo, es una historia personal, de cómo una persona enfrenta la tragedia, y se eleva por encima de ellos.
La historia comienza en la primavera “edwardiana” de 1914, con Vera Brittain, una joven feminista, decidida a rendir exámenes para Oxford, en contra de los deseos de sus padres conservadores.
Ella es alentada e inspirada por su hermano y sus amigos, particularmente por el brillante Roland Leighton, quien comparte su sueño de ser escritora.
Pero sus esperanzas para Oxford con Roland, se convierten en polvo cuando se declara la guerra, y todos los jóvenes se alistan; tanto que ella misma abandona su sueño de escribir, y se convierte en enfermera.
Lo que sigue es una historia de amor intenso y urgente entre Vera y Roland, interrumpida por la guerra, cuando Vera se acerca cada vez más al Frente, y finalmente alimenta a los soldados alemanes, quienes la ayudan a reconocer la inutilidad de la guerra.
A través de Vera, vemos el amor juvenil sacudido por las pérdidas fatales y la abrumadora marea de la historia, ya que uno por uno, los más cercanos a ella se van muriendo…
Sin embargo, la historia de Vera también es de supervivencia, ya que ella regresa de la guerra decidida a encontrar un nuevo propósito, y mantener la fe con aquellos que ha perdido, estimulándola hacia un poderoso acto de recuerdo.
Y es que a pesar de la pérdida sufrida y la experiencia traumática como enfermera en El Frente, Vera retomó sus estudios en Oxford, y adquirió el valor para reflexionar sobre las huellas imperecederas que deja el peor monstruo inventado por los seres humanos; y su ahínco para no “olvidarlos”, pues no podía ni lo haría, se materializó en una obra literaria que sigue manteniendo el mismo sentido que el que motivó su concepción en su día:
“Testament Of Youth”
De esa manera, la película sigue los ritos de paso de Vera a través de la guerra, y a través de sus experiencias en tiempos de conflicto bélico, y entendemos cómo ella continuó escribiendo una de las memorias definitorias de su edad, dando voz a una generación perdida; donde muchos elementos de la película, como las cartas clave del Frente, y los poemas de Roland, son auténticos; y es el hecho de que Testament Of Youth es un testimonio genuino de un testigo que da a la historia su poder; por eso, la película aborda el período comprendido entre 1913 y 1925, mostrando al inicio a una joven Vera, que en pocos minutos manifiesta su naturaleza inquieta, a pesar de pertenecer a una sociedad y época dónde el papel de las mujeres estaba relegado a la esfera doméstica.
Y en plena expansión del movimiento sufragista británico, ella no tiene más sueño que el de ingresar en Oxford, aunque no les otorgasen título a las mujeres, y poder convertirse en escritora.
Con esos temas, el director James Kent, debuta en el cine después de 25 años fogueándose en la televisión británica, en un tipo de cine mal llamado “academicista”, que contiene todo lo bueno y lo malo del cine británico; y tratándose de una película británica, la ambientación es impecable, qué duda cabe; que reflejaba la ingenuidad de una época bucólica para los protagonistas, así como la desazón y opresión cuándo la guerra llama a sus vidas.
Con un ritmo pausado, al servicio de un metraje que alterna diferentes episodios de la vida de la protagonista, logra evocar en el espectador las emociones contenidas; y siendo como es, una ópera prima de cine, el mérito de Kent es incuestionable; pero hay un par de detalles que posiblemente echarán para atrás a cierto tipo de espectadores:
Por un lado, la promoción de la película como si de una historia romántica entre los personajes de Vikander y Harington se tratase, no va a hacerle ningún favor.
Es cierto que hay una historia de amor, pero es tan relevante como pueda serlo la relación de la protagonista con sus padres, con su hermano o con sus amigos.
Es lisa y llanamente, una parte más de la historia de Vera, no la pieza central de la misma; al tiempo que contiene algo de “Gone With The Wind”, tanto del oscarizado filme en la narración y en algunas escenas, como de la autora Margaret Mitchell, en la historia de su novela de 1936; que curiosamente fue publicada 3 años después de la novela de Vera Brittain.
¿Habrá Mitchell leído las memorias de Vera?
Por otra parte, la película tiene una narración muy al estilo del filme “Atonement” (2007) de Joe Wright, especialmente al describir los horrores de la guerra.
Pero Kent y el director de fotografía Rob Hardy, encuentran una belleza lírica en la muerte, lo que hace que los eventos en la pantalla sean aún más impactantes.
Y claro está, la película es típicamente británica, en el sentido de que todo se procesa sutilmente, y las revelaciones se presentan en capas; también se trata de una producción de prestigio, magníficamente montada, lo cual no es sorprendente, ya que el drama de época es un género en el que sobresale el país; pero a diferencia de muchos dramas británicos de labios superiores rígidos, Testament Of Youth tiene una verdadero núcleo de emoción.
En ese sentido, Kent y su talentoso elenco, logran evocar el anhelo del amor joven y el impacto abrumador de la pérdida del ser querido en la misma medida; pero al ser un filme con un marco histórico importante, también padece de anacronismos:
Cuando Roland y Vera se encuentran a fines de 1914, antes de irse a Francia, la tía Belle se da cuenta de que Roland está enfermo, y habla de cómo la influenza está desgarrando a las tropas, y en todos los periódicos “lo llaman Influenza Española”
Pero el primer caso conocido de lo que más tarde se llamaría Gripe Española fue en marzo de 1918, y los informes de La Peste fueron celosamente reprimidos en la prensa de las naciones beligerantes, por temor a que dañara la moral.
La única razón por la cual la enfermedad, que en realidad fue documentada por primera vez en Kansas, se llamaba “Gripe Española” porque España era neutral en la guerra, y los periódicos españoles eran libres de informar los casos, dando la impresión equivocada de que España fue golpeada primero y más duro por la enfermedad.
También, en varias escenas ubicadas en las trincheras al comienzo de la guerra, los soldados llevan cascos en lugar de gorras de servicio.
Los cascos no se introdujeron hasta fines de 1915, y su uso no fue generalizado hasta principios de 1916.
Las botellas de champán en la escena de la celebración del armisticio, al comienzo y al final de la película, tienen cuellos hechos para sostener las tapas de las copas durante la fermentación secundaria.
Esta técnica no se introdujo hasta aproximadamente 1960.
Aunque Vera Brittain se casó con el científico político y filósofo inglés, Sir George Edward Gordon Catlin en 1925, en realidad nunca se conocieron durante o inmediatamente después de la guerra, como se muestra en la película.
George Catlin fue voluntario al comienzo de la guerra, pero fue rechazado; y sirvió en Bélgica como soldado al final de la guerra.
Pero en los aspectos destacables, tenemos el eterno dilema que una situación de guerra produce en el amor, en la poesía y en la sensibilidad.
Por ejemplo, el poema de Roland, “Violetas” se refiere a Plugstreet Wood, un bosque que fue escenario de feroces combates al comienzo de la guerra en los Campos de Flandes; y que hoy en día contiene varios Cementerios de Guerra del Commonwealth y El Monumento a Los Desaparecidos de Plugstreet.
Sin embargo, Roland fue asesinado en la construcción de La Batalla del Somme en Louvencourt, a unos 100km al sur de Plugstreet.
Como dato, de enero a mayo de 1916, El Teniente Coronel, Winston Churchill, sirvió en Plugstreet Wood como Comandante del 6° Batallón del Royal Scots Fusiliers; y en 1963, la aldea de Plugstreet fue transferida de Flandes a Valonia, como resultado de la ley de área lingüística de Bélgica.
Del reparto, Alicia Vikander lleva sobre sus hombros el peso de la historia, y sale triunfadora en el desempeño; y resulta fascinante verla con la enorme expresividad de su rostro, que consigue absorber al espectador cada vez que aparece.
Como Vera es una revelación, ya que es un personaje un tanto alocado, visto en casi todos los cuadros de la película, y un personaje difícil de lograr, incluso para una actriz más experimentada, pero Vikander logra esto con aplomo, logrando el equilibrio correcto entre fuerza y fragilidad... tanto así que 1 año después, su actuación sería galardonada con un premio Oscar de Reparto por “The Danish Girl”
Y aquí, el trabajo de Vikander es lo mejor de la película junto a algunos actores realmente potentes:
El casi debutante Taron Egerton, que consigue retratar lo más parecido a un muchachote de Iowa en versión inglesa-edwardiana, con una sutil homosexualidad reprimida en su personaje, que logra empatizar.
Bastante bien parado salen también Colin Morgan, como Victor, el otro pretendiente de Vera, y por increíble que pueda parecer, Kit Harington, que consigue resultar más expresivo en 5 minutos aquí que en muchas de las temporadas de “Game Of Thrones”, no es que de golpe se haya convertido en Daniel Day-Lewis, pero su mejora es notable.
Como dato, para retratar a Victor Richardson, cegado por la guerra, Colin Morgan entrevistó a varios hombres y mujeres con ceguera; y se puso en contacto con el Blind Veterans UK, y pasó un día en El Centro de Brighton de la organización benéfica, donde recibió el mismo entrenamiento que los veteranos ciegos, con los ojos vendados.
Un dato curioso es que para lograr que los extras actuaran de manera urgente y emocional en la estación de trenes donde Vera y Roland se despiden, el director James Kent, arremetió contra la música house fuerte, con grandes parlantes.
La yuxtaposición inicial fue tan desagradable, que Kit Harington estuvo a punto de echarse a reír.
En definitiva, Testament Of Youth es un notable drama de principios de siglo XX, gracias a una excepcional recreación de la época, todo es debido al vestuario de Consolota Boyle, a la dirección artística de Jon Henson, y a la esmerada fotografía de Robert Hardy, donde hay planos muy duros; como un plano cenital de la protagonista rodeada de infinidad de cuerpos heridos tendidos en el suelo, porque no hay sitio en los barracones, una escena que recuerda a “Gone With The Wind” (1939)
Además, la película intenta mostrarnos el sin sentido de la contienda, y las consecuencias para los ciudadanos de a pie, y de no tan a pie; así como constatar la manipulación de los medios, pues los periódicos también mentían en 1914, pues uno de los protagonistas comenta que quiere ir a la guerra, porque la prensa dice que no durará mucho…
Las escenas de las enfermerías son impresionantes; y desgraciadamente creo que son muy fieles a la carnicería que eran los hospitales de guerra por aquella época.
Realmente todo está bien retratado en el ambiente; y hay un momento en que la cámara se recrea en los lugares donde han estado retozando los jóvenes:
En el lago, en la playa solitaria, al borde de los acantilados... y no aparece nadie.
Todo un manifiesto contra la guerra, porque hay un silencio atronador.
Es todo quietud y vacío.
La quietud y el vació que deja la muerte.
Realmente impresionante, y creo que esa es uno de los mejores logros de la película, llamar a la reflexión; porque Testament Of Youth es un emocionante retrato de una generación perdida, y una descarnada evocación sobre el sinsentido de la guerra, el trauma y las consecuencias dramáticas que sufren aquellos que participaron en la misma.
Pero también es un relato pacifista, que es muy fácil que cale hondamente, sobre una mujer que no quiere más muertes ni más guerras, y que siente dolor tanto por los de un bando, como por los del otro, porque el dolor es el mismo, y el juramento hipocrático cubre a todos los seres humanos.
Por último, la banda sonora fue compuesta por Max Richter, después que Mark Bradshaw abandonara el cargo.
“Down the long white road we walked together.
Down between the grey hills and the heather.
You seemed all brown and soft, just like linnet.
Your errant hair had shadowed sunbeams in it.
And there shone all April in your eyes”
La Primera Guerra Mundial ha sido poco tratada por el cine, a pesar de contar con momentos y personajes tremendamente cinematográficos.
Si echamos un vistazo, salen apenas un puñado de películas que tengan esta contienda como telón de fondo, y, especialmente en los últimos años, la mayoría de ellas han venido de Europa.
No es extraño, dado que el continente europeo fue el territorio más afectado por la “guerra que iba a acabar con todas las guerras”
Y aunque generalmente se cita a Francia como el país que más sufrió sus efectos, basta pasarse por las calles de Londres un noviembre cualquiera, para darse cuenta de que fue Gran Bretaña el lugar que más mantiene la memoria de lo ocurrido.
Las celebraciones del centenario del inicio de La Guerra han sido desde 2014, más que una celebración, un duelo por todo aquello que se perdió; y como parte de esa “celebración triste”, hay planeados toda una serie de proyectos audiovisuales, en radio, televisión y cine, la mayoría bajo el ala de la BBC, que irán viendo la luz a lo largo de 4 años, hasta que en este 2018 se cumpla El Centenario del Armisticio.
De los personajes de “Testament Of Youth”:
Tras resultar gravemente herido durante un ataque en Arras el 9 de abril de 1917, Victor Richardson estaba al frente de su pelotón, cuando recibió una bala en la cabeza; a lo que su Comandante le escribió a sus padres:
“Tienen buenas razones para estar orgulloso de él... hizo lo mejor que pudo y fue también lo mejor.
He enviado su nombre para que reciba La Cruz Militar, y no tengo dudas de que lo conseguirá”
Richardson fue enviado de regreso a Londres, donde recibió tratamiento especializado en El Hospital General de Londres Nº 2, en St. Mark's College, Chelsea.
Edward Brittain lo visitó en el hospital, y luego le escribió a su hermana, Vera, sobre su condición:
“Todavía no se sabe si Victor morirá o no, pero su ojo izquierdo fue retirado en Francia, y el especialista que lo vio cree que es casi seguro que la vista del ojo derecho también se haya ido...
Se nos dice que puede permanecer en su estado actual durante una semana.
No creo que vaya a morir de forma repentina, pero por supuesto, el cerebro debe estar lesionado, y depende de qué tan mal la lesión es.
Me inclino a pensar que sería mejor que él muriera, preferiría morirme antes que perder todo lo que amamos más, pero creo que difícilmente negociamos eso.
La vista es realmente un regalo más precioso que la vida”
Por su parte, Geoffrey Thurlow fue asesinado en acción, en Monchy-le-Preux, el 23 de abril de 1917, a los 22 años de edad.
Edward le escribió a Vera Brittain sobre Thurlow:
“Siempre un amigo espléndido con un corazón espléndido, y un hombre que no olvidaremos ni tú ni yo por más o menos el tiempo que podamos vivir.
Querida niña, no hay nada más que decir; hemos perdido casi todo lo que había que perder, y lo que hemos ganado.
Verdaderamente como dices, tiene un patriotismo desgastado muy raído”
A lo que Vera respondió:
“No puedo decirte cómo voy a extrañar a Geoffrey.
Creo que me quiso más que a nadie, más que a Roland y a ti.
En cuanto a ti, no me atrevo a pensar en lo solo que debes sentirte con él muerto, y Victor quizás peor; porque me hace demasiado impaciente el tiempo que debe transcurrir antes de que pueda verte, puede que incluso no sea capaz de comenzar durante semanas.
Geoffrey y yo nos habíamos hecho muy amigables en las últimas cartas, y solíamos escribir en al menos una vez a la semana...
Después de Roland, él era la persona más directa, más sólida, más recta e idealista que he conocido”
Vera Brittain decidió regresar a casa después de la muerte de Geoffrey Thurlow, y tras las graves lesiones sufridas por Richardson.
Edward Brittain fue a visitar a Richardson, y el 7 de mayo le contó a su hermana:
“Le dijeron el miércoles pasado que probablemente nunca vuelva a ver, pero está maravillosamente alegre...
Es perfectamente sensato en todos los sentidos, y no creo que exista la menor duda de que va a vivir.
Dijo que los últimos días han sido bastante amargos.
Él mismo no ha perdido la esperanza de su vista”
Aproximadamente a esa hora, Victor recibió la visita de un oficial de la organización benéfica de San Dunstan para los militares ciegos, y expresó su intención de aprender Braille, y entrar a la iglesia.
Más tarde, Vera llegó a Londres el 28 de mayo de 1917, y pasó los siguientes 10 días junto a la cama de Richardson.
Los que estaban cerca de Victor en ese momento, sintieron que Vera tenía la intención de casarse con él, y dedicar su vida a cuidarlo.
Como señalan los allegados:
“Sus facultades mentales parecían no estar dañadas de ninguna manera.
El 8 de junio, sin embargo, hubo un cambio repentino en su estado.
En la mitad de la noche experimentó una pequeña explosión en la cabeza, y posteriormente se angustió y desorientó.
Para cuando su familia llegó al hospital, Victor se había vuelto delirante”, y murió de un absceso cerebral, el 9 de junio de 1917, a los 22 años de edad.
Su premio póstumo de La Cruz Militar, fue dado el 15 de junio; siendo enterrado en la tumba de su madre, en El Cementerio Hove Old Shoreham Road.
Por su parte, Edward Harold Brittain fue nombrado Capitán temporal en agosto de 1917, y fue enviado al frente italiano con La 11ª Sherwood Foresters en noviembre.
Vio a su familia por última vez con licencia, en enero de 1918; y el 15 de junio, en la meseta de Asiago, El Capitán Brittain recibió un disparo en la cabeza, muriendo durante un contraataque matutino contra una ofensiva austriaca, durante La Batalla del río Piave.
No obstante, en junio de 1918, los censores del ejército leyeron una carta de Brittain, que indicaba que había tenido relaciones homosexuales con hombres en su compañía.
Su Comandante, El Teniente Coronel Charles Hudson, fue notificado de que Brittain sería sometido a Consejo de Guerra cuando saliera de la línea.
Le dijeron a Hudson, que no advirtiera a Brittain, pero de todos modos lo advirtió oblicuamente.
Su Comandante creía que Brittain se puso en peligro para evitar una Corte Marcial y la vergüenza que esto podría traer a su familia.
La madre de Edward, luego le reveló a Vera, que Edward había estado involucrado en actividades homosexuales mientras estaba en Uppingham.
Hudson evadió las preguntas de Vera Brittain cuando lo visitó en el hospital en 1918, pero le contó sus sospechas después de que se publicara “Testament Of Youth” en 1933.
Inicialmente se mostró reacia a creer que su hermano se había expuesto deliberadamente al peligro, pero finalmente creyó la interpretación de los hechos de Coronel, y los ficcionalizó en su novela “Honorable Estate”
Y mientras investigaba la biografía autorizada de Vera Brittain, Mark Bostridge localizó a Miles, el hijo de Hudson, y se le permitió leer el relato de Hudson sobre los últimos días de Edward Brittain.
En 1995, Bostridge publicó detalles de su descubrimiento en “Vera Brittain: A Life”
Edward Brittain está enterrado en el cementerio británico Granezza en Asiago Plateau en Italia.
Edward murió a la edad de 23 años.
Finalmente, Roland Aubrey Leighton murió de heridas, el 23 de diciembre de 1915, a la edad de 20 años, aunque su lápida dice incorrectamente que tenía 19 años.
Había recibido un disparo de un francotirador, y sufrió una lesión abdominal y espinal catastrófica, mientras inspeccionaba el cable, a plena luz de La Luna, frente a una trinchera en Hébuterne, Francia.
Sus últimas palabras en el campo de batalla fueron:
“Me dieron en el estómago y es malo”, antes de que la morfina lo hiciera semiconsciente.
Leighton se sometió a una cirugía abdominal de emergencia en Louvencourt, pero solo sobrevivió por un corto tiempo.
Su entierro se llevó a cabo en La Iglesia de Louvencourt; y está enterrado en el cementerio de La Comisión de Commonwealth War Graves en Louvencourt, cerca de Doullens.
El biógrafo de Vera Brittain, Mark Bostridge, ha informado que la tumba de Leighton a menudo está cubierta por violetas en homenaje a un poema que escribió para su prometida:
“Violetas de Plug Street Wood, querida, que te envío de ultramar.
Es extraño que sean azules, azules, cuando la sangre que lo bañaba era roja, como crecían cerca de su cabeza:
Es extraño que sean azules.
Piensa en lo que han significado para mí:
Vida y esperanza, y Amor y Tú, y no las viste crecer allí donde estaba su cuerpo abatido escondiendo los horrores a la luz del día; cariño, fue mejor así.
Violetas de ultramar, para ti querida, lejana, olvidada tierra, estas que te envío como memoria sabiendo que entenderás”
Vera Brittain escribió varios poemas que conmemoran la vida de Leighton que se publicaron en su obra de 1918, “Versos from a V.A.D.”, y su volumen posterior “Because you died” pero ella lo inmortalizó en su libro de memorias “Testament Of Youth”, donde muchas de las cartas de Leighton están incluidas en “Letters from a Lost Generation”, que es una recopilación de sus cartas sobre tiempos de guerra, editada por Alan Bishop y Mark Bostridge, publicada en 1998.
Mientras que “Chronicle of Youth” contiene sus diarios de 1913 a 1917, incluye entradas sobre Leighton y su relación, extractos de sus cartas del campo de batalla y su poesía.
Su madre publicó anónimamente una memoria de él llamada “Boy of My Heart” en 1916.
Mientras que Leighton es conmemorado en el monumento a los caídos en la capilla de la escuela en Uppingham y, aunque no tomó su lugar en el Merton College, su nombre se encuentra en el monumento a los caídos allí.
De esa manera, tras tanta muerte cercana, al regresar a Oxford después de la guerra, Vera Brittain encontró difícil ajustar su vida en la generación de la posguerra; y fue en esta época que conoció a Winifred Holtby, e iniciaron una amistad al compartir la aspiración de establecerse en la escena literaria londinense, tan amigas se hicieron, que muchos las llegaron a ver como “lesbianas”, en una amistad duró hasta la muerte de Holtby, en 1935.
Pero para 1925, Brittain se casó con George Catlin, un científico político y filósofo, tras un noviazgo que comenzó por correspondencia, mientras ella estaba siguiendo su propia carrera como escritora en Gran Bretaña; el matrimonio soportó muchas separaciones… sin embargo tuvieron 2 hijos:
John Brittain-Catlin, cuyas memorias “Family Quartet” aparecieron en 1987; y la política británica, Shirley Williams, nacida en 1930.
Para los años de 1920, Vera se convirtió en oradora regular de La Sociedad de Naciones, pero en junio de 1936, fue invitada a hablar en una manifestación por la paz en Dorchester, donde compartió plataforma con Dick Sheppard, George Lansbury, Laurence Housman y Donald Soper.
Después, Sheppard la invitó a unirse a la Peace Pledge Union y, tras 6 meses de reflexión, respondió en enero de 1937, para decir que aceptaría.
Más tarde, Vera también se afilió a La Sociedad Anglicana Pacifista.
Su pacifismo destacó durante La Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó la serie de “Letters to Peacelovers”; siendo una pacifista práctica en el sentido de que ayudó en el esfuerzo de guerra al trabajar como voluntaria y viajar alrededor del país recaudando fondos para la campaña de ayuda alimentaria del Peace Pledge Union; fue vilipendiada por hablar en contra de los bombardeos aéreos de ciudades alemanas por medio de su libro de 1944, “Massacre by Bombing”
Su posición de principio pacifista, fue algo reivindicada cuando, en 1945, El Libro Negro de Los Nazis, que contenía una lista de 2.000 personas que debían ser inmediatamente arrestadas después de la invasión alemana a Gran Bretaña, incluía su nombre.
Desde la década de 1930 en adelante, Vera Brittain fue colaboradora habitual de la revista pacifista Peace News; y eventualmente se convirtió en miembro del consejo editorial de la revista, y durante los años 50 y 60 estuvo escribiendo artículos contra el apartheid y el colonialismo, y en favor del desarme nuclear.
En noviembre de 1966, Vera sufrió una caída en una calle mal iluminada de Londres, mientras estaba en camino a una conferencia.
Cumplió el compromiso, pero después encontró que había sufrido una fractura de brazo izquierdo, y del dedo meñique de la mano derecha.
Estas lesiones iniciaron un declive físico en el que su mente se volvió más confusa y retraída.
Y es que Vera Brittain nunca se sobrepuso del todo de la muerte de su hermano Edward, su prometido y sus amigos; y cuando ella murió en Wimbledon el 29 de marzo de 1970, a los 76 años, su testamento pedía que sus cenizas fueran esparcidas en la tumba de Edward en Italia:
“...por cerca de 50 años, buena parte de mi corazón ha estado en ese cementerio de pueblo italiano”
Su hija honró esta petición en septiembre de 1970; y después de la muerte de Vera, su esposo se volvió a casar en 1971; y murió en 1979, a la edad de 82 años.
El archivo de Vera Brittain fue vendido en 1971 a la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario.
Una colección adicional de documentos, recopilados durante la redacción de la biografía autorizada de Brittain, fue donada a Somerville College, Oxford, por Paul Berry y Mark Bostridge.
Un libro de Bostridge, titulado “Vera Brittain and The First World War. The Story of Testament Of Youth” fue publicada por Bloomsbury en diciembre de 2014, donde analiza las primeras versiones del libro a raíz de esta nueva adaptación cinematográfica.
Así las cosas, La Primera Guerra Mundial cambió la vida de millones de personas, e hizo notable cómo la juventud murió, de ahí el precioso título de la novela y de esta historia testimonial, de un libro que todavía es un hito histórico antibelicista.
“If this word should turn out to be a “Te moriturum saluto” perhaps it will brighten the dark moments a little to think how you have meant to someone more than anything ever has or ever will.
What you have striven for will not end in nothing, all that you have done and been will not be wasted, for it will be a part of me as long as I live, and I shall remember, always”
United by love”
Decía Vera Mary Brittain:
“Todo lo que un pacifista puede emprender, aunque es un gran reto, es negarse a matar, herir o causar sufrimiento a otra criatura humana, e incansablemente ordenar su vida por la regla del amor, aunque otros puedan ser capturados por el odio”
Brittain fue una escritora, feminista y pacifista inglesa, mejor recordada por ser la autora de un libro de memorias de superventas “Testament Of Youth” (1933), en el que hace un recuento de sus experiencias durante La Primera Guerra Mundial, y el inicio de su cruzada en pro del pacifismo.
De hecho, la autora basó la mayor parte de sus novelas en experiencias y personas reales.
Nacida en una familia adinerada, Vera era hija de una familia propietaria de fábricas de papel en Hanley y Cheddleton; siendo hija de Thomas Arthur Brittain y su esposa, Edith Bervon Brittain; junto a su único hermano Edward Harold Brittain, quien fuera su compañero más cercano.
Mientras ella tuvo una infancia sin incidentes, Edward como violinista talentoso, esperaba convertirse en compositor, pero su padre esperaba que ingresara en la empresa familiar de fabricación de papel, o en El Servicio Civil.
Superando las objeciones iniciales de su padre, Vera estudió literatura inglesa en el Somerville College, de La Universidad de Oxford, y retrasó la obtención de su grado, para trabajar como enfermera voluntaria durante la mayor parte de La Primera Guerra Mundial.
Su novio Roland Leighton, otros 2 amigos cercanos, Victor Richardson y Geoffrey Thurlow; y su hermano, Edward Brittain, murieron durante la guerra.
Las cartas intercambiadas entre ellos, están documentadas en el libro de Vera llamado “Letters from a Lost Generation” (1998); y en una carta, Leighton habla “en nombre de su generación de voluntarios de escuelas públicas cuando escribe que siente la necesidad de desempeñar un papel activo en la guerra”
Pero el libro “Testament Of Youth” es la primera entrega en las memorias de Vera Brittain, y abarca desde 1900 hasta 1925; y está considerado uno de los testimonios más valiosos sobre La Primera Guerra Mundial; entre otros motivos, por el enfoque femenino que aportó sobre el horror bélico, los sueños perdidos y futilidad de los anhelos perseguidos en una guerra dónde la sociedad instaba a los jóvenes al enaltecimiento patriótico, con medios propagandísticos de objetividad dudosa, con el fin de su alistamiento.
Una guerra dónde perdieron los de siempre, aquéllos que estuvieron en el lugar y tiempo elegidos, y cuya intransigente resolución final dio lugar al caldo de cultivo que posibilitó el ascenso del nazismo y, con ello, el inicio de La Segunda Guerra Mundial.
Entre 1922 y 1924, Vera Brittain había intentado editar sus diarios de guerra para su publicación, en respuesta a una competencia editorial; sin embargo, cuando no fueron seleccionados, se concentró durante un tiempo en la ficción y el periodismo, antes de finalmente adaptarlos a sus memorias en 1933.
Los diarios en los que se basa parcialmente el libro, fueron editados por Alan Bishop y publicados como “Chronicle Of Youth” en 1981.
Esas memorias de Brittain, continúan con “Testament Of Experience” (1957), abarcando los años 1925–1950.
Y entre estos 2 libros viene “Testament Of Friendship” (1940), el cual es esencialmente una memoria de su colega y amiga cercana, Winifred Holtby; quien fuera posteriormente una periodista y novelista; y desde 1919, cuando ella volvió a estudiar en La Universidad de Oxford, fue donde conoció a Vera, siendo compañeras estudiantiles y amiga durante el resto de su vida.
Un segmento final del libro de memorias, “Testament Of Faith” o “Testament Of Time”, fue planeado por Brittain, pero quedó inacabado debido a su muerte.
En el prólogo de “Testament Of Youth”, Vera Brittain describe cómo ella originalmente tenía la intención de escribir sus experiencias como una novela, pero fue incapaz de conseguir la distancia objetiva necesaria; luego intento publicar su diario original de los años de la guerra, pero utilizando nombres ficticios.
Esto también resultó inviable...
Solo entonces decidió escribir su propia historia personal, poniendo sus experiencias personales en un contexto histórico y social más amplio.
Varios críticos han notado el proceso catártico por el cual expresa el dolor en la pérdida de hombres jóvenes cercanos a ella, como su hermano Edward Brittain, su prometido Roland Leighton, y sus amigos Victor Richardson y Geoffrey Thurlow.
Su hermano Edward había dejado la escuela en julio de 1914, justo antes de que estallara La Primera Guerra Mundial, siendo admitido en el New College de Oxford, pero después del estallido de las hostilidades, se unió al Ejército Británico, y fue comisionado como Segundo Teniente Temporal en los Silvicultores de Sherwood, Nottinghamshire y Regimiento Derbyshire, el 19 de noviembre de 1914; y permaneció en Inglaterra durante el primer año y medio de la guerra.
Fue detenido por varios traslados al Frente por su Coronel que no estaba impresionado por la actitud arrogante de Edward; y durante este período, se hizo amigo íntimo del compañero Oficial Geoffrey Thurlow.
Roland Leighton, que había estado sirviendo en El Frente Occidental, murió de heridas en diciembre de 1915, y poco después, a principios de 1916, Edward fue enviado al Frente Occidental, siendo herido en el brazo izquierdo y el muslo derecho en La Batalla del Somme, el 1 de julio de 1916.
El Teniente Brittain fue enviado al Hospital General de First London, donde su hermana trabajaba como V.A.D. enfermera; y posteriormente fue galardonado con La Cruz Militar por su servicio en el Somme.
La cita establece que Brittain fue galardonado:
“Por valentía y liderazgo conspicuos durante un ataque.
Fue gravemente herido, pero continuó liderando a sus hombres con gran valentía y frialdad hasta que una segunda herida lo incapacitó”
Así permaneció en Inglaterra, recuperándose, y luego en servicio ligero, hasta el 30 de junio de 1917.
Mientras Thurlow fue asesinado en acción en Monchy-le-Preux, en abril de 1917; Victor Richardson fue cegado en Arras en abril de 1917, y murió de un absceso cerebral en Londres, en junio de 1917.
Estas pérdidas transformaron a Edward, que en palabras de su hermana, “era un Edward desconocido, aterrador, que nunca sonreía ni hablaba excepto sobre cosas triviales...
Silencioso, poco comunicativo, empujado sobre sí mismo”
Regresó al Frente Occidental casi exactamente 1 año después, y fue enviado inmediatamente a la batalla, sin conocer ni el terreno ni los hombres que él comandaba, pero emergió indemne; y sus cartas se volvieron cada vez más críticas sobre la conducción de la guerra.
Mientras Vera Brittain fue enviada a un hospital británico en el norte de Francia en agosto de 1917, los hermanos nunca lograron verse en Francia...
Por su parte, Roland Aubrey Leighton fue un poeta y soldado británico, cuyos padres, Robert Leighton y Marie Connor, fueron escritores.
En la escuela, Leighton no tenía un amplio círculo de amigos, ya que sus compañeros lo consideraban bastante frío y engreído; sin embargo, en 1914 se hizo amigo íntimo del hermano de Vera Brittain, Edward, y de Victor Richardson.
Eran tan amigos que la Sra. Leighton los llamó “Los 3 Mosqueteros”
En Uppingham, Robert sirvió como Oficial de Cadetes en La División Junior, El Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales; y desarrolló un interés en leer poesía y escribir su propio verso mientras estaba allí, y posteriormente utilizó el medio de la poesía para expresar su creciente amor por Vera Brittain; y se comprometieron en agosto de 1915; no obstante, la pareja solo se vio fugazmente durante los breves períodos de licenciatura de Leighton desde El Frente, antes de su muerte a fines de diciembre de 1915.
Al dejar Uppingham, Robert se inscribió en La Universidad de Oxford, y fue galardonado con La Maestría de Postgrado Clásico en Merton College, Oxford.
Sin embargo, cuando estalló La Gran Guerra, buscó un lugar en La Marina Real, pero fue rechazado debido a falta de visión; no obstante, después de obtener un certificado de “estado general” de un médico local que no hacía referencia a su miopía, recibió una comisión en El Regimiento Norfolk, el 21 de octubre de 1914, y fue ascendido a Teniente del Regimiento Worcestershire, en 26 de marzo de 1915.
Leighton sirvió como tal en Francia, y participó en la lucha en Ypres en Bélgica.
Al principio estaba muy motivado para unirse a la lucha con ideas de patriotismo, honor y deber, pero un análisis de sus cartas revela que rápidamente se sintió infeliz y desilusionado por sus experiencias en El Frente describiéndolo como “un mero intercambio”; y se convirtió al catolicismo romano mientras estaba en El Frente en 1915, poco antes de su muerte.
Después de la muerte de Leighton, Vera Brittain comenzó a visitar a Geoffrey Thurlow de forma regular, mientras estaba en el hospital de Fishmongers Hall.
Por su parte, Victor Richardson fue un soldado británico durante La Gran Guerra, siendo educado en La Escuela Uppingham donde conoció a Edward Brittain y Roland Leighton.
Richardson, cuya ambición era convertirse en médico, ganó un lugar en Emmanuel College de Cambridge; y poco después del estallido de La Primera Guerra Mundial en agosto de 1914, abandonó sus estudios para unirse al ejército, siendo comisionado como 2° Teniente del Regimiento Real de Sussex, el 5 de octubre de 1914; y mientras entrenaba en Horsham en enero de 1915, atrapó la meningitis y fue enviado a un hospital en Brighton.
Posteriormente fue ascendido de manera temporal a Teniente, el 4 de julio de 1915; y en septiembre de 1916, Richardson se transfirió al 9º Cuerpo Real de Fusileros del Rey, y fue enviado al Frente Occidental.
En enero de 1917, Richardson fue enviado a La 3ª Escuela de Ejército; y resultó gravemente herido durante un ataque en Arras, el 9 de abril de ese año.
Con esos personajes, la narrativa de “Testament Of Youth” comienza con los planes de Vera para entrar en La Universidad de Oxford y su romance con Roland Leighton, amigo de su hermano Edward; pero ambos se alistaron y fueron comisionadas como Oficiales al comienzo de La Primera Guerra Mundial, y posteriormente ambos fueron asesinados, al igual que otros miembros de su círculo social.
El tema principal del libro, es el trabajo de Vera como enfermera del Destacamento de Ayuda Voluntaria, asistiendo a heridos en Londres, Malta y Etaples en Francia.
También describe, cómo regresa desilusionada a Somerville, Oxford, después de la guerra para finalizar su licenciatura.
De esa manera abarca los comienzos de su carrera en periodismo, escribiendo para Time and Tide, y haciendo lecturas para La Liga de Naciones.
Visita las tumbas de su hermano Edward en Italia, y de su prometido Roland en Francia; y junto con Winifred Holtby, visita los países vencidos y ocupados de Alemania y Austria, en 1923.
La historia concluye cuando conoce a su marido George Catlin, y su posterior matrimonio en 1925.
“Testament Of Youth” ha sido aclamado como un clásico por su descripción del impacto de La Primera Guerra Mundial en la vida de las mujeres y la población civil de clase media en Gran Bretaña; pues muestra cómo se extendió este impacto en los años de la posguerra; y también se le considera un clásico de la literatura feminista, por su descripción de la lucha de una mujer para forjar una carrera independiente en una sociedad que solo a regañadientes aceptaba a las mujeres con educación superior.
El libro fue dramatizado por Elaine Morgan, como una serie de 5 partes que retransmitió la BBC2 en 1979.
Y en 1998, para conmemorar el 80° aniversario del Armisticio, se emitió en BBC Radio Four, una dramatización radiofónica de 15 partes de las cartas en las que se basaba parcialmente “Testament Of Youth”, titulado “Letters from a Lost Generation” siendo dramatizado por Mark Bostridge.
“All of us are surrounded by ghosts.
Now we need to learn how to live with them”
Testament Of Youth es un drama bélico del año 2014, dirigido por James Kent.
Protagonizado por Alicia Vikander, Kit Harington, Emily Watson, Hayley Atwell, Dominic West, Colin Morgan, Miranda Richardson, Taron Egerton, Charlotte Hope, Anna Chancellor, Emily Bevan, Jonathan Bailey, Xavier Atkins, Amanda Fairbank-Hynes, Joanna Scanlan, entre otros.
El guión es de Juliette Towhidi, basada en la autobiografía homónima de Vera Brittain, una mujer británica que recuerda su juventud durante La Primera Guerra Mundial, ambientado entre 1913 y 1925, entre sus estudios en Oxford y su servicio como enfermera para ayudar a los heridos en El Frente.
La producción está dedicada “en memoria de:
Roland Leighton (1895 – 1915), Victor Richardson (1895 – 1917), Geoffrey Thurlow (1895 – 1917) y Edward Brittain (1895 – 1918)”
Y se estrenó como parte de las conmemoraciones de la finalización de La Primera Guerra Mundial.
Se rodó en Londres, Oxford y Yorkshire, incluyendo varios lugares en North York Moors; en la estación de trenes de Keighley, usando trenes provistos por Keighley y el Worth Valley Railway.
Las tomas del paisaje de los trenes de época, se filmaron en la pista de patrimonio de North Yorkshire Moors Railway.
Así como en Ravenscar y Robin Hood's Bay, en North York Moors para las escenas costeras; mientras que la propiedad de Welbeck Abbey en Nottinghamshire, proporcionó varios lugares, incluidas las escenas de Uppingham School, Melrose House y Etaples Field Hospital.
Las escenas del lago fueron filmadas en Darley Dale en Derbyshire; y las escenas del corredor del hospital se filmaron en El Ayuntamiento de Sheffield.
Testament Of Youth es una historia de amor y de guerra; pero ante todo es una increíble historia de la lucha, de una mujer para sobrevivir a los horrores de La Primera Guerra Mundial.
la acción sigue a Vera Brittain (Alicia Vikander), una joven incontenible, inteligente y de mentalidad abierta, que supera los prejuicios de su familia y su ciudad, ganando una beca para estudiar en Oxford, que le permitirá perseguir sus sueños literarios.
Con toda la vida por delante, ella se enamora del amigo de su hermano Edward Brittain (Taron Egerton), Roland Leighton (Kit Harrington), pero La Primera Guerra Mundial es inminente.
Mientras los hombres se van a la guerra, Vera se da cuenta de que no puede quedarse de brazos cruzados mientras sus compañeros luchan por su país, por lo que se alista como enfermera voluntaria.
De esa manera, Vera Brittain rememora su vida antes, durante y después de la guerra, desde sus intentos por ingresar en La Universidad de Oxford, algo más que complicado para las mujeres de la época; hasta sus experiencias como enfermera en los hospitales de campo del Frente francés, pasando por el recuerdo de 4 hombres de capital importancia en su vida:
Su hermano Edward; su prometido Roland Leighton; y los 2 mejores amigos de éstos:
Victor Richardson (Colin Morgan) y Geoffrey Thurlow (Jonathan Bailey)
Los 4 morirían durante la guerra, y fue su pérdida, unida a los horrores vividos en los hospitales de campaña, lo que convirtió a la muchacha patriótica que celebró el inicio de la contienda, en la pacifista convencida que pasaría a la historia.
Esta populares memorias, consiguen una emocionante adaptación en el impresionante debut del director James Kent; en una recreación suntuosa y un reparto atractivo; y logra transmitir el horror ante la pérdida de todos aquellos seres más queridos; por lo que uno termina odiando más las guerras, y no entendiendo nada a quienes la hacen…
En la parte técnica, el ambiente, el color, los detalles, el paisaje, el vestuario, todo es magnífico; y lo mejor es el mensaje pacifista de enfrentarse con la razón y el sentimiento a los que siembran odio.
Porque este es un viaje emocional e impecablemente, hecho a la manera clásica para contar una potente y polifacética historia, cuyas imprevistas complejidades pueden venir sólo por cortesía de una vida plena, arrebatada.
“They'll want to forget you.
They'll want me to forget.
But I can't.
I won't.
This is my promise to you now.
All of you”
En febrero de 2009, se anunció que BBC Films estaba desarrollando una adaptación cinematográfica de las memorias de “Testament Of Youth” escrita por Vera Brittain, sobre las experiencias de las mujeres durante La Primera Guerra Mundial; pues la productora había adaptado previamente el libro como una serie de televisión de 5 partes, que se transmitió en BBC2 en 1979, con Cheryl Campbell como Vera Brittain.
Pero este desarrollo cinematográfico, contó con el apoyo de Shirley Williams, la hija de Brittain; y de Mark Bostridge, el biógrafo y editor de Brittain, y uno de sus ejecutores literarios, que según los informes, actuó como asesor de esta producción de Heyday Films, David Heyman y Rosie Alison, con Juliette Towhidi adaptando el escrito; y James Kent dirigiendo la película, que nos muestra, cómo la guerra trastoca el mundo de los protagonistas, y cambia el rumbo de sus vidas, amores y sueños.
También nos enseña esa forma de vivir llena de parafernalia, poses y divagaciones banales de la aristocracia inglesa; con su arrogancia y el clasicismo que son marcas de la casa; pero todo está presentado con la típica fotografía; luz suave, tonos pastel, y grandes paisajes, todo muy al estilo inglés en una poderosa historia sobre el advenimiento de la edad, que aborda el amor, la guerra, la pérdida y el recuerdo.
Basado en el éxito de ventas, y anunciada como “la voz de una generación”, el libro se ha convertido en el testimonio clásico de La Gran Guerra, desde el punto de vista de una mujer; al tiempo que abarca vastos temas:
Juventud, esperanza, sueños, inutilidad, y cómo dar sentido a los tiempos más oscuros; por lo que es un testimonio clave para comprender la parte humana de La Primera Guerra Mundial, que sigue resonando porque, ante todo, es una historia personal, de cómo una persona enfrenta la tragedia, y se eleva por encima de ellos.
La historia comienza en la primavera “edwardiana” de 1914, con Vera Brittain, una joven feminista, decidida a rendir exámenes para Oxford, en contra de los deseos de sus padres conservadores.
Ella es alentada e inspirada por su hermano y sus amigos, particularmente por el brillante Roland Leighton, quien comparte su sueño de ser escritora.
Pero sus esperanzas para Oxford con Roland, se convierten en polvo cuando se declara la guerra, y todos los jóvenes se alistan; tanto que ella misma abandona su sueño de escribir, y se convierte en enfermera.
Lo que sigue es una historia de amor intenso y urgente entre Vera y Roland, interrumpida por la guerra, cuando Vera se acerca cada vez más al Frente, y finalmente alimenta a los soldados alemanes, quienes la ayudan a reconocer la inutilidad de la guerra.
A través de Vera, vemos el amor juvenil sacudido por las pérdidas fatales y la abrumadora marea de la historia, ya que uno por uno, los más cercanos a ella se van muriendo…
Sin embargo, la historia de Vera también es de supervivencia, ya que ella regresa de la guerra decidida a encontrar un nuevo propósito, y mantener la fe con aquellos que ha perdido, estimulándola hacia un poderoso acto de recuerdo.
Y es que a pesar de la pérdida sufrida y la experiencia traumática como enfermera en El Frente, Vera retomó sus estudios en Oxford, y adquirió el valor para reflexionar sobre las huellas imperecederas que deja el peor monstruo inventado por los seres humanos; y su ahínco para no “olvidarlos”, pues no podía ni lo haría, se materializó en una obra literaria que sigue manteniendo el mismo sentido que el que motivó su concepción en su día:
“Testament Of Youth”
De esa manera, la película sigue los ritos de paso de Vera a través de la guerra, y a través de sus experiencias en tiempos de conflicto bélico, y entendemos cómo ella continuó escribiendo una de las memorias definitorias de su edad, dando voz a una generación perdida; donde muchos elementos de la película, como las cartas clave del Frente, y los poemas de Roland, son auténticos; y es el hecho de que Testament Of Youth es un testimonio genuino de un testigo que da a la historia su poder; por eso, la película aborda el período comprendido entre 1913 y 1925, mostrando al inicio a una joven Vera, que en pocos minutos manifiesta su naturaleza inquieta, a pesar de pertenecer a una sociedad y época dónde el papel de las mujeres estaba relegado a la esfera doméstica.
Y en plena expansión del movimiento sufragista británico, ella no tiene más sueño que el de ingresar en Oxford, aunque no les otorgasen título a las mujeres, y poder convertirse en escritora.
Con esos temas, el director James Kent, debuta en el cine después de 25 años fogueándose en la televisión británica, en un tipo de cine mal llamado “academicista”, que contiene todo lo bueno y lo malo del cine británico; y tratándose de una película británica, la ambientación es impecable, qué duda cabe; que reflejaba la ingenuidad de una época bucólica para los protagonistas, así como la desazón y opresión cuándo la guerra llama a sus vidas.
Con un ritmo pausado, al servicio de un metraje que alterna diferentes episodios de la vida de la protagonista, logra evocar en el espectador las emociones contenidas; y siendo como es, una ópera prima de cine, el mérito de Kent es incuestionable; pero hay un par de detalles que posiblemente echarán para atrás a cierto tipo de espectadores:
Por un lado, la promoción de la película como si de una historia romántica entre los personajes de Vikander y Harington se tratase, no va a hacerle ningún favor.
Es cierto que hay una historia de amor, pero es tan relevante como pueda serlo la relación de la protagonista con sus padres, con su hermano o con sus amigos.
Es lisa y llanamente, una parte más de la historia de Vera, no la pieza central de la misma; al tiempo que contiene algo de “Gone With The Wind”, tanto del oscarizado filme en la narración y en algunas escenas, como de la autora Margaret Mitchell, en la historia de su novela de 1936; que curiosamente fue publicada 3 años después de la novela de Vera Brittain.
¿Habrá Mitchell leído las memorias de Vera?
Por otra parte, la película tiene una narración muy al estilo del filme “Atonement” (2007) de Joe Wright, especialmente al describir los horrores de la guerra.
Pero Kent y el director de fotografía Rob Hardy, encuentran una belleza lírica en la muerte, lo que hace que los eventos en la pantalla sean aún más impactantes.
Y claro está, la película es típicamente británica, en el sentido de que todo se procesa sutilmente, y las revelaciones se presentan en capas; también se trata de una producción de prestigio, magníficamente montada, lo cual no es sorprendente, ya que el drama de época es un género en el que sobresale el país; pero a diferencia de muchos dramas británicos de labios superiores rígidos, Testament Of Youth tiene una verdadero núcleo de emoción.
En ese sentido, Kent y su talentoso elenco, logran evocar el anhelo del amor joven y el impacto abrumador de la pérdida del ser querido en la misma medida; pero al ser un filme con un marco histórico importante, también padece de anacronismos:
Cuando Roland y Vera se encuentran a fines de 1914, antes de irse a Francia, la tía Belle se da cuenta de que Roland está enfermo, y habla de cómo la influenza está desgarrando a las tropas, y en todos los periódicos “lo llaman Influenza Española”
Pero el primer caso conocido de lo que más tarde se llamaría Gripe Española fue en marzo de 1918, y los informes de La Peste fueron celosamente reprimidos en la prensa de las naciones beligerantes, por temor a que dañara la moral.
La única razón por la cual la enfermedad, que en realidad fue documentada por primera vez en Kansas, se llamaba “Gripe Española” porque España era neutral en la guerra, y los periódicos españoles eran libres de informar los casos, dando la impresión equivocada de que España fue golpeada primero y más duro por la enfermedad.
También, en varias escenas ubicadas en las trincheras al comienzo de la guerra, los soldados llevan cascos en lugar de gorras de servicio.
Los cascos no se introdujeron hasta fines de 1915, y su uso no fue generalizado hasta principios de 1916.
Las botellas de champán en la escena de la celebración del armisticio, al comienzo y al final de la película, tienen cuellos hechos para sostener las tapas de las copas durante la fermentación secundaria.
Esta técnica no se introdujo hasta aproximadamente 1960.
Aunque Vera Brittain se casó con el científico político y filósofo inglés, Sir George Edward Gordon Catlin en 1925, en realidad nunca se conocieron durante o inmediatamente después de la guerra, como se muestra en la película.
George Catlin fue voluntario al comienzo de la guerra, pero fue rechazado; y sirvió en Bélgica como soldado al final de la guerra.
Pero en los aspectos destacables, tenemos el eterno dilema que una situación de guerra produce en el amor, en la poesía y en la sensibilidad.
Por ejemplo, el poema de Roland, “Violetas” se refiere a Plugstreet Wood, un bosque que fue escenario de feroces combates al comienzo de la guerra en los Campos de Flandes; y que hoy en día contiene varios Cementerios de Guerra del Commonwealth y El Monumento a Los Desaparecidos de Plugstreet.
Sin embargo, Roland fue asesinado en la construcción de La Batalla del Somme en Louvencourt, a unos 100km al sur de Plugstreet.
Como dato, de enero a mayo de 1916, El Teniente Coronel, Winston Churchill, sirvió en Plugstreet Wood como Comandante del 6° Batallón del Royal Scots Fusiliers; y en 1963, la aldea de Plugstreet fue transferida de Flandes a Valonia, como resultado de la ley de área lingüística de Bélgica.
Del reparto, Alicia Vikander lleva sobre sus hombros el peso de la historia, y sale triunfadora en el desempeño; y resulta fascinante verla con la enorme expresividad de su rostro, que consigue absorber al espectador cada vez que aparece.
Como Vera es una revelación, ya que es un personaje un tanto alocado, visto en casi todos los cuadros de la película, y un personaje difícil de lograr, incluso para una actriz más experimentada, pero Vikander logra esto con aplomo, logrando el equilibrio correcto entre fuerza y fragilidad... tanto así que 1 año después, su actuación sería galardonada con un premio Oscar de Reparto por “The Danish Girl”
Y aquí, el trabajo de Vikander es lo mejor de la película junto a algunos actores realmente potentes:
El casi debutante Taron Egerton, que consigue retratar lo más parecido a un muchachote de Iowa en versión inglesa-edwardiana, con una sutil homosexualidad reprimida en su personaje, que logra empatizar.
Bastante bien parado salen también Colin Morgan, como Victor, el otro pretendiente de Vera, y por increíble que pueda parecer, Kit Harington, que consigue resultar más expresivo en 5 minutos aquí que en muchas de las temporadas de “Game Of Thrones”, no es que de golpe se haya convertido en Daniel Day-Lewis, pero su mejora es notable.
Como dato, para retratar a Victor Richardson, cegado por la guerra, Colin Morgan entrevistó a varios hombres y mujeres con ceguera; y se puso en contacto con el Blind Veterans UK, y pasó un día en El Centro de Brighton de la organización benéfica, donde recibió el mismo entrenamiento que los veteranos ciegos, con los ojos vendados.
Un dato curioso es que para lograr que los extras actuaran de manera urgente y emocional en la estación de trenes donde Vera y Roland se despiden, el director James Kent, arremetió contra la música house fuerte, con grandes parlantes.
La yuxtaposición inicial fue tan desagradable, que Kit Harington estuvo a punto de echarse a reír.
En definitiva, Testament Of Youth es un notable drama de principios de siglo XX, gracias a una excepcional recreación de la época, todo es debido al vestuario de Consolota Boyle, a la dirección artística de Jon Henson, y a la esmerada fotografía de Robert Hardy, donde hay planos muy duros; como un plano cenital de la protagonista rodeada de infinidad de cuerpos heridos tendidos en el suelo, porque no hay sitio en los barracones, una escena que recuerda a “Gone With The Wind” (1939)
Además, la película intenta mostrarnos el sin sentido de la contienda, y las consecuencias para los ciudadanos de a pie, y de no tan a pie; así como constatar la manipulación de los medios, pues los periódicos también mentían en 1914, pues uno de los protagonistas comenta que quiere ir a la guerra, porque la prensa dice que no durará mucho…
Las escenas de las enfermerías son impresionantes; y desgraciadamente creo que son muy fieles a la carnicería que eran los hospitales de guerra por aquella época.
Realmente todo está bien retratado en el ambiente; y hay un momento en que la cámara se recrea en los lugares donde han estado retozando los jóvenes:
En el lago, en la playa solitaria, al borde de los acantilados... y no aparece nadie.
Todo un manifiesto contra la guerra, porque hay un silencio atronador.
Es todo quietud y vacío.
La quietud y el vació que deja la muerte.
Realmente impresionante, y creo que esa es uno de los mejores logros de la película, llamar a la reflexión; porque Testament Of Youth es un emocionante retrato de una generación perdida, y una descarnada evocación sobre el sinsentido de la guerra, el trauma y las consecuencias dramáticas que sufren aquellos que participaron en la misma.
Pero también es un relato pacifista, que es muy fácil que cale hondamente, sobre una mujer que no quiere más muertes ni más guerras, y que siente dolor tanto por los de un bando, como por los del otro, porque el dolor es el mismo, y el juramento hipocrático cubre a todos los seres humanos.
Por último, la banda sonora fue compuesta por Max Richter, después que Mark Bradshaw abandonara el cargo.
“Down the long white road we walked together.
Down between the grey hills and the heather.
You seemed all brown and soft, just like linnet.
Your errant hair had shadowed sunbeams in it.
And there shone all April in your eyes”
La Primera Guerra Mundial ha sido poco tratada por el cine, a pesar de contar con momentos y personajes tremendamente cinematográficos.
Si echamos un vistazo, salen apenas un puñado de películas que tengan esta contienda como telón de fondo, y, especialmente en los últimos años, la mayoría de ellas han venido de Europa.
No es extraño, dado que el continente europeo fue el territorio más afectado por la “guerra que iba a acabar con todas las guerras”
Y aunque generalmente se cita a Francia como el país que más sufrió sus efectos, basta pasarse por las calles de Londres un noviembre cualquiera, para darse cuenta de que fue Gran Bretaña el lugar que más mantiene la memoria de lo ocurrido.
Las celebraciones del centenario del inicio de La Guerra han sido desde 2014, más que una celebración, un duelo por todo aquello que se perdió; y como parte de esa “celebración triste”, hay planeados toda una serie de proyectos audiovisuales, en radio, televisión y cine, la mayoría bajo el ala de la BBC, que irán viendo la luz a lo largo de 4 años, hasta que en este 2018 se cumpla El Centenario del Armisticio.
De los personajes de “Testament Of Youth”:
Tras resultar gravemente herido durante un ataque en Arras el 9 de abril de 1917, Victor Richardson estaba al frente de su pelotón, cuando recibió una bala en la cabeza; a lo que su Comandante le escribió a sus padres:
“Tienen buenas razones para estar orgulloso de él... hizo lo mejor que pudo y fue también lo mejor.
He enviado su nombre para que reciba La Cruz Militar, y no tengo dudas de que lo conseguirá”
Richardson fue enviado de regreso a Londres, donde recibió tratamiento especializado en El Hospital General de Londres Nº 2, en St. Mark's College, Chelsea.
Edward Brittain lo visitó en el hospital, y luego le escribió a su hermana, Vera, sobre su condición:
“Todavía no se sabe si Victor morirá o no, pero su ojo izquierdo fue retirado en Francia, y el especialista que lo vio cree que es casi seguro que la vista del ojo derecho también se haya ido...
Se nos dice que puede permanecer en su estado actual durante una semana.
No creo que vaya a morir de forma repentina, pero por supuesto, el cerebro debe estar lesionado, y depende de qué tan mal la lesión es.
Me inclino a pensar que sería mejor que él muriera, preferiría morirme antes que perder todo lo que amamos más, pero creo que difícilmente negociamos eso.
La vista es realmente un regalo más precioso que la vida”
Por su parte, Geoffrey Thurlow fue asesinado en acción, en Monchy-le-Preux, el 23 de abril de 1917, a los 22 años de edad.
Edward le escribió a Vera Brittain sobre Thurlow:
“Siempre un amigo espléndido con un corazón espléndido, y un hombre que no olvidaremos ni tú ni yo por más o menos el tiempo que podamos vivir.
Querida niña, no hay nada más que decir; hemos perdido casi todo lo que había que perder, y lo que hemos ganado.
Verdaderamente como dices, tiene un patriotismo desgastado muy raído”
A lo que Vera respondió:
“No puedo decirte cómo voy a extrañar a Geoffrey.
Creo que me quiso más que a nadie, más que a Roland y a ti.
En cuanto a ti, no me atrevo a pensar en lo solo que debes sentirte con él muerto, y Victor quizás peor; porque me hace demasiado impaciente el tiempo que debe transcurrir antes de que pueda verte, puede que incluso no sea capaz de comenzar durante semanas.
Geoffrey y yo nos habíamos hecho muy amigables en las últimas cartas, y solíamos escribir en al menos una vez a la semana...
Después de Roland, él era la persona más directa, más sólida, más recta e idealista que he conocido”
Vera Brittain decidió regresar a casa después de la muerte de Geoffrey Thurlow, y tras las graves lesiones sufridas por Richardson.
Edward Brittain fue a visitar a Richardson, y el 7 de mayo le contó a su hermana:
“Le dijeron el miércoles pasado que probablemente nunca vuelva a ver, pero está maravillosamente alegre...
Es perfectamente sensato en todos los sentidos, y no creo que exista la menor duda de que va a vivir.
Dijo que los últimos días han sido bastante amargos.
Él mismo no ha perdido la esperanza de su vista”
Aproximadamente a esa hora, Victor recibió la visita de un oficial de la organización benéfica de San Dunstan para los militares ciegos, y expresó su intención de aprender Braille, y entrar a la iglesia.
Más tarde, Vera llegó a Londres el 28 de mayo de 1917, y pasó los siguientes 10 días junto a la cama de Richardson.
Los que estaban cerca de Victor en ese momento, sintieron que Vera tenía la intención de casarse con él, y dedicar su vida a cuidarlo.
Como señalan los allegados:
“Sus facultades mentales parecían no estar dañadas de ninguna manera.
El 8 de junio, sin embargo, hubo un cambio repentino en su estado.
En la mitad de la noche experimentó una pequeña explosión en la cabeza, y posteriormente se angustió y desorientó.
Para cuando su familia llegó al hospital, Victor se había vuelto delirante”, y murió de un absceso cerebral, el 9 de junio de 1917, a los 22 años de edad.
Su premio póstumo de La Cruz Militar, fue dado el 15 de junio; siendo enterrado en la tumba de su madre, en El Cementerio Hove Old Shoreham Road.
Por su parte, Edward Harold Brittain fue nombrado Capitán temporal en agosto de 1917, y fue enviado al frente italiano con La 11ª Sherwood Foresters en noviembre.
Vio a su familia por última vez con licencia, en enero de 1918; y el 15 de junio, en la meseta de Asiago, El Capitán Brittain recibió un disparo en la cabeza, muriendo durante un contraataque matutino contra una ofensiva austriaca, durante La Batalla del río Piave.
No obstante, en junio de 1918, los censores del ejército leyeron una carta de Brittain, que indicaba que había tenido relaciones homosexuales con hombres en su compañía.
Su Comandante, El Teniente Coronel Charles Hudson, fue notificado de que Brittain sería sometido a Consejo de Guerra cuando saliera de la línea.
Le dijeron a Hudson, que no advirtiera a Brittain, pero de todos modos lo advirtió oblicuamente.
Su Comandante creía que Brittain se puso en peligro para evitar una Corte Marcial y la vergüenza que esto podría traer a su familia.
La madre de Edward, luego le reveló a Vera, que Edward había estado involucrado en actividades homosexuales mientras estaba en Uppingham.
Hudson evadió las preguntas de Vera Brittain cuando lo visitó en el hospital en 1918, pero le contó sus sospechas después de que se publicara “Testament Of Youth” en 1933.
Inicialmente se mostró reacia a creer que su hermano se había expuesto deliberadamente al peligro, pero finalmente creyó la interpretación de los hechos de Coronel, y los ficcionalizó en su novela “Honorable Estate”
Y mientras investigaba la biografía autorizada de Vera Brittain, Mark Bostridge localizó a Miles, el hijo de Hudson, y se le permitió leer el relato de Hudson sobre los últimos días de Edward Brittain.
En 1995, Bostridge publicó detalles de su descubrimiento en “Vera Brittain: A Life”
Edward Brittain está enterrado en el cementerio británico Granezza en Asiago Plateau en Italia.
Edward murió a la edad de 23 años.
Finalmente, Roland Aubrey Leighton murió de heridas, el 23 de diciembre de 1915, a la edad de 20 años, aunque su lápida dice incorrectamente que tenía 19 años.
Había recibido un disparo de un francotirador, y sufrió una lesión abdominal y espinal catastrófica, mientras inspeccionaba el cable, a plena luz de La Luna, frente a una trinchera en Hébuterne, Francia.
Sus últimas palabras en el campo de batalla fueron:
“Me dieron en el estómago y es malo”, antes de que la morfina lo hiciera semiconsciente.
Leighton se sometió a una cirugía abdominal de emergencia en Louvencourt, pero solo sobrevivió por un corto tiempo.
Su entierro se llevó a cabo en La Iglesia de Louvencourt; y está enterrado en el cementerio de La Comisión de Commonwealth War Graves en Louvencourt, cerca de Doullens.
El biógrafo de Vera Brittain, Mark Bostridge, ha informado que la tumba de Leighton a menudo está cubierta por violetas en homenaje a un poema que escribió para su prometida:
“Violetas de Plug Street Wood, querida, que te envío de ultramar.
Es extraño que sean azules, azules, cuando la sangre que lo bañaba era roja, como crecían cerca de su cabeza:
Es extraño que sean azules.
Piensa en lo que han significado para mí:
Vida y esperanza, y Amor y Tú, y no las viste crecer allí donde estaba su cuerpo abatido escondiendo los horrores a la luz del día; cariño, fue mejor así.
Violetas de ultramar, para ti querida, lejana, olvidada tierra, estas que te envío como memoria sabiendo que entenderás”
Vera Brittain escribió varios poemas que conmemoran la vida de Leighton que se publicaron en su obra de 1918, “Versos from a V.A.D.”, y su volumen posterior “Because you died” pero ella lo inmortalizó en su libro de memorias “Testament Of Youth”, donde muchas de las cartas de Leighton están incluidas en “Letters from a Lost Generation”, que es una recopilación de sus cartas sobre tiempos de guerra, editada por Alan Bishop y Mark Bostridge, publicada en 1998.
Mientras que “Chronicle of Youth” contiene sus diarios de 1913 a 1917, incluye entradas sobre Leighton y su relación, extractos de sus cartas del campo de batalla y su poesía.
Su madre publicó anónimamente una memoria de él llamada “Boy of My Heart” en 1916.
Mientras que Leighton es conmemorado en el monumento a los caídos en la capilla de la escuela en Uppingham y, aunque no tomó su lugar en el Merton College, su nombre se encuentra en el monumento a los caídos allí.
De esa manera, tras tanta muerte cercana, al regresar a Oxford después de la guerra, Vera Brittain encontró difícil ajustar su vida en la generación de la posguerra; y fue en esta época que conoció a Winifred Holtby, e iniciaron una amistad al compartir la aspiración de establecerse en la escena literaria londinense, tan amigas se hicieron, que muchos las llegaron a ver como “lesbianas”, en una amistad duró hasta la muerte de Holtby, en 1935.
Pero para 1925, Brittain se casó con George Catlin, un científico político y filósofo, tras un noviazgo que comenzó por correspondencia, mientras ella estaba siguiendo su propia carrera como escritora en Gran Bretaña; el matrimonio soportó muchas separaciones… sin embargo tuvieron 2 hijos:
John Brittain-Catlin, cuyas memorias “Family Quartet” aparecieron en 1987; y la política británica, Shirley Williams, nacida en 1930.
Para los años de 1920, Vera se convirtió en oradora regular de La Sociedad de Naciones, pero en junio de 1936, fue invitada a hablar en una manifestación por la paz en Dorchester, donde compartió plataforma con Dick Sheppard, George Lansbury, Laurence Housman y Donald Soper.
Después, Sheppard la invitó a unirse a la Peace Pledge Union y, tras 6 meses de reflexión, respondió en enero de 1937, para decir que aceptaría.
Más tarde, Vera también se afilió a La Sociedad Anglicana Pacifista.
Su pacifismo destacó durante La Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó la serie de “Letters to Peacelovers”; siendo una pacifista práctica en el sentido de que ayudó en el esfuerzo de guerra al trabajar como voluntaria y viajar alrededor del país recaudando fondos para la campaña de ayuda alimentaria del Peace Pledge Union; fue vilipendiada por hablar en contra de los bombardeos aéreos de ciudades alemanas por medio de su libro de 1944, “Massacre by Bombing”
Su posición de principio pacifista, fue algo reivindicada cuando, en 1945, El Libro Negro de Los Nazis, que contenía una lista de 2.000 personas que debían ser inmediatamente arrestadas después de la invasión alemana a Gran Bretaña, incluía su nombre.
Desde la década de 1930 en adelante, Vera Brittain fue colaboradora habitual de la revista pacifista Peace News; y eventualmente se convirtió en miembro del consejo editorial de la revista, y durante los años 50 y 60 estuvo escribiendo artículos contra el apartheid y el colonialismo, y en favor del desarme nuclear.
En noviembre de 1966, Vera sufrió una caída en una calle mal iluminada de Londres, mientras estaba en camino a una conferencia.
Cumplió el compromiso, pero después encontró que había sufrido una fractura de brazo izquierdo, y del dedo meñique de la mano derecha.
Estas lesiones iniciaron un declive físico en el que su mente se volvió más confusa y retraída.
Y es que Vera Brittain nunca se sobrepuso del todo de la muerte de su hermano Edward, su prometido y sus amigos; y cuando ella murió en Wimbledon el 29 de marzo de 1970, a los 76 años, su testamento pedía que sus cenizas fueran esparcidas en la tumba de Edward en Italia:
“...por cerca de 50 años, buena parte de mi corazón ha estado en ese cementerio de pueblo italiano”
Su hija honró esta petición en septiembre de 1970; y después de la muerte de Vera, su esposo se volvió a casar en 1971; y murió en 1979, a la edad de 82 años.
El archivo de Vera Brittain fue vendido en 1971 a la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario.
Una colección adicional de documentos, recopilados durante la redacción de la biografía autorizada de Brittain, fue donada a Somerville College, Oxford, por Paul Berry y Mark Bostridge.
Un libro de Bostridge, titulado “Vera Brittain and The First World War. The Story of Testament Of Youth” fue publicada por Bloomsbury en diciembre de 2014, donde analiza las primeras versiones del libro a raíz de esta nueva adaptación cinematográfica.
Así las cosas, La Primera Guerra Mundial cambió la vida de millones de personas, e hizo notable cómo la juventud murió, de ahí el precioso título de la novela y de esta historia testimonial, de un libro que todavía es un hito histórico antibelicista.
“If this word should turn out to be a “Te moriturum saluto” perhaps it will brighten the dark moments a little to think how you have meant to someone more than anything ever has or ever will.
What you have striven for will not end in nothing, all that you have done and been will not be wasted, for it will be a part of me as long as I live, and I shall remember, always”
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