David e Golia

“La più grande storia al mondo di fede e coraggio!
La storia di David, il pastorello che divenne Re”

Todos conocemos la historia de David y Goliat recogida en La Biblia; y aunque no la hayamos leído, sabemos bien lo que significa:
Es la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso, un recuerdo de que aunque tengamos todo en nuestra contra, siempre habrá posibilidades de salir triunfante; y es una peculiar metáfora que se ha extendido por todo el planeta, en cuanto que da forma al universal anhelo de poder decidir nuestra suerte por nuestra propia mano, sin encontrarnos sometidos a influencias externas.
David y Goliat es una historia bíblica que aparece en El Libro de Samuel, la cual cuenta la batalla desigual que sostienen estos 2 personajes; cuyo origen de este mito comienza cuando el primer monarca del Reino de Israel, El Rey Saúl, desobedece a Dios, quien le había encargado destruir a todos los amalecitas, o amalequitas que se habían enfrentado a él en La Batalla de Michmash.
Como Saúl no lo hizo, perdió el don de Dios, y dejó de ser “el ungido”, el elegido para gobernar Israel; entonces, el profeta Samuel recibió instrucciones divinas de buscar en Belén a un pastor llamado Jesé, porque uno de sus hijos sería el nuevo “ungido”, y él lo sabría con solo verlo.
Dado que el profeta Samuel no podía separarse de Saúl, o recibiría un castigo por parte de este, le mintió diciéndole que debía viajar para realizar un sacrificio en la lejanía.
Es así como Samuel logra salir del Castillo de Saúl y ponerse en busca del nuevo “ungido”; y en Belén, tal y como le había sido comunicado, encuentra al pastor Jesé, a quien le invita a presentarle a sus hijos.
Este le presento uno a uno, a 7 de sus hijos, pero ninguno resultó ser “el elegido”
Así que Samuel le preguntó si tenía algún otro hijo, y Jesé le presentó a David, el menor de toda su descendencia.
El profeta supo de inmediato que estaba ante el nuevo “ungido”, quien era un joven rubio, prudente y de buen aspecto.
David se traduce del hebreo como “el amado” o “el elegido de Dios”, que posteriormente sería un rey israelita, sucesor de Saúl, y segundo monarca legítimo del Reino de Israel; y que logró unificar su territorio e incluso expandirlo hasta comprender las ciudades de Jerusalén y Samaria, Petra, Zabah y Damasco.
La historia de David figura en La Biblia, en Los Libros del profeta Samuel y en El Libro de Los Salmos; siendo David uno de los grandes gobernantes de Israel y padre de otro de ellos, como Salomón; siendo venerado como Rey y profeta en el judaísmo, el cristianismo y el islam.
David es considerado como un justo, valiente, apasionado; guerrero, músico y poeta, pero también no exento de pecados.
Según La Biblia, la condición de pastor llevó a David a estar preocupado por defender a sus rebaños de los ataques de fieras salvajes y, utilizando su talento, se servía del cayado y una honda; y debido a la gracia de Dios, David obtuvo el cargo de músico al servicio del Rey Saúl para tocar el arpa; y era tan bueno haciéndolo, que le agradó al Rey israelí.
De esa manera, mientras Israel estaba bajo el mando de Saúl, también estaba en guerra con el pueblo filisteo.
Un soldado de esta comunidad, Goliat de Gat, descrito en La Biblia por Samuel como un gigante, pues medía 6 codos más un palmo de altura, retó al ejército de Israel, hostigándolos durante 40 días para que enviaran al más fuerte de sus guerreros a enfrentarse con él.
Y es que Goliat era extraordinariamente alto para la media, incluso para los estándares actuales; y los escritos cifran su estatura en 2,9m; su cota de malla de cobre pesaba 5.000 siclos, unos 57kg, y la hoja de hierro de su lanza 600 siclos, unos 6,8kg.
Por ello además, Goliat y sus hombres estaban tan convencidos de su victoria, que si algún israelí aceptaba el duelo, y lograba vencerlo dándole muerte; los filisteos pasarían a ser esclavos de los israelís; pero por el contrario, si él ganaba, el pueblo de Israel pasaría a ser esclavizado por Goliat y sus hombres.
Temerosos por las descomunales proporciones de Goliat y por aquello que estaba en juego, ningún soldado del ejército israelí se decidía a enfrentar el desafío.
Mientras tanto, Jesé le había encargado a David que fuera a visitar al campamento israelí a sus hermanos, que eran soldados bajo las órdenes de Saúl.
Es en esto cuando David escuchó a Goliat desafiando al ejército, y decidió ir con Saúl para preguntarle si él podía enfrentarlo.
El Rey Saúl aceptó, y le dio su armadura, pero esta no le quedó bien…
Es por esto que David salió al encuentro con su ropa habitual de pastor, y armado únicamente con una honda, con la que solía defender a su rebaño de ovejas de los lobos; y en el camino tomó 5 piedras y se plantó frente a Goliat, quien se burló al verlo.
El hijo más joven de David, proclamó entonces:
“Toda La Tierra ha de saber que hay Dios en Israel.
Y toda esta asamblea sabrá que no es por la espada ni por la lanza que salva Yahveh, porque Yahveh es la guerra, y nos entrega en nuestras manos”
Acto seguido, David coloca una de las piedras en su honda y la lanza a Goliat, dándole en la mitad de la frente.
Goliat cae por el golpe recibido, y su contrincante aprovecha para decapitarlo con su propia espada.
Luego de esto, David logró la confianza tanto del pueblo israelita como de los hijos de Saúl, Jonathan y Mical, quien sería su esposa.
Este hecho hizo que El Rey Saúl se sintiera amenazado y mandara perseguirle…
Entonces, David huyó hacia el desierto con un grupo soldados y aceptó refugiarse en la ciudad de Siclag, gracias al favor del Rey de los filisteos, Aquis de Gat.
Vaya ironía… y en la batalla que sostuvieron estos en Gilboa contra Israel, y de la que no pudo hacer parte David, murió Saúl y Jonathan, su hijo; por lo que el trono quedó vació.
David quiso hacerse Rey entonces, pero sus detractores trajeron a un pariente lejano de Saúl para que gobernara, Isboset; pero este no pudo ocupar el puesto de Rey porque fue asesinado por 2 servidores de David, quienes a su vez fueron asesinados por obrar por su propia cuenta, y en contra de los deseos del “ungido”
Para evitar conflictos con los filisteos y los israelís, David buscó una ciudad neutral, y la encontró en Jebús, haciéndose Rey ahí, y luego renombrándola como Jerusalén, cuando logró unificar las 12 tribus de Israel.
David murió aproximadamente a los 70 años, y fue enterrado en La Ciudad de David, futura Jerusalén; gobernó 40 años sobre Israel, 7 en Hebrón y 33 en Jerusalén.
Por su parte, en el cine, los italianos usaron a Goliat como un superhéroe de acción en una serie de películas bíblicas de aventuras, los famosos péplum a principios de los años 60; y presentándolo que poseía una fuerza increíble, y las películas eran similares en el tema de Hércules y Maciste.
Después de que el clásico “Hercules” (1958) se convirtiera en una sensación de gran éxito en la industria cinematográfica, la película de Steve Reeves “Terrore dei Barbari” (1959) fue retitulada “Goliath and The Barbarians” en los Estados Unidos, después de que Joseph E. Levine afirmara derecho al nombre de Hércules; la película fue tan exitosa en la taquilla, que inspiró a los cineastas italianos a hacer una serie de 4 películas más con un héroe llamado Goliath, aunque las películas no estaban realmente relacionadas entre sí.
La película italiana de 1960, “David e Golia”, protagonizada por Orson Welles, no fue una de ellas, ya que esa película fue una adaptación directa de la historia bíblica; por lo que los 4 títulos de la serie italiana “Goliath” fueron los siguientes:
“Goliath contro i giganti” (1960) protagonizada por Brad Harris; “Goliath e la schiava ribelle” (1963) protagonizada por Gordon Scott; “Golia e il cavaliere mascherato” (1964) protagonizada por Alan Steel; y “Golia alla conquista di Bagdad” (1964) protagonizada por Peter Lupus.
De esa manera, el nombre de Goliath se insertó más tarde en los títulos de otras 3 películas italianas “de musculosos” que fueron retituladas para su distribución en los Estados Unidos, en un intento de sacar provecho de la locura de Goliath, pero estas películas no se hicieron originalmente como películas de Goliat en Italia.
Tanto “Goliath and The Vampires” (1961) y “Goliath and the Sins of Babylon” (1963) en realidad presentaban al famoso superhéroe Maciste en las versiones italianas originales, pero los distribuidores estadounidenses no sentían que el nombre Maciste tuviera ningún significado para el público estadounidense.
Mientras “Goliath and the Dragon” (1960) fue originalmente una película italiana de Hércules, titulada “The Revenge of Hercules”
Además, Goliat aparece en el cortometraje de animación de Walt Disney Productions, “Goliath II” del año 1960; donde se muestra a los 2 personajes de la parábola, en la que el elefantito con su temor, el cual equivale a David, consigue enfrentarse al ratón; el cual equivale a Goliat.
Aunque ninguno de los films se refieren a la época ni al personaje origen del nombre, sino a un forzudo y aventurero ficticio, situado en una época varios siglos después, posterior incluso a la del Imperio Romano.
“Geova ti darà oggi nelle mie mani, ti conquisterò e ti taglierò la testa”
David e Golia es una película de aventura del año 1960, dirigida por Ferdinando Baldi, Richard Pottier y Orson Welles.
Protagonizada por Orson Welles, Ivica Pajer, Hilton Edwards, Massimo Serato, Eleonora Rossi Drago, Giulia Rubini, Pierre Cressoy, Furio Meniconi, Kronos, entre otros.
El guión es de Gino Mangini, Ambrogio Molteni, Emimmo Salvi y Umberto Scarpelli; basados en el relato bíblico de David contra Goliat del Libro 1 de Samuel 17:4-51
Nuevamente La Biblia tiene mucho que contar; y esta historia es fácil de narrar, pero en esta versión cinematográfica, los escritores han agregado, amor, conflicto familiar interno, ambición y celos reales; pero siempre con la fórmula del líder tratando de detener el elegido de Dios; con los pecados de la gente de Israel, grandes escenarios y decorados, y por supuesto, los héroes de aspecto perfecto; y todo ello en tan solo 90 minutos.
Pero como curiosidad, David e Golia explora el lado opuesto de los filisteos preparándose para la guerra contra Israel, un aspecto que generalmente no se cubre en las historias de La Biblia.
Que la dirección incluya a Orson Welles, es porque él que se dirigió a sí mismo en sus propias escenas en esta epopeya bíblica; como película, tiene un presupuesto sorprendentemente bajo, y se decanta más como una obra política, por Welles, que como el tipo de espectáculo básico por el que se conoce al péplum; no obstante, aquí se cortaron 18 minutos para la versión en los Estados Unidos por una razón desconocida, o de alto secreto para el público en general.
Se rodó en Israel y Yugoslavia; y todo inicia cuando los filisteos declaran la guerra a los hebreos, y rompen El Arca de La Alianza.
Saul (Orson Welles), Rey de Israel, ha perdido el favor de Jehová Dios, y vive perturbado porque sus enemigos que le han robado El Arca de La Alianza; regidos por El Rey de Los Filisteos, Asrod (Furio Meniconi), que aprovecha para desafiarlo; pero el profeta Samuele (Hilton Edwards) no le puede remediar nada…
Mientras El Rey escucha a los profetas que le anuncian que “el nuevo rey” será un pastor llamado David (Ivica Pajer), pero antes, este joven deberá enfrentarse al gigante Golia (Kronos), el más fuerte de los filisteos.
Saul tiene como consejero a su primo, El Comandante Abner (Massimo Serato), un intrigante que recela de David, pero la misma será una victoria amarga para El Rey.
En realidad David e Golia es una especie de lucimiento para ver el carácter interpretativo de Orson Welles en Europa, por lo demás, técnicamente la película no aporta nada nuevo en artes cinematográficas, y mucho menos en actuaciones adicionales.
El reparto, eso sí, lo componen estrellas en su mayoría italianos y pocos conocidos de la época; y como película está planteada como pseudo espectáculo con trasfondo épico pero sin ningún tipo de pretensiones, y la convierte en una más entre las muchas producidas de la década de los 60, hechas inclusive con muy poco interés en ahondar en los dramas humanos; al tiempo que David e Golia no pasa la prueba con los eruditos bíblicos, ni con algunos de los amantes del péplum; aunque todavía los fanáticos de Orson Welles querrán ver esta película para ver cuando un gran talento puede elevar incluso un filme de baja calidad a un nivel de cierta respetabilidad.
“Vieni contro di me con spada, lancia e giavellotto; ma vengo contro di te nel nome del Signore degli eserciti, il Dio degli eserciti d'Israele, che tu hai provocato”
No solo de romanos vive el péplum; y a finales de la década de los 50, el cine épico mundial se desarrollaba bajo el dominio y la influencia de las multimillonarias producciones hollywoodienses de contenido bíblico o hagiográfico; y también contemporáneo, al renacer del género “de forzudos” en Italia a partir del éxito de “Hercules” (1958), al que le seguirían múltiples versiones e imitaciones bajo otros antropónimos; incluso con los mismos intérpretes como Steve Reeves, el hombre del tupé de hierro y la barba trazada a escuadra y cartabón; y entre ellos, Goliat y un sinfín de filmes sobre su personaje.
Y como unión de ambos universos míticos, David e Golia surge en forma de lustrosa superproducción, dentro de los medios de la industria transalpina, más limitados, en la que se recupera el pasaje bíblico; siendo en general, una entretenida película “de espada y sandalia” que tiene más cosas en común con los espectáculos de “muscleman” hechos en Italia en ese momento, que con las épicas bíblicas superiores hechas por Hollywood en la misma época.
Aquí se sigue el patrón del mandatario viejo que ve sus dominios tambalearse, y aparece sangre nueva que intentará salvar la caída, pero siempre hay un consejero artero y conspirador, que intentará sabotearlo todo.
Para ello, se aferrará con fuerza al esquema de lucha entre la virtud y la depravación.
El guión, siempre secundario en este tipo de producciones, establece los pasos previos al combate entre 2 personajes maniqueos, representación del Bien y el Mal:
Un David mesiánico, rubio y lampiño, magnánimo, honrado y temeroso de Dios; frente al opuesto, un Golia corporeizado como un piloso troglodita, cuyas razones para matar con saña a los israelitas, pasan tan solo por la lujuria que en él despierta la promesa de una corte de sicalípticas beldades ofrecida por El Rey de Los Filisteos.
Así, el profeta Samuele predice que un nuevo Rey gobernará a Israel para consternación del Rey Saul y su primo y Comandante en jefe, Abner.
Y es que El Rey Saul ha tenido una racha de mala suerte desde el cautiverio filisteo del Arca, y teme al recién llegado, pero no sabe quién será el nuevo Rey...
El desprevenido pastor David, visita Jerusalén, donde es identificado como tal.
Y Abner decide probar su sabiduría, preguntando cómo los israelitas pueden evitar el edicto impuesto por los filisteos, de que los únicos que legítimamente pueden portar armas en el derrotado Israel, son los oficiales de La Corte de Saul y su guardia de Palacio; a lo que David responde que los filisteos no han puesto límites al número de oficiales o guardias de Palacio.
Mientras tanto, El Rey Asrod de Los Filisteos, trama otro ataque a las riquezas de Israel, esta vez acompañado por el temible gigante Golia.
Es curioso que David e Golia parezca una precuela del Rey David, pues acaba antes de que el futuro monarca israelí suba al poder, justo después de ganar la batalla contra los filisteos, con El Rey Saul en comuna con David.
De hecho Saul, según el texto bíblico lo describe como “poseído por la ira ante la admiración del pueblo y su propia familia hacia David”, y terminó por perder la razón.
Desesperado, invocó mediante la adivina de Endor al espectro de Samuele, quien profetizó la gran derrota del ejército de Saul, y también la muerte de este.
Al día siguiente, los filisteos vencieron al ejército israelita en la batalla del monte Gilboa y Saul, estando ya herido, y para evitar que lo capturasen, le pidió a su escudero que lo matara, pero como éste se negó, y Saul terminó por suicidarse.
Después de vencer al gigante, David consiguió la confianza de los criados y del pueblo, y se ganó la amistad de Jonathan (Pierre Cressoy) y el amor de Micol (Giulia Rubini) quien fue su primera esposa, y ambos eran hijos de Saul.
Y precisamente eso produjo los celos del Rey Saul, que ordenó capturarle; de esa manera David tuvo que huir al desierto con un escuadrón de 200 guerreros leales, y se convirtió en el paladín de los oprimidos.
Allí aceptó la protección del Rey filisteo, Aquis de Gat, enemigo de Israel, y situó a su familia y los suyos en la ciudad filistea de Siclag.
Cuando Aquis se fue a la guerra contra El Rey Saul, David no pudo acompañarle porque los otros nobles no confiaban en él; y esta batalla, que tuvo lugar en Gilboa, acabó con la vida del Rey Saul y de su hijo Jonathan, amigo de David.
La Casa de Saul, estaba pues prácticamente anulada, y David se dirigió a la ciudad de Hebrón, para ser nombrado Rey de Judá; pero los norteños no estaban de acuerdo con tal decisión, y buscaron a un descendiente lejano del difunto Rey para nombrarle como sucesor.
El escogido fue Isboset, al que nombraron Rey; y éste intentó ganarse la confianza del reino, pero 2 caudillos seguidores de David decidieron asesinarle en su propia casa.
Cuando se presentaron ante El Rey David, esperaban una recompensa, pero se encontraron con la muerte.
David no estuvo de acuerdo con la muerte de su enemigo, y decidió ejecutarles por asesinato.
En Hebrón, El Rey David no conseguía la confianza de los norteños, y decidió que, para unir a las 12 tribus israelitas, debía buscar una ciudad neutral donde gobernar.
Sin embargo, con la muerte del hijo del difunto Rey Saul, los ancianos de Israel se acercaron a Hebrón, manifestando lealtad a David, que por entonces tenía 30 años.
Esa ciudad neutral fue Jebús, que por entonces no estaba en manos de la gente de Judá, ni en manos de los israelitas del norte, sino ocupada por los jebuseos.
Una vez reconocido por los líderes de todas las tribus, David conquistó la fortaleza de Jebús, y la hizo su capital; una ciudad que pasó a ser conocida como La Ciudad de David, y posteriormente con el nombre de Jerusalén.
A pesar de contar con la figura del gran Orson Welles, y de que figure como “uno de los directores”, se nota que es un proyecto de coproducción, y no podemos imaginar si el gran Welles hubiera recreado la historia desde su particular visión de las pasiones humanas… y a pesar de todo, quizás por su figura de gigante cinematográfico, David e Golia no es péplum más, porque tiene unos medios de producción superiores a la época, y las escenas de batallas están bien realizadas, pero adolece al presentarnos el amor inicial de Saul por la figura del pequeño héroe de Israel, a la ira posterior y deseos abominables de muerte que destila El Rey caído en desgracia a los ojos de Dios y de sus profetas.
En la forma, David e Golia es por lo menos entretenida, no se alarga en su metraje como otros péplums, tiene una historia predecible, aunque con la particularidad que acaba antes de lo previsto; y posee unos escenarios bien exhibidos, sin alardes y sin penurias, con el vestuario propio en muchos casos de “cine soft” o porno, y sin diálogos trabajados o artificiosos; y en el fondo trata el sempiterno tema de la lucha del Bien contra el Mal, en el marco religioso católico, sin muchos matices, sin dimensión dramática, excepto la que intenta impregnar Welles en sus sentidas e intensas alocuciones, mientras el resto es todo plano, sumándose algunos momentos un tanto sonrojantes.
La puesta en escena resulta bastante buena, en su recreación péplum de los bíblicos tiempos, con una dirección artística de Oscar D’Amico, rodándose en Roma, en los Amato Studios e Incir De Paolis Studios; en Yugoslavia y Jerusalén, Israel; creando unos ampulosos decorados para representar la bulliciosa capital hebrea, y para el interior del Palacio del Rey Saul, sus ampulosas columnas, las estatuas, el vestuario de Orson Welles, siendo penoso su propio maquillaje, y el escenario del oasis que canta al más puro cartón piedra en un set de algún teatro, esto visualizado por la fotografía en Cinemascope de Carlo Fiore, sabiendo exponer en bonitas tomas generales la acción, los escenarios con gran gentío de extras, la batalla final, o como filma la batalla final, siendo singular el modo, seguro que indicado por Welles, en que se rueda a Orson Welles en contrapicado para elevar su figura, con ultra expresivos primeros planos.
Esta épica “de arena y sandalia” hecha en Italia, probablemente sería olvidada si no fuera por la presencia de Orson Welles como El Rey Saul; ciertamente, el hombre que interpretó a David, Ivo Pajer, no entró en las filas de los inmortales de la pantalla de los musculosos, por lo que curiosamente, un personaje de reparto, se coinvierte en el gran reclamo del film, haciendo con su carismática presencia que el relato crezca en interés, siendo el rol de Welles el más complejo, alguien con un pasado exitoso que ahora “en el otoño de su vida”, acentuado esto por su pálido y arrugado maquillaje; se encuentra atormentado y a la vez fascinado por la figura de la juventud enérgica de David, un tipo ambiguo de los que borda el polifacético artista, aquí dirigiéndose él mismo, como siempre hizo, haciendo que cada escena suya sea las que hacen apetecible ver; sino veamos la transformación sublime de cómo se transmuta en el decadente Rey hebreo.
Y es que Welles aquí, da una de sus participaciones como simple mercenario, quien trata de dotar de grandilocuencia y afectación shakesperiana, con su gusto a la caracterización y la dirección autónoma de sus propias escenas mediante, la figura de un Rey atormentado y alcoholizado tras la derrota y pérdida del Arca de La Alianza frente al pérfido invasor filisteo.
Por su parte, y podríamos decir que como antagonista, el actor croata, Ivica Pajer encarna con vigor un tanto ingenuo al mítico héroe judío, con su desparpajo y frescura que puede chocar con lo superficial y poco matizado que está.
Pajer, es un joven bastante musculoso que parece haber abandonado las épicas de músicos italianos tan populares en ese momento, y por supuesto, la visión de todo ese bistec desnudo, envió a muchos corazones revoloteando en la audiencia.
Pero, por supuesto, está el hijo de Saul, Jonathan en Pierre Cressoy; pero no se muestra la sutil relación gay entre David y Jonathan; aunque se da a entender, en el texto bíblico no describe explícitamente la naturaleza de la relación entre David y Jonathan.
La interpretación religiosa tradicional de la relación, ha sido una de amor platónico y un ejemplo de homosocialidad; que más tarde, la literatura medieval y renacentista, se basó en la historia para subrayar las fuertes amistades personales entre los hombres, algunas de las cuales involucraban el amor romántico, y quizás podrían describirse como amistades románticas.
En los tiempos modernos, algunos estudiosos, escritores y activistas, han enfatizado elementos de homoerotismo en la historia, y una serie de grupos formados por católicos gays, que intentan reconciliar su fe con su sexualidad, también han adoptado el nombre de su causa.
De Jonathan sabe muy bien que su padre había perdido el favor del Señor, y que es consciente de las debilidades de su padre.
Él también se hace amigo de David, más por una sensación de supervivencia que por otra cosa.
Por otra parte, Hilton Edwards da lustre al rol de profeta Samuele, sin mucho recorrido; siendo el único actor de habla inglesa en el elenco, además de Orson Welles; y del resto, no pasa de correcto, sobresaliendo por su poderosa presencia el gigantón Aldo Pedinotti, conocido artísticamente como “Kronos”, que da vida al pérfido Golia; que puede a resultar más risible por su comportamiento “salvaje” que por su peligrosidad atolondrada.
Massimo Serato como aliado, convertido en el conspirador Abner, hace un trabajo razonable, y aunque no es tan optimista, Furio Meniconi como Asrod tampoco es tan malo malvado, aunque por qué apostaría la casa a un Neandertal de 6 pies y quizás de 5 pulgadas que pueda presionar militarmente a una creencia antigua de los mendigos de la tablilla de piedra…
Pero luego sucedió de acuerdo con El Antiguo Testamento, que Golia probablemente era mucho más grande que lo que se representa aquí:
Los trucos de la cinematografía no logran agrandar a Kronos a las proporciones necesarias; y el actor simplemente se ríe y se burla malvadamente de cada escena en la que se encuentra, y es muy incómodo ver a las doncellas filisteas bailando a su alrededor de una manera erótica... grotesco.
De las mujeres, la sexy Eleonora Rossi Drago es la intrigante hija de Saul, Merab, que logra crear un personaje tridimensional; lamentablemente la joven Micol en Giulia Rubini fue despachada por un rayo, literalmente, y no tuvo metraje suficiente para valorarla.
La escena cumbre es cuando David derriba con la onda a Golia, y posteriormente le corta su cabeza, alterando bastante el texto bíblico, pero correctamente resuelta.
El tramo en el oasis en que ha Golia le hacen una danza para seducirlo un puñado de bellas jóvenes ante sus ojos libidinosos, es de vergüenza ajena, menuda ridiculez.
Tampoco la batalla posterior a la muerte de Golia es espectacular en cuanto a número de figurantes, pero pobre en coreografía.
A primera vista, la historia de David e Golia puede parecer una buena elección para una adaptación filmada de una historia bíblica:
La mayoría de la gente conoce la historia, aunque no sea religiosa, y es un clásico desfavorecido que crea un buen tema; pero al pensarlo un poco, surge un problema obvio:
Es una historia corta; y los guionistas de esta película tuvieron el problema de alargar las cosas para mostrar la duración de la película, y en el proceso hicieron que la historia fuera larga y aburrida; ya que se empeora por el hecho de que apenas hay acción.
Además, algún humor suave aquí y allá habría ayudado también.
Otro problema de secuencia de comandos, es que no entra muy bien en la cabeza de los actores principales:
David parece seguir ciegamente las órdenes de Dios, Golia es más o menos un matón gruñón, y El Rey Saul solo tiene unas breves escenas de mal humor...
Por lo que los productores tomaron tantas libertades con Las Escrituras como cualquier película péplum, pero sin el sentido de grandeza y espectáculo.
Por ejemplo, aquí, como resultado de la batalla donde David derrota a Golia y los filisteos son derrotados, se devuelve El Arca de La Alianza que los filisteos habían capturado.
En realidad, esos son incidentes separados que no están conectados en absoluto.
La película más o menos comprende algunas cuestiones políticas, y ve en el ataque de los filisteos contra Israel, una alusión a la amenaza contra Israel de sus vecinos árabes.
Pero todo eso es ingenuo.
La civilización de piedra contra la civilización del metal del norte, como Salomón lo expondrá más adelante, es apenas vista.
Una honda y una piedra contra lanzas y una espada, ese simbolismo está presente pero no explotado; y eso también significa que los semitas, y eso es mucho más que solo los judíos, contra aquellos del norte, aquellos que hablan las lenguas indo-iraníes de Mesopotamia, de Babilonia, de Persia.
Todo eso se echa de menos, y mucho más.
El arpa también está presente, pero su simbolismo no está mostrado.
El arpa más antigua que conocemos en esta región, es sumeria y no israelí, o lo que sea.
La música israelí se deriva de esa música sumeria de unos 15 siglos antes, y es David quien va a establecer la escuela de música del Templo, de los levitas, y también, la escuela de canto que producirá la prosodia y la salmodia del Antiguo Testamento, 2 formas musicales que son el resultado de tradiciones antiguas y la raíz de 20 siglos por venir.
Por ello, el libreto se decanta en lo plano, sometido en exceso a un intento de espectáculo mal resuelto, incapaz de explotar, más allá del apunte ocasional y casi involuntario, con los aspectos más turbios o ambiguos del relato, fácilmente accesibles en ese Antiguo Testamento sangriento y morbosamente pecaminoso, protagonizado por un Dios proteico, caprichoso e implacable y secundado por personajes de carácter también mutable, contradictorio, visceral, propensos a las crisis de fe, y a los arrebatos de pasión encendida con violencia.
Otra cosa es que al menos se interpreta a David como un joven más bien inexperto cuando estaba haciendo su actividad de pastor, antes de que Dios enviara a Samuele buscándolo; aunque la escena de la cueva, antes de que muera la chica por un rayo, sugiere que habían tenido sexo...
¿Será por eso que mató Jehová a la pobre mujer?
Y todavía, David es un joven inexperto cuando está en una batalla con Golia.
Como dato, el viejo negro espiritual que David canta se llama “Little David Play On Your Harp”, no sin razón.
La banda sonora es del compositor italiano, Carl Innocenziho, acunando con bellas melodías, escenas como los místicos momentos de David en el desierto, o destilando épica en el desfile triunfal de David, aunque esto saboteado por sonidos anacrónicos y fuera de lugar, con sintetizadores como “leitmotiv” chirriante de Golia.
“E oggi darò il tuo corpo e il corpo dei Filistei agli uccelli del cielo e alle bestie della terra, e conoscerà tutta la terra che c'è Dio in Israele”
La frase “David y Goliat” o “David versus Goliat”, se usa comúnmente para referirse a cualquier situación o competencia desfavorable, donde un oponente más pequeño y más débil, se enfrenta a un adversario mucho más grande y más fuerte; y si tiene éxito, el desvalido puede ganar de una manera inusual o sorprendente; podría decirse que el mito es la historia de los desvalidos más famosos.
Y en alusión a ese combate, la expresión “honda de David”, simboliza que no existe enemigo desdeñable por pequeño que sea, si el acierto le acompaña.
David, vencedor de Goliat, constituye además un símbolo del valor que tienen el tesón y la voluntad férrea desarrollada frente a un enemigo en apariencia muy superior.
Y es que David es uno de los grandes héroes bíblicos, y su triunfo sobre Goliat tiene muchas enseñanzas y sentidos que incluso exceden al cristianismo.
El trasfondo de la historia, es el enfrentamiento mismo de Israel tan entonces como ahora, cuyo Rey era Saúl, con los filisteos, un pueblo venido del mar, y asentado en la costa cananea.
Cabe aclarar que los palestinos actuales no son descendientes de estos filisteos.
La Biblia menciona a los filisteos varias veces, y da de ellos una visión muy negativa, al punto que filisteo pasó a ser sinónimo de persona vulgar e ignorante.
Es evidente que la historia de David tiene una finalidad propagandística y fundacional para Israel, y eso explica la estigmatización del filisteo.
Y si no había gigantes entre los filisteos:
¿Qué representa Goliat?
Puede ser algo metafórico, ya que “vencer al gigante es vencer a todo lo grande”; y el mensaje bíblico es que, con ayuda de Dios todos lo podemos hacer:
David es casi un niño, es pequeño; y Goliat es un gigante.
Otra posible explicación, es que la diferencia de talla simbolice la proporción en la cual se encontraban los israelitas respecto a los otros pueblos de la región en la cual pugnaban por consolidar un reino que, en opinión de muchos especialistas, era aún muy pequeño y vulnerable en esos tiempos.
Sea histórico o no en todos sus detalles, el relato del duelo entre David y Goliat deja al menos 2 valiosas enseñanzas:
Más vale cerebro que músculo; y no hay enemigo pequeño.

“E tutta questa congregazione saprà che Geova non salva con la spada o la lancia, perché da Geova è la battaglia e ti consegnerà nelle nostre mani”



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