Wuthering Heights

“On the barren Yorkshire moors in England, a hundred years ago, stood a house as bleak and desolate as the wastes around it.
Only a stranger lost in a storm would have dared to knock at the door of Wuthering Heights”

La Familia Brontë fue una familia dedicada a la literatura inglesa del siglo XIX, cuya reputación, que se extiende a todos sus miembros, se debe principalmente al grupo formado por 3 hermanas, poetas y novelistas:
Charlotte, Emily y Anne.
En un principio ellas publican poemas y novelas bajo seudónimos masculinos; y sus novelas atraen la atención de inmediato, que no siempre fue condescendiente por su originalidad y la pasión que manifiestan.
En particular, “Wuthering Heights” de Emily, fue admitida más tarde como una gran obra de la literatura; y es su única novela, siendo el título, el nombre propio de la finca donde transcurre la historia.
Emily Brontë ha sido llamada “La Esfinge de La Literatura”, escribiendo sin el menor deseo de fama y solo para su propia satisfacción; así siente una necesidad feroz de independencia, rechazando las convenciones sociales o la etiqueta, y a menudo era obsesivamente tímida fuera del círculo familiar, hasta el punto de darle la espalda a sus parejas en una conversación sin decir una palabra.
Su  única obra, fue publicada por primera vez en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell, para sortear así las dificultades que tenían las mujeres del siglo XIX en el reconocimiento de su trabajo literario; mientras su hermana Charlotte, editó una segunda edición póstuma.
“Wuthering Heights” es una obra del romanticismo negro, que abarca 3 generaciones aisladas en el frío o en la primavera del campo con 2 elementos opuestos:
La majestuosa mansión de Thrushcross Grange, y la ruinosa y destartalada Wuthering Heights.
Los personajes principales, barridos por los tumultos de la tierra, los cielos y los corazones, son extraños, y a menudo poseen una violencia y privaciones inauditas.
La historia es contada de manera académica, con 2 narradores, el viajero y el inquilino Lockwood, y la ama de llaves o institutriz, Nelly Dean; con 2 secciones en primera persona, una directa, una envuelta, que se superponen con digresiones y subtramas que forman, a partir de fragmentos aparentemente dispersos, una unidad coherente bloqueada.
Nada se sabe del pasado misterioso del protagonista:
Heathcliffe.
Cuando Mr. Earnshaw lo adopta en su propia familia, su hija Cathy se da cuenta que son almas gemelas.
Aunque separados por obstáculos de nacimiento, clase y por Hindley, el hermano celoso de Cathy, nada puede romper la unión nacida entre ellos.
Cathy Earnshaw es la hermana menor de Hindley, y nació y creció en Wuthering Heights; ella se convierte en la hermana adoptiva del huérfano Heathcliff, a la edad de 6 años, y los 2 convierten en compañeros cercanos.
Se separan solo cuando Hindley se pone celoso del afecto de su padre hacia Heathcliff, y lo reduce a la condición de sirviente después de la muerte del patriarca.
Los fuertes personajes de Cathy y Heathcliff se meten en una gran cantidad de travesuras juntos, sobre todo mientras espiaban Thrushcross Grange, la lujosa casa de la acaudalada familia Linton.
Cuando un perro del Grange ataca a Cathy en su intrusión, los Linton la ayudan manteniéndola allí durante 5 semanas para su recuperación.
Esta visita permite que Cathy se convierta en una dama bastante diferente a la chica grosera, salvaje e infantil que ha estado con Heathcliff, y le permite formar relaciones íntimas con Edgar e Isabella Linton, los 2 niños que residen en Grange, aunque ella y Heathcliff tienen de ellos una impresión despectiva.
El cambio de Cathy es visible a su regreso a Wuthering Heights en Navidad.
Heathcliff, aunque lastimado por su cambio, permanece dedicado a ella, formando una parte de un triángulo amoroso que incluye a Edgar Linton, quien rápidamente se convierte en el despreciado rival de Heathcliff.
La novela termina con la muerte de Heathcliff, que se ha convertido en un hombre roto y atormentado, perseguido por el fantasma de la anciana Cathy, que murió durante el parto, junto a quien exige ser enterrado.
Su cadáver es encontrado inicialmente por Nelly Dean, quien, al asomarse a su habitación, lo ve…
Heathcliff crece inquieto hacia el final de la novela, y deja de comer; a lo que Nelly Dean no cree que tuviera la intención de suicidarse, pero que su inanición podría haber sido la causa de su muerte:
Quería estar con Cathy en la vida eterna.
Al final de la novela, un criado le dice a Nelly que ha visto los fantasmas de Heathcliff y Catherine caminando juntos por los páramos, aunque Nelly y Lockwood insisten en que deben ser tratados como si sus almas estuvieran en paz.
La novela se cierra con Lockwood vagando más allá de sus tumbas, y preguntándose:
“Cómo alguien podría imaginar un sueño inquieto para los durmientes en esa tierra tranquila”
Como Charlotte Brontë, la hermana mayor de Emily, escribió:
“Heathcliff, de hecho, no es redimido”, lo que aumenta la incertidumbre sobre si él no solo se arrepintió por sus pecados, sino que en realidad era un verdadero ser humano después de todo; ya que la visión de Lockwood de Catherine en la ventana, fue precedida por un sueño de un sermón de fuego y azufre en una iglesia, y es posible que tanto Heathcliff como Catherine, estén condenados; Catherine misma expresa dudas sobre si alguna vez podría ser admitida en El Cielo…
El destino incierto del alma de Heathcliff, combinado con el misterio que su personaje deja, termina la novela de una manera hipnótica e inquietante, justificando el estatus perdurable de Heathcliff como un antihéroe icónico de la literatura.
Los personajes de la novela son:
Wuthering Heights, es un lugar oscuro y antiestético, es el foco de gran parte de la agitación odiosa por la cual la novela es famosa; y se asocia más comúnmente con Heathcliff, el principal protagonista masculino de la novela, quien, a través de sus intrincadas maquinaciones, finalmente se convierte en dueño de ambos y de Thrushcross Grange.
Aunque este último es, en su mayoría, un lugar mucho más feliz, Heathcliff opta por permanecer en la penumbra de Wuthering Heights, un hogar mucho más receptivo para su personaje.
La primera descripción de Wuthering Heights, la proporciona Mr. Lockwood, un inquilino en Grange, y uno de los 2 narradores principales:
“Wuthering Heights es el nombre de la vivienda de Mr. Heathcliff, “wuthering” es un significativo adjetivo provincial, que describe el tumulto atmosférico al que está expuesta su estación en un clima tormentoso.
Ventilación pura y vigorizante que deben tener allí en todo momento, de hecho.
Uno puede adivinar el poder del viento del norte que sopla sobre el borde por la inclinación excesiva de algunos abetos atrofiados en el extremo de la casa, y por una gama de espinas demacrados, todos estirando sus extremidades en una dirección, como si desearan limosnas del Sol”
Muchas casas y feudos góticos, han reclamado para ellos el título de la inspiración de Brontë en la creación de Wuthering Heights; y el más conocido de ellos es Top Withens, una granja isabelina local que el biógrafo de Brontë, Winifred Gérin, parece preferir principalmente por su nombre:
La palabra “Top” sugiere “Heights”, mientras que “Withens” suena muy parecido, “Wuthering”
Heathcliff:
Es el protagonista masculino, es descrito en el libro como un ser frío y tosco, alguien cuyo único objetivo es vengarse de esas personas que lo rechazaron por su condición de adoptado.
El pasado y la primera infancia de Heathcliff antes de su misteriosa adopción, solo son insinuados por Brontë; y de acuerdo con los temas sobrenaturales presentes en la novela, se especula que Heathcliff podría ser un demonio o un alma infernal.
Su apariencia sería fielmente interpretada como parecida a un romaní o un gitano.
Catherine Earnshaw:
Es la protagonista femenina, es descrita en el libro como una mujer enérgica, caprichosa y egoísta; enamorada de Heathcliff, su decisión de casarse con Edgar Linton quizás estaba movida por motivos de compromiso, tradición o simplemente despecho.
El discurso más famoso de Cathy en la novela, es una declaración memorable de sus sentimientos por Heathcliff y Linton, a Nelly Dean, la ama de llaves de Wuthering Heights, y al narrador principal de la novela:
“El Cielo no parecía ser mi hogar; y rompí mi corazón con llanto para volver a la tierra; y los ángeles estaban tan enojados que me arrojaron al medio del páramo en lo alto de Wuthering Heights; donde desperté sollozando de alegría.
Eso servirá para explicar mi secreto, al igual que el otro.
No tengo más negocio para casarme con Edgar Linton de lo que tengo que estar en El Cielo; y si el hombre malvado allí, no hubiera traído a Heathcliff tan bajo, no debería haberlo pensado.
Me degradaría casarme con Heathcliff ahora; entonces él nunca sabrá cómo lo amo; y eso, no porque sea guapo, Nelly, sino porque él es más yo que yo.
De lo que estén hechas nuestras almas, la suya y la mía son iguales, y la de Linton es tan diferente como un rayo de Luna o un rayo de escarcha”
Heathcliff, escuchando fuera, solo oye que ella es consciente de la realidad de que un matrimonio con él la degradaría.
Inmediatamente desparece, y se embarca en una misteriosa ausencia de 3 años.
Esta decisión puede considerarse como el comienzo de la venganza de Heathcliff contra los Linton; pues más tarde regresa, todo un caballero rico y distinguido, para encontrar a Cathy casada con Edgar, y viviendo en Thrushcross Grange.
En una serie de incómodas visitas a Grange, Heathcliff comienza a vengarse, seduciendo a Isabella Linton para obtener el control de Thrushcross Grange a la muerte de Edgar, y atrapándola en un matrimonio abusivo y aterrador.
Cathy cae en un estado de locura psicológica, aunque es en parte fingida en su deseo de provocar a su marido y romperle el corazón por el dolor que siente.
Pronto ella se rehúsa a comer, nunca abandona su cama, y cae presa de incontables ilusiones y declaraciones de locura.
Heathcliff y Cathy comparten una reunión final, a mitad de la historia, que Nelly ayuda a regañadientes debido al destierro de Edgar de Heathcliff de Grange; y los amantes derraman sus pasiones entre sí:
Cathy acusa a Heathcliff de matarla, mientras Heathcliff se lamenta de que no puede vivir cuando su alma está en la tumba.
Sin embargo, cuando Edgar camina inesperadamente a través de la puerta de la habitación, Cathy experimenta un estado de shock y desmayos; y muere un par de horas después de dar a luz a una hija, también llamada Catherine, cuya generación forma la base de la segunda mitad de la historia.
El espíritu de Cathy vive a lo largo de la novela; su fantasma atormenta a Heathcliff hasta su muerte misteriosa, y una escena icónica ve a Lockwood, el primer narrador del libro, visitado de manera misteriosa y gótica por su fantasma cuando era una niña pequeña, perdida en los páramos…
En la visión de Lockwood, ella trata de entrar a la casa a través de una ventana; y al final de la novela, Heathcliff, que se había vuelto desesperado por volver a ver su amor perdido, es encontrado muerto frente a una ventana abierta.
La ventana abierta es por tanto un símbolo del poder permanente de Cathy a lo largo de la historia, y de su último encuentro con su amor; sin embargo, también genera ambigüedades en cuanto a la naturaleza de la reunión.
Nelly Dean:
Es la ama de llaves de Grange, y hermana de crianza de los Earnshaw; y es quien le cuenta la historia a Mr. Lockwood.
Hindley Earnshaw:
Es el hermano natural de Catherine y adoptivo de Heathcliff.
Luego de morir su padre, Mr. Earnshaw, se convierte en el dueño de Wuthering Heights; y al morir su esposa Frances, el dolor lo lleva a los vicios, y en ellos recae su destrucción.
Hareton Earnshaw:
Es el hijo de Hindley, es descrito por Nelly como un niño de potencial desperdiciado.
Esta condición se debe en gran parte a Heathcliff, quien desde el principio se encargó de menospreciarlo, mitigando todo progreso; y finalmente se casa con Catherine Linton al final del libro.
Catherine Linton:
Es la hija de Catherine Earnshaw y Edgar Linton, es descrita como una niña de gran belleza; posee rasgos de ambas familias:
De los Linton hereda su delicadeza, buen corazón e inteligencia; y de los Earnshaw los oscuros ojos, la fuerza física y el valor para enfrentarse a las tragedias que se le presentan en el camino.
Isabella Linton:
Es la hermana de Edgar Linton, esposa de Heathcliff y madre de Linton, su hijo enfermizo.
Mr. Lockwood:
Es el narrador de la historia, quien oye el relato sin participar más que como espectador.
Dr. Kenneth:
Es el doctor que cura a Catherine cuando se hospeda en Grange tras la mordida que le dio un perro guardián.
Además de elementos góticos, “Wuthering Heights” se construye como una tragedia griega en la que “posee la música” además con la dimensión cósmica de la épica de Milton y el poder del teatro shakesperiano.
Hablamos de que los ecos de “King Lear, e incluso, aunque con caracteres muy diferentes, a “Romeo and Juliet”, y todas las referencias ocultas tras el choque de fuerzas y las pasiones que allí se desatan; y es curioso que nadie se haya dado cuenta que “Wuthering Heights” es el apósito en la herida abierta, el bálsamo en las cicatrices, la oportunidad que ofrece el tiempo en remediar los errores, el amor de una piedra fuerte, salvaje y llena de ganas de ser pulida y educada para ser “un señor”, nunca un amo, y es también el amor idealista de una joven; el deseo de resarcir a un hombre fuerte, varonil e inculto, alejándole de los misántropos hacía el hombre inferior en clase social y capaz de abrazar a la ilustración y la cultura.
El derecho de todos a ser educados.
Aunque ahora se considera un clásico de la literatura inglesa, el recibimiento inicial de “Wuthering Heights” fue tibio en el mejor de los casos; considerada inicialmente como salvaje y burda por los críticos, la violencia y la pasión de “Wuthering Heights” llevaron al público victoriano y a muchos críticos iniciales a pensar que había sido escrito por un hombre; y es que la vívida pasión sexual y el poder de su lenguaje e imágenes impresionaron, desconcertaron y horrorizaron; por lo que fue controvertida debido a su descripción inusualmente rígida de la crueldad mental y física, y desafió los estrictos ideales victorianos de la época con respecto a la hipocresía religiosa, la moralidad, las clases sociales y la desigualdad de género.
Sin embargo fue reconocida con el tiempo como la expresión más genuina, profunda y contenida del alma romántica inglesa, y una de las obras más importantes de la época victoriana.
Su estructura innovadora, que se suele comparar con un conjunto de muñecas de matryoshka, desconcertó a los críticos en un primer momento; y algunos críticos contemporáneos a la autora, incluso pensaron que éste era un trabajo anterior, menos maduro de su hermana Charlotte Brontë, que había publicado “Jane Eyre” ese mismo año bajo el seudónimo de Currer Bell.
Temáticamente, en “Wuthering Heights”, Catherine y su elección de casarse con Edgar en lugar de Heathcliff, son fundamentales para los problemas de naturaleza versus nutrición, yo versus la sociedad, división de clases y violencia; así como a la antítesis del bien y el mal, y la existencia física y existencia espiritual, que impregna la novela.
Mientras Heathcliff, debido a la fama y popularidad perdurables de la novela, a menudo se lo considera como un arquetipo del héroe romántico torturado, cuyas pasiones devoradoras lo destruyen tanto a él como a quienes le rodean.
Su naturaleza complicada, hipnótica, consumible y completamente extraña, lo convierte en un personaje raro, con componentes tanto de héroe como de villano.
De esa manera, con una sola novela, Emily Brontë alcanzó las alturas de la literatura; aunque ella era casi desconocida durante su vida, la posteridad la clasifica en un nivel superior en el canon literario de la literatura inglesa; tanto que se ha desarrollado una teoría feminista que conecta a las escritoras Brontë, con la ficción gótica:
Catherine Earnshaw ha sido identificada por algunos críticos, como un tipo de demonio gótico, porque ella “cambia de forma” para casarse con Edgar Linton, al asumir una domesticidad, lo cual es contrario a su verdadera naturaleza.
También se ha sugerido que la relación de Catherine con Heathcliff, se ajusta a la dinámica del romance gótico, en que la mujer cae presa de los instintos más o menos demoníacos de su amante, sufre de la violencia de sus sentimientos, y al final es enredado por su pasión frustrada; y en un momento, se describe a Heathcliff como un vampiro, y se ha sugerido que tanto él como Catherine, deben ser vistos como personalidades vampíricas.
Lamentablemente, Emily Brontë nunca supo el alcance de la fama que tuvo su única novela, ya que murió 1 año después de su publicación, a los 30 años.
“Wuthering Heights” ha dado lugar a muchas adaptaciones, incluyendo varias películas, dramatizaciones radiofónicas y televisivas, un musical, telenovelas y canciones.
“I am torn by Desire... tortured by hate!”
Wuthering Heights es un drama del año 1939, dirigido por William Wyler.
Protagonizado por Merle Oberon, Laurence Olivier, David Niven, Flora Robson, Donald Crisp, Geraldine Fitzgerald, Hugh Williams, Cecil Kellaway, Leo G. Carroll, entre otros.
El guión es de Charles MacArthur, Ben Hecht y John Huston; basados en la novela homónima de Emily Brontë; y pese a ser, como todas, una versión parcial de la novela, la cinta consigue no traicionar el espíritu de la historia, y resulta dramática, romántica y viva.
Sin embargo, el productor Samuel Goldwyn, consideró que el guión era demasiado oscuro para una película romántica, y quería cambiar el título por:
“Bring Me The World”, “Gypsy Love”, “Fun On The Farm”, “He Died for Her”, o “The Wild Heart”; por lo que le pidió a varios escritores que reescribieran el guión, incluido un joven John Huston, que dijo que el guión no necesitaba reescritura, porque era perfecto.
Las noticias contemporáneas señalan que las sociedades de Brontë de todo el mundo, le escribieron a Samuel Goldwyn, y lo instaron a que permaneciera lo más fiel posible a la novela original, y protestaron por el uso de cualquiera de los títulos de reemplazo de la historia, que se rumoreaba, habían sido considerados.
No obstante, la película solo muestra 16 de los 34 capítulos de la novela, y está ambientada en el siglo XIX, en lugar de en 1771 a 1801.
La producción no fue fácil, y durante todo el rodaje, lo que más tarde diría que era su película favorita entre todas las películas que hizo, Samuel Goldwyn constantemente se refirió a ella como “una película dudosa”; tanto que no fue un gran éxito financiero cuando se estrenó, y tuvo que ser reestrenada años después para obtener un beneficio.
Con todo, obtuvo 8 nominaciones al Premio de la Academia:
Mejor película, director, guión, actor (Laurence Olivier), actriz de reparto (Geraldine Fitzgerald), dirección de arte, cinematografía y banda sonora, en lo que muchos consideran fue “el mejor filme del año en Hollywood”
De las nominaciones, ganó Mejor Cinematografía B/N, otorgado a Gregg Toland.
Mientras la partitura perdió contra “The Wizard Of Oz”, donde el prolífico compositor Alfred Newman, dejó su conmovedor “Tema de Cathy” para mantenerla viva como una obra maestra del cine romántico; al tiempo, este filme presenta la única nominación al Oscar para Geraldine Fitzgerald.
Wuthering Heights se filmó en gran parte en Thousand Oaks, California, con escenas rodadas en Wildwood Regional Park, y en el sitio actual de la Universidad Luterana de California.
La acción sigue la historia de los desafortunados amantes:
Heathcliff (Laurence Olivier) y Catherine Earnshaw Linton (Merle Oberon) que, a pesar de su profundo afecto mutuo, se ven obligados por las circunstancias y los prejuicios a vivir separados.
Heathcliff y Cathy, se conocen desde cuando eran niños, cuando su padre trae al niño abandonado a vivir con ellos.
Cuando el anciano muere varios años más tarde, el hermano de Cathy, ahora dueño de la propiedad, hace que Heathcliff lo obligue a vivir con los sirvientes, y a trabajar como un chico de establo.
La barrera de la clase se interpone entre ellos, y eventualmente Cathy se casa con un vecino rico, Edgar Linton (David Niven), en cuyo momento Heathcliff desaparece; pero regresa varios años después, ahora como un hombre rico, pero poco se puede hacer...
En conclusión Heathcliff y Cathy son tal para cual, sin embargo él sí está seguro de sus sentimientos; ella en cambio tiene cierta tendencia a poner sueños de grandeza por sobre sus sentimientos.
Esta diferencia provoca las desgracias para ambos, ya que son inmaduros desde todo punto de vista en lo referido a sus emociones, toman decisiones guiándose por sus pasiones, y no por su raciocinio.
De esa manera, la película explora y muestra muy bien la parte psicológica de los personajes principales, y los actores lo expresan todo a la perfección, en una película que trata sobre lo inevitable del destino, sobre las consecuencias de luchar contra los sentimientos que llevamos dentro, sobre las estúpidas diferencias entre clases sociales, y sobre todo trata sobre el amor, el odio, el rencor, la venganza, la dignidad y la codicia se dan cita en una historia amor imposible y eterna.
“I am Heathcliff!
I love a woman who belongs to another man!
My love was fierce... my hate is burning!
I will have vengeance!”
Wuthering Heights es con toda regla, la re-imaginación de la historia de Brontë, en la sombría imagen de William Wyler sobre un romance trágico y maldito, sobre la venganza y sobre sentimientos encontrados.
Aparte de ser una novela de la literatura clásica inglesa, y única obra de su autora, es considerada como uno de los clásicos del drama romántico de todos los tiempos; y aquí está rodada con una belleza cautivadora, siendo el primer largometraje basado en la novela.
Sin duda, esta primera adaptación es la que toman todos los cineastas como referencia; y esto es así, aun teniendo en cuenta que el largometraje sólo muestra unos capítulos, no todos los de la novela; pero tras un excelente prólogo de connotaciones sobrenaturales, Wuthering Heights empieza como si de un relato de fantasmas se tratase; toma lugar un largo “flashback” que nos ilustra acerca de la agitada historia de amor entre Catherine y Heathcliff; una historia que, desde la infancia, se verá marcada por la diferencia de clases, el rencor, el odio y la venganza.
El filme respeta la esencia y buena parte de los pasajes de su homónimo literario, aunque al intentar condensar estos en poco más de hora y media de metraje, acaba por someter al espectador a una ininterrumpida concatenación de situaciones que necesitarían de un desarrollo más extenso.
Los Earnshaw, son terratenientes en la Inglaterra del siglo XIX.
Un día, el padre llega a casa desde la ciudad con un muchacho gitano, tan asustado como bien parecido, al que deciden llamar Heathcliff.
El arrogante hijo, Hindley (Hugh Williams), lo rechaza; pero en cambio su hermana Cathy establece una estrecha relación de amistad y afecto con él.
Después de la muerte de Mr. Earnshaw, Hindley, quien a esta altura ya era un alcohólico, manda a vivir a Heathcliff al establo donde se convierte en sirviente; y los jóvenes crecen siendo independientes y felices, pero sigue la enemistad de Hindley hacia Heathcliff.
Las cosas cambian cuando Heathcliff y Cathy están en la llanura jugando, Cathy va con Heathcliff a espiar la casa de los vecinos, pero aparecen los perros y los empiezan a perseguir pensando que son ladrones.
Cathy cae al suelo, y es mordida por los perros siendo capturados ambos.
Ella es llevada a la casa de Edgar, su vecino rico, donde es atendida hasta que sane; mientras tanto, Hindley ordena a Heathcliff que no vuelva a acercarse a su hermana, y este la espera por 3 meses; y cuando vuelve a Wuthering Heights, es recibida por los sirvientes, excepto por Heathcliff, que le dice que nunca volvió y tienen una discusión.
Posteriormente, Hindley organiza una fiesta de bienvenida a su hermana, cuando Heathcliff se acerca para bailar con Cathy, Hindley grita:
“Saquen a ese asqueroso gitano de aquí”, y Heathcliff rompe un plato por la humillación y termina siendo golpeado.
Cathy y Heathcliff se alejan cada vez más, y una noche, Cathy habla con la sirvienta, y le dice que Edgar le propuso matrimonio; la sirvienta le habla sobre los sentimientos que Heathcliff tiene hacia ella, y Cathy responde que ama a Heathcliff, pero se humillaría si se casara con él.
Un sirviente entra, y dice que Heathcliff dejó la puerta abierta, y empezó a correr hacia la llanura; Cathy le pide al sirviente que alcance a Heathcliff, y lo traiga de regreso, pero Heathcliff, quien escuchó que Cathy no se casaría con él por ser de inferior rango, ya no estaba más.
Heathcliff se marchó sin escuchar que finalmente Cathy había entendido que estaba enamorada de Heathcliff, y no de Edgar.
Pasan 2 años desde la huida de Heathcliff, y Cathy se casa con Edgar, el hijo del terrateniente, y viven sus vidas hasta que un día vuelve Heathcliff, quien había estado en América y hecho fortuna, comprando la casa natal de Cathy por el precio de las deudas de juego de su hermano.
La hermana de Edgar, ve en Heathcliff un buen candidato, por ser ya una persona educada y agradable.
Finalmente, Heathcliff y la hermana de Edgar se casan, pese a haberse opuesto Cathy, denotando que aún mantenía interés en Heathcliff, si bien no deseaba traicionar a su marido.
A su pesar, Catherine enferma y muere, volviendo a buscar luego a su amado, tal el conjuro que éste hiciera al momento de la muerte de Cathy.
El film crea una atmósfera pasional, melancólica, hasta cierto punto lírica, gracias a la idónea utilización y significación de los elementos naturales; y está construido principalmente en base a los impulsos amorosos y caprichos materialistas de la protagonista femenina, más que en la interactuación de los diferentes personajes, a excepción del dúo principal, confluyentes en su intensa historia.
Narrado en “flashback”, y ubicados en la campiña inglesa, Wuthering Heights va desarrollando las ansias sentimentales de sus caracteres, confluyendo en su amargo relato emocional, temas inherentes a cualquier obra romántica como la obsesión o el recuerdo amoroso, además de un miramiento al choque de clases, la atracción por la apariencia, y la descripción de los mecanismos emocionales de sentimientos universales y atemporales como la venganza, la amargura o el odio.
La película de William Wyler, transita así por los caminos de lo abstracto.
Las referencias al amor físico son escasas y muy veladas.
La atracción entre Heathcliff y Catherine, afecta sobre todo a sus almas, y el anclaje en la realidad es antes un obstáculo, que el medio para realizarse.
El prototipo de esa concepción, lo representan las rocas “el castillo” en las que los enamorados se refugian con frecuencia, el lugar que han establecido como ámbito privado y exclusivo, en el que puede cristalizar su historia de amor.
La separación con el mundo real, el que queda abajo, marca su carácter idealizado, aunque sea este carácter el que se pretenda dotar de realidad, de la realidad plena y perfecta de la que carece el otro.
En cierto modo se reproduce la dicotomía platónica en la que lo material resulta siempre subsidiario respecto a lo ideal.
El propio planteamiento de la película, sugiere una constante búsqueda del interior de los personajes.
El recurso reiterado a la mirada exterior sobre lo que ocurre, plasmada en las ventanas que se abren y cierran, en la observación entre deslumbrada y resentida de los acontecimientos, desvela ese afán por ir más allá de lo superficial, de lo inmediato.
Ello no quiere decir que el componente animal esté del todo ausente.
Catherine se mueve en la contradicción generada por su atracción por el lujo que ve en la familia Linton, y el salvajismo indomable de su hermanastro.
El que repudie a Heathcliff en un momento dado, no apagan las brasas que la consumen.
El juego de sus vestidos, marca su contradicción, y también su decisión.
El traje de gala del que se despoja para correr a su santuario en la montaña con Heathcliff, es el reconocimiento de un amor inexplicable y más fuerte que cualquier otra convicción o deseo.
La suavidad y la pulcritud de ese mundo otrora añorado, acaban tornándose odiosas; porque, aunque se pueda desprender de un vestido, no se puede desprender de él.
Eso es lo que le lleva a proclamar, en la que es quizás la frase más reconocida del libro:
“Yo soy Heathcliff”, y nadie puede renunciar a lo que es sin dejar de ser.
La muerte de Catherine, está vista desde esta misma óptica:
La indisolubilidad de los amantes se plasma en la permanente búsqueda de él, y en las apariciones de ella.
La obsesión por reencontrarse sin que nada lo impida; pero no hay ningún componente sexual en su deseo.
Son sus almas, desmaterializadas, son las que se persiguen.
Heathcliff acecha a un fantasma, ya que le basta tal aparición para lograr su plenitud.
De hecho, cuando muere es cuando de verdad comienza a vivir.
Su muerte no es el final, sino el verdadero comienzo, donde no habrán obstáculos ni impedimentos.
A pesar de las décadas transcurridas y del puñado de versiones realizadas con posterioridad, el filme que nos ocupa sigue erigiéndose como la más conseguida de las adaptaciones de la novela de Emily Brontë; sin embargo, eso no significa que estemos, ni mucho menos, ante una película redonda, ya que se echa en falta mayor profundidad tanto en el tratamiento de la historia como en la perfilación psicológica de los caracteres.
De lo que sí puede presumir la cinta de Wyler, es de una espléndida puesta en escena, en la que mucho tuvo que ver la impronta del gran director de fotografía Gregg Toland.
Al margen de esa impecable concepción formal, lo que nos queda es un melodrama romántico ciertamente edulcorado, que no siempre está a la altura del carácter febril y sombrío del texto de Brontë.
Así, Wyler junto a Toland, dan un tono fantasmagórico a la obra, ayudados por el salvajismo del paisaje y lo siniestro en la casa de los protagonistas.
Así logran dar el tono adecuado en los 2 bailes que suceden en la narración, puesto que ambos son claves para entender la psicología de los personajes y momentos importantes en el clímax de la historia.
Así deambula por las luces apacibles de la mansión del aristócrata que supone un mundo que Cathy quiere alcanzar, pero que no le da la felicidad; y el mundo oscuro y de sombras que supone su hogar con hermano lleno de odio y alcoholizado; y con su caballero con pies de barro, el mozo de cuadra.
Wyler pasea con su cámara por sus queridas escaleras, mira a través de las ventanas y de los espejos, y logra un cierto ambiente poético y romántico que va más allá de la razón de los personajes…
Como dato técnico, La Corporación de Cámara Mitchell, seleccionó a Gregg Toland y a esta película para ser los primeros en usar su nueva cámara Mitchell BNC; un modelo de cámara que se convertiría en el estándar de los estudios.
Y de hecho, la única relación feliz en el set, fue entre William Wyler y el director de fotografía, Gregg Toland.
Los 2 habían trabajado juntos con éxito en 3 filmes, y colaborarían en 3 más después de este.
Tenían un gran respeto mutuo, y estaban perfectamente sincronizados con sus ideas de movimientos de cámara, líricos y fluidos, tomas largas, y fotografías de enfoque profundo que revelarían los fondos con la misma claridad que los personajes e imágenes cercanas a la cámara.
Pero Toland rechazó el enfoque suave típico de Hollywood, la profundidad de un plano, y se esforzó por obtener imágenes nítidas en blanco y negro.
Para lograr el máximo contraste entre la sombra y la luz en esta película, utilizó lámparas de arco Tecnicolor de alta potencia, y una película 4 veces más rápida de lo habitual, sin un aumento apreciable en la granulosidad.
Así logró el estado de ánimo que Wyler quería, mediante el uso de efectos de vela, manteniendo a los personajes parcialmente en la oscuridad, antes de llegar a la luz en momentos culminantes, y disparando desde un ángulo bajo para capturar los techos de los decorados, enfatizando la soledad confinada de Wuthering Heights.
Sobre los decorados, aproximadamente 1,000 plantas genuinas de brezo fueron traídas para primeros planos; y bajo El Sol del sur de California, las plantas crecieron mucho más de lo que lo harían en los páramos…
Alrededor de 500 acres de las colinas, fueron despojados de su vegetación natural, y 15,000 pedazos de plantas rodadoras, fueron traídas y cubiertas con serrín pintado de púrpura, para parecerse al brezo.
Del reparto:
Laurence Olivier encuentra un papel hecho a su medida, que le permite exhibir sus numerosos registros; pero se sintió cada vez más molesto con el agotador estilo de filmación de William Wyler.
Después de una de las tantas tomas para una escena, se dice que exclamó:
“Por el amor de Dios, lo hice sentado; lo hice con una sonrisa; lo hice rascándome la oreja; lo hice con la espalda a la cámara.
¿Cómo quieres que lo haga?”
La réplica de Wyler fue:
“Lo quiero mejor”
Sin embargo, Olivier dijo más tarde que estas múltiples tomas lo ayudaron a tener éxito como actor de cine, tanto que usó las técnicas para perfeccionarse interpretando Hamlet en el escenario en 1937.
Como dato, Vivien Leigh, entonces amante de Olivier, quería jugar el papel principal, pero los ejecutivos del estudio decidieron que el papel debería ser para Merle Oberon.
Más tarde le ofrecieron a Leigh la parte de Isabella Linton, pero ella declinó, y Geraldine Fitzgerald fue elegida.
Leigh fue elegida en “Gone With The Wind” ese mismo año, por la que ganó un Premio de La Academia como Mejor Actriz; mientras Merle Oberon no recibió una nominación por su actuación.
Oberon y Laurence Olivier, aparentemente se detestaban.
La leyenda dice que cuando William Wyler gritó “¡Corten!”, después de una escena particularmente romántica, Oberon le gritó a su director acerca de su coprotagonista:
“¡Dile que deje de escupirme!”
Durante la secuencia de la tormenta, Oberon se torció el pie, y Olivier sufrió un severo caso de pie de atleta, por ello, en pantalla, ambas estrellas cojearon por un tiempo.
Mientras David Niven temía a la película, no solo porque interpretaba un papel desagradecido y secundario, sino porque temía volver a trabajar con William Wyler, y Oberon se sentía incómoda trabajando con Niven, después de que su relación amorosa de 1 año terminara en 1936.
En una escena, William Wyler insistió en que David Niven se derrumbara emocionalmente... y cuando Niven le dijo que su contrato decía que nunca tendría que llorar frente a la cámara, Wyler no le creyó…
Niven obtuvo el contrato, y la cláusula de “no llorar” estaba allí.
Como es de esperar, los protagonistas cuentan con la compañía de actores secundarios solventes, todos británicos, y si una destaca entre todos, sin duda es la olvidada pero llena de talento Geraldine Fitzgerald como la cuñada de Cathy, Isabella.
La joven que se enamorará de verdad de Heathcliff, sin darse cuenta de que ella no significa nada para él… y que se apagará en una casa donde sólo sentirá vibraciones de odio.
O también destacamos a la ama de llaves fiel y la narradora, testigo de este amor loco, Flora Robson.
Su personaje es clave, porque es la que narra en “flashback” esta historia apasionada, a un alucinado viajero que no comprende la oscuridad de la casa que le acoge en un día de tormenta, y la oscuridad de los personajes que la habitan.
Aunque las situaciones sociales, e incluso la banda sonora, son consistentes con el período de tiempo de la novela de 1771 a 1801, La Época Colonial o Napoleónica, el vestuario es claramente una mezcla extraña de mediados de La Guerra Civil estadounidense y La Época Victoriana.
La configuración temporal de la novela, de principios del siglo XIX, se actualizó aproximadamente en 1841, porque Samuel Goldwyn y sus diseñadores pensaron que los vestidos sin mangas de la época posterior, mostrarían a Merle Oberon y las otras estrellas femeninas con mayor efecto.
Otros escritores han afirmado que Goldwyn tenía pocos fondos, y tuvo que reciclar los trajes de un drama de La Guerra Civil.
Mientras que las piezas de música clásica que sonaba durante las danzas en la casa de los Linton, nunca se habrían tocado en ese momento, pues algunas ni siquiera estaban compuestas para entonces; y el tipo de piano que se muestra tampoco se usó entonces.
Se le puede achacar a este filme, el poco desarrollo que tuvieron Isabella y Hindley, pues al final no supimos qué pasó con ellos… y también se echó en falta toda la segunda parte, la de la nueva generación, pero es cierto que la película se hubiera alargado demasiado.
Las libertades más clara de la adaptación, es la apariencia de Linton e Isabella por actores rubios.
Aunque parezca un disparate, en el libro se marca mucha la diferencia entre los morenos Cathy y Heathcliff, con sus caracteres rebeldes; y a los rubios Linton, como más refinados.
También la película omitió cualquier mención de la hija de Cathy y el hijo de Heathcliff, quienes desempeñan un papel importante en la última parte del libro.
En la película, ni Heathcliff ni Cathy tienen hijos…
Isabella no abandona Heathcliff, o muere, a diferencia de la novela, donde logra escapar de él, y luego muere.
En cambio, ella sigue siendo su esposa problemática, pero leal, incluso cuando el Mr. Lockwood las visita.
De todos modos, al desconocer la trama sorprenden los giros argumentales, aunque también hay que decir que en el filme parecen metidos con calzador y sin dar una explicación verosímil, como cuando Heathcliff vuelve asquerosamente rico de América... y en la secuencia final, se ve a los espíritus de Heathcliff y Cathy caminando por su camino favorito.
Esto se agregó después de que se completó la filmación, y debido a que Laurence Olivier y Merle Oberon ya habían pasado a otros proyectos, se tuvieron que usar los dobles.
Esta escena no se encuentra en el libro y era probablemente lo opuesto de lo que Brontë pretendía que el lector entendiera; ya que un lector contemporáneo no habría visto las acciones del fantasma de Cathy como un gesto de amor eterno por Heathcliff, sino como una furia imponente y protectora.
Cathy atormentó a Heathcliff hasta la muerte, cambiaba emocionalmente como una cabra loca, solo para evitar que él engañara a su hija con su herencia.
El director William Wyler odiaba la idea de la escena de la vida después de la muerte, y no quería hacerlo, pero el productor Samuel Goldwyn lo vetó, y la escena se agregó después de que se terminó la filmación primaria.
Un último dato de interés, es que los amantes de los animales se enfurecieron cuando leyeron en un comunicado de prensa que, para evitar que los ruidos del corral abrumaran la banda sonora, el entrenador animal había cortado las cuerdas vocales de los patos y gansos en el set.
“If he loved you with all the power of his soul for a whole lifetime, he couldn't love you as much as I do in a single day”
De Las Brontë se ha escrito muchísimo, pero pese a haber sido autoras que cambiaron rotundamente el panorama de la literatura anglosajona del siglo XIX, sabemos bastante poco sobre ellas y su universo.
Sin embargo, el misterio que rodeó las obras que las hizo famosas, también se ciñó sobre ellas, impidiendo que ocuparan el lugar que les corresponde en la historia de la literatura.
Con Las Brontë, la muerte temprana, la falta de interés que recibieron por parte del mundo literario de la época, y el haber vivido apartadas, también colaboró con que las 3 vivieran una vida personal y literaria silenciosa, y con que los datos que se tienen de sus biografías sean más bien escasos.
Las indivisibles Hermanas Brontë, sin embargo, fueron criaturas y autoras absolutamente diferentes entre sí; de hecho, basta con acercarnos a sus obras para entender que la pulsión literaria en cada una fue diferente; pero el misterio, es el gran ingrediente de las novelas de Las Brontë.
Gracias a ello, fueron capaces de construir obras atrapantes desde la primera hasta la última línea; y esa bruma fantasmagórica que trepa por las paredes, que se apodera de las casas, y que es capaz de trastornar a cualquier lector; sin embargo, la forma en la que cada hermana trabajó ese misterio, fue muy diferente.
En el caso de Emily, la fantasía ocupa una mayor relevancia que en Charlotte, donde los misterios se ven explicados a través del realismo.
Esto nos permite comprender el espíritu de cada una:
Charlotte era reflexiva y lógica; Emily era apasionada e impulsiva; y Ana, dulce y mística.
Pero Emily fue de las 3 la que nos acerca personajes que son atravesados por sentimientos extremos, y nos invita a una lectura que se siente como el paseo en una montaña rusa; por ello, “Wuthering Heights” es una novela difícil de catalogar.
Auténtica en su apuesta, la narradora eligió exponer el mundo interior que bullía dentro de ella y la asfixiaba.
El resultado avala el esfuerzo, ya que pocas veces, la fuerza que emana de los personajes impacta y conmueve con tanta brutalidad, y al mismo tiempo, y con la misma intensidad, envuelve y seduce; y quiere dar a entender un amor imposible por los convencionalismos e impedimentos de la época, venidos por la manía que aquellos de origen humilde no cuadraban bien para casarse con elementos de la alta sociedad.
Esa diferencia entre clases, es uno de los puntos más destacables de “Wuthering Heights”, y reflexiona en torno a las retorcidas relaciones que se establecen entre los miembros de una familia, y en la forma en la que esos lazos pueden dar origen o cabida al malestar emocional, o al desarrollo de la demencia.
¿Puede haber amores tan fuertes en vida que duren más allá de la muerte?
Lo que se sabe al final de la novela, es que los hijos de los protagonistas que tanto sufrieron por amor, se enamoran, y así vuelve la felicidad a Wuthering Heights.
Se podría decir que esta historia es más bien de desamor, ya que todos son infelices, y sólo la muerte los liberará para poder estar juntos por siempre.

“I cannot find you.
I cannot live without my life!
I cannot die without my soul”



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