Betty Boop: Stopping The Show

“Boop Boop a Doop”

Fleischer Studios, Inc., fue una corporación estadounidense que comenzó como un estudio de animación ubicado en 1600 Broadway, New York; siendo fundada en 1921 por los hermanos Max y Dave Fleischer, quienes estuvieron a cargo de la compañía hasta que fueron despedidos por Paramount Pictures en enero de 1942.
La compañía comenzó cuando Max Fleischer inventó el rotoscopio, que le permitió realizar una animación más real; y utilizando este aparato, los hermanos Fleischer obtuvieron un contrato con Bray Studio en 1919, para producir una serie llamada “Out of the Inkwell” donde presentaban su primer personaje:
Koko The Clown; que se convirtió en todo un éxito, lo que les dio la confianza de crear su propio estudio en 1921; y a través de los años 1920, fue uno de los principales productores de animación, con un humor ingenioso y numerosas innovaciones.
“Ko-Ko Song Cartunes”, eran una serie de dibujos animados musicales, que fue el precursor de los videos musicales; pero también el Studio hizo películas educativas, que explicaban cosas como La Relatividad; incluso experimentó con películas sonoras, años antes que “The Jazz Singer” (1927)
Pero los cortometrajes con sonido atrajeron poco interés, en parte debido a que la mayoría de los cines no tenían la tecnología necesaria.
El estudio usó los métodos de Lee De Forest en una docena de dibujos animados con banda sonora sincronizada; y crearon una nueva serie llamada “Talkartoons” de 42 dibujos animados, donde los primeros episodios casi no tenían relación unos de otros, pero un nuevo personaje, Bimbo, un perro antropomorfo, estuvo presente en casi toda la serie.
Cuando nuevos animadores como Grim Natwick, Shamus Culhane y Rudy Zamora se unieron a Fleischer Studios, con nuevas ideas que le dieron originalidad a “Talkartoons”; Grim Natwick le dio a los cortometrajes un estilo más surrealista; pero su mayor contribución fue la creación en 1930, del personaje Betty Boop, quien hizo su primera aparición en “Dizzy Dishes”; a lo que Bimbo perdió protagonismo por su novia, Betty Boop, quien rápidamente se convirtió en la estrella del estudio; teniendo como compañero a Koko The Clown con el nombre de Fitz; y posteriormente, en la serie “Talkartoons”, el aspecto del perro y su nombre cambiaron, y tras unos episodios en los que él era la estrella, pasó a ser el acompañante de aventuras de Betty Boop hasta su última aparición en 1933.
Ese mismo año, la serie “Talkartoons” desaparece para dar inicio una nueva:
Betty Boop Cartoon.
Pero antes del endurecimiento del horripilante Código Hays de producción en 1934, los estudios Fleischer ya habían decidido prescindir del personaje de Betty Boop, pues no hubiera estado bien visto que ella, aunque en un principio tenía forma canina, ya había adoptado forma humana, hubiera tenido como novio a un perro…
Pero en su apogeo, tanto el Studio como Betty Boop fueron el más significante competidor de Walt Disney Productions, siendo aún más famoso por llevar a la pantalla dibujos animados como Koko The Clown, Popeye, Superman y claro, Betty Boop; y a diferencia de otros estudios, cuyos personajes eran animales antropomórficos, los personajes más exitosos de los Fleischer eran humanos, a excepción de Bimbo en la década de 1930.
Las caricaturas de Fleischer Studio, eran muy diferentes del producto de Disney, tanto en concepto como en ejecución; y como resultado, las caricaturas de Fleischer eran rudas en lugar de refinadas, comerciales más que artísticas conscientemente; pero en su forma única, su arte se expresó a través de la culminación de las artes y las ciencias.
Este enfoque se centró en el surrealismo, el humor negro, los elementos psicológicos de los adultos y la sexualidad, y los entornos eran más agresivos y urbanos, a menudo ambientados en un entorno sórdido, que refleja tanto la depresión como el expresionismo alemán.
En esos escenarios nació Betty Boop, creada por Max Fleischer, con la ayuda de animadores como Grim Natwick; siendo el primer personaje femenino en Estados Unidos en dibujos animados, que reflejaba la orientación urbana y adulta de los productos del estudio; y por su abierta sexualidad, Betty Boop tuvo mucho éxito en el cine; como el primer dibujo animado de una chica “flapper” que era un anglicismo utilizado en los años 1920 para referirse a un nuevo estilo de vida de mujeres jóvenes, que usaban faldas cortas, no llevaban corsé, lucían un corte de cabello especial, denominado “bob cut”, y escuchaban música no convencional para esa época, como el jazz, y que también bailaban.
Las “flappers” se caracterizaban porque usaban mucho maquillaje, bebían licores fuertes, fumaban, conducían, con frecuencia a mucha velocidad, y tenían otras conductas similares a las de un hombre, y que eran un desafío a las leyes o contrarias a lo que se consideraba en ese entonces “socialmente correcto”
De esa manera La Boop hizo su primera aparición el 8 de agosto de 1930, en el dibujo animado “Dizzy Dishes”, en la 6ª entrega de las series “Fleischer's Talkartoon”
Grim Natwick, animador veterano de los estudios de Walt Disney junto a Ub Iwerks, fueron principalmente los responsables de crear el personaje animado, modelado con base en la figura de Helen Kane, una cantante y actriz estadounidense contratada por Paramount Pictures, el estudio que distribuía los dibujos animados de Max Fleischer.
Su carita redonda, enmarcada en unos rizos negros, sus grandes ojos verdes, y sus labios de pitiminí, junto a su corta estatura de 1,55m, con un peso de 115 libras, unos 52kg; y redondeadas formas, representaba el ideal de belleza femenina de la época.
Por su parte, Helen Kane era lo que se llamaba una chica “flapper”, las chicas de los alegres años 20 que causaban furor en las salas de fiesta; y siguiendo la práctica común, inicialmente Grim Natwick la hizo como un nuevo personaje animal, en este caso, era un perro caniche francés.
Empezando con este dibujo animado, la voz del personaje fue representada por varias actrices de voces diferentes, hasta que Mae Questel consiguió al fin el papel, en 1931, y lo mantuvo por el resto de la serie.
El propio Natwick reconoció después, que el aspecto original de Betty Boop era bastante feo; por lo que el animador la rediseñó en 1932 para ser reconociblemente humana en el corto “Any Rags?”; donde sus orejas de perro caniche de lanas blandas, se volvieron en pendientes en forma de aro, y su nariz negra de perro poodle, se convirtió en una nariz femenina en forma de botón.
Aparecía así en 10 dibujos animados como un personajes de reparto, como una chica “flapper” con más corazón que inteligencia.
En sus dibujos animados propios, se llamó “Nancy Lee” y “Nan McGrew”; tanto que sirvió como la estrella de estudio y “novia” del personaje de Bimbo; y no se bautizó oficialmente sino hasta el corto de 1932, “Stopping The Show” como Betty Boop; que también fue el primer dibujo animado en ser oficialmente parte de la serie de Betty Boop, y no un “Talkartoon”
Sin embargo, el desarrollo de Betty todavía estaba incompleto...
El hermano de Max Fleischer, Dave, alteró el personaje aún más, haciéndola más sensual y más femenina; por lo que Betty Boop es famosa, por ser el primer personaje de dibujos animados que representa completamente una mujer sexual.
Y es que otros personajes de dibujos animados femeninos del mismo período, como Minnie Mouse de Disney, exhibían su ropa interior o bombachos regularmente, en el estilo de personajes infantiles o cómicos, no una forma de mujer completamente definida; y muchas otras caricaturas femeninas eran meramente clones de sus coestrellas masculinas, con alteraciones en el vestuario, la adición de pestañas, y una voz femenina.
Betty Boop, sin embargo, reveló su sexualidad:
Por un lado, fue una creación de la mirada masculina heterosexual, con un interminable desfile de personajes masculinos lujuriosos.
Llevaba vestido corto y ligero; tenía pecho prominente, y enseñaba el escote.
En sus caricaturas, otros personajes intentaban espiarla mientras se cambiaba... y era objeto constante de acoso…
Hubo, sin embargo, una cierta calidad de niña para el personaje:
Ella fue dibujada con una cabeza más similar a la de un bebé, que la de un adulto en proporción a su cuerpo.
Esto sugirió de la combinación de la juventud y la madurez que mucha gente vio en el tipo “flapper” que Betty representó.
Pero la tarjeta de Navidad del estudio de 1931, mostraba a Betty en la cama con Santa Claus, haciendo un guiño al espectador…
Los intentos de comprometer su virginidad, se reflejaron en el corto “Chess-Nuts” (1932) y en “Boop-Oop-a-Doop” (1932)
Por ejemplo, en el primero, un Rey Negro entra en la casa donde está Betty y la ata…
Cuando ella lo rechaza, él la desata, la arrastra hacia el dormitorio y dice:
“Te tendré”
La cama, sin embargo, se escapa, y Betty pide ayuda a través de la ventana.
Según se dijo, estas representaciones de Boop luchando contra el acoso sexual en la pantalla animada, hicieron que muchos la vieran como un ícono feminista; como símbolo de la liberación sexual, en el marco del movimiento contracultural de los Estados Unidos.
Sin embargo, los animadores se aseguraron de mantener el personaje “puro”, pues oficialmente ella tenía sólo 16 años…
Y las mejores apariciones de Betty Boop, se consideran en sus primeros 3 años debido a su carácter “Jazz Baby” y su inocente sexualidad, que estaba dirigida a adultos; sin embargo, el contenido de sus películas se vio afectado por La Legión Nacional de La Decencia y El Código de Producción de 1934.
El Código Hays impuso directrices sobre la industria del cine, y colocó restricciones específicas sobre el contenido que las películas podían hacer referencia con insinuaciones sexuales.
Esto afectó mucho a las caricaturas de Betty Boop; y a partir de ahora, ella tendría más roles domésticos:
Haciendo tartas, limpiando en casa... o como enfermera, maestra, etc.
En cuanto a su vestimenta, su escote se hizo más discreto, y su falda se alarga, aunque se le deja que conserve la liga en la pierna.
En consecuencia, Betty se convirtió en una peligrosa amenaza para la legalidad y las buenas costumbres de los EEUU más conservadores; pero las sensibilidades adultas de Betty la hicieron triunfar, y una ola de mercadotecnia recorrió el mundo; de ahí que Betty tiene motivos suficientes para estar orgullosa, además de las ya citadas, ella fue el mayor “sex-symbol” dibujado de la historia, la “vamp” eterna, que anticipada de la “pin-up”; siendo homenajeada por actrices, de carne y hueso o no; y dejó marcado un estilo que todavía hoy es fácil de reconocer en figuras del espectáculo.
“Combining in appearance the childish with the sophisticated, a large round baby face with big eyes and a nose like a button, framed in a somewhat careful coiffure, with a very small body of which perhaps the leading characteristic is the most selfconfident little bust imaginable”
Betty Boop: Stopping The Show es un cortometraje animado del año 1932, escrito y dirigido por Dave Fleischer.
Protagonizado por Mae Questel y Gus Wickie.
Stopping The Show el primero de la serie de Betty Boop producido por los estudios Fleischer y distribuido por Paramount Pictures.
En este corto inaugural, Betty Boop demuestra sus habilidades artísticas imitando sobre el escenario a grandes estrellas del momento; si bien no es la primera aparición de Betty Boop, sí es el primer corto que se acredita como “A Betty Boop Cartoon”
La animación estuvo a cargo de Roland Crandall, Rudolph Eggeman y Al Eugster, sin acreditar.
La acción inicia cuando una multitud se amontona en el teatro para ver a la adorable y sexy Betty Boop (Mae Questel), pero primero deben soportar un comercial de Paramount “Noose Reel”, que presenta a un Alcalde tediosamente discursivo, y un bautizo desastrosamente tonto de un barco.
A continuación, están sujetos a una caricatura con Bimbo (Billy Murray) y Koko The Clown, que interpretan un pequeño gag.
Finalmente, la pantalla se apaga y Betty Boop aparece en el escenario para sorprender al público con sus canciones y sus imitaciones de Fanny Brice y Maurice Chevalier.
Todos disfrutan del espectáculo, excepto un elefante, que hace un intento desacertado de robar cacahuates de un bebé, y el bebé mismo, que no puede ver por encima del alto sombrero de un hombre, o por su cabeza alta…
Betty sin embargo es tan exitosa que nadie está interesado en los acróbatas que siguen a su presentación; donde los desafortunados artistas están atrapados en una pirámide humana cuando Betty hace una reverencia tras otra... hasta caer dormidos por la falta de atención.
Con todo, esta es una caricatura medianamente entretenida, pero una cuyo vínculo más débil es Betty lamentablemente, porque su imitación de Chevalier es pobre y dolorosa; aun así, la película tiene cierto encanto y la habitual animación de alta calidad de Fleischer Brothers Studio; y es un digno representante de la época.
“Yip Yip Yippy”
Stopping The Show no es una de las mejores caricaturas de Betty Boop, no por mucho, sino entretenida y encantadora e importante por ser su primera caricatura “oficial” como el personaje principal.
Y es que Max y Dave Fleischer fueron responsables de algunas caricaturas brillantes, algunas de ellas todavía las favoritas de muchos, por su estilo visual a menudo impresionante, y algunos de los más imaginativos y adelantados a su tiempo en la animación, como lo fueron Popeye y Superman.
Pero el personaje de Betty Boop fue uno de sus personajes más famosos y prolíficos, y puede no ser para todos los gustos, pero su atractivo, sexual también, fue bastante atrevido para la época, por lo que hay un encanto adorable sobre ella.
Este corto es simple, aunque a los ojos de hoy puede llegar a ser bastante censurable:
Una multitud predominantemente masculina, sino total, pues no vi a ninguna mujer, acude al teatro donde un gran cartel luminoso anuncia a Betty Boop.
La función comienza con un noticiario en imágenes sobre un Alcalde excesivamente cargante en sus discursos, y sobre el bautismo de un barco…
A estos 2 reportajes le sigue, también en pantalla, un corto en que Bimbo y Koko interpretando un breve “gag”
Y a continuación, y con gran expectación, aparece sobre el escenario Betty Boop, quien ofrece al público, aparentemente de 3 imitaciones de otros tantos artistas:
Helen Kane, Fanny Brice y Maurice Chevalier, siendo todas ellas unánimemente aclamadas por los hombres de manera muy eufórica.
Sobre la imitación de Kane, se desconoce porque fue cortada de la edición final.
De Brice, es pobre porque no la imita en su totalidad, solo con el vestuario alusivo indio-americano y es todo; mientras que con Chevalier, la cosa se pone algo atrevida:
Un biombo aparece para que ella se cambie de ropa en el escenario, donde se quita el vestido, los calzones y el sostén; y al retirarse aparece ella en el clásico “smoking” del francés, pero ojo, ella está desnuda por dentro…
Eso hace que el público masculino se vuelva completamente loco al terminar… acaso quería un striptease sin biombo…
Aunque el espectáculo continúa con un número de acrobacia, las peticiones del público hacen que Betty deba salir varias veces a saludar, interrumpiendo así la función; dando por acabo el show que ella detuvo, alusivo al título del corto.
Como se citó, este corto de presentación de Betty, imita a varias estrellas, interpretando canciones exitosas de ellas:
De Helen Kane, se supone que cantó “That's My Weakness Now”; de Fanny Brice, “I'm An Indian”; y Maurice Chevalier “Hello, Beautiful!”
Y estas 3 actuaciones volverían a aparecer en el corto de 1934, “Betty Boop's Rise to Fame”
Pero la referencia a la imitación de Helen Kane fue cortada del negativo original, cuando en 1934, Kane llevó a juicio a los estudios Fleischer; sin embargo, en muchas copias actuales, aún es perceptible tal interrupción antes de la primera canción.
Como personaje, La Boop se autoabastece muy bien aquí, y definitivamente roba, o deberíamos decir, detiene el espectáculo que sigue... y todo el show por completo.
La impresión de Fanny Brice está inspirada, pero no muy brillante; mientras el Maurice Chevalier, el acento no está por todas partes; pero hay algo en la entrega de las letras y sus movimientos que aún lo hace entretenido, y hasta sutil sexualmente, por su ambigüedad que llama más a una imitación de La Marlene Dietrich de que Chevalier.
La animación en blanco y negro es muy buena, suave, meticulosamente detallada y bien dibujada, con el blanco y negro no muy primitivo.
Mejor aún es la música, que es entusiasta y pegadiza con las canciones mostrando el talento de Betty realmente bien.
Hay momentos divertidos, especialmente con el elefante y el bebé durante el “Noose Reel” y el final, y la caricatura es encantadora pero desde la aparición de Betty en adelante.
Y es que todo comienza de manera aburrida, con el tedioso reportaje de Paramount, por lejos lo peor del corto, además que realmente no agregó nada a la caricatura:
El bautizo de la nave estaba destinado a ser tonto, pero en realidad no llegó lo suficientemente tonto en lugar de venir como soso; y la secuencia de Bimbo y Koko fue demasiado corta, y se apresuró a hacer cualquier tipo de impacto.
Del reparto vocal, evidentemente la única que sobresale es Mae Questel.
Ella comenzó su carrera al participar en el concurso de imitadoras de Helen Kane; y a partir de su triunfo, comenzó a trabajar en radio y teatro presentando números que incluían la imitación de varios personajes.
En una de estas funciones se encontraba Max Fleischer, y al escucharla no tuvo dudas:
Ella era la voz que buscaba para Betty Boop; y después, Questel pasó de la insinuante sensualidad aniñada de Betty, a la insoportable voz nasal y los gritos estridentes de Olivia, la novia de Popeye.
Hacia los años 60, Questel había dejado su sello y su voz en más de 300 films de animación; y entonces comenzó a trabajar como actriz.
Apareció en “Funny Girl” (1968) y en “Move” (1970); pero donde realmente se reveló fue en el capítulo dirigido por Woody Allen de “New York Stories”, donde personifica al paradigma de la madre judía intimidando a su hijo desde El Cielo.
La Mae falleció el 4 de enero de 1998, siendo la primera que hizo la voz de La Boop en la serie después de Margie Hines (1930–1932, 1938–1939), Ann Rothschild (1931–1933) y Harriet Lee (1931)
Mae Questel haría la voz de 1931 a 1938, y luego en 1988; y después vendrían:
Kate Wright (1932, 1938), Bonnie Poe (1933–1934), Victoria D'orazi (1980), Desirée Goyette (1985), Melissa Fahn (1989, 2004–2008), Cheryl Chase (2002), Heather Halley (2014), Sandy Fox desde 1999 como la voz oficial de King Syndicate alrededor del mundo; y finalmente Cindy Robinson en los comerciales oficiales.
Pero muchos creen que Betty Boop fue real...
Algunos aseguran que con sus ojos enormes, sus pestañas movedizas, su voz sugestiva y su falda cortita, aún sigue escandalizando a quienes la prohíben en países en donde las mujeres sobreviven como pueden.
No hay que olvidar, en todo caso, que algo similar sucedió cuando apareció en las pantallas el 9 de agosto de 1930, al ritmo de las músicas de Cab Calloway, Don Redman y Louis Armstrong; pero La Boop se murió irremediablemente en 1939, cuando comenzaba La Segunda Guerra Mundial; y su “boop-boop-a-doop” se perdió en el tiempo...
La verdad es que fue una pobre mujercita de tinta, soñada y soñadora, obligada a ser acosada hasta la eternidad por esos unos idiotas odiosos y envidiados.
¿Acaso ella fue la representante de su tiempo?
“Can you imitate me, Betty?”
Desafortunadamente, la fortuna del Fleischer Studios, Inc., comenzó a cambiar a medida que los años 1930 pasaban… y la relación de su musa, Helen Kane con Betty Boop, no fue demasiado buena:
Paramount Pictures, que era el estudio de ambas, dejó paulatinamente de apoyar la carrera de Kane para centrarse en Boop, haciendo que la fama de Helen decayera a la misma velocidad que la de Betty subía; y en mayo de 1932, Kane presentó una demanda por $250,000 contra Paramount y Max Fleischer, por competencia desleal, y apropiación indebida en los dibujos animados de Betty Boop.
Helen centró la demanda, en que Betty Boop imitaba su estilo de cantar, con voz aniñada, pero arrastrando un deje de Brooklyn que volvía loco al público.
El juicio se inició ese año, como “Helen Kane vs películas Betty Boop”
Las actrices de voz, Bonnie Poe, Kate Wright, Margie Hines, y más notablemente Mae Questel, fueron citadas a testificar, pues habían puesto la voz al personaje de animación.
El juicio se prolongó durante más de 2 semanas antes de que El Juez fallara en contra de Kane, diciendo que su testimonio no demostró que su forma de cantar era única, y no una imitación.
La defensa citó que Kane había copiado su estilo “booping” de una cantante afroamericana desconocida llamada “Baby Esther”
Y es que desde el principio, Betty Boop fue modelada después de varias mujeres.
Fleischer creó el personaje en gran parte como una parodia de la entonces cantante blanca, Helen Kane, pero también deseaba evocar uno de los símbolos sexuales más visibles de los escandalosos años 20, y la popular actriz estadounidense Clara Bow.
Chillona pero coqueta, casi alienada pero seductora, la voz de Kane era inolvidable, infantil en su extrema nasalidad y, sin embargo, hermosa a la vez, y era casi imposible no oír a Kane en el canto tonto pero encantador de Betty Boop.
Kane, que se había hecho famosa cuando la parodia de Fleischer salió para su línea inspirada en scat, “boop-oop-a-doop”, incluso se parecía más a ella que a Bow; y la primera mujer en interpretar a Betty Boop fue Margie Hines; varias actrices de la voz posteriores fueron Mae Questel, quien también se convertiría en la voz de Olivia de Popeye, se convirtió en la voz más conocida de Betty Boop, incluso regresó en 1988 para ponerle voz en el oscarizado filme “Who Framed Roger Rabbit?”
Curiosamente, Questel había ganado un concurso a Helen Kane en 1925; sin embargo, tal vez nadie veía el parecido del personaje con Helen Kane más que Helen Kane.
Sin embargo, aunque Kane era un modelo para el personaje de Fleischer, Betty Boop no existiría si no fuera por Esther Jones, aquella “Baby Esther”, que cantó en la década de 1920 con su hermosa e inusual voz, una firma del Cotton Club en Harlem.
Del “Boop-oop-a-doo”, ella lo diría mientras actuaba en el tono de su sirena coqueta y su oscuro mechón de pelo ondeando.
En una rara foto de Jones, ella sonríe mientras se sienta, sus ojos penetrantes y amables; y su voz y frases scat, suenan sorprendentemente como las de Kane y, a su vez, a las de Betty Boop.
Eso no fue una coincidencia:
Kane había visto a Jones actuar en el Cotton Club en 1928.
El gerente de Jones, Lou Walton, reveló que había entrenado a Jones sobre cómo “escatimar”, el tipo de canto popularizado por músicos y cantantes negros como Louis Armstrong, y la propia Jones, dijo Walton, “reubicó las técnicas scat en boop-oop-a-doo”
En la demanda, Fleischer, junto con todas las actrices de voz de Betty Boop, testificaron que la “flapper” no estaba, en última instancia, basada en Helen Kane, sino que era más bien un compuesto de muchas figuras.
La defensa incluso sacó imágenes de archivo del canto de “Baby Esther”, que venían de los primeros días de grabación de sonido, y eso fue el clavo en el ataúd legal de Kane.
Resultó que “Baby Esther” había inventado a Helen Kane y, por extensión, a Betty Boop.
De hecho, como el erudito del jazz Robert G. O'Meally escribió en la antología “Uptown Conversation: The New Jazz Studies”:
“Betty Boop tenía, por así decirlo, una abuela negra en su fondo; y también tenía un abuelo negro en Armstrong”
Sin embargo, “Baby Esther” había desaparecido, y se presumió que estaba muerta para cuando se resolvió el caso judicial en 1934, y Kane siguió siendo la cara y el nombre más asociado con Betty Boop.
Independientemente de la influencia indirecta de Jones, las caricaturas de la década de 1930 en las que Betty Boop protagoniza, están lejos de ser racialmente progresivas.
Tal vez en el ejemplo más extraordinario, una caricatura de 1932 comienza con Louis Armstrong y su banda proporcionando la música de fondo para el viaje de Betty Boop a la jungla con sus compinches, Bimbo y Koko The Clown; cuando en un corto son atacados por una tribu de caníbales de piel negra, que secuestran a Betty Boop y, en una escena particularmente frágil, la cara de Armstrong, gigante contra un cielo oscuro, persigue a sus acosados compinches, y la cara de Armstrong se transforma en una animada caricatura de labios grandes, que caen directamente de la iconografía de “minstrel shows”, donde el hombre blanco se maquillaba de negro…
Por supuesto, muchas de las primeras caricaturas estadounidenses contenían tales imágenes; de hecho, los orígenes de la animación estadounidense, como han señalado varios críticos cinematográficos, están relacionados con el trovador y el vodevil “Blackface”; y van un paso más allá, argumentando que personajes como Mickey Mouse, Bimbo y Koko, en realidad son “juglares”, es decir, personajes que, por dinero y ante el pueblo, cantaban, bailaban, recitaban o hacía juegos y malabares.
Y es revelador, pero no sorprendente, que Fleischer haya podido invocar a Esther Jones como defensa legal contra Kane en un respiro, y continuar produciendo tales estereotipos raciales en el próximo.
Tal vez sea apropiado decir que Betty Boop sea más conocida en blanco y negro:
Su personaje en sí, es obviamente blanco, pero sería inconcebible sin la tradición artística negra, y lo mismo es cierto de EEUU en su conjunto.
Betty Boop es un ícono indeleble de La Era del Jazz; aquel que se desarrolló en parte a partir de la música clásica, y que fue creado por artistas afroamericanos.
Que la Kane blanca tomara el estilo de canto de la negra Jones, e intentó reclamarlo como propio, es uno de los relatos más comunes y frustrantes en Estados Unidos.
Como producción, con las penurias de La Gran Depresión, el mundo extravagante de las “flappers” había terminado, y el estilo Boop quedó pasado de moda con rapidez.
En 1934, El Código Hays fue promulgado en Hollywood, lo cual significaba una severa censura para las películas; y como resultado, Betty Boop perdió en parte su sexualidad; incluso peor, los Fleischer se veían acosados por la presión de su distribuidor, Paramount Pictures, quien les ordenó imitar el estilo y contenido de los dibujos animados de Walt Disney.
Betty ya no es una niña despreocupada desde la fecha en que El Código entró en vigencia, el 1 de julio de 1934.
Ella se convirtió en un ama de casa soltera, o una chica profesional que llevaba un vestido más completo o falda.
Además, a medida que pasaba el tiempo, los rizos en su cabello disminuyeron gradualmente; y también dejó de usar sus brazaletes de oro y pendientes de aro, y se hizo más madura y más sabia en personalidad, en comparación con sus años anteriores.
Desde el principio, Joseph Breen, el nuevo censor, tuvo numerosas quejas:
La Oficina Breen, ordenó la eliminación de la sugerente introducción que había iniciado las caricaturas, porque los guiños y las temblorosas caderas de Betty Boop eran considerados “sugestivos de inmoralidad”
Para algunas entradas, le dieron a Betty un nuevo novio humano llamado Freddie, si bien estas caricaturas fueron dóciles en comparación con sus apariciones anteriores, su autoconsciencia saludable estaba dirigida a un público más juvenil, lo que contribuyó a la decadencia de la serie.
Gran parte de la disminución, se debió a la disminución del papel de Betty en los dibujos animados a favor de sus coestrellas; y este fue un problema similar experimentado durante el mismo período con Mickey Mouse de Walt Disney, que se eclipsó por la popularidad de sus coprotagonistas:
Donald Duck, Goofy y Pluto, por no mencionar el mayor éxito de Fleischer:
Popeye “El Marino”
Cuando la época de “flapper” y jazz que representaba Betty había sido reemplazada por las grandes bandas de la época del “swing”, Fleischer Studios intentó desarrollar un personaje de reemplazo en este estilo en Betty Boop de 1938, Betty Boop y Sally Swing, pero no fue un éxito.
Las últimas caricaturas de Betty Boop, fueron lanzadas en 1939, y algunas intentaron llevar a Betty a La Era del Swing.
En su última aparición, “Rhythm on The Reservation” (1939), Betty conduce un descapotable abierto, etiquetado como “Betty Boop's Swing Band”, a través de una reserva nativa estadounidense, donde enseña a la gente a tocar música y crea una “Swinging Sioux Band”
La serie de dibujos animados de Betty Boop, terminó oficialmente con “Yip Yip Yippy” (1939), pero se trataba de una oportunidad sobre un aspirante a vaquero, sin Betty; de hecho, el corto fue escrito principalmente para completar el cronograma de liberación, y cumplir el contrato; siendo la entrega #90, y la última del personaje de Betty Boop.
Por otra parte, con el cofundador de su estudio de animación, Dave Fleischer trabajando para un competidor, Screen Gems de Columbia; Paramount hizo sus cartas de renuncia, y exigió el pago de sus préstamos, dejando al estudio en bancarrota, y removiendo oficialmente a los Fleischer del control del estudio.
Pero las caricaturas de Betty Boop volvieron a triunfar, cuando U.M.&M. T.V. Corp., y más tarde, National Telefilm Associates (NTA), comenzaron a transmitirlas nuevamente en la televisión durante los 50; donde alteraron el principio y el final de los capítulos, y quitaron el logo de la Paramount.
Sin embargo, el logo de la montaña se mantiene, aunque con los derechos de autor de U.M.&M.
También Betty ganó fama en el movimiento contracultural de los años 1960; y NTA aprovechó esto para comprar los derechos de sus cortos para colorearlos y volver a emitirlos como The Betty Boop Show.
Pero hubo mucha controversia con la coloración, debido a que, al igual que Turner Classic Entertainment (TCM) hiciera más tarde con Popeye “El Marino” de Fleischer, los coloristas se saltaron los dibujos, y simplificaron los movimientos, usando animación limitada, en vez de la animación completa de Fleischer.
Los Fleischer, nunca más fueron grandes personajes dentro de la industria, pero sus trabajos y personajes han mantenido su popularidad, y en los años 1980, los hermanos fueron reconocidos como los pioneros en animación que fueron.
Finalmente, los vendedores redescubrieron a Betty Boop en los 80 también, y la mercadotecnia con su forma original, la sensual, que hoy en día puede conseguirse fácilmente; sin embargo, la propiedad de las animaciones de Betty ha ido cambiando de manos durante décadas, debido a una serie de fusiones y adquisiciones corporativas.
En 2006, CBS Paramount Television, controlaba la distribución en televisión mientras, irónicamente, la distribuidora Paramount original controla la distribución en salas de cine, aunque no ha anunciado nada por ahora.
Además, el personaje de Betty Boop y la marca registrada pertenecen actualmente al King Features Syndicate, y a los estudios Fleischer.
Fleischer Studios, es hoy en día solo una compañía de nombre, estando a cargo de las licencias de personajes como Betty Boop; y opera como una empresa que sigue manteniendo los derechos de Betty Boop y sus personajes asociados; siendo dirigida por el nieto de Max Fleischer, Mark, que supervisa las actividades de comercialización; a lo que King Features Syndicate, licencia personajes Fleischer en diversos productos.
Así llegó Betty Boop, que todavía se pavonea en 2018, con los ojos tan estrellados como siempre, y sugiere que está aquí para quedarse.
En su camino, después de todo, La Boop, con su sexualidad segura, su inocencia y experiencia; sus contradicciones, su historia racial entrelazada, es un símbolo de EEUU; de conocer la historia más compleja de sus orígenes, solo debería enriquecer la creación de Fleischer.
Por ello es importante reconocer nuestros pasados, intereses raciales y todavía influir entre nosotros para crear un arte hermoso e inquietante, sin importar quién seamos:
Un mundo en el que nunca olvidamos a nuestros fantasmas, pero aprendemos de ellos; por lo que la próxima vez que la escuchemos cantar, debemos escuchar no solo a Kane, sino al fantasma detrás de ella, que nunca debió ser un fantasma en primer lugar.

“Do not Take My Boop-Oop-A-Doop Away”



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