Avanti a lui tremava tutta Roma

“Mai Tosca alla scena più tragica fu!”

La Resistenza Italiana o Partigiana, fue un movimiento armado de oposición al fascismo y a las tropas de ocupación nazis instaladas en Italia durante La Segunda Guerra Mundial; la cual desarrolló una guerra de guerrillas tras El Armisticio de Cassibile el 8 de septiembre de 1943, cuando Italia fue invadida por la Alemania Nazi; y finalizó el 25 de abril de 1945 con la rendición de las tropas alemanas.
Se calcula que más de 300 mil personas participaron en la lucha armada de La Resistencia, de las cuales, unas 35 mil fueron mujeres; y sus miembros tenían una procedencia social e ideológica muy diversa, la cual se nutrió de las fuerzas armadas del Reino del Sur, de voluntarios, de miembros de los partidos políticos democristianos, comunistas, liberales y socialistas; así como miembros del Partito d'Azione, del Partido Popular Italiano, monárquicos, anarquistas, etc.
Todos ellos se opusieron política y militarmente a la ocupación nazi y a La República Social Italiana (RSI) fundada por Benito Mussolini.
Los partidos más importantes de esta resistencia, constituyeron El Comité de Liberación Nacional (CLN), dando por terminada la lucha armada cuando en abril de 1945, consiguió el control de casi todas las ciudades del norte del país, último territorio todavía en poder de las tropas nazis en su retirada hacia Alemania; y desde 1949, cada 25 de abril se ha celebrado oficialmente como “El Día de La Liberación”, también conocido como “El Aniversario de La Resistencia”; y hablando en el aniversario de 2014, El Presidente Giorgio Napolitano dijo:
“Los valores y méritos de La Resistencia, del movimiento Partisano y los soldados que se pusieron del lado de la lucha por la liberación de las fuerzas armadas italianas, son indelebles, y más allá de cualquier retórica de mitificación o cualquier denigración parcial, La Resistencia tuvo el compromiso de reconquistar la libertad y la independencia de Italia, siendo un gran motor civil de ideales, pero sobre todo, fue un pueblo en armas, una valiente movilización de jóvenes ciudadanos que se rebelaron contra el poder extranjero”
Y es que Italia es la cuna de la música culta, llamada también música clásica, que en La Segunda Guerra Mundial también se vio afectada de diversas maneras, jugando también un papel importante, ya sea como un instrumento de propaganda flagrante, o como un medio de entretenimiento, recuperación y levantamiento, cuya música impregnaba hogares y salas de conciertos, hasta campamentos militares y edificios gubernamentales, hospitales y fábricas; y que tanto permeable como maleable, se apropió para numerosas tareas relacionadas con la guerra.
Por ejemplo, un grupo que entendió el papel que desempeñó la música en la difusión de su mensaje político, fueron los nazis en la Alemania de Hitler.
Al entender claramente el vínculo entre la música y la guerra política, El Ministro de Propaganda, Josef Goebbels dijo una vez:
“La música afecta el corazón y las emociones más que el intelecto.
¿Dónde podría golpear el corazón de una nación más fuerte que en las grandes masas, en las que el corazón de una nación ha encontrado su verdadero hogar?”
Por lo que Hitler hizo uso de la música que glorificaba leyendas germánicas, como las obras de Richard Wagner, cuyas óperas empleaban imágenes de Caballeros que Hitler luego cooptó para obtener imágenes de sí mismo.
De hecho, la música se utilizó en la organización de la Juventud Hitleriana como una forma de adoctrinar a los jóvenes de Alemania en la ideología nazi; y como parte de sus actividades, el canto grupal fue una forma de educar a los jóvenes miembros del grupo.
Según una nota interna, las canciones se consideraban como “la posesión del poder para una construcción comunitaria más fuerte”
Y es que los nazis estaban dedicados al concepto de que la cultura alemana era la mejor de la historia, pero como en toda censura artística, Hitler se interesó en suprimir el trabajo de todos aquellos que consideraba “no aptos”; mientras promocionaba a ciertos compositores como “auténticos alemanes”; por tanto, su gobierno reconoció oficialmente a ciertos compositores como verdaderos alemanes, que incluyen a los compositores Ludwig van Beethoven, Richard Wagner y Anton Bruckner; al cantante Hans Hotter y al conductor de orquesta Herbert von Karajan, entre otros.
Mientras que la música alemana no aprobada, era como “arte degenerado”, y el gobierno nazi identificó cierta música, compositores e intérpretes como “Entartete Musik”, y estos incluyeron a:
Berthold Goldschmidt, Ernst Krenek, Erich Wolfgang Korngold, Arnold Schoenberg, Bruno Walter y Anton Webern, entre otros.
Para 1938, la Alemania nazi aprobó una ley oficial sobre la música de jazz; y no es de extrañar que trate con la naturaleza racial de la música, y haga leyes basadas en teorías raciales, pues el jazz era “negroide”, por lo que representó una amenaza para la cultura superior europea, y por tanto fue prohibida, excepto en el caso del estudio científico.
De esa manera los grados de censura variaban, y los alemanes probablemente estaban más preocupados por la guerra, que los estilos de música aprobados.
Pero a medida que la guerra iba mal, los objetivos del gobierno pasaron de construir un estado alemán perfecto, a mantener a la población en línea, y la relativa importancia de las canciones para elevar la moral habría aumentado; por ello también, numerosas películas de Hollywood o internacionales fueron creadas para impulsar el nacionalismo civil como militar, al tiempo que levantaba la moral y el espíritu de libertad.
“Ma il sozzo sbirro lo pagherà”
Avanti a lui tremava tutta Roma es una película bélica y musical, del año 1946, dirigida por Carmine Gallone.
Protagonizada por Anna Magnani, Tito Gobbi, Hans Hinrich, Gino Sinimberghi, Edda Albertini, Heinrich Bode, Elizabeth Barbato, Carlo Duse, Guido Notari, Tino Scotti, Guglielmo Sinaz, Joop van Hulzen, Giuseppe Varni, entre otros.
El guión es de Gaspare Cataldo, Carmine Gallone y Gherardo Gherardi; que toman como parte de la trama, la ópera “Tosca” (1900) con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa; cuyo texto está basado en un intenso drama, “La Tosca” (1887) de Victorien Sardou; por lo que no se puede entender la ópera sin ver esta versión cinematográfica, rápida y sensible, de cuya argumenta mantiene la combinación de amor, intriga, violencia, pasión y muerte.
Y es que el marco histórico de “Tosca”, tiene lugar a finales del siglo XVIII, cuando Napoleón invadió el norte de Italia, después de combatir con el ejército austríaco, y llevó a ese país las ideas de La Revolución Francesa, instaurando una República.
Estas ideas se difundieron rápidamente por toda La Península, incluso en los estados pontificios, instaurando también allí una República.
Cuando el ejército napoleónico marcha a Egipto, su ausencia es aprovechada por los austriacos y los realistas, y se disuelven Las Repúblicas, restaurando la monarquía, tanto en el norte como en Roma, y los republicanos son ferozmente perseguidos.
Mientras tanto, Napoleón vuelve a Francia, se declara Emperador e inicia una nueva campaña en Italia, enfrentándose al ejército austriaco en La Batalla de Marengo, el 14 de junio de 1800.
Napoleón resulta vencedor de esa batalla; sin embargo se produce un hecho curioso:
Las primeras noticias que llegan a Roma, dan por triunfadores a los austriacos, lo que da lugar a expresiones de júbilo entre las fuerzas reaccionarias que realizan diversos actos para festejar el triunfo; y al día siguiente llega la noticia del verdadero resultado de la batalla.
La obra de Sardou, hace un uso dramático de este hecho histórico, y el conflicto en Italia entre los republicanos y los realistas, toma cuerpo en la persecución por parte de Scarpia, que es el antagonista e instrumento de la autocracia realista; de Angelotti y Cavaradossi, personajes todos de la ópera de Puccini, y los 2 últimos de ideas liberales.
Si bien Puccini descarta algunos elementos del subargumento histórico de la obra de Sardou para concentrarse en el melodrama mismo, el conflicto político es el disparador de la acción dramática, y se incluyen referencias al equívoco del resultado de la contienda, así como el brillante “Te Deum” del final del I acto para conmemorar la supuesta derrota de Napoleón.
De esa manera, los guionistas de Cataldo y Gherardi, junto al director, montan un drama en paralelo a la obra de Sardou/Puccini, donde se podría decir que actualiza aquel contexto histórico y lo lleva a La Segunda Guerra Mundial, donde la obra tendrá un peso significativo en los acontecimientos, pero con un final feliz.
Y es que Carmine Gallone fue un director de cine italiano, conocido fundamentalmente por sus películas históricas, cuya exaltación de la “romanidad” sirvió también de propaganda para El Régimen Fascista; siendo considerado como uno de los primeros directores del cine italiano, pues dirigió más de 120 películas en su carrera de 50 años que comprendió entre 1913 y 1963.
Sus películas más recordadas, como “Gli ultimi giorni di Pompei” (1926) y muchos años después la épica masiva “Scipione l'Africano” (1937), fueron utilizadas para realzar las aspiraciones imperiales del Régimen de Mussolini a través de la representación de la grandeza de La Antigua Roma; y acerca de “Scipione l'Africano”, se dice que Gallone comentó:
“Si la película no complace a Il Duce, me pegaré un tiro”
Curiosamente, se desconoce la génesis de esta producción, que más bien vino a contradecir toda esa leyenda negra que supuso su vinculación con Mussolini, pues aquí La Resistencia Italiana es la vencedora; por ello se comprende que estilísticamente, la película es un híbrido entre las representaciones de ópera filmadas, y un melodrama de resistencia neorrealista.
El título, “Avanti a lui tremava tutta Roma” se refiere a un pasaje de la ópera “Tosca” de Puccini en el momento en que mata al villano del drama, Scarpia, que se realiza durante la película.
Como dato, los carteles de la película para Italia, fueron realizados por el famoso pintor de afiches, Rinaldo Geleng, colaborador habitual y amigo del director Federico Fellini.
Rodada en 1946, poco después de que terminó la guerra, Avanti a lui tremava tutta Roma resume la pasión y la libertad patriótica, al tiempo que desde un punto de vista puramente cinematográfico, es capaz de transmitir emociones al espectador, pues contiene el mérito de recordarnos que la libertad del individuo es un derecho universal e inviolable, donde el ser humano está listo para cualquier cosa, incluso para sacrificar su propia existencia a fin de mantener vivo este valor.
La acción se centra en un grupo de La Resistencia en la Roma de 1944, que lucha contra los alemanes nazis, y que para ganarse la vida, forman parte de una compañía de artistas de ópera, que actualmente representan “Tosca” de Puccini.
Allí vemos a Ada (Anna Magnani/Elizabeth Barbato) que denuncia involuntariamente ante los oficiales nazis a su compañero y el tenor, Marco (Gino Sinimberghi), como culpable de haber alojado a un soldado inglés en su villa…
Pero los 2 cantantes de ópera, tendrán éxito al final de su interpretación de la ópera “Tosca” para escapar de los hombres de La Gestapo, gracias a la ayuda de algunos técnicos de teatro.
La historia entrelaza las acciones del movimiento clandestino contra los alemanes, por un grupo de artistas de ópera que son parte de La Resistencia Italiana, con su presentación de “Tosca”, que también se ocupa de la ocupación de la ciudad, pero durante La Era Napoleónica; y a diferencia de algunos de sus homólogos de “Tosca”, los miembros de “la troupe” viven para actuar ante las tropas aliadas; mezclándose de esa manera muy inteligente la obra teatral/lírica con la realidad del momento; y adelantada narrativamente, pues claramente vemos aquí muchos elementos usados en la obra musical teatral y oscarizada “The Sound Of Music” o bien, la otra oscarizada “The Godfather: Part III” (1990)
“Ah!
Finalmente!
Nel terror mio stolto vedea ceffi di birro in ogni volto”
La música y la guerra política se han utilizado juntos en muchos contextos políticos y culturas diferentes, como una forma de llegar a una audiencia específica para entregar un mensaje político específico.
Primeramente, la guerra política es el uso de medios políticos para obligar a un oponente a hacer su voluntad... y comúnmente a través del uso de palabras, imágenes e ideas; mientras la música es útil porque crea un fácil método de entrega reconocible y memorable para el mensaje deseado; por lo que es un medio particularmente útil para la difusión de propaganda.
Y es que para que la propaganda sea efectiva, debe llenar el día y todos los días del ciudadano.
Como a menudo se considera que la música es una actividad de ocio, a menudo no se la considera tan amenazante como otras técnicas de propaganda, y como resultado, los mensajes a menudo se pueden comunicar subrepticiamente sin ser evidentemente notorios.
Por su parte, el neorrealismo italiano se lee convencionalmente como la crónica cinematográfica autoritaria de la experiencia italiana de La Segunda Guerra Mundial; y La Resistencia, a través de películas canónicas como “Roma città aperta” (1945) de Rossellini que inauguró el género, o bien Avanti a lui tremava tutta Roma, que toma una ópera conocidísima para montar un alegato en pro de los ideales de quienes lucharon en la batalla.
Sin embargo, es importante restaurar una imagen completa de la gama de géneros que narraron y refractaron la experiencia de La Resistencia en el período de la posguerra, como esta película, que utiliza un género clave que ha sido pasado por alto por la erudición, “la película de ópera” o el melodrama lírico; y al examinar Avanti a lui tremava tutta Roma, veremos que en este período, las convenciones cinematográficas realistas eran insuficientes para la percepción máxima del contexto histórico, , y que la carga afectiva del melodrama, era esencial para restaurar esta complejidad; por tanto se evalúa el atractivo de las emociones producidas por la película, y las formas en que se construye a través de la interpretación corporal y vocal de la ópera; al tiempo que cuestiona la división crítica entre la emoción, siempre vista como “excesiva”; y la autenticidad vista en el neorrealismo del modo de “seriedad”; que ha visto la película de ópera relegada al margen de la historia del cine italiano de la posguerra, de manera casi olvidada hasta el lamento.
Así, después de un interludio desafortunado de obras, como “Il canto della vita” (1945) o “Tristi amori” (1943), el director Carmine Gallone vuelve a probar suerte con una película que se desarrolla en el mundo de la ópera, muy querido para él, pues en el pasado ya se había dirigido filmes relacionados al campo musical como “Giuseppe Verdi” (1938) o “Melodie eterne” (1940) y en el que parece moverse a gusto, por lo que Avanti a lui tremava tutta Roma vendría a poner más dedo en una llaga que señalaba su pasado poco glorioso políticamente, a manera de redención.
La acción tiene lugar en 1944, en Roma:
Ada y Marco son 2 cantantes de ópera, parejas comprometidas y compañeros de trabajo; que también son parte de La Resistencia romana durante la ocupación alemana de la capital.
Por su parte, Marco esconde en el sótano de su villa rural a un paracaidista inglés, que mantiene comunicaciones con los aliados.
Pero los movimientos de Marco, dentro y fuera de la villa, hacen sospechar a su prometida Ada, que él piensa traicionarlos; por lo que ella habla de ello con un oficial alemán, que descubrió la verdad que rodea sus salidas, y en la representación final en el teatro, pretende arrestar a Marco, a Ada y al resto de La Resistencia.
Mientras tanto, en el teatro hay la representación de “Tosca” de Puccini; donde los alemanes deciden esperar hasta el final de la obra, antes de ejecutar las detenciones, por esta vez, la ópera y los acontecimientos actuales se cruzan entre sí, hasta la muerte de Mario Cavaradossi, el personaje operístico, que es fusilado; pero es salvado por una trampilla desde el escenario interno por los maquinistas del teatro… mientras esperan a salvo, Los Aliados finalmente llegan a Roma, y se da una gloriosa representación de “Tosca”, esta vez con el trasfondo libertario y patriótico, en agradecimiento con Los Aliados, mostrando las banderas de los involucrados en la liberación italiana, un momento por demás sobrecogedor que concluyo de manera muy acertada.
Así veremos todas las famosas arias de la ópera, cantadas por el doblaje, por verdaderos cantantes de ópera; pero mientras tanto se desarrolla su propio drama, que inteligentemente es similar al de “Tosca”; ya que Cavaradossi es Marco, como Ada, Tosca; cuando intentan esquivar a La Gestapo, dirigida por un oficial alemán que en cierto modo se parece a Scarpia de la ópera, donde el aficionado a la ópera verá muchos paralelismos entre la obra lírica y el drama de fondo, pero predomina el de la actualidad.
En esta ocasión, Gallone dirige a Anna Magnani que regresa del éxito de Rossellini de 1945, en un gran melodrama trágico, con un trasfondo histórico y político particular, que sirve de pretexto para el desenlace de la acción.
Los caracteres de los personajes, están hábilmente delineados psicológicamente, en una historia de engaños y dudas.
Nada parece honesto y directo; incluso el amor es perturbado por los celos…
Siendo el oficial alemán destacado en Roma, como Scarpia, el hombre más temido de Roma, pero que aquí no es asesinado por aquella mujer dulce e inocente.
Y en esta ocasión, como en la ópera, también se siente la atmósfera asfixiante de duda y sospecha, de intriga, guerra y peligro constantes, aun cuando no veamos la batalla.
Toda la película sigue la obra lírica y en paralelo, la realidad y la trama operística siguen los mismos patrones de desarrollo, es decir:
Comienza con la huida de la prisión de “Angelotti”, al “Castillo de Sant’Angelo” tras “la caída de La República”
Si bien es un personaje secundario, es el disparador de toda la trama en ambos casos.
“El Barón Scarpia” es el jefe de policía de Roma, que aquí es el oficial nazi; un personaje siniestro y sádico, que también no va a dudar en hacer uso de su poder para su provecho personal y satisfacer su deseo.
Mientras que “Mario Cavaradossi” es un pintor, aquí tenor; y amante de “Tosca” que es su colega artística.
Si bien en “Tosca” Mario no tiene una participación política activa, aquí ambos, Ada y Marco simpatizan con las ideas liberales pues son miembros de La Resistencia.
Pero Cavaradossi es el instrumento de Scarpia para cumplir su doble objetivo de apresar a Angelotti y poseer a Tosca… mientras en la película, ambos son utilizados para tal fin.
Al igual que Ada, Tosca es una mujer cuya vida transcurre entre el arte y su amante Mario; es sofisticada, con cierto aire de frivolidad y totalmente ajena a los acontecimientos políticos.
Uno de los aspectos centrales de esta obra, tanto lírica como cinematográfica es la evolución que va sufriendo este personaje frágil, que envuelto en situaciones extremas jamás imaginadas, alcanza el carácter de una verdadera heroína, pero no trágica como en Puccini.
De esa manera, Gallone hace una película lejos de la pureza y la simplicidad del neo-realismo de Rossellini, y mucha más conectada con el fondo de la obra de Puccini, reflejando La Resistencia en La Segunda Guerra Mundial, con la elección de lugares pintorescos, ricos y redundantes, como La Villa y el teatro de la ópera; y la carga de la interpretación de todos los personajes que pasan por la frontera que separa el cine y el teatro, pues aquí vemos una mirada del teatro dentro del teatro y del cine dentro del teatro de una manera muy novedosa; y en sustancia muestra imágenes cinematográficas poderosas a través de planos y composiciones muy realistas que generan impacto o emociones, como el suicidio del pianista, o en el interrogatorio o tal vez violación de la encargada de La Villa, que no vemos pero que sí oímos…
Y sin embargo añadir que, aunque la película aparece intencionalmente excesiva en su melodrama por explosiones populares, como el profesor de música judío que envenena a sí mismo, que nunca va a caer bajo sus garras; o la criada que lucha con toda su fuerzas para no dejar que los nazis encuentren el escondite donde se refugia el inglés; todo ello está impregnado de una cierta y apasionada sinceridad, y rodada de manera impactante; aun cuando se vea la estática teatral, donde la parte operística es bastante larga, y que llega a ser también algo documental; en el fondo trata de la historia humana en tiempos de desesperación.
De hecho, Avanti a lui tremava tutta Roma, debe ser re-visionada como una película completamente exitosa, tanto dramática como narrativamente, pues dio un cierto paso adelante en las formas que otras obras irán produciendo con mayor éxito:
Por una parte, el montaje de lo real y la ficción; de la destreza en una historia continua en la puesta de una ópera en teatro con los acontecimientos relacionados con la vida amorosa de los protagonistas, la llegada de los aliados, la guerra misma como desarrollo y las ansias de libertad propias de cualquier ser humano en cualquier lugar, por eso la historia llega tan bien; y Gallone dirige todo con una mano segura, de manera muy fluida, aun cuando se conoce la ópera, con esperando un resultado final predecible y banal; que aquí toma un giro diferente y si se quiere, mucho más poderoso.
Por tanto, en el fondo, La Segunda Guerra Mundial fue una situación única para la música y su relación con la guerra; ya que nunca antes fue posible que no solo las canciones individuales, sino también las grabaciones individuales de canciones se distribuyeran tan ampliamente entre la población; y es que nunca antes el número de oyentes de una sola actuación, una grabación o producción de transmisión, había sido tan alta; ahora, a partir de Avanti a lui tremava tutta Roma, escucharemos otro matiz al trasfondo dramático que bien puede aplicarse a un montaje operístico total.
Además, nunca antes los estados habían tenido tanto poder para determinar no solo qué canciones se interpretaban y escuchaban, sino también para controlar las grabaciones, lo que no permitía a las personas locales alterar las canciones en sus propias actuaciones.
Aunque la gente local todavía cantaba y producía canciones durante la guerra, esta forma de música enfrentó una nueva competencia seria de la música distribuida.
Del reparto, Anna Magnani da la talla como actriz, sin caer en la sobreactuación de “un doble papel”; mientras Gino Sinimberghi y Tito Gobbi siempre dan la talla en este tipo de filmes en los que cinematográficamente fue muy asiduo, y Hans Hinrich da la sensación de peligro que inspira su personaje, el del Oficial Nazi.
Como dato, recientemente este filme ha sido restaurado; y requirió un complejo proceso que comenzó en 1991, cuando se encontró una primera copia en la Filmoteca de Lausana.
La versión realizada ahora, incluye algunas escenas, por un total de 11 minutos, que aún faltaba en los trabajos anteriores, llegando la obra completa a casi las 2 horas de metraje.
Resta decir que la banda sonora contiene música de la obra de Puccini, y una partitura original de Renzo Rossellini, hermano de Roberto.
“Finire così?
Finire così?”
La rendición incondicional del ejército alemán en Italia, tuvo lugar el 29 de abril de 1945, aunque en alguna ciudad como Génova, ya habían depuesto sus armas ante los partisanos días antes.
Esto marcó el final de La Resistencia; y El Comité de Liberación Nacional, se hizo cargo de los primeros gobiernos de la posguerra donde se produjeron grandes divergencias sobre la configuración del nuevo estado italiano, como en todo:
Por una parte, los partidos de izquierdas se negaban a regresar al viejo estado liberal pre fascista, y con el apoyo del Partito d'Azione, defendieron que La Resistencia tuviera un papel decisivo en la construcción de la nueva democracia, y que esta rompiera con La Monarquía.
Por el contrario, el resto de fuerzas, sobre todo los democristianos, los liberales y los militares que no reconocieron La RSI, abogaban por el mantenimiento del régimen monárquico.
La Asamblea Constituyente elegida en 1946, estuvo compuesta en su mayor parte por miembros del CLN, que fueron los que redactaron La Constitución de La República Italiana, inspirada en los principios de democracia y antifascismo característicos de La Resistencia.
Pero en el fondo, no se tienen cifras exactas de las víctimas fascistas que fueron ejecutadas por La Resistencia.
Según un libro publicado en 1955 por un comité ministerial italiano en el 10° aniversario de La Liberación, las bajas en Italia entre el movimiento de resistencia ascendieron a 35.828 partidarios muertos en acción o ejecutados; y 21.168 partidarios mutilados o quedaron discapacitados por sus heridas.
Otros 32,000 partisanos italianos habían sido asesinados en el extranjero, en los Balcanes; y en menor medida en Francia; y unos 9.980 civiles italianos habían sido asesinados en represalia por las fuerzas alemanas y fascistas.
En 2010, el Ufficio dell'Albo d'Oro del Ministerio de Defensa italiano, registró 15.197 partidarios muertos; sin embargo, el mismo Ufficio solo consideró como partidarios, a los miembros de La Resistencia que eran civiles antes de unirse a los partisanos; mientras que los partisanos que eran miembros de las fuerzas armadas italianas, más de la mitad de los muertos, fueron considerados como “miembros de su fuerza armada de origen”
Tras la guerra se crearon órganos de investigación y tribunales específicos para juzgar a los fascistas responsables de abusos durante los años de la guerra, que dieron muerte finalmente a Mussolini y sus seguidores más cercanos, siendo ejecutados por ahorcamiento y expuestos en plaza pública.
Estos tribunales excepcionales, estaban bajo la presidencia de un juez al que se denominaba Presidente del Tribunal de Apelación, donde actuaron con rapidez y severidad, y dictaron numerosas condenas a muerte, que se ejecutaron, y prolongadas penas de reclusión.
Sin embargo, los juicios por las matanzas a partisanos y civiles cometidos por los fascistas de La República Social Italiana, y por los alemanes, tanto de la Wehrmacht como de Las SS, nunca se resolvieron, en parte a causa de 3 amnistías sucesivas:
La Amnistía Togliatti  del 22 de junio de 1946, que abarcaba los delitos comunes y políticos, incluidos los de colaboracionismo con el enemigo y la cooperación en homicidios, delitos que entonces se penaban con un máximo de 5 años de prisión; y afectaba a los delitos cometidos en el sur, tras el 8 de septiembre de 1943, y el inicio de la ocupación militar aliada en el centro y el norte.
Por La Amnistía del Gobierno Pella, del 18 de septiembre de 1953, aprobada por El Presidente Giuseppe Pella y El Ministro de Gracia y Justicia, Antonio Azara, donde se concedía el indulto y la amnistía para todos los delitos políticos cometidos antes del 18 de junio de 1948.
Y por La Amnistía del 4 de junio de 1966, donde la Alemania Occidental era desde 1952, aliada de Italia en La OTAN, por lo que no resultaba políticamente oportuno remover “episodios incómodos” que habría supuesto procesar a ciudadanos de estados extranjeros.
Por otra parte, algunos italianos que colaboraron con La República Social Italiana, se habían integrado después de la guerra en el ejército italiano, o en la administración pública.
Por estas razones, todos los expedientes secretos sobre los crímenes nazi-fascistas en Italia, fueron “archivados provisionalmente” por El Procurador General Militar, con lo que se consiguió la impunidad de los responsables que todavía vivían.
Sólo en 1994, durante la investigación de Erich Priebke para El Caso de La Masacre de Las Fosas Ardeatinas, se descubrieron los expedientes archivados en lo que los medios de comunicación llamaron “El Armario de La Vergüenza”; y se reabrió judicialmente alguno de los casos, como el de Theodor Saevecke por La Matanza del Piazzale Loreto de Milán, donde fueron fusilados 15 partisanos y antifascistas.
De esa manera, la mayor parte de las investigaciones y de las denuncias contenidas en los expedientes, no pudieron terminar en juicio, bien porque sus responsables ya habían muerto, o por la prescripción de los delitos…
Entre las víctimas mortales italianas notables en el mundo de la música, durante La Segunda Guerra Mundial están:
El pianista Mario Finzi, muerto por infección intestinal en Auschwitz, poco después de la liberación; y el compositor Leone Sinigaglia, que sufrió un ataque al corazón fatal en el momento de su arresto.
A ellos y otros más, esta lectura.

“Vittoria!
Vittoria!
L'alba vindice appar che fa gli empi tremar!
Libertà sorge, crollan tirannidi!
Del sofferto mártir me vedrai qui gioir...
Il tuo cor trema, o Scarpia, carnefice!”



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