...And Justice For All

“This man needs the best lawyer in town.
But the problem is... he is the best lawyer in town”

"¿Juráis a Dios y prometéis a la Patria, observar y defender la Constitución y las leyes de la República, y cumplir fielmente los deberes de vuestro destino?
-Sí juro.
Si así lo hiciereis, Dios os ayude, y si no, El y la Patria os lo demanden"
Constitución Política de la República de Costa Rica.
Dado en el Salón de Sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente.
Palacio Nacional.
San José, a los siete días del mes de noviembre de mil novecientos cuarenta y nueve.

“If everybody agrees I'm innocent, how come I'm going back to jail?”
Un abogado (del latín advocatus, "llamado en auxilio") es aquella persona que ejerce profesionalmente la defensa jurídica de una de las partes en juicio, así como los procesos judiciales y administrativos ocasionados por ella.
Además, asesora y da consejo en materias jurídicas.
En la mayoría de los ordenamientos de los diversos países, para el ejercicio de esta profesión se requiere estar inscrito en un Colegio de Abogados, o bien tener una autorización del Estado para ejercer.
Cuando realizan nuevos aportes originales a las Ciencias Jurídicas, obtienen el doctorado.
El Abogado es un profesional cuyo objetivo fundamental es colaborar en la defensa del valor de la justicia.
Cuenta con una sólida formación teórica y está altamente capacitado para el diseño jurídico de los más variados emprendimientos locales, nacionales e internacionales.
Interviene en la resolución de conflictos judiciales y extrajudiciales, la función pública, la magistratura, la enseñanza y la investigación.
Se encargan de defender los intereses de una de las partes en litigio.
Al ser el abogado un profesional específicamente preparado y especializado en cuestiones jurídicas, es la única persona que puede ofrecer un enfoque adecuado del problema que tiene el ciudadano o justiciable.
Debe destacarse que además de su intervención en el juicio, una función básica y principal del abogado es la preventiva.
Con su asesoramiento y una correcta redacción de los contratos y documentos, pueden evitarse conflictos sociales, de forma que el abogado, más que para los pleitos o juicios, sirve para no llegar a ellos, sirviendo en muchos casos como mediador extrajudicial.
Tanto es así que en la mayoría de los procedimientos judiciales es obligatorio comparecer ante los tribunales asistido o defendido por un abogado en calidad de director jurídico, es decir todo escrito o presentación judicial debe ir firmada por el cliente, o su representante legal, el procurador, y por su abogado, lo cual le garantiza un debido ejercicio del derecho a la defensa durante el proceso.
Un abogado suele tener poderes de su defendido o cliente mediante autorización por instrumento público, u otorgado "apud acta" por comparecencia en el juzgado o tribunal, de manera que pueda dirigirlo en juicio, o representarlo en actuaciones legales o administrativas que no requieren, necesariamente, de Procurador de los Tribunales, representando así al justiciable.
“At this point, I would just like to say that what this committee is doing in theory is highly commendable.
However, in practice, it sucks... and I'm not going to answer any more questions”
Los 70 fueron una época dorada para el cine americano.
No fue dorada en términos comerciales ni industriales, de hecho Hollywood en los 70' estaba en una época de profunda reconstrucción.
Con las heridas de la irrupción de la TV y la pérdida continua de espectadores, castigada por la mediocridad institucionalizada de los 60' y el anquilosamiento del cine americano, derrotada en el campo creativo por cada vez más cinematografías que le hacían sombra caritativa e incluso comercial a nivel mundial, como el cine francés o italiano, sin olvidar las pequeñas bombas que salían regularmente de otras cinematografías como la japonesa o la inglesa, la industria americana estaba en su momento más bajo desde los años 30' y su traumático paso del cine mudo al sonoro y el fin de un modelo industrial.
Todos hemos oído esa paradoja lingüística que dice que en chino se usa la misma palabra para decir “crisis” y decir “oportunidad”, y es en tiempos de crisis que surge lo mejor del ser humano para superarse a sí mismo en un clima de renovación, y si bien es cierto que la crisis tocó la línea de flotación de la industria americana también es cierto que ese impacto directo en Hollywood sirvió para replantearse muchas cosas y que, con el tiempo, surgiera una nueva edad dorada del cine americano.
La escasez excita la inventiva humana y abre a las productoras a buscar sangre nueva que les saque de la crisis.
El cine americano de los 70' es apasionante por la inventiva y libertad que fueron necesarios para tirarlo adelante y al mismo tiempo por el profundo desconocimiento que tenemos de la mayoría de grandes títulos rodados en esa década, fruto de la poca repercusión a nivel mundial de ese cine carente de una distribución tan masiva como llegó a tener Hollywood en las anteriores décadas.
“Gentlemen, do you realize you're in a court of law?”
...And Justice For All es una película de 1979 dramática con tintes de comedia, dirigida por Norman Jewison, sobre el guion escrito por Valerie Curtin y Barry Levinson.
...And Justice For All estuvo nominada a los Oscar en las categorías de mejor actor principal (Al Pacino) y mejor guion original.
Protagonizada por Al Pacino, Jack Warden, John Forsythe, Lee Strasberg, Christine Lahti, Craig T. Nelson, Jeffrey Tambor, Thomas G. Waites, entre otros.
...And Justice For All es un claro ejemplo de ese cine de los 70', reivindicativo como pocas veces se ha visto en Hollywood, ácido, atrevido, rodado con pocos recursos y mucha inventiva para sacar lo máximo de ellos.
La trama gira en torno a Arthur Kirkland (Al Pacino), quien es un abogado con más de doce años postulando en los tribunales de la cuidad de Baltimore en el estado de Maryland, pero la dinámica de las interpretaciones de la ley y los tecnicismos legales con los jueces corruptos que presiden las salas son un desafío constante.
Arthur decide enfrentarse a la situación con arrojo y valentía, pero las consecuencias serán devastadoras.
El director quiere hacernos comprender como este no es un trabajo sencillo.
Donde la vida de una persona puede tomar unos cauces diferentes por la forma de actuar de jueces y abogados, y como este quieran o no, te afecta en tu propia vida.
El personaje de Al Pacino es el que aguanta la presión más intensa de ...And Justice For All.
Defiende a dos personajes diferentes:
Uno completamente inocente y el otro no tanto... y ambos acaban muertos.
Siente impotencia y decepción por no haber hecho nada por evitarlo.
Incluso su abuelo pierde completamente la cabeza cuando pasa dos semanas sin visitarlo.
Su socio deja en la calle a un culpable y vuelve a asesinar a dos chavales, se siente culpable por ello y se trastorna.
Aunque al final de ...And Justice For All parece recuperar de nuevo la cordura.
Esa escena final es una buena manera de acabar ...And Justice For All, pero llegas a ese momento con la incertidumbre de si:
¿Será capaz o no?
...And Justice For All destaca por las actuaciones del oscarizado Al Pacino, los debutantes Christine Lahti y Jeffrey Tambor, y los veteranos Jack Warden, John Forsythe y Lee Strasberg, sus actuaciones fueron convincentes y manejaron sus personajes de forma holgada.
...And Justice For All básicamente es una sátira del sistema judicial americano, que en ocasiones está entre el humor negro y el drama con un fuerte contenido social.
También ...And Justice For All nos plantea la pregunta:
¿A dónde ha ido a parar la justicia?
...And Justice For All posee una muy buena dosis de pensamiento judicial y una pizca de comedia y al final te deja pensando en que sistema democrático estamos viviendo.
...And Justice For All es una gran película que pone de manifiesto cómo funcionan los Tribunales de Justicia, qué gente es la que administra justicia, algunos desequilibrados o gente excéntrica, así, con abogados buscapleitos sin escrúpulos, que defenderían al mismo diablo si les pagara bien, o jueces y funcionarios desequilibrados que utilizan la ley para saciar sus complejos o sus ansias de poder; y ante ellos gente inocente que por circunstancias aparentes o por hechos irrelevantes se pueden ver gravemente acusados.
Esta es nuestra "Justicia", la de nuestros tribunales, la real, la que está llena de injusticias, la justicia incompleta... la que queda por hacer.
En ...And Justice For All veremos como en el país del Tío Sam no es oro todo lo que reluce, también se equivocan en sus juicios.
Hay sobornos, chantajes, pactos... todo vale mientras la figura de la justicia mantenga sus ojos vendados ante esta realidad tan cruel.
Sin duda ...And Justice For All nos planteará dudas sobre la moralidad de un abogado correcto y del límite entre el bien y el mal.
“You're out of order!
You're out of order!
The whole trial is out of order!
They're out of order!”
¿Existe realmente la justicia?
Es probable que no haya rincón del mundo donde algún abogado no tenga en su despacho uno de esos recuadros que, desde el de San Ivo, del siglo XIII, hasta el de Ossorio, del siglo XX, se vienen redactando para expresar la dignidad de la abogacía.
Son esos textos, decálogos del deber, de la cortesía o de la alcurnia de la profesión.
Aspiran a decir en pocas palabras la jerarquía del ministerio del abogado.
Ordenan y confortan al mismo tiempo; mantienen alerta la conciencia del deber; procuran ajustar la condición humana del abogado, dentro de la misión casi divina de la defensa.
Pero la abogacía y las formas de su ejercicio son experiencias históricas.
Sus necesidades, aun sus ideales, cambian en la medida en que pasa el tiempo y nuevos requerimientos se van haciendo sucesivamente presentes ante el espíritu del hombre.
De tanto en tanto es menester, pues, reconsiderar los mandamientos para ajustarlos a cada nueva realidad.
Hoy y aquí, en este tiempo y en este lugar del mundo, las exigencias de la libertad humana y los requerimientos de la justicia social, constituyen las notas dominantes de la abogacía, sin las cuales el sentido docente de esta profesión puede considerarse frustrado.
Pero a su vez, la libertad y la justicia pertenecen a un orden general, dentro del cual interfieren, chocan y luchan otros valores.
La abogacía es, por eso, al mismo tiempo, arte y política, ética y acción.
Como arte, tiene sus reglas; pero éstas, al igual que todas las reglas del arte, no son absolutas, sino que quedan libradas a la inagotable aptitud creadora del hombre.
El abogado está hecho para el derecho y no el derecho para el abogado.
Como arte, el manejo de las leyes está sustentado, antes que nada, en la exquisita dignidad de la materia confiada a las manos del artista.
Como política, la abogacía es la disciplina de la libertad dentro del orden.
Los conflictos entre lo real y lo ideal, entre la libertad y la autoridad, entre el individuo y el poder, constituyen el tema de cada día.
En medio de esos conflictos, cada vez más dramáticos, el abogado no es una hoja en la tempestad.
Por el contrario, desde la autoridad que crea el derecho o desde la defensa que pugna por su justa aplicación, el abogado es quien desata muchas veces ráfagas de la tempestad y puede contenerlas.
Como ética, la abogacía es un constante ejercicio de la virtud.
La tentación pasa siete veces cada día por delante del abogado.
Este puede hacer de su cometido, se ha dicho, la más noble de todas las profesiones o el más vil de todos los oficios.
Como acción, la abogacía es un constante servicio a los valores superiores que rigen la conducta humana.
La profesión demanda, en todo caso, el sereno sosiego de la experiencia y del adoctrinamiento en la justicia; pero cuando la anarquía, el despotismo o el menosprecio a la condición del hombre sacuden las instituciones y hacen temblar los derechos individuales, entonces la abogacía es militancia en la lucha por la libertad.
En ...And Justice For All, Al Pacino se encarga de dar vida a un joven abogado que debe defender a un juez corrupto acusado de violación, y con el que tuvo problemas profesionales en el pasado.
Así, el mensaje central no es el que se cumpla la justicia, que también, sino que se aplique a todos por igual, como bien dice su título.
Al Pacino persigue eso rogando un poco de ética moral a los jueces.
Este dilema se hace llevadero en parte, gracias a su novia.
Me explico, el espectador en esos diálogos escucha la contraposición de ideas, por un lado, la de ella de aplicar la justicia ley a ley, punto por punto o la de Pacino, que no es la de aprovechar vacíos legales, sino algo más humano, pensar un poco más en sus clientes, todos con muy mala suerte por cierto, o en ponerse en la piel de cualquier reo metido en prisión, sea o no sea culpable.
Los abogados, que aclaran los hechos ambiguos de las causas, y que por los esfuerzos de su defensa en asuntos frecuentemente públicos y en los privados, levantan las causas caídas y reparan las quebrantadas, son provechosos al género humano, no menos que si en batallas y recibiendo heridas salvasen a su patria y a sus descendientes.
Pues no creemos que en nuestro imperio militen únicamente los que combaten con espadas, escudos y corazas, sino también los abogados; porque militan los patronos de causas, que confiados en la fuerza de su gloriosa palabra defiendan la esperanza, la vida y la descendencia de los que sufren.
¿Así sucede todavía hoy?
El decálogo del abogado, también conocido como los "Mandamientos del Abogado" fue realizado por el jurista uruguayo Eduardo Couture, ex decano y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República Uruguaya y dice así:
Estudia.
El derecho se transforma constantemente.
Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
Piensa.
El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
Trabaja.
La abogacía es una dura fatiga pues está al servicio de la Justicia.
Lucha.
Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha siempre por la justicia.
Sé leal.
Leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti.
Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo.
Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.
Intenta ser leal con todo el mundo y todo el mundo intentará ser leal contigo.
Tolera.
Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
Ten paciencia.
El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
Ten fe.
Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como sustituto bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, Justicia, ni Paz.
Olvida.
La abogacía es una lucha de pasiones.
Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti.
Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
Ama a tu profesión.
Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
Estos Mandamientos dejan en deliberada imprecisión la línea divisoria de lo real y de lo ideal, de lo que es y de lo que se desea que sea.
El abogado está visto, aquí, un poco como lo muestra la vida y otro poco como lo representa la ilusión.
En todo caso, aparece tal como quisiera ser el autor, el día en que pudiera superar todas aquellas potencias terrenas que obstan, en la lucha de todos los días, a la adquisición de una forma plenaria de su arte.
Pero la imprecisión en la frontera que separa la presencia de la esencia, lo adquirido de lo que aún se desea adquirir, es inherente a toda meta.
Meta es, en sus acepciones latina y griega, sucesivamente, el término de una carrera y el más allá.
Por tal motivo, nunca sabremos en la vida en qué medida la conquista es un fin o un nuevo comienzo y por virtud de qué profundas razones, en las manifestaciones superiores de la abogacía, no hay más llegada que aquella que deja abiertos indefinidamente ante nosotros los caminos del bien y de la virtud.
Es ésa, en definitiva, en su último término, la victoria de lo ideal sobre lo real.
“The one thing that bothered me, the one thing that stayed in my mind and I couldn't get rid of it, that haunted me, was why.
Why would she lie?
What was her motive for lying?
If my client is innocent, she's lying.
Why?
Was it blackmail?
No.
Was it jealousy?
No!
Yesterday, I found out why.
She doesn't have a motive.
You know why?
Because... she's not lying.
And ladies and gentlemen of the jury, the prosecution is not going to get that man today...!
No.
Because I'm gonna get him!
My client, the Honorable Henry T. Fleming, should go right to fucking jail!
The son of a bitch is guilty!
Curiosamente, en ...And Justice For All, The Pledge Of Allegiance que abre la película es un juramento a los Estados Unidos y a su bandera que se suele recitar, al unísono, en acontecimientos públicos y especialmente en las aulas de los colegios públicos, donde el Juramento es, a menudo, un ritual matutino.
Así de curioso, al principio de su historia, se recitaba el juramento con el saludo romano, la mano derecha extendida hacia la bandera.
Después de que dicho saludo fuera identificado con el nazismo y el fascismo en los años 1940, se cambió el saludo de forma que, hoy en día, se coloca la mano sobre el corazón.
Actualmente, dice así:

“I pledge allegiance to the flag of the United States of America, and to the republic for which it stands, one nation under God, indivisible, with liberty and justice for all”


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