Awakenings

“When my son was born healthy, I never asked why.
Why was I so lucky?
What did I do to deserve this perfect child, this perfect life?
But when he got sick, you can bet I asked why!
I demanded to know why!
Why was this happening?

Muchas veces nos preocupamos por una cantidad de cosas que en realidad hay que evaluar si valen la pena, estamos preocupados de cómo nos vestimos, de cómo nos mira la demás gente y la lista la puedo continuar hasta llenar unos dos párrafos de esta crítica; pero olvidamos cosas que en realidad son importantes y fundamentales que por ser tan “comunes” las pasamos inadvertidas o las damos como hecho.
Primeramente debo decir que la encefalitis letárgica es una forma atípica de encefalitis que causó una epidemia entre 1917 y 1928 con millones de muertos en todo el mundo.
La enfermedad fue descrita por primera vez por el neurólogo Constantin von Economo (1876-1931) en 1917.
Las encefalitis son un conjunto de enfermedades producidas por una inflamación del encéfalo, son bastante frecuentes, sobre todo en determinadas regiones del mundo y se producen generalmente por la infección de gran variedad de gérmenes como bacterias, ricketsias, espiroquetas, leptospiras, parásitos, hongos y virus.
Se desconoce con certeza la causa de la encefalitis letárgica, investigaciones realizadas en 2004 sugieren que la enfermedad se debe a una reacción autoinmune, una respuesta absolutamente desproporcionada de nuestro organismo contra una enfermedad, que causa mucho más daño que la enfermedad en sí.
Según investigaciones británicas, la culpable podría ser una mutación de una bacteria del género estreptococo, mientras la variante común solo produciría leves molestias de garganta, la mutada provoca una respuesta equivocada del sistema inmunitario del afectado atacando seriamente al sistema nervioso.
La encefalitis letárgica se caracteriza por alta fiebre, dolor cabeza y de garganta, visión doble, respuestas físicas y mentales retardadas, inversión del sueño, catatonia y fatiga.
En casos agudos, los pacientes pueden entrar en un estado comatoso, mutismo y akinesia.
Los pacientes pueden también experimentar movimientos oculares anormales, parkinsonismo, debilidad en la parte superior del cuerpo, dolor muscular, temblores, rigidez de cuello, y cambios conductuales incluida la psicosis.
En los estudios iniciales de la enfermedad el tratamiento se centra en la estabilización del paciente, que puede presentar gran dificultad.
En la fase inicial los esteroides pueden producir mejoría en algunos pacientes, en otros sin embargo la enfermedad avanza progresivamente con evidente daño cerebral parecidos a la enfermedad de Parkinson.
El tratamiento en la fase avanzada es sintomático.
Levodopa y otras drogas anti-parkinson producen a menudo respuestas dramáticas.
Un gran número de pacientes tratados en los años 60 con L-DOPA tuvieron una mejoría de breve duración.
La levodopa (L-dopa, L-3,4 dihidroxifenilalanina), también conocido como L-dopa el precursor metabólico de la dopamina, es el medicamento aislado más eficaz en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson; los efectos terapéuticos y adversos de la levodopa resultan de su descarboxilación en dopamina por medio de la enzima descarboxilasa.
Se administra L-dopa en lugar de dopamina, porque la dopamina no puede atravesar la barrera hematoencefálica, la que forman las meninges entre los vasos sanguíneos y el líquido cefalorraquídeo; en cambio, la levodopa sí puede atravesarla por transporte facilitado.
Oliver Wolf Sacks es un neurólogo inglés, su libro «Awakenings» relata sus experiencias en el uso de una sustancia natural recién descubierta, la L-dopa, en pacientes afectados por la epidemia de encefalitis letárgica acaecida en los años 1920.
“Hello.
My name is Leonard Lowe.
It has been explained to me that I've been away for quite some time.
I'm back”
Awakenings es una película estadounidense dirigida por Penny Marshall y estrenada en 1990.
Protagonizada por Robert DeNiro, Robin Williams, Penelope Ann Miller, John Heard, Max von Sydow, Dexter Gordon, Peter Stormare, Vin Diesel, entre otros.
El guión está basado en la autobiografía del neurólogo Oliver Sacks, “Awakenings” donde relata la historia real del descubrimiento, en 1969, de los efectos benéficos temporales de la L-dopa y su aplicación a pacientes catatónicos que sobrevivieron a la epidemia de encefalitis letárgica entre 1917 y 1928.
Awakenings obtuvo tres nominaciones a los Oscar como mejor película, mejor actor principal (Robert DeNiro) y al mejor guion adaptado.
Tanto el libro como la película convergen finalmente en una idea común:
Cuando fallan los tratamientos farmacológicos, se pueden y deben poner en marcha otras medidas, personales y sociales, para conseguir otros “despertares”
Awakenings está basada en una historia real, ubicando los hechos en el año de 1969 y narrativamente es sólida, no es de esperarse un despliegue de efectos especiales o encuadres rebuscados; ya que el peso está en la historia que trata sobre temas humanos como el olvido hacia lo básico y lo importante de la vida:
El amor, la familia, el estar agradecido por el viento en el rostro mientras se está en una roca sobre el mar, en pocas palabras, Awakenings es una película para entrar en reflexión.
Awakenings comienza en la década de los años veinte, donde una epidemia de encefalitis, que es una rara enfermedad que ataca al sistema motor y que reduce a las personas a una total inmovilidad, afectó a una serie de individuos.
A principios de los años sesenta, un médico, que ha estado investigando esta enfermedad y posibles fármacos con los que hacerle frente, prueba un nuevo medicamento en uno de los pacientes afectados por la epidemia de 1926.
Éste reacciona y regresa a la normalidad.
Viendo el éxito del medicamento, se lo suministran a los demás pacientes, y todos reaccionan.
El impacto que reciben al saber que han pasado más de 30 años en estado vegetativo los golpeará en mayor o menor medida, aunque casi todos se sienten exultantes por haber vuelto a la vida.
Podremos observar las reacciones de todos los pacientes y compartiremos su alegría, su extrañeza por hallarse en un mundo muy cambiado al que ellos conocían, sus ganas de vivir...
Pero también los temores de algunos, su inadaptación, su tristeza por haber perdido tantos años de sus vidas y a sus seres queridos...
Y el planteamiento de si habría sido mejor que nunca hubieran despertado, porque es muy duro enterarse de que uno ha perdido más de media vida.
Ellos nos hacen partícipes de sus desgarradoras dudas, y los espectadores nos sentimos golpeados con fuerza.
Awakenings también nos habla de la consideración y el respeto mutuo entre el neurólogo y el paciente.
El personaje de Robin Williams es un médico que durante su carrera se ha dedicado a la investigación, elección que tiene mucho que ver con la dificultad que presenta para relacionarse no sólo con pacientes sino también con colegas, tanto a nivel profesional como personal.
Cuando llega a la institución, él desea un puesto en su área de experiencia, pero no es posible, y debido a que su situación económica lo obliga, debe aceptar el ofrecimiento para trabajar con pacientes que sufren encefalitis letárgica, enfermedad que se caracteriza por la languidez creciente, apatía y somnolencia, que lleva, finalmente al letargo.
En contraposición a sus colegas, que se limitan a atender las necesidades básicas de estos pacientes, el Dr. Sayer (Williams) toma una posición más activa con respecto al tratamiento de los mismos.
Esto daría la impresión de un inicio óptimo en lo que respecta a una relación médico paciente, pero en nuestra opinión, los intereses puestos en juego por el personaje que encarna Robin Williams distan considerablemente de los que podrían tener los familiares o los mismos pacientes.
Observamos que éste se informa sobre los síntomas de la enfermedad e incluso asiste a un congreso acerca de una nueva droga, que, en su opinión, podría "despertar" a sus pacientes.
Además, Dr. Sayer toma contacto con la madre de Leonard (DeNiro), e indaga sobre su historia clínica, iniciativa altamente recomendable para cualquier profesional de la salud que pretenda una experiencia satisfactoria, tanto para sí mismo como para el enfermo.
De cualquier forma, esta aparente preocupación del Dr. Sayer por la recuperación de los afectados puede deberse a un deseo de satisfacción personal, a la necesidad de alcanzar una nueva meta que marcará un hito en su carrera.
Por ejemplo, su "interés" en conocer a la madre de Leonard surge debido a que sus superiores sólo le permitirán el uso de la L-Dopa en el tratamiento si puede obtener la aprobación de al menos un familiar.
Otro ejemplo claro lo constituye la irresponsabilidad con la que actúa al momento de medicar a Leonard, con el objetivo de revertir su estado, sin preocuparle los efectos secundarios que la droga, que además era experimental, pudiera tener sobre él.
Igualmente tampoco debe dejarse de lado el hecho de que los pacientes que él trata están en un estado de marcado disturbio psicomotor y de un notable descenso de la reactividad al ambiente y de la espontánea, lo cual le impide mantener una relación interpersonal con los mismos y, mucho menos, crear un lazo afectivo.
Todo esto comienza a cambiar a partir de la mejora de Leonard, y de los demás pacientes.
Se empieza a ver una relación más cercana entre ellos; por un lado, los pacientes sienten un profundo agradecimiento y, lo que es más importante aún, una gran confianza en el médico.
Este último es un punto esencial, que debe ser tratado con mucha cautela en toda relación médico – paciente, ya que el primero debe ser consciente de que este tipo de sentimientos es muy común y no abusar de esto, pero además tiene que evitar que ejerzan una presión sobre el, basada en el miedo a defraudar esta confianza que ha sido depositada en su persona, y que esto pueda afectar su desempeño profesional.
Es esta respuesta de los pacientes la que genera el cambio en el Dr. Sayer; sus ambiciones profesionales son dejadas a un lado, ocupando un papel preponderante el bienestar de sus pacientes.
Esto lo expresa, fundamentalmente, brindándoles una gran contención, ya no sólo desde un punto de vista meramente médico, sino también humano.
Otro punto importante para resaltar es que la típica asimetría en estos tipos de relación se ve disminuida ya que el doctor "sana", aunque sea por un tiempo, las afecciones físicas de sus pacientes, pero éstos, a su vez, sanan las afecciones psicológicas de su médico, aunque no sean conscientes de esto, al ayudarlo a mantener relaciones interpersonales donde se juegan sentimientos profundos, punto en el cual, como mencionamos anteriormente, éste presentaba serias dificultades.
Este cambio fue constatado hacia el final de Awakenings, cuando ante la recaída de Leonard, el Dr. Sayer actúa como todos los expertos sobre este tema recomiendan, comunicando al paciente sobre su estado, aún cuando sea muy grave, de la manera menos traumática posible para éste, y, además procurarle el mejor tratamiento dentro de las posibilidades.
De cualquier forma, el Dr. Sayer no toma la recaída de sus pacientes como un golpe a su propio ego, lo cual los afectaría en mayor o menor medida.
Esto es de gran importancia ya que la actitud de todo médico frente a este tipo de eventualidades debe ser la de admitir sus propias falencias y comprender las limitaciones de la ciencia.
En la parte interpretativa, Robert DeNiro realiza un papel fuerte, convincente y ya de por sí, resulta emotivo para disfrutarla de principio a fin.
Robin Williams nos regala un personaje que resplandece talento, dulzura y una alta dosis de altruismo como el inseguro doctor Sayer, con un punto de vista muy poco frecuente acerca de la vida, conoce todo sobre ella y el tratamiento digno, como humano, que cada persona debe recibir.
Está obsesionado, olvida todo lo que pregona en la teoría para sí mismo, convirtiéndolo en un tipo tímido y aislado que cree en todos los proyectos que se propone, aunque los demás digan todo lo contrario.
Estos son dos hombres enfrentados a sus soledades por causas muy distintas, y unidos de por vida por el afán último de curarse, mutuamente, aunque ambos no lo sepan.
Sus caracterizaciones, o creaciones, matizadas, sensibles y emocionantes, son dos ejemplos perfectos de la importancia, la potencia y la sabiduría que puede demostrar un actor que cree en su trabajo, y que lo hace para entretener, pero también con razones más elevadas, puras, e importantes.
Junto a ellos se desenvuelven muchos personajes como Lucy Fishman (Alice Drummond) quien es la chispa que enciende las ideas de investigación dentro del doctor Sayer y la incondicional enfermera Eleanor Costello (Julie Kavner) que sigue todas las ideas “descabelladas” del doctor aunque nadie crea en él.
La escena que cabe destacar es en la que Leonard (DeNiro) se reencuentra con la madre después de “despertar”, la otra, como no, sucede de principio y es en la que Leonard despierta y habla por primera vez con doctor (Williams) y por último, el baile con Penelope Ann Miller... te deja sin palabras.
“My son is in pain!
Please, stop this!”
Awakenings resalta y legitimiza las cosas simples, actualmente olvidadas, como producto de un espíritu vivo e indomable en esencia.
Es tan fuerte la actividad de esas enfermedades como la fuerza interna que espera, dormida pero inmortal.
Awakenings nos enseña a valorar más lo que tienes y lo que eres, es muy conmovedora y alentadora a la vez.
Awakenings muestra la perseverancia y la esperanza, ese “despertar” momentáneo o pasajero da fe de que ellos quieren recobrar el tiempo perdido y es por ello que valorizan la vida aún más, explicitando Robert DeNiro que la gente no disfruta de aquellos detalles que dan esencia a las cosas, el salir a caminar, mirar el paisaje, hablar con gente, compartir son cosas sencillas pero de suma importancia.
Awakenings es el testimonio del sueño de un neurólogo que devolvió transitoriamente la “libertad” a sus pacientes post-encefalíticos, paralizados por un parkinsonismo durante décadas, tratándolos con el que fue considerado un medicamento milagroso, la L-Dopa.
Ese “despertar” evidenció la tragedia que tenían ante sus ojos:
El paso del tiempo que no todos admitían.
El dilema de los efectos adversos frente a los beneficios, por muy evidentes que parezcan, es un terreno difícil en la relación médico-paciente.
Ambos deben aceptar la realidad.
“Despiertan” los pacientes, los médicos, los espectadores, y “despertamos” de ese sueño en el que la rutina nos tiene inmersos y hace que nos separemos de la esencia de la vida, “despertamos” de la hipnosis de la pobre sociedad en la que vivimos preocupada por el bien material, “despertamos” de ese malvado hechizo que nos tiene alejado del mundo de los sentimientos, “despertamos” con la necesidad de ser más agradecidos, sensibles y amorosos, y “despertamos” la consciencia de que la vida es pasajera y que tenemos que agradecer el presente como si no hubiese mañana.
Awakenings es toda una lección de ética médica y del valor de la existencia.

“What we do know is that, as the chemical window closed, another awakening took place; that the human spirit is more powerful than any drug and that is what needs to be nourished:
With work, play, friendship, family.
These are the things that matter.
This is what we'd forgotten.
The simplest things”


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