King Kong (The Eighth Wonder Of The World)
“The Most Awesome Thriller Of All Time!”
Una película de monstruos, también llamada película de criaturas o filme de monstruos, es aquella película, que se centra alrededor de la lucha entre seres humanos y uno o más monstruos.
A pesar de que no hay una clasificación crítica del género con este nombre, el término se aplica usualmente a películas etiquetadas como del género de cine de terror, fantasía o cine de ciencia ficción que involucran a criaturas ficticias, en la mayoría de los casos se aplica a películas en las que figuran monstruos de enorme tamaño.
En el cine de Japón, se refieren a tales monstruos como Kaiju.
Típicamente, las películas de monstruos se diferencian de antagonistas más tradicionales en que muchos de ellos existen debido a circunstancias más allá de su control, sus acciones no se basan enteramente por su elección, usualmente haciéndolos objeto de empatía por parte de los espectadores.
“And the Prophet said:
And lo, the beast looked upon the face of beauty.
And it stayed its hand from killing.
And from that day, it was as one dead”
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una ENORME película de aventuras de 1933 dirigida por los estadounidenses Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack y protagonizada por una inolvidable Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Noble Johnson, James Flavin, Sam Hardy, Frank Reicher, entre otros.
Aunque King Kong (The Eighth Wonder Of The World) está dirigida por Cooper y Schoedsack , los 2 no salieron acreditados como directores; solo se mostro a quien escribió el guión.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue producida por la compañía cinematográfica RKO Pictures y escrita por Ruth Rose y James Ashmore Creelman, basándose en una idea de Merian C. Cooper y Edgar Wallace.
La espectacular música a cargo de Max Steiner.
En un principio, la película fue titulada The Eighth Wonder, los folletos de prensa fueron enviados en 1932 para entusiasmar a los propietarios de los cines y que presentaran “La Octava Maravilla” en sus anuncios.
En el guion original, el gorila es llamado tan solo Kong y fueron los publicistas quienes añadieron "King", de forma que en la película el nombre completo aparece solamente en los títulos de apertura y al finalizar los créditos como King Kong (The Eighth Wonder Of The World)
Curiosamente, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) inspiró la franquicia japonesa de Godzilla y también se cuenta que la mismísima Jean Harlow rechazó el papel protagonista.
En 1932, un año antes del estreno de la película, Delos W. Lovelace publicó una novelización del guion de King Kong, con algunas escenas que no están presentes en King Kong (The Eighth Wonder Of The World).
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue estrenada por primera vez en Nueva York el 2 de marzo de 1933, en el teatro Radio City Music Hall; fue un éxito de taquilla inmediato y tuvo un gran impacto en la cultura popular de la década de 1930.
También King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue la primera película en estrenarse en dos de las salas de cine más grandes de Nueva York, al igual que fue la primera de los años 30 en la tendencia de las películas de terror.
Filmada en la década de los 30, en pleno apogeo de la Gran Depresión, era una época en que un número considerable de personas se habían quedado sin dinero ni trabajo.
Había mucha pobreza, y la civilización y su sucia y oscura realidad formaban parte de la vida de miles de personas desesperadas.
Por eso, las películas de aventuras, fantásticas, en lugares recónditos e imposibles estaban muy de moda en aquellos años apareciendo ese “mundo perdido” como un reino idealizado, casi utópico.
Un lugar virgen, natural, básico que se presentaba mil veces más apetecible que la civilización y todos sus problemas y preocupaciones.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es sin duda alguna la película de monstruos más famosa de la historia.
Es simple:
Funda el género.
El cine de monstruos se caracteriza por desatar a una criatura gigantesca, o mítica, en las ciudades y desatar un tendal de destrucción.
Una fantasía nacida de la Gran Era de la Exploración Victoriana, y en menor medida de las ciencias victorianas embrionarias de la paleontología y el darwinismo, que fue popularizada por escritores como Julio Verne, Arthur Conan Doyle, Pierre Benoit, H. Rider Haggard y más tarde Edgar Rice Burroughs.
En fin, era una época en la que una gran extensión de África, los polos, incluso parte del oeste americano son todavía desconocidos y aún deben ser explorados.
Los mundos perdidos son lugares ajenos a la civilización, no han sido nunca pisados por el hombre blanco y se caracterizan principalmente por su exotismo y ese punto de que el tiempo se ha detenido en ellos, vida prehistórica, ciudades olvidadas, civilizaciones extinguidas o de leyenda, grandes tesoros... era el escenario perfecto para introducir la aventura, lo fantástico y la ciencia ficción.
Pero King Kong (The Eighth Wonder Of The World) también pertenece a otro género que ha ido desapareciendo con el tiempo, y es el de los mundos perdidos.
Desde Conan Doyle hasta Burroughs, multitud de autores han incursionado en estas aguas, las cuales se irían desvaneciendo a medida que el mundo terminara por ser totalmente explorado.
Civilizaciones perdidas, lugares desconocidos del mapa, razas y criaturas extraviadas en el tiempo se han evaporado con el paso de los años.
Esta auténtica obra maestra, se narra en 3 partes bien diferenciadas.
Primera:
Antes de llegar a la isla, vemos el desarrollo de una película perfecta, con una presentación de personajes clarísima, que nos atrapa como si fuera un cómic, con el personaje del director de la película en busca de una actriz protagonista, tan seguro de sí mismo que, rodeado de un halo de misterio y como hombre genial que vive en su propio mundo, acaba siendo víctima de su propio éxito, ya que nadie se atreve a trabajar en sus películas, debido a lo poco que anuncia el tema, lugar y demás aspectos de lo que va a rodar, por lo cual nadie quiere trabajar con él, circunstancia ésta que ya desde el inicio nos atrapa a los espectadores, y sin dudarlos nos adentramos en su propia aventura.
Ese erotismo dentro del barco, con ese contraste entre el trío protagonista:
a) el director de cine, enamorado de su trabajo;
b) el marinero, enamorado de la chica; y
c) ésta, en busca de amor.
Diálogos muy divertidos.
Escena fantástica del casting, anunciándonos el futuro terror que experimentaremos.
Segundo:
Escenas en la isla, con ese retrato de la tribu tan conseguido, la escena del ofrecimiento de la chica entre las columnas y la llamada con el gran gong al gorila.
Realmente, en lo visual, impactantes todas ellas.
Gran ambientación musical por parte de Max Steiner.
Tercero:
Desenlace en Nueva York, con la lucha entre el coloso de la naturaleza, King Kong, y el coloso humano, Empire State Building.
Poco más, sólo decir que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una película de terror, de aventuras, de amor, de lucha por conseguir hacer la película más bella del mundo, La Octava Maravilla del Mundo, meta que consigue en gran medida.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una seudo traslación del mito: La Bella y la Bestia.
El guión se empecina en ello, mencionándolo a cada rato en la boca de los protagonistas, pero mientras La Bella y La Bestia es un romance con tintes trágicos, hay poco de romance en King Kong (The Eighth Wonder Of The World)
Uno no ve rasgos de humanidad en Kong, y aquí no deja de ser el villano de turno que perece a causa de su obsesión con la protagonista, pero es una obsesión ciega por posesión, porque sinceramente Ann Darrow no deja de ser un juguete bonito.
Desde ese enfoque, el relato funciona de un modo muy diferente.
Kong no es héroe sino villano, un villano celoso si se quiere.
Hay algunos primeros planos del simio, hechos posiblemente con alguna gigantesca maqueta animada que, en vez de suponer lascivia, resultan algo risibles por su escasa expresividad, claro está por culpa de la técnica stop-motion.
Siguiendo por la excelente dirección de Cooper & Schoedsack, que es realmente moderna y ágil, hay secuencias que uno imagina el enorme esfuerzo que deben haber costado con los limitados medios de la época:
Kong acariciando y desvistiendo a Ann, o la fabulosa pelea con el dinosaurio, que termina por arrancar el árbol en el que Ann se encuentra refugiada.
Desde el momento en que el simio rapta a la chica y donde prácticamente no hay diálogos, es una escalada constante de emoción.
El ataque del Stegosaurio a la expedición, las peleas constantes de Kong, los peligros que rondan en la jungla...
No sólo es muy innovador para su época sino que además es increíblemente violento:
Kong destroza a sus víctimas arrancándoles la cabeza o desmembrándolos; la caída de los marineros en el abismo, una formidable escena donde Driscoll corta la liana que sostiene a un enorme reptil que quiere escabullirse en la cueva que lo refugia, o la batalla con el dinosaurio, donde el cuerpo queda inerte y sangrante... sin dudas la animación de Willis O´Brien es de primera.
Una primera versión de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue pre estrenada en San Bernardino, California, en enero de 1933.
En ese momento, había una escena que mostraba como la tripulación es devorada por una araña, un cangrejo, un lagarto y un pulpo, todos gigantes, tras caer del puente que derribó Kong.
Esta escena provocó que algunos de los espectadores gritaran, abandonaran la sala de cine o sufrieran desmayos, por lo que Cooper decidió eliminarla.
Las siguientes escenas fueron filmadas, pero nunca formaron parte del desarrollo de la película:
Kong luchando con tres Triceratops, esa escena se filmó de manera parcial, pero después fue eliminada.
Un Brontosaurus matando a tres marineros en el agua de manera violenta.
Un Styracosaurus persiguiendo a unos marineros hasta el puente que después derribaría Kong.
En la escena donde Jack y Ann escapan de la cueva, Kong baja por el precipicio persiguiéndoles.
Ese detalle fue eliminado por Cooper.
Asimismo, el director musical de la RKO, el compositor Max Steiner, que entró en la productora procedente de Broadway, tuvo con King Kong (The Eighth Wonder Of The World) una contribución decisiva en la evolución de la música cinematográfica en tres aspectos:
Primero, ideó un sistema de sincronización que permitía el ajuste de un acorde musical a un fotograma concreto, con lo que música e imagen coincidían a la perfección.
Segundo, la incorporación de un motivo musical ('leit motiv') a cada uno de los personajes más importantes.
Y tercero, la incorporación del silencio como parte de la narración musical de una banda sonora.
“And now, ladies and gentlemen, before I tell you any more, I'm going to show you the greatest thing your eyes have ever beheld.
He was a king and a god in the world he knew, but now he comes to civilization merely a captive, a show to gratify your curiosity.
Ladies and gentlemen, look at Kong, the Eighth Wonder of the World”
Lo mejor de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es sin lugar a dudas todo el trabajo de maquetas.
Una gran demostración de artesanía y buen hacer, y que todavía 70 años después sigue impresionando.
Cabe decir que los escenarios de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) se quemaron para hacer el incendio de Atlanta en "Gone With The Wind"
Las escenas en las que salía el mono se realizaron con seis muñecos pequeños, hechos con goma y piel de conejo, una cabeza y unos hombros enormes para los primeros planos, recubiertos de piel de oso.
Sólo en la secuencia final, Kong fue doblado por un hombre disfrazado de gorila que debía hacer movimientos primates.
Estos efectos especiales fueron obra de William O'Brien, inventor de la "stop motion"
La escena final, con el simio luchando contra los aviones en lo más alto del Empire State de Nueva York, es indiscutiblemente una de las más famosas de la historia del cine.
El policía dice que los aviones han matado a Kong.
Denham le replica que ha sido la bella la que lo ha matado, cuando debería haber especificado que había sido la fascinación que Kong sentía por la bella lo que le había llevado a la muerte.
En realidad, el verdadero responsable del triste final de Kong es Denham, que lo sacó de su hábitat, lo privó de libertad, lo redujo de rey a animal de feria y lo condujo, con irresponsabilidad manifiesta, a New York City.
Es una metáfora de que la civilización aplasta a lo salvaje, lo corrompe, enloquece y termina por matarlo.
El mundo civilizado es más cruel que la jungla.
También hay que destacar las altas dosis de violencia y erotismo que encontramos a lo largo de sus fotogramas, cuyo uso es bastante adelantado para su tiempo, lo que acabó propiciando que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fuera perdiendo metraje en sus sucesivas reposiciones, por ejemplo:
Fay Wray no llevaba sujetadores en la mayoría de escenas, en un claro desafío al ya implantado Código Hays, pero recordemos que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una producción de David O. Selznick.
Hay quien asegura que los directores Cooper y Schoedsack, junto con el supervisor de efectos visuales Willis H. O´Brien crearon la imagen de Kong en el Empire State Building por antonomasia de la naturaleza derrotada por la tecnología.
Otros afirman que esa escena representa el más descarado linchamiento en el cine de un hombre negro que se atreve a amar a una mujer blanca.
También aparece el tema recurrente de la bestia que tiene sentimientos y se enamora de una mujer bella.
La bestia en realidad no es tan fiera ni tan malvada como la quieren pintar; son los propios humanos, con su despiadada codicia y su crueldad, los que avivan el odio y el miedo en el animal, el cual ha sido arrancado de su hábitat para ser convertido en un mono de feria, vituperado y expuesto ante las multitudes, mientras el pobre animal lo único que anhela es regresar a su tranquila vida y estar cerca de su amada.
Se añaden elementos de crítica social, como el afán desmedido de lucro de Denham y la yuxtaposición con un miserable New York de personas sin techo y opulencia de personas que han pagado 10 dólares para ver a Kong.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una película de cine en el cine, de gran interés, donde plantea y aborda el viejo conflicto entre la ciudad y la naturaleza.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) representa toda la grandeza y magia esa máquina de hacer sueños que es el cine, la metáfora más preciosa sobre el choque de civilizaciones:
El salvaje que es atrapado y mermado por el hombre civilizado; el amor imposible entre el simio y la frágil rubia; el viaje hacia territorios inexplorados y exóticos, etc.
Un hombre que compite con un gorila por una mujer, es, en términos de belleza y amor, una temprana insinuación de la perpetua zoofilia que acompaña la Mitología del ser humano desde el comienzo.
O bien, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) puede verse como una sutil invitación a la pedofilia en el sentido del tamaño.
En ese sentido, la frase de Denham cobra un nuevo significado, que excede tal vez la intención de los realizadores, así como también la del económicamente extenuado público que en 1933 llenó las salas y convirtió la película en la salvación de la productora RKO de la bancarrota, y aún seguían los efectos de la famosa Crisis de Wall Street.
Es difícil imaginarse que pudieron llegar a sentir hace más de 70 años los espectadores de las salas cinematográficas cuando les anunciaban al protagonista King Kong como La Octava Maravilla del Mundo.
Curiosamente, esta maravilla tardó más de 40 minutos en aparecer ante sus ojos, supongo que más de uno se quedaría totalmente pegado al asiento y se frotaría los ojos.
Para las nuevas generaciones acostumbradas al empacho de lo fastuoso, del no va mas, de los millones de pixeles, de los héroes que luchan delante de una pantalla azul contra seres invisibles, puede que no les haga quedarse pegados a la butaca, o el sofá, ni que necesiten frotarse los ojos, pero de lo que no cabe duda es que además de ser un magnifico film de aventuras King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una grandiosa obra de artesanía.
En definitiva Cooper y Schoedsack consiguieron entretener y sorprender a los espectadores de aquel lejano 1933 y todavía lo siguen haciendo 70 años después, y eso es mucho...
En 1991, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
En 1998, se clasificó en el puesto #43 en la lista AFI's 100 Years... 100 Movies, del American Film Institute, y en 2007 llegó al puesto #41 en el mismo listado.
También llegó al puesto #12 en el listado AFI's 100 Years... 100 Thrills y en junio de 2008, al puesto #4 en el listado de las diez mejores películas de fantasía del AFI's 10 Top 10.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) muestra ese afán del ser humano por descubrir cada rincón de este nuestro planeta y en nuestra época el querer adentrarse en los misterios del espacio, ya que acá lo ha descubierto casi todo, al menos de lo que podemos entender ya que el cosmos está inmerso en insondables misterios; también habla sobre el poco respeto que se ha tenido sobre la naturaleza y las terribles consecuencias que esto ha traído.
Por todo esto y porque contemplar aún el King Kong de 1933 resulta refrescante sin haber envejecido un ápice, es por lo que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una portentosa obra técnica y artística, una ciclópea obra maestra de cine, una película que debería verse al menos una vez en la vida, como si fuera el Quijote de Cervantes en términos literarios a la hora de recomendar una lectura obligada.
“It wasn't the airplanes.
It was beauty killed the beast”
Una película de monstruos, también llamada película de criaturas o filme de monstruos, es aquella película, que se centra alrededor de la lucha entre seres humanos y uno o más monstruos.
A pesar de que no hay una clasificación crítica del género con este nombre, el término se aplica usualmente a películas etiquetadas como del género de cine de terror, fantasía o cine de ciencia ficción que involucran a criaturas ficticias, en la mayoría de los casos se aplica a películas en las que figuran monstruos de enorme tamaño.
En el cine de Japón, se refieren a tales monstruos como Kaiju.
Típicamente, las películas de monstruos se diferencian de antagonistas más tradicionales en que muchos de ellos existen debido a circunstancias más allá de su control, sus acciones no se basan enteramente por su elección, usualmente haciéndolos objeto de empatía por parte de los espectadores.
“And the Prophet said:
And lo, the beast looked upon the face of beauty.
And it stayed its hand from killing.
And from that day, it was as one dead”
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una ENORME película de aventuras de 1933 dirigida por los estadounidenses Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack y protagonizada por una inolvidable Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Noble Johnson, James Flavin, Sam Hardy, Frank Reicher, entre otros.
Aunque King Kong (The Eighth Wonder Of The World) está dirigida por Cooper y Schoedsack , los 2 no salieron acreditados como directores; solo se mostro a quien escribió el guión.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue producida por la compañía cinematográfica RKO Pictures y escrita por Ruth Rose y James Ashmore Creelman, basándose en una idea de Merian C. Cooper y Edgar Wallace.
La espectacular música a cargo de Max Steiner.
En un principio, la película fue titulada The Eighth Wonder, los folletos de prensa fueron enviados en 1932 para entusiasmar a los propietarios de los cines y que presentaran “La Octava Maravilla” en sus anuncios.
En el guion original, el gorila es llamado tan solo Kong y fueron los publicistas quienes añadieron "King", de forma que en la película el nombre completo aparece solamente en los títulos de apertura y al finalizar los créditos como King Kong (The Eighth Wonder Of The World)
Curiosamente, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) inspiró la franquicia japonesa de Godzilla y también se cuenta que la mismísima Jean Harlow rechazó el papel protagonista.
En 1932, un año antes del estreno de la película, Delos W. Lovelace publicó una novelización del guion de King Kong, con algunas escenas que no están presentes en King Kong (The Eighth Wonder Of The World).
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue estrenada por primera vez en Nueva York el 2 de marzo de 1933, en el teatro Radio City Music Hall; fue un éxito de taquilla inmediato y tuvo un gran impacto en la cultura popular de la década de 1930.
También King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue la primera película en estrenarse en dos de las salas de cine más grandes de Nueva York, al igual que fue la primera de los años 30 en la tendencia de las películas de terror.
Filmada en la década de los 30, en pleno apogeo de la Gran Depresión, era una época en que un número considerable de personas se habían quedado sin dinero ni trabajo.
Había mucha pobreza, y la civilización y su sucia y oscura realidad formaban parte de la vida de miles de personas desesperadas.
Por eso, las películas de aventuras, fantásticas, en lugares recónditos e imposibles estaban muy de moda en aquellos años apareciendo ese “mundo perdido” como un reino idealizado, casi utópico.
Un lugar virgen, natural, básico que se presentaba mil veces más apetecible que la civilización y todos sus problemas y preocupaciones.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es sin duda alguna la película de monstruos más famosa de la historia.
Es simple:
Funda el género.
El cine de monstruos se caracteriza por desatar a una criatura gigantesca, o mítica, en las ciudades y desatar un tendal de destrucción.
Una fantasía nacida de la Gran Era de la Exploración Victoriana, y en menor medida de las ciencias victorianas embrionarias de la paleontología y el darwinismo, que fue popularizada por escritores como Julio Verne, Arthur Conan Doyle, Pierre Benoit, H. Rider Haggard y más tarde Edgar Rice Burroughs.
En fin, era una época en la que una gran extensión de África, los polos, incluso parte del oeste americano son todavía desconocidos y aún deben ser explorados.
Los mundos perdidos son lugares ajenos a la civilización, no han sido nunca pisados por el hombre blanco y se caracterizan principalmente por su exotismo y ese punto de que el tiempo se ha detenido en ellos, vida prehistórica, ciudades olvidadas, civilizaciones extinguidas o de leyenda, grandes tesoros... era el escenario perfecto para introducir la aventura, lo fantástico y la ciencia ficción.
Pero King Kong (The Eighth Wonder Of The World) también pertenece a otro género que ha ido desapareciendo con el tiempo, y es el de los mundos perdidos.
Desde Conan Doyle hasta Burroughs, multitud de autores han incursionado en estas aguas, las cuales se irían desvaneciendo a medida que el mundo terminara por ser totalmente explorado.
Civilizaciones perdidas, lugares desconocidos del mapa, razas y criaturas extraviadas en el tiempo se han evaporado con el paso de los años.
Esta auténtica obra maestra, se narra en 3 partes bien diferenciadas.
Primera:
Antes de llegar a la isla, vemos el desarrollo de una película perfecta, con una presentación de personajes clarísima, que nos atrapa como si fuera un cómic, con el personaje del director de la película en busca de una actriz protagonista, tan seguro de sí mismo que, rodeado de un halo de misterio y como hombre genial que vive en su propio mundo, acaba siendo víctima de su propio éxito, ya que nadie se atreve a trabajar en sus películas, debido a lo poco que anuncia el tema, lugar y demás aspectos de lo que va a rodar, por lo cual nadie quiere trabajar con él, circunstancia ésta que ya desde el inicio nos atrapa a los espectadores, y sin dudarlos nos adentramos en su propia aventura.
Ese erotismo dentro del barco, con ese contraste entre el trío protagonista:
a) el director de cine, enamorado de su trabajo;
b) el marinero, enamorado de la chica; y
c) ésta, en busca de amor.
Diálogos muy divertidos.
Escena fantástica del casting, anunciándonos el futuro terror que experimentaremos.
Segundo:
Escenas en la isla, con ese retrato de la tribu tan conseguido, la escena del ofrecimiento de la chica entre las columnas y la llamada con el gran gong al gorila.
Realmente, en lo visual, impactantes todas ellas.
Gran ambientación musical por parte de Max Steiner.
Tercero:
Desenlace en Nueva York, con la lucha entre el coloso de la naturaleza, King Kong, y el coloso humano, Empire State Building.
Poco más, sólo decir que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una película de terror, de aventuras, de amor, de lucha por conseguir hacer la película más bella del mundo, La Octava Maravilla del Mundo, meta que consigue en gran medida.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una seudo traslación del mito: La Bella y la Bestia.
El guión se empecina en ello, mencionándolo a cada rato en la boca de los protagonistas, pero mientras La Bella y La Bestia es un romance con tintes trágicos, hay poco de romance en King Kong (The Eighth Wonder Of The World)
Uno no ve rasgos de humanidad en Kong, y aquí no deja de ser el villano de turno que perece a causa de su obsesión con la protagonista, pero es una obsesión ciega por posesión, porque sinceramente Ann Darrow no deja de ser un juguete bonito.
Desde ese enfoque, el relato funciona de un modo muy diferente.
Kong no es héroe sino villano, un villano celoso si se quiere.
Hay algunos primeros planos del simio, hechos posiblemente con alguna gigantesca maqueta animada que, en vez de suponer lascivia, resultan algo risibles por su escasa expresividad, claro está por culpa de la técnica stop-motion.
Siguiendo por la excelente dirección de Cooper & Schoedsack, que es realmente moderna y ágil, hay secuencias que uno imagina el enorme esfuerzo que deben haber costado con los limitados medios de la época:
Kong acariciando y desvistiendo a Ann, o la fabulosa pelea con el dinosaurio, que termina por arrancar el árbol en el que Ann se encuentra refugiada.
Desde el momento en que el simio rapta a la chica y donde prácticamente no hay diálogos, es una escalada constante de emoción.
El ataque del Stegosaurio a la expedición, las peleas constantes de Kong, los peligros que rondan en la jungla...
No sólo es muy innovador para su época sino que además es increíblemente violento:
Kong destroza a sus víctimas arrancándoles la cabeza o desmembrándolos; la caída de los marineros en el abismo, una formidable escena donde Driscoll corta la liana que sostiene a un enorme reptil que quiere escabullirse en la cueva que lo refugia, o la batalla con el dinosaurio, donde el cuerpo queda inerte y sangrante... sin dudas la animación de Willis O´Brien es de primera.
Una primera versión de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue pre estrenada en San Bernardino, California, en enero de 1933.
En ese momento, había una escena que mostraba como la tripulación es devorada por una araña, un cangrejo, un lagarto y un pulpo, todos gigantes, tras caer del puente que derribó Kong.
Esta escena provocó que algunos de los espectadores gritaran, abandonaran la sala de cine o sufrieran desmayos, por lo que Cooper decidió eliminarla.
Las siguientes escenas fueron filmadas, pero nunca formaron parte del desarrollo de la película:
Kong luchando con tres Triceratops, esa escena se filmó de manera parcial, pero después fue eliminada.
Un Brontosaurus matando a tres marineros en el agua de manera violenta.
Un Styracosaurus persiguiendo a unos marineros hasta el puente que después derribaría Kong.
En la escena donde Jack y Ann escapan de la cueva, Kong baja por el precipicio persiguiéndoles.
Ese detalle fue eliminado por Cooper.
Asimismo, el director musical de la RKO, el compositor Max Steiner, que entró en la productora procedente de Broadway, tuvo con King Kong (The Eighth Wonder Of The World) una contribución decisiva en la evolución de la música cinematográfica en tres aspectos:
Primero, ideó un sistema de sincronización que permitía el ajuste de un acorde musical a un fotograma concreto, con lo que música e imagen coincidían a la perfección.
Segundo, la incorporación de un motivo musical ('leit motiv') a cada uno de los personajes más importantes.
Y tercero, la incorporación del silencio como parte de la narración musical de una banda sonora.
“And now, ladies and gentlemen, before I tell you any more, I'm going to show you the greatest thing your eyes have ever beheld.
He was a king and a god in the world he knew, but now he comes to civilization merely a captive, a show to gratify your curiosity.
Ladies and gentlemen, look at Kong, the Eighth Wonder of the World”
Lo mejor de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es sin lugar a dudas todo el trabajo de maquetas.
Una gran demostración de artesanía y buen hacer, y que todavía 70 años después sigue impresionando.
Cabe decir que los escenarios de King Kong (The Eighth Wonder Of The World) se quemaron para hacer el incendio de Atlanta en "Gone With The Wind"
Las escenas en las que salía el mono se realizaron con seis muñecos pequeños, hechos con goma y piel de conejo, una cabeza y unos hombros enormes para los primeros planos, recubiertos de piel de oso.
Sólo en la secuencia final, Kong fue doblado por un hombre disfrazado de gorila que debía hacer movimientos primates.
Estos efectos especiales fueron obra de William O'Brien, inventor de la "stop motion"
La escena final, con el simio luchando contra los aviones en lo más alto del Empire State de Nueva York, es indiscutiblemente una de las más famosas de la historia del cine.
El policía dice que los aviones han matado a Kong.
Denham le replica que ha sido la bella la que lo ha matado, cuando debería haber especificado que había sido la fascinación que Kong sentía por la bella lo que le había llevado a la muerte.
En realidad, el verdadero responsable del triste final de Kong es Denham, que lo sacó de su hábitat, lo privó de libertad, lo redujo de rey a animal de feria y lo condujo, con irresponsabilidad manifiesta, a New York City.
Es una metáfora de que la civilización aplasta a lo salvaje, lo corrompe, enloquece y termina por matarlo.
El mundo civilizado es más cruel que la jungla.
También hay que destacar las altas dosis de violencia y erotismo que encontramos a lo largo de sus fotogramas, cuyo uso es bastante adelantado para su tiempo, lo que acabó propiciando que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fuera perdiendo metraje en sus sucesivas reposiciones, por ejemplo:
Fay Wray no llevaba sujetadores en la mayoría de escenas, en un claro desafío al ya implantado Código Hays, pero recordemos que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una producción de David O. Selznick.
Hay quien asegura que los directores Cooper y Schoedsack, junto con el supervisor de efectos visuales Willis H. O´Brien crearon la imagen de Kong en el Empire State Building por antonomasia de la naturaleza derrotada por la tecnología.
Otros afirman que esa escena representa el más descarado linchamiento en el cine de un hombre negro que se atreve a amar a una mujer blanca.
También aparece el tema recurrente de la bestia que tiene sentimientos y se enamora de una mujer bella.
La bestia en realidad no es tan fiera ni tan malvada como la quieren pintar; son los propios humanos, con su despiadada codicia y su crueldad, los que avivan el odio y el miedo en el animal, el cual ha sido arrancado de su hábitat para ser convertido en un mono de feria, vituperado y expuesto ante las multitudes, mientras el pobre animal lo único que anhela es regresar a su tranquila vida y estar cerca de su amada.
Se añaden elementos de crítica social, como el afán desmedido de lucro de Denham y la yuxtaposición con un miserable New York de personas sin techo y opulencia de personas que han pagado 10 dólares para ver a Kong.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una película de cine en el cine, de gran interés, donde plantea y aborda el viejo conflicto entre la ciudad y la naturaleza.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) representa toda la grandeza y magia esa máquina de hacer sueños que es el cine, la metáfora más preciosa sobre el choque de civilizaciones:
El salvaje que es atrapado y mermado por el hombre civilizado; el amor imposible entre el simio y la frágil rubia; el viaje hacia territorios inexplorados y exóticos, etc.
Un hombre que compite con un gorila por una mujer, es, en términos de belleza y amor, una temprana insinuación de la perpetua zoofilia que acompaña la Mitología del ser humano desde el comienzo.
O bien, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) puede verse como una sutil invitación a la pedofilia en el sentido del tamaño.
En ese sentido, la frase de Denham cobra un nuevo significado, que excede tal vez la intención de los realizadores, así como también la del económicamente extenuado público que en 1933 llenó las salas y convirtió la película en la salvación de la productora RKO de la bancarrota, y aún seguían los efectos de la famosa Crisis de Wall Street.
Es difícil imaginarse que pudieron llegar a sentir hace más de 70 años los espectadores de las salas cinematográficas cuando les anunciaban al protagonista King Kong como La Octava Maravilla del Mundo.
Curiosamente, esta maravilla tardó más de 40 minutos en aparecer ante sus ojos, supongo que más de uno se quedaría totalmente pegado al asiento y se frotaría los ojos.
Para las nuevas generaciones acostumbradas al empacho de lo fastuoso, del no va mas, de los millones de pixeles, de los héroes que luchan delante de una pantalla azul contra seres invisibles, puede que no les haga quedarse pegados a la butaca, o el sofá, ni que necesiten frotarse los ojos, pero de lo que no cabe duda es que además de ser un magnifico film de aventuras King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una grandiosa obra de artesanía.
En definitiva Cooper y Schoedsack consiguieron entretener y sorprender a los espectadores de aquel lejano 1933 y todavía lo siguen haciendo 70 años después, y eso es mucho...
En 1991, King Kong (The Eighth Wonder Of The World) fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
En 1998, se clasificó en el puesto #43 en la lista AFI's 100 Years... 100 Movies, del American Film Institute, y en 2007 llegó al puesto #41 en el mismo listado.
También llegó al puesto #12 en el listado AFI's 100 Years... 100 Thrills y en junio de 2008, al puesto #4 en el listado de las diez mejores películas de fantasía del AFI's 10 Top 10.
King Kong (The Eighth Wonder Of The World) muestra ese afán del ser humano por descubrir cada rincón de este nuestro planeta y en nuestra época el querer adentrarse en los misterios del espacio, ya que acá lo ha descubierto casi todo, al menos de lo que podemos entender ya que el cosmos está inmerso en insondables misterios; también habla sobre el poco respeto que se ha tenido sobre la naturaleza y las terribles consecuencias que esto ha traído.
Por todo esto y porque contemplar aún el King Kong de 1933 resulta refrescante sin haber envejecido un ápice, es por lo que King Kong (The Eighth Wonder Of The World) es una portentosa obra técnica y artística, una ciclópea obra maestra de cine, una película que debería verse al menos una vez en la vida, como si fuera el Quijote de Cervantes en términos literarios a la hora de recomendar una lectura obligada.
“It wasn't the airplanes.
It was beauty killed the beast”
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