Angyali Üdvözlet (The Annunciation)

“Miért igyekszem elérni nagyságát az emberben, aki... a tudás egy törpe, a vakság egy óriás?”
(¿Por qué me esforcé en darle grandeza al hombre, si posee el conocimiento de un pigmeo, y la ceguera un gigante?)

Aunque ha sido prácticamente desconocida en el mundo occidental durante siglos, la literatura húngara ha adquirido mayor notoriedad a finales del siglo XX, gracias a la aparición de figuras como:
Antal Szerb, Sándor Márai, Magda Szabó o Imre Madách, cuyas obras se han traducido a gran número de idiomas.
En especial, Imre Madách fue un escritor, poeta, abogado y político húngaro; cuya obra fundamental, es el poema dramático “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861) , que trata de temas similares a los del “Fausto” de Goethe,  “El Paraíso Perdido” de John Milton, o “Peer Gynt” de Henrik Ibsen, que tratan sobre el destino humano.
Su vida y su obra, se caracterizan generalmente por una visión pesimista de la vida, común a casi todos los escritores de su generación, salvo Mór Jókai, y derivada en cierta medida de la situación de Hungría tras el fracaso de La Revolución de 1848.
La figura de este gran poeta y filósofo, se halla a una altura, tanto humana como literariamente difícil de alcanzar.
Su certera visión del mundo, está catalogada como de humanismo altruista; y es precisamente por ese motivo, por lo que su sensible y honesto espíritu, se refleja en sus obras bajo una capa de desilusión ante el hombre, en el que sólo descubre sentimientos negativos, como egoísmo, hipocresía, vanidad, congénitos defectos que laceran su alma con un dolor universal.
El poema dramático “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), es su obra maestra, pues no tiene antecedentes en el resto de su producción ni, puede decirse, en la literatura húngara anterior.
Madách, que por aquel entonces, era un abogado de clase alta, sin apenas experiencia literaria, y envió su obra a János Arany, quien lo apoyó enormemente, y le sugirió diversos cambios y mejoras en el texto.
Inicialmente, la obra sólo fue publicada como libro, pero no representada, sobre todo porque los excesivos cambios de escenario, ya que consta de 15 escenas en total; hacía difícil su montaje por los recursos técnicos.
“Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), es un lúcido retrato de los problemas de su época, y también de su propia vida, recogidos en metáforas sobre la historia universal, y referidos a toda la humanidad.
En ella, proyecta la unidad de la raza humana, la eternidad del hombre y su destino sobre La Tierra, y en el más allá tras su muerte, constantes que han atribulado al hombre desde siempre, haciéndolo navegar entre la angustia y la esperanza.
La obra tiene un argumento similar, en cierta medida, a “El Paraíso Perdido” de John Milton, ya que ambas tratan sobre La Creación y la caída del hombre, con el diablo como protagonista.
Y ésta obra trata, fundamentalmente, sobre el problema del mal y el sufrimiento, en el sentido de responder a la pregunta de:
¿Por qué un Dios bueno y todopoderoso, decide permitir el mal, cuando le sería fácil evitarlo?
Los personajes principales de la obra, son Adán y Eva, y Lucifer.
Los 3 viajan a través del tiempo, visitando distintos hitos fundamentales de la historia humana, en los cuales, Lucifer intenta convencer a Adán, de que la vida no tiene sentido, y la humanidad está condenada.
Adán y Lucifer, aparecen al comienzo de cada escena:
Adán interpretando diversos personajes históricos, y Lucifer actuando como uno de sus sirvientes o consejeros.
Eva, sólo aparece más adelante en cada una de las escenas.
En total, son 15 escenas, que se distribuyen en 10 momentos históricos distintos:
ESCENA 1 - En El Cielo, inmediatamente después de La Creación.
ESCENA 2 - En El Jardín del Edén, al principio de los tiempos.
ESCENA 3 - Fuera del Jardín del Edén, al comienzo de la historia humana.
ESCENA 4 - Egipto, c.2650 a.C. Adán es un faraón, probablemente Djoser; Lucifer su Visir; y Eva es la esposa de un esclavo.
ESCENA 5 - Atenas, 489 a.C. Adán es Milcíades el Joven; Lucifer es un guardia; y Eva es la esposa de Milcíades.
ESCENA 6 - Roma, c.67 d.C. Adán es un rico romano; Lucifer es su amigo; y Eva es una prostituta.
ESCENA 7 - Constantinopla, 1096. Adán es El Príncipe Tancredo de Hauteville; Lucifer es su escudero; y Eva es una doncella noble, obligada a convertirse en monja.
ESCENA 8 - Praga, 1615. Adam es Johannes Kepler; Lucifer es su discípulo; y Eva es su esposa, Bárbara.
ESCENA 9 - París, 1793. En un sueño de Kepler, Adam es Georges Danton; Lucifer es un verdugo; y Eva aparece en 2 formas: Primero como una aristócrata a punto de ser ejecutada, luego inmediatamente, como una pobre mujer sanguinaria.
ESCENA 10 - Praga, 1615. Adam es Johannes Kepler; Lucifer es su discípulo; Eva es su esposa, Bárbara.
ESCENA 11 - Londres, siglo XIX. Adán y Lucifer son ingleses sin nombre; Eva es una mujer joven de la clase media.
ESCENA 12 - Un Falansterio comunista / tecnocrático, en el futuro. Adán y Lucifer se disfrazan como químicos ambulantes; Eva es una trabajadora que protesta cuando está separada de su hijo.
ESCENA 13 – En el espacio. Adán y Lucifer son ellos mismos, y Eva no aparece en esta escena.
ESCENA 14 - Una edad de hielo en un futuro lejano, al menos 6,000 d.C. Adán es un viejo roto; Lucifer es él mismo; y Eva es la esposa de un esquimal.
ESCENA 15 - Fuera del Edén al principio del tiempo.
Cada escena, cada período histórico, es la realización de algún ideal de Adán/tesis, que Lucifer luego expone como profundamente defectuoso/antítesis.
Adán, al borde de perder la esperanza, entra en contacto con Eva, y decide sobre un nuevo ideal/síntesis, que curaría los peores problemas de su realidad actual.
Entonces el ciclo se repite...
Pero cada vez que Lucifer muestra una edad a Adán, lo engaña:
Lucifer, siempre muestra la época, no cuando el nuevo ideal asciende, y contribuye al bienestar de la raza humana.
En cambio, Lucifer y Adán experimentan la fase declinante de las edades.
Por tanto, contrariamente a la filosofía de Hegel, lo que Adán ve, es que la humanidad no construye constantemente hacia un futuro glorioso, sino que lentamente se hunde en una depravación cada vez peor.
Esto conduce al más famoso, y uno de los elementos más polémicos de la obra:
Adán no puede entender, cuál es el propósito de su existencia, si el futuro de la humanidad es tan sombrío.
La última línea es hablada por Dios; y dependiendo de la interpretación, esto se puede ver cínicamente como las palabras de una deidad caprichosa, o bien apuntar a una “esperanza más allá de toda esperanza”, que Dios tiene un propósito para todas las cosas que el hombre no necesariamente puede comprender.
Esto es muy diferente del “Paraíso Perdido”, donde la esperanza cristiana está explícitamente explicada.
“Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), se compara invariablemente con “El Paraíso Perdido” de John Milton, ya que ambos tratan del mismo tema:
La Creación y la caída del hombre, y el papel del diablo en él.
Como en Milton, algunos críticos sostienen, que el verdadero protagonista de La Tragedia, es Lucifer mismo, siendo más activo que Adán y Dios combinados.
Milton ofrece un Lucifer más bien redondeado, sin embargo; es motivado principalmente por un deseo por el poder, y todas sus acciones provienen de eso, más que de cualquier impulsión malévola específicamente.
La versión de Madách, es significativamente más unilateralmente villana, tratando de destruir a la humanidad, simplemente para probar el fracaso del experimento de La Creación de Dios.
Este rencor, combinado con su carisma al tratar con Adán y Eva, lo convierten en un personaje decididamente siniestro, más que el de Milton.
Algunos críticos sugieren, que el retrato único de Eva, la primera mujer, fue provocada por el propio matrimonio infeliz de Madách.
Eva es a la vez, el vehículo de la caída de Adán, ofreciéndole la manzana, pero a través de su aparición en cada escena, también suele ser el medio por el cual, Adán recupera su esperanza para el futuro.
Al final, es la fuerza que impide su desaparición.
La relación entre el hombre y la mujer es, de hecho, el centro de la obra, retratada como, por un lado, profundamente defectuosa y, sin embargo, afirmada como la relación humana básica.
Del mismo modo, existen temas existencialistas que reflexionan sobre el aparente absurdo de la existencia.
La influencia de Kierkegaard, también puede ser inferida, especialmente en el final, que afirma tanto la falta de sentido del mundo, como la significación de luchar por Dios.
El valor de “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), radica entonces en la profundidad de los pensamientos elevados a un nivel sublime, mostrando una fuerza profética, que conduce al lector más allá del futuro.
Adán, protagonista de la obra, encarna el permanente vaivén entre la decepción y la esperanza en que se mueve el hombre desde su aparición sobre La Tierra.
Eva representa el prototipo femenino, que induce al hombre a alcanzar los más altos ideales, y que le apoya en sus desdichas, otorgándole consuelo.
Y Lucifer, que cierra la trilogía de los personajes centrales de esta obra grandiosa, es la mente escéptica y obstinada en oposición a Adán, que le enseña la facilidad con que se hacen añicos los ideales en la intenciones humanas.
Sin “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), la literatura húngara sería sin duda mucho más pobre.
Su éxito sin precedentes, compensó un poco al egregio poeta, ya por aquel entonces enfermo del corazón por los enormes padecimientos sufridos que le indujeron de alguna manera a escribir esta obra, que fue la panacea de sus últimos años de vida.
Imre Madách falleció en 1864, a los 41 años de edad.
Su obra, a pesar de representar un período muy oscuro de la historia, no puede denominarse como pesimista.
El final, es más que tranquilizador.
Las palabras del poeta, nos consuelan en las adversidades de la vida, insuflándonos nuevas fuerzas para afrontar nuestras luchas personales.
El contenido básico de “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), se halla resumido en una hermosa frase que cierra el último cuadro:
“Hombre, ya te lo dije:
Esfuérzate en la vida y asienta tu camino en la esperanza”
Hoy en día, “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861), es una de las obras centrales en el repertorio teatral de Hungría, y una lectura obligatoria para los estudiantes de secundaria de su país.
Además, muchas frases de la obra, se han convertido en expresiones habituales en húngaro.
El libro, ha servido también de inspiración y base para otras publicaciones y, más recientemente, para películas y obras de teatro en muchos países de Europa.
¿Hacia dónde va la humanidad?
¿Cuál es el futuro de los seres humanos?
Toda pregunta recae sobre lo venidero.
Cuando el presente es pacífico y amable, el futuro surge amenazador, porque puede hacer desaparecer nuestra paz.
Si el hoy rezuma dolor, desasosiego o sufrimiento, interrogamos al porvenir:
Solo cuando se anuncia liberador, el presente deviene soportable.
“Ősi szelleme tagadás”
(El antiguo espíritu de negación)
Angyali Üdvözlet (The Annunciation) es una película de fantasía húngara, del año 1984, escrito y dirigido por András Jeles.
Protagonizado por Péter Bocsor, Júlia Mérő, Eszter Gyalog, György Belme, Róbert Borók, Attila Dobay, Evelin Fehér, Réka Gévai, entre otros.
El guión está basado en la obra “Az Ember Tragédiája” (The Tragedy of Man - 1861) de Imre Madách; y aquí es una interpretación surrealista de la historia bíblica, interpretada enteramente por niños entre 8 y 12 años de edad.
Los chiquillos, tomando su trabajo bastante en serio, recitan sus parlamentos y dan lo mejor de sí, haciendo de Angyali Üdvözlet (The Annunciation), una película única por su originalidad; pues si hubiera sido interpretada por adultos, hubiera pasado desapercibida.
Rodada en los campos y bosques al sur de Hungría; Angyali Üdvözlet (The Annunciation) fue realizado con un estilo “Pasoliniano”
La acción sigue Adán (Péter Bocsor) y Eva (Júlia Mérő), desde que son tentados por Lucifer (Eszter Gyalog) a comer una manzana del árbol prohibido, lo cual les conlleva la expulsión del Jardín del Edén.
Tras ello, Adán le pide a Lucifer, que le dé el conocimiento supremo que le prometió.
Lucifer, entonces le convierte en varios personajes históricos:
Milcíades de Grecia, luego en Tancredo de Galilea, Danton de Paris, y un personaje victoriano sin nombre.
Todo ello para mostrarle el horror de la historia de la humanidad.
Angyali Üdvözlet (The Annunciation) gira en torno al bien y el mal, y a como la maldad se apodera del hombre para cometer actos horribles.
Por lo que Adán es testigo de todo ello, guiado por Lucifer, pero finalmente Dios interviene, y le llena de esperanza.
Por supuesto, se justifica en su premisa, la de las consecuencias del pecado original, pero lo hace de una manera muy singular.
En la escena final, se refleja la visión algo nihilista de una nación todavía bajo el arranque del comunismo soviético, si tomamos en cuenta la fecha de la realización de Angyali Üdvözlet (The Annunciation); que la hace una película rara, y una de las mejores películas artísticas, interpretadas enteramente por niños.
Definitivamente, es una película de arte y estilo; que no atraerá a hordas de adolescentes que buscan sexo puro y violencia gráfica; pero tampoco es un ejercicio de egoísmo malicioso, engañoso, en blanco y negro, e improvisado; sino que está construida con un cuidado prodigioso.
¿Cómo nos fijamos en el mundo, en nosotros mismos, y en la historia?
Angyali Üdvözlet (The Annunciation) nos desafía a abrirnos y aceptar puntos de vista inusuales, que es la esencia de todo el gran arte.
Y lo más importante, cuando uno se enfrenta con violencia e injusticia, nos vemos obligados a buscar soluciones.
“Azt mondtam, hogy mindent tudok!”
(¡Dijiste que lo sabría todo!)
Angyali Üdvözlet (The Annunciation) es una adaptación hermosa y atrevida de una obra clásica del teatro húngaro; considerada la obra maestra de Imre Madách.
Pero esta es una visión romántica y pesimista, con un final extraño y optimista.
El director, András Jeles, tuvo una gran idea al haber elegido actores infantiles, por lo que el argumento es aún más complejo, más poético, y más visionario; técnica y bellamente filmada, con pequeños toques extraños, tejen un ambiente de ensueño; una visión filosófica del bien y del mal, que aborda grandes cuestiones de la vida, a través de la poesía, la historia y el surrealismo.
Aunque hecho para parecer un sueño, toca preguntas profundas de la realidad.
La idea de la trama es magnífica:
Adán y Eva, habiendo sucumbido a la tentación de Lucifer, son expulsados del Jardín del Edén; por lo que Adán le reclama a Lucifer, su promesa de sabiduría; así que Lucifer, a cambio, le da a Adán un sueño del mundo por venir...
Y qué extraño sueño…
En su núcleo, Angyali Üdvözlet (The Annunciation) es acerca de la premonición de Lucifer de la tragedia de la humanidad, como se le dijo a Adán y Eva en un sueño después de que se les prohibió del Edén.
El sueño comienza en Atenas, donde Adán, Eva y su hijo, se encuentran en el extremo equivocado de la primera forma de democracia, que es una regla irracional de la mafia, son los reyes, y cuando Adán no cumple los deseos del pueblo, es asesinado…
Adán, se encuentra más tarde en Bizancio, como lo que sólo puedo especular, un soldado romano.
En este punto, la trama se vuelve algo confusa para quienes no tengan un alto nivel educativo en la historia europea.
Así que después de esto, es técnicamente muy difícil de seguir, pero visualmente, es una especie de experiencia surrealista; debido a que pasa por distintos períodos de la historia de la civilización occidental, que son algunos de los más sangrientos y represivos.
Los diferentes Lucifer que guían esta aventura, muestran como premoniciones a Adán y Eva, cómo terminarán sus vidas, si siguen la senda del mal; porque si lo hacen, evitarán que ocurran todas estas tragedias futuras.
Los escenarios, son naturales, vemos bosques, desiertos, rocas...
Pero es muy efectivo en su cometido, porque da la impresión de ser todo muy antiguo.
Todos los episodios, terminan en tragedia, y todos involucran a un hombre separado para siempre de su verdadero amor.
Una escena particularmente provocadora, fue aquella en la que una niña da a luz mientras está de pie sobre una tumba abierta...
El ciclo de la vida y la muerte, sugerido por la cita de Eclesiastés desde el principio, se lleva aquí a su extremo visual.
Esta imagen desgarradora, es seguida por una secuencia muy serena, retratando la paz eterna del difunto.
Otros críticos, han comentado, cómo los episodios se vuelven cada vez más surrealistas y confusos, y por ¾ partes del camino a través de la historia, uno acaba desconcertado.
Pero es cuando Adán despierta, y Eva le dice que ella está embarazada de su hijo, que todo comienza a tomar forma y hacerse realidad.
Adán, ha visto a sus descendientes crear un mundo que se convierte en una locura; y también ha visto que en su intento equivocado de permanecer para siempre con Eva; ha condenado a todos sus descendientes a la separación, ya sea por muerte, engaño, adulterio, o incluso piedad errónea.
Su sincera súplica a Dios, mientras agarra el abdomen de su esposa embarazada,  es un desafío.
¿Hemos progresado, o hemos cumplido la visión de Lucifer, de un Infierno creado por nosotros mismos?
Los personajes históricos mostrados en Angyali Üdvözlet (The Annunciation) nos lo dicen:
Milcíades, fue quien dispuso la táctica para ganar La Batalla de Maratón.
Maratón sigue siendo una de las batallas más famosas de La Antigüedad, sobre todo a través de las conmemoraciones que suscitó, como la carrera de Maratón en Los Juegos Olímpicos de 1896 en, Atenas.
Tancredo de Galilea, fue quien inicio La Primera Cruzada.
Kepler, fue un renombrado astrónomo y matemático protestante, que tuvo que huir de la persecución de La Iglesia Católica, puesto que su madre fue encarcelada por brujería.
Danton, tuvo un papel muy relevante durante La Revolución Francesa…
No son nombres a los que estemos acostumbrados precisamente, de hecho, aunque todos ellos fueron relevantes en su momento, no son los más recordados.
En general, aunque Angyali Üdvözlet (The Annunciation) es muy dura de ver por como narra las cosas; ya que vemos varias muertes violentas, en momentos puntuales; inclusive momentos de desnudos, y poses algo sugestivas y eróticas.
Pero están enfocadas de manera que solo vemos la sangre salpicar una pared o una sombra, la única excepción, es en la parte de La Revolución Francesa, donde uno se suicida pegándose un tiro, y no es tampoco demasiado sangrienta.
O bien, los desnudos desde El Edén, y algunos besos algo apasionados, o la escena del parto, en un niña…
Por lo que Angyali Üdvözlet (The Annunciation) está llena de simbolismo y de frases con mucha fuerza.
De hecho, cuesta elegir una como ejemplo de la cantidad que hay; y no es solo la frase en sí, sino también es cómo la dicen, algunas veces susurrando, otras cantando, e incluso incitando y engañando, como es el caso de Lucifer.
Además, es notable algunas tomas, o encuadres, con los usos de la luz y los reflejos, o algunas coreografías cuando se reúnen a varios niños; siendo impresionante la caracterización de algunos personajes, sobretodo de los secundarios.
A pesar del tema ambicioso, no estamos hablando de película épica.
El presupuesto, debió ser pequeño, pero todavía hay mucho talento detrás de la cámara:
Las composiciones, aunque sean artísticas, son atractivas.
El diseñador de producción, merece una medalla por hacer tanto de tan poco; pues vemos como, a pesar de ser todo muy sencillo, están cuidados los detalles del maquillaje y peluquería, algunos llevan la cara pintada con unos motivos muy complejos; y no caer en el morbo, y eso es decir mucho.
Del reparto, la elección de actores infantiles, añade capas adicionales de significado.
Su misma edad, parece justificar y reflexionar sobre los temas que se muestran:
La muerte, la violencia, la injusticia, etc.
Hay mucha sangre y mucha lujuria en la pantalla, pero los actores siguen “jugando al escondite”
Es esa mezcla de inocencia juguetona e historia de adultos, adornada con algunas de las más bellas citas literarias, lo que le da su estilo audaz y único.
Sería interesante saber, qué piensan los actores, ahora que han crecido; y cómo miran hacia atrás, en su experiencia al hacerla.
Tal vez, también se sintió como un sueño…
“Uram, kedves haladás, vagy mint a szarvasmarha, a futópad marad a kör?”
(Señor, ¿Mi descendencia progresará para bien, o como el ganado en la rueda, permanecerá dentro del círculo?)
Desde que el hombre ha tenido uso de razón, se ha preguntado:
¿Cuál es el sentido de su existencia en este mundo?
También ha filosofado de diferentes modos, a fin de darle propósito a su vida.
No obstante, muchas de estas ideas, han sido contradictorias unas con otras, y diametralmente opuestas y desconcertantes.
Sin embargo, La Biblia, “La Palabra de Dios”, sí nos dice qué somos, y hacia dónde vamos finalmente en esta vida.
Es decir, La Biblia revela un propósito divino para nuestra existencia, y explica por qué el hombre muere finalmente...
Todos los seres humanos, quisiéramos vivir para siempre, con salud y felicidad sin tener que asistir a los entierros de amigos y parientes queridos.
La muerte es, definitivamente, el enemigo número uno del ser humano.
La vida eterna, abundante y feliz, es un regalo muy tentador, que nos impele a seguir a Cristo en todo momento de nuestras vidas.
Sin esta oferta de Dios, a través de Su Hijo, pocos estarían motivados a dejar los intereses mundanos y pasajeros.
Dios es un Dios que remunera a sus siervos grandemente, y no que no escatima cuando se trata de premiar.
Él quiso que el hombre viviera para siempre, y no que muriera por la enfermedad o la vejez.
Él puso al hombre en La Tierra, para que viviera en ella para siempre.
Los hizo del polvo de La Tierra, y les sopló aliento de vida; y Adán y Eva se convirtieron en, no dice que tuvieron, “almas vivientes”, con la posibilidad de ser inmortales.
Él hizo al hombre, a Su imagen y semejanza...
¡Y Dios no es mortal!
Sí, Dios quiso que la primera pareja humana no muriera, pero Adán y Eva pecaron, y sus almas empezaron a morir.
Es claro que Adán y Eva, y su descendencia, no lograron su inmortalidad por la desobediencia.
Su alma pudo ser inmortal, pero fracasaron.
¡Trágicamente, sus almas vinieron a ser mortales!
Por extraño que parezca, el propósito de la existencia y el destino del ser humano, están íntimamente ligados al propósito de la existencia misma del Universo.

“Mondottam, ember, küzdj és bízva bízzál”
(Hombre, ya te lo he dicho:
¡Lucha y ten confianza!)


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