Borstal Boy

“The heart was made to be broken”

El amor es el sentimiento de mayor magnanimidad, y es por eso que nuestros corazones están diseñados de tal modo, que su verdadera función es ser destrozados.
El ser humano tiende a convertirse en un masoquista cada vez que se enamora, pero estar enamorado es... todo.
Dublín lleva siglos plagada de poetas, dramaturgos, novelistas, soñadores y conspiradores; Brendan Francis Aidan Behan, fue un dramaturgo, poeta y escritor irlandés, que escribió en inglés e irlandés.
Su niñez trascurrió en las familias más pobres de Dublín; siendo un militante activo del IRA, por lo cual fue encarcelado 8 años.
Brendan nació en el centro de Dublín, el 9 de febrero de 1923, en el seno de una familia de clase obrera, culta y republicana.
La vida de los Behan, se movió entre la cultura y la militancia política:
Su padre Stephen, luchó en la guerra de independencia, y su madre Kathleen, era amiga personal de Michael Collins.
Ambos les leían a sus hijos, literatura clásica por las noches.
Su tío Peadar Kearney, fue el autor de la letra de “Soldier’s Song / Amhrán na bhFiann”, el himno nacional irlandés.
Su hermano pequeño, Dominic, tuvo también éxito escribiendo canciones como “The Patriot Game”; y el hermano mediano, Brian, además de actor y dramaturgo, fue un destacado sindicalista, activista político comunista primero, y laborista después, discrepando políticamente con Brendan, sobre todo por la cuestión nacional.
Brendan, simultaneó sus primeros pinitos literarios con la militancia republicana:
Se incorporó a la Fianna Éireann, organización juvenil del IRA, en cuya revista “Fianna: The Voice of Young Ireland”, publicó sus primeros poemas.
En 1931, fue el escritor más joven en publicar en el Irish Press, con su poema “Reply of Young Boy to Pro-English Verses”; y a los 16 años, se unió al IRA, y embarcó para Inglaterra en una misión en solitario, no autorizada, que pretendía volar el puerto de Liverpool; siendo arrestado por posesión de explosivos, y condenado a 3 años en un reformatorio.
No regresó a Irlanda, hasta 1941; y esa experiencia la narró en su autobiografía “Borstal Boy” (1958)
En 1942, mientras El IRA emprendía La Campaña del Norte, Behan fue juzgado por el intento de asesinato de 2 policías en Dublín, que habían acudido a la ceremonia conmemorativa del aniversario de Theobald Wolfe Tone, Padre del Republicanismo Irlandés; siendo condenado a 14 años de prisión, en Mountjoy, y en El Curragh.
Esta etapa, la narra en su libro póstumo:
“Confessions of an Irish Rebel” (1965)
Liberado por la amnistía de 1946, Behan dio por acabada su militancia armada a los 23 años y, aunque abandonó El IRA, mantuvo allí grandes amigos, como el futuro jefe de estado mayor, Cathal Goulding.
Lo cierto es que las experiencias de la prisión, fueron la principal fuente de inspiración de su obra literaria.
Behan, también aprendió la lengua irlandesa en la prisión y, tras su liberación, pasó algún tiempo en las Gaeltachtaí de Galway y Kerry, donde comenzó a escribir poesía en irlandés.
Vivió en París en los años 50, donde quería perderse para liberar al artista que llevaba dentro.
En esa época, ya bebía en exceso y, al parecer, para ganarse la vida, llegó a escribir pornografía.
De regreso a Irlanda, Brendan Behan ya era un escritor, que madrugaba para trabajar desde las 7 hasta las 12, hora a la que abrían los pubs…
Colaboraba con varios periódicos, como el Irish Times, y emisoras de radio.
Pero consiguió una reputación de bebedor empedernido, compartiendo juergas con otros literatos de su tiempo, como Flann O’Brien, Patrick Kavanagh, Anthony Cronin, y J.P. Donleavy.
En 1958, publica “Borstal Boy”, una novela autobiográfica de su paso por el reformatorio de Hollesley.
De sus páginas emerge una voz original en la literatura irlandesa, un lenguaje a la vez amargo y delicado; y para ser un republicano, no se trata de un vitriólico ataque contra Gran Bretaña; más bien encontramos a un Behan que se aleja de la violencia:
El chico rebelde idealista, da paso a un joven realista, que reconoce la verdad y la inutilidad de la violencia.
La historia comienza en el momento en que Brendan es arrestado, a los 16 años por pertenencia al IRA.
Como novela autobiográfica, describe con todo lujo de detalles, su paso por calabozos, prisiones preventivas, y correccionales, durante 3 años.
Durante su desarrollo, en 570 páginas, el escritor sólo narra y describe acciones y rememora diálogos.
No hay apenas pasajes de reflexión, o de actos de contrición, o de duda.
Se trata de un patriota, que no se arrepiente de lo que ha hecho, y que está dispuesto a pagar, pero se da cuenta de que todos los que están allí, no son más que jóvenes que apostaron por la violencia.
Como lo capturan en Liverpool, su pertenencia al IRA sólo despierta la furia y el odio de los carceleros y celadores ingleses.
Hasta que, por fin, entra en el correccional de menores, la vida del preso y de sus colegas, sólo se lleva palos, castigos, humillaciones, dietas exiguas, palizas…
Luego, en el “borstal” o “reformatorio”, las cosas se estabilizan.
Más allá de ese retrato de los correccionales, “Borstal Boy” también supone una precisa estampa del carácter irlandés:
Behan apuesta más por el humor, que por la crudeza, y tal vez por eso, aunque es un buen libro, ha gustado menos que otras memorias carcelarias; pues la historia representa a un joven y fervientemente idealista, que pierde su ingenuidad durante los 3 años de su condena a un joven “borstal”, suavizando su radical postura republicana irlandesa, y calentando a sus compañeros prisioneros británicos.
Desde un punto de vista técnico, la novela se destaca principalmente por el arte con el que capta el diálogo animado de los reclusos, con toda la variedad de las Islas Británicas, y muchos acentos sutilmente distintivo, intactos en las páginas.
En última instancia, Behan demostró por su hábil diálogo, que los católicos irlandeses de clase trabajadora, y los protestantes ingleses, tenían en realidad, más en común entre sí, y que las supuestas barreras de religión y etnicidad, eran meramente superficiales, e impuestas por una temerosa clase media.
No obstante, el libro fue prohibido en Irlanda por razones no especificadas en 1958; y la prohibición expiró en 1970.
Pero la fama de Brendan Behan, le llevó a pasear su alcoholismo por los platós de las televisiones, convirtiéndose en una caricatura del borracho irlandés.
El público quería ver al chico malo, iconoclasta y genial.
Pero su salud se resintió:
Empezó a sufrir comas diabéticos, y sus últimos libros, ya no tenían el nivel de los anteriores.
Su familia, su mujer Beatrice, con la que se casó en 1955, y su hija Blanaid, no pudieron impedir que continuara avanzando hacia el abismo etílico.
Y el 20 de marzo de 1964, a los 41 años, Brendan Behan moría en el hospital Meath, en Dublín; siendo enterrado en El Cementerio de Glasnevin, donde recibió honores por parte del IRA.
“As a prisoner of war, it is my duty to escape”
Borstal Boy es un drama irlandés, del año 2000, dirigido por Peter Sheridan.
Protagonizado por Shawn Hatosy, Danny Dyer, Lee Ingleby, Robin Laing, Eva Birthistle, Michael York, Mark Huberman, entre otros.
El guión es de Peter Sheridan y Nye Heron, basado en una novela homónima de  1958, de carácter biográfico, publicada por Brendan Behan, un escritor irlandés, y activista de La República Armada de Irlanda (IRA) en su juventud.
La historia, toma su nombre “Borstal”, por una cárcel británica para criminales juveniles de Hollesley Bay, en 1939.
No obstante, cabe decir que en Irlanda, la ley de justicia penal de 1960, Sección 12, eliminó el término “borstal” del uso oficial, como parte de una política para ampliar el sistema de reforma y formación de las instituciones, a “un lugar de detención para jóvenes entre 17 y 21, en cualquier condena que lleve una condena de prisión”
Borstal Boy es una obra dura, pero también tierna, y con un humor cáustico, que deja entrever que la mayor parte de los jóvenes encerrados, no eran más que niños empujados por la sociedad; por lo que la película narra una parte de la vida del escritor y activista político irlandés, Brendan Behan (Shawn Hatosy)
Durante La Segunda Guerra Mundial, cuando Behan tenía 16 años, fue apresado por los británicos, y enviado a Borstal, un reformatorio para jóvenes ubicado en la localidad East Anglia de Inglaterra.
En el reformatorio, Brendan hace amistad con 2 personas:
El recluso judío, Charlie Milwall (Danny Dyer), y la hija del gobernador del centro (Michael York), llamada Elizabeth Joyce (Eva Birthistle)
Tras muchas lecciones, al finalizar el periodo, Behan aprenderá que en la vida nunca se conoce todo, y que pequeños eventos pueden cambiar la vida para siempre.
Borstal Boy, trata de mostrar el cambio interior que experimenta el joven Brendan Behan dentro del reformatorio, aprendiendo a ser fuerte, y luchar por lo que amamos.
Será un momento para apreciar la importancia de la libertad y el autodescubrimiento.
La temática homosexual de la película, es algo más secundaria, siendo un film del tipo de superación y maduración personal, en un internado para chicos.
No obstante, hace que mostremos humanidad y empatía.
“In 1942, acclaimed Irish poet Brendan Behan was sent to a reform school.
What he learned was that love knows no prison”
Parece que todo lo que Irlanda consigue exportar, es sólo de notable calidad, pero también podemos decir, que gran parte de esta calidad, proviene de Jim Sheridan, con verdaderas joyas sacadas de ese país.
Pues bien, parece ser que su hermano, Peter Sheridan, también posee esa calidad.
Más escritor que director, Borstal Boy es su primera y, por ahora, última película, basada en la biografía del también escritor Brendan Behan, uno de los más influyentes de Irlanda; y el resultado es la historia de un cambio, de una introspección, de una suerte de redención que respira honestidad, compromiso, autenticidad, y franqueza.
Rodada con mucho gusto, y vestida con una gran banda sonora a cargo de Stephen McKeon, Borstal Boy deja buen sabor de boca, como toda película bien hecha.
Peter Sheridan, traza aquí de manera tan sencilla como magistral, el marco de la película:
Al tiempo que el mundo lucha por alcanzar la paz, el protagonista lucha por la causa.
En sólo 5 minutos, Brendan se verá atrapado por todo aquello que odia, y contra todo por lo que lucha, dando comienzo entonces, la verdadera lucha, la suya propia, la de su vida.
Bajo la tutela del Imperio Británico, Behan aprenderá a comportarse, conocerá el respeto, descubrirá un nuevo concepto de libertad, hará amigos, y se enfrentará a conflictos personales, que le obligarán a tomar decisiones, a dar un paso adelante, a descubrirse.
A lo largo del metraje, Brendan Behan asimila la vagueza de los discursos políticos, cuando los compara con la fuerza de las personas, de la vida, de la libertad.
La pasión por la cultura, el esfuerzo, el talento, y el amor, son algunas de las nuevas herramientas con las que Behan va a conseguir por fin involucrarse, y redimirse.
Técnicamente, pese a ser una película del último año del siglo XX, Sheridan ha configurado un ambiente antiguo, dando la impresión de estar viendo una película de los 80, o incluso anterior, que no desencaja para nada en el desarrollo, o incluso se agradece y engrandece; pues ver películas de época con tanta luz y perfección, a veces quita realismo al film…
Pero en Borstal Boy, da la impresión de que estás viendo un archivo histórico, casi documental.
Con muy pocas imágenes, pero cuidadosamente seleccionadas, y perfectamente montadas, el director nos hace una introducción que nos da a conocerlos orígenes de la situación, y el lugar donde se van a desarrollar los hechos.
Después pasa a otro tipo de planos, más intimistas, para darnos a conocer la personalidad de los principales protagonistas.
En esta parte, los jóvenes actores son una gran ayuda para el director, porque se muestran dóciles a lo que se pretende, y realizan un gran ejercicio de interpretación.
En una situación de guerra, en un correccional de menores, la vitalidad de los jóvenes se manifiesta en las acciones, que como grupo realizan, y eso quita dramatismo, y hace más realista la situación.
El mismo carácter político del componente del IRA, y el protagonista principal, se manifiesta más como un joven que como un activista.
El hecho de saber que realmente forma parte de la vida de este activista irlandés, y después escritor, entre otras de esta misma obra basada en parte de su vida, le da mucha fuerza a la película.
La historia, que pudo centrarse en la visión política del joven irlandés, se centra en realidad, en la convivencia en esta comunidad de personas de los más variopintos orígenes, entre los cuales, el protagonista encontrará nuevas perspectivas que cimentarán futuras pasiones artísticas, y cambios personales sobre conceptos preconcebidos, que aquí se verán trastocados por ideas e ideales como:
La nobleza, el compañerismo, la integridad, la amistad y el amor, desde las formas más conmovedoras, a las más racionales.
El hilo argumental principal, se complementa entonces con 2 historias paralelas, producto de la relación con 2 personas:
Por un lado el recluso judío, Charlie Milwall, y por otro lado, Elizabeth Joyce, la hija del gobernador de la institución, quien llega a Borstal, debido a la creciente ola de violencia producto de la guerra.
Todo ello enriquece la historia, con las múltiples referencias al escritor inglés Oscar Wilde, a sus obras, al montaje, y a los múltiples matices del amor, que incluye un par de contundentes frases para el recuerdo; adquiriendo mucho interés dentro del triángulo que se genera entre el trío protagónico, sobre lo que se dice y no necesariamente con palabras.
Lo que se omite, y los gestos que muchas veces son más importantes que las palabras, dejan enseñanzas de vida, y para la vida.
En síntesis, Borstal Boy es una película para disfrutar a pesar de sus sutilezas, con una visión personal, con matices políticos, que se convierte en una reflexión humana, y llega enmarcada en un contexto histórico muy abrupto, sobre un personaje que genera tanto interés como empatía, y cuyos ideales iniciales se verán totalmente comprometidos, al convivir dentro de este pequeño universo lleno de revelaciones emocionales.
Pero lo más fascinante, de Borstal Boy es su tensión y contención.
No un intento de tensión creado por el propio director deliberadamente, la tensión emana directamente de ella, es como su fuera intrínseco en ella, no hay nada que cree ese clima pero, an así, lo sientes, sólo y únicamente con el desarrollo de la historia, y a través de actores realmente buenos, donde Shawn Hatosy se lleva los aplausos por su carisma y talento, no solo interpretativo, sino gestual y desde el silencio; así como su contraparte, Danny Dyer, mostrando el lado más humano de las personas.
“It's a queer world, God knows, but the best we have to be going on with”
Es a través del fracaso, del final, de la desilusión, en donde finalmente nos damos cuenta del amor que se tenía:
“Lo que mata el romanticismo, es su propia plenitud”
El amor romántico, dura sólo una temporada, y por eso hay que disfrutarlo mientras dura.
En esta frase, recordamos que siempre estamos atados a repetir nuestros fracasos, y existe masoquismo en cada uno de nosotros, por eso dice que es como “una misión cumplida”, que “los corazones están hechos para ser rotos”, como dice Oscar Wilde, porque “la única diferencia entre un capricho y el amor para siempre, es que el capricho dura algo más”, es entonces que sabemos que hemos amado, cuando este amor ha llegado a su final, y ahí yace la hermosura del corazón, a través de su propio dolor, y goce del mismo.
Después de todo, somos seres sentimentales.

“I had it both ways... just like Oscar Wilde”



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