NightStalker

“Hail Satan”

Tensión, misterio, intriga, gritos y sangre…
¡Mucha sangre!
Son los elementos más característicos de las películas de terror, cuya amenaza principal es un asesino desquiciado con ganas de “jugar”
Estos elementos, adquieren un aroma especial, si sabes que, aunque lo que ves no es real, en su momento sí que lo fue, y por tanto, podría pasarte a ti también, si estás en el sitio, en el momento, y con la compañía equivocada.
Lo que quizá no sepas, es la cantidad de películas que tienen una base real.
Una base que la mayoría de las veces, es mucho más cruda que lo que ves en la pantalla.
Lo “políticamente correcto” o aceptable, empaña la crudeza de lo que podría ser, y es que la realidad supera con creces a la ficción.
Ricardo Leyva Ramírez Muñoz, también conocido por el apodo de “The Night Stalker” o “El Acosador Nocturno”, fue un asesino en serie estadounidense de origen mexicano, que mató a 14 personas en la ciudad de Los Angeles, entre los años 1984 y 1985.
Richard nació en un matrimonio bastante conflictivo y disfuncional:
Su padre, un obrero y ex policía mexicano, originario de Ciudad Juárez, era sumamente violento con todos sus hijos, a quienes propinaba sendas palizas, en especial al propio Richard.
Cuando era niño, quedó inconsciente tras golpearse la cabeza con un columpio mientras jugaba en el parque, lo que provocó que sufriera ataques de epilepsia hasta la pubertad.
Su adolescencia estuvo marcada por su relación con su primo Miguel “Mike” Ramírez, un Boina Verde, y veterano condecorado de La Guerra de Vietnam, quien, con orgullo, le mostraba a Richard numerosas fotografías en las que salía él cometiendo crímenes de lesa humanidad y violando, torturando, asesinando, o posando junto a cadáveres mutilados de mujeres vietnamitas.
Ambos solían reunirse a fumar marihuana, mientras Mike le contaba a Richard los escabrosos detalles de sus crímenes de guerra, y le enseñaba técnicas para asesinar con sigilo, que había aprendido en el ejército.
De hecho, Richard estuvo presente, cuando en 1973, su primo asesinó a sangre fría a su esposa con un disparo de escopeta, luego de una violenta discusión.
Parte de la sangre de la mujer, salpicó a Richard, y no se sabe a ciencia cierta, si experimentó terror o placer, dado lo que sucedió en su infancia…
Como la mayoría de los asesinos en serie, Richard Ramírez fue en su adolescencia un chico problemático:
A los 9 años comenzó a robar, y más tarde a consumir drogas en Texas, su estado natal.
Debido a su falta de higiene, y a la dieta rica en azúcar, sus dientes empezaron a podrirse, lo que causaba que padeciera una terrible halitosis. Luego empezó a usar cocaína diariamente.
Ramírez, fue siempre un entusiasta de la banda de rock australiana, AC/DC.
La canción “Night Prowler”, del álbum “Highway to Hell”, se convirtió en un himno para él.
Dicho tema, describe el miedo de una niña que está en su habitación sola, por la noche; y también la historia de un joven que entra furtivamente al cuarto de su novia cuando los padres de ella no están…
Esto le sirvió a Ramírez, para desarrollar un sobrenombre que se volvería célebre:
“El Merodeador Nocturno” o “Night Stalker”
En 1983, Richard se fue a Los Angeles...
Todo sería peor:
Alto, larguirucho, con pómulos salientes, Richard se hizo adepto al satanismo y al “hard rock”, consumía habitualmente cocaína, que pagaba con el botín de sus robos; y empezó a asesinar sin pautas concretas, lo cual hacía más difícil su detención:
La primera víctima de Richard, fue una anciana de 79 años.
Entró en su casa por la noche, la apuñaló mientras dormía, y cortó su garganta tan profundamente, que casi separa la cabeza del cuerpo.
Luego saqueó la casa, y abusó sexualmente del cadáver de la anciana.
Ramírez elegía a sus víctimas al azar, sin diferenciar edad, sexo, raza o condición.
Las armas utilizadas, iban desde un bate de béisbol a un puñal, pasando por varios tipos de pistolas.
El asesino entraba en los hogares de las víctimas a primera hora de la mañana, a través de ventanas o puertas.
Aquel terror en la zona, provocó un aumento en la venta de armas, munición y sistemas de seguridad en todo el condado de Los Angeles.
Su “modus operandi” también oscilaba, ya que podía asesinar de una manera organizada, sin dejar pista, o matar sin ningún cuidado, creyéndose amparado por Satanás, dibujando signos satánicos en las paredes, comiendo en casa de sus víctimas, robándoles el dinero que llevaban encima, o dejando las armas homicidas en el lugar del crimen.
Su juego preferido, era salir de caza, acompañado por un walkman.
Al principio, solo golpeaba y violaba, dejando incluso a la mayoría de sus víctimas con vida, pero después se hizo más sádico...
Todas las víctimas de Ramírez, fueron agredidas mientras dormían, algunas fueron tiroteadas, otras golpeadas o acuchilladas, y a una de ellas le arrancó los ojos…
Por ejemplo, mataba a los hombres, violaba a las mujeres, y después las mataba, con excepción de 2 casos.
El 27 de marzo, Richard fue a localidad de Whittier.
A las 2 de la madrugada, se bajó del Toyota robado, cerca de la casa de Vincent y Maxine Zazzara.
Vincent era dueño de una pizzería, y Maxine era abogada.
Desde afuera de la casa, Richard podía ver a Zazzara, un hombre de mediana edad, durmiendo en el sofá frente a la televisión.
Por la otra ventana, observó a Maxine durmiendo en su cama.
Trató de correr la alambrada, pero todo estaba trabado.
Subió al lavadero, e hizo palanca hasta abrir la ventana.
Una vez dentro, fue directamente hacia donde estaba Zazzara, y le disparó a la cabeza con su revólver calibre .22.
Vincent trató de incorporarse, pero cayó al piso.
Entonces se dirigió hacia la habitación.
El tiro había despertado a Maxine.
El “Acosador Nocturno” fue muy veloz, y antes que ella se incorporase, se le echó encima, y le ató las manos, y la manoseó…
Mientras Richard saqueaba el lugar, Maxine se tiró debajo de la cama para tomar una escopeta que su marido dejaba allí, y lo logró.
Cuando Richard la volvió a ver, ella le estaba apuntando a la cara con la escopeta.
Mientras él buscaba su arma dentro del pantalón, ella oprimió el gatillo.
Pero no hubo ninguna detonación, sólo un suave “click”
Vincent había sacado las municiones, previendo la visita de los nietos el fin de semana…
Richard Ramírez, le disparó a Maxine 3 veces con su revólver.
Luego le pegó trompadas y la pateó, pero no era suficiente para calmar su furia.
Fue a la cocina, tomó un cuchillo con una hoja de 25 centímetros, e intentó extraerle el corazón.
Como no pudo atravesar las costillas, le vació los ojos, y los puso dentro de un joyero.
Le levantó el camisón con la idea de violarla, pero había quedado demasiado excitado con el episodio de la escopeta.
La apuñaló en el estómago, la garganta y el pubis.
Tomó todo lo que pudo, y salió por la puerta principal, con sus ropas empapadas con la sangre de Maxine.
Dejó escrito con sangre en una pared su sobrenombre:
“Night Stalker” o “El Acosador Nocturno”
La conmoción, la bronca y la impotencia por el asesino que llamaban “El Acosador Nocturno”, causó un fuerte reclamo a la policía.
Para calmar los temores, La Alcaldesa Dianne Feinstein, habló públicamente acerca de la búsqueda del asesino, pero cometió el error de proporcionar detalles que la policía había pedido mantener bajo confidencialidad, pistas que podían conducirlos a atrapar al criminal.
A pesar de los casi 200 policías asignados al caso, todo cuanto tenían, era una huella de un zapato de deporte marca Avia, y la presunción de que el asesino era alto, delgado y moreno.
Había un “identikit”, que se pudo realizar con las víctimas que habían sobrevivido.
Ese “identikit” fue difundido por los diarios y la televisión.
Pero la policía de San Francisco tenía una pista:
El dueño del Hotel Bristol, afirmó que un joven que encajaba con la descripción de “El Acosador Nocturno” se había hospedado en su hotel durante el último año y medio.
El gerente recordó, que el hombre tenía los dientes podridos y olía mal.
La policía revisó la habitación donde el sospechoso había dormido, y encontraron un pentagrama dibujado en la puerta del baño.
Richard Ramírez, fue capturado gracias a su última víctima, la cual sobrevivió al ataque, y tuvo la fortaleza, tras ser su marido asesinado y ella violada, de asomarse por la ventana.
Vio escapar a Ramírez en una furgoneta Toyota de color naranja, y se lo comunicó a la policía inmediatamente.
Casualmente, un adolescente, vecino de la víctima, había anotado la matrícula de la furgoneta, puesto que ésta le había parecido sospechosa.
La policía localizó la furgoneta, y tomaron las huellas dactilares, dando con la ficha policial de Ramírez.
La ciudad de Los Angeles, se llenó de carteles con el rostro del “Acosador Nocturno”, que en aquellos días estaba fuera de la ciudad, ajeno a la orden de caza y captura.
A su vuelta, unos hispanos le reconocieron por la calle, y estuvo a punto de morir linchado por éstos; por lo que tuvo que ser la propia policía la que le salvara del linchamiento.
El juicio comenzó en enero de 1989.
Para entonces, un renovado Ramírez ocupaba el banquillo.
Ya no era aquel sujeto huraño y desarreglado de dientes corroídos; ahora llevaba el pelo recortado y peinado, luciente dentadura, y traje con broche de corbata incluido.
El juicio, además de largo, fue complicado:
El 3 de agosto, se reveló que algunos empleados de la cárcel, iban a proporcionarle una pistola para que asesinara al Fiscal en una de las sesiones del juicio.
A raíz de eso, se instalaron detectores de metal en las entradas.
El 14 de agosto, el juicio se interrumpió, porque una de los miembros del jurado, Phyllis Singletary, no llegó a la sala de audiencias...
Ese mismo día, fue encontrada muerta a tiros en su departamento.
El Jurado estaba aterrado, preguntaron si Ramírez había ordenado el asesinato desde el interior de su celda, y si los otros miembros del jurado estaban en peligro.
Richard  Ramírez, gozaba al saber que causaba ese temor supersticioso en los jurados; y se pavoneaba diciendo que era el líder de un grupo de sicarios, que ejecutarían a todos los que se metieran con él.
Pero Ramírez no era el responsable de la muerte de Singletary, sino su novio, otro perturbado que luego se suicidó con la misma arma en un hotel…
Finalmente, el 10 de enero de 1989, se tomó juramento a un jurado de 6 personas de origen latinoamericano, y 6 afroamericanas, junto con otros 12 jurados suplentes; siendo Richard Ramírez acusado de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 9 violaciones, entre las cuales 3 fueron a menores; 2 secuestros, solía secuestrar a niños para abandonarlos a cientos de kilómetros de su casa, sólo por el placer de hacerlos sufrir; 4 actos de sodomía, 2 felaciones forzadas, 5 robos y 14 allanamientos de morada.
A pesar de estos datos, se estima que actuó en muchas más ocasiones, dado que su “modus operandi” no era fácilmente identificable, y él nunca colaboró con la policía dando datos de sus crímenes.
Ramírez se declaró “adorador del diablo”, y en una de las audiencias judiciales, enseñó un pentagrama que se había dibujado en la palma de la mano, y gritó:
“Ave Satán”
De hecho, se encontraron varios símbolos satánicos en las paredes de las casas donde mató a sus víctimas.
Finalmente, el 3 de octubre de 1989, tras 4 días de deliberaciones, se dictó sentencia:
Por su parte, Richard insistió en leer una declaración que había preparado.
Su voz era fuerte, y se mostró enojado:
“No me entienden, no espero que lo hagan.
No son capaces.
Estoy más allá de su experiencia.
Estoy más allá del bien y del mal.
Seré vengado.
Lucifer reside en todos ustedes.
No creo en el dogma hipócrita y moralista de esta supuesta sociedad civilizada.
¡Ustedes, gusanos, me enferman!
¡Todos y cada uno de ustedes, son unos hipócritas!
No necesito escuchar ninguno de los raciocinios de la sociedad, ya los he escuchado antes…
Legiones de la noche, criaturas noctámbulas, no repitan los errores de los merodeadores nocturnos, y no muestren piedad”
El juez Tynan, respondió condenándolo a 19 penas de muerte.
Y el 4 de noviembre, fue ratificada la sentencia de 19 penas de muerte, la cual se supone, se llevaría a cabo en el corredor de la muerte de la cárcel de San Quentin.
Ramírez no temía morir, porque decía que, como devoto de Satán, tendría un lugar privilegiado en el reino diabólico junto al asesino serial Ted Bundy, y a Jack El Destripador.
No obstante, Ramírez murió de insuficiencia hepática en el Hospital General de Marin, en Greenbrae, California, en la mañana del 7 de junio de 2013, a los 53 años de edad.
En el momento de su muerte, Ramírez llevaba más de 23 años condenado a muerte, y esperando su ejecución por el estado de California.
“See you in Disneyland”
NightStalker es una película de terror, del año 2002, escrita y dirigida por Chris Fisher.
Protagonizada por Bret Roberts, Joseph McKelheer, Roxanne Day, Julian Garcia, Christine Long, Mikal Kartvedt, Ana Mercedes, Roselyn Sanchez, Danny Trejo, Derek Hamilton, Evan Parke, entre otros.
NightStalker es un filme de bajo presupuesto, basado libremente en los asesinatos de Richard Ramírez; la cual fue rodada en Los Angeles, en 16 días, 3 semanas de 5 días, y 1 día extra.
La historia, es una auténtica pesadilla que paralizó a la ciudad de Los Angeles durante meses, donde el asesino en serie conocido como “El Acosador Nocturno” (Bret Roberts), es un psicópata paranoico, poseído por demonios, que pasaba las noches vagando por las calles en busca de sangre.
Según comienzan a aparecer hombres y mujeres asesinados en sus propias casas, una policía novata, Gabriella Martinez (Roselyn Sanchez), jura detenerle.
Tras una persecución implacable, Gabriella consigue encontrarle, y enfrentarse cara a cara con la bestia.
A NightStalker se le notan las buenas intenciones, de querer retratar el “modus operandi” de un asesino psicópata, sin entrar en detalles sobre motivos, al igual que representa una batalla de una agente de policía latina, en un ambiente racista. “We are all evil in some form or another, are we not?
Yes, I am evil, not a hundred percent, but I am evil”
NightStalker es la típica película seudocomercial, a costa de otro asesino más de la historia de los Estados Unidos, y como viene siendo habitual en estos casos, un verdadero fracaso, por el sinsentido ultra-paranoico, intentando demostrar sin demostrar, el porqué de la actitud en este caso, del susodicho Richard Ramírez, que por cierto, no se le nombra con tal en todo el metraje.
Como debut en la dirección de Chris Fisher, técnicamente logra lo que se espera de un filme de terror, basado, o debería decir inspirado en un hecho real, del psicópata que en 1985, paralizó durante mucho tiempo a la ciudad de Los Angeles.
Se usa la distorsión de la imagen, para dar a entender el estado sicótico de quien es violento o usa drogas; por ello vemos las transformaciones distorsionadas del mismo “Night Stalker”, como del agente Frank Luis (Danny Trejo) que se droga, al igual que el psicópata, y el teniente de la policía.
Así se cuenta la historia delictiva de un terrorífico psicópata, poseído por los demonios al que todos llamaban “El Acosador Nocturno”
El asesino, vagaba por las solitarias calles de la ciudad, a altas horas de la noche, en busca de nuevas víctimas, que en su mayoría, era personas que se encontraban durmiendo en la seguridad de sus casas.
Poco a poco, se van sucediendo más asesinatos del psicópata, y una policía recién ingresada en el cuerpo, Gabriella Martínez, una mujer con un pasado no muy claro, con un padre fallecido, y una madre fuera de sí, probablemente enferma mental, y con 2 hermanos menores, se pone a investigar el caso, jurando no parar hasta dar con el asesino, y detenerle.
Cuando una víctima del psicópata es rescatada, Gabriella consigue encontrar a su asesino, y tras una imparable persecución, se las verá cara a cara con él.
Además, la lucha de Gabriella abarcará otros como mujer, latina, en el departamento de policía, frente a los acosos de su jefe; y frente al asesino, una batalla, que no se muestra como tal, de ideologías:
Ella como cristiana, y el asesino como satanista.
NightStalker tiene un aspecto televisivo, con un guión muy burdo, como si hubiera sido hecha bajo los efectos del ácido por la insistencia de las imágenes distorsionadas.
Los diálogos de todos los personajes son tan absurdos, que si fuera NightStalker basado realmente en los hechos, la incompetencia del departamento de policía, bien merecen un par de balazos más.
Y es que NightStalker, es una de esas películas que supuestamente, basándose en un “serial killer” real, se montan una historia que poco o nada tiene que ver con la realidad, añadiendo aquí la vida y vicisitudes de una serie de personajes latinos, nada interesantes, y bastante sosos en general.
Insisto a estas alturas de la lectura, que NightStalker no es un filme que haga “honor” a Richard Ramírez.
Y se nota que Danny Trejo, coproductor de este filme, aparte de darse un buen personaje, no cuenta las vicisitudes y pesares de la comunidad latina en East L.A., ni la historia detrás del asesino, simplemente él está ahí y hay que hacerle frente...
Muy básico, y desperdiciado.
Como dato de producción, el actor Joseph McKelheer, que interpreta al demonio/alter ego, en una escena en que estaba volviendo loco en el coche, se cortó la cabeza.
El equipo de rodaje pensó que era sangre de utilería, y siguieron filmando, al terminar la escena, el actor les contó lo que pasó.
Las escenas de muertes, apenas se ven… por lo que a los amantes del “gore” y el “slasher” se sentirán decepcionados; pues conociendo a Ramírez, poco se muestra.
Todavía no se ha rodado una película sobre Richard Ramírez.
“Serial killers do, on a small scale, what governments do on a large one.
They are a product of the times and these are bloodthirsty times.
Even psychopaths have emotions if you dig deep enough.
Then again, maybe they don't”
El juicio del “Night Stalker” Richard Ramírez, fue uno de los procesos penales más difíciles, y más largos en la historia estadounidense. Se entrevistó a cerca de 1,600 posibles jurados, y más de 100 testigos declararon.
La defensa de Ramírez, alegó que estaba bajo el influjo de las drogas cuando cometió los crímenes, y después intentaron que se le considerara mentalmente perturbado.
Y es que Ramírez se pavoneaba en el Tribunal:
Lanzaba frases despectivas hacia los testigos, hacia el Jurado, hacia el Juez…
Coqueteaba con las mujeres, quienes, le devolvían siempre la sonrisa…
Los fotógrafos, imprimían imágenes suyas todo el tiempo.
A Ramírez, le encantaba que le tomaran fotos, y siempre posaba para los medios.
Un día, les mostró a todos un pentagrama que se había marcado en la palma de la mano izquierda; y siempre se despedía diciendo:
“¡Viva Satán!”
No es raro que haya obtenido una “Legión” de seguidores:
La “hibristofilia”, es un tipo de parafilia, en la que el sujeto siente atracción por mantener relaciones sexuales con personas peligrosas, ya sean asesinos, ladrones, violadores... aunque no tiene por qué llegar a ser un crimen de esta índole.
Las personas que se excitan sexualmente, o logran el orgasmo mediante este patrón de comportamiento sexual, en el que los delincuentes se llevan “la palma”, también se ven atraídos por personas que engañan, que son infieles, o que son grandes mentirosos.
Esta fuerte afinidad por los actos, más o menos atroces de estas personas, les lleva a admirarlas, a escribirles, y a unirse sentimentalmente con ellas, a veces, para toda la vida…
Los motivos o razones de este fenómeno, son desconocidos, pero la psicología lo deriva como un extremo del fanatismo.
Esto lleva a pensar, en:
“¿Quién está más enfermo, el asesino o quien lo adora?
La fama del “Acosador Nocturno” fue tal, que tenía una legión de fans, entre las que figuraban mujeres que le escribían cartas de amor, y tenía “merchandising” oficial diseñado por él.
Ramírez, impactó a los medios con su salvajismo, su locura y su sordidez.
Se rodaron películas, se hicieron camisetas, se llegó al grado de permitirle tener papel membretado con su sobrenombre, para que enviara su correspondencia personal…
Y es que desde el comienzo del proceso, quedó claro que tanto la prensa como el público femenino, estaban fascinados con Richard Ramírez.
Sus modales desafiantes, encantaban a un creciente número de admiradores que asistían cada vez que había una audiencia.
Le llegaron cartas de todas partes, la mayoría de mujeres, que creía que era inocente, y deseaban ayudarle, o pensaban que era excitante, y querían tener relaciones sexuales con él...
Los satanistas de todas partes del mundo, lo consideraban la imagen de su culto.
El escritor Philip Carlo, que siguió el proceso, describió las repercusiones de toda esta atención prestada a Richard:
“Por primera vez, comprendió que para la gente como él, “la gente de la noche”, era un héroe; era alguien.
Eso le gustaba.
Durante toda su vida, había sido un don nadie, apenas un rostro famélico de ojos furiosos en medio de una multitud famélica, pero ahora la gente se detenía, le prestaba atención, lo miraba y lo señalaba…
Se imaginaba que independientemente de lo que hiciera, lo iban a declarar culpable, y condenar a muerte, así que decidió tomar las riendas”
A partir de 1985, Doreen Lioy le escribió cerca de 75 cartas durante su encarcelamiento; que para entonces tenía 25 años, cuando Richard fue capturado.
Ella era inteligente y muy culta, a diferencia de la mayoría de sus admiradoras, y trabajó como editora para varias revistas... pero halló en Ramírez, un hombre muy atractivo, y quiso protegerlo.
Tanto que se casaron en 1996, en la prisión estatal de San Quintín en California.
Durante muchos años antes de la muerte de Ramírez, Lioy declaró que se suicidaría cuando Ramírez fuera ejecutado…
Sin embargo, Lioy y Ramírez finalmente se separaron.
Según algunas estimaciones, él habría cumplido 70 años, antes de que su ejecución fuera llevada a cabo, debido al proceso largo de las apelaciones de California.
Como dato, Richard Ramírez inspiró la canción, y el opresivo video clip de Tricky:
“Hell is around the corner”
Por su parte, la banda de rock, AC/DC, tuvo demandas por parte de familiares de las víctimas, que absurdamente los responsabilizaban de la conducta de Ramírez, quien mientras se dedicó a diseñar camisetas para grupos de rock pesado, y a prestar su imagen para publicidad de conciertos de rock.
Además, logró establecer contacto con sus fans, a través de Internet.
Acaso fue un asesino mediático…
Lo que es cierto, es que logró su cometido:
Atraer la atención del público.

“But I'm not gonna be gone, ever”



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