Loving

“All love is created equal”

La herencia del racismo y segregación racial en Estados Unidos, es latente e inexorable, desde sus inicios como nación en 1600, hasta a nuestros días; es un país fundamentado en la ideología y filosofía de La Doctrina Monroe, aunado a su misión esclavizadora y de aniquilación.
Hechos perpetuados por los hombres caucásicos y anglosajones, que llegaron a Norteamérica; donde evidentemente, las personas “blancas” siempre han tenido el poder, el control, y el dominio sobre cualquier otra raza distinta a la suya.
Las leyes anti-mestizaje en los Estados Unidos, han estado vigentes en algunos estados desde La Época Colonial; por lo que el matrimonio con un esclavo negro, nunca fue legal.
Durante La Época de La Reconstrucción en 1865, los llamados “Códigos Negros” a lo largo de los 7 estados sureños, declaró ilegal el matrimonio interracial.
Los Códigos Negros, sirvieron en la práctica como método para legalizar la discriminación racial, y sobre todo, la segregación practicada por las autoridades de raza blanca.
No obstante ello, las asambleas estatales, se preocuparon de reducir la influencia política de la población negra, y para ello se establecieron Los Códigos Negros, como normas para controlar el trabajo, actividades, y desplazamientos de los ex esclavos, estableciendo inclusive la servidumbre por deudas.
Posteriormente, Los Códigos Negros ampliaron su alcances, hasta abarcar cuestiones como el derecho al sufragio, el uso de instalaciones públicas, la instrucción escolar, y muchas otras cuestiones que fueron materias de leyes más racistas inclusive, conocidas bajo el nombre genérico de “Leyes de Jim Crow”
Las nuevas legislaturas, dominadas por El Partido Republicano, en 6 estados, derogaron las leyes que prohibían el matrimonio interracial.
Cuando El Partido Demócrata volvió al poder, la prohibición volvió a imponerse…
En 1967, 16 estados sureños tenían aún, leyes segregacionistas.
Bajo ese marco, mientras en el sur estadounidense se agudizaba la separación de razas en la década de los años 50, los habitantes, negros y blancos de la pequeña localidad virginiana de Central Point, trabajaban en las granjas, y cultivaban tabaco, conviviendo en libertad y abiertamente.
Así, Mildred Delores, una “flacucha” de 11 años, conocida en la pandilla como “frijol”, entabló amistad con Richard Perry Loving, un muchacho blanco, de 17 años.
La amistad se fue convirtiendo en una relación romántica, pero cuando Mildred tenía 18 años, se quedó embarazada.
En aquellos tiempos, tener un hijo ilegítimo, era un estigma insalvable y Richard no hubiera querido eso para ella… así, los 2 muchachos se fueron en coche hasta Washington, la capital de Estados Unidos, distante 128 kilómetros, y allí se casaron.
Era el año 1958, y tras la boda, regresaron al pueblo.
Pensaron que si se casaban, “nadie se metería con nosotros”, dijo Mildred.
Pero un mes después, fueron detenidos, denunciados por un desconocido, y conducidos de madrugada ante las autoridades judiciales por “violación de las leyes de cohabitación”
Un policía llamó a la casa de Richard y Mildred Loving, con la orden de averiguar, si estaban casados, y arrestarlos.
Eran las 2 de la mañana, y la luz de la linterna cegó a Mildred y Richard Loving.
“Me desperté y vi esa luz… había un policía junto a mi cama”, recuerda ella.
Con “voz amenazadora”, se dirigió al hombre con desdén, y preguntó:
“¿Quién es esta mujer con la que estás durmiendo?”
El sheriff y 2 de sus ayudantes, revisaron el certificado de matrimonio de la pareja, y lo declararon nulo.
Unas horas después, ambos estaban entre rejas.
Richard salió a la mañana siguiente; pero Mildred fue recluida varios días más.
Quizá fuera el color de su piel, lo que provocó que la retuvieran más tiempo.
O a lo mejor, el policía intentaba hacerle pagar por su desacato, al ser ella la que se levantó de la cama, y frente a él, contestó a su despreciable pregunta:
“Soy su esposa”
Su delito era el “cohabitar como hombre y mujer, en contra de la paz y la dignidad de la mancomunidad de Virginia”, una ley vigente en 17 estados por aquel entonces.
Las comunidades del sur de Estados Unidos, normalmente más conservadoras y cerradas, han permitido que muchas de estas leyes perduraran hasta muy avanzado el siglo XX, en pos de la “integridad y pureza” de la raza blanca.
Los Loving se libraron de la cárcel, al aceptar la sentencia de “salir del condado de Carolina, y el Estado de Virginia cuanto antes, y no regresar juntos, o al mismo tiempo a este condado y Estado, durante un periodo de 25 años”
Los Loving residieron su exilio en Washington durante varios años, y volvieron a Virginia para visitar a la familia de Mildred, siendo arrestados de nuevo.
Pero en esta ocasión, decidieron luchar.
Fijaron la residencia en su ciudad natal, y Mildred llegó a pedir ayuda al entonces Secretario de Justicia, Robert Kennedy, quien remitió la petición a La Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), para que la asesoraran con el fin de conseguir su regreso al Estado de Virginia.
El 12 de junio de 1967, casi 10 años después de la boda, La Corte Suprema eliminó la ley discriminatoria.
El Caso Loving contra Virginia, U.S. 1 (1967), fue un caso judicial sobre derechos civiles, llevado ante La Corte Suprema de los Estados Unidos, que en la sentencia unánime del mismo, sentó jurisprudencia, invalidando las leyes que prohibían el matrimonio interracial en Estados Unidos.
En el caso, Mildred Loving, una mujer negra, y Richard Loving, un hombre blanco, habían sido condenados a un año de cárcel en Virginia por haberse casado.
Los pleiteantes:
Mildred Dolores Loving, nacida Jeter, (22 de julio de 1939 - 2 de mayo de 2008), mujer con ascendencia afroamericana, y de los indios Rappahannock; y Richard Perry Loving (29 de octubre de 1933 - 29 de junio de 1975), un hombre blanco.
La pareja tuvo 3 hijos:
Donald, Peggy, y Sidney.
Cuyo matrimonio violaba las leyes anti-mestizaje del Estado, la “Racial Integrity Act” de 1924, que prohibía todo matrimonio entre personas clasificadas como “blancas”, con personas clasificadas como “de color”
Antes de su victoria en El Tribunal Supremo en 1966, Mildred y Richard Loving habían perdido 2 años su apelación, por haber violado la ley de Virginia contra el matrimonio interracial.
El juez que se negó a desalojar esa condena, el juez de La Corte de Circuito del Condado de Caroline, Leon Bazile, alegó que prohibir el matrimonio interracial, no era discriminatorio, ya que se aplicaba tanto para blancos como para negros.
Los abogados de La Unión, intentaron que el juez Leon Bazile se retractara de su veredicto original, pero Bazile, un defensor de la segregación racial, se negó a hacerlo.
Según The Telegraph, esta fue su sentencia, haciendo eco de la interpretación de raza de Johann Friedrich Blumenbach en el siglo XVIII:
“El todopoderoso Dios ha creado las razas blancas, negras, amarillas, malayas, y rojas, y las separó en diferentes continentes.
Y, si no fuera por la interferencia de su acuerdo, no habría ninguna razón para tal matrimonio.
El hecho de que separara las razas, nos muestra que él no pretendía que se mezclaran entre ellas”
Los Loving, apoyados por La ACLU, apelaron la decisión ante La Corte Suprema de los Estados Unidos.
Ellos no asistieron a las discusiones orales en Washington, pero su abogado, Bernard S. Cohen, transmitió el mensaje que le había dado Richard Loving a La Corte:
“Sr. Cohen, dígale a La Corte que amo a mi esposa, y que es injusto que no pueda vivir con ella en Virginia”
La Corte Suprema, determinó de forma unánime, que tal prohibición era inconstitucional, dando marcha atrás con respecto al criterio del Caso Pace Contra Alabama (1883), y poniendo fin a toda restricción legal del matrimonio basada en la raza en el país.
El escritor, Phyl Newbeck, contó su historia en 2004 en el libro “Virginia Hasn’t Always Been For Lovers”, pero su caso adquirió relevancia y popularidad internacional, gracias a un documental emitido por HBO.
En 1975, Richard y Mildred Loving, fueron embestidos en su automóvil por un conductor borracho.
Richard falleció, a los 41 años; mientras ella perdió su ojo derecho.
En 2008, Mildred Delores Jeter Loving, de 68 años, falleció de neumonía, cuando se cumplían 50 años de su polémica boda, y un mes antes de alcanzar los 40 años del histórico fallo judicial.
Unos meses antes, Mildred había ofrecido a la prensa el último testimonio de un amor y una lucha que, contra su deseo inicial, va a perdurar en la historia.
“No pasa un día en el que no piense en Richard y nuestro amor, y lo que significó para mí, tener la libertad de casarme con la persona querida, incluso si los otros pensaban que era “la equivocada”
En el obituario del New York Times, se informó que la ascendencia de Mildred era tanto afroamericana y nativo americano en ambos lados:
Rappahannock en su lado materno; Cherokee en el de su padre.
El obituario, también dijo que ella prefería auto-identificarse como nativo americana, en lugar de afroamericano.
“We may lose the small battles, but win the big war”
Loving es un drama del año 2016, escrito y dirigido por Jeff Nichols.
Protagonizado por Joel Edgerton, Ruth Negga, Michael Shannon, Marton Csokas, Nick Kroll, Jon Bass, Bill Camp, David Jensen, Alano Miller, Sharon Blackwood, Chris Greene, entre otros.
Tras aventurarse en el universo de la ciencia ficción, Jeff Nichols confirma su voluntad de explorar otros géneros cinematográficos con Loving.
El 8 de mayo de 2015, se anunció que él escribiría y dirigiría la película sobre la pareja; la cual a su vez, está inspirada en el documental de HBO, de Nancy Buirski titulado “The Loving Story” (2011)
Sin embargo, Jeff Nichols retoma una vez más, en este largometraje, una de sus temáticas favoritas:
La familia, aunque hasta el momento la había explorado siempre en pleno desmoronamiento.
El guión de Nichols, es respetuoso y lleno de humanidad, a veces quizás un poco demasiado asustadizo y sutil, pero su dirección es segura y cuenta con 2 interpretaciones centrales excelentes, que le dan una muy buena cohesión al estilo que pretende lograr.
Y dijo:
“Cometí otro error, pasárselo a mi esposa, que me dijo que si no rodaba la historia sobre ellos, se divorciaba de mí”
Jeff Nichols, tiene un estilo riguroso, lento y pictórico, propenso a la contemplación y desprovisto de demagogia, y eso se experimenta en Loving; cuyo rodaje tuvo lugar en Richmond, Virginia, EEUU.
La acción sigue a Richard (Joel Edgerton) y Mildred Loving (Ruth Negga), una pareja que se quieren, y deciden casarse.
Esto sería lo más natural, si él no fuera blanco y ella negra en Estados Unidos, cuando aún se vivía el segregacionismo, en 1958.
El Estado de Virginia, en donde Los Loving decidieron instalarse, los demanda, y son encarcelados, pero les ofrece una suspensión de la sentencia, si dejan el estado…
Para Mildred y Richard, esto es una violación de sus derechos civiles, y deciden llevar el caso a los tribunales; y en 1967, La Corte Suprema anula la decisión del estado de Virginia.
Desde entonces, la sentencia del Caso Loving v. Virginia, simboliza el derecho que tienen todas las personas de amarse, sin ninguna distinción de origen, modificando de esa manera la misma Constitución de Estados Unidos.
Loving es la historia real de una pareja que luchó por su derecho a regresar a casa como una familia; y cinematográficamente es un ejercicio de sutileza, pues en cada fotograma, duele, pero sin ofender.
El resultado es una pieza clásica, conmovedora, extremadamente pudorosa, y deslumbrante.
Loving es un recordatorio oportuno, de la forma en que 2 personas, según las palabras de Gandhi, “se convierten en el cambio que quieren que el mundo sea, y logran cambiar ese mundo”, un ejercicio de humildad, discreto y humanista.
Y es que cabe preguntarse:
¿Qué hay de las personas comunes, que no comulgan con estos ideales sistémicos segregacionistas?
¿Qué sucede cuando 2 personas deciden formar una pareja, siendo de distintas razas?
¿Cómo deben actuar las instituciones y El Estado ante esta circunstancia?
¿Debería perseguir, juzgar y penalizar a las parejas interraciales, cuyo delito es amarse?
Y vayamos más allá del racismo, y llevémoslo al campo de la xenofobia y la homofobia…
Loving es necesaria.
“I bought it, this whole acre.
I want to build you a house right here.
Our house”
Loving es corta en la grandilocuencia y la retrospectiva, y grande en cuanto a la ternura y el honor, además, cuenta cuidadosamente el registro histórico.
Su director, Jeff Nichols, fue capaz de contar la historia de la familia de Loving con la mayor precisión posible, confiando en el documental de Nancy Buirski, “The Loving Story” (2011), que capturó muchos detalles de su vida privada:
“Teníamos esta hermosa documentación desenterrada a mediados de los 60's, donde tuvimos que ir a su casa, y verlos y verlos”, dijo Nichols.
“Es una cosa inusual tener acceso a ello”
La lucha que el dúo atravesó en defensa de su unión, sentó las bases para la abolición de las leyes segregacionistas que prohibían los matrimonios interraciales en Estados Unidos.
A pesar del contexto, el realizador se aleja del drama judicial, para enfocarse en la intimidad de la pareja.
Así lo declaró tras el estreno del filme, en la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Cannes:
“La historia de Los Loving, es una de las más puras en la historia, con mayúscula, de Estados Unidos; había que llegar al corazón del problema, y la mejor forma era mostrando a los personajes tal y como eran”
Para Nichols, la historia de Los Loving es tan compleja, que la única manera de rodarla, es bañarla de simpleza.
El director, ha encontrado la forma de mantener al cine independiente muy a raya con el formato comercial estadounidense, y desprender formatos originales que otorguen algo nuevo a los temas de siempre.
Primero lo hizo con la familia, luego la esquizofrenia, seguido por la adolescencia, y ahora el racismo.
Y es que siempre busca profundizar en los instintos primarios, en Loving, la protección y el vínculo con el origen; y todos estos conceptos, flotan visibles en la pantalla, con naturalidad.
La historia, está situada en 1958, en el poblado de Central Point, Virginia, en la costa este de EEUU.
Cabe mencionar, que este es uno de los estados que formaba parte de las 13 colonias donde se practicaba la esclavitud, y eran comunes las prácticas racistas y de segregación.
Allí conocemos a Richard Loving, un hombre caucásico, fornido y serio, que se desempeña como mecánico, y también trabaja en la construcción; él está enamorado, y tiene un noviazgo con Mildred, una mujer joven afroamericana y nativo americana.
Ambos viven en ese poblado rural, con una población mayoritaria de afroamericanos.
Vemos cómo es su vida cotidiana, cómo se divierten, y se relacionan con la comunidad donde Richard no tiene ningún conflicto, al contrario, es aceptado como es, y por ser honesto y responsable con Mildred.
Richard y Mildred, viajan a Washington DC para casarse, pues ella está embarazada…
Una vez de vuelta en Virginia, algunas semanas después, llega la policía buscándolos.
La pareja es encarcelada, debido a que de acuerdo a las leyes constitucionales del estado, están cometiendo un delito, puesto que están prohibidos los matrimonios interraciales.
Días después, ya en libertad, Richard consigue un abogado para que lleve su caso.
El juez falla en contra de ellos, por lo que deben salir del estado…
Richard y Mildred, se van a vivir a Washington DC, pero cuando es tiempo de que nazca el bebe, regresan a Central Point, dónde vive la madre de Richard, quien es partera.
Un día después del nacimiento de su hijo Sidney, llega la policía, y se los lleva a los juzgados, siendo liberados por su abogado, pero advertidos de que si son sorprendidos incumpliendo este dictamen, serán encarcelados permanentemente.
Si bien Loving trata acerca del histórico y pionero caso de Richard y Mildred Loving, a favor de los derechos civiles e igualdad en Estados Unidos, la historia se enfoca en la relación y la vida de la pareja:
Son personas comunes, reservadas y trabajadoras, que involuntariamente se convierten en estandarte de una causa mayor, para una gran cantidad de personas.
Loving también es una oda pastoral a una vida simple en el campo, una en la que las razas no importan, y en la que el suelo estadounidense, mirado como lo miraría John Ford, ofrece recompensas que la gente no sabe aprovechar.
Ese idílico y lírico paraíso en el que viven Los Loving, tal es el apellido, particularmente metafórico, se quiebra cuando alguien denuncia a la pareja de hombre blanco, un rubio casi albino; y una chica negra en la Virginia segregacionista.
Eso deriva en jueces, abogados y la prohibición de la pareja de volver, por 25 años, al estado, ya que el matrimonio interracial, era ilegal.
En 1950, una pareja que vive al sureste de Estados Unidos decide casarse. El Loving, bien podría ser la típica historia en la que una familia tendrá que enfrentarse a la sociedad racista de entonces, en pleno apogeo de los derechos civiles afroamericanos; y podría tener los mismos ingredientes de siempre:
El Ku Klux Klan, la quema de casas, las marchas, las amenazas, los asesinatos, las autoridades racistas… podría ser lo de siempre, pero la gran diferencia de Jeff Nichols, es contar mucho trasfondo sin que sea explícito, mucha violencia sin que sea explícita.
Mientras se cuenta la historia del matrimonio Loving, que son obligados a permanecer fuera de su estado natal si deciden estar juntos, la sociedad racista nunca aparece.
No hay ataques, ni agresiones, ni amenazas, solo se percibe la opresión a través de las sensaciones y los estados emocionales.
No es una película discursiva, no hay intenso dramatismo, pero si hay una historia natural.
Es un milagro que en argumentos tan utilizados, se desprenda originalidad, y aquí lo borda.
Esa decisión, que vuelve a la película más humana y realista, menos manipuladora.
Técnicamente, Loving es una película muy bien construida y realizada, la edición es acertada en la narración de la historia, con un ritmo continuo y reflexivo.
La ambientación está muy bien lograda, situando la historia perfectamente en la década de los 50 y 60.
Por otro lado, la música incidental y diegética, logra complementar las escenas y el ambiente deseado en ellas.
En la fotografía, predomina la iluminación tenue, con una paleta de colores fríos y apagados; tonalidades propias de la estética de la postguerra.
Con todo ello, el director vuelve a confirmarse que es un narrador fiable, de corte clásico, contenido, sutil, comprensivo con sus personajes.
Con una historia tan íntima y humana, que era fundamental hallar a los actores que pudieran ofrecer una visión fiel de la pareja.
De acuerdo con Nichols, eligió a Joel Edgerton y a Ruth Negga, no sólo por su gran calidad, sino por el hecho de que son de orígenes diferentes a las personas que interpretan, obligándolos así, a cambiar su acento, y ayudándoles a meterse de lleno en el relato.
El australiano Joel Edgerton, interpreta a Richard con una nobleza estoica, mientras que Ruth Negga, apunta la fuerza tranquila de Mildred.
Ambos son naturales y genuinos, proyectan una evidente complicidad y química, con actuaciones sutiles y contenidas, como un matrimonio forjado por el amor real.
En el guión, el personaje femenino conduce la historia, y Negga despliega una agresividad silenciosa.
Son sus necesidades y decisiones, las que originan los conflictos.
Por otro lado, a través de él, vemos la dificultad que supone querer proteger a su esposa, algo tan simple en nuestro tiempo, y no poder.
No es un papel ostentoso en absoluto, pero Negga habita su personaje con una seguridad tan calma, con una humanidad tan conmovedora, con una honestidad tan desgarradora, que logra arrancar lágrimas con su silencio.
Ruth Negga, nacida en 1982 en Addis Ababa, Etiopía; y criada en Dublín, Irlanda; encarna con firme determinación, sin aspavientos, desde la fuerza interior, el personaje de Mildred, esa chica negra enamorada de un blanco.
Mientras Richard resulta un personaje más silencioso que ella, un honesto obrero de la construcción.
Esa interpretación impávida de Edgerton, hace creer que Loving es un inútil, pero en realidad, su objetivo es la cuerda floja que sostiene la película:
¡Cuidar de su matrimonio!
Loving es una película poderosa, honrada, y nuevamente, sin aspavientos, sin gestos desaforados, donde los protagonistas no quieren ser más de lo que son, sino personas enamoradas.
Puntos en contra, por las licencias narrativas que el personaje de Mildred Loving se da para construir el drama de la película, su historia real, es de una mujer más mesurada y sumisa…
También, se extraña la profundización en los personajes laterales para enriquecer el impacto de los subtemas sociales y políticos.
Son todos muy planos, y hacen la historia previsible.
Es previsible además, que su recepción en Estados Unidos sea más efusiva, recuperando así su condición de peso pesado en los Premios Oscar, al menos para sus intérpretes, Joel Edgerton y Ruth Negga.
De hecho, se trata de la principal apuesta de Focus Features, que nunca se ha hecho con el máximo galardón.
Loving, es la 5ª película de Nichols, y del director con Michael Shannon; que a pesar del poco tiempo en pantalla, es a través del personaje de Shannon, que el espectador termina de comprender a Los Loving.
Admito que por momentos, uno desea que Nichols se dejara llevar…
Incluso sentirse manipulado emocionalmente, ver a Mildred Loving llorar desconsolada, ver a Richard Loving quebrarse ante las presiones de los medios, que la música se inflara, y la cámara se arrastrara por un pasaje desolador, o que nos insertara en medio de un estallido de felicidad, pero poco a poco, esos deseos fueron desapareciendo, y poco a poco, uno se deja conquistar por el estilo íntimo y tranquilo del director, que es hermoso, porque cuando ya estás ahí dentro, uno comienza a apreciar las sutilezas con otros ojos, y las emociones comienzan a fluir de un lugar más interno, más profundo, y más emocionante.
Loving es una película, cuyo título funciona en 2 sentidos:
El literal, Loving el apellido real de la pareja protagonista de la cinta; y el figurativo, Loving, que se traduce del inglés, como el verbo “amar” en gerundio, “amando”
Cuestión simbólica e involuntaria, pero que refleja la esencia de la historia.
Loving, es una obra cinematográfica muy completa; real, narrada de una forma poética e íntima; y aunado al sello del director en estados sureños y personajes cotidianos, sobrellevando sus problemas personales.
Porque Loving cuenta una historia desarrollada en el pasado, pero que constantemente tiene relación con el presente; capaz de apelar a la reflexión y a las emociones.
La libertad e igualdad, son derechos fundamentales para cualquier ser humano; así como la posibilidad de amar, sin restricción de raza, religión, clase o género.
Una cinta personal y particular, que al mismo tiempo es universal y atemporal.
“They said I couldn’t see you?
What are we going to do?”
“El crimen de estar casados”, fue el titular de la revista LIFE, en uno de sus números de 1966, en donde fue publicada por primera vez, la historia de Mildred y Richard Loving, quienes enfrentaron cargos penales por contraer matrimonio debido al distinto origen racial de cada uno.
Por aquel entonces, la pareja esperaba la sentencia del Tribunal Supremo, que un año después, en junio de 1967, les daría la razón.
El Caso Loving v. Virginia, dictaminaría a su favor, declarando todas las leyes de uniones segregacionistas del país, inconstitucionales.
Las más de medio millón de parejas mixtas que existían en aquel tiempo, les deben su libertad y privilegios a Los Loving.
Sin embargo, ellos nunca quisieron verse como héroes, revolucionarios, o meros activistas de la lucha por los derechos civiles:
“No lo hacemos porque alguien tenga que hacerlo, y queramos ser nosotros.
Lo hacemos por nosotros, y porque queremos vivir aquí”, explicó Richard a la revista.
En un momento en el que los conflictos entre razas están sacudiendo a Estados Unidos, Loving afronta la cuestión interracial desde el amor.
Su caso, llegó hasta El Tribunal Supremo, y fue uno de los hitos más visibles del movimiento por los derechos civiles.
El fallo Virginia, 388 U.S. 1 (1967), es una decisión histórica de los derechos civiles de La Corte Suprema de Estados Unidos, que invalidó las leyes que prohíben el matrimonio interracial; y provocó un aumento de los matrimonios interraciales en Estados Unidos, tanto que se conmemora anualmente, cada 12 de junio con el “Loving Day”
En 2000, Alabama se convirtió en el último estado en adaptar sus leyes a la decisión de La Corte Suprema, cuando el 60% de los votantes respaldaron una iniciativa electoral que eliminó el lenguaje anti-mestizaje de La Constitución estatal desde 2013; y comenzó a citarse como precedente en discusiones relativas a las restricciones al matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos, incluyendo el fallo de 2015:
El Caso Obergefell Contra Hodges, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
¡Gracias Loving, por tanto amor!

“The Fourteenth Amendment requires that the freedom of choice to marry not be restricted by invidious racial discriminations.
Under our Constitution, the freedom to marry, or not marry, a person of another race resides with the individual and cannot be infringed by the State.
These convictions must be reversed.
It is so ordered”



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