Super Size Me
“McDonalds!
Kentucky Fried Chicken, and a Pizza Hut!”
La alimentación, es un factor clave para la salud y el bienestar personal, y es causa de profundas desigualdades.
Mientras que en muchos países empobrecidos, millones de personas pasan hambre y sufren desnutrición; en otros lugares del mundo, la obesidad es un problema sanitario y social, que ha ido en aumento en los últimos años.
En torno al 37% de los niños y adolescentes estadounidenses, tienen exceso de grasa, y 2 de cada 3 adultos, tienen kilos de más o son obesos.
¿Es un problema de autocontrol, o debemos culpar a las empresas productoras de alimentos preparados?
La obesidad, es una enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible, la cual se caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo; es decir, cuando la reserva natural de energía de los humanos y otros mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal, se incrementa hasta un punto en que pone en riesgo la salud, o la vida.
En Estados Unidos, la obesidad o sobrepeso, es la principal causa de muerte evitable después del tabaco.
Además, las personas con mayores problemas de obesidad, son precisamente aquellas con menores recursos económicos.
La obesidad, es una enfermedad en sí misma, y también está asociada con la aparición de las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, las cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares; la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer de mama y de colon entre otros; alteraciones respiratorias y artrosis.
El sobrepeso y la obesidad, son el 5º factor principal de riesgo de defunción humana en el mundo.
Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.
Aunque la obesidad es una condición clínica individual, se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento.
A pesar de la amplia disponibilidad información nutricional en escuelas, consultorios, Internet, y tiendas de comestibles, es evidente que el exceso en el consumo, continúa siendo un problema sustancial.
Por ejemplo, la confianza en la comida rápida rica en energía, se ha triplicado entre 1977 y 1995; y el consumo de calorías, se ha cuadruplicado en el mismo periodo.
Desde 1980, los restaurantes de comida rápida, han visto un crecimiento dramático en términos del número de ventas y consumidores atendidos.
Comidas a bajo costo, y una intensa competencia por una porción del mercado, ha conducido a un incremento en el tamaño de las porciones, como por ejemplo, las porciones de las papas fritas de McDonald's, aumentaron desde las 200 calorías en 1960, hasta más de 600 calorías hoy en día.
McDonald's, es una cadena de restaurantes de comida rápida, cuyos principales productos son las hamburguesas, las papas fritas, los menús para el desayuno, los refrescos, los batidos, los helados, los postres y, recientemente, las ensaladas de fruta, y otros productos exclusivos para diversos países.
Atiende aproximadamente a 68 millones de clientes por día, en más de 36 mil establecimientos, en 119 territorios y países alrededor del mundo; dando empleo a 1,7 millones de personas.
En la mayoría de los restaurantes, se han incluido distintas áreas con juegos para niños; siendo la hamburguesa Big Mac, mundialmente conocida y empleada a menudo, como símbolo de la cultura del capitalismo estadounidense.
Este tipo de comida, es muy popular por lo sencillo de su elaboración, sometida habitualmente a procesos industriales, y conservación que en muchos casos no necesita refrigeración, y su fecha de caducidad suele ser larga; su precio relativamente barato, su amplia distribución comercial que la hace muy fácilmente accesible, y la presión de la publicidad.
También, porque no suele requerir ningún tipo de preparación por parte del consumidor final, o ésta es escasa, es cómoda de ingerir, y tiene una gran diversidad de sabores.
Cabe mencionar, que este tipo de comida es muy saturada en sal, la sal es un adictivo natural, la cual, al consumirla, provoca un exceso de dopamina y orexina que incrementa la sensación de placer y recompensa, según alertan los cardiólogos.
No solo la comida, las bebidas también contribuyen con más muertes por enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas, según un estudio; debido a que el consumo de estas bebidas, incrementa el Índice de Masa Corporal asociado con los padecimientos que llevan a la muerte.
Así pues, si una persona consumiese comida rápida todos los días, tendría más probabilidades de padecer enfermedades sanguíneas, obesidad, diabetes y colesterol alto.
No es lo mismo, si esta comida se consume una vez a la semana que todos los días.
Las consecuencias pueden ser irreversibles, y hasta lamentables.
Los hábitos alimenticios que hemos adquirido con el tiempo y la vida moderna, se han transformado en un hábito que hoy atenta contra la salud.
“We're part of the problem, and we also are part of the solution”
Super Size Me es un documental del año 2004, escrito y dirigido por Morgan Spurlock.
Protagonizado por Morgan Spurlock, Dary Issacs, Lisa Ganghu, Stephen Siegel, Bridget Bennet, Alexandra Jameson, Kelly Brownell, Marion Nestle, entre otros.
Morgan Valentine Spurlock, es un documentalista, director de cine, productor de televisión, y guionista estadounidense independiente; conocido por este documental, en el que demostró los efectos en la salud de los alimentos de McDonalds, registrando las consecuencias de comer sus productos 3 veces al día, todos los días, durante 1 mes.
Spurlock, concibió la idea del documental, cuando fue a casa de sus padres para El Día de Acción de Gracias, y al mismo tiempo, viendo la televisión, vio un reportaje sobre el litigio iniciado contra McDonalds por 2 adolescentes, Ashley Pelman y Jazlyn Bradley, que culparon a la cadena de comida rápida por su obesidad.
Spurlock se echó a la carretera, y entrevistó a expertos de 20 ciudades de Estados Unidos, también Houston, la ciudad más obesa del país, que ahora es Detroit.
Directores de salud pública, profesores de gimnasia, cocineros, niños, gobernantes, legisladores, expusieron sus investigaciones, sus opiniones, y las reacciones viscerales que despierta en ellos, el constante aumento del volumen corporal del pueblo estadounidense.
Morgan Spurlock rodó más de 250 horas de metraje, de los cuales, alrededor del 0,66% de ese material, aparece en el corte final.
En el estreno de San Francisco, Morgan Spurlock dijo que obtener permiso para rodar en el McDonalds de New York, era a menudo negado, en cuyo caso a menudo ocultó la cámara, pero para adquirir el consentimiento en ciudades menos paranoicas, generalmente consistía en lo siguiente:
“¿Qué están filmando aquí?”
“¡Estamos rodando una película!”
“De acuerdo”
Super Size Me, describe un experimento que se realizó en 2003, en el que él mismo comió comida de McDonald's; y también aceptaba la opción de comer el menú “super size”, siempre que se le ofrecía.
El resultado final:
Una dieta con el doble de calorías recomendado por La USDA, además, Spurlock intento reducir su actividad física para adaptarse mejor a los hábitos de ejercicio de la media de estadounidenses, pues antes caminaba alrededor de 3 millas al día, mientras que el estadounidense promedio camina 1,5 millas.
Durante los 30 días que duró su experimento, comenzó a sentir una adicción por ese tipo de comida, un estado depresivo, y una deficiencia marcada en su vida sexual.
Al término del experimento, Morgan termina con un hígado convertido en grasa, un nivel alto de azúcar, y otros síntomas que duplicaron la posibilidad de un ataque cardíaco, o la posibilidad de padecer diabetes.
Y es que el factor que impulsó a Spurlock para hacer la investigación, fue la creciente propagación de la obesidad en todo EEUU, que el cirujano general declaró como “epidemia”
Spurlock señala, que aunque el juicio contra McDonald's falló, gran parte de la misma crítica contra las compañías de tabaco, se aplica a las franquicias de comida rápida.
Aunque se podría argumentar, que la comida rápida, aunque es psicológicamente adictiva, no es tan adictiva como la nicotina.
El presupuesto del film, fue de $65.000, y recaudó en todo el mundo, unos $28 millones.
La primera exhibición de Super Size Me, ocurrió en enero de 2004, en El Festival de Cine de Sundance, donde la cadena de comida rápida McDonald’s, anunció que ninguno de sus productos tendría más el nombre de “Super Size”
La empresa declaró, que ese cambio no era debido a la repercusión del documental; el cual fue nominado para un Premio de La Academia, en la categoría del mejor documental largo; aunque no lo ganó, se ha convertido en el 8º documental más visto y taquillero del momento; cuyos contenidos son muy explícitos, y tiene un enfoque claramente sensibilizador y didáctico acerca de los riesgos de la comida rápida.
Podemos dividir Super Size Me en 8 capítulos:
1. Situación de la obesidad en Estados Unidos, y la revisión médica y dietética de Morgan Spurlock.
2. Ultima cena antes del experimento, y Las 4 Reglas de “Super Size Me”
3. El impacto, problemas y enfermedades relacionados con la obesidad.
4. El procesamiento de los alimentos y la publicidad infantil.
5. Nutrición:
¿Dónde está la información nutricional?
“Es para los niños”
¿Qué pasa con los menús escolares?
6. La industria alimentaria.
7. La adicción, y los problemas de salud y malestar.
8. La última cena del experimento, resultados y epílogo.
¿Qué ha sucedido?
Super Size Me muestra la evolución de Morgan Spurlock durante el mes de febrero de 2003, durante los cuales subsiste en su totalidad, con la alimentación y la compra de artículos exclusivamente de McDonald's.
El espectador puede comprobar los efectos que tiene este estilo de vida en la salud física y psicológica; y se explora la influencia de las industrias de la comida rápida, incluyendo la forma en que se alimenta a la mala nutrición para su propio beneficio.
Durante el rodaje, Spurlock comía en los restaurantes McDonald's, 3 veces al día, llegando a consumir un promedio de 5000 kcal diarias, el equivalente de 9,26 Big Mac.
Antes del inicio de este experimento, Spurlock tomaba una dieta variada.
Era sano y delgado, y medía 188cm de altura con un peso de 84,1 kg.
Después de 1 mes, obtuvo una ganancia de 11,1 kg, un 13 % de aumento de masa corporal, aumentando su índice de masa corporal desde 23,2 dentro del rango sano 19-25; a 26 sobre peso.
También experimentó cambios de humor, disfunción sexual, y daño al hígado.
Morgan Spurlock necesitó 13 meses para perder el peso que había ganado; fue un reto pesado para la salud de este atrevido documentalista, que sin duda nos deja resultados y reflexiones impactantes; en la búsqueda de respuestas al problema de la obesidad de los estadounidenses, relacionándolo con el aumento del consumo de la “comida basura”, la bollería industrial, y el consumo de refrescos.
¿Por qué es tan común este problema en Estados Unidos?
¿Se debe a la falta de autocontrol en los hábitos de alimentación de la población, o son las grandes empresas de comida rápida las responsables?
Super Size Me explora las causas de la denominada “transición nutricional” que ocurre en muchos países del mundo, las sociedades se alejan de sus alimentos y formas de preparación tradicionales, para consumir alimentos procesados y producidos industrialmente, que suelen ser más ricos en grasas y calorías, y contener menos fibra y oligoelementos.
El problema también es económico.
Normalmente, los alimentos comercializados masivamente, son cada vez más baratos, y los alimentos frescos, son cada vez más caros.
Pero el tipo de alimentación no es el único factor causante de esta epidemia, sino que también influye la falta de actividad física.
El modo de vida que predomina en las ciudades, relacionado con la movilidad urbana, el consumo de televisión, y otras pantallas, la falta de espacios de ocio al aire libre, está condicionando un sedentarismo que influye en la forma física y la salud.
Super Size Me, también muestra la influencia mediática de la industria de la comida rápida, incluyendo la forma en que se aprovecha de los malos hábitos y la deficiente información nutricional de la población para su beneficio.
Lo mejor de todo, es su valentía para entrar en guerra con uno de los mayores imperios empresariales del mundo, cuyos responsables, nunca quisieron contestar las reiteradas llamadas de Spurlock, pero que, tras el estreno del documental, decidieron cambiar algunas de sus normativas.
Super Size Me resulta tan sencilla, pero a la vez tan creíble, que durante su lanzamiento puso a temblar a McDonalds que sacó toda su artillería publicitaria para demostrar que era una compañía responsable, que emplea a más de 350,000 personas alrededor del mundo, etc.
Por ello obtuvo buenas críticas en Estados Unidos, que lo calificaron como un documental original y valiente, que a pesar de poner el dedo en la llaga, no olvida su tono cómico.
Este documental, es importante e interesante de ver, gracias al deseo del autor por despertar conciencia en un mundo dominado por el consumismo que ha llevado a la obesidad a recibir el poco honroso título de Epidemia, y que ahora sobrepasa las fronteras de los Estados Unidos, y se apodera del resto del mundo.
Pero también significó un ejercicio irresponsable, por el riesgo y las consecuencias físicas que consiguió su director, pero que pretende poner a reflexionar al espectador, acerca de la directa responsabilidad sobre los productos con los que se alimenta, y los que permite que su familia y sus hijos consuman.
“My body... officially hates me”
Super Size Me es un viaje al mundo de la comida rápida, la obesidad y los problemas de salud.
El director, Morgan Spurlock, reflexiona sobre el estilo de vida de EEUU, la sobrealimentación, y su relación con la enfermedad y el malestar; y es original por la combinación entre el aspecto divulgativo y el narrativo; entrelazando los mensajes informativos, de puro documental, con la historia relativa al experimento del protagonista/director.
Se trata pues de una propuesta que cala con facilidad en el público.
En ese sentido, el guión está muy bien construido, y el montaje es inteligente.
Se agradece el sentido del humor con el que el autor aborda la historia; y resalta claramente la influencia de la alimentación en la salud y bienestar personal, relatando no sólo los efectos a largo plazo, sino los efectos inmediatos en su cuerpo, y en la vida del protagonista en el mes que dura su experimento.
Pero su valor va más allá:
Lo mejor es su valentía, que nos muestra los efectos que provoca en nuestro cuerpo, siendo un golpe contra toda la cultura de EEUU del comportamiento, contra su sistema de alimentación en los colegios públicos, y contra la era del marketing y la publicidad.
La película comienza con la imagen de los niños cantando a “Pizza Hut, KFC y a McDonald’s”, mientras una placa nos recuerda las palabras del fundador de esta última empresa, y que al parecer, se han perdido en algún lugar del camino:
“Cuida del cliente, y el negocio se cuidará de sí mismo”
Según dijo Ray Kroc, fundador de McDonald’s.
Y se explica que en EEUU, “todo es más grande, incluso su gente”
Se refiere a los 100 millones de estadounidenses que tienen sobrepeso, y que constituye el 60% de los adultos.
Desde 1980 a la fecha, el número de los obesos se ha duplicado, lo que incluye la duplicación de la cantidad de niños obesos, mientras que el número de adolescentes se ha triplicado, lo que transformó a los EEUU, en el país con más cantidad de gordos del mundo.
Dentro de los EEUU, Mississippi es el estado con mayor cantidad de obesos, 1 de cada 4 personas es obesa.
Virginia, donde Spurlock nació, es el 3º; siendo la obesidad, la causa de muerte evitable, que tiene como competidor sólo al tabaco, en el total de las muertes a nivel mundial.
El cual produce 400.000 muertes por año, por enfermedades relacionadas con el exceso de peso.
En los últimos años en Estados Unidos y en Europa, se está hablando de la “epidemia de obesidad” que alcanza a la infancia y a la población adulta.
En 2003, una demanda judicial promovida por la obesidad de 2 adolescentes contra McDonald’s, al estilo de las promovidas contra las compañías tabaqueras, es rechazada por el juez, alegando que el abogado no había podido demostrar que la causa de la obesidad se debiera solamente a este consumo.
Este hecho hace que Morgan Spurlock, el director de Super Size Me, decidiera experimentar en su cuerpo, con la comida de la principal cadena de comida rápida de Estados Unidos, y también del resto del mundo.
A medida que la película comienza, Spurlock está físicamente por encima de la media, como es demostrado por 3 médicos:
Un cardiólogo, un gastroenterólogo, y un médico de medicina general; así como un nutricionista, y un entrenador personal.
Él se alista las 5, para realizar el seguimiento de su salud durante el mes de duración.
Todos los profesionales de la salud, predicen el “McMess” o “McLío” tendrá efectos indeseables sobre su cuerpo, pero ninguno esperaba nada demasiado drástico, citando el cuerpo humano como sumamente adaptable.
Spurlock comienza el mes, con un desayuno cerca de su casa en Manhattan, donde hay un promedio de 4 McDonald's, y 66,950 habitantes por 2,6 km2.
También opta por viajar en taxi con mayor frecuencia, ya que pretende mantener las distancias que camina en línea con los 5000 pasos, aproximadamente 2 millas, que por día caminaba el promedio de los estadounidenses.
Además, Spurlock tiene varias reglas que rigen sus hábitos alimenticios:
Debe plenamente comer en McDonald's 3 comidas por día.
Deberá acabarse todo lo que contenga cada menú.
Se debe ingerir solo los temas en el menú; esto incluye el agua embotellada.
Todas y cada una fuera de consumo de alimentos, está prohibido.
Él debe elegir el tamaño “super size” de su comida, cuando, y solo cuando, se le ofrece.
Se tratará de caminar lo promedio que se camina en Estados Unidos, sobre la cifra de 5000 pasos al día, pero esto no era firme, ya que él caminó relativamente más, en comparación de lo que se camina en New York que en Houston.
En el 2º día, Spurlock come por primera vez el tamaño “super size”, que le lleva cerca de una hora para comer.
La experiencia fue el aumento de su estómago durante el proceso, que culmina con Spurlock vomitando en el camino de vuelta a casa.
Después de 5 días, Spurlock ha ganado casi 10 libras/4,5kg.
No pasa mucho tiempo antes de que se encuentre a sí mismo, con una sensación de depresión, y él considera que sus episodios de depresión, letargo y dolor de cabeza, son causados por la comida de McDonald's.
Un médico lo describe para entonces, como “un adicto”
La entonces novia de Spurlock, Alexandra Jamieson, es testigo del hecho de que Spurlock ha perdido gran parte de su energía y conducta sexual durante su experimento…
No está claro, si Spurlock sería capaz de completar el mes completo debido a las altas cantidades de grasa y de hidratos de carbono en su dieta; por lo que sus amigos y familia comenzaron a preocuparse.
Alrededor del día 20, Spurlock comenzó a sentir extrañas palpitaciones del corazón.
Consulta con su médico internista, el doctor Daryl Isaacs, le aconseja parar lo que está haciendo de inmediato, para evitar cualquier tipo de problema grave de salud.
A pesar de esta advertencia, Spurlock decide continuar con la prueba.
Más tarde declaró en una entrevista que, a pesar de las preocupaciones y objeciones de la mayoría de las personas cercanas a él, era su hermano mayor que lo motivó a continuar con su observación:
“Morgan, la gente come esta mierda toda su vida.
¿De verdad piensas que te matará a ti si la comes otros 9 días más?”
Spurlock llega al día 30, y logra su objetivo.
En 1 mes, Spurlock comió el tamaño “super size” en su comida en 9 ocasiones a lo largo del experimento, de los cuales, 5 fueron en Texas.
Los 3 médicos se sorprenden al grado de deterioro en la salud de Spurlock.
Uno de ellos afirma, que era irreversible el daño causado a su hígado, ya que lo estaba perforando, además de un ataque al corazón, aunque haya perdido todo el peso ganado durante el experimento.
Él señala, que ha comido más comidas de McDonald's, que un estadounidense promedio debe comer en 8 años.
Y en el camino, Super Size Me va revelando los intereses comerciales de las grandes industrias de comida rápida, y el papel de la publicidad en la toma de decisiones de las personas respecto a su alimentación.
Así mismo, se muestran los efectos físicos y psíquicos que produce en el protagonista este tipo de comida, y que van poniéndose de manifiesto, mediante los sucesivos exámenes médicos a que se somete.
Treinta días de “comida basura” sin tregua hicieron que Spurlock engordara más de 11 kilos, y que su nivel de colesterol se disparase de un modo preocupante.
Los críticos de la película, como McDonald's, sostienen que si el autor intencionalmente consume un promedio de 5000 kcal por día, sin hacer ejercicio, los resultados habrían sido los mismos, independientemente de la fuente del exceso.
Super Size Me se ocupa de tales objeciones, poniendo que una parte de la razón del deterioro de salud de Spurlock, no es solo la alta ingesta calórica, sino también la alta cantidad de grasa, en relación con las vitaminas y los minerales en el menú de McDonald's, que es similar en cuanto al estado nutricional, que el contenido de los menús de la mayoría de las demás cadenas de comida rápida en EEUU.
Spurlock alegó, que intentaba imitar el promedio de una dieta regular de comer en McDonald's, para que una persona que tendría poco o ningún ejercicio.
Es posible que 5000 kcal por día es una dieta mediana para un consumidor típico de McDonald's, o cualquier otra fuente de comida rápida, a pesar de que el varón adulto medio, solo requiere 2000 kcal por día.
Sin embargo, es poco probable que muchos de los clientes de McDonald's, coman 3 veces al día allí, durante o más de 1 mes seguidos.
Spurlock resalta en el documental, las dificultades de los jóvenes para resistirse a este ambiente que favorece la obesidad, y también los problemas psicosociales asociados.
Presenta a unos adolescentes que relatan, cómo les afecta que su imagen corporal no tenga nada que ver con la de los modelos que salen en las revistas de moda, y hacen una petición de ayuda, ya que por sí mismos, no pueden resistir la presión del marketing.
Las dificultades que encuentran para adelgazar las personas con hábitos muy arraigados, se une al rechazo a ser “discriminado” por su peso corporal en una sociedad en la que estar delgado es vital para “triunfar”
También, se resalta el problema médico, ya que la alternativa para aquellas personas con obesidad mórbida, es la reducción de estómago, intervención complicada, y no exenta de complicaciones.
De hecho, Super Size Me muestra imágenes de una intervención de estas características, al ritmo del vals “Danubio Azul” de Strauss.
Asimismo presenta diferentes abordajes del tema en los centros educativos:
La conversación con Phil Lawler, profesor de educación física del Instituto de Naperville, en Illinois, resalta la importancia de la actividad física en la salud y en el rendimiento académico de los estudiantes.
También se denuncia el escaso papel que tiene en el currículo escolar.
La actividad física en Estados Unidos, ha quedado reducida a un día a la semana, y desde que George W. Bush aprobó la reforma educativa, el recreo en los centros educativos, también se reduce con el fin de que los alumnos puedan prepararse mejor los exámenes, lo que incrementa el problema del sedentarismo.
También, analiza el papel de los comedores escolares, exponiendo la situación de 3 diferentes centros educativos:
En el primer centro, el comedor es tipo autoservicio, y se observa como el alumnado escoge aquellos alimentos que le apetecen sin ningún criterio nutricional, ya que fundamentalmente comen snacks, pasteles, patatas fritas, y refrescos, sin que exista ningún seguimiento por parte de los educadores.
En el siguiente centro, casi todos los alimentos del menú son procesados y precocinados fuera del centro, todo viene preparado y envasado para servir y calentar.
En el último colegio, al que curiosamente acuden adolescentes con problemas de comportamiento, el menú es ciertamente equilibrado y saludable, a partir de productos frescos y bien cocinados, preferentemente al horno.
Spurlock se plantea, si el coste del comedor escolar es similar:
¿Por qué no se dan los mismos menús en todos los centros?
Entre las personas entrevistadas en el documental, está Samuel Hirsh, el abogado que llevaba la demanda de las 2 adolescentes obesas contra McDonald’s.
Su argumento no era que la venta de alimentos poco saludables fuera ilegal, sino que la cadena no proporcionaba suficiente información sobre los ingredientes, ni sobre los posibles riesgos para la salud, y que además, desarrolla una estrategia de marketing dirigida especialmente a la infancia.
El juez desestimó la demanda tras analizar la cuestión fundamental:
¿Dónde debe situarse la línea entre la responsabilidad del individuo de cuidar de sí mismo, y la responsabilidad de la sociedad para garantizar que otros protejan al individuo?
La resolución determinó, que “una persona sabe o debiera saber que comer raciones grandes de “comida rápida”, puede provocar un aumento de peso y otros problemas de salud por su alto contenido en colesterol, grasas, sal y azúcar y, por tanto, no compete al derecho protegerla de sus propios excesos.
A nadie le obligan a comer en establecimientos de comida rápida, ni a consumir raciones gigantes.
Siempre y cuando el consumidor tome su decisión libremente, y con los conocimientos adecuados, la responsabilidad por negligencia, no atañe al fabricante”
En 2004, El Congreso aprobó la ley sobre responsabilidad personal en el consumo de alimentos, más conocida como “Ley de La Hamburguesa” que impedía los litigios judiciales respecto a la obesidad...
Los abogados de McDonald’s, alegan que las demandas son frívolas y banales, es decir, no tienen sustento, y que los riesgos de esta comida, son bien conocidos por todos.
A su vez, insisten en que las jóvenes no pueden demostrar que sus problemas de salud y de peso “se deben sólo a las McDietas”
Los jueces, por su parte, insisten en que si los abogados denunciantes pudieran demostrar que McDonald’s pretende que la gente consuma sus productos todos los días, en todas sus comidas, y que hacerlo supondría un peligro, la demanda tendría posibilidad de prosperar.
Por su parte, el representante de la industria alimentaría que aparece en el documental, reconoce la importancia del problema de la obesidad, pero considera principalmente la responsabilidad de la familia y la escuela, que afirma son los que deben de enseñar a sus hijos y sus alumnos, sobre la nutrición saludable.
También argumenta, que no es la comida rápida, sino el estilo de vida sedentario, con poca actividad física, y muchas horas de televisión, la verdadera causa del incremento de la obesidad.
La industria afirma, que quiere formar parte de la solución del problema, apoyando los programas educativos, y proporcionando formación adecuada a las familias.
El argumento de la libertad y responsabilidad individual, es cuestionado por quienes recuerdan que la estrategia de marketing y publicidad de las compañías de comida rápida, se dirige cada vez más a la infancia.
El representante, posteriormente fue despedido…
Además, es conocido que los niños influyen en las decisiones que toman los adultos sobre determinados productos y marcas.
Para conseguir este fin, las empresas invierten mucho dinero en publicidad, promociones, y patrocinios destinados a que los niños consuman y lo asocien con una experiencia placentera.
Por ello se utilizan juguetes y personajes populares de los dibujos animados, del deporte, de la música, y el cine.
También se patrocinan eventos que tienen que ver con el deporte.
Por ejemplo, McDonald’s ha sido patrocinador de Los Juegos Olímpicos, y de la Eurocopa.
De hecho, el documental enfatiza, que el payaso Ronald McDonald, icono de la cadena, es más conocido por los niños de EEUU, que cualquier otro personaje histórico; aunado a que el modo de aumentar las ventas, era ofrecer mucha más cantidad por sólo algo más de dinero.
A partir de ese momento, el “super size” se convirtió en una fórmula mágica del marketing.
Nacía así, uno de los eslóganes más efectivos de la historia:
El “más por menos”
En el documental, se aborda también si existe suficiente información nutricional para que los consumidores puedan tomar sus decisiones libremente.
Una de las preguntas que formula Spurlock, es cuántos de los establecimientos de comida rápida, tienen información nutricional, y dónde la tienen disponible; y muestra cómo la mayoría de los establecimientos que el protagonista visita, no disponen de folletos ni carteles informativos.
Los “informes nutricionales” de los que habla la empresa, no existen, y tampoco hay “comida sana” en los restaurantes, o es muy cara.
No se le da información a la gente, con lo que no pueden decidir.
Otro aspecto destacado, es el proceso de elaboración y transformación de los alimentos en los establecimientos de comida rápida.
Los alimentos, son sometidos a procesos de alta elaboración en comparación con los restaurantes tradicionales.
Además, el recuento de las sustancias que contienen los productos ofertados, indica que un típico menú de comida rápida, podría contener más de 70 sustancias de las que más de 40 son aditivos, colorantes, aromas, y otras sustancias añadidas de forma artificial.
En una escena del documental, se muestra este proceso de transformación de alimentos, que Spurlock denomina “Frankesteniano”, usando elementos que no se utilizan habitualmente en los restaurantes tradicionales, o en la comida casera.
Mientras tanto, las grandes corporaciones como McDonald’s, Burger King, Coca Cola, Pepsi, y otras, han registrado un aumento sideral de sus ganancias, a la vez que siguen invirtiendo en más y más publicidad para captar la voluntad de la gente, especialmente en los más pequeños, en una especie de “adicción implantada por recuerdos” como las celebraciones de cumpleaños, pero digna de los mejores experimentos del nazismo.
Se sabe que la contemplación de una gran cantidad de comida, estimula el apetito para comer más de lo habitual, sin embargo, algunos expertos en el documental van más allá, y afirman que el sabor dulce e intenso de algunas grasas y azúcares, resulta adictivo para muchas personas.
En todo caso, las personas habituadas a estos sabores, tienen dificultades para “reeducar” su paladar.
Tanto que no es raro que mientras se ve el documental, a uno le den ganas de al menos, una hamburguesa McDonald’s.
Conoceremos también a personajes curiosísimos, auténticos freaks, como un hombre que lleva comidas casi 20.000 Big Mac, y prácticamente se puede decir que vive en un McDonald’s, de hecho, se casó en uno… y también se nos ofrecerán datos objetivos de quienes son los interesados en que esto sea así, y no cambie, en otras palabras, los que se forran con este sistema.
Aparecen unas intervenciones de su novia, ni más ni menos, que resulta ser no solo una chef vegetariana, sino que lo es por una convicción personal, casi diría que pseudoreligiosa sobre los alimentos.
La aportación de esta mujer, muestra un rechazo visceral por McDonald’s, y muestra como alternativa, otra radicalidad de la que otros huyen como la peste:
El no comer de todo.
Como reacción, McDonald’s hizo acciones para mostrar que estaba en contra de Super Size Me, y desacreditarla, incluso creó una página web para contrarrestar los argumentos del documental, y presionó a las cadenas de televisión y medios escritos, para que no lo publicitasen.
¿Y qué hay más atractivo que un reportaje incisivo prohibido?
Sabía perfectamente, que estas acciones no harían más que dar publicidad al no anunciado reportaje.
Pocos meses después, contraatacó sacando una campaña en la cual daba a entender, que había entendido el mensaje del documental, las críticas, y que reaccionaba a ello con nuevos productos más saludables, renovando los actuales, creando campañas contra la obesidad infantil, informando sobre aspectos nutricionales de sus productos, e incluso, haciendo un cambio de imagen de sus establecimientos.
Además, contrató a varios atletas para que dijeran que ellos comían McDonald’s después de las competiciones.
“La nutrición es la última cosa de la que me preocupo.
Como lo que sabe bien.
He estado comiendo McDonald’s para cada comida desde que llegué aquí.
Y creo que me ha ayudado”, dijo Michael Phelps durante Los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
McDonald’s, no podía realizar un cambio de imagen si seguía remando en la misma dirección, la corriente de opinión de la gente, era demasiado fuerte como para aceptar un cambio porque sí.
Necesitaba reaccionar contra algo para dar solidez y un pretexto a un cambio de rumbo en la calidad de sus productos.
Si no existe la causa, debemos crearla.
Super Size Me, pese a lo que pueda parecer a priori, no es un documental anti McDonald's; Morgan Spurlock arremete contra esta cadena de hamburguesas, porque representa el mayor porcentaje de venta de comida rápida en el mundo.
Muy acertadamente, la crítica no se centra únicamente en el gigante de las hamburguesas, sino que hace un interesante análisis acerca de la alimentación en uno de los países con mayor índice de obesidad y problemas derivados de ello del mundo.
Más trágico todavía, es ver la presión que las multinacionales de la alimentación están ejerciendo en La Organización Mundial de La Salud, para evitar que informes y estudios referentes a estos efectos del azúcar, no sean publicados.
Es verdad, no sabemos ni queremos comer bien, y no es un problema de información, en muchos casos, es simplemente gula, que es, quizás, lo que le falta por decir a este documental.
Capítulo aparte, merece analizar lo tramposo que resulta el experimento:
Es indudable que evidentemente comer siempre en “fast foods” resulta dañino para la salud, pero también es evidente que hacerlo 3 veces, durante 30 días, resultaría perjudicial incluso si en lugar de Big Mac, se comiera sólo lechuga.
Quizás hubiera sido un experimento más realista, si se hubiera ajustado a comer lo que el estadounidense medio, es decir 3 o 4 veces por semana.
Claro está que a veces la realidad está reñida con el espectáculo, y por tanto, el resultado no hubiera sido tan espectacular, ni hubiera tenido tanta resonancia.
Super Size Me, puede que no sea objetiva, no es científica ni rigurosa, pero sí ha servido para dar la voz de alarma, para que El Imperio de McDonalds se tambaleara, y para que muchos se replanteen, qué está haciendo el hábito de la comida rápida con su organismo y su calidad de vida, bien vale el visionado.
El director de Super Size Me, al final se declara satisfecho del resultado obtenido con su experimento.
Considera que su denuncia puede ser útil para el 60% de la población estadounidense que sufre sobrepeso u obesidad.
La conclusión es que la gente no le importa a las grandes empresas, sólo la voluntad y satisfacción de los accionistas.
No importa si los humanos terminan en el hospital, o en el cementerio.
El Estado tampoco colaboró demasiado:
En 2004, declaró “ilegales” las demandas contra las empresas alimentarias.
Como curiosidad, en Super Size Me, la última línea de crédito dice:
“Con muy especial agradecimiento al proveedor de seguros de mi ex esposa, por cubrir todos los costos médicos.
¡Gracias por co-pagar!”
Y entre las muchas personas y entidades que se agradecen al final, está La Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Otro dato extra de Super Size Me, es que Morgan Spurlock también filmó otra demostración que él llamó “The Smoking Fry” que solo se puede observar en las características especiales de la película en DVD.
En esta demostración, Spurlock deja alimentos de McDonald's, unas patatas fritas, un Big Mac, un Filet-O-Fish, McGrill de Pollo, y un Cuarto de Libra con queso, junto con una hamburguesa y patatas fritas de un restaurante tipo “slow food” o de comida lenta; en frascos, con el fin de ver el ritmo al que las diferentes comidas se descomponen.
La hamburguesa y las patatas fritas del restaurante alternativo, fueron descompuestas rápidamente, al igual que la mayoría de los alimentos de McDonald's, con la excepción del Big Mac y las patatas fritas.
El Big Mac duró 5 semanas, después de 10 semanas, Super Size Me sostiene que las patatas fritas todavía no habían empezado a descomponerse, y fueron arrojados por un interno, debido al mal olor de los McSandwiches, pero de acuerdo a un experimento sin relación, difundido en YouTube, presentado por Diet.com, una mujer guardó 4 años atrás, unas patatas fritas de McDonald’s, que no habían empezado a descomponerse…
También hay escenas eliminadas, como 13 sacos de basura acumulada en 30 días en el garaje de un McRestaurante, etc.
Y no todo fue un final feliz, más allá de la recuperación de la normalidad de la salud del realizador, es que su aquí novia, dejó de serlo en 2011.
Y ella, en 2013, anunció que ya no sigue la dieta vegana…
Aunque lo que me parece alarmante, es que 5 años después del estreno de Super Size Me, todavía hay gente que entra a comer en McDonald's.
“After six months of deliberation, Judge Robert Sweet dismissed the lawsuit against McDonald's.
The big reason?
The two girls failed to show that eating McDonald's food was what caused their injuries”
Sin poder afirmarse que la obesidad y sus enfermedades consustanciales sean causadas únicamente por la ingesta de “comida basura”, sí cabe afirmar que es un factor principal del actual problema de obesidad infantil, o del agravamiento de otros problemas de salud, al que se suma esta mala práctica nutricional.
La obesidad infantil, es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.
El problema es mundial, y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano.
La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante; y se calcula que en 2010, había 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones, viven en países en desarrollo.
Los niños obesos y con sobrepeso, tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta, y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas, enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas, son en gran medida prevenibles.
Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.
El gran poder de la influencia publicitaria, crea un desplazamiento de valores nutricionales que cualquier niño necesita en su desarrollo, causando así los problemas antes mencionados.
La “comida basura” en sí, es una mercancía, que a los ojos de las industrias debe venderse a gran escala para obtener lucro de ella; no importa el valor nutricional de la misma, sino la mayor cantidad de ventas posible.
Eso es lamentable.
Los consumidores deben alimentarse en forma responsable, y cuidarse a sí mismos, sin dejarse llevar por publicidades ni “cantos de sirena”, ya que las grandes corporaciones no piensan por la gente, y sí por sus ganancias.
Al entenderlo, entendemos el funcionamiento de un mundo que promueve la enfermedad y la adicción, y deja al Estado la responsabilidad de curar lo que el afán de ganancias ha enfermado.
Es curioso el tema que muestra Super Size Me, puesto que si antes los pobres eran delgados, y los ricos unos gordos; ahora los gordos son los pobres que no pueden permitirse comprar alimentos ecológicos, por lo que son carne de cañón de la mafia “fast-food”, y están muy jodidos en salud, enriqueciendo a las farmacéuticas, y llenando hospitales, en otras palabras, generando gente enferma.
No es de extrañar para nada, sabiendo que en EEUU es más barato la Coca Cola que el agua, es porque son esclavos de la dictadura del dinero.
Una pena que así también lo sea en el resto del mundo.
¡Ojo!
“If you decide to keep living this way, go ahead.
Over time, you may find yourself getting as sick as I did”
Kentucky Fried Chicken, and a Pizza Hut!”
La alimentación, es un factor clave para la salud y el bienestar personal, y es causa de profundas desigualdades.
Mientras que en muchos países empobrecidos, millones de personas pasan hambre y sufren desnutrición; en otros lugares del mundo, la obesidad es un problema sanitario y social, que ha ido en aumento en los últimos años.
En torno al 37% de los niños y adolescentes estadounidenses, tienen exceso de grasa, y 2 de cada 3 adultos, tienen kilos de más o son obesos.
¿Es un problema de autocontrol, o debemos culpar a las empresas productoras de alimentos preparados?
La obesidad, es una enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible, la cual se caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo; es decir, cuando la reserva natural de energía de los humanos y otros mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal, se incrementa hasta un punto en que pone en riesgo la salud, o la vida.
En Estados Unidos, la obesidad o sobrepeso, es la principal causa de muerte evitable después del tabaco.
Además, las personas con mayores problemas de obesidad, son precisamente aquellas con menores recursos económicos.
La obesidad, es una enfermedad en sí misma, y también está asociada con la aparición de las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, las cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares; la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer de mama y de colon entre otros; alteraciones respiratorias y artrosis.
El sobrepeso y la obesidad, son el 5º factor principal de riesgo de defunción humana en el mundo.
Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.
Aunque la obesidad es una condición clínica individual, se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento.
A pesar de la amplia disponibilidad información nutricional en escuelas, consultorios, Internet, y tiendas de comestibles, es evidente que el exceso en el consumo, continúa siendo un problema sustancial.
Por ejemplo, la confianza en la comida rápida rica en energía, se ha triplicado entre 1977 y 1995; y el consumo de calorías, se ha cuadruplicado en el mismo periodo.
Desde 1980, los restaurantes de comida rápida, han visto un crecimiento dramático en términos del número de ventas y consumidores atendidos.
Comidas a bajo costo, y una intensa competencia por una porción del mercado, ha conducido a un incremento en el tamaño de las porciones, como por ejemplo, las porciones de las papas fritas de McDonald's, aumentaron desde las 200 calorías en 1960, hasta más de 600 calorías hoy en día.
McDonald's, es una cadena de restaurantes de comida rápida, cuyos principales productos son las hamburguesas, las papas fritas, los menús para el desayuno, los refrescos, los batidos, los helados, los postres y, recientemente, las ensaladas de fruta, y otros productos exclusivos para diversos países.
Atiende aproximadamente a 68 millones de clientes por día, en más de 36 mil establecimientos, en 119 territorios y países alrededor del mundo; dando empleo a 1,7 millones de personas.
En la mayoría de los restaurantes, se han incluido distintas áreas con juegos para niños; siendo la hamburguesa Big Mac, mundialmente conocida y empleada a menudo, como símbolo de la cultura del capitalismo estadounidense.
Este tipo de comida, es muy popular por lo sencillo de su elaboración, sometida habitualmente a procesos industriales, y conservación que en muchos casos no necesita refrigeración, y su fecha de caducidad suele ser larga; su precio relativamente barato, su amplia distribución comercial que la hace muy fácilmente accesible, y la presión de la publicidad.
También, porque no suele requerir ningún tipo de preparación por parte del consumidor final, o ésta es escasa, es cómoda de ingerir, y tiene una gran diversidad de sabores.
Cabe mencionar, que este tipo de comida es muy saturada en sal, la sal es un adictivo natural, la cual, al consumirla, provoca un exceso de dopamina y orexina que incrementa la sensación de placer y recompensa, según alertan los cardiólogos.
No solo la comida, las bebidas también contribuyen con más muertes por enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas, según un estudio; debido a que el consumo de estas bebidas, incrementa el Índice de Masa Corporal asociado con los padecimientos que llevan a la muerte.
Así pues, si una persona consumiese comida rápida todos los días, tendría más probabilidades de padecer enfermedades sanguíneas, obesidad, diabetes y colesterol alto.
No es lo mismo, si esta comida se consume una vez a la semana que todos los días.
Las consecuencias pueden ser irreversibles, y hasta lamentables.
Los hábitos alimenticios que hemos adquirido con el tiempo y la vida moderna, se han transformado en un hábito que hoy atenta contra la salud.
“We're part of the problem, and we also are part of the solution”
Super Size Me es un documental del año 2004, escrito y dirigido por Morgan Spurlock.
Protagonizado por Morgan Spurlock, Dary Issacs, Lisa Ganghu, Stephen Siegel, Bridget Bennet, Alexandra Jameson, Kelly Brownell, Marion Nestle, entre otros.
Morgan Valentine Spurlock, es un documentalista, director de cine, productor de televisión, y guionista estadounidense independiente; conocido por este documental, en el que demostró los efectos en la salud de los alimentos de McDonalds, registrando las consecuencias de comer sus productos 3 veces al día, todos los días, durante 1 mes.
Spurlock, concibió la idea del documental, cuando fue a casa de sus padres para El Día de Acción de Gracias, y al mismo tiempo, viendo la televisión, vio un reportaje sobre el litigio iniciado contra McDonalds por 2 adolescentes, Ashley Pelman y Jazlyn Bradley, que culparon a la cadena de comida rápida por su obesidad.
Spurlock se echó a la carretera, y entrevistó a expertos de 20 ciudades de Estados Unidos, también Houston, la ciudad más obesa del país, que ahora es Detroit.
Directores de salud pública, profesores de gimnasia, cocineros, niños, gobernantes, legisladores, expusieron sus investigaciones, sus opiniones, y las reacciones viscerales que despierta en ellos, el constante aumento del volumen corporal del pueblo estadounidense.
Morgan Spurlock rodó más de 250 horas de metraje, de los cuales, alrededor del 0,66% de ese material, aparece en el corte final.
En el estreno de San Francisco, Morgan Spurlock dijo que obtener permiso para rodar en el McDonalds de New York, era a menudo negado, en cuyo caso a menudo ocultó la cámara, pero para adquirir el consentimiento en ciudades menos paranoicas, generalmente consistía en lo siguiente:
“¿Qué están filmando aquí?”
“¡Estamos rodando una película!”
“De acuerdo”
Super Size Me, describe un experimento que se realizó en 2003, en el que él mismo comió comida de McDonald's; y también aceptaba la opción de comer el menú “super size”, siempre que se le ofrecía.
El resultado final:
Una dieta con el doble de calorías recomendado por La USDA, además, Spurlock intento reducir su actividad física para adaptarse mejor a los hábitos de ejercicio de la media de estadounidenses, pues antes caminaba alrededor de 3 millas al día, mientras que el estadounidense promedio camina 1,5 millas.
Durante los 30 días que duró su experimento, comenzó a sentir una adicción por ese tipo de comida, un estado depresivo, y una deficiencia marcada en su vida sexual.
Al término del experimento, Morgan termina con un hígado convertido en grasa, un nivel alto de azúcar, y otros síntomas que duplicaron la posibilidad de un ataque cardíaco, o la posibilidad de padecer diabetes.
Y es que el factor que impulsó a Spurlock para hacer la investigación, fue la creciente propagación de la obesidad en todo EEUU, que el cirujano general declaró como “epidemia”
Spurlock señala, que aunque el juicio contra McDonald's falló, gran parte de la misma crítica contra las compañías de tabaco, se aplica a las franquicias de comida rápida.
Aunque se podría argumentar, que la comida rápida, aunque es psicológicamente adictiva, no es tan adictiva como la nicotina.
El presupuesto del film, fue de $65.000, y recaudó en todo el mundo, unos $28 millones.
La primera exhibición de Super Size Me, ocurrió en enero de 2004, en El Festival de Cine de Sundance, donde la cadena de comida rápida McDonald’s, anunció que ninguno de sus productos tendría más el nombre de “Super Size”
La empresa declaró, que ese cambio no era debido a la repercusión del documental; el cual fue nominado para un Premio de La Academia, en la categoría del mejor documental largo; aunque no lo ganó, se ha convertido en el 8º documental más visto y taquillero del momento; cuyos contenidos son muy explícitos, y tiene un enfoque claramente sensibilizador y didáctico acerca de los riesgos de la comida rápida.
Podemos dividir Super Size Me en 8 capítulos:
1. Situación de la obesidad en Estados Unidos, y la revisión médica y dietética de Morgan Spurlock.
2. Ultima cena antes del experimento, y Las 4 Reglas de “Super Size Me”
3. El impacto, problemas y enfermedades relacionados con la obesidad.
4. El procesamiento de los alimentos y la publicidad infantil.
5. Nutrición:
¿Dónde está la información nutricional?
“Es para los niños”
¿Qué pasa con los menús escolares?
6. La industria alimentaria.
7. La adicción, y los problemas de salud y malestar.
8. La última cena del experimento, resultados y epílogo.
¿Qué ha sucedido?
Super Size Me muestra la evolución de Morgan Spurlock durante el mes de febrero de 2003, durante los cuales subsiste en su totalidad, con la alimentación y la compra de artículos exclusivamente de McDonald's.
El espectador puede comprobar los efectos que tiene este estilo de vida en la salud física y psicológica; y se explora la influencia de las industrias de la comida rápida, incluyendo la forma en que se alimenta a la mala nutrición para su propio beneficio.
Durante el rodaje, Spurlock comía en los restaurantes McDonald's, 3 veces al día, llegando a consumir un promedio de 5000 kcal diarias, el equivalente de 9,26 Big Mac.
Antes del inicio de este experimento, Spurlock tomaba una dieta variada.
Era sano y delgado, y medía 188cm de altura con un peso de 84,1 kg.
Después de 1 mes, obtuvo una ganancia de 11,1 kg, un 13 % de aumento de masa corporal, aumentando su índice de masa corporal desde 23,2 dentro del rango sano 19-25; a 26 sobre peso.
También experimentó cambios de humor, disfunción sexual, y daño al hígado.
Morgan Spurlock necesitó 13 meses para perder el peso que había ganado; fue un reto pesado para la salud de este atrevido documentalista, que sin duda nos deja resultados y reflexiones impactantes; en la búsqueda de respuestas al problema de la obesidad de los estadounidenses, relacionándolo con el aumento del consumo de la “comida basura”, la bollería industrial, y el consumo de refrescos.
¿Por qué es tan común este problema en Estados Unidos?
¿Se debe a la falta de autocontrol en los hábitos de alimentación de la población, o son las grandes empresas de comida rápida las responsables?
Super Size Me explora las causas de la denominada “transición nutricional” que ocurre en muchos países del mundo, las sociedades se alejan de sus alimentos y formas de preparación tradicionales, para consumir alimentos procesados y producidos industrialmente, que suelen ser más ricos en grasas y calorías, y contener menos fibra y oligoelementos.
El problema también es económico.
Normalmente, los alimentos comercializados masivamente, son cada vez más baratos, y los alimentos frescos, son cada vez más caros.
Pero el tipo de alimentación no es el único factor causante de esta epidemia, sino que también influye la falta de actividad física.
El modo de vida que predomina en las ciudades, relacionado con la movilidad urbana, el consumo de televisión, y otras pantallas, la falta de espacios de ocio al aire libre, está condicionando un sedentarismo que influye en la forma física y la salud.
Super Size Me, también muestra la influencia mediática de la industria de la comida rápida, incluyendo la forma en que se aprovecha de los malos hábitos y la deficiente información nutricional de la población para su beneficio.
Lo mejor de todo, es su valentía para entrar en guerra con uno de los mayores imperios empresariales del mundo, cuyos responsables, nunca quisieron contestar las reiteradas llamadas de Spurlock, pero que, tras el estreno del documental, decidieron cambiar algunas de sus normativas.
Super Size Me resulta tan sencilla, pero a la vez tan creíble, que durante su lanzamiento puso a temblar a McDonalds que sacó toda su artillería publicitaria para demostrar que era una compañía responsable, que emplea a más de 350,000 personas alrededor del mundo, etc.
Por ello obtuvo buenas críticas en Estados Unidos, que lo calificaron como un documental original y valiente, que a pesar de poner el dedo en la llaga, no olvida su tono cómico.
Este documental, es importante e interesante de ver, gracias al deseo del autor por despertar conciencia en un mundo dominado por el consumismo que ha llevado a la obesidad a recibir el poco honroso título de Epidemia, y que ahora sobrepasa las fronteras de los Estados Unidos, y se apodera del resto del mundo.
Pero también significó un ejercicio irresponsable, por el riesgo y las consecuencias físicas que consiguió su director, pero que pretende poner a reflexionar al espectador, acerca de la directa responsabilidad sobre los productos con los que se alimenta, y los que permite que su familia y sus hijos consuman.
“My body... officially hates me”
Super Size Me es un viaje al mundo de la comida rápida, la obesidad y los problemas de salud.
El director, Morgan Spurlock, reflexiona sobre el estilo de vida de EEUU, la sobrealimentación, y su relación con la enfermedad y el malestar; y es original por la combinación entre el aspecto divulgativo y el narrativo; entrelazando los mensajes informativos, de puro documental, con la historia relativa al experimento del protagonista/director.
Se trata pues de una propuesta que cala con facilidad en el público.
En ese sentido, el guión está muy bien construido, y el montaje es inteligente.
Se agradece el sentido del humor con el que el autor aborda la historia; y resalta claramente la influencia de la alimentación en la salud y bienestar personal, relatando no sólo los efectos a largo plazo, sino los efectos inmediatos en su cuerpo, y en la vida del protagonista en el mes que dura su experimento.
Pero su valor va más allá:
Lo mejor es su valentía, que nos muestra los efectos que provoca en nuestro cuerpo, siendo un golpe contra toda la cultura de EEUU del comportamiento, contra su sistema de alimentación en los colegios públicos, y contra la era del marketing y la publicidad.
La película comienza con la imagen de los niños cantando a “Pizza Hut, KFC y a McDonald’s”, mientras una placa nos recuerda las palabras del fundador de esta última empresa, y que al parecer, se han perdido en algún lugar del camino:
“Cuida del cliente, y el negocio se cuidará de sí mismo”
Según dijo Ray Kroc, fundador de McDonald’s.
Y se explica que en EEUU, “todo es más grande, incluso su gente”
Se refiere a los 100 millones de estadounidenses que tienen sobrepeso, y que constituye el 60% de los adultos.
Desde 1980 a la fecha, el número de los obesos se ha duplicado, lo que incluye la duplicación de la cantidad de niños obesos, mientras que el número de adolescentes se ha triplicado, lo que transformó a los EEUU, en el país con más cantidad de gordos del mundo.
Dentro de los EEUU, Mississippi es el estado con mayor cantidad de obesos, 1 de cada 4 personas es obesa.
Virginia, donde Spurlock nació, es el 3º; siendo la obesidad, la causa de muerte evitable, que tiene como competidor sólo al tabaco, en el total de las muertes a nivel mundial.
El cual produce 400.000 muertes por año, por enfermedades relacionadas con el exceso de peso.
En los últimos años en Estados Unidos y en Europa, se está hablando de la “epidemia de obesidad” que alcanza a la infancia y a la población adulta.
En 2003, una demanda judicial promovida por la obesidad de 2 adolescentes contra McDonald’s, al estilo de las promovidas contra las compañías tabaqueras, es rechazada por el juez, alegando que el abogado no había podido demostrar que la causa de la obesidad se debiera solamente a este consumo.
Este hecho hace que Morgan Spurlock, el director de Super Size Me, decidiera experimentar en su cuerpo, con la comida de la principal cadena de comida rápida de Estados Unidos, y también del resto del mundo.
A medida que la película comienza, Spurlock está físicamente por encima de la media, como es demostrado por 3 médicos:
Un cardiólogo, un gastroenterólogo, y un médico de medicina general; así como un nutricionista, y un entrenador personal.
Él se alista las 5, para realizar el seguimiento de su salud durante el mes de duración.
Todos los profesionales de la salud, predicen el “McMess” o “McLío” tendrá efectos indeseables sobre su cuerpo, pero ninguno esperaba nada demasiado drástico, citando el cuerpo humano como sumamente adaptable.
Spurlock comienza el mes, con un desayuno cerca de su casa en Manhattan, donde hay un promedio de 4 McDonald's, y 66,950 habitantes por 2,6 km2.
También opta por viajar en taxi con mayor frecuencia, ya que pretende mantener las distancias que camina en línea con los 5000 pasos, aproximadamente 2 millas, que por día caminaba el promedio de los estadounidenses.
Además, Spurlock tiene varias reglas que rigen sus hábitos alimenticios:
Debe plenamente comer en McDonald's 3 comidas por día.
Deberá acabarse todo lo que contenga cada menú.
Se debe ingerir solo los temas en el menú; esto incluye el agua embotellada.
Todas y cada una fuera de consumo de alimentos, está prohibido.
Él debe elegir el tamaño “super size” de su comida, cuando, y solo cuando, se le ofrece.
Se tratará de caminar lo promedio que se camina en Estados Unidos, sobre la cifra de 5000 pasos al día, pero esto no era firme, ya que él caminó relativamente más, en comparación de lo que se camina en New York que en Houston.
En el 2º día, Spurlock come por primera vez el tamaño “super size”, que le lleva cerca de una hora para comer.
La experiencia fue el aumento de su estómago durante el proceso, que culmina con Spurlock vomitando en el camino de vuelta a casa.
Después de 5 días, Spurlock ha ganado casi 10 libras/4,5kg.
No pasa mucho tiempo antes de que se encuentre a sí mismo, con una sensación de depresión, y él considera que sus episodios de depresión, letargo y dolor de cabeza, son causados por la comida de McDonald's.
Un médico lo describe para entonces, como “un adicto”
La entonces novia de Spurlock, Alexandra Jamieson, es testigo del hecho de que Spurlock ha perdido gran parte de su energía y conducta sexual durante su experimento…
No está claro, si Spurlock sería capaz de completar el mes completo debido a las altas cantidades de grasa y de hidratos de carbono en su dieta; por lo que sus amigos y familia comenzaron a preocuparse.
Alrededor del día 20, Spurlock comenzó a sentir extrañas palpitaciones del corazón.
Consulta con su médico internista, el doctor Daryl Isaacs, le aconseja parar lo que está haciendo de inmediato, para evitar cualquier tipo de problema grave de salud.
A pesar de esta advertencia, Spurlock decide continuar con la prueba.
Más tarde declaró en una entrevista que, a pesar de las preocupaciones y objeciones de la mayoría de las personas cercanas a él, era su hermano mayor que lo motivó a continuar con su observación:
“Morgan, la gente come esta mierda toda su vida.
¿De verdad piensas que te matará a ti si la comes otros 9 días más?”
Spurlock llega al día 30, y logra su objetivo.
En 1 mes, Spurlock comió el tamaño “super size” en su comida en 9 ocasiones a lo largo del experimento, de los cuales, 5 fueron en Texas.
Los 3 médicos se sorprenden al grado de deterioro en la salud de Spurlock.
Uno de ellos afirma, que era irreversible el daño causado a su hígado, ya que lo estaba perforando, además de un ataque al corazón, aunque haya perdido todo el peso ganado durante el experimento.
Él señala, que ha comido más comidas de McDonald's, que un estadounidense promedio debe comer en 8 años.
Y en el camino, Super Size Me va revelando los intereses comerciales de las grandes industrias de comida rápida, y el papel de la publicidad en la toma de decisiones de las personas respecto a su alimentación.
Así mismo, se muestran los efectos físicos y psíquicos que produce en el protagonista este tipo de comida, y que van poniéndose de manifiesto, mediante los sucesivos exámenes médicos a que se somete.
Treinta días de “comida basura” sin tregua hicieron que Spurlock engordara más de 11 kilos, y que su nivel de colesterol se disparase de un modo preocupante.
Los críticos de la película, como McDonald's, sostienen que si el autor intencionalmente consume un promedio de 5000 kcal por día, sin hacer ejercicio, los resultados habrían sido los mismos, independientemente de la fuente del exceso.
Super Size Me se ocupa de tales objeciones, poniendo que una parte de la razón del deterioro de salud de Spurlock, no es solo la alta ingesta calórica, sino también la alta cantidad de grasa, en relación con las vitaminas y los minerales en el menú de McDonald's, que es similar en cuanto al estado nutricional, que el contenido de los menús de la mayoría de las demás cadenas de comida rápida en EEUU.
Spurlock alegó, que intentaba imitar el promedio de una dieta regular de comer en McDonald's, para que una persona que tendría poco o ningún ejercicio.
Es posible que 5000 kcal por día es una dieta mediana para un consumidor típico de McDonald's, o cualquier otra fuente de comida rápida, a pesar de que el varón adulto medio, solo requiere 2000 kcal por día.
Sin embargo, es poco probable que muchos de los clientes de McDonald's, coman 3 veces al día allí, durante o más de 1 mes seguidos.
Spurlock resalta en el documental, las dificultades de los jóvenes para resistirse a este ambiente que favorece la obesidad, y también los problemas psicosociales asociados.
Presenta a unos adolescentes que relatan, cómo les afecta que su imagen corporal no tenga nada que ver con la de los modelos que salen en las revistas de moda, y hacen una petición de ayuda, ya que por sí mismos, no pueden resistir la presión del marketing.
Las dificultades que encuentran para adelgazar las personas con hábitos muy arraigados, se une al rechazo a ser “discriminado” por su peso corporal en una sociedad en la que estar delgado es vital para “triunfar”
También, se resalta el problema médico, ya que la alternativa para aquellas personas con obesidad mórbida, es la reducción de estómago, intervención complicada, y no exenta de complicaciones.
De hecho, Super Size Me muestra imágenes de una intervención de estas características, al ritmo del vals “Danubio Azul” de Strauss.
Asimismo presenta diferentes abordajes del tema en los centros educativos:
La conversación con Phil Lawler, profesor de educación física del Instituto de Naperville, en Illinois, resalta la importancia de la actividad física en la salud y en el rendimiento académico de los estudiantes.
También se denuncia el escaso papel que tiene en el currículo escolar.
La actividad física en Estados Unidos, ha quedado reducida a un día a la semana, y desde que George W. Bush aprobó la reforma educativa, el recreo en los centros educativos, también se reduce con el fin de que los alumnos puedan prepararse mejor los exámenes, lo que incrementa el problema del sedentarismo.
También, analiza el papel de los comedores escolares, exponiendo la situación de 3 diferentes centros educativos:
En el primer centro, el comedor es tipo autoservicio, y se observa como el alumnado escoge aquellos alimentos que le apetecen sin ningún criterio nutricional, ya que fundamentalmente comen snacks, pasteles, patatas fritas, y refrescos, sin que exista ningún seguimiento por parte de los educadores.
En el siguiente centro, casi todos los alimentos del menú son procesados y precocinados fuera del centro, todo viene preparado y envasado para servir y calentar.
En el último colegio, al que curiosamente acuden adolescentes con problemas de comportamiento, el menú es ciertamente equilibrado y saludable, a partir de productos frescos y bien cocinados, preferentemente al horno.
Spurlock se plantea, si el coste del comedor escolar es similar:
¿Por qué no se dan los mismos menús en todos los centros?
Entre las personas entrevistadas en el documental, está Samuel Hirsh, el abogado que llevaba la demanda de las 2 adolescentes obesas contra McDonald’s.
Su argumento no era que la venta de alimentos poco saludables fuera ilegal, sino que la cadena no proporcionaba suficiente información sobre los ingredientes, ni sobre los posibles riesgos para la salud, y que además, desarrolla una estrategia de marketing dirigida especialmente a la infancia.
El juez desestimó la demanda tras analizar la cuestión fundamental:
¿Dónde debe situarse la línea entre la responsabilidad del individuo de cuidar de sí mismo, y la responsabilidad de la sociedad para garantizar que otros protejan al individuo?
La resolución determinó, que “una persona sabe o debiera saber que comer raciones grandes de “comida rápida”, puede provocar un aumento de peso y otros problemas de salud por su alto contenido en colesterol, grasas, sal y azúcar y, por tanto, no compete al derecho protegerla de sus propios excesos.
A nadie le obligan a comer en establecimientos de comida rápida, ni a consumir raciones gigantes.
Siempre y cuando el consumidor tome su decisión libremente, y con los conocimientos adecuados, la responsabilidad por negligencia, no atañe al fabricante”
En 2004, El Congreso aprobó la ley sobre responsabilidad personal en el consumo de alimentos, más conocida como “Ley de La Hamburguesa” que impedía los litigios judiciales respecto a la obesidad...
Los abogados de McDonald’s, alegan que las demandas son frívolas y banales, es decir, no tienen sustento, y que los riesgos de esta comida, son bien conocidos por todos.
A su vez, insisten en que las jóvenes no pueden demostrar que sus problemas de salud y de peso “se deben sólo a las McDietas”
Los jueces, por su parte, insisten en que si los abogados denunciantes pudieran demostrar que McDonald’s pretende que la gente consuma sus productos todos los días, en todas sus comidas, y que hacerlo supondría un peligro, la demanda tendría posibilidad de prosperar.
Por su parte, el representante de la industria alimentaría que aparece en el documental, reconoce la importancia del problema de la obesidad, pero considera principalmente la responsabilidad de la familia y la escuela, que afirma son los que deben de enseñar a sus hijos y sus alumnos, sobre la nutrición saludable.
También argumenta, que no es la comida rápida, sino el estilo de vida sedentario, con poca actividad física, y muchas horas de televisión, la verdadera causa del incremento de la obesidad.
La industria afirma, que quiere formar parte de la solución del problema, apoyando los programas educativos, y proporcionando formación adecuada a las familias.
El argumento de la libertad y responsabilidad individual, es cuestionado por quienes recuerdan que la estrategia de marketing y publicidad de las compañías de comida rápida, se dirige cada vez más a la infancia.
El representante, posteriormente fue despedido…
Además, es conocido que los niños influyen en las decisiones que toman los adultos sobre determinados productos y marcas.
Para conseguir este fin, las empresas invierten mucho dinero en publicidad, promociones, y patrocinios destinados a que los niños consuman y lo asocien con una experiencia placentera.
Por ello se utilizan juguetes y personajes populares de los dibujos animados, del deporte, de la música, y el cine.
También se patrocinan eventos que tienen que ver con el deporte.
Por ejemplo, McDonald’s ha sido patrocinador de Los Juegos Olímpicos, y de la Eurocopa.
De hecho, el documental enfatiza, que el payaso Ronald McDonald, icono de la cadena, es más conocido por los niños de EEUU, que cualquier otro personaje histórico; aunado a que el modo de aumentar las ventas, era ofrecer mucha más cantidad por sólo algo más de dinero.
A partir de ese momento, el “super size” se convirtió en una fórmula mágica del marketing.
Nacía así, uno de los eslóganes más efectivos de la historia:
El “más por menos”
En el documental, se aborda también si existe suficiente información nutricional para que los consumidores puedan tomar sus decisiones libremente.
Una de las preguntas que formula Spurlock, es cuántos de los establecimientos de comida rápida, tienen información nutricional, y dónde la tienen disponible; y muestra cómo la mayoría de los establecimientos que el protagonista visita, no disponen de folletos ni carteles informativos.
Los “informes nutricionales” de los que habla la empresa, no existen, y tampoco hay “comida sana” en los restaurantes, o es muy cara.
No se le da información a la gente, con lo que no pueden decidir.
Otro aspecto destacado, es el proceso de elaboración y transformación de los alimentos en los establecimientos de comida rápida.
Los alimentos, son sometidos a procesos de alta elaboración en comparación con los restaurantes tradicionales.
Además, el recuento de las sustancias que contienen los productos ofertados, indica que un típico menú de comida rápida, podría contener más de 70 sustancias de las que más de 40 son aditivos, colorantes, aromas, y otras sustancias añadidas de forma artificial.
En una escena del documental, se muestra este proceso de transformación de alimentos, que Spurlock denomina “Frankesteniano”, usando elementos que no se utilizan habitualmente en los restaurantes tradicionales, o en la comida casera.
Mientras tanto, las grandes corporaciones como McDonald’s, Burger King, Coca Cola, Pepsi, y otras, han registrado un aumento sideral de sus ganancias, a la vez que siguen invirtiendo en más y más publicidad para captar la voluntad de la gente, especialmente en los más pequeños, en una especie de “adicción implantada por recuerdos” como las celebraciones de cumpleaños, pero digna de los mejores experimentos del nazismo.
Se sabe que la contemplación de una gran cantidad de comida, estimula el apetito para comer más de lo habitual, sin embargo, algunos expertos en el documental van más allá, y afirman que el sabor dulce e intenso de algunas grasas y azúcares, resulta adictivo para muchas personas.
En todo caso, las personas habituadas a estos sabores, tienen dificultades para “reeducar” su paladar.
Tanto que no es raro que mientras se ve el documental, a uno le den ganas de al menos, una hamburguesa McDonald’s.
Conoceremos también a personajes curiosísimos, auténticos freaks, como un hombre que lleva comidas casi 20.000 Big Mac, y prácticamente se puede decir que vive en un McDonald’s, de hecho, se casó en uno… y también se nos ofrecerán datos objetivos de quienes son los interesados en que esto sea así, y no cambie, en otras palabras, los que se forran con este sistema.
Aparecen unas intervenciones de su novia, ni más ni menos, que resulta ser no solo una chef vegetariana, sino que lo es por una convicción personal, casi diría que pseudoreligiosa sobre los alimentos.
La aportación de esta mujer, muestra un rechazo visceral por McDonald’s, y muestra como alternativa, otra radicalidad de la que otros huyen como la peste:
El no comer de todo.
Como reacción, McDonald’s hizo acciones para mostrar que estaba en contra de Super Size Me, y desacreditarla, incluso creó una página web para contrarrestar los argumentos del documental, y presionó a las cadenas de televisión y medios escritos, para que no lo publicitasen.
¿Y qué hay más atractivo que un reportaje incisivo prohibido?
Sabía perfectamente, que estas acciones no harían más que dar publicidad al no anunciado reportaje.
Pocos meses después, contraatacó sacando una campaña en la cual daba a entender, que había entendido el mensaje del documental, las críticas, y que reaccionaba a ello con nuevos productos más saludables, renovando los actuales, creando campañas contra la obesidad infantil, informando sobre aspectos nutricionales de sus productos, e incluso, haciendo un cambio de imagen de sus establecimientos.
Además, contrató a varios atletas para que dijeran que ellos comían McDonald’s después de las competiciones.
“La nutrición es la última cosa de la que me preocupo.
Como lo que sabe bien.
He estado comiendo McDonald’s para cada comida desde que llegué aquí.
Y creo que me ha ayudado”, dijo Michael Phelps durante Los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008.
McDonald’s, no podía realizar un cambio de imagen si seguía remando en la misma dirección, la corriente de opinión de la gente, era demasiado fuerte como para aceptar un cambio porque sí.
Necesitaba reaccionar contra algo para dar solidez y un pretexto a un cambio de rumbo en la calidad de sus productos.
Si no existe la causa, debemos crearla.
Super Size Me, pese a lo que pueda parecer a priori, no es un documental anti McDonald's; Morgan Spurlock arremete contra esta cadena de hamburguesas, porque representa el mayor porcentaje de venta de comida rápida en el mundo.
Muy acertadamente, la crítica no se centra únicamente en el gigante de las hamburguesas, sino que hace un interesante análisis acerca de la alimentación en uno de los países con mayor índice de obesidad y problemas derivados de ello del mundo.
Más trágico todavía, es ver la presión que las multinacionales de la alimentación están ejerciendo en La Organización Mundial de La Salud, para evitar que informes y estudios referentes a estos efectos del azúcar, no sean publicados.
Es verdad, no sabemos ni queremos comer bien, y no es un problema de información, en muchos casos, es simplemente gula, que es, quizás, lo que le falta por decir a este documental.
Capítulo aparte, merece analizar lo tramposo que resulta el experimento:
Es indudable que evidentemente comer siempre en “fast foods” resulta dañino para la salud, pero también es evidente que hacerlo 3 veces, durante 30 días, resultaría perjudicial incluso si en lugar de Big Mac, se comiera sólo lechuga.
Quizás hubiera sido un experimento más realista, si se hubiera ajustado a comer lo que el estadounidense medio, es decir 3 o 4 veces por semana.
Claro está que a veces la realidad está reñida con el espectáculo, y por tanto, el resultado no hubiera sido tan espectacular, ni hubiera tenido tanta resonancia.
Super Size Me, puede que no sea objetiva, no es científica ni rigurosa, pero sí ha servido para dar la voz de alarma, para que El Imperio de McDonalds se tambaleara, y para que muchos se replanteen, qué está haciendo el hábito de la comida rápida con su organismo y su calidad de vida, bien vale el visionado.
El director de Super Size Me, al final se declara satisfecho del resultado obtenido con su experimento.
Considera que su denuncia puede ser útil para el 60% de la población estadounidense que sufre sobrepeso u obesidad.
La conclusión es que la gente no le importa a las grandes empresas, sólo la voluntad y satisfacción de los accionistas.
No importa si los humanos terminan en el hospital, o en el cementerio.
El Estado tampoco colaboró demasiado:
En 2004, declaró “ilegales” las demandas contra las empresas alimentarias.
Como curiosidad, en Super Size Me, la última línea de crédito dice:
“Con muy especial agradecimiento al proveedor de seguros de mi ex esposa, por cubrir todos los costos médicos.
¡Gracias por co-pagar!”
Y entre las muchas personas y entidades que se agradecen al final, está La Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Otro dato extra de Super Size Me, es que Morgan Spurlock también filmó otra demostración que él llamó “The Smoking Fry” que solo se puede observar en las características especiales de la película en DVD.
En esta demostración, Spurlock deja alimentos de McDonald's, unas patatas fritas, un Big Mac, un Filet-O-Fish, McGrill de Pollo, y un Cuarto de Libra con queso, junto con una hamburguesa y patatas fritas de un restaurante tipo “slow food” o de comida lenta; en frascos, con el fin de ver el ritmo al que las diferentes comidas se descomponen.
La hamburguesa y las patatas fritas del restaurante alternativo, fueron descompuestas rápidamente, al igual que la mayoría de los alimentos de McDonald's, con la excepción del Big Mac y las patatas fritas.
El Big Mac duró 5 semanas, después de 10 semanas, Super Size Me sostiene que las patatas fritas todavía no habían empezado a descomponerse, y fueron arrojados por un interno, debido al mal olor de los McSandwiches, pero de acuerdo a un experimento sin relación, difundido en YouTube, presentado por Diet.com, una mujer guardó 4 años atrás, unas patatas fritas de McDonald’s, que no habían empezado a descomponerse…
También hay escenas eliminadas, como 13 sacos de basura acumulada en 30 días en el garaje de un McRestaurante, etc.
Y no todo fue un final feliz, más allá de la recuperación de la normalidad de la salud del realizador, es que su aquí novia, dejó de serlo en 2011.
Y ella, en 2013, anunció que ya no sigue la dieta vegana…
Aunque lo que me parece alarmante, es que 5 años después del estreno de Super Size Me, todavía hay gente que entra a comer en McDonald's.
“After six months of deliberation, Judge Robert Sweet dismissed the lawsuit against McDonald's.
The big reason?
The two girls failed to show that eating McDonald's food was what caused their injuries”
Sin poder afirmarse que la obesidad y sus enfermedades consustanciales sean causadas únicamente por la ingesta de “comida basura”, sí cabe afirmar que es un factor principal del actual problema de obesidad infantil, o del agravamiento de otros problemas de salud, al que se suma esta mala práctica nutricional.
La obesidad infantil, es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.
El problema es mundial, y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano.
La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante; y se calcula que en 2010, había 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones, viven en países en desarrollo.
Los niños obesos y con sobrepeso, tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta, y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas, enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas, son en gran medida prevenibles.
Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.
El gran poder de la influencia publicitaria, crea un desplazamiento de valores nutricionales que cualquier niño necesita en su desarrollo, causando así los problemas antes mencionados.
La “comida basura” en sí, es una mercancía, que a los ojos de las industrias debe venderse a gran escala para obtener lucro de ella; no importa el valor nutricional de la misma, sino la mayor cantidad de ventas posible.
Eso es lamentable.
Los consumidores deben alimentarse en forma responsable, y cuidarse a sí mismos, sin dejarse llevar por publicidades ni “cantos de sirena”, ya que las grandes corporaciones no piensan por la gente, y sí por sus ganancias.
Al entenderlo, entendemos el funcionamiento de un mundo que promueve la enfermedad y la adicción, y deja al Estado la responsabilidad de curar lo que el afán de ganancias ha enfermado.
Es curioso el tema que muestra Super Size Me, puesto que si antes los pobres eran delgados, y los ricos unos gordos; ahora los gordos son los pobres que no pueden permitirse comprar alimentos ecológicos, por lo que son carne de cañón de la mafia “fast-food”, y están muy jodidos en salud, enriqueciendo a las farmacéuticas, y llenando hospitales, en otras palabras, generando gente enferma.
No es de extrañar para nada, sabiendo que en EEUU es más barato la Coca Cola que el agua, es porque son esclavos de la dictadura del dinero.
Una pena que así también lo sea en el resto del mundo.
¡Ojo!
“If you decide to keep living this way, go ahead.
Over time, you may find yourself getting as sick as I did”
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