Waco: The Rules Of Engagement

“If the Bible is true, then I'm Christ”

El escándalo de La Rama Davidiana, antecedió a la voladura del edificio federal de Oklahoma, al caso O.J. Simpson, al affaire Clinton-Lewinsky, a los atentados del 9/11, y a las invasiones a Afganistán e Irak.
Aquella historia sectaria, mantuvo al mundo en vilo durante 51 días.
Lo que empezó siendo una tragedia confusa, y más bien pequeña; derivó en masacre.
Desde entonces, EEUU es otro país; y pocos recuerdan que el apocalipsis yanqui comenzó en Waco, Texas, un 19 de abril de 1993.
Waco, es una ciudad ubicada en el condado de McLennan en el estado estadounidense de Texas.
La ciudad fue fundada en 1849 por George B. Erath, quien había pensado llamarla “Lamartine”, para luego escoger un nombre basado en el nombre de la tribu que ocupaba el espacio antes de los blancos, los huaco; y 144 años después, Waco fue noticia mundial.
Vernon Wayne Howell, fue el líder de Los Davidianos, una secta religiosa, quienes lo consideraban su profeta final.
Los Davidianos Adventistas del Séptimo Día, también conocidos como Los Davidianos o “Vara del Pastor”, son un movimiento protestante, surgido de Los Adventistas del Séptimo Día, los cuales a su vez, eran un movimiento disidente de La Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Los Davidianos creen que, lo dicho en La Biblia, especialmente en Joel 2:28, “el don de la profecía, se manifestaría en el tiempo final de la historia de este mundo”; y consideran que este don se manifestó en Elena Harmond de White, más conocida como Ellen G. White, quien desde el año 1844 hasta su muerte en 1915, afirmó recibir visiones y sueños provenientes de Dios, para dirigir a su iglesia en los últimos tiempos antes del regreso de Jesús.
A la muerte de Elena White, muchos seguidores sintieron la llamada para sustituirla y proseguir con las manifestaciones de su “don profético”, y amonestar a la iglesia remanente en el tiempo final; uno de los que consideran haber recibido este don profético, fue Victor T. Houteff, un miembro de los adventistas del Séptimo Día que vivía en los Estados Unidos.
Pero el Hermano fue desfraternizado de La Iglesia Adventista del Séptimo Día, y este se dedicó a dar forma a una nueva organización:
El Movimiento Davidiano o Vara del Pastor, donde pudiera llevar adelante la enseñanza de sus nuevas creencias, que decía, le eran comunicadas por El Espíritu Santo; por lo que se trasladó con otro grupo de creyentes a Waco, Texas, donde construyó El Centro Monte Carmelo, en referencia al Monte Carmelo bíblico desde donde se dirigía la nueva organización.
Pero Houteff muere en Waco en 1955, y comienza una lucha sucesoria entre sus seguidores, siendo elegido como nuevo líder de la organización, El Hermano Benjamin Roden, quien dirige el grupo hasta su muerte en 1978, pero por conflictos internos de la organización, ésta se divide en 2 grupos:
Uno seguidor de George Roden, hijo de Benjamin; y otro a cargo del Hermano Vernon Howell, quien se considera sucesor del Hermano Victor T. Houteff en el don profético, y nuevo líder espiritual del movimiento Davidiano, ahora con nuevos poderes, ya que se considera el sucesor espiritual del Rey David, de acuerdo con lo profetizado por el profeta Isaías, y se cambia el nombre por el de David Koresh, bajo el que dirige su grupo en El Centro Monte Carmelo.
Los Davidianos, se caracterizaron por su desconfianza hacia el mundo exterior, al cual veían como una amenaza, sin embargo, son personas comunes, pero muy peculiares y sinceras, visten de una manera conservadora, y siempre están tratando de llevar todo en el orden literal bíblico en cuanto a creencia y práctica se refiere.
Las damas, regularmente se cubren su cabeza al momento de entrar en un momento de adoración, no importando el lugar o las circunstancias, usualmente oran de rodilla en los momentos de adoración, y practican el vegetarianismo, a menudo se les hace llamar como secta, y confundirlos con la rama davidiana de David Koresh, que dicho grupo, a raíz de las enseñanzas de su líder, se motivaron para acaparar un gran arsenal de armas de fuego.
Dicho motivo, fue excusa para que se llevara a cabo La Masacre de Waco.
Vernon Wayne Howell, nació en Houston, Texas; era hijo de una madre soltera de 15 años, llamada Bonnie Sue Clark, y de Bobby Howell, de 20 años.
La pareja nunca se casó; y 2 meses después de que Vernon naciera, su padre conoció a otra adolescente, y abandonó a Bonnie Sue.
Vernon, nunca conoció a su padre, y su madre empezó a convivir con un alcohólico violento.
En 1963, la madre abandonó a su novio, y dejó a su hijo de 4 años bajo el cuidado de su madre, Earline Clark.
Vernon describió su infancia como solitaria, y se ha sostenido que, cuando tenía 8 años de edad, fue violado por un grupo de muchachos mayores.
Disléxico, y con un pobre desempeño académico, Vernon abandonó los estudios secundarios en el penúltimo año; sin embargo, a los 11 años de edad, había memorizado por completo El Nuevo Testamento; y cuando tenía 19 años, tuvo una relación con una muchacha de 15, quien quedó embarazada.
Vernon declaró, haber nacido nuevamente cristiano en La Convención Bautista del Sur, y pronto se unió a la iglesia a la que asistía su madre, La Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Allí se enamoró de la hija del pastor, y mientras oraba en busca de guía, presuntamente abrió los ojos, y encontró La Biblia abierta en el Libro de Isaías 34, en la que leyó que “a nadie le debía faltar una compañera”, aunque al revisar el mencionado capítulo, no se encuentra en él nada referente a que debía tener una compañera…
Convencido de que se trataba de una señal de Dios, se acercó al pastor, y le dijo que Dios quería que tomara a su hija como esposa.
El pastor lo echó y, como persistió acosando a su hija, lo expulsó de la congregación.
En 1981, Vernon se mudó a Waco, en el condado de McLennan en Texas, donde se unió a Los Davidianos
Cuando él tomó el control del grupo, cambió su propio nombre por el de David Koresh, evocando los reyes bíblicos David y Ciro “کوروش” o “Kurosh”
En 1983, Koresh empezó a afirmar que había recibido el don de la profecía.
Se especula, que Koresh habría iniciado una relación sexual con Lois Roden, la profetisa y líder de la secta que tenía 76 años para entonces; y justificó su relación, al sostener que Dios lo había elegido para engendrar un hijo con ella, quien se convertiría en “El Elegido”
Roden, permitió a Koresh, comenzar a enseñar su propio mensaje, lo que originó controversia en el grupo.
El hijo de Lois Roden, George Roden, pretendía ser el próximo líder del grupo, y consideró que su posición de liderazgo estaba amenazada por Koresh.
Ofendido por la relación de Koresh con su anciana madre, presentó una demanda en una Corte Federal, en que alegaba que Koresh había violado a Lois, y le había lavado el cerebro al volverla en su contra.
Pero todo cambió cuando Koresh anunció que Dios lo había instruido para que se casara con Rachel Jones, y desde entonces hubo un corto período de calma en Monte Carmelo.
En la lucha por el poder, George Roden, quien alegaba tener el apoyo de la mayoría del grupo; forzó a Koresh junto a su grupo, fuera de la propiedad a punta de armas.
Debido a estos disturbios, un grupo liderado por Charles Joseph Pace, se separó de Los Davidianos, y se mudó a Gadsen, Alabama.
Koresh, y unos 25 seguidores, acamparon en Palestine, a 140 kilómetros de Waco, donde vivieron bajo duras condiciones en vehículos y tiendas de campaña, durante los siguientes 2 años.
Durante este tiempo, Koresh emprendió el reclutamiento de nuevos seguidores en California, el Reino Unido, Israel y Australia.
En 1985, Koresh viajó a Israel, donde dijo, tuvo una visión de que era el Ciro II, “El Grande Moderno”
Mientras que el fundador del movimiento davidiano, Victor T. Houteff, quería ser el instrumento de Dios, y establecer un reino Davidiano en Jerusalén.
Por lo menos, hasta 1990, Koresh creyó que el lugar de su martirio, sería Israel; pero, para 1991, estaba convencido de que su martirio sería en los Estados Unidos.
En lugar de Israel, creía que las profecías de Daniel, serían cumplidas en Waco, y que El Centro Monte Carmelo, era el reino Davidiano.
En Palestine, Texas, Koresh trabajó para que todos estuvieran forzados a depender de él, y solo de él.
Todos los vínculos previos, familiares o de otro tipo, no significaban nada.
Su razonamiento era, que si no tenían a nadie de quien depender, estaban forzados a depender de él, y eso los hizo vulnerables.
Para esta época, ya había empezado a dar el mensaje de su propia misión mesiánica, proclamando que era “El Hijo de Dios”, “El Cordero que abriría Los Siete Sellos”
El grupo, apocalíptico, consideraba que vivía en un momento en que las profecías cristianas del juicio final, estaban por llegar.
De hecho, también era la época en que todo movimiento apartado de una religión, era una secta, y ésta estaba relacionada a homicidios satánicos rituales, procedentes, entre otras cosas, de la música rock…
Pero Koresh apoyaba sus creencias, con interpretación bíblica detallada, interpretando todo el contenido de La Biblia a través del Apocalipsis.
Y autoproclamado como la reencarnación de Cristo tenía, como tal, acceso a placeres vetados para los demás miembros, como las jóvenes adolescentes, a la buena comida, y a la cerveza.
Cuando Lois Roden falleció en 1986, hasta entonces, Koresh había estado predicando que la monogamia era la única forma de vida, pero de repente anunció que la poligamia le estaba permitida.
En marzo de 1986, Koresh tuvo relaciones sexuales por primera vez con Karen Doyle, de 14 años de edad, a quien tomó como su 2ª esposa.
En agosto de 1986, Koresh comenzó una relación secreta con Michele Jones, la hermana menor de su esposa, de 12 años de edad.
En septiembre de 1986, Koresh empezó a predicar que tenía derecho a tener 140 esposas, 60 mujeres como sus “reinas” y 80 como concubinas, sobre la base de su interpretación del “Cantar de Los Cantares”, bíblico.
Y es que David Koresh, también impuso el Rock'n'Roll, como forma de comunión con El Divino.
Los seguidores que sobrevivieron al particular Armagedón que ocurrió en Waco, cuentan que las obsesiones de Koresh eran 3:
La Biblia, de la que tenía un conocimiento casi enfermizo; el sexo y el rock como medio para obtener sexo.
En la secta davidiana, esta particular “Sagrada Trinidad”, se traducía en largos sermones de Koresh a sus fieles, en los que introducía versículos de producción propia, acerca de la conveniencia de tener armas.
En aumentar el número de sus esposas, la menor de ellas de 10 años; y en obligar a sus fieles a asistir a sus progresos con la guitarra, en una sala del rancho decorada con posters de Megadeth y Ted Nugent.
Su manager artístico, era un tal Steve Schneider, cuya misión no era nada sencilla:
Contactar con los representantes de Madonna, Joe Satriani o Mick Jagger, según las ordenes textuales de Koresh, para convencerles de las “divinidades musicales del líder davidiano”
Nada de esto prosperó, ya que el acoso sobre los davidianos era cada vez mayor, debido al arsenal del que hacían gala, a su caótica visión del fin del mundo, y la poligamia de Koresh.
Koresh, había llegado a dirigir su secta a través del matrimonio con Rachel Jones, hija de uno de los dirigentes de la misma, y al que arrinconó enseguida, sustituyéndolo en la cima jerárquica.
Así, de todas partes, llegaban nuevos adeptos ganados por la persuasiva doctrina de un David Koresh, que estaba armado hasta los dientes, dentro de lo que sería su gran mausoleo en Waco.
Previamente, había efectuado compras de armas por valor de más de $250.000, según él, para “estar preparados llegado el momento del acoso del mal”
En vísperas de la tragedia, y en el que sería su último refugio, Koresh había reunido junto a él, a numerosos adultos, pero también a un buen número de niños, y con unos y otros, se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable, el rancho Monte Carmelo.
El primer encontronazo, había tenido lugar el 28 de febrero de 1993, cuando las autoridades, tardíamente preocupadas por el cariz que tomaba el asunto, decidieron pasar a la acción, acusando a los davidianos de tenencia masiva de armas, y de abusos sexuales para con los niños que mantenían a su lado.
Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces, un primer balance de 4 agentes muertos, y una decena de sectarios abatidos.
Ese día, El Departamento de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (AFT) de Estados Unidos, organizó la redada en el rancho; y cuando el gobierno de los Estados Unidos intentó confiscar las armas ilegales de la secta, comenzó un tiroteo que más tarde derivó en un incendio que acabaría con la vida de Koresh, de 33 años, y decenas de sus seguidores.
Estas personas, tenían una gran cantidad de armas automáticas, cuya posesión está permitida por la ley de Texas, y efectuaban prácticas de tiro.
En 1994, las autoridades federales, tras recibir información de que estaban produciendo ametralladoras, decidieron abrir una investigación.
A final del mismo año, sospechando que la secta había convertido ilegalmente, armas semiautomáticas en automáticas, se abrió una caja destinada a los davidianos, que resultó contener granadas de mano.
La caja, volvió a ser cerrada y entregada, pero se usó como prueba para obtener una orden judicial contra la secta.
Los agentes se acercaron al rancho en camiones camuflados, como camiones de ganado, y de alguna manera, comenzaron los disparos.
No existe un acuerdo, sobre quién disparó primero o por qué.
Hubo imágenes retransmitidas mundialmente por equipos de televisión invitados por los agentes.
Los miembros de la rama davidiana, habían fortificado la zona, y la policía no logró asegurarla, por lo que finalmente, tras retirarse, intentaron establecer contacto con Koresh.
El FBI tomó el mando poco después del ataque inicial y, durante los siguientes 51 días, se intentó presionar a los miembros para que se rindieran.
La zona comenzó a ser aislada, y se usaron amplificadores para hacer llegar sonidos al edificio, usando una táctica de guerra psicológica.
Los davidianos, usaron pancartas desde lugares altos, pidiendo la ayuda de personas ajenas a las fuerzas gubernamentales.
Koresh, herido de gravedad por un disparo en el costado, y los hombres más cercanos a él, intentaron negociar con los agentes.
Los davidianos produjeron cintas de vídeo, en las que niños sentados cerca de Koresh, preguntaban a la policía, entre otras cosas, si vendrían a matarlos.
Los agentes no estaban preparados para luchar contra el entusiasmo religioso de los miembros de la rama davidiana...
Finalmente se siguieron las recomendaciones de oficiales veteranos del FBI, para proceder con el asalto final, usando de excusa, el abuso de niños dentro del complejo asediado.
Vehículos armados con armas de gas, se acercaron al edificio, y derribaron uno de los muros.
Algunos de los miembros de la secta de los davidianos, caídos desde las ventanas, fueron inmediatamente arrestados por agentes del FBI, pero la mayoría seguían dentro, mientras el ataque era retransmitido mundialmente.
El gobierno declaró, que el fuego fue intencionadamente provocado por Koresh y sus seguidores, como “un acto suicida”; pero los supervivientes aseguran, que fue causado por las granadas de gas inflamable que el FBI arrojó al interior del edificio.
El hecho de que se negase el acceso a las cámaras al interior del edificio en llamas, hasta después de que se extinguieran, ha llevado a muchos a cuestionar seriamente los motivos del FBI.
El FBI asegura, que no se les permitió entrar, debido al peligro de explosivos en el incendio, y de posibles armas de fuego de los miembros supervivientes.
Koresh, junto con 54 adultos y 21 niños, fueron encontrados muertos después del incendio.
Un periódico de Texas, había investigado informes según los cuales, Koresh había abusado de niños en el rancho, y estaba en proceso de publicar una serie de alegatos cuando el grupo fue cercado.
Koresh, era abiertamente partidario de la poligamia en su propio caso, y algunos otros miembros selectos del grupo.
Su grupo, fue llamado “secta” en ocasiones, debido a su estructura autoritaria.
Supervivientes de la redada, antiguos miembros y familiares de miembros, han dado información muy diversa con respecto a las creencias, prácticas y conducta del grupo.
El final, tuvo lugar el día 19 de abril de 1993.
Cuando los asaltantes lograron abrirse camino por entre las llamas que ya consumían el edificio del rancho, ante su vista, aparecieron confundidos y mezclados, los cuerpos carbonizados de la mayoría de los seguidores de Koresh, incluido este mismo, que presentaba un solo disparo en la frente.
Las autopsias revelaron, que algunas de las mujeres y niños encontrados bajo los restos de un muro de cemento de un almacén, murieron de heridas en el cráneo.
El muro, fue derribado por uno de los vehículos que penetraron la estructura, mientras esparcía químicos “no letales”
Fotografías de algunas de las autopsias, muestran cuerpos de niños en poses espásmicas, más parecidas a la intoxicación por gas…
El balance final de muertos, dentro de Monte Carmelo, fue de 69 adultos y 17 menores, muchos de ellos, calcinados.
La versión oficial de la policía, hablaría de que fueron los mismos davidianos los que provocaron el incendio, en un aquelarre de suicidio colectivo.
Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de las tanquetas federales que habrían provocado la inflamación del queroseno y, a su vez, habrían trasladado las llamas al interior del rancho.
¿Eso sucedió realmente?
¿Los Davidianos eran así de peligrosos como para que el gobierno montara una masacre?
“Rodney King We Understand”
Waco: The Rules Of Engagement es un documental del año 1997, dirigido por William Gazecki.
Protagonizado por David Koresh, Dan Gifford, Clive Doyle, Jack Harwell, Dick J. Reavis, James D. Tabor, David Thibodeau, Joe Biden, Bill Clinton, Howard Coble, John Conyers, Graeme Craddock, Orrin G. Hatch, Jim Jones, Tom Lantos, Janet Reno, Bob Ricks, Steven Schiff, entre otros.
El guión es de William Gazecki, Dan Gifford, y Michael McNulty, basados en el conflicto ocurrido en 1993, entre el grupo de Los Davidianos, una secta protestante apocalíptica conducida por David Koresh, y El FBI de los Estados Unidos.
El documental estuvo nominado al premio Oscar como mejor documental; y fue encabezada por el activista de La Segunda Enmienda, convertido en cineasta, Michael McNulty, quien pasó 28 meses, y gastó $400.000 en el desarrollo del documental.
Posteriormente, el ex reportero de noticias comerciales de CNN, Dan Gifford, y su esposa, Amy Sommer Gifford, llegaron como coproductores, suministrando casi $1 millón.
El director William Gazecki, se unió a McNulty para viajar por el país para entrevistar y filmar a los participantes del documental; mientras Gifford, Gazecki y McNulty, escribieron el guión.
La película resultante, con narración de Dan Gifford, combinó cintas de negociación del FBI, videos caseros de David Koresh y los davidianos, imágenes de las audiencias del Congreso sobre Waco, y extensas entrevistas con sobrevivientes, representantes de la policía, investigadores independientes, académicos y científicos.
La película pintó un cuadro oscuro de las acciones sobre la aplicación de la ley, acusando a los agentes del FBI, de disparar contra el edificio davidiano, el 19 de abril de 1993; pero debido a una pelea entre Michael McNulty, y Dan y Amy Gifford, por los diferentes cortes de este documental, la versión disponible hoy en video, es un corte de 135 minutos.
Por lo que Michael McNulty continuaría su versión con “Waco: A New Revelation” (1999) y “The F.L.I.R. Project” (2001)
Este controvertido documental, trata sobre el enfrentamiento entre un grupo cristiano ortodoxo, Los Davidianos, bajo la dirección del joven y carismático David Koresh; y el FBI y la ATF, en Waco, Texas, de febrero a abril de 1993.
Y presenta un giro diferente al evento, dado por el gobierno de los Estados Unidos, que sostenía que Los Davidianos provocaron el incendio que destruyó su centro, y mataron a la gran mayoría de ellos, el 19 de abril de 1993.
Para la producción de Waco: The Rules Of Engagement, se usó de material de archivo, de los 51 días de sitio, las audiencias en El Congreso para la investigación de lo sucedido, entrevistas a las personas que participaron en todos los aspectos del sitio, y de los expertos técnicos, psicológicos y religiosos; por lo que Waco: The Rules Of Engagement sugiere, que Los Davidianos no eran una secta, sino un grupo religioso válido, que ejerció La Primera Enmienda Constitucional de Las Libertades, siendo víctimas de la ineptitud de un ataque del ATF, diseñado para darle a la agencia, una atención positiva, o limpia de imagen, y más tarde, el cruel y metódico trabajo del FBI, que sobre vio el asesinato de los Davidianos, y luego fue encubierto con rapidez ...
En realidad, el incidente crucial de Waco: The Rules Of Engagement, es el del 28 de febrero, y todo lo demás fue una trágica consecuencia.
La Primera Enmienda a La Constitución, “garantiza el derecho a alabar a Dios de acuerdo a lo que le dicte la conciencia del individuo”, pero el gobierno ignoró completamente ese derecho en la masacre de Waco…
Según los organismos oficiales, fueron ellos mismos quienes iniciaron el incendio a modo de suicidio colectivo; algo que nunca se pudo demostrar; por lo que Waco: The Rules Of Engagement induce al menos a una reevaluación de esas historias, tal vez incluso una comprensión de que el gobierno de EEUU, mintió en su papel en este asunto.
Las razones que llevaron a que se produjera semejante situación, aún se encuentran veladas por el más profundo de los misterios.
¿Se debió la tragedia, a un cúmulo de errores por parte de las tropas federales?
¿O fue algo premeditado, una especie de ensayo general del procedimiento para quitar de la circulación a grupos disidentes armados, potencialmente peligrosos, como las milicias de extrema derecha?
¿Hubo algo más, político, social, religioso, “personal”, que no sabemos?
“I am more willing to come out when I get my message from my commander”
Waco: The Rules Of Engagement es un documental de gran calidad, no técnica pero si narrativamente, como metódica y convincente, que desarrolla cómo el gobierno estadounidense, no David Koresh, fue el causante del incendio fatal que consumió el rancho de los davidianos, en abril de 1993.
Se trata de un poderoso alegato, que a lo largo de 2 horas, presenta al público todas aquellas pruebas, cuya existencia había sido negada hasta el momento por las agencias federales implicadas en el suceso.
El estreno de Waco: The Rules Of Engagement, tuvo lugar el 18 de enero de 1997, en el marco del Festival de Cine Independiente de Sundance, en Park City, Utah.
Y automáticamente, dada su altísima calidad documental, obtuvo un clamoroso éxito de crítica y público; y recibió el espaldarazo definitivo, cuando en febrero de 1998, fue nominada por La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, para el Oscar al mejor documental; y un premio Emmy al mejor reportaje de investigación.
Por su parte, Dan Gifford, productor ejecutivo del documental, declaraba orgulloso ante la prensa:
“Ningún medio de comunicación nacional, ha dicho nada de la vergonzosa actuación del gobierno en el incendio del rancho de los davidianos, ni de cómo éstos fueron tiroteados con ametralladoras y fusiles de precisión, cuando intentaban salir del edificio en llamas; tal y como se muestra claramente en el video de vigilancia aérea del propio FBI, y que está incluido en el documental”
El llamado también “Holocausto de Waco”, ocurrió bajo la presidencia de Bill Clinton, con Janet Reno y Wesley Clark, en papeles secundarios.
Cabe señalar, ya entrado en los hechos, que a pesar de la promesa de David Koresh de rendirse, una vez concluida su explicación por escrito sobre el significado de “Los Siete Sellos”, el FBI y el Ejército, atacó.
El documental de McNulty, presentó imágenes aéreas que, vistas en infrarrojo, parecen mostrar que el FBI disparó en el interior del complejo durante el asalto del 19 de abril.
También mostró cartuchos de granadas pirotécnicas, que habrían sido lanzadas el último día, pudiendo éstas, ser las causantes del incendio.
Hay un punto donde las críticas son unánimes:
El ATF, del FBI, y del Departamento de Justicia actuaron con negligencia extrema.
Los cuestionamientos que encabezan la lista son:
Trabajos de inteligencia pobres, errores en los juicios, declaraciones poco claras, mentiras, y encubrimientos.
Pero las sospechas llegaron más allá:
Rozaron desde la ATF, hasta funcionarios locales, desde oficiales del FBI hasta La Procuradora General del Estado, Janet Reno, y El Presidente de La Nación, Bill Clinton.
El 19 de Abril de 1993, en un rancho asentado en las llanuras de Waco, Texas, los miembros de la secta conocida como los davidianos, fueron prácticamente masacrados, en lo que constituye posiblemente, la intervención más vergonzosa de la historia policial estadounidense, ya de por sí violenta.
Cuando por fin se despejó el humo del voraz incendio que se cebó en el rancho Monte Carmelo, casi 90 civiles yacían muertos, carbonizados entre las ruinas.
La matanza había sido dirigida por los responsables de La Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), y requirió la intervención de más de un centenar de agentes venidos de diferentes puntos de Estados Unidos, y que habían recibido entrenamiento militar en Fort Hood para la ocasión.
Llegaron hasta el lugar del asalto, en un convoy de 60 vehículos, apoyado por 3 helicópteros de La Guardia Nacional, un avión de combate, y vehículos blindados.
¿Era necesario tanto despliegue?
La matanza de Waco, fue debida más que al fanatismo de los davidianos, a la negligencia y saña de las tropas federales.
Los davidianos, tendieron una emboscada a los federales, y para entonces, David Koresh había recibido una misteriosa llamada telefónica anónima, avisándole de la llegada de los agentes federales, una llamada en la que se le advertía, que más que una redada, aquello iba a ser una masacre, ya que los agentes tenían órdenes de “disparar primero, y preguntar después”
Durante el asedio, con las mismas técnicas que ya habían empleado para sacar a Manuel Noriega de su fortaleza panameña, los federales apelaron a toda una variedad de elementos de guerra psicológica contra los sitiados.
Y está filmado, cómo los federales dispararon contra las personas que intentaban escapar de las llamas.
Posteriormente, durante el proceso judicial, presuntamente se manipularon las pruebas para encubrir presuntas actuaciones criminales por parte de las autoridades.
¿Todo esto pasó?
El Presidente de entonces, Bill Clinton, dijo en conferencia de prensa, que la masacre de los davidianos, debe servir de ejemplo para todos aquellos que están pensando unirse a alguna secta o culto.
Ellos llaman “secta” o “culto”, a cualquier grupo religioso que no está “registrado” con El Estado.
Pero La Masacre de Waco sirvió para despertar a mucha gente sobre la realidad de que el gobierno de EEUU, se encuentra bajo el control de Roma, por medio de los jesuitas infiltrados, en la que fuera una nación protestante, comenzando por el propio presidente…
En otro orden de cosas, la masacre también tiene cierta relación con la tragedia ocurrida en Jonestown, Guayana, 15 años antes, ya que ambas fueron vendidas a la opinión pública, como “sendos suicidios masivos cometidos por sectas”, y sobre ambos pesa la sospecha de que la verdad pudo ser sutilmente distinta.
Como en el caso del suicidio de Jonestown, tras la tragedia de Waco, la versión oficial de los hechos, se asentó en la opinión pública con asombrosa rapidez, no dejando prácticamente espacio informativo para el planteamiento de otras hipótesis.
Las palabras clave de esta liturgia, se repetían hasta la náusea en los medios de comunicación:
Secta, pedofilia, comuna, fanáticos, suicidio en masa, sociópatas...
Así, la opinión pública quedaba condicionada por los medios de comunicación, estableciendo una suerte de reflejo “pavloviano” que provocaba que cualquier mención de lo sucedido en Waco, tuviera como respuesta la imagen mental de un grupo de fanáticos auto inmolándose en medio de las llamas.
Para Jack Harwell, el sheriff del condado de McLennan:
“Lo que allí había, era un puñado de mujeres, niños y personas mayores, todos ellos buenos, buena gente.
Tenían creencias diferentes de los otros, creencias diferentes de las mías, quizá.
Creencias diferentes de las que rigen nuestro estilo de vida, sobre todo en las religiosas, pero básicamente eran buena gente.
Los visitaba frecuentemente, y no daban ningún problema, eran gente casada, que siempre andaba ocupada en sus propios asuntos.
La comunidad jamás tuvo queja de ellos, siempre se mostraban solícitos y atentos.
Me gustaban”
Pero a lo largo de las 6 semanas que duró el asedio de la ATF y el FBI, al rancho de los davidianos, los medios de comunicación se llenaron de testimonios de agoreros y avisos apocalípticos, que anunciaban el inminente suicidio de los davidianos.
Todo ello contribuía a dar al cada vez más inminente asalto de las tropas federales, el aura de una intervención humanitaria destinada a evitar una tragedia aún mayor.
Durante el asedio, volviendo a utilizar las técnicas que ya habían empleado para sacar a Manuel Noriega de su fortaleza panameña, los federales apelaron a toda una variedad de elementos de guerra psicológica contra los sitiados:
Potentes altavoces, emitían día y noche sonidos enervantes como chillidos de conejos al ser degollados, cantos de monjes tibetanos, villancicos, el rugir de aviones de reacción y, sobre todo, la repetición una y otra vez, de la canción de Nancy Sinatra, “These boots were made for walking”
No es de extrañar, que con estos planteamientos, el operativo recibiera el nombre en clave de “Show Time”
La estrategia del asedio, demostró ser tan extravagante, como poco apropiada.
El sentido de persecución, es la clase de argamasa que mantiene unidas a las personas que pertenecen a grupos atípicos.
Perversamente se les ofrece la prueba de que “son especiales”, haciéndoles pensar que el “odio” del mundo es para ellos, prueba del amor de Dios.
La machacona melodía de Nancy Sinatra, y los cantos tibetanos, no hacían sino reforzar la fe de quienes vivían en el campamento davidiano.
Es fácil imaginárselos sentados en la oscuridad fétida, sin luz ni agua desde hacía días, pero regocijándose de que Dios los había escogido para ser perseguidos.
¿El esperado martirio?
Por las noches, potentes reflectores apuntaban directamente a las ventanas del rancho, para dificultar aún más el descanso de los sitiados.
Las tropas federales, ni siquiera tuvieron un mínimo rasgo humanitario, cuando el propio David Koresh les suplicó que les suministraran leche materna para poder alimentar a los bebés, ya que el estado de malnutrición en el que se encontraban las madres, imposibilitaba que pudieran alimentarlos adecuadamente, dándoles el pecho.
Linda Thompson, abogada de los davidianos, intentó interceder ante los sitiadores con las siguientes palabras:
“Por el amor de Dios:
¿Acaso el gobierno de Estados Unidos quiere que esos niños mueran de inanición?”
La respuesta que recibió, la dejó helada, y le hizo comprender que a duras penas, sus clientes saldrían sin vida de aquel rancho:
“Sí”
El asedio en sí, se desarrolló con una inusitada dureza:
El día que comenzó el cerco, uno de los davidianos, Mike Schroeder, había dejado el rancho por la mañana para ir a trabajar como de costumbre; incluso se cruzó con el convoy policial sin que los agentes hicieran nada por detenerlo.
Hasta bien entrado aquel día, Schroeder no supo nada de lo que estaba sucediendo en el lugar donde vivía.
Cuando intentó volver a casa, fue asesinado por la espalda, por no menos de 11 agentes mientras intentaba escalar la verja metálica.
Su cuerpo acribillado, quedó allí colgando durante días, a la vista de su esposa e hijo, que estaban dentro de la casa.
Los federales, finalmente lo quitaron de la verja, empleando un gancho manejado desde un helicóptero, y dejándolo caer en un campo cercano al rancho, donde fue devorado por los perros salvajes y los buitres...
Los sitiados, recibían a diario mensajes contradictorios por parte de sus sitiadores.
Por un lado, el FBI instaba a los ocupantes del rancho a deponer las armas, y salir pacíficamente del recinto.
Sin embargo, el 17 de abril, el portavoz de la ATF declaraba, que cualquiera que intentara abandonar el complejo, sería considerado una amenaza potencial para los agentes, y como tal, se dispararía contra él, algo que pudo comprobar en carne propia, uno de los davidianos, que aquella noche intentó abandonar el rancho a través de una de las ventanas de la cocina, y vio frustrado su intento por los disparos de los agentes federales.
El propósito de esta operación, era poner en práctica las más clásicas técnicas coercitivas de lavado de cerebro, minando las facultades mentales de los sitiados, y sometiéndolos a un vacío de información que los hacía cada vez más dependientes de David Koresh y, por tanto, reafirmaba su propósito de resistencia.
Fue el propio FBI, quien por culpa de la aplicación de una metodología errónea, provocó la degeneración de la situación allí planteada.
Eso ya de por sí es grave, pero más aún, si pensamos que en el rancho había mujeres y niños que, a todas luces, debían ser considerados en una situación de este tipo, como rehenes civiles.
Niños que en el dramático desenlace de los acontecimientos, terminaron engrosando la lista de víctimas, niños que fueron torturados durante las 6 semanas de asedio, sufriendo las mismas condiciones inhumanas que sus padres:
Sin luz, agua corriente, o alimentos.
Otro hecho realmente sorprendente, es que documentos recientemente dados a conocer, ponen de manifiesto que los propios psicólogos del FBI, desaconsejaron por completo el empleo de estos métodos.
Por otra parte se alega que el sitio comenzó el 28 de Febrero, cuando los responsables de la ATF, ante los insistentes rumores que apuntaban hacia la desaparición de la agencia, que quedaría absorbida por el FBI, deciden llevar a cabo una operación espectacular, que los devolvería a las primeras planas de los diarios, y serviría para limpiar su imagen.
El objetivo en cuestión, serían los davidianos, los cuales, según los informes que poseía la ATF, estaban acumulando un gran número de armas.
Esto era cierto.
Con la excusa de defenderse ante un eventual ataque de los davidianos expulsados, comenzaron a comprar armas automáticas a destajo, lo cual está permitido por la ley del Estado de Texas, el más permisivo de todos los de la unión, en cuanto a la venta y tenencia de armas.
En 1992, las autoridades federales decidieron investigarlos, porque recibieron información de que estaban produciendo ametralladoras, lo que sí es ilegal en este Estado, aunque más tarde no se pudo encontrar evidencia alguna de la existencia de tales armas.
Curiosamente, de haber sido verdad los alegatos, la pena en el Estado de Texas, por la posesión de una ametralladora sin licencia, es una multa de $200, y la requisa del arma.
No un enfrentamiento tipo “Rambo”
Para colmo, Paul Fatta, uno de los davidianos que vivían en el rancho, era titular de una licencia comercial de clase III, que significaba que legalmente podía vender, comprar o almacenar cualquier clase de arma de fuego.
Fatta, no se encontraba en el rancho el día del asalto, y muy curiosamente compartió con Bin Laden, el ranking de los 10 individuos más buscados por el FBI, con el epígrafe de “armado, y extremadamente peligroso”
Más curioso aún, es comprobar que la única orden de detención que llevaban los agentes de la ATF, había sido emitida contra David Koresh, solamente.
Oficialmente, la ley no tenía nada en contra del resto de los habitantes del rancho.
¿Por qué entonces movilizar un operativo de 100 agentes y 3 helicópteros para una simple detención?
¿Por qué no se arrestó a Koresh en uno de sus muchos viajes al pueblo, o cuando hacía “footing” todas las mañanas?
El propio Koresh, se dio cuenta de esta incongruencia:
“Hubiera sido mejor que me hubieran llamado por teléfono, y hubiéramos hablado.
Yo no hubiera puesto ningún impedimento para que vinieran e hicieran su trabajo.
Podrían haberme arrestado cualquier día mientras hacía “footing” por la carretera, yendo al pueblo, o yendo al centro comercial.
Pero querían demostrar que la ATF tiene poder para sacar a alguien de la casa, derribar puertas a puntapiés, y cosas así”
La operación, tenía el nombre en clave de “Caballo de Troya”
El reportero Mike Wallace, del prestigioso programa “60 Minutos”, fue uno de los periodistas a los que se permitió acompañar a las tropas de la ATF en el asalto inicial:
“Casi todos los agentes con los que hablamos, nos manifestaron su creencia de que el ataque inicial contra aquella secta en Waco, era un truco propagandístico”
Durante el juicio, varios agentes de la ATF declararon, que uno de los oficiales al mando de la operación gritó al bajar de los camiones:
“Comienza el espectáculo”, o “Show Time”
Sin embargo, la operación estaba condenada al fracaso…
David Koresh, había recibido una misteriosa llamada telefónica anónima de advertencia.
Mucho se ha especulado con la procedencia de esta llamada, cuyo origen no ha podido ser determinado.
La existencia de este aviso, la conocemos a través del propio director de la ATF, Stephen Higgins, quien habló de ello en el transcurso de una entrevista televisiva.
El caso es que, fuera obra de un reportero desaprensivo, que se aseguraba de esta manera la posibilidad de filmar el tiroteo en directo, o debida a oscuros intereses políticos que pretendían dejar en ridículo a la ATF; el efecto del aviso, no fue otro que conseguir que una comuna de fanáticos religiosos armados hasta los dientes, estuviera esperando lo que ellos creían que era un ataque indiscriminado, en el que la ATF tenía órdenes de no tomar prisioneros.
Miedo, fanatismo y armas, constituían un cóctel explosivo.
Los Special Weapons And Tactical Team (SWAT) de la ATF, llegaron a Monte Carmelo con un elaborado plan de asalto, que debía desarrollarse en menos de 1 minuto; con 3 equipos de televisión que tuvieron la ocasión de grabar el recibimiento que los davidianos ofrecieron a unos atónitos agentes que creían que el factor sorpresa estaba de su parte.
La emboscada se saldó con 4 agentes muertos, y 16 heridos.
Como curiosidad, los 4 agentes del ATF que murieron el 28 de febrero, habían sido todos guardaespaldas de Bill Clinton, desde el momento de La Convención Democrática, hasta que se convirtió en Presidente.
Esos 4 agentes del ATF, fueron los únicos agentes federales que murieron durante la invasión a Waco…
Los davidianos, sufrieron 6 bajas en este primer asalto.
¿Qué raro, no?
¿Sabían Los Davidianos que estaban siendo atacados por agentes federales?
David Thibodeau, un sobreviviente de Waco, fue entrevistado el 3 de mayo de 1993; y declaró que uno de los miembros de los Davidianos, Wayne Martin, un abogado graduado adiestrado en Harvard, llamó al 911 poco después de que los agentes invadieran el complejo.
Lo comunicaron con otra agencia, y la persona dijo:
“Hola chicos.
¿Qué hacen ustedes ahí?”
Wayne Martin gritó por teléfono:
“Nos están disparando, nos están matando, nos están matando”
Ya que se guardan todas las llamadas del 911, parecía que sería fácil confirmar esa llamada, pero se trataba de una grabación controversial, que la policía rehusó compartir con la prensa.
No hubo absolutamente ninguna respuesta a esa llamada del sistema de emergencia del 911.
¿Por qué?
Y es que más de la mitad de los heridos en la refriega, lo fueron por “fuego amigo”
Uno de los fallecidos, el agente Stephen Willis, encontró la muerte cuando uno de sus compañeros le disparó accidentalmente con su fusil de asalto, y otro de los agentes, se hirió a sí mismo en la pierna.
¿Cómo es posible esto?
De esta forma, se inició un cerco que duró 51 días, y en el que participaron el ejército, el FBI, la policía de Texas, y la propia ATF.
Tras congelarse las negociaciones, el 19 de Abril de 1993 se dio la orden de entrar a como dé lugar.
Curiosamente, aquel día se cumplía el 50 aniversario del incendio del gueto de Varsovia por parte de los nazis...
Pero en Waco, un tanque rompió el muro exterior y la pared de la casa, disparando gases lacrimógenos al interior.
Los davidianos tuvieron que sufrir un ataque de 8 horas con gas CS, un compuesto altamente tóxico e inflamable.
Este gas, es un polvo cristalino de color blanco, que causa una violenta irritación de los ojos, quemaduras en la piel, vómitos, y graves problemas respiratorios que, en casos de intoxicación aguda, pueden llegar a producir la muerte.
Estados Unidos, junto con otras 100 naciones, había firmado en Enero de 1993, un tratado que prohibía el uso bélico del gas CS…
El profesor de Harvard, doctor Alan Stone, testificó lo siguiente ante El Congreso estadounidense:
“Puedo dar fe del poder del gas CS, para inflamar rápidamente ojos, nariz y garganta, producir ahogamiento, dolor en el pecho, y náusea en varones adultos saludables.
Es difícil de creer que el gobierno de EEUU haya querido deliberadamente exponer a v25 niños, la mayoría de ellos bebés y niños muy pequeños, a la acción del CS durante 48 horas”
El toxicólogo, William Marcus, testificó ante El Congreso de Estados Unidos, que la molécula del gas CS, contiene un radical de cianuro, que podría haber sido absorbido a través de la fina piel de los niños, provocándoles la muerte.
Además, el CS se convierte en un compuesto letal cuando se quema.
De hecho, en los cuerpos de los supervivientes, se encontraron niveles anormalmente altos de cianuro.
El doctor Marcus, también indicó que el gas CS, es una partícula pesada que sólo permanece suspendida en el aire durante un breve período, quedando a ras del suelo durante el resto del tiempo, por lo que está contraindicado para su utilización en espacios cerrados, donde puede alcanzar fácilmente concentraciones entre 10 y 100 veces superiores a las correspondientes al margen de seguridad.
La confusión era enorme, y nadie sabía a ciencia cierta, qué estaba sucediendo en Waco.
Finalmente, a mediodía, justo cuando varios tanques M-60 iniciaban el asalto del rancho, una densa humareda se levantó desde el edificio principal, produciéndose una serie de fuertes explosiones que culminaron con la muerte de 87 personas; y sólo lograron salvarse 10 de los ocupantes de Monte Carmelo.
Más tarde, se llevó a cabo una investigación “independiente” que, en efecto, incriminaba a los davidianos en la autoría del incendio, confirmando aparentemente, el escenario de suicidio masivo que propugnaba la propaganda oficial.
Pero la verdad sobre el incendio de Waco, estaba muy lejos de ser revelada...
Las dudas sobre el origen del incendio que terminó con la vida de Koresh y 86 de sus seguidores, comenzaron a surgir por doquier, especialmente debido a la chapucera forma en que las autoridades manejaron el caso.
Por aquel entonces, Internet comenzaba en Estados Unidos su época dorada de mayor expansión.
Para todos aquellos que tenían informaciones contrarias a la versión oficial de los hechos, el nuevo medio de comunicación les permitía difundir sus ideas de forma rápida y barata.
Las diversas contradicciones que desacreditaban completamente la versión oficial, comenzaron a aflorar.
Como consecuencia de ello, oleadas de indignación recorrieron Estados Unidos, y cada vez, más gente se interesó por un tema, que ya había sido teóricamente dado por zanjado.
Surgieron demandas contra el gobierno por parte de familiares de las víctimas, que se dieron cuenta de las contradicciones de la versión oficial, críticas de republicanos y demócratas contra El Fiscal General del Estado, Janet Reno, y airadas protestas por parte de las minorías religiosas, las milicias, y la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA)
Por otra parte, las autopsias revelaron algunos hechos estremecedores que contradecían las tesis oficiales.
En noviembre de 1993, el patólogo que hizo las autopsias de las víctimas, el doctor Rodney Crowe, declaró que los niños que habían fallecido a causa de traumatismos varios, y de los que el FBI afirmaba que habían sido matados a golpes por sus padres, fueron de hecho, víctimas de la caída de un muro de hormigón derribado por un tanque, tras el cual, las madres pensaban que tendrían un refugio seguro…
Esta parte del complejo, que los agentes del FBI denominaban “el bunker”, fue especialmente castigada por los ataques, y allí murieron alrededor de 40 mujeres y niños, pues los tanques pasaban una y otras vez, de adelante hacia atrás sobre los escombros.
Nizaam Peerwani, un perito médico que testificó en el juicio de los davidianos, declaró que un elevado número de mujeres y niños que se encontraban en este cuarto de cemento, murieron debido a la asfixia tras quedar enterrados bajo las ruinas de las paredes derribadas por los tanques.
Por otra parte, los cuerpos de los davidianos muertos, fueron almacenados en contenedores frigoríficos para preservarlos el tiempo que fuera necesario, hasta que se pudieran llevar a cabo análisis forenses más detallados, que esclarecieran las circunstancias de sus muertes.
Estos contenedores, fueron puestos en su momento bajo la custodia del FBI...
Sin embargo, alguien cometió un error imperdonable, y durante varios días estuvieron sin suministro eléctrico.
Los cuerpos que se guardaban en su interior, se descompusieron rápidamente, y perdieron cualquier valor que pudieran tener como prueba.
Mientras el gobierno, no presentó evidencia que desmintiera que los tanques hubieran introducido deliberadamente dosis mortales de gas venenoso en un edificio sin ventilación, donde había mujeres, jóvenes y niños.
También despertó sospechas, que piezas cruciales de evidencia forense, hubieran simplemente desaparecido, o habrían sido destruidas por el gobierno “cuando las cenizas aún estaban calientes”
Así es evidente, que el cuerpo de bomberos de Waco, no fue llamado hasta 8 minutos después de que el fuego comenzó.
Además, no fueron permitidos el acceso de las autobombas hasta que el edificio se había consumido casi totalmente.
Otro asunto controversial, que es necesario subrayar, que cualquiera sea la verdad sobre el comportamiento sexual de David Koresh y de sus seguidores; la ATF, que condujo el ataque, no se ocupa de la moralidad pública, ni del abuso de menores, y naturalmente no se ocupa del lavado de cerebro.
Si había sospechado la existencia de diversos crímenes, la ATF no hubiera debido intervenir, sino el FBI u otros cuerpos de policía.
La ATF, sólo intervino por una única violación de su competencia:
La manipulación de armas, transformadas en armas automáticas prohibidas.
Esta falta, irónicamente, nunca fue probada.
Sobre el aspecto religioso del sitio:
Aquí se pudo sentir el tremendo poder de La Iglesia Católica.
Es a través de estas directrices, jesuitas, que los hombres de estado están obligados a actuar, no para el beneficio del país al cuál pertenecen, sino por el beneficio de la iglesia que les controla.
No sería extraño que Bill Clinton tuviera su inauguración presidencial frente al Obelisco, en cambio del emplazamiento regular en Washington…
¿Por qué?
Es ahí que se discuten los asuntos de la mayor secretividad; se discuten y se deciden.
Debemos explicar aquí, que el nombre de “El Papa Negro”, es un nombre o título dado al General Supremo de Los Jesuitas, quien es probablemente el hombre más poderoso del mundo; permanece completamente detrás de todo, y muy pocos saben de él.
Waco, fue una amenaza a no unirse a iglesias independientes, en las que la verdad acerca del Papado y del anticristo, podría ser expuesta.
Por su parte, El Papa Juan Pablo II había declarado claramente:
“La actividad proselitista de las sectas y los nuevos grupos religiosos en América, está afectando gravemente el trabajo de evangelización”
Es decir, que hay grupos religiosos independientes que le están haciendo daño al trabajo del Papado alrededor del mundo.
“El éxito del proselitismo hacia las sectas, y los nuevos grupos religiosos en América, no puede ser ignorado”, dijo El Pontífice.
Todos estos grupos religiosos nuevos, tienen una cosa en común:
Todos ellos creen que el anticristo del que habla La Biblia, es El Papado...
Así se acusó a Koresh de abusar de menores, y las pruebas reunidas antes del asalto, eran insuficientes, porque no había orden de allanamiento, sino de detener a Koresh, y una autorización para buscar en el complejo armas ilegales, y no a un pederasta a quien se podrían haber llevado por los pelos en uno de sus paseos fuera del complejo y en el pueblo mismo.
Los testimonios que corroboraron la acusación de abuso sexual de menores, sólo se consiguieron a posteriori, casi a pedido de grupos de presión sedientos de justicia, cuando Kiri Jewell, según una declaración que leyó en El Congreso en 1995, declaró que, a los 14 años de edad, fue llevada por su madre davidiana a un motel, donde Koresh la obligó a mantener sexo para procrear otro hijo del Mesías…
Su madre, Sherri, murió en el asalto del FBI, del 19 de abril.
Kiri, “perdonó a su madre” porque entendió que aquel acto era parte de la intensidad de su fe…
La abogada General Janet Reno, se refirió a Koresh como un “criminal peligroso”
El columnista de las noticias Forth Worth, Hill Thompson, le llamó “un vil asesino masivo”, y Bill Clinton se refirió a él, como alguien “peligros, irracional, y posiblemente loco”
David Koresh, fue descrito como un “demonio” para justificar el horrendo crimen que cometieron otros.
El agente del ATF, Dan Curtis, resumió los hechos al definirlo como un culto, en el juicio de 11 Davidianos, como “un grupo de personas que viven de manera diferente del resto de la sociedad”
Y esto nunca lo haría, ¿verdad?
Al igual que la élite, busca destruir países que están en peligro de dar un buen ejemplo de estilos de vida alternativos y economía, así, ellos hacen lo mismo con los grupos que viven en formas que demuestran que el “status quo” no es la única opción.
“Elección”, se convierte en “malo”, “diferente” se convierte en “peligroso”
Para James D. Tabor, autor y experto en teología que intentó hasta último minuto penetrar en la mente apocalíptica de David Koresh, pronto supo que El Mesías de Waco, nunca se entregaría bajo presión.
“Sólo actuaría si creía que Dios lo estaba conduciendo”
Pero del otro lado estaba el FBI, que no suele llevar biblias cuando se enfrenta a una situación que define como “toma de rehenes”
Koresh desafiaba a los líderes religiosos y a los expertos en La Biblia de todo el mundo, a viajar a Texas y debatir con él, y en especial, a tratar de igualar su comprensión del misterio escondido en “Los Siete Sellos”
Era obvio que los Davidianos creían estar viviendo los hechos de “Los Siete Sellos”, el Capítulo 6 del Apocalipsis.
Por lo que definió a Koresh como sólo un predicador neocristiano, verborrágico, tosco y rebelde, que creía fervientemente en El Apocalipsis, creía oír instrucciones de Dios dentro de su cabeza y, cuando el mundo se le vino abajo, hizo un último intento por reconstruir su visión del mundo, pidiendo tiempo para terminar de escribir su nueva cosmogonía, que era su interpretación personal del “Séptimo Sello”
Ellos entendieron, que cuando David dijo que “Dios le había dado más tiempo para desarrollar su interpretación de Los Siete Sellos”, era un ardid para postergar aún más las cosas.
Ahora sabemos, que no ocurría eso…
Ruth Riddle, una de las sobrevivientes del incendio, tenía un disco de computadora en el bolsillo derecho de su chaqueta.
Había estado copiando el manuscrito de Koresh durante el día anterior al incendio.
En el disco estaba su exposición del “Primer Sello”; y está en posesión de las autoridades federales…
Para el grupo de Koresh, El Apocalipsis era como un guión que les fijaba con vívidos detalles, lo que debían hacer.
La razón por la que no querían salir del complejo en Waco, era porque pensaban que Dios les había dicho que esperasen un poco…
Pero el verso predice que ellos, como los de la incursión del 28 de febrero, serían muertos.
Era como si toda la situación de Waco estuviera trabada en un patrón predeterminado en un libro escrito en el año 96 A.D., durante el gobierno del Emperador Romano Domiciano.
El Apocalipsis próximo, profetizado por el perturbado David Koresh, había llegado por fin para él y los suyos, y era ya una terrible y humeante realidad para buena parte de los que tuvieron la debilidad de creerlo.
En el caso de Koresh, y como en tantos casos similares, todo se reducía a un fundamentalismo cristiano, que ni siquiera interpretó los pasajes más oscuros de La Biblia sino que, por el contrario, los siguió al pie de la letra.
Ya desde sus tiempos de estudiante en Houston, y como Vernon Wayne, que era un mal estudiante, provocó, y quiso compensar aquella carencia, a sus profesores con la memorización de todos los textos bíblicos.
Según Koresh, Dios le dijo muchas cosas en distintos momentos y supuestamente, Dios se equivocó constantemente.
Se podría entender, que es todo puro cuento...
Ellen G. White, se pasó la vida cometiendo errores en sus premoniciones; dijo en unas 6 ocasiones, que Jesús bajaría a La Tierra, y nunca ocurrió.
Muchos de sus seguidores, se arruinaron económicamente con ello.
Waco: The Rules Of Engagement, sin embargo, ha sido severamente criticada por ignorar la evidencia disponible, y para promover la idea de que la muerte de las mujeres y los niños en Waco, fueron el resultado de la negligencia y la incompetencia del gobierno, en lugar del asesinato deliberado de agentes del Estado.
David Koresh y los otros que perdieron la vida en Monte Carmelo, se convirtieron en mártires de una causa extraña.
Y puede hasta decirse, que Koresh cumplió con su objetivo, trágico, pero esperado.
El mayor pecado de los davidianos, fueron sus creencias milenaristas.
Ellos, Koresh en primer lugar, fueron responsables de haberse obstinado, dramáticamente, a ajustarse al papel que les había designado Koresh en el libreto bíblico.
Son ante todo, culpables de creer.
De haber creído en la proximidad del fin del mundo, y haber actuado sus creencias hasta el final, exponiendo sus vidas al peligro que constituía seguir los designios de un Mesías, cuyas profecías, al fin y al cabo, parecían cumplirse, después de tantos errores premonitorios...
Pero era una situación donde no hacían falta tanques ni gases lacrimógenos, sino expertos en La Biblia que le hicieran ver a Koresh que estaba equivocado.
La polémica continúa hasta nuestros días.
“My children are different than those others”
Se puede encontrar muchos de los elementos de Jonestown en la historia de Waco.
Se pide que creamos una vez más, que se trataba de un “suicidio colectivo” por un grupo de enloquecidos y lavados del cerebro seguidores de la figura de un extraño y peligroso Mesías, David Koresh.
No podía estar más en desacuerdo con las opiniones que se supone que tenía David Koresh, si lo que se dice es cierto.
Más bien parece haber sido un hombre muy confundido.
Pero el foco en Koresh, ha sido utilizado para ocultar la cuestión de cómo y por qué todas esas personas murieron a manos de las agencias gubernamentales.
Es lo mismo con todos estos acontecimientos de manipulación de la mente, a lo que me recuerdo el famoso proyecto MK ULTRA.
En el momento en que suceden, la versión oficial domina los periódicos y las pantallas de televisión.
El público lo absorbe, y la abrumadora mayoría lo acepta.
Luego, a medida que pasan las semanas, y los investigadores de mente más abierta, empiezan a descubrir el fondo de verdad, una versión muy diferente de los hechos surge.
Sin embargo, la versión oficial que se comunica a una audiencia colosal en todo el mundo, a la altura de la publicidad y la cobertura del evento, mientras que la verdad, o al menos cierta versión de la verdad sale a la luz más tarde, cuando el interés se ha apagado.
Los medios de comunicación, por lo general hacen caso omiso de dicha información, y el reto al lavado oficial, está marginado en libros, o en las revistas que venden a un público relativamente pequeño.
Así, mientras existen las explicaciones alternativas, incluso pruebas, para demoler la propaganda como una sarta de mentiras, nunca la masa de la gente sabe que este es el caso.
Siguen creyendo, que lo que les dijeron en un principio, sigue siendo la verdad de lo sucedido.
Debido a esto, la gran mayoría de la gente todavía cree que Waco fue un suicidio en masa de un culto loco.
¿Pero fue entonces?
Tal fue el éxito del documental Waco: The Rules Of Engagement, que en 1999 se estrenó su segunda parte:
“Waco: The New Revelation”, rodeada aún si cabe, de mayor polémica que su antecesora, debido a que en ella se concretaban más aspectos apenas sugeridos en la primera parte.
Gracias a Michael McNulty, el director de estos documentales, hoy sabemos que se empleó gas lacrimógeno inflamable en el asalto final contra los davidianos, algo que el FBI negó con obstinación durante 6 años, hasta que el propio McNulty encontró las pruebas de que había sido así.
A lo largo del ese nuevo documental, también podemos ser testigos de primera mano, de la incoherencia de los negociadores del FBI a través de diversas filmaciones tomadas “in situ”
Minutos después de que los negociadores prometieran no cortar la electricidad como un incentivo por el progreso en sus negociaciones, los tácticos de FBI cortaron el suministro sin dar más explicaciones.
El documental, también pone especial énfasis en los videos tomados desde los aviones de reconocimiento que sobrevolaban el escenario de los hechos durante el asalto.
En estas grabaciones, tomadas con cámaras infrarrojas, se aprecia una serie de llamaradas alrededor del rancho, que los analistas piensan que son signos de fuego de fusil, contra quienes intentaban abandonar el edificio en llamas.
A raíz de esto, el ex agente de La CIA, Gen Cullen, declaró al diario Dallas Morning News, que en las fechas previas al asalto, se barajó la posibilidad de desplegar en secreto, efectivos de la llamada “Fuerza Delta” en Waco, los cuales habrían sido finalmente los responsables de la virtual ejecución de los davidianos.
La presencia de miembros de “La Fuerza Delta” en Waco, es especialmente grave, ya que la legislación estadounidense prohíbe de forma expresa, la actuación de militares en apoyo de las fuerzas del orden, si no media la autorización del Congreso.
El gobierno afirma, que los miembros de “La Fuerza Delta” se encontraban allí en calidad de asesores, y que en ningún momento tomaron parte en las acciones contra los davidianos.
Sin embargo, March Bell, que se encontraba al frente de la comisión de investigación sobre el asunto de Waco, que había puesto en marcha El Congreso estadounidense, descubrió que los militares ejercían sus labores de “asesoría” desde sitios tan poco usuales, como el interior de los tanques o los puestos de francotirador:
“Cuando me hablan de asesores, me imagino a alguien dando consejos en la mesa de una sala de conferencias”, declaró no sin cierta sorna el congresista.
El FBI se defendió de estas acusaciones, alegando que los destellos que se veían en las imágenes, se debían a “reflejos del sol”, poniendo como prueba, el hecho de que no se podían distinguir las siluetas de los agentes tras los fogonazos, pero “olvidaron” mencionar, que los trajes de asalto están especialmente diseñados para camuflar a quienes los llevan, ante estos dispositivos electrónicos.
Lo endeble de estas explicaciones, fue puesto en su momento de manifiesto por el antiguo Fiscal General Ramsey Clark, para quien la grabación infrarroja tomada desde el propio helicóptero del FBI, demuestra que el FBI disparó un intenso fuego de ametralladora contra el rancho davidiano en llamas.
El video infrarrojo, también demuestra que los davidianos no dispararon contra los tanques como había informado el gobierno.
Aparte de esto, las filmaciones fueron en su momento analizadas por el doctor Edward Allard, experto en interpretación de imágenes infrarrojas, quien dictaminó que las llamaradas proceden de hombres que se mueven por la parte trasera del edificio, y que realizan lo que inequívocamente identifica como fuego de ametralladora.
A través de un exhaustivo análisis, fotograma a fotograma de estas imágenes, el doctor Allard estableció, que los fogonazos se daban a intervalos extremadamente breves, en algunos casos, de un treintavo de segundo:
“Se trata inequívocamente de fuego automático... no hay absolutamente nada en la naturaleza que pueda causar rastros termales de esa intensidad en un treintavo de un segundo...”
El análisis del doctor Allard, establece que las partes del edificio sometidas a un fuego más intenso, fueron precisamente las salidas, y que se produjo fuego de ametralladora desde uno de los helicópteros que sobrevolaban la zona contra quienes pretendían escapar del rancho en llamas.
Precisamente, en una de esas salidas, se encontraron 15 cadáveres cosidos a balazos.
Para explicar este hallazgo, el FBI declaró que los davidianos se habían suicidado, bien disparándose ellos mismos, bien disparando los unos contra los otros.
En cuanto a los presuntos reflejos que según el FBI y la ATF habrían provocado la aparición de destellos en las filmaciones, el doctor Allard es categórico:
“Con la física en la mano, es completamente imposible que aquellas cámaras registrasen reflejos solares de ningún tipo”
En Enero de 1999, Maurice Cox desafió al director del FBI Louis Freeh, y a sus científicos, a que intentasen rebatir sus resultados.
Hasta la fecha, no ha habido ninguna contestación.
Los actuales Davidianos, que cada día crecen más dentro de las filas Adventistas, no comparten ninguna creencia relacionada a David Koresh, y esto ha sido motivo de confusión y frustración entre algunos de ellos, por las constantes acusaciones de los Adventistas, en cuando a Koresh se refiere.
Finalmente, tras el asedio, David Koresh fue enterrado en El Memorial Park Cemetery, en Tyler, Texas.
Algunos críticos aseguran, que las autoridades durante La Masacre de Waco, nunca fueron investigadas por su fracaso, y el incidente provocó sentimientos de rechazo hacia el gobierno en los Estados Unidos de América.
El asalto de Monte Carmelo, y el incidente de Ruby Ridge de 1992, fueron citados por Timothy McVeigh, y por Terry Nichols, como motivaciones para hacer estallar el Edificio Federal Alfred P. Murrah, en la ciudad de Oklahoma City, acabando con la vida de 168 personas.
McVeigh, había visitado el rancho de los davidianos, y durante una entrevista, había declarado que rechazaba las acciones del gobierno.
McVeigh declaró, que el atentado fue en protesta por la redada de Waco, y por otros asedios por parte de agentes federales.
El acto terrorista llevado a cabo el 19 de abril de 1995, coincidió con el 2º aniversario del asedio de Waco.
Los adultos que sobrevivieron el asedio de Waco, fueron sentenciados por crímenes, pero se redujeron las penas de la mayoría, o se anularon las condenas; 6 seguidores de Koresh, 3 de los cuales estuvieron con él los 51 días que duró el asedio, actualmente cumplen sentencia en las prisiones federales de Louisiana, Kentucky, Illinois y California.
Los davidianos condenados por portación de armas y homicidio involuntario, quedaron libres en 2006 y 2007.
Todavía, hay opiniones divididas sobre quién disparó primero durante el asalto del 28 de febrero de 1993, cuando los agentes de la ATF llegaron al rancho de la Rama Davidiana, con la simple orden de detención de Koresh, y una autorización para buscar armas ilegales.
La Rama Davidiana y las familias de las víctimas, apelaron el rechazo a su reclamo de $675 millones por los muertos; y piden que se abra el caso, un nuevo juicio, y con otro juez.
“La hostilidad del juez contra esta gente, que la pueden ver, pone de manifiesto que un juicio justo es imposible”, afirmó Ramsey Clark, abogado a cargo de la defensa.
Los davidianos, continúan ocupando la zona de Monte Carmelo, y han construido monumentos para conmemorar las muertes.
De cualquier forma, la tragedia había finalizado, y Waco sería ya, en el futuro, un nombre de referencia macabro y maldito.
Es una población, por cierto, predestinada a sufrir algo parecido, teniendo en cuenta los datos de que, para 90.000 habitantes, había 18 armerías, y 200 iglesias.
Como dato, en 2004, el Chevrolet Camaro de Koresh, de 1968, que había sido dañado por los militares durante el asalto, fue vendido por $37.000 en una subasta.
Y el 23 de enero de 2009, la madre de Koresh, Bonnie Clark Haldeman, de 60 años, fue apuñalada hasta morir en Chandler, Texas.
Hacía poco, ella había escrito un libro sobre su hijo; pues Bonnie había perdido a sus 13 nietos en el fuego de Waco; siendo su hermana, Beverly Clark, la que fue procesada por el asesinato.
Por su parte, la recientemente fallecida Janet Reno, Procuradora General del Estado, y quien aconsejó a Clinton que no se podía esperar más a Koresh, quien pedía tiempo para terminar un libro sobre “Los Siete Sellos”, cuya existencia fue demostrada; encargó una “investigación independiente” al Consejero Especial, John Danforth.
Danforth, un ex senador republicano, concluyó que la persistencia de las acusaciones contra el gobierno, son “irrazonables a la luz de la evidencia abrumadora que libera a la administración demócrata de toda responsabilidad”
Y no sólo Danforth desligó al gobierno del asunto, sino que acabó exonerando a todos los agentes que asediaron el sitio.
Lo cierto es que el gobierno de Bill Clinton, había perdido la paciencia, y que el presidente había aprobado el domingo anterior, día 18, el plan del asalto presentado por La Ministra de Justicia, Janet Reno.
El trágico desenlace, conmovió a la opinión pública internacional, y El Presidente Clinton se vio obligado a asumir la responsabilidad del trágico final del suceso, cuyo desenlace erosionaría su presidencia indefectiblemente.
Bill Clinton, que había sancionado el ataque, trató de justificarlo diciendo:
“Desafortunadamente, hay in incremento en este tipo de fanatismo en todo el mundo.
Puede que tengamos que confrontarlo de nuevo”
No en vano, “el affaire Koresh” fue mal llevado desde el inicio hasta el fin.
En Londres, The Daily Telegraph concluyó impiadosamente, que “los sucesos de Waco, aumentan nuestra preocupación a propósito de la administración Clinton, que se revela incapaz actuar con juicio durante una crisis, y de controlar a su burocracia”
¿Pero se trató sólo de incompetencia, o según hipotetizaron algunos, una administración un poco detenida con los serbios en política exterior, y con terroristas en política interna, quieren reconquistar una reputación de firmeza a expensas de un grupo pequeño, y ciertamente impopular?
La sombra del 9/11 planearía sobre EEUU en menos de una década, aunque con una administración distinta, pero igual con el tema religioso de fondo.
¿Hay un culpable sobre los eventos de Waco?
Desde el punto de vista técnico, todo cuanto sucedió en Waco, puede ser ciertamente imputado a un conjunto de impericias políticas, culturales y técnicas de la administración Clinton, y de la burocracia de EEUU.
Impericia cultural, porque los verdaderos expertos de nuevos movimientos religiosos, no fueron consultados.
Impericia técnica, porque se gestionó la situación alrededor del rancho de Waco, en el peor modo posible.
Y, sobre todo, impericia política, porque decidieron “mostrar los músculos” contra adversarios considerados “fáciles”, sin medir las consecuencias.
Durante una entrevista a principios de febrero de 2001, la ex-asesora de La Casa Blanca, Linda Tripp, declaró que Hillary Clinton presionó al difunto Vincent Foster, para resolver el enfrentamiento de Waco.
Como resultado, murieron mujeres y niños.
Al aparecer, en el programa de CNN, “Larry King Live”, Tripp sugirió que “Foster, bajo la dirección de Hillary Clinton, transmitió la orden de asaltar el rancho davidiano de Waco, que culminó en un ataque al estilo militar en un edificio de madera”
El fallecido Mike McNulty, productor del documental Waco: The Rules Of Engagement, también creía que Hillary Clinton dio esa orden…
El papel de Hillary Clinton en el asalto a la escuela davidiana, y su posterior encubrimiento, nunca ha sido plenamente revelado.
McNulty dice, que su información indica que Hillary Clinton no sólo estaba involucrada, sino al mando, dirigiendo las acciones del FBI desde La Casa Blanca, y liderando el posterior encubrimiento.
¿Pudo ser Waco, un tema en contra en la campaña a La Presidencia de EEUU de Hillary Clinton?
Ayer quedó demostrado que sí, al perder contra otro loco:
Donald Trump.

“I'm not emotional”



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