The Brothers Karamazov

“A Man of Violent Passions...
The woman he loved and the woman who betrayed him!”

Fyodor Mikhailovich Dostoevsky, es uno de los principales escritores de la Rusia zarista, cuya literatura explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del siglo XIX; siendo considerado, uno de los más grandes escritores de occidente, y de la literatura universal.
Su obra, aunque escrita en el siglo XIX, refleja también al hombre y la sociedad contemporánea.
Dostoevsky, tomó como materia prima de sus obras, las preocupaciones que tenía con respecto al futuro de la humanidad, y las injusticias sociales de su época.
La mayoría de sus novelas, se centra en la condición humana, y trata temas como la pobreza, las penumbras fantásticas, las relaciones amorosas, o el amor, el egoísmo y la auto purificación por medio del sufrimiento.
El escritor, recurre al realismo psicológico, y abarca áreas de la psicología, la filosofía y la ética.
Las novelas de Dostoevsky, se caracterizan por una perspectiva social, política y moderna de la sociedad, que “destapan el cinismo y el desprecio al progresismo en la sociedad”, construyendo así, un movimiento “Dostoevskyano”, considerado así, como uno de los precursores del existencialismo, y probablemente, el mayor representante de la literatura existencialista.
Novelas como “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), tienen un carácter existencialista en sus temáticas, que enfatizan el libre albedrío del hombre como esencia, particularmente expresado por el renacimiento espiritual, a través del sufrimiento, la idea del suicidio, el orgullo herido, la destrucción de los valores familiares, y el falaz determinismo que el racionalismo occidental impone al hombre, subyugando su voluntad a las “leyes de la naturaleza”
Otra idea que Dostoevsky manejó, es que “la idea de la naturaleza humana que surge, es imprevisible, perversa y autodestructiva; sólo el amor cristiano puede salvar a la humanidad de sí misma, pero ese amor no puede ser entendido desde la sensibilidad filosófica”
“Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), es la última novela de este escritor ruso, publicada por primera vez, en noviembre de 1880, y es considerada, una de las obras más importantes de la literatura universal.
El libro puede leerse en 2 niveles:
En el más superficial, se narra la historia de un parricida, con el que todos los hijos del hombre asesinado comparten diversos niveles de complicidad; y en un nivel más profundo, se encuentra el drama espiritual de un conflicto moral que involucra fe, duda, racionalismo y libre albedrío.
La novela, fue compuesta en su mayor parte en la localidad de Staraya Rusa, al sur de Novgorod, que sirve también como marco principal de la historia.
Dostoevsky, pasó cerca de 2 años escribiéndola, siendo publicada como una serie en “El Mensajero Ruso”, y completada en noviembre de 1880.
Si bien, Dostoevsky había escrito esta obra pensando en una continuación, murió menos de 4 meses después de su publicación, dejando sin concretar esta segunda parte.
Los personajes principales son:
Fyodor Pavlovich Karamazov:
Es un hombre ridículo y oportunista de 55 años, que tiene 3 hijos de 2 matrimonios.
Se rumorea que tiene también un 4° hijo ilegítimo, Pavel Fyodorovich Smerdyakov, a quien contrata como sirviente.
Como Fyodor nunca manifestó interés por ninguno de sus hijos, éstos crecieron apartados tanto de él, como entre sí.
La relación de Fyodor con sus hijos adultos, es uno de los temas principales de la trama.
Dmitri Fyodorovich Karamazov, también llamado Mitia, Mitka o Mitienka;
Es el único hijo del primer matrimonio de Fyodor y Adelaida Ivanovna Miusova.
Por su personalidad, es el hijo que más se parece al padre:
Es un hedonista que apuesta y despilfarra enormes cantidades de dinero.
En su juventud, Dmitri fue soldado, participó en un duelo, y generalmente se deshonraba de numerosas maneras.
Al principio de la novela, Dmitri se enreda en una amarga discusión con su padre sobre su herencia, y una mujer local que ambos se disputan.
Este altercado, lo convierte en el principal sospechoso del asesinato de su padre.
Ivan Fyodorovich Karamazov, también llamado Vania, Vanka o Vanechka:
Es el primer hijo del segundo matrimonio de Fyodor con Sofia Ivanovna.
Es un ferviente racionalista, y también ateísta.
Desde pequeño tuvo mal carácter, y se relaciona poco con los demás.
El odio contenido que siente por su padre, lo lleva a su propia culpabilidad moral sobre el asesinato de Fyodor, y contribuye a su locura.
Algunos de los pasajes más conocidos de la novela, involucran a Ivan.
Aleksei Fyodorovich Karamazov, también llamado Alioshka, Aliosha o Lioshechka:
Es el más pequeño de los hermanos Karamazov, segundo hijo de Fyodor Pavlovich y Sofia Ivanovna.
En el primer capítulo, el narrador lo identifica como el héroe de la novela.
Aliosha, es un novicio en el monasterio local.
Sus creencias religiosas, lo convierten en el contrapunto de su hermano Ivan.
El monje principal, Zosimo, lo envía a la ciudad, y posteriormente se enreda en los detalles de la disfunción de su familia.
En una trama secundaria, Aliosha se hace amigo de un grupo de escolares, cuyo destino agrega un mensaje de esperanza a la novela.
El personaje está inspirado en Vladimir Soloviov, amigo de Dostoevsky.
Pavel Fyodorovich Smerdyakov:
Es el hijo de Lizaveta Smerdiaschaia, una mujer bendita de la calle.
Se rumorea extensamente, que es hijo ilegítimo de Fyodor Karamazov.
Es un hombre muy antipático y huraño, que trabaja como sirviente y cocinero de Fyodor.
De niño, recogía gatos callejeros para ahorcarlos y enterrarlos.
Aunque es distante con la mayoría de la gente, siente una especial admiración por Ivan, y comparte su ateísmo.
Más adelante le confiesa a Ivan, que fue él, y no Dmitri, el asesino de Fyodor, y asegura haber actuado con la bendición de Ivan.
Agrafena Aleksandrovna Svetlova, también llamada Grushenka, Grusha o Grushka:
Es un personaje al estilo del personaje bíblico de Jezebel.
Tiene un extraño encanto entre los hombres.
Un oficial polaco la rechazó en su juventud, y quedó bajo la protección de un avaro tirano.
Grushenka, inspira una profunda admiración y lujuria en Fyodor y Dmitri Karamazov.
Su rivalidad por su afecto, es uno de los motivos más perjudiciales que lleva a Dmitri a la convicción del asesinato de su padre.
Katerina Ivanovna Verjovtseva, también llamada Katya, Katka o Katenka:
Prometida de Dmitri, a pesar de sus aventuras muy abiertas con Grushenka.
Se comprometió con Dmitri después de que él sacara bajo fianza a su padre, a causa de una deuda.
Katerina produce otro triángulo amoroso entre los hermanos Karamazov, cuando se enteran de que Ivan está enamorado de ella.
Es orgullosa, y su magnanimidad es una fuente constante de tormento para Dmitri.
Iliusha, también llamado Iliushechka:
Es uno de los estudiantes de la escuela local, y el protagonista de la trama secundaria más importante de la novela.
Su padre, El Capitán Sneguiriov, es un funcionario empobrecido que es insultado por Dmitri, cuando Fyodor lo contrata para amenazar a este último para que pague sus deudas, y esto lleva a la familia a la vergüenza.
Nos conducen a creer, que es la razón por la que, en parte, Iliusha cae enfermo, para eventualmente morir, su funeral es el capítulo de conclusión de la novela, para ilustrar indudablemente el tema que, incluso las acciones de menor importancia, pueden dejar una profunda huella en las vidas de otros, y que “somos todos responsables, los unos con los otros”
La tragedia del parricidio en esta novela, se vuelve aún más conmovedora debido a la completa inversión de esta ideología.
Los hermanos en la historia, no sólo no ganan la resurrección de su padre, también son cómplices en su asesinato, actos que en sí mismos representan la completa desunión de la humanidad para Dostoevsky.
Aunque la religión y la filosofía influyeron profundamente a Dostoevsky en su vida, y en “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), una tragedia mucho más personal alteró el curso de esta obra.
En mayo de 1878, la creación de la novela de Dostoevsky fue interrumpida por la muerte de su hijo de 3 años, Alexey/Aliosha.
Aun cuando este suceso era trágico en cualquiera de las circunstancias, la muerte de Aliosha fue devastadora para Dostoevsky, a causa de que el niño murió de epilepsia, una condición que había heredado de Dostoevsky.
El dolor del novelista, es palpable al leer el libro:
Dostoevsky nombró Aliosha, al héroe de la novela, además de dotar a éste con todas las cualidades que él mismo admiraba.
Una experiencia muy personal, también tuvo influencia en la decisión de Dostoevsky, de que fuera un parricidio el crimen que dominara la acción externa de la novela.
Al tiempo que cumplía con su sentencia de katorga/trabajos forzados en Siberia, por hacer circular textos políticamente subversivos en 1850, Dostoevsky conoció a un joven llamado Ilinski, que había sido condenado por asesinar a su padre para convertirse en heredero.
Casi 10 años después de este encuentro, Dostoevsky se enteró, de que Ilinski había sido injustamente condenado, y más tarde, exonerado cuando el verdadero asesino confesó su crimen.
El impacto de este encuentro en el autor, es bien claro en la novela, ya que es el principal vehículo de la trama.
Muchas de las características físicas y emocionales del personaje Dmitri Karamazov, son muy parecidas a las de Ilinski.
En un principio, la obra final de Dostoevsky constaría de 2 tomos:
El primero como preludio del segundo, que sería de mayor trascendencia e importancia.
El héroe del primer relato, Aliosha, sería tomado como principal protagonista del segundo tomo, 20 años después de lo acaecido con el parricidio, período durante el cual, el joven se ve envuelto en el mundo revolucionario, y en un crimen político, además del retorno a casa de su hermano Mitia.
No obstante, esta obra nunca fue escrita, debido a la muerte de Dostoevsky, y solo quedan unas notas recogidas por sus editores, entre ellos, Ana Grigorievna Dostoyevskaya y Aleksei Sergueyevich Suvorin.
Apenas comenzó a publicarse, “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov) atrajeron fuertemente la atención de lectores y críticos.
Dostoevsky solía leer algunos fragmentos de ella, en reuniones literarias con una excelente respuesta por parte del público.
Muy pronto se la consideró una obra maestra de la literatura rusa, y hasta logró que Dostoevsky se ganara el respeto de varios de sus enemigos literarios.
El autor la consideró su “magnum opus”
A pesar de esto, la novela nunca se terminó…
“There is nothing in the world to make man love their neighbours”
The Brothers Karamazov es un drama del año 1958, dirigido por Richard Brooks.
Protagonizado por Yul Brynner, Claire Bloom, Maria Schell, Lee J. Cobb, Richard Basehart, William Shatner, Albert Salmi, entre otros.
El guión es de Richard Brooks, Julius J. Epstein y Philip G. Epstein; basados en la novela homónima de Fyodor Dostoievski.
La obra, que tiene uno de sus puntos culminantes con el célebre relato del gran inquisidor, refleja una concepción del hombre como campo de batalla, en el que luchan Dios y el diablo, el bien y el mal.
Una tragedia con ingredientes melodramáticos, románticos, y heroicos; una saga familiar conflictiva, con tintes shakesperianos de una Rusia zarista con aires incluso de western, y un reparto espectacular.
El film de Richard Brooks, experto en adaptar autores como Faulkner, Williams o Capote, se esfuerza en captar los dilemas morales planteados por el autor de la novela, incluidos los relativos a la fe, la racionalidad y la libertad.
The Brothers Karamazov estuvo nominada al Oscar al mejor actor de reparto (Lee J. Cobb)
Estamos en Ryerks, Rusia, en el año de 1870.
La historia cuenta las consecuencias en las vidas de unos hermanos, que se derivan de tener un padre, Fyodor Karamazov (Lee J. Cobb), rico y disoluto, avaro libertino, manipulador y oportunista, sobre sus hijos:
Dmitri (Yul Brynner) un oficial del ejército, sensual, orgulloso y cruel, pero también generoso, y capaz de rasgos de bondad y sacrificio.
Ivan (Richard Basehart), un esteta e intelectual escéptico, que niega la existencia de Dios, y el amor al prójimo.
Y Alexey (William Shatner) un monje.
Pero también está Smerdyakov, un hijo bastardo, que es humillado y vejado por el padre, carente de todo sentido de responsabilidad moral.
Entre todos ellos, el juego de poderes que se establece alrededor del dinero y de las mujeres; cuya consecuencia es el deseo de los hijos, de que se produzca la muerte de su progenitor.
Richard Brooks ofrece en The Brothers Karamazov, pasiones humanas con dosis de vitalidad, misterio, humor, emoción, con esa historia secundaria del niño enfermo pero orgulloso, que desea admirar a su padre, y que éste se defienda; en una historia que es inevitable que enamore.
Con celos, relaciones complejas entre hermanos, entre mujeres y hombres, y con un canto continúo a la vitalidad.
No falta nada:
Discusiones, asesinato, sala de juicios, enamoramientos, fiestas zíngaras, escenas intimistas…
Aunque todo el pensamiento y reflexión psicológica del escritor ruso Dostoevsky, se diluye, y es imposible de plasmar, sí queda un espectáculo de más de 2 horas, sobre una tragedia familiar que engancha con historia de amor con ribetes de inolvidable.
“If there is no God, then nothing can be immoral.
Everything becomes lawful, even crime”
The Brothers Karamazov, es Fyodor Dostoievski recreado por Richard Brooks.
Los traumas existenciales y morales del hombre, son su especialidad.
Al adaptar la novela rusa, largo y azaroso relato, rebosante de tiempos y avatares, crea, sin pretenderlo, un “western” discordante, de iras y emociones.
Fyodor Karamazov, es padre de 4 hijos varones, y piensa como dicen:
“Uno no puede acostarse con todas las mujeres del mundo… pero hay que intentarlo”
Su hijo Dmitri, es un teniente del ejército zarista, vividor y bohemio.
De él está enamorada Katya (Claire Bloom), una agraciada y aburguesada mujer que cree, ilusamente, que todo en la vida se consigue con dinero.
Alexey, es un monje, conciliador y querido por todos, especialmente por Dmitri y su padre.
Ivan es periodista, escéptico y blasfemo, pero en el fondo, alberga una creencia en Dios que, de pronto, saldrá a flote.
Smerdyakov, es el hijo ilegítimo, enfermo de epilepsia, y muy duramente tratado por su padre.
Por estos motivos lo odia, y como otras personas, desea su muerte.
Y es que el anciano hedonista y nihilista, descreído y cínico, vividor y derrochador, lujurioso y disipado, no ha sido un padre ejemplar…
Muy rico, ha apurado su juventud y madurez con absoluto descoco y egoísmo, desentendiéndose de sus 3 hijos legítimos y de uno ilegítimo.
Enterró a 2 esposas, y dejó a los niños al cuidado de compadecidas tías, o de bondadosos sirvientes.
Cada uno de los hijos, ha tomado un derrotero diametralmente diferente:
Son tan dispares entre sí, como puedan serlo las personas entre ellas.
Dmitri, es el más semejante al padre en sus costumbres, aunque alberga una secreta cualidad de nobleza de espíritu carente en Fyodor.
Ivan es refinado, y cultiva una filosofía de la negación como escudo contra las cosas que lo hieren; y alimenta un feroz resentimiento.
El menor, Alexey, ha desarrollado vocación religiosa.
Su fe es inalterable, y experimenta una profunda compasión hacia las flaquezas humanas, las cuales no juzga, y tiende a ofrecer su auxilio y mediar en los conflictos.
Respecto al probable hijo bastardo, Pavel Smerdyakov, su puesto de relegado sirviente, enfermo de epilepsia, lo deja en un puesto lastimoso que ha moldeado una ladina personalidad.
Dentro de esta familia tan problemática, Dostoevsky asentó un retrato muy vivo y contemporáneo, descarnado y crudo, sobre las difíciles relaciones de parentesco, cuando el amor no ha sido el móvil principal, o se ha perdido casi completamente en algún recodo.
Y, como no podía ser de otra manera, hay mucho más:
La codicia es uno de los pilares de este mundo de cuervos.
Muchos se venden por el timbre del oro; y cuando éste suena, hay escasas virtudes que queden a salvo.
Una familia desestructurada y desarbolada, cuestionando y poniendo a prueba el principal núcleo social, el de las personas unidas por lazos de sangre.
Miremos a nuestro alrededor, o no tan lejos, miremos dentro de nuestra propia casa:
Parejas y matrimonios desgraciados y rotos, hijos lastimados, hermanos peleados…
Hogares discordantes, que no son ningún remanso de paz.
Buitres acechando el momento de lanzarse por la carroña, de despedazar a sus parientes más cercanos…
Un nido de víboras, en el que todas muestran los colmillos, y vigilan a sus progenitores y hermanos para evitar la rencorosa dentellada por la espalda.
Y si hay herencia cuantiosa de por medio, y el patriarca no se ha ganado el afecto de sus descendientes…
El afán de rapiña se respirará.
Por otro lado, algunas de las grandes dudas existenciales del escritor sobre la religión y el ateísmo, sobre la moral y la amoralidad, sobre el bien y el mal, se personifican en el viejo Fyodor Karamazov y sus 4 vástagos.
Y otro de los pilares:
La pasión, el sexo, y la unión sentimental.
El viejo Fyodor, se las pela por la cautivadora y voluble Grushenka (Maria Schell), quien no oculta su afición por el dinero, ni su añoranza de un antiguo amor frustrado, que intenta superar viviendo en un presente sin fin.
También, el mujeriego Dmitri, atraído por el exuberante hechizo de la excéntrica mujer, cae en los grilletes de la seducción.
Un personaje femenino agudamente contrastado con Grushenka, es Katya, la orgullosa y acomodada heredera.
Dmitri se divide entre las inclinaciones naturales de su corazón, y las de su cabeza:
Grushenka es su opiáceo, su estimulante y su afrodisíaco; mientras que Katya supone un seguro de bienestar económico.
El autor, analizó no sin severidad, una máxima tan usual como absurda del comportamiento de la gente:
Amar a quien no nos ama; perseguir sueños imposibles, y hacerlo con más denuedo cuanto más desdeñados somos.
Así veremos triángulos amorosos, intrigas, avaricia, desorientación existencial, orgullo, honor y deshonor, rencor, debates de conciencia, fe, dudas, amor, odio…
Un compendio muy completo de psicología y conducta humana, llevado al cine por Richard Brooks, en momentos soberbios del accionar humano, como la escena entre el capitán retirado y su pequeño hijo, cuando éste lo conmina a hacer valer su código de honor para enfrentar a Dmitri.
Y el mismo Dmitri es, quizás, el personaje más estructurado, dotado de positivos matices y de valores ocultos que, de repente, sorprenden.
Del reparto, Yul Brynner como oficial zarista y el hermano rebelde, ofrece su peculiar y atractivo “sex appeal”, ofreciendo un Dmitri con fuerza sexual que traspasa la pantalla.
Brynner, da cuenta aquí de su fuerte personalidad, y de su gran carácter interpretativo cuando afronta, como Dmitri, el intenso juicio acusado de parricidio.
Creo que The Brothers Karamazov, es una de las pocas películas en que lo vemos muchas veces riendo, siendo feliz, y expresarlo en el rostro.
Lee J. Cobb, se come la pantalla a dentelladas como ese padre Karamazov vital y dantesco; en un papel de Oscar; que roza el abuso de autoridad en la mayoría de las secuencias, nadando en alcohol y en delirios, alzando pubis, y a punto de reventar del orgullo ante su vida caótica y viciosa.
Claire Bloom, con su compleja y orgullosa Katya, con el ateo y periodista y también Karamazov, Ivan, con el rostro de Richard Basehart, es el Ivan perfecto, su interpretación es de las que tampoco se olvidan; o ese hermano bastardo, enfermo y débil que admira a Ivan, y odia al padre con el rostro de Albert Salmi.
Y el debut de William Shatner, que a partir de aquí, vería “El Espacio, la última frontera…”
Como anécdota, cuando se habla de The Brothers Karamazov, sale a la luz los deseos que tenía Marilyn Monroe por ser Grushenka.
Un objetivo que no pudo cumplir, y que fue uno de los motivos para que dejara los estudios MGM.
Y aunque es cierto que Maria Schell recrea bien el personaje, viéndola no cuesta imaginar que la Monroe no hubiera estado nada mal.
La Schell construye una Grushenka con unas ganas de vivir y disfrutar insaciables, con ganas de conquistar una libertad deseada, y también de ser amada, ella es un volcán emocional y sensual…
Maria Schell, adorna con su dulce presencia, al personaje de Grushenka, una muchacha ávida de libertad, cuya ternura y encantos desean por igual, el padre Karamazov, y su hijo Dmitri.
No obstante, la Schell se excede en sonrisas…
Con una elegante y veraz recreación escenográfica, Richards Brooks desplaza las situaciones de un clima denso, a un evento cálido, donde la fortaleza de los hombres puede salir a flote para dar, cuando se precisa, lo mejor de ellos mismos.
Y sensibles simbologías, recrean claros rasgos de personalidad, como el cristal roto sobre el que vemos a Smerdyakov, cuando por su mente cruzan ideas perversas...
La pasión amorosa, desencadenada con cierta precipitación, no impide que tenga una intensidad que se transmite, con fuerza en los diálogos, en las miradas, en los celos, y en los besos.
Además, aunque sea imposible condensar semejante novela en tan poco tiempo, creo que los temas de Dios, el perdón y el amor, están perfectamente plasmados a través de reflexiones y comportamientos.
Dostoievski, es capaz de encerrar un ensayo sublime en las mil páginas de una novela, sublime también.
Saber llevar a la pantalla un proyecto tan ambicioso, sólo está al alcance de unos pocos, y este celuloide está diseñado por maestros como Brooks.
Claro, que la potencia del relato está ahí, y junto a algunas subtramas francamente buenas, como la del Capitán Snegiriov e Iliusha, que hasta hace llorar, hay todo un debate filosófico, esbozado ligeramente por medio de diálogos y breves reflexiones, pero a fin de cuentas presente, sobre la fe, la duda, el ateísmo, el libre albedrío, el perdón, el arrepentimiento, la regeneración o la salvación.
La tesis del autor, que en cierto modo resume buena parte de la novela, resulta de una rotundidad imposible de rebatir:
“Si Dios no existe, todo está permitido”
De ahí que el crimen, no sólo sea lícito, sino que es obligado.
Me temo que este planteamiento ha sido desde entonces, un quebradero de cabeza para los izquierdistas de todo pelaje, que se han visto imposibilitados de desmontar, pese a sus muchos esfuerzos.
Por eso, la creencia en Dios es prácticamente una obligación metafísica.
Por esto también, como una consecuencia lógica, Dostoievski acabó, después de una juventud en la que coqueteó con La Revolución, apoyando a La Iglesia Ortodoxa, el Zarismo, y el Tradicionalismo Ruso.
Seguro que el libro de Dostoievski, es una obra de mucha mayor complejidad y matices, de eso no tengo duda, pero como película, consigue un alto nivel.
Aquí más que nunca, hay que dejar las comparaciones; porque el problema de que a mucha gente no le guste es, como siempre, no tener la capacidad de poder separar la película de la novela de Dostoievski en la que está basada.
La novela del genial escritor ruso, es una de las más altas cotas que se han alcanzado en la literatura universal, una obra de importancia seminal en el mundo de las letras, y probablemente, la novela preferida de muchísimos millones de lectores de todo el mundo.
Tanto que ha sido referenciada y aclamada desde hace más de un siglo, como una incuestionable “Obra Maestra Universal”
Y ciertamente lo es.
En cambio, la película de Richard Brooks, es un típico producto hollywoodiense de los años 50, incluyendo el inevitable “happy end”, que por supuesto no está en la novela; y que traiciona en muchísimos aspectos la obra original, siendo tremendamente “infiel e irrespetuosa”, aparte de lo imposible de condensar las miles de página del libro en una película de solo 2 horas.
Pero es cuestionable:
¿Es esto realmente algo malo?
Por supuesto que a todos nos gustaría que tanto la novela como la película fuesen una Obra Maestra absoluta, pero es que hay ciertos textos que son imposibles de adaptar, no tienen cabida en el arte cinematográfico, y “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov) es un ejemplo perfecto.
Sé que es muy difícil para cualquiera separar literatura y cine, y por regla general, de este combate sale perdiendo casi siempre el cine.
Por tanto, si no se va a conseguir nunca adaptar y ser fiel al material original del que se parte, entonces:
¿Por qué no deleitarse simplemente viendo la película como lo que es, y no intentar buscarle otras cualidades que jamás tendrá?
De nada sirve fustigarse y enojarse, haciendo comparaciones entre lo creado en un arte y el otro, porque así no se disfruta nunca.
Pero, si se es lo suficientemente inteligente de ver una película convencional con ojos inocentes y desprejuiciados, la gozaremos, y no nos sentiremos ultrajados por haberse profanado y desdibujado la obra original del autor.
Por si alguno no lo sabe, al personaje de Brynner en el libro, le condenan y va a Siberia…
Y es sólo en el epílogo de la novela, donde su familia y amigos planean un posible rescate.
Nada más.
Es decir, lo de “vivieron felices y comieron perdices” será en California, pero en la Rusia del siglo XIX.
Por último, la banda sonora de Bronislau Kaper, con aires zíngaros, son un torbellino.
“Crime becomes not only lawful, but inevitable”
“Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), es generalmente considerada la mejor y más importante obra de Dostoevsky.
Ha sido aclamada, citada y analizada por diversos escritores y críticos literarios del mundo, tales como Sigmund Freud, Andrew R. MacAndrew, Vasili Grossman, Konstantin Mochulski, y Mijail Bajtin, como una obra maestra de la literatura, y una de las más grandes novelas jamás escritas; y ha influido enormemente a algunos de los mayores escritores y filósofos:
Sigmund Freud la llamó “la más magnífica novela jamás escrita”, y se mostró fascinado por su temática edípica y parricida.
En su ensayo “Dostoevsky y El Parricidio”, publicado en 1928, Freud analizó las neurosis de Dostoevsky, y cómo éstas influyeron en su obra.
Sostuvo que la epilepsia del escritor, no era una condición natural, sino una manifestación física de la culpa escondida por la muerte de su padre, citando como evidencia el hecho de que los ataques de epilepsia de Dostoevsky, comenzaron a los 18 años, después de la muerte de su padre.
Según Freud, Dostoevsky, así como todos los hijos, deseaba la muerte de su padre a causa de un deseo latente por su madre.
Como evidencia literaria de su teoría, Freud menciona la temática del parricidio y la culpa, especialmente en la forma de culpa moral representada por Ivan Karamazov.
Franz Kafka reconoció la influencia de Dostoevsky y “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), y se llamó, tal vez debido a los temas existencialistas que ambos manejaron, un “pariente de sangre” del autor ruso.
Kafka, también luchó con su propia enfermedad debilitante, la tuberculosis.
Otro paralelo interesante entre los 2 autores, son las relaciones conflictivas con sus padres.
Kafka se sintió inmensamente atraído por el odio que los hijos de Fyodor demuestran en “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov), y trató el tema de la relación entre padre e hijo, en muchas de sus obras, especialmente en el cuento “El Juicio”
Más recientemente, en 2007, el entonces Papa Benedicto XVI, citó un pasaje de la novela en su encíclica “Spe salvi” o “Salvados en Esperanza” ante el sombrío panorama de crisis internacionales, conflictos bélicos, terrorismo, desequilibrios económicos, problemas medioambientales, desorden moral y corrupción política, muchos cristianos, y hombres en general, pierden la esperanza, y se sienten tentados a caer en el pesimismo, y a abandonar la lucha.
Frente a esta situación, Benedicto XVI, sale al encuentro en esta Encíclica, presentando en horizonte de esperanza, y animando a trabajar y a esforzarse para hacer frente a los males de nuestro tiempo, combatiéndolos con coraje.
Citando una escena de la novela “Братья Карамазовы” (Los Hermanos Karamazov) de Dostoevsky, Benedicto XVI nos recuerda, que los malvados no se sentarán indistintamente a la mesa del banquete eterno junto a sus víctimas, como si no hubiera pasado nada.

“If you'll permit a comment, sir, you're not at all like your brother Dmitri”



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