Chronic

“Can you say Hi! to David!”

“Quis custodiet ipsos custodes?” es una locución latina del poeta romano Juvenal, que en diversas ocasiones es traducida como “¿Quién vigilará a los vigilantes?”,  y ha sido utilizada desde entonces por muchas personas, para reflexionar sobre la insoluble cuestión de, dónde debe residir el poder último; y sirve como marco para uno de los temas cruciales en la construcción de una sociedad donde impera el bien común:
La confianza entre sus integrantes, y como adhesivo primordial, que potencialice un vínculo duradero, necesario para que fluya la información pronta y expedita; y para que ésta llegue a todos, es indispensable la voluntad de las partes para que logre dar a luz a un elemento clave tan necesario en un país, como lo es la transparencia.
Yo tomo esta frase para modificarla de esta manera:
¿Quién cuida al cuidador?
Nunca es fácil cuidar a un ser querido que está gravemente enfermo...
Es posible que sea difícil para quienes hacen malabares para compatibilizar los diferentes aspectos de la vida, como el trabajo, las tareas, el cuidado de los hijos, y el cuidado de la persona que está enferma; y es posible que sienta que no tiene nada de tiempo libre.
Un cuidador, es alguien que brinda atención básica a una persona que tiene una afección médica crónica.
Una afección crónica, por tanto es una enfermedad que dura mucho tiempo, o no desaparece.
Algunos ejemplos de afecciones crónicas, son el cáncer, los efectos del accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple, la artritis, la diabetes, y la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
El cuidador, ayuda a la persona a realizar tareas como preparar y comer los alimentos, tomar medicamentos, bañarse y hasta vestirse; pero dado que ser un cuidador es tan arduo, su salud podría sufrir, y puede hacerlo sentir estresado o abrumado; tanto que es posible que pase gran parte de su tiempo cuidando a otras personas, pero que desatienda su propia salud.
Y es que algunas de las tareas que implica ser cuidador, como levantar o bañar al paciente a cargo, pueden agregar una exigencia adicional a su cuerpo; y es normal que tenga muchos sentimientos diferentes sobre su función como cuidador.
En ocasiones, puede sentirse asustado, triste, solo o menospreciado.
Puede sentirse enojado o frustrado, sentir culpa, o sentir que la vida no es justa…
Todos estos sentimientos, son normales.
Lo que no es normal, es que estos sentimientos duren mucho tiempo, o afecten su vida.
Debido a que ser cuidador es muy difícil, algunos médicos consideran que los cuidadores son “pacientes ocultos”
Los estudios demuestran, que los cuidadores son mucho más propensos que quienes no son cuidadores, a presentar sobrecarga de estrés, depresión, y otros problemas de salud.
En el cine, estos hechos no encuentran sustituto para la subestimación.
La narrativa minimalista en las películas, suele ocupar determinadas zonas del espíritu de la época cultural contemporánea reservada para las regiones más íntimas de la experiencia humana.
“That’s art!”
Chronic es un drama del año 2015, escrito y dirigido por Michel Franco.
Protagonizado por Tim Roth, Bitsie Tulloch, Michael Cristofer, David Dastmalchian, Tate Ellington, Nailea Norvind, Claire van der Boom, Sarah Sutherland, Joe Santos, Laura Niemi, Kari Coleman, Rachel Pickup, entre otros.
Chronic es una producción mexicana, y primer largometraje en inglés del director Michel Franco, que fue seleccionada para competir por La Palme d’Or en El Festival Internacional de Cine de Cannes, donde obtuvo el premio al Mejor Guión.
“Chronic nació en Cannes hace 3 años, cuando recibí un premio de manos de Tim Roth.
En ese entonces, hablamos sobre la posibilidad de hacer una película juntos, y esa es Chronic”, dijo Michel Franco al obtener el galardón.
El mexicano, también dijo que la intención de Chronic, era hacer un retrato de los últimos momentos de la vida, y de la labor de los cuidadores en el proceso de la enfermedad, debido a que vivió esta experiencia con uno de sus familiares cercanos:
“Mi abuela se enfermó, y estuvo postrada en cama durante varios meses antes de morir”, explicó Franco, quien descubrió que “los cuidadores tienen relaciones con los enfermos, que los familiares nunca tendrán”
El director, también detalló que buscaba representar el momento más complicado de las enfermedades degenerativas:
“Quería hacer un retrato objetivo, de lo complicado que son esos momentos de la vida, cómo un extraño se introduce y ayuda, no solo cumpliendo con sus deberes médicos, sino involucrándose en temas personales”, dijo.
Cabe destacar que Michel Franco, es el 2º guionista mexicano en ganar en Cannes, luego de Guillermo Arriaga por “The Three Burials of Melquíades Estrada” de Tommy Lee Jones, en 2005.
Así pues, usando un estilo cercano al documental para tratar cuestiones ciertamente íntimas, sin subrayados que impongan lo que se debe sentir, Chronic crece en el ánimo del espectador, y tiene un indudable impacto emocional con temas controvertidos, como lo son:
La eutanasia y la apatía familiar, y con personajes atormentados, regalándonos, eso sí, imágenes poderosas.
La acción sigue a un enfermero introvertido, y con tendencia a la depresión llamado Daniel Wilson (Tim Roth), que se dedica a ayudar a pacientes terminales, al tiempo que trata de retomar la relación con la familia que abandonó.
Su trabajo, es su vida, y lo hace siempre con mucho placer.
Sin embargo, su vida personal parece que tiene un vacío importante:
Profesionalmente se involucra a un nivel muy personal con sus pacientes, supliendo en más de un aspecto, sus profundas deficiencias emocionales, y tratando de aliviar la depresión que sufre; pero cuando los familiares de uno de sus pacientes, procede legalmente contra él, la situación comienza a tornarse aún más compleja.
Ahora, David busca pacientes fuera de la agencia que lo contrató, llegando a límites personales insospechados.
Chronic, es un sensible retrato sin rodeos, sobre un tema con muchas dimensiones morales interesantes a tener en cuenta.
Un fuerte drama de la vida real, que todos nosotros, con el simple hecho de existir, enfrentamos, evadimos, o no queremos vivir; es un golpe al estómago y un espejo para todos aquellos que hemos vivido situaciones similares con familiares o amigos.
Chronic, es el tipo de filmes que me gustan, debo confesarlo, pues nos muestra una realidad latente, desoladora e impactante como el final… de la vida misma.
Pero no es una película fácil, por momentos, puede resultarnos tediosa si no estamos acostumbrados a un cine con ritmo más pausado.
Tampoco es nada cómodo, vernos en un espejo ante un tema como el de los enfermos terminales, y la eutanasia.
Una de las frases promocionales, es:
“¿Cuánto pesa el dolor ajeno?”
A lo largo del metraje, Michel Franco nos da una respuesta poco esperanzadora, pero profundamente emotiva.
“Take me to chemo, I don’t need anymore for now”
Michel Franco, es uno de los cineastas más talentosos del momento, prueba de ello, son los premios que ha recibido en Cannes, donde se hizo con el de Mejor Guión por sus 2 últimos trabajos, que lo reconocen como un narrador magnífico, con una mirada única para explorar dramas sociales.
Porque si algunos cineastas entienden por “filmar la vida”, el recolectar toda la información de sus protagonistas, filmándolos en las tareas más simples y vacías de su día a día, Franco, mucho más inteligente, selecciona los momentos rutinarios y “vacíos”, más “completos” de sus personajes, de manera que todas las escenas de sus películas, suministran información sobre los sentimientos y el estado anímico de los seres que habitan sus relatos.
El director mexicano, reflexiona aquí sobre la necesidad de redención de un personaje atormentado con su pasado, y el derecho a la muerte digna de aquellos que han perdido las ganas de luchar.
No sorprende que el guión de Franco se alzara con el premio en Cannes, habida cuenta de las numerosas e interesantes lecturas que contienen sus situaciones, la aplastante coherencia de su estructura, atención a un desenlace necesario, y su capacidad de conmover, sin recurrir a la lágrima fácil.
A Chronic le interesa la descomposición física y mental de sus personajes, y para ello, no escatima al retratar con naturalidad acciones cotidianas, y mostrar el cuerpo humano; por lo que plantea el tema de enfermedad, de la vida, y la muerte, todo a la vez, con un personaje misterioso entre en espacios minimalistas, abiertos, y con mucha luz.
A fuego lento, se van introduciendo elementos para tratar de comprender a su abanderado personaje.
Con un metraje perfecto, contando lo suficiente de un mundo ambiguo, Franco cierra sin temor, y con un plano imprevisto, que la hace una propuesta valiente, seca y sin adornos, sobre la delgada línea de la existencia.
La trama se centra en David, un enfermero que trabaja con pacientes en estado terminal, un tipo apasionado y metódico con su trabajo, que entrega todo de sí al acompañar a estos seres humanos caídos en desgracia.
Por tanto, David se involucra de más con sus pacientes, y se integra a esos últimos momentos de vida, para sobrellevar su propia soledad, ya que además de hacer deporte, invierte su tiempo en actividades que ayuden a mejorar su relación con su paciente de turno, o a conocerle mejor; luego de que en apariencia, él abandonara a su familia con quienes intentará tener un acercamiento, después de un hecho doloroso del pasado.
Dado que estas vidas están limitadas, David ha aprendido a transferir eficazmente su preocupación de un paciente a otro, creando altos niveles de inteligencia emocional, y de empatía en el trato con las duras realidades de la monotonía al final de sus vidas.
El dilema, sin embargo, es que le cuesta participar y comunicarse con los seres humanos que no están muriendo, o en el dolor crónico, y las familias de aquellos por los que se preocupa, que tienen una desaprobación insensible a dicho trato, o por la morbosidad, la envidia y la hipocresía.
Sin embargo, en su estado personal, hay un vacío que le agobia:
David se encuentra alejado de su familia, su hija y ex esposa, por un evento que no se dilucida con claridad durante el metraje, pero que tiene que ver con la eutanasia de su hijo.
De esta forma, el espectador mientras observa la trama, intenta descifrar:
Qué sucede con este hombre, y por qué, a pesar de lo esmerado en su trabajo, no consigue estar completamente satisfecho en su vida.
Chronic, es un film que apenas sobrepasa los 90 minutos, pero el tiempo resulta ser relativo, si la obra tiene calidad como es el caso.
Aquí hay en el fondo, un trabajo muy humano, que toca fibras dolorosas sobre los días finales de personas con enfermedades terminales, que quiere mostrar la estrecha relación enfermero y paciente, que se va consolidando en estos casos.
Y puede ser considera como un melodrama acético y duro, cercano a ciertos filmes de Haneke, pero la originalidad reside en una dirección maravillosa, con más de una escena en que no hay diálogo, pero las actuaciones y las situaciones dicen o gritan un mar de emociones e interpretaciones.
Algunas escenas, son inclusive muy difíciles de ver, pero nada es gratuito; por el contrario, es tan cerca de la realidad que abruma.
Por tanto, el director Michel Franco, no se niega a mostrarnos el cuerpo humano en todo su sudor, vomitando, defecando la fealdad durante los jadeos finales de las personas que han sido devastadas por una enfermedad incurable.
Si bien la obra es modesta, el título tiene muchos significados, y los actores engrandecen la historia.
Modesta porque sólo tiene 97 escenas en toda la película, que duran menos de un minuto en promedio, y que dicen más sin diálogos que mil páginas de libreto en escenas de alto coste.
El título, “crónico” es ambiguo:
Puede ser que es la crónica de vida del personaje principal, o la crónica especial de cada uno de los pacientes al final de sus días; o bien, en el plano fácil, la enfermedad crónica misma, tanto de los pacientes, como del mismo David, que ha obtenido de forma “crónica”, un estilo de vida nada usual.
Desde lo técnico, la cámara está estática la mayoría de las veces, como en la mayoría de las películas de Michel Franco; y no hay aquí banda sonora.
Predominan los planos largos, y la ausencia de movimientos de cámara, como aspectos que exigen la monumental interpretación de un Tim Roth de premio.
En sus hombros, tenemos a un actor con una gran sensibilidad y talento para abordar un papel tan delicado; excelente como enfermero silencioso, educado y diligente, que abusa de un cuidado amoroso y sofocante.
Es trabajador y competente en el desempeño de sus funciones, sin embargo, sus motivos son cuestionados por los personajes, inclusive por los mismos espectadores.
Si bien la narrativa es lenta y sin incidentes, hace eco en la tristeza y el desamparo de los enfermos.
En muchos casos, David hace lo que cree que es mejor para los pacientes, a veces se inclina hacia lo poco ortodoxo, y a veces hasta lo rotundamente inapropiado.
Además, puede disgustar las frecuentes mentiras blancas que él cuenta, lo que trae dudas sobre si miente sobre otras cosas también…
El director menciona que, como guionista, pretende minimizar lo máximo posible sus filmes, no contar todo.
Es así como la intriga se teje alrededor del protagonista:
Miente cuando le toca hablar sobre cosas personales, huye de su pasado, pero este siempre lo alcanza.
Atención a la relación de su última paciente, con el motivo por el que perdió el rumbo de su vida…
A lo largo del metraje, vemos a David interactuando con distintos enfermos en un estado bastante deplorable, sin duda alguna, hay que destacar las actuaciones, tanto de estos secundarios, como del genial Tim Roth, quien según cuenta el realizador, trabajó como enfermero durante unos 4 meses, para adentrarse en su personaje, viendo la forma en cómo se desenvuelve en pantalla, y trata a sus pacientes, esto queda más que claro y reflejado.
Roth, es una especie de columna guía sobre la que se recargan y descansa el resto del elenco, que vale la pena decirlo, también hacen un trabajo arriba del promedio, que dan la réplica al protagonista, transformando sus relaciones en empáticas.
David, es el hombre detrás de la calma.
Ninguna situación le saca de su sitio, un lugar en el que permanece impertérrito a la espera de algo, o de nada.
Su personaje, resulta en ese aspecto, algo seco y distante, pero lo cierto es que en el fondo es empático y cercano, al menos en sus interrelaciones con los enfermos que cuida, cuyo trato es delicado y amistoso, ofreciendo siempre el alivio que necesitan.
Esos rasgos de personalidad, chocan plenamente cuando se tiene que enfrentar a los familiares de esos enfermos, y es que se presentan como su contrapunto:
Delegan en David, el cuidado de sus seres queridos, pero su presencia es apenas perceptible, con lo que los lazos que David crea con esos enfermos, se hacen muy fuertes.
En realidad, Franco pretende presentarnos una paleta de personajes en sus cabales, pero no cuesta entrever que son todos unos enfermos crónicos.
En David, se denota por su falta de vitalidad, por ese vacío que se intuye en su entregada vida.
Hay tensión, incomodidad y mucho dolor cuando se acerca un atisbo de la palabra familia, y de un pasado que parece no querer revelar, o al menos de golpe.
Es entonces, cuando la soledad se vuelve su particular escudo, el mismo que le sume en ese vacío existencial.
A medida que avanza el metraje, el personaje de Roth, piedra angular en Chronic, va cogiendo más fuerza, va despertando más el interés del espectador.
Tanto que ese cambio al salir a correr del gimnasio al “mundo exterior y liberador” le cobrará factura.
Y nos ofrece una montaña rusa de emociones, sin apenas subir la intensidad.
En su rostro, se pueden leer muchos estados de ánimo, pero el cansancio y la angustia, son los más presentes.
Sus silencios son cada vez más incómodos, y sus actos toman el control por encima de sus palabras, ambos parcos y directos.
Aunque Chronic resulta deprimente, es una muestra aleccionadora sobre el auto sacrificio, y la tensión psicológica del cuidador, así como una provocativa contribución al debate en curso sobre el suicidio asistido del ser humano.
Michel Franco, vuelve a jugar con el espectador y sus personajes:
Abraza la eutanasia con imágenes secas pero potentes, con las que busca la provocación, y evita totalmente la pasividad de los mismos.
Le podríamos achacar que el guión, que es muy bueno, ha prestado liberalmente ideas, sin reconocerlo, de la película de 2013 de Uberto Pasolini, “Still Life”
O al mismo Michael Haneke con “Amour” (2012) en algunas secuencias o ideas, inclusive del filme de Rúnar Rúnarsson “Eldfjall” (2011)
No obstante, esa idea de Franco y colegas, es sólo el pretexto para entrar en una cueva donde nos confrontaremos con el monstruo que somos nosotros mismos.
Y es que hay infinidad de películas, libros y otras obras, donde se habla del sufrimiento humano desde el punto de vista de un enfermo terminal, o de sus seres queridos.
Sin embargo, muy pocas veces se aborda, cómo esta convivencia, con uno o más pacientes en sus últimas etapas, le afectan a un enfermero cuidador.
En apariencia, un enfermero es un profesional que está preparado para lidiar con este tipo de enfermos y situaciones, pero seguramente, no son pocos los casos, donde la situación los rebasa, sobre todo en el plano emocional.
Es por ello que Chronic nos muestra, cómo un personaje en apariencia fuerte como David, poco a poco va desmoronándose desde su interior, y es que aunque exteriormente de la impresión de ser fuerte, por dentro, el trato con cada paciente, lo va desgastando cada vez más.
Detrás de la aparente sencillez que cubre este filme, hay una crítica profunda social, e incluso familiar, ya algo característico de Franco, al tema de las personas de mayoría de edad, con alguna incapacidad, o personas en general con discapacidades, y el estado de soledad y abandono en que se encuentran, y el derecho a una muerte digna de algunos de ellos.
Tampoco, conviene perder de vista su homenaje implícito a una profesión tan maltratada por la opinión pública, como la de los enfermeros.
Porque es desgastante, el trabajo de cuidar a un enfermo, o no lo veamos como “enfermo”, a un anciano, es una carga, y no hablemos aquí del amor, ni de la empatía, seamos reales, todos llegaremos a viejos, y en nuestra senilidad, nos veremos enfrentados a ser cuidados por alguien que muy probablemente no será nuestro familiar, porque no nos soportan.
Así de duro, así de simple... así de real.
“You always go to patients funerals”
“El remordimiento crónico, y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable.
Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible, y encamina tus esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez.
Pero en ningún caso debes entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas.
Revolcarse en el fango, no es la mejor manera de limpiarse”
Así abre Aldous Huxley el prólogo de su libro “Brave New World”  (1946), y no le falta razón.
Son muchas las ocasiones, en las que nos “mortificamos” por nuestros propios errores, aún a sabiendas de que el resto del mundo ya nos ha perdonado.
A veces somos muchos más duros con nosotros mismos, que lo que realmente lo son los demás.
Todos erramos, y Herramos, caemos y fallamos… pero eso no puede implicar un estancamiento en nuestro caminar, sino todo lo contrario.
Debemos tomarlo como un impulso para continuar adelante, con la sabia experiencia a nuestras espaldas, de las dificultades que podemos encontrar.
La reflexión sobre la propia experiencia, es buena, incluso que necesaria, pero no puede pasar de ahí:
Vive, reflexiona, aprende, y avanza...
Sin más.
Chronic, es un discurso sobre la muerte, su inminencia, inevitabilidad, espontaneidad, y la resignación ante ella.
Los pacientes de David, los escasos detalles de la vida de él mismo, y el desconcertante y brutal desenlace, sirven para abordar estas distintas perspectivas.
Películas como Chronic, son quizás el único medio por el cual podemos comprender nuestra propia mortalidad, nuestro propio e inexorable caminar hacia la nostalgia y la incontinencia.
La probabilidad es que la mayoría lleguemos a ese punto de la vejez...
Y si nos llega ese momento, desearemos tener a David de nuestro lado.
Necesitamos más gente como David.
¡Pero no descuidemos a David!

“How much does weigh other people's pain?”



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