Batman

“Have you ever danced with the devil in the pale moonlight?”

¿A quién no le gustan los superhéroes?
Supongo que habrá uno que otro que de plano no le guste ninguno de los tantos que existen, pero creo que a la mayoría nos agradan de una u otra forma, ya sea porque hemos crecido con ellos o por cierta identificación hacia los personajes.
Además con todo el nuevo boom de comics que han transportado al mundo del cine es muy difícil resistirse y mucho mas decidirse por uno en particular, debido a que han cambiado las esencias y han resucitado a tantos que es imposible acordarse, inclusive, de los nombres.
En lo particular mi héroe favorito, desde que tengo uso de memoria, siempre ha sido Batman.
Ese ambiente oscuro y misterioso que lo rodea me llama mucho la atención, pero también he de confesar que, al mismo tiempo, siento una enorme fascinación hacia sus villanos.
De hecho, en muchas películas sobre comics los malos suelen ser personajes mucho más interesantes que los protagonistas o los “buenos”.
Y es que realmente existe una línea muy delgada que los separa porque:
¿Cuántas veces hemos visto que también los superhéroes hacen cosas ilegales o clandestinas?
Ellos también asesinan, roban, generan daños a vías públicas, irrumpen en propiedades privadas, etc. pero con la diferencia de que lo hacen por el “bien” de todos.
Si uno se detiene un instante a repasar la figura de Batman, probablemente le venga a la cabeza un superhéroe oscuro y solitario, que inspira terror en los bajos fondos de su ciudad.
Esa misma ciudad puede recordar a una película de cine negro tipo años cuarenta, con una estética gótica bien definida, su mismo nombre no es casualidad.
El carácter detectivesco del personaje también es uno de sus rasgos más memorables, junto a la cantidad de gadgets que utiliza, para mayor gloria, en la mayoría de sus aventuras.
Batman es la creación de Bob Kane, un dibujante mediocre que dio vida a su invención en el Detective Comics (DC) de Mayo de 1939.
A decir verdad no hay demasiadas ideas originales tras su personaje, pero en realidad muchas de las creaciones más populares de la literatura, el cine y el comic son, en definitiva, reciclados y collages de otras historias y personajes.
Y si bien los dibujos de la tira eran de mala calidad, y el carácter de Batman / Bruce Wayne tenían cierto perfil estoico, lo cierto es que el comic resultó ser muy popular.
Ya en los años 40 se harían unas paupérrimas adaptaciones en forma de serial por parte de la Columbia, con unos encapotados excedidos de peso haciendo correrías en un auto común y silvestre.
Luego vendría el apogeo de la era del comic en la Segunda Guerra Mundial y la posterior decadencia para los años 60, llegando al clímax en la serie televisiva de culto Batman de 1966, donde se ridiculizaba al personaje en espléndido tono de humor “camp”.
La verdad es que la decadencia del género tenía que ver con una cuestión de discursos.
Mientras que las generaciones cambiaban, se modernizaban y se hacían más cínicas, las historietas, especialmente las de DC Comics, continuaban dando cierto discurso moralista propio de los 40 y no de los 60.
Era lógico que para esa altura, creer que un tipo en malla, pantis y capa corriendo por ahí y haciendo justicia resultara ridículo.
Mientras DC continuaba con su Olimpo de superhéroes imperturbables y carentes de humanidad, Marvel comenzaba a surgir con su mundo de paladines más humanizados y cercanos al público, y comenzarían a devorarle el mercado a la editorial de Superman y Batman.
Fuera por tradición u orgullo, lo cierto es que la DC demoraría décadas en dar acuse de recibo del golpe y en humanizar a sus héroes.
Y, de toda su galería, el más cercano a un héroe Marvel es sin duda alguna Batman.
Es el único paladín del staff DC que presenta conflicto y humanidad, además de la oscuridad que se abate sobre la historia del personaje.
Posiblemente la serie de 1966 sea una de las creaciones televisivas más amadas a nivel mundial, pero también revelaba hasta qué punto estaba pasado de moda el enfoque sobre el personaje.
Tendrían que pasar 20 años y esperar a que Frank Miller pusiera sus manos sobre el hombre murciélago para revelar toda la potencialidad oculta del personaje.
Y The Dark Knight Returns (1986) da origen, conceptualmente, al film de Burton de 1989 tanto en estética como en perfil sicológico.
Mientras que Superman es el chico bueno y patriota, defensor de los valores americanos, Batman no deja de ser un psicópata escudado en un disfraz y que representa el ejemplo ideal de lo que los yanquis llaman vigilante o un justiciero por propia mano.
Así que a través de Miller el comic pasó de ser una historia de detectives disfrazados a convertirse en un manicomio donde los locos andan sueltos, y donde uno de los psicópatas actúa en pro de la justicia.
Dicho así, carece de toda elegancia pero es un resumen claro del cambio que sufrió la historieta.
Cinematográficamente, Batman estaba dando vueltas desde 1978, poco después del exitoso estreno de Superman.
Si bien tuvo una adaptación a la pantalla grande en 1966, no era más que una extensión de la serie protagonizada por Adam West, con algo más de presupuesto y bastante menos de gracia.
Lamentablemente el recuerdo de la serie televisiva era tan fuerte que, cuando el proyecto comenzó a tener visos de concretarse, se despertaron fuertes polémicas.
Empezando por la elección de Michael Keaton, poniendo en la dirección al desconocido Tim Burton, y anticipando las fotos del traje de hule negro del encapotado, además de la ausencia de Robin... denotaban que el film no iba a tener nada que ver con la serie de Adam West y Burt Ward.
Pero pronto la imagen negativa se revertiría, gracias a una impresionante campaña publicitaria que resulta comparable a la de Star Wars.
La Batimanía estalló en todo el planeta, incluso antes del estreno del film, y cuando éste salió a la palestra, las recaudaciones se dispararon a las nubes.
Como la trilogía de Lucas, la película pronto se volvería un fenómeno cultural y el hito cinematográfico, sin duda alguna, de los años 80.
Batman es hija de su época, y como comic que es no hay que tomársela tan a pecho, aun así te llena en todos los sentidos, te atrapa la ambientación casi perfecta de una ciudad gótica oscura, los efectos visuales distinguidos y sensación para esa época.
Todo redondo, lo mire por donde lo mire.
Batman es una película estadounidense de 1989 basada en el personaje de cómics del mismo nombre.
Dirigida por Tim Burton, ganó el Óscar a la mejor dirección artística de ese año por la labor de Anton Furst.
Está protagonizada por Michael Keaton, ENORME Jack Nicholson, Kim Basinger, Robert Wuhl, Pat Hingle, Billy Dee Williams, Michael Gough, Jack Palance, Jerry Hall, Tracey Walter, Lee Wallace, William Hootkins y Philip Tan.
Es la primera película de la serie fílmica de Batman distribuidas por la Warner Bros.
Por qué Batman?
Burton le dio a Gotham City un tratamiento totalmente distinto, elevándola al rango de personaje omnipresente, algo mas allá de lo que se le había aplicado en la anterior película y popular serie televisiva de los años 1960, creando una atmósfera sombría y gótica.
Arquitectónicamente, Gotham está moldeada basándose en Nueva York o Pittsburgh, inclusive Chicago, pero con rasgos más exagerados y sucios, acomodándose al estilo de su respectiva época editorial.
Además, su nombre que en inglés suena a God damn, "maldito/a" es un antiguo sobrenombre de Nueva York.
Generalmente, en el Universo DC se le atribuye a Gotham City características negativas, como ciudad maldita, noche, oscuridad, corrupción y un muy profundamente asentado sentido de la decadencia.
Esto en contraposición a Metropolis (ciudad de Superman) como la ciudad de la luz, el día, la esperanza y "el mañana".
Es en este apartado donde el genial artista Anton Furst se encargó del diseño de producción, que le valió el Oscar con el diseño del Batmobile y la creación de Gotham City y no es para menos; en comics posteriores, se adoptó la estética de la película.
Furst creó la verdadera Gotham City, oscura, con edificios altos, con puentes entre ellos, era imaginar Nueva York sin políticas de urbanismo.
La ciudad se convertía en protagonista de la película, sus calles, callejones, edificios públicos, su fábrica y su catedral.
Además, Batcave se convierte en una gruta alta y peligrosa pero lo que más sale ganando es el apartado de vehículos.
Personalmente, este es mi Batmobile preferido, el Batmobile por excelencia, oscuro, rápido silencioso, alargado (curiosamente fálico) bien decorado con unas aletas y con una impresionante turbina en relación al tamaño del coche.
El pivote de la turbina delantera no tiene función concreta.
Este Batmobile dispone de una cabina de apertura automática, cables para tomar curvas cerradas, blindaje adicional para toda la carrocería, gran velocidad, unos frenos excelentes, rudos anti acquaplanning, bombas en las llantas, ametralladoras en el capó y una gran resistencia al fuego.
El vehículo posee artefactos y armamentos que nunca se habían visto antes, por lo que el Batmobile se convertirá en un arma de gran importancia para el superhéroe.
Por otra parte está el Batwing, con el mismo estilo sombrío y con la forma del murciélago clásico, como se ve a contraluz sobre la luna llena.
Todo esto, incluyendo el toque de la casa de Tim Burton, que dota al vehículo de un aspecto intimidatorio y oscuro, que se convertirá en el arma más mortífera que tiene Batman, junto con la Batwing.
El Batwing hace gala de acrobacias, generadas gracias a unas muy cantosas maquetas, aunque perfectamente animadas, no tenemos manos ni cables ni esas cosas, unas potentes pinzas para recoger globos gigantes, unas ametralladoras y unos misiles, así como un objetivo muy "preciso".
El trabajo de ambientación de esta película es sencillamente inmejorable, creando una ciudad intemporal, no se sabe ni tiene interés saber en qué año estamos, y 100% obra de Tim Burton.
Toda la película está impregnada de una carga de oscuridad importante y de cierta ironía y mala leche, algo muy típico de Burton y que se agradece en esta película, que gana bastante con esa orientación.
Si hubiera sido la típica película de acción su tono hubiera sido diferente, eso seguro.
La identidad secreta de Batman ha sido siempre Bruce Wayne un empresario multimillonario y filántropo.
Después de ser testigo en su niñez de la muerte de sus padres, jura venganza y, tras someterse a un riguroso entrenamiento físico y mental, se dedica a combatir la delincuencia en Gotham City.
En todas sus apariciones como Batman, Wayne se disfraza de murciélago, a diferencia de otros superhéroes, no posee superpoderes sino que utiliza el intelecto junto a aplicaciones científicas y tecnológicas para crear armas y herramientas con las cuales atrapar a los criminales.
Reside en la mansión Wayne, en cuyos subterráneos se encuentra la Batcave, y es asistido regularmente por aliados y empleados, entre los que destacan Robin, Batgirl, Nightwing, el oficial James Gordon y el mayordomo Alfred Pennyworth.
No obstante, los mismos habitantes de la ciudad lo ven como un playboy irresponsable y superficial que vive de la fortuna personal de su familia, acumulada a partir de las inversiones realizadas en inmuebles de Gotham justo antes de que la ciudad se convirtiera en una gran metrópolis y de las ganancias de Industrias Wayne, una firma tecnológica privada que heredó.
A pesar de esto, Wayne es conocido también por sus contribuciones caritativas, especialmente por medio de su fundación.
La razón por la cual Bruce creó una imagen de playboy es para evitar sospechas sobre su verdadera identidad (sexual inclusive), a veces comportándose de forma torpe y egocéntrica.
Los escritores de los relatos de Batman y Superman usualmente comparan a ambos personajes dentro del contexto de varias historias, para finalmente llegar a conclusiones distintas.
Al igual que Superman, la consistencia de las identidades duales de Batman varía con el tiempo.
En historias más recientes, se ha intentando hacer de Bruce Wayne la fachada, siendo entonces Batman la verdadera representación de su personalidad, en contrapunto al Superman contemporáneo, donde Clark Kent es la personalidad real, y Superman sólo es el disfraz, etc.
A diferencia de muchos otros superhéroes, Batman no posee superpoderes, por lo que hace uso de «sus conocimientos científicos, habilidades detectivescas y una gran destreza física».
Así como tampoco utiliza armas de fuego, ya que manifiesta un rechazo a las mismas debido al asesinato de sus padres perpetrado con un arma de fuego.
En las historias es considerado como uno de los mejores detectives del planeta.
Sin embargo posee solo una regla, razón por la cual es conocido y temido por los criminales de la ciudad: Batman no mata, pero si sabe hacer daño, ya que se vale de cualquier método para atrapar a los criminales u obtener la información que necesita de ellos, incluyendo a veces la intimidación y la tortura física.
La vestimenta de Batman incorpora la imaginería de un murciélago para asustar a los criminales.
Batman como el icono, es el símbolo absoluto de la oscuridad, Batman es casi más un concepto que un ser humano, una fuerza de la naturaleza destinada a repartir justicia de una forma u otra, bajo este prisma su contraposición con Superman que es el símbolo absoluto de la luz.
Batman es detective, es un superdotado, inteligente calculador, imposible de sorprender o engañar, si bien no tiene poderes, pero se disfraza como superhéroe, se comporta como tal y colabora con otros superhéroes, aunque sabe que su “trabajo” es casi imposible e inabarcable, que su labor surge de la venganza y la tragedia, es bajo esta visón, Batman, casi disfruta con lo que hace, casi sonríe y casi se puede permitir ser feliz.
Como puntos a destacar en la película, se encuentran la búsqueda de Burton de mostrar el lado oscuro y humano de Batman, el actor Michael Keaton fue un acierto, ya que otorgaba al héroe una imagen ambigua, inquietante e interesante.
Pero este Batman utiliza armas de fuego, solamente en el Batmobile y en el Batwing, y es capaz de matar, contrario a la principal característica del personaje.
Independientemente de que guste o no, el arsenal de gadgets y aparatejos que salen en esta película es tremendo, empezando por el Batmobile, y siguiendo con el Batarang, o cualquier otro de los cacharros que utiliza Batman para combatir el crimen.
“Batman, Batman!
Can somebody tell me what kind of a world we live in, where a man dressed up as a bat gets all of my press?
This town needs an enema!”
Jack Nicholson realiza una ENORME interpretación, histórica, dando vida al chiflado de la sonrisa permanente.
Su personaje disfrutaba casi de más líneas en el guión que el del propio Keaton, y prácticamente se convertiría en el protagonista absoluto de la película, según se dice, fue el propio Bob Kane, creador del personaje, quien propuso a Nicholson para el papel.
A pesar de la aplaudida actuación de Jack Nicholson, se desató mayor polémica en los fans del personaje porque se introduce un nuevo origen al Joker como Jack Napier, quien aparece como el asesino de los padres de Bruce Wayne y, por consiguiente, responsable de la posterior creación de Batman.
El Joker no fue quien asesinó a los padres de Bruce Wayne, sino que fue Joe Chill.
Aunque se puede notar (sin haberse confirmado) que Joe Chill aparece como el compañero de Joker en el momento en que éste asesina a sus padres.
Jack Napier no es el verdadero nombre de Joker en los cómics, el nombre de Jack Napier hace referencia al mismo Jack Nicholson y a Alan Napier, actor que interpretó a Alfred en la serie de los años 60.
Por otra parte, Joker, en ningún momento en los cómics muere, ya que es la eterna némesis de Batman, sin embargo, en la película muere al final ya que para Burton era ilógico que el villano volviese para una probable secuela.
El Joker, en esta película, tiene un origen claramente definido, basado en el cómic, él mismo declara que no recuerda bien su pasado, y que nunca lo recuerda de la misma forma.
El Joker es uno de los villanos más influyentes en la historia de los cómics, y uno de los mejor reconocidos a nivel masivo, es una amenaza para héroes y villanos, es uno de los antagonistas más siniestros y peligrosos del Universo DC.
El personaje es el responsable de muchas desgracias en la vida de Batman, como la muerte de Jason Todd, el segundo Robin (antes de este evento es donde cronológicamente podemos situar a este Batman), la parálisis de Barbara Gordon, más conocida como Batgirl, el asesinato de Carl Beaumont y la muerte de Sarah Essen-Gordon, etc.
Joker es un tipo que no sabes de qué va, imprevisible, loco y malvado como nadie.
Creo que la gente cuando compara su interpretación con la de Heath Ledger en “The Dark Knight” de 2008, no se da cuenta de que la interpretación de Nicholson es mucho más cercana al espíritu del comic original: un payaso asesino totalmente incontrolable e impredecible, en donde lo payaso se borra completamente del film de Nolan y el maquillaje en Ledger lo hace parecer ilógico e inverosímil, pero la intensión de este comentario no es de comparar ambos Joker, debido a que el Joker de Kane aparece en este Batman y no se sabe de donde es la influencia del Joker de Nolan, muy alejado del comic, y de este como comic en si mismo inclusive.
El Joker como el cobarde que siempre fuera antes de quedar pigmentalmente deforme, ocultó cualquier instinto de recuperación mental entregándose a la locura sin concierto ni lógica.
Toda acción inhibitoria fue apagada para dejarse llevar a propósitos tan absurdos como peligrosos.
El mundo, las esperanzas, los sueños, el dolor, la vida y la muerte no eran sino una broma eterna.
Evitó una lucha contra la realidad hasta el punto de no aferrarse a nada sólido.
Si no se luchaba, no se perdía, y así el insignificante hombre que antaño fuera evitó la derrota en su última batalla.
Ante él, Batman fue erigido como causa y razón de su locura, una autoridad regidora de ley y orden, un símil a un padre que imponía disciplina y recordatorio de lo que él había apartado definitivamente para siempre de su lado.
Su antagonista, la otra cara de la moneda, su némesis.
Vencer a Batman era demostrarse que llevaba razón en su cobardía, de ahí su odio encarnizado al que le recordaba la cruda verdad que con tanto tesón rechazaba con su macabra risa.
Sentir empatía hacia el prójimo, luchar por lo que es justo, enfrentarse a la rutina del día a día, asumir responsabilidades, todo ello le superó y su accidente químico le daría la justificación que tanto deseaba.
No es Batman quien crea a los monstruos que inevitablemente le rodean, sino que, como comprenderá tras muchos años Bruce Wayne, los monstruos siempre han estado entre nosotros y aparecen cuando nos miramos en el espejo.
“It's as though we were made for each other, Beauty and the Beast.
Of course, if anyone else calls you beast, I'll rip their lungs out”
Por su parte Kim Basinger como la periodista Vicki Vale es el McGuffin humano, el florero que fue impuesto como regla romántica de la trama, también para evitar los rumores de la presunta homosexualidad del héroe que circuló en los tiempos de las historietas.
Su papel es de mero objeto de deseo, 100% sexual, en donde es el trofeo de la batalla campal entre héroe y su némesis, donde ambos la desean.
El primero para dar paso a una estabilidad sexual y emocional en su vida, dejando atrás una vida de martirios; el otro para frustrar esa idea y pues también elucidamos un ira de celos por parte de Joker hacia la señorita Vale.
¿Qué sería de un superhéroe sin su... mayordomo?
Michael Gough da vida a Alfred, el flemático y fiel mayordomo de Bruce Wayne.
Nunca hubo un Alfred más Alfred que Gough.
Alfred viene a ser la conciencia de Wayne, su link con el pasado, es quien atesora la mayoría de los recuerdos y es la única autoridad moral sobre Batman.
Cabe también decir que Alfred es el maestro iniciador de Batman, en lo que se refiere a su comportamiento y personalidad, inclusive poco sabemos de Alfred; también hay claros signos masónicos en Alfred que nos hacen pensar que fue él quien guió a Wayne en la creación del justiciero nocturno.
Billy Dee Williams interpreta a Harvey Dent antes de sufrir el accidente que lo convierte en Two Faces.
Williams firmó un contrato para repetir su papel en la futura secuela, pero Warner debió pagarle para que entregara el papel a Tommy Lee Jones, sin embargo, su papel a diferencia de los comics es casi nulo siendo solo un personaje de relleno pero aun mostrando la esencia original del personaje.
Además, el papel del detective James Gordon en la historia era prácticamente nulo.
Pero, más allá de la historia y de la anécdota, Batman resulta ser un film poderoso.
Es visualmente impactante, posee una densidad de definición de caracteres inusual para el género, y está excelentemente construido como relato.
El mayor y más grave problema de la película es que no trata sobre Batman, sino sobre su némesis.
En parte es defecto del guión, y en gran parte es la magnífica actuación de un Jack Nicholson salvaje, que lleva la sobreactuación a niveles superiores al arte.
Es tan perfectamente diabólico, abrumadoramente carismático y brutalmente cómico, que es imposible no pujar por el Joker a lo largo de la película.
Esto no significa que Michael Keaton haya hecho un mal desempeño como Bruce Wayne / Batman, de hecho, su actuación es excelente, y la dicotomía entre el tímido Wayne y el sombrío Batman es realmente creíble, pero Nicholson apabulla por robo durante toda la cinta.
Posee la mayoría de las mejores escenas, las mejores líneas, además de que el actor impresiona en la caracterización del personaje.
Y el otro factor que va en desmedro del encapotado es que el film no se toma el tiempo suficiente para contar toda la historia del mismo, dedicándole muchas más escenas al origen y desarrollo del Joker.
Mientras que Superman contaba a la perfección la historia del personaje pero fallaba a la hora de definir la maldad del villano, dejándolo como una mera caricatura, en Batman se da el caso inverso: el villano es perfecto, pero conocemos poco sobre el héroe, tal vez en eso reside su misterio?
Destacó además la intensa banda sonora a cargo de Danny Elfman, quien constantemente colabora en filmes de Tim Burton.
La banda sonora nos mete de lleno en Batman, es parte esencial de ésta y ninguna de sus imágenes es lo mismo sin ella.
De hecho, uno se siente vacío en las escenas desprovistas de música, pues ya parece algo imprescindible.
Nos transmite el miedo de un niño solo y abandonado a su suerte, el terror de unos carteristas ante los desconocido, los sentimientos de Bruce Wayne y Vicky, temas heroicos y de instrumentos de viento metal para Batman, valses divertidos y macabros para Joker, que según Elfman era un personaje poco definido musicalmente.
La misma música nos lleva niveles espectaculares de acción en escenas casi puramente musicales, por otra parte, Prince sorprendió con sus canciones, especialmente su Batdance y una serie de temas que carnavalizan las travesuras del joker.
“If you've got to go, go with a smile!”
Las dobles lecturas en Batman y la relación/interacción con los hombres que han aparecido a su alrededor tanto en las historietas como en la serie televisiva han sido cuestionables.
Las apreciaciones homosexuales han sido parte del estudio y parodia del personaje desde que el psiquiatra Fredric Wertham afirmó en su libro “La Seducción Del Inocente” (1954) que «las historias de Batman son psicológicamente homosexuales».
En el texto, Wertham menciona:
«El tipo de relatos de Batman podría estimular a los niños a tener fantasías homosexuales, de cuya naturaleza podrían ser inconscientes».
Asimismo, añadió:
«Sólo alguien que ignore los fundamentos de la psiquiatría y de la psicopatología del sexo no sería capaz de percibir una atmósfera sutil de homoerotismo invadiendo las aventuras de Batman y su joven amigo Robin»
Andy Medhurst redactó en su ensayo “Batman, Deviance, and Camp” de 1991, que Batman interesa a las audiencias gay porque «fue uno de los primeros personajes ficticios en ser atacado sobre la base de su supuesta homosexualidad», y mientras que «la serie televisiva de los años 1960 sigue teniendo un toque camp, [él] merece un análisis de fondo como una construcción notablemente exitosa de la masculinidad».
A su vez, Frank Miller ha descrito la relación entre Batman y Joker como una «pesadilla homofóbica» percibiendo que el héroe sublima sus impulsos sexuales en el combate contra el crimen.
Miller concluye que «Batman sería mucho más saludable si fuera gay».
En 2006 el actor George Clooney aclaró a la conductora de televisión Barbara Walters que su versión de Batman en la película Batman & Robin, dirigida por Joel Schumacher, era gay.
Clooney respondió a la pregunta de si alguna vez interpretaría a un personaje homosexual, diciendo:
«Ya lo hice.
Batman vestía un traje de goma, tenía pezones de goma, podía haberlo interpretado heterosexual, pero no lo hice; lo hice gay...»
Cabe destacar que aunque la saga Batman tiene un número de personajes lésbicos bastante importante, todavía no existe ningún personaje de importancia que se declare explícitamente gay en ninguno de sus comics books.
Regresando al film cabe destacar el momento en el museo con Nicholson y Basinger, sin palabras.
Posiblemente Batman sea uno de los blockbusters más oscuros de la historia de Hollywood; como dijimos, no deja de ser la historia de gente con graves problemas psicológicos.
Se suma el hecho de que Batman aquí realmente es un vigilante, y no duda en liquidar criminales.
En comparación a ciertos aspectos en la saga de Burton que sobrepasan a la película de Nolan, son la estética de Gotham City que es oscura y un tanto siniestra como la de los comics clásicos, los trajes de Batman usados por Keaton, estéticamente muchísimo más bonitos que los que llevo Christian Bale en cualquiera de sus 2 películas, el batmobile, que para mí es el coche más fascinante y espectacular del cine hecho jamás, y que a día de hoy no ha sido superado en el universo de Batman, tanto ni en comics, TV, películas o videojuegos, y sobre todo si hay algo que todo el mundo recuerda de estas películas es la preciosa banda sonora de Danny Elfman y las canciones de TAFKAP.
Aunque la historia es muy sencilla y vigente en todas partes, propone una sociedad criminalizada en tiempos electorales y que necesita un salvador, el atractivo subyace en el triángulo amoroso entre el héroe, la chica y el villano.
Hay algo que decir al respecto, cuando el regreso a los clásicos se convierte en pretexto para ocultar la falta de creatividad.
Dieciséis años después, Batman sigue peleando contra armas químicas y gases venenosos, sigue revelando a una mujer su identidad secreta, sigue soltero y continúa saliendo sólo por las noches.
Lo único que ha cambiado, es que, cuando menos, los villanos de hoy ya no tienen móviles económicos, sino terroristas.
Y es que no hay mucho más que decir.
¿De qué va Batman?
De la lucha del bien y el mal, de una forma siniestra, con algo de humor negro y una sofisticada elegancia, pero tan simple que no cuenta nada de especial interés, como muchas obras del arte moderno.
La historia parece que trate de dos niños atrapados en sendos cuerpos adultos, jugando por ver quién de los dos gana una excéntrica partida en una ciudad totalmente a merced de ambos, ya que la policía es inexistente, y cuando aparece es ridículamente inepta.
Por tanto, es una obra perfecta, que se disfruta con el cerebro en "off", que no hace justicia a su material de referencia y que posee un ritmo caótico e incluso aburrido en ocasiones.
Irónicamente, pese a todo esto, tiene un "algo" que hace que no caiga en el olvido.
Probablemente la recreación visual perfecta de todo un icono.

“Haven't you ever heard of the healing power of laughter?”



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