Starship Troopers

“A new kind of enemy.
A new kind of war”

En el cine encontramos muchas producciones donde la humanidad debe luchar por la sobrevivencia, no sólo con seres producto de la evolución y un poco de ingeniería genética u otros experimentos humanos que se salen de la manos, sino también con seres de otros mundos, otras galaxias; sin embargo tengo que aceptar que muy pocas películas me dan la impresión de estar la humanidad frente a una batalla que por ningún lado se puede ganar.
En ellas, cada héroe de acción esconde, tras su fachada, una lección de fascismo.
El hecho de diferenciarse del resto, de considerarse superior y tomar la justicia en sus manos, de descreer de las instituciones y de actuar de modo propio, lo hace singular y con su propia escala de valores.
Con el tiempo las audiencias nos hemos acostumbrado de tal modo que personajes similares ya se han convertido en estereotipos del cine moderno.
Pero mientras que la figura del justiciero termina por ser un elemento marginal de una doctrina política y social totalitaria que ha terminado por adaptarse a los requerimientos del cine contemporáneo, prácticamente no hay cine de propaganda fascista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, con la desaparición del nazismo en Alemania.
Un cine que no hable de individuos sino de grupos, que provea una lección masiva de fascismo a los espectadores.
Pueden haber contados casos pero siempre caen en el esquema de los héroes individuales contra el resto del mundo.
Es entonces cuando uno se cuestiona si era necesario respetar o satirizar los puntos centrales de un libro tan polémico como Starship Troopers (1959) de Robert A. Heinlein.
Heinlein es reconocido como uno de los supremos maestros de la ciencia ficción, en un trío que estaría integrado por Arthur C. Clarke e Isaac Asimov.
Starship Troopers en realidad era un libro de “sci-fi” para el público adolescente.
Tiene el detalle anecdótico de que es el único libro de “sci-fi” que figura entre el material de lectura oficial en las academias militares norteamericanas.
Es una novela popular que ha servido de material de base incluso a adaptaciones no oficiales (Aliens), y numerosas ideas han sido tomadas de molde para argumentos similares.
Pero a fines de los 50, con el Comunismo como el gran villano mundial, es lógico pensar de que quienes se sintieran amenazados por él tomaran una posición política radicalmente extrema.
Como alguien dijo:
“Los extremos a la larga se juntan”
Si Starship Troopers era una ficción para adolescentes, entonces el propósito de Heinlein no era simplemente entretener sino también difundir una idea.
El contenido del libro es fuertemente pro militarista, con la noción de que la Democracia es un régimen ineficiente y que sólo un sistema totalitario puede combatir a las amenazas extremas al sistema.
Ideas como la discriminación entre civiles y militares, que sólo los militarizados estuvieran en condiciones de votar y gobernar, o la idea de un gobierno mundial unificado suenan a una utopía basada en elementos de la realidad.
La novela Starship Troopers planteaba una sociedad "utópica" en la que sólo adquirían derechos de ciudadanía aquéllos dispuestos a servir voluntariamente en el ejército: sólo puedes participar en la toma de decisiones si estás dispuesto a arriesgarte por tu modelo social.
Como buen yanqui, a Heinlein le fallaban bastante sus conocimientos de Historia, pues el modelo social por él propugnado ya tenía su antecedente en la Antigua Grecia.
Un espartano o un ateniense eran ciudadanos sólo en la medida en que militaban entre los hoplitas (la infantería pesada), aunque no se admitía a cualquiera, y era bajo esa condición que podían participar en las asambleas, las aclamaciones o las votaciones de su polis.
Queda feo decirlo, pero el origen de la democracia occidental fue militarista, y ni qué decir tiene que careció de la perfección que exhibe en la novela.
Entre las muchas objeciones que podrían hacerse a semejante modelo de "democracia", dudo que sólo mediante la guerra un ciudadano pueda hacer aportaciones constructivas a su sociedad, tesis que ya en demasiadas ocasiones se ha demostrado, y se sigue demostrando, como un fracaso.
“Every day, Federal scientists are looking for new ways to kill bugs”
Starship Troopers es una película de ciencia ficción de 1997 dirigida por Paul Verhoeven, escrita por Edward Neumeier, y protagonizada por Casper Van Dien, Dina Meyer, Denise Richards, Michael Ironside, Jake Busey, Clancy Brown, Neil Patrick Harris, entre otros.
Estuvo nominada al Oscar como mejores efectos visuales.
Starship Troopers está basada en la novela homónima de Robert A. Heinlein de 1959, quien fue un militar y escribió la novela al final de la época más dura de la Guerra Fría abiertamente con matices fascistas y xenófobos, pero al estilo norteamericano, con la justicia y la "democracia" como banderas.
Uno de los conceptos pasados por alto en la cinta Starship Troopers fueron los trajes de la Infantería Móvil, ya que en la novela se hablaba de auténticos acorazados, con armamento propio y más parecido a un vehículo militar con forma de hombre que a la indumentaria militar contemporánea.
Los productores dijeron simplemente que era materialmente imposible hacer esos trajes con el presupuesto con el que contaban.
Sólo algunas frases e ideas del libro son trasladadas a la película, si bien no quedan ahí los cambios.
Hay personajes que son eliminados o modificados radicalmente, como Dizzy Flores, que deja de ser un chico (en la novela) para convertirse en una chica con el consiguiente matiz que eso conllevará para el argumento.
Además, Mr. Dubois es mezclado con Rasczack para ser un sólo personaje, interpretado por Michael Ironside.
En Starship Troopers, lo primero destacable sería la elección de los intérpretes.
Todos ellos son chicos sanos, guapos, rubios (arios, como quien dice), y sonrientes.
Además de elegirlos así, Verhoeven les dirige de la forma más conveniente para exagerar siempre su lado más empalagoso e inconsciente.
A esto añadiremos el hecho de encontrarnos con un instituto de Buenos Aires convertido en una genuina “high school” norteamericana (hablan inglés) con su equipo de football y su baile de graduación...
Verhoeven hace un sutil dibujo del carácter controlador y de pensamiento único de la sociedad que retrata, sociedad en la que toda introspección o búsqueda de la reflexión personal queda desterrada.
La imposibilidad de la intimidad y, por tanto, de que las personas puedan crearse un mundo interior, queda patente en secuencias como:
El anuncio de las notas en el instituto: todo el mundo puede visualizar, en letras gigantes, el resultado de los demás;
Las duchas mixtas en los vestuarios del ejército: uniformización de ambos sexos;
El anuncio de las listas de caídos en combate, igual de poco discreto que el de las notas;
El intento de Rico (Casper Van Dien) de enviar un mensaje a su novia y de leer el que ella le envía, sin poder evitar que los demás lo vean; e incluso la decisión de Rico de entablar relaciones sexuales con Dizzy (Dina Meyer), que queda interrumpida por la interferencia de un superior.
De hecho, el recurso a la ultra violencia, a la tortura de los personajes-insecto (visión entomológica), da buenos resultados en el film a la hora de hablarnos de un futuro o quizás no tan futuro, donde la moralidad y el resto de aspectos humanos han sido convertidos en una mentira de flamante carcasa, pero de hediondo interior, cuando no definitivamente borrados de la faz de la Tierra.
Starship Troopers es fantasía y acción sin descanso.
Una historia bien simple y muy efectiva a la hora del entretenimiento.
Starship Troopers empieza presentando lentamente cada personaje y desarrollando cada aspecto de la trama principal en forma lenta y concisa.
Luego entramos en un vértigo cada vez más acelerado de efectos visuales y sonoros de primer nivel, de acción trepidante y de emociones al límite.
Las escenas de lucha son muy bien logradas y los ambientes galácticos sobrepasan las expectativas.
Es posible dividir a la película en tres secciones.
El comienzo del film promete, con los falsos infomerciales intentado profundizar a los personajes y generar un auténtico camino del héroe... fascista.
Desde el gobierno militar a los uniformes neo nazis, es lidiar con una causa que no tiene redención posible.
Nada más contrario al estado totalitario, a la organización monolítica, rigurosa y rigurosamente ordenada y ordenancista del fascismo, que el justiciero vengador.
De alguna manera, es así como actúa Johnny Rico (Casper Van Dien) cuando se rebela contra la opinión de sus padres a la hora de alistarse en la Infantería Móvil; o cuando en un ejercicio con fuego real, durante las prácticas en la academia militar, un hombre bajo su mando pierde la vida por ese mismo afán de individualismo; la misma actitud demuestra Rico en el momento en que hace más caso a su instinto que a las órdenes recibidas y decide ir a través del pasadizo que intuye le llevará a encontrar y salvar a Carmen (su antigua novia) en la guarida de los “bichos”, yendo así en contra del verdadero objeto de su misión y arriesgándose a un riguroso castigo, sino a la horca.
Un tópico que debe interpretarse como un viaje iniciático hacia el compromiso con la patria, hacia el reconocimiento de unos supuestos verdaderos valores (el honor, la lealtad, el sacrificio), que convergen en la realización total del individuo como parte de una masa uniforme, de pensamiento único y con una misión muy concreta y patriótica.
Entonces, Starship Troopers comienza a redimirse a partir del segundo segmento.
Aquí es donde Verhoeven arma un lineamiento que es el forjamiento del hombre y la conclusión con el despertar en el mundo real de la guerra.
Starship Troopers también es cine de terror, pues no es otra la sensación que se tiene ante la horrenda visión de las llanuras infectadas de “bichos” que pretenden tomar la posición protegida por la Infantería Móvil, las terribles amputaciones que esos seres practican a los humanos en el combate o la desconcertante idea de que un insecto enorme, gordo, babeante y con cara de vagina purulenta inserte un aguijón en tu cabeza para succionarte el cerebro.
El enemigo, los “bichos”, es tratado como una plaga a exterminar, deshumanizado, como no podía ser de otra manera cuando hablamos de seres con más de cuatro patas, y donde los que defienden la supuesta catadura reaccionaria de Starship Troopers verán una alegoría del peligro amarillo, rojo o con turbante de turno; y no se equivocarán, pero volverán a confundir el sentido real de lo que están viendo.
Por tanto, el combate será retransmitido en directo, como tristemente sucedió con la Guerra de Vietnam, y los noticiarios tipo NO-DO, en tono épico, acercarán a la voz pública las últimas novedades del conflicto.
Y termina Starship Troopers por explotar a full con la llegada al planeta de los “bichos”.
Acá es donde el público termina por perdonarle todas las fallas a Paul Verhoeven, y donde el director consigue las imágenes más potentes.
Es una auténtica épica.
La secuencia del arribo masivo al planeta, con el bombardeo a las naves en órbita es sencillamente descomunal.
La masacre está filmada de modo brillante, pero mientras que la acción es espectacular, y el personaje de Michael Ironside no para de robar escenas, el problema sigue siendo el original de Heinlein.
Dizzy Flores muere sin ser amada, Rico se transforma en un héroe prototípico fascista, vive solo para la milicia, la chica caprichosa vive su sueño en la Armada Espacial (sin nadie a su lado), y el amigo psíquico se vuelve un jefe de la Gestapo futurista.
No es precisamente un final feliz.
“Genocide doesn't compare to this”
A saber: en Starship Troopers se destaca la cooperación en equipo, el vencer las limitaciones personales en busca del bien común.
Como un actual servicio militar los protagonistas se alistan en las tropas de la futurística milicia para evitar el avance de “bichos” invasores.
Para ello deberán dejar de lado sus necesidades personales y su promisorio futuro.
Dejan sus acomodadas vidas para brindar un servicio por su planeta y la solidaridad y el altruismo cobran vital importancia.
Verhoeven no escatima en su habitual veneno para las neuronas, sobre todo en lo que concierne a la actitud de los americanos, sudamericanos en este caso, un curioso giro, respecto a las guerras, sobretodo la Segunda Guerra Mundial: desconocimiento práctico del enemigo, tácticas brutales, los impagables mensajes de ánimo y reclutamiento de la televisión (lo mejor del film, sin duda) y demás cosas.
Muchos no comprendieron Starship Troopers en absoluto.
El film es una sátira del cine de acción estándar yankee que parodia absolutamente todos los clichés y arquetipos del género: el héroe que encuentra el valor para salvar a los suyos en el último momento, el mentor duro-pero-paternal, el proceso de entrenamiento bélico, la creación del compañerismo, el maniqueísmo entre los buenos libertarios y los malos imperialistas destructores sin cerebro...
Verhoeven decidió emprenderla con este clásico y parodiarlo de la manera más feroz, poniendo en solfa de paso varios de los vicios del que fue su país de acogida.
Así la adaptación admite una doble lectura, primero como simple ejercicio de entretenimiento y segundo como crítica del militarismo más cerril.
Sí es cierto que lo que hizo Verhoeven es muy difícil, porque parodiar muchas de las bases de la sociedad americana, con una película de presupuesto americano no lo hace todo el mundo.
Aunque a simple vista es una película de acción, la crítica al poder del ejército es tremenda, mostrando los peligros que genera.
En esa sociedad se diferencia entre militares y civiles, siendo los militares los que tienen derechos de ciudadanía.
Tremendo.
Por otro lado, también critica los estereotipos de las películas del género en todos sus personajes y sus relaciones.
Y deben verse los personajes como eso, como una parodia.
Un ejemplo de ironía:
En las escenas del principio siempre que sale un ciudadano, alguien que ha hecho el servicio militar, esa persona está siempre mutilada: al profe la falta un brazo, la de biología es ciega, al de reclutamiento le faltan las piernas y los brazos.
Incluso de verse como un fabula, una ironía, el sarcasmo o la caricatura de la ciencia ficción.
Todas las imágenes de Starship Troopers atesoran una textura artificial, como de plástico y cartón piedra, algo que es marca de la casa en el cine fantástico de Verhoeven, que envuelve a los objetos y a las personas en una atmósfera irreal, forzosamente proclive a mantener alejada la seriedad a la que una interpretación literal pudiera querer aproximarse.
Curiosamente, las escenas de fuego y explosiones después de la destrucción de Buenos Aires eran videos reales del gran incendio de Oakland Hill en octubre de 1991, y la cantidad de escenarios bélicos que hay en Starship Troopers están inspirados en escenarios reales de la Primera Guerra Mundial:
La Batalla del Somme y sus 100.000 muertos en una hora, de la Guerra en el Pacífico de la Segunda, el ir saltando y limpiando planetas, la guerra en túneles del Vietcong, el Álamo...
Pero la mejor escena de Starship Troopers tiene lugar en un camarín mixto, donde soldados de ambos sexos se desvisten, duchan y bromean corporalmente, como lo harían por separado.
La escena es cómica y perturbadora a la vez, no sólo porque implica un concepto de disciplina militar que finalmente subyuga todo deseo carnal, idea desmentida por la propia Starship Troopers, pues las relaciones latentes culminan sexualmente, sino porque socialmente trastoca lo privado con lo púbico.
En ese futuro de torturas intergalácticas y seres desmembrados, el falo probablemente se pierde en combate, dando paso a una política reconstitutiva del género, del dominio, pero también del deseo, del ámbito sexual como privado y privativo.
Por otro lado, hasta la muerte se banaliza, pues es posible que te puedan “resucitar”
El aspecto más interesante de Starship Troopers, y el motivo principal por el que resulta interesante verla en estos días, está en el diseño de los insertos de informativos multimedia, el Mass Media, que acompañan a las andanzas de los reclutas del film Starship Troopers.
El diseño de las cabeceras, el tono de “showman” de la voz que suena sobre las imágenes, los atractivos rótulos que se sobre impresionan, la simplificación sistemática de los hechos, la manipulación de los niños a los que vemos blandiendo armas y agarrando, imagen poderosísima, puñados de balas, la censura de contenidos “violentos”, pese a que es una sociedad cimentada en la fuerza bruta, el sensacionalismo que arruina cualquier intento de racionalizar nada...
En fin Starship Troopers es, sin duda, uno de los mejores retratos de cómo se condiciona el pensamiento a través de los medios para poder lograr un clima favorable al uso de la violencia.
Todo está diseñado con ese fin, y hasta las imágenes que muestran juicios o cumbres políticas transmiten la sensación de ser una parodia de sí mismas.
Mas funcionan, como una corriente que arrastra a todos y ante la que parece imposible luchar.
Todo queda simplificado y ordenado en esos “informativos”
“Would you like to now more?”
Es curioso que Starship Troopers fuera calificada “R” por las fantasiosas imágenes gore de insectos destrozando cuerpos humanos y no por las primeras:
¿Puede censurarse un efecto especial?
Lo que seguramente molestó fue el “exceso” de violencia del acto, o quizás el exceso de ámbitos privados del cuerpo, ya no órganos sexuales, sino órganos vitales, expuestos al público.
Si bien en la novela se nos representa al soldado humano como una máquina de combatir equipado con armaduras servoasistidas y armas nucleares portátiles, en la película vemos como envían a los chiquillos a combatir contra unos monstruos asesinos armados con una simple ametralladora y una coraza.
Puede que esté equivocado, pero yo veo en esto una firme crítica a las sociedades militarizadas y los idealismos extremistas.
Dar la vida por tu país, muere por tu patria, lucha por tu gobierno para preservar tus status y tu modo de vida.
Es la idea que les meten en la cabeza a los integrantes de las fuerzas armadas alrededor del mundo.
En la Segunda Guerra Mundial, este aprovechamiento de los gobiernos del patriotismo y los valores para movilizar a las masas unas contra otras fue catastrófico; millones de jóvenes fueron enviados a morir por causas que no entendían.
Es lo que ocurre en todas las guerras, la mayoría de los soldados nunca saben realmente por qué luchan.
El control de los medios en beneficio de un estado totalitario se muestra de forma harto evidente y con contundentes resultados.
Pienso que se optó por ello para resaltar el aspecto de crítica antimilitarista, ya que en el libro cada soldado es una máquina de matar que acaba con cientos de miles de alienígenas.
La diferencia radica en que la novela resalta estos aspectos de forma más sutil, en cambio en una película tienes una hora y media para expresarlo de forma sencilla y directa.
Starship Troopers contiene tantas reflexiones y tantas denuncias a lo largo de su metraje, tanto obvias como sutilmente insinuadas que se convierte inmediatamente en una obra maestra de la elegancia narrativa.
Y no, los “bichos” no son insectos, para el que no entendió, son personas que en el film Starship Troopers están mutadas como tales porque no entran en el estándar de los “buenos” y claro está, el interés de esos mismos “buenos”, en colonizar otras regiones, etc.
Un mar de metáforas:

“They sucked his brains out”


Comentarios

  1. Muy buen artículo. La verdad que esta es una de mis películas favoritas y la gente me mira extrañado como pensando "vaya basura de peliculas que le gustan a este tio, seguro que le gustan también las de Steven Seagal", pero no son capaces de ver todo lo que hay detrás de esta pelicula, que desde mi punto de vista si tienes un mínimo de cultura supone una de las críticas al fascismo más duras y ácidas que se pueden ver.

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  2. Amigo José:
    Muchas gracias por dejar su comentario.
    No se desanime porque lo miran extraño, usted como yo, vemos el mundo muy diferente.
    El fin del blog es interpretar lo que vemos, asociándolo con nuestra historia, y este film, nos dice mucho sobre las doctrinas políticas que rigieron el mundo, a mediados del siglo pasado, y que luchan por regresar, el filme nos advierte:
    "Estar Atentos"
    Saludos y gracias por tu nota.

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