Prizzi's Honor

"En este negocio los judíos son bastantes malos, y los sicilianos por dinero serían capaces de comerse a sus hijos y conste: ellos adoran a sus hijos"

El honor es un concepto con diversas valencias, según se tome en una acepción subjetiva (lo que uno siente como su propio honor) o en su acepción social, como elemento que entra en juego en las relaciones sociales en muchas civilizaciones.
Implica la aceptación personal y la construcción en el imaginario social, e incluso en la superestructura jurídica, de una cualidad moral vinculada al deber, a la virtud, al mérito, al heroísmo; que trasciende al ámbito familiar, de la descendencia (la sangre y la casta) y de la conducta sexual (especialmente a la de las mujeres dependientes); que se refleja en la opinión, la fama o la gloria y en diferentes ceremonias de reconocimiento público; y que produce recompensas materiales o dignidades, como cargos, empleos, rentas, patrimonios, herencias, etc.
¿Siempre antepondrías a “la familia” ante cualquier cosa en tu vida?
¿Cuántos de nosotros cumplimos ésta premisa?
Una reflexión que nos navega en las neuronas a lo largo de ésta inmejorable película.
Prizzi's Honor despliega muchos matices patrinezcos, personalidades regidas por camorra siciliana, estampados con la fidelidad marca Corleone, llena de conjeturas de mafia excelentemente manejadas.
Antes de verla había leído que la catalogaban como comedia, vaya por Dios, Prizzi's Honor tiene rasgos de comedia como los desiertos tienen rasgos de jardines, narra la historia de matones provistos de sentimientos pero que tarde o temprano el destino les hace chocar con la disyuntiva de sus elecciones, convicciones y lo más poderoso: algo llamado juramento sagrado, palabras mayores.
"¿Y qué es un poco de honor comparado con 70 millones de Dólares?"
Prizzi's Honor es una película estadounidense de 1985, dirigida por John Huston y protagonizada por Jack Nicholson, Kathleen Turner, Anjelica Huston, Robert Loggia, John Randolph, William Hickey, Lawrence Tierney, CCH Pounder y Lee Richardson.
La novela de Richard Condon es llevada al exquisitísmo con una puesta en escena sobria, casi teatral, pero absolutamente cautivante.
La parte técnica destaca por el detallismo y el cuidado en la dirección artística y el vestuario, así como la música de Alex North que reúne partituras intrigantes, amorosas o irónicas y clásicas, según la situación creando unas atmósferas perfectas para el desarrollo del film.
Ganadora de un premio Óscar a la mejor actriz de reparto para Anjelica Huston y 7 nominaciones mas como Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (Jack Nicholson), Mejor Actor de Reparto (William Hickey), Mejor Guión Adaptado, Mejor Montaje y Mejor Diseño de Vestuario,.
"Toda broma tiene un objetivo"
En Prizzi's Honor el "objetivo" son los sicilianos.
Los temas con que pretende jugar la trama, son el amor incondicionado, un amor loco e irracional propio de las tramas análogas a las de Romeo y Julieta; y por otra parte, equilibrando la dosis de un romanticismo para insensibles matones, la implacabilidad que de tanta necesidad y buena corteza se manejan los matones o los dirigentes de las grandes familias mafiosas.
El título del filme Prizzi's Honor no es otra cosa que la encrucijada que define la trama final, el punto de inflexión, o dicho de otro modo, la punta del tejado hacia dónde se decanta el huevo, en éste caso, el protagonista.
Esto se debe a que tratándose de un amor equivocado, y por lo tanto más pasional y puro, el protagonista se verá conducido a ciegas por su destino en la fatal encrucijada.
Todo mezclado de mentiras, engaños, extorsiones y fraudulentas triquiñuelas que manchados de la misma sangre que los mismos actores, los guionistas no dudan en utilizar para acabar de resolver ciertas escenas.
Aún así, el guión está cuidado y encaja con los moldes de la clásica tragedia, incluyendo las circunstancias adecuadas por las cuáles el protagonista se verá forzado a actuar, así como también perdonado por los suyos y por el público por el “haber actuado sin querer” o “involuntariamente” sin saber lo que había de auténtica verdad.
Prizzi's Honor es una película muy especial; contiene secuencias en las que es difícil dilucidar si Huston se está tomando a sus personajes en serio.
Pero que nadie se lleve a engaño; detrás de esos comportamientos y situaciones surrealistas, quizás impropias del cine de mafia, permanecen inamovibles las constantes del género: la familia, el honor, la venganza, la lealtad y los sentimientos que caracterizan a cualquier ser humano, incluyendo los mafiosos. John Huston no bromea cuando trata estos temas.
Prizzi's Honor se caracteriza porque no sigue la tendencia que marcaron los setenta y continuaron los ochenta, sino que se trata de una película de corte muy clásico, con unas actuaciones muy arriesgadas y una dirección bastante conservadora en algunos puntos.
La diferencia con respecto a las películas de gánsteres de los cuarenta o cincuenta, se basa en su sentido del humor, muy alejado del acostumbrado en este género, con personajes bastante estrafalarios y un Jack Nicholson alejado del acostumbrado papel de matón.
Examinando el argumento, es fácil entender que el director americano pretende llevar al límite las situaciones que muestra en pantalla, incluso llegando a ridiculizarlas en algunos momentos.
Sin embargo, nunca llega a perder el respeto a sus personajes ni a la historia que cuenta.
Huston mantiene un equilibrio, cuyas claves no alcanzo a entender, que protege a Prizzi's Honor de caer en el esperpento.
Quizás las causas de este milagro residan en el tratamiento tan humano, cálido y respetuoso que confiere a las relaciones ente todos sus personajes y los sentimientos que les mueven a comportarse tal y como lo hacen.
Jack Nicholson ofrece una interpretación inclasificable, dotando a Charley Pantana de una vulnerabilidad insólita en un personaje de esa calaña.
Nicholson, a través de leves inclinaciones de cabeza, los diálogos con la boca entreabierta y un acento italiano poco aparente, no se asemejó a un siciliano, pero contribuyó en gran medida a la trama cómica.
Llama la atención las definiciones persistentes de Charley sobre el amor, lo que piensa un matón sentimental del amor, una visión anhedónica del amor.
Anjelica Huston, a su vez, es una auténtica siciliana a nuestros ojos.
El acento es perfecto y sus características físicas, tales como la nariz grande y su cabello largo y negro, dan un lado italiano a su personaje.
Kathleen Turner: Los sentimientos de su personaje desbordan, dándole un aspecto de rendimiento como interpretaciones exageradas observadas en el teatro, lo que también es muy divertido.
Turner, en el esplendor de su belleza, provocaba erecciones instantáneas.
Tenía cara de ángel, de puta, de ama de casa amantísima y de arpía insufrible y demoledora.
Era un torbellino sexual, una actriz de primera, una presencia imponente.
Las dos mujeres de Charley, cumplen su cometido sobradamente, mientras que los Prizzi, padre e hijos, construyen un núcleo de poder verdaderamente inolvidable.
En Prizzi's Honor, al margen de su genial creador, destaca sobremanera por encima de todo y de todos la actuación del veterano actor William Hickey como jefe del clan, Don Corrado Prizzi.
Escuchar al veterano actor Hickey en versión original hace que a uno se le ericen los pelos, y le adhieren a uno definitivamente al colectivo de la esperanza.
Esperanza en que existan intérpretes de talla que glorifican este arte y dignifican el oficio y el cine en general.

“Irene is my family, she's my wife”


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