21 Grams

“How much does life weigh?”

La gran mayoría de las religiones mayoritarias cree firmemente que el ser humano, su conciencia, su alma, trasciende a la vida en sí.
Como si de 2 entes completamente separados, el dogma de que el alma vive más allá de la muerte del cuerpo es transversal a casi todas las creencias.
El “cristiano renacido” es un término utilizado originariamente en determinadas confesiones religiosas protestantes de Estados Unidos:
Revivalismo, iglesia evangélica, pentecostalismo y fundamentalismo cristiano, donde se le asocia con los conceptos de salvación, conversión y nacimiento espiritual.
La conversión, entonces, es la práctica religiosa por la que una persona adopta, como propias, las creencias de la comunidad de creyentes a la que se incorpora.
Cuando dicha práctica se realiza por alguien, que tenía una creencia religiosa previa y diferente de la que asume, desde ese momento pasa a ser considerado por la comunidad creyente abandonada, como un apóstata o un renegado.
Debe distinguirse del “rito de paso” o “iniciación”, el conjunto de acciones rituales con que el neófito, o catecúmeno, es reconocido públicamente como miembro de la comunidad, y que en la mayor parte de las culturas, se produce acompañando al tránsito biológico que tiene lugar tras el nacimiento, o tras la niñez, por tanto sin haber tenido otra creencia religiosa previa.
El hecho suele coincidir con un momento particular, en ocasión del cual se experimenta la infusión de la “gracia divina”
En teología cristiana, se entiende por “gracia divina” o “gracia santificante” un favor, o don gratuito, concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo, como también se entiende, como el acto de amor unilateral, e inmerecido, por el que Dios llama continuamente las almas hacia Sí.
Durante la historia de la teología cristiana, se ha ido perfilando su definición a partir de las nociones que en la Biblia se dan de la expresión, y las discusiones sobre el estado inicial del hombre antes del pecado original.
Fuera del contexto del protestantismo, este término, “gracia divina”, se utiliza en sentido figurado para diversos fenómenos que incluyen vivencias o experiencias personales trascendentes, que por una razón u otra, desean ser expresadas con la analogía de volver a nacer o renacer a una nueva vida espiritual.
El término “alma” o “ánima” se refiere a un principio, o entidad inmaterial, e invisible que poseerían los seres vivos.
La descripción de sus propiedades, y características, varía según diferentes tradiciones y perspectivas filosóficas o religiosas.
De acuerdo con la tradición religiosa judeocristiana, el alma es la principal cualidad identificadora del movimiento en la materia viviente, haciendo de ella un “no moviente”, o “inerte” a un moviente, independiente del desplazamiento ajeno.
Para la religión cristiana, el hombre consta de 2 partes, que son:
Cuerpo, lo físico, y alma, lo relacionado con lo espiritual.
De acuerdo a la tradición cristiana, el alma es uno de los aspectos del ser humano, que lo unifica como individuo y lo “lanza” a actividades que van más allá de lo material.
Gracias al alma, el hombre es capaz de instintos, sentimientos, emociones, pensamientos y decisiones libres, así como de volver sobre sí mismo, auto conciencia.
Curiosamente, Dr. Duncan MacDougall, quien al comienzo del siglo XX, realizó una serie de experimentos para probar la pérdida de peso provocada, supuestamente, por la partida del alma del cuerpo al morir.
MacDougall pesó pacientes moribundos en un intento por probar que el alma es tangible, material y por ende mensurable.
Estos experimentos difícilmente puedan ser considerados científicos, y a pesar de que los resultados variaron considerablemente de 21 gramos, dentro de la cultura popular, esta cifra se ha convertido en sinónimo de la medida de la masa del alma.
Hay otros científicos que aseguran que esos 21 gramos se deben a que la persona, una vez que ha fallecido, ha exhalado todo el aire que tenía dentro, otros dicen que es a causa de la relajación de los esfínteres, etc.
Entonces:
¿Por qué 21 gramos?
Porque 21 gramos es el equivalente a tres cuartos de onza, o sea unos 21,3 gramos exactamente, el peso que perdió de forma repentina el primer sujeto con el que experimentó MacDougall, “súbitamente coincidiendo con el momento de la muerte”
Pero está totalmente descartada ésta teoría, ya que los gases no pesan tanto.
Y sí esto fuese cierto:
¿A dónde irá nuestra alma?
¿Existirá realmente la reencarnación?…
Son tantas preguntas y tan pocas respuestas.
Al final siempre nos quedaremos con esa gran duda…
¿Tenemos alma?
“How much does love weigh?”
21 Grams es un película dramática de 2003, escrita por Guillermo Arriaga, y dirigida por Alejandro González Iñárritu.
Protagonizada por Sean Penn, Benicio Del Toro, Naomi Watts, Charlotte Gainsbourg, Melissa Leo, Danny Huston, Clea DuVall, Chance Romero, Marc Musso, Paul Calderon, entre otros.
21 Grams obtuvo 2 nominaciones al Oscar como mejor actriz (Naomi Watts) y mejor actor secundario (Benicio del Toro)
Dentro de 21 Grams destaca lo presente, que está siempre la muerte, en lucha con la vida, con aspectos positivos y negativos, como fin y como principio…
21 gramos se supone que es el peso que se pierde al morir.
El último aliento, que dirían unos, el peso del alma que se escapa, que dirían los más poéticos.
Yo me conformo con ser más práctico, y decir que es la diferencia entre estar casi muerto o casi vivo.
De cualquier manera, si no se expresa en gramos, se puede expresar de otras mil formas diferentes, pero cualquiera de ellas nos viene a mostrar la tenue línea que separa la vida de la muerte.
El problema de Iñárritu es que es víctima de su propia modernidad.
Intentando no repetirse con asuntos tratados abundantemente en telefilmes, aborda y conjuga, con una eficaz pero tramposa deconstrucción narrativa, 3 temas que confluyen en una sola trama:
El accidente de tráfico, el trasplante de órganos y el giro radical de la conducta humana cuando es sometida a una situación extrema.
Así como se vio en la anterior película de Arriaga y González Iñárritu, “Amores perros (2000)”, en 21 Grams se muestra que junta varias líneas argumentales, esta vez alrededor de las consecuencias de un trágico accidente de automóvil.
Sean Penn interpreta a Paul Rivers, un matemático gravemente enfermo.
Naomi Watts interpreta a Cristina Peck, una afligida madre
Benicio Del Toro interpreta a Jack Jordan, un convicto cuyo descubrimiento del Cristianismo se pone a prueba tras el accidente.
La interrelación entre los personajes son las que, en apariencia, quieren mostrar la fragilidad de nuestros actos, la relación de causa y efecto, y otras derivaciones de carácter metafísico.
Sensacionales actuaciones, y denso film que te deja el cuerpo un poco destemplado.
En 21 Grams 3 tópicos que se repiten en sus personajes, y dan el ansiado orden cronológico de los acontecimientos:
Tragedia: Acontece en un instante, es el clímax de un drama.
Locura: Perdida de la razón en diferentes grados, e independiente del tiempo.
Drama: Puede comenzar tras una tragedia, o ser el vehículo que nos lleva a ella.
Sean Penn/Paul Rivers:
Tragedia: Va a morir por la falta de un corazón sano.
Locura: 3 disparos a Benicio del Toro/Jack Jordan.
Drama: Búsqueda del donante, y posterior enamoramiento de su viuda.
Naomi Watts/Cristina Peck:
Tragedia: Muerte de su marido e hijas en un atropello.
Locura: No descansar hasta matar a Benicio del Toro/Jack Jordan.
Drama: Depresión aguda, soledad, drogas y deseo desesperado de venganza.
Benicio del Toro/Jack Jordan:
Tragedia: Atropella y mata por accidente a un hombre y sus dos hijas.
Locura: Intento de ahorcamiento en prisión.
Drama: Abandono del hogar, y abandono de su fe en Jesús.
El final de 21 Grams actúa como bálsamo, el cual está plagado de silencios y de miradas, en ellos, se ve el dolor, el amor, la supervivencia, la soledad, la derrota.
Propuesta que ahonda en los caprichos del destino, y en las vicisitudes de la vida.
Iñárritu intenta demostrar que la vida está plagada de circunstancias que nos marcan a fuego, y que condicionan nuestro accionar.
Algunas de tal forma, que alteran nuestras percepciones, y nos limitan a reacciones que nada tienen que ver con nuestro carácter.
La tragedia, nuevamente, azota y combina 3 historias de vida diferentes, las cuales aprenderán a sobrellevar el mismo hecho, desde distintos ángulos de enfoque, y con medidas de acción disímiles.
Para ello, el director jugará nuevamente con el montaje para darle más intriga y emoción al guión.
Este recurso, ya muy utilizado, no hace más que darle el toque de confusión del que Iñárritu se vale para “enganchar” al espectador a sus asientos.
Por tanto, las escenas, en un montaje excéntrico, cobran llamativo valor para ir descifrando el ansiado desenlace.
¿Es válido el hecho de “innovar” y proponer lo mismo de siempre con la estrategia del montaje?
Cristina (Watts) que ve su vida rota por la pérdida de su marido y sus hijas.
Hundida recaerá en su antigua adicción a la cocaína, y buscará la venganza acumulando la soledad y el odio en su corazón.
En su desesperación, se agarra a la relación con Paul (Penn) como una forma de recobrar a su marido.
Paul, profesor de universidad y con dificultades en su matrimonio con Mary Rivers (Charlotte Gainsbourg), gravemente enfermo, recibirá el trasplante del corazón de Michael (Danny Huston), el esposo de Cristina.
La nueva vida le llevará a abandonar, sin más motivos que su propia insatisfacción, a su mujer.
Y el agradecimiento le acercará a Cristina con la que compartirá soledades, y a la que secundará en su plan de matar a Jack (del Toro) como venganza.
Jack, padre de dos hijas y con dificultades económicas y laborales, se sostiene en su fe evangélica, ir a Misa, leer la Biblia y tener fe en Jesús.
Sin embargo, todo entra en crisis ante el accidente.
La culpa y la rebelión, ante su comprensión de la providencia divina, le llevan a una profunda crisis interior.
Abandonará su hogar, y buscará desde la lucha interior, rehacer su vida.
La resolución dramática marcada por la ambigüedad realista, lleva a un final en dilema.
Cristina le pide a Paul, al que quiere, que mate a Jack.
Paul que la quiere, y se siente en deuda con ella por el corazón de Michael, lo intenta, pero su conciencia se lo impide.
Por otra parte, Jack tiene pocos motivos para seguir viviendo, aunque lucha por hacerlo.
En las últimas escenas, Jack vendrá para que le maten, y Paul termine lo que ha dejado a medio hacer.
Paul se sentirá incapaz, y en el forcejeo será derribado.
Cristina le defenderá, y golpeará salvajemente a Jack, hasta que Paul se pegará un tiro para impedir que Christina mate a Jack.
Tras esto, y ante Paul gravemente herido, Christina solicita la ayuda de Jack para llevarlo al hospital.
Allí, Paul se debate entre la vida y la muerte.
Se verá como Cristina y Jack se miran, y de la mirada se comprenderá el perdón mutuo ante la gravedad de lo ocurrido.
Y además, se insinúa el embarazo de Christina por parte de Paul.
Sin embargo, Paul morirá, y la última escena aparecerá nevando sobre la misma piscina que fue escenario de las dudas de Paul.
La muerte, no siempre, es peor que la vida, y se puede vivir deseando la muerte, o deseándola a otros.
Hay una secuencia, en la que se entremezcla la tragedia de la viuda que ha perdido la razón para vivir, con la alegría de los amigos del trasplantado que ha nacido a una nueva vida.
Y sin embargo, no todo son alegrías para los unos, y tristeza para el resto.
Si la vida siempre está en contacto cercano con la muerte, la alegría y la tristeza también se dan la mano.
“How much does revenge weigh?”
21 Grams aborda una serie de interrogantes fundamentales sobre el sentido de la vida y de la muerte, sobre la venganza y el perdón.
Y en el fondo sobre el sentido y la dificultad del amor.
Estos temas son tratados desde un marco pesimista, y con la tendencia a cuestionar la dimensión trascendente, dejan al hombre solo ante sí mismo.
Así lo indica la voz en off de Paul en sus últimas palabras:
“¿Cuántas vidas vivimos?
¿Cuántas veces morimos?
Dicen que perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte.
¿Cuánto cabe en 21 gramos?
¿Cuánto se pierde?
¿Cuándo perdemos en 21 gramos?
¿Cuánto se van con ellos?
¿Cuánto pesan?
¿Cuándo se gana?
21 gramos.
El peso de 5 centavos.
El peso de un colibrí, de un chocolate.
¿Cuánto pesan 21 gramos?”
Estamos, pues, ante el interrogante sobre el sentido de la vida.
La alusión a los hipotéticos “21 gramos” que pesa el alma sirve de perífrasis para aludir a lo pequeño, y vulnerable de la vida.
Curiosamente, aparece de forma implícita en la figura de Paul.
Cuando se pega el tiro quiere salvar a Cristina de su venganza desesperada, y a Jack de una pena que a todas luces aparece como desmesurada e injusta.
Cuando está en el suelo, sus pies desnudos están ensangrentados, y en el costado brota sangre del tiro que él mismo se ha disparado.
Ciertamente que la imagen tiene resonancias “crísticas”, y nos habla de un sacrificio que quiere abrir otro camino al futuro.
Así, la autoinmolación de Paul se presentará como camino de esperanza para Cristina y Jack, que tendrán la posibilidad de rehacer sus vidas desde el perdón.
Ella engendrando nueva vida, y el volviendo con su esposa y sus hijos.
La pregunta sobre Dios se aborda desde distintas instancias.
De forma explícita, en la crisis personal de Jack que cuestiona la imagen de Dios de la que había vivido, y que atiende a una lectura literal de la Escritura, por ejemplo, la exigencia a su hija de que ponga el otro brazo, para que su hermano le vuelva a golpear, una comprensión directa de la intervención de Dios en la historia, la furgoneta que era un ejemplo claro de la misericordia divina, se convierte en un instrumento de muerte y condenación; y la piedad ligada al cumplimiento ritual.
Jack llegará a realizar los signos de un claro abandono de su fe fundamentalista, y simplificadora, borra sus tatuajes…
Pero la presencia de Dios está referida por 3 veces de forma simbólica:
La primera con las palomas volando hacia lo alto, la segunda con las hojas cayendo, y la tercera cuando nieva sobre la tierra y termina 21 Grams.
Estos símbolos indican que, en el fondo, 21 Grams ha latido la pregunta:
¿Qué hacía Dios cuando Jack conducía su furgoneta hacia Michael y sus hijas?
¿Qué clase de cuidado tiene Dios de sus criaturas?
Una primera contestación, en línea con la crisis de fe de Jack, sería:
Dios no hace nada porque no existe.
Ante la vida y la muerte estamos solos, y solamente queda la generosidad con la que podamos responder:
Paul.
Otra segunda respuesta, que queda tímidamente aludida, es que Dios sigue estando ahí, y que la propia generosidad de Paul ha sido una transparencia de esa presencia de Dios.
Una respuesta que, si bien no es del todo cristiana, se acerca a la respuesta que en forma de pregunta Dios le dirigió a Job:
“¿Dónde estabas tú, cuando fundaba yo la tierra?
Indícalo si sabes la verdad”
Probablemente no sabemos la respuesta, pero si sabemos que, misteriosamente, sigue nevando sobre la tierra, y el futuro de la vida sigue abierto entre el cielo y la tierra.
“How much does guilt weigh?”
A veces ocurren cosas que no imaginamos.
Un suceso que nos saca del camino en el que felizmente viajábamos, tal vez solos, tal vez acompañados.
Un suceso, y unas consecuencias, que pueden hacerte perder lo que tenías, lo que amabas, lo que tocabas y lo que sentías.
Y cuando sucede eso, intentas mirar hacia delante, olvidar todo el camino recorrido, y volver a construir uno nuevo.
Pero no será igual, ese camino ya no será como antes, no tendrá la misma luz, el mismo olor, el mismo sentido, la misma vida.
Será más oscuro, más extraño, más solitario, más triste.
Será otra vida dentro de una misma.
Vida y muerte, amor y odio, soledad y tristeza, cariño y esperanza, lástima y sensibilidad, verdades y mentiras, sexo y violencia, lágrimas y dolor, hermosura y crueldad.
¿Qué hay en 21 gramos?
¿Cuánto pesan realmente 21 gramos?
¿Cuánto pesan nuestros seres queridos?
¿Cuánto tiempo estarán con nosotros?
¿En cuánto tiempo los olvidaremos?
¿Cuántas cosas se irán con él?
¿Cuánto tiempo los seguiremos resucitando?
¿Qué estamos arriesgando al no dejarlo ir?
¿Quién es el culpable?
¿Estará pagando por lo que hizo?
¿Acaso no lo debería estar?
¿Cómo obtener la paz después de esto?
¿Por qué a mí?
¿Quién me va a ayudar?
¿Qué tan insignificante pueden ser 21 gramos?
¿Cuántas cosas perdemos en tan solo 21 gramos?
¿Cómo se pueden ir en tan simple pérdida nuestras ilusiones?
¿Cuánto realmente perdimos?
¿Cuánto ganamos el día que lo dejemos ir?
¿Cuánto ganamos una vez que, definitivamente, toda parte de su ser haya muerto?
¿Cuán importante es dejar morir todo vestigio de nuestro pasado?
¿Tanto podemos ganar en tan semejante pérdida?

“They say we all lose 21 grams at the exact moment of our death... everyone.
The weight of a stack of nickels.
The weight of a hummingbird... a chocolate bar”



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