Troy

“For Honor”

A lo largo de los tiempos, los hombres han hecho la guerra.
Unos por poder, otros por gloria o por honor, y algunos por amor.
La épica, del adjetivo en griego antiguo epikos; “palabra, historia, poema”, es un género literario en el cual, el autor presenta hechos legendarios, elementos imaginarios, y que generalmente quiere hacerse pasar por verdaderos, o basados en la verdad, o ligados en todo caso a un elemento de la realidad, o ficticios desarrollados en un tiempo y espacio determinados.
El autor usa como forma de expresión habitual la narración, aunque pueden darse también la descripción y el diálogo.
En algunos casos, la épica no es escrita, sino contada oralmente por los rapsodas, o recitadores, o pregoneros ambulantes, que cantaba poemas homéricos u otras poesías épicas.
El género épico se encuentra en todas las literaturas, pues es un género esencial, y se puede dar, y se ha dado históricamente, en formas muy diferentes.
Los sumerios con la “Epopeya” de Gilgamesh, los griegos con “La Ilíada”, “La Odisea”, los romanos con “La Eneida” e hindúes con “Mahabarata” y “Ramayana”, ellos compusieron epopeyas en torno a las hazañas de un héroe arquetípico, que representaba los valores tradicionales colectivos de una nación, y otros personajes como dioses y hombres, incluyendo además elementos fantásticos.
El poema épico culto intenta reactualizar, en los tiempos modernos, la epopeya griega y romana, sus antecedentes, en un estilo generalmente lleno de reminiscencias y en rima consonante.
A este género pertenecen, por ejemplo:
“La Eneida”, del romano Virgilio y “La Divina Comedia”, del florentino Dante Alighieri.
El primer gran épico occidental es, sin duda, Homero, probablemente en el siglo VIII a.C., autor de poemas narrativos donde la leyenda, forma usual de transmisión de las hazañas históricas, se mezcla con un núcleo de verdad histórica:
“La Ilíada” basa su argumento en La Guerra de Troya.
“La Odisea” basa su argumento en El Retorno de Odysseus a Ítaca.
Ambas destacan por su unidad y coherencia, resaltando la inteligencia y la astucia, el riesgo y la aventura.
Homero pone de relieve sentimientos humanos primordiales.
No son literatura religiosa, pero no le andan lejos.
Virgilio (70 a.C. - 19 a.C.) escribió “La Eneida”; introdujo todo lo que constituía la historia de Roma:
Mitología, leyenda, filosofía, religión...; busca hallar en el pasado austero, una justificación del poderío presente, mediante antecedentes divinos, ya que Eneas es hijo de Anquises y Venus.
“For Victory”
“La Ilíada” es una epopeya griega y el poema más antiguo escrito de la literatura occidental.
Se atribuye tradicionalmente a Homero.
Narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días, en el décimo y último año de La Guerra de Troya.
El título de la obra deriva del nombre griego de Troya, Ιlión.
Tanto “La Ilíada” como “La Odisea” fueron consideradas por los griegos de la época clásica, y por las generaciones posteriores, como las composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia, y fueron utilizadas como fundamentos de la pedagogía griega.
Ambas, forman parte de una serie más amplia de poemas épicos de diferentes autores, y extensiones denominado ciclo troyano; sin embargo, de los otros poemas, únicamente han sobrevivido fragmentos.
Fue muy famosa en su época, y es obligatorio estudiarla en Grecia.
“For Love”
“La Odisea” es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero.
Se cree que fue escrito en el siglo VIII a.C., en los asentamientos que Grecia tenía en la costa oeste del Asia Menor, actual Turquía asiática.
Según otros autores, “La Odisea” se completa en el siglo VII a.C. a partir de poemas que sólo describían partes de la obra actual.
Fue originalmente escrita en lo que se ha llamado dialecto homérico.
Narra la vuelta a casa del héroe griego Odysseus(Ulysses en latín) tras La Guerra de Troya.
Odysseus tarda 10 años en regresar a la isla de Ítaca, donde poseía el título de Rey, período durante el cual, su hijo Telemachus y su esposa Penelope, han de tolerar en su palacio, a los pretendientes que buscan desposarla, pues ya creían muerto a Odysseus, al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia.
La mejor arma de Odysseus es su mētis o astucia.
Gracias a su inteligencia, además de la ayuda provista por Palas Atenea, hija de Zeus Cronida, es capaz de escapar de los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses.
Para esto, planea diversas artimañas, bien sean físicas, como pueden serlo disfraces, o con audaces y engañosos discursos, de los que se vale para conseguir sus objetivos.
El poema es, junto a “La Ilíada”, uno de los primeros textos de la épica grecolatina, y por tanto de la literatura occidental.
Se cree que el poema original fue transmitido por vía oral durante siglos por aedos, que recitaban el poema de memoria, alterándolo consciente o inconscientemente; y era transmitida en dialectos de la Antigua Grecia.
Ya en el siglo IX a.C., con la reciente aparición del alfabeto, tanto “La Odisea” como “La Ilíada” pudieron ser las primeras obras en ser transcritas, aunque la mayoría de la crítica se inclina por datarlas en el siglo VIII a.C.
“For Destiny”
“La Eneida” o en latín, “Aeneis” es una epopeya latina escrita en el siglo I a.C. por Virgilio.
La obra fue escrita por encargo del emperador Augusto con el fin de glorificar el Imperio atribuyéndole un origen mítico.
Con este fin, Virgilio elabora una reescritura, más que una continuación, de los poemas homéricos, tomando como punto de partida La Guerra de Troya y la destrucción de esa ciudad, y colocando la fundación de Roma como un acontecimiento ocurrido a la manera de los mitos griegos.
Virgilio trabajó en esta obra desde el año 29 a.C. hasta el fin de sus días en el 19 a.C.
Se suele decir que Virgilio, en su lecho de muerte, encargó quemar “La Eneida”, fuera porque desease desvincularse de la propaganda política de Augusto, o fuera porque no considerase que la obra hubiera alcanzado la perfección buscada por él como poeta.
“For Passion”
En la mitología griega, Akhilleus, o Aquileo, o Aquiles, era nieto de Éaco, e hijo de Peleo y de la diosa Thetis, fue un héroe de La Guerra de Troya, y uno de los principales protagonistas, y más grandes guerreros, de “La Ilíada” de Homero.
En la célebre obra homérica, Akhilleus suele ser calificado como “el de los pies ligeros”, ya que se lo consideraba el más veloz de los hombres.
Leyendas posteriores, empezando por un poema de Estacio del siglo I, afirman que Akhilleus era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su talón.
Estas leyendas sostienen que Akhilleus murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada en el talón, de donde la expresión “talón de Aquiles” ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona.
Akhilleus también es famoso por ser el más hermoso de los héroes reunidos en Troya, así como el más rápido.
En su mito, es crucial su relación con Patroclus, descrita en fuentes diferentes como profunda amistad o amor.
En la mitología griega, Patroclus es uno de los héroes griegos de La Guerra de Troya, descrita principalmente en “La Ilíada”
La amistad de Patroclus y Akhilleus es proverbial y sin embargo, desde el siglo V a.C., algunos griegos ven en ella algo más.
En general, los autores griegos añaden en esa época, un componente pederasta a amistades míticas como las de Orestes y Pílades, Teseo y Pirítoo o Heracles y Yolao.
En este caso, no pretenden saber si Patroclus y Akhilleus eran amigos o amantes, sino porque Homero se muestra reservado sobre dicha relación, y si Patroclus era el erómeno de Akhilleus o viceversa.
Erómeno es un adolescente comprometido en una pareja pederástica con un hombre adulto, llamado erastés.
Además de convertirse en el amigo y amante del muchacho, el erastés adquiría un estatus similar al de un familiar masculino del chico, y era responsable de su educación, en especial de su formación militar.
En efecto, para muchos griegos, la desmesurada emoción que muestra Akhilleus tras la muerte de Patroclus, así como su exaltación en la venganza, no dejan ninguna duda sobre la naturaleza de sus relaciones.
Las reservas de Homero se interpretaron como un signo de discreción. Esquilo desarrolla este tema en su tragedia perdida “Los Mirmidones”, en la que representa, sin rodeos, a Akhilleus llorando sobre el cuerpo de su amigo, mientras alaba la belleza de sus caderas y añora sus besos.
Tanto en Esquilo como en Esquines, Akhilleus es el erastés y Patroclus el erómeno.
Así, Claudio Eliano, declara en su “Varia Historia”
“Alejandro puso una corona sobre la tumba de Akhilleus y Hefestión sobre la de Patroclus, queriendo insinuar éste, que él era el favorito de Alejandro, de la misma manera que Patroclus lo era de Akhilleus”
En la mitología griega, Hector fue un Príncipe troyano encargado, en La Guerra de Troya, de la defensa de la ciudad frente a las hostilidades de los aqueos, hasta su muerte a manos de Akhilleus.
Hector es uno de los personajes principales en el poema homérico de “La Ilíada”
Como comandante de las fuerzas de la ciudad de Troya, su contribución a la resistencia frente al ejército griego fue decisiva.
En la obra, Hector se sitúa como el personaje antagonista de Akhilleus, además de en el campo de batalla, en el carácter.
Ante la peligrosa ofensiva troyana, las esperanzas griegas se reducen a que Akhilleus retorne a la lucha.
Sin embargo, el héroe griego se mantiene renuente a pesar de las súplicas de sus aliados, por lo que su compañero, Patroclus, decide vestirse con su armadura y ponerse al mando de los mirmidones.
Durante la lucha, Patroclus es herido por Euforbo y matado por Hector.
Hector toma la armadura de Akhilleus, y ordena la retirada del combate, evitando combatir contra Áyax por el cuerpo de Patroclus.
Al enterarse Akhilleus de la muerte de Patroclus, este clama venganza y acepta volver a la lucha.
Durante la noche, los troyanos se reúnen en junta.
Polidamante, amigo y lugarteniente de Hector, aconseja volver a la ciudad para protegerse de la ira y la embestida de Akhilleus.
Sin embargo, Hector desoye el consejo, ordena mantenerse en el campamento y se muestra decidido a enfrentarse a Akhilleus.
Al día siguiente, Akhilleus y los griegos avanzan empujando a los troyanos hacia la ciudad.
Hector se asusta, y se mezcla entre las tropas por consejo del dios Apolo.
Pero tras dar muerte, Akhilleus a Polydorus, hermano de Hector, éste deja de esconderse, y acude al enfrentamiento.
Nuevamente, Apolo ayuda a Hector, retirándolo del combate.
En la retirada a la ciudad de las tropas troyanas, Hector queda fuera de las puertas, y es perseguido por Akhilleus.
Dan 3 vueltas a las murallas hasta que Atenea, en la forma de Deífobo, incita a Hector a plantar cara a Akhilleus.
Hector pide a Akhilleus que se honre el cadáver del perdedor, pero el griego rechaza cualquier trato.
Finalmente Akhilleus mata a Hector, clavándole la lanza en la base del cuello, el único lugar desprotegido por su armadura.
Una vez muerto, el cuerpo de Hector es lacerado por los aqueos, y posteriormente atado por los tobillos al carro de Akhilleus, que lo arrastra extramuros.
Durante varios días, el cuerpo permanece expuesto al sol y los animales, pero el Dios Apolo protege el cuerpo del héroe de estos maltratos y lo conserva impoluto.
Finalmente, el Rey Priam, con la ayuda de Hermes, se aventura hasta la tienda de Akhilleus, y le suplica por la devolución del cuerpo.
Akhilleus se apiada y, a cambio de un rescate, entrega el cadáver de Hector a su padre, que ya en Troya realiza unos funerales.
Por otra parte, en la mitología griega, Paris, también llamado Alejandro “El protector del hombre”, fue un Príncipe troyano, hijo del Rey Priam y de su esposa Hécuba.
Paris fue conocido como “El de la hermosa figura”
Se cuenta que en el Olimpo, Eris, “La Discordia”, prometió dar la manzana de oro que lanzó en las bodas de Thetis y Peleo, a la diosa más hermosa.
Fue así como ninguna deidad se atrevió a elegir entre Hera, Atenea o Afrodita.
Con tal de acabar con el problema, Zeus decidió que la respuesta la diera Paris.
El dios mensajero, Hermes, presentó las 3 diosas a Paris, y le propuso el dilema.
Cada una le prometió algo si resultaba ser la elegida:
Hera le prometió ser soberano del mundo.
Atenea ser invencible en la guerra.
Y Afrodita le prometió entregarle a Helen, la mujer más bella del mundo.
Finalmente, el joven eligió a Afrodita, que además se convirtió en su protectora, y las otras dos deidades juraron venganza.
Lo que él no sabía, era que esa decisión terminaría desencadenando La Guerra de Troya.
Troya, también llamada Ilión, es una ciudad tanto histórica como legendaria, donde se desarrolló La Guerra de Troya.
En la mitología griega, La Guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos contra la ciudad de Troya, ubicada en Asia Menor, y sus aliados.
Según Homero, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo “casus belli” habría sido el rapto, o fuga, de Helen de Esparta, por el Príncipe Paris de Troya.
Esta guerra es uno de los ejes centrales de la épica grecolatina, y fue narrada en un ciclo de poemas épicos, de los que sólo 2 han llegado intactos a la actualidad, “La Ilíada” y “La Odisea”, ambas obras atribuidas a Homero.
“La Ilíada” describe un episodio de esta guerra, y “La Odisea” narra el viaje de vuelta a casa de Odysseus, uno de los líderes griegos.
Otras partes de la historia, y versiones diferentes, fueron elaboradas por poetas griegos y romanos posteriores.
La mujer más bella del mundo era Helen, hija de Leda, la cual estaba casada con Tyndareus, Rey de Esparta, y fue seducida por Zeus en forma de cisne; los informes difieren sobre cuáles de los 4 hijos de Leda, lo eran de Zeus, y cuáles de Tyndareus, pero Homero presenta a Helen como hija de Zeus.
Helen tenía muchos pretendientes, y Tyndareus estaba poco dispuesto a elegir uno, por miedo a que los otros tomasen represalias.
Finalmente, uno de los pretendientes, Odysseus de Ítaca, Ulysses en la mitología romana, propuso un plan.
Hizo prometer a todos defender el matrimonio de Helen con quien ella eligiese.
Ella eligió a Menelaus, quien humildemente no hizo la petición por sí mismo, sino enviando a su hermano Agamemnon en su lugar.
Los 2 hermanos vivían en la corte de Tyndareus desde que fueron desterrados de Micenas, después de que su padre, Atreo, fuese asesinado, y su trono usurpado por su hermano Tiestes y su hijo Egisto.
Menelaus heredó el trono de Esparta de Tyndareus, con Helen como su Reina, y Agamemnon, casado con la hermana de Helen, Clitemnestra, recuperó el trono de Micenas.
Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, Paris se enamoró de Helen y, con la ayuda de Afrodita, la raptó o la sedujo, y la llevó de regreso a Troya como esposa.
Todos los Reyes y Príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla.
El cerco de Troya duró 10 años.
Los griegos idearon una nueva treta, un gran caballo de madera hueco.
Fue construido por Epeo, y lo ocuparon soldados griegos liderados por Odysseus.
El resto de la armada griega fingió partir y un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos de que el caballo era una ofrenda a Atenea, a pesar de las advertencias de Laocoonte y Casandra.
Los troyanos introdujeron el caballo en la ciudad, e hicieron una gran celebración y, cuando los griegos salieron del caballo, la ciudad entera estaba bajo el sueño de la bebida.
El caballo era de tal tamaño, que los troyanos tuvieron que derribar parte de los muros de su ciudad.
Una vez introducido El Caballo en Troya, los soldados ocultos en él, abrieron las puertas de la ciudad, tras lo cual la fuerza invasora entró y la destruyó.
Las fuentes clásicas dan numerosas versiones acerca del número, e identidad de los guerreros que se escondieron dentro del caballo.
Apolodoro los cifra en 50, pero luego añade que el autor de “La Pequeña Ilíada”, poema perdido, afirmaba que eran 300.010, aunque podría ser un error de los códices.
Según Tzetzes fueron 23; Quinto de Esmirna da 30 nombres, y añade que eran aún más, y otros autores mencionan otros nombres.
Como había predicho Hector en su último aliento, Paris mató más tarde a Akhilleus, bien con una flecha, en el talón según Estacio, o con un cuchillo por la espalda, cuando visitaba a Polyxena, una Princesa troyana.
En algunas versiones, el dios Apolo guiaba la flecha de Paris, o bien era Apolo el que lo mataba, sin intervención de Paris.
Sus huesos, los de Akhilleus, fueron mezclados con los de Patroclus, y se celebraron juegos funerarios.
Akhilleus fue representado en la pérdida épica de La Guerra de Troya de Arctino de Mileto viviendo tras su muerte en la isla de Leuce en la desembocadura del Danubio.
“For Troy”
Troy es una película de aventuras de 2004, del género épico, dirigida por Wolfgang Petersen.
Protagonizada por Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom, Brian Cox, Peter O'Toole, Sean Bean, Diane Kruger, Brendan Gleeson, Saffron Burrows, Tyler Mane, Julie Christie, Rose Byrne, Julian Glover, Garrett Hedlund, Vincent Regan, James Cosmo, entre otros.
Troy estuvo nominada al Oscar como mejor vestuario.
Su argumento, tal como se menciona en los créditos, está basado en “La Ilíada” de Homero, pero incluye material de “La Odisea” de Homero y de “La Eneida” de Virgilio, además de otras fuentes, así como incluye también completas divergencias del mito.
A diferencia del libro original de Homero, donde Menelaus recupera a Helen al final de la guerra, y la lleva de nuevo a vivir consigo, en Troy, Paris y Helen consiguen fugarse juntos de Troya.
Troy privilegia así el amor sobre el honor, contrariamente al texto de Homero, donde el honor es el valor más importante.
Desde un punto de vista cultural, destaca la transformación de la relación homoerótica entre Akhilleus y Patroclus, en una relación de parentesco que los hace primos, distorsionando así un eje principal de la trama clásica, debido con toda probabilidad, a la acomodación de lo que el ámbito hollywoodiense considera “moralmente aceptable”
Claro que los efectos visuales y las escenas de la guerra son muy buenos, junto a la música de James Horner, pero la historia hubiera estado mejor, si se hubiera basado en los libros.
Creo que el director y los productores de Troy hicieron la historia como ellos quisieron, sin seguir algunos detalles, pero cruciales, de la historia original.
El grave problema es ese:
¿Cómo demonios haces una película basada en una historia, pero sacas detalles cruciales para hacer algo que te gustaría que haya pasado?
Bueno, ese es mi gran rencor hacia Troy.
Algo de positivo:
Para aquel que no le importe el libro, o que ni idea tiene de su existencia, obtendrá al menos una aceptable “megaproducción”, una férrea puesta en escena, una impecable factura técnica, una cinta muy bella en su impronta estética, y una entretenida, aunque un tanto acelerada y embarullada, historia épica sobre el honor, el orgullo y el incorruptible espíritu de lucha.
Troy cuenta una historia protagonizada por Hector, Paris y Akhilleus, en la cual se enfrentan los troyanos y los helenos.
Estos últimos consiguen sobrepasar las murallas de Troya gracias a un gran caballo de madera, denominado “Caballo de Troya”
Era el año 1193 a.C., en la antigua Grecia, la pasión de 2 de los amantes más legendarios de la historia, Paris, Príncipe de Troya (Orlando Bloom) y Helen (Diane Kruger), Reina de Esparta, desencadena una guerra que asolará una civilización.
El rapto de Helen por Paris, separándola de su esposo, el Rey Menelaus (Brendan Gleeson), es un insulto que no se puede tolerar.
El orgullo familiar establece que una afrenta a Menelaus es una afrenta a su hermano Agamemnon (Brian Cox), el poderoso Rey de Micenas, que no tarda en reunir a todas las grandes tribus de Grecia para recuperar a Helen de manos de los troyanos, y defender el honor de su hermano.
La verdad es que la lucha por el honor, por parte de Agamemnon, está corrompida por su incontenible codicia, ya que necesita conquistar Troya para asumir el control del mar Egeo, y asegurarse la supremacía de su ya vasto imperio.
La ciudad amurallada, bajo el mando del Rey Priam (Peter O’Toole), y defendida por el poderoso Príncipe Hector (Eric Bana), es una fortaleza en la que ningún ejército ha sido capaz de penetrar.
Sólo un hombre se erige como la clave para la victoria o la derrota de Troya, Akhilleus (Brad Pitt), considerado el más grande guerrero vivo.
Arrogante, rebelde y aparentemente invencible, Akhilleus no siente lealtad hacia nada ni nadie, excepto hacia su propia gloria.
Es su insaciable ansia de fama eterna lo que le lleva a atacar las puertas de Troya bajo el estandarte de Agamemnon, pero será el amor el que finalmente decida su destino.
Dos mundos irán a la guerra por el honor y el poder.
Miles de hombres morirán en la lucha por alcanzar la gloria.
Y, por amor, una nación quedará reducida a cenizas.
Brad Pitt encarna a un Akhilleus muy soberbio, altanero y con muchas ganas de ser galán, y de enamorarse, que poco tiempo le queda para ser el valiente guerrero invencible de espíritu.
Eric Bana da vida a un Hector, que según mi gusto personal es demasiado bueno.
Si bien es el que menos desentona de los personajes principales, no llegó a personificar en su plenitud al Príncipe de Troya.
Orlando Bloom, pobre interpretación, aunque acá creo que se mostró una versión fiel del Paris de Troya.
Pero es el colmo además, que en el doblaje hayan llamado al personaje que interpreta Sean Bean, Ulysses, traducción latina, en vez de Odysseus.
Quizá mal dirigidos, o quizá sujetos a la galería de poses, de musculatura y de lucimiento personal que Troy les brinda, sus personajes no logran superar la mediocridad del guión, para dar garra a sus atormentados vínculos y, por ello, dejan paso a un, eso sí, apabullante desfile de venerables secundarios:
Peter O’Toole, Brian Cox, Brendan Gleeson, Saffron Burrows y, a modo de cameo, Julie Christie.
Así, salvo por esta cantera de intérpretes respetables, Troy se nos revela como una apoteósica ausencia de talento cinematográfico, como uno de los más irrespetuosos productos de la desesperada búsqueda del éxito comercial.
Partiendo de la base de que plasmar, al estilo de Hollywood, una epopeya homérica es, de por sí, una herejía, si además corre a cargo del intragable Wolfgang Petersen, todo está definitivamente perdido.
Las frases, interesantes, están al nivel del suelo:
Akhilleus: “Este es Patroclus, mi primo”
Relación homoerótica.
Helen: “Conoces a Menelaus, les cortará la cabeza”
Principalmente a ella…
Agamemnon: “El ataque será al amanecer”
No se era Rey durante mucho, con el coeficiente de un ladrillo…
Priam: “Esta es la espada de Troya; las cosas le irán bien a nuestro pueblo mientras sea un troyano quién la empuñe”
Frases como:
“Yo libraré mi guerra…” o “No quiero que nadie luche por mí…”
Para luego arrastrarse, literalmente, por el campo de batalla hasta abrazar la pierna de su hermano implorando la muerte de su pueblo para salvar su vida, responden a una clara mentalidad bipolar que no se muestra en “La Ilíada” de Homero.
“I want what all men want, I just want more”
Hollywood alcanza con Troy un hito en su capacidad de manipular, reconvertir, adaptar, hasta el destrozo un material clásico, para ceñirlo a sus tópicos y sus ambiciones comerciales y, como poniéndola patas arriba, sacude hasta vaciar de todo contenido, de toda espiritualidad, magia, fuerza o fantasía, “La Ilíada” de Homero.
Prácticamente, elimina a Odysseus, por Ulysses, cambia los destinos de los personajes, elimina todo rastro mitológico, y esquematiza los roles para ponerlos al servicio de una inconexa, y abusiva sucesión de secuencias, en las que parece que la mayor preocupación es, ajetrear las hormonas con su estética de revista para púberes descerebrados.
Lamento mucho que el irresponsable, cobarde y egoísta Paris se salvara al final; y que los dioses no aparecieran en acción, pues con tanta tecnología digital, permitiría intervenciones espectaculares de los olímpicos.
Eso de que Troy es la versión más realista de la obra de Homero, es equiparable a una versión de La Biblia sobre la vida del Cristo, pero sin sus milagros…
Y el final, está bastante incompleto:
¿Qué pasa con Paris, Helen, Briseis?
Lo dejan como si fuera a haber una horrible continuación, como que Odysseus venga a Akhilleus, y al final nada.
Como adaptación, Troy es nefasta.
Se toma muchas licencias artísticas, más bien demasiadas:
¿Cómo es que Akhilleus, que se supone que murió antes de la creación del mítico caballo, entró en él?
¿Dónde estaba Neoptolemus?
¿Por qué Hector mató a Menelaus?
¿Qué se hizo de Helen después de eso?
¿Por qué Eneas y Patroclus son adolescentes?
¿Qué pasa, disminuyen las ventas si mostramos la homosexualidad de Akhilleus?
¿Reflexionan Hector o Paris sobre lo que han hecho?
¿Tiene el director intención de mostrar una mínima profundidad en los personajes?
¿Dónde están los dioses?
¿Y Diomedes?
¿Por qué Agamemnon también muere antes de tiempo?
A ver cómo hacen ahora la Orestíada…
¿Por qué ambos Atridas son unos inútiles en el campo de batalla?
¿Por qué se inventan una relación amorosa entre Akhilleus y Briseis?
¿Akhilleus va a serle infiel a Polyxena?
A lo mejor, eso la salvaba de que la sacrificaran sobre la tumba de Akhilleus
¿Qué se hizo del cadáver de Hector?
¿Por qué el susodicho, no sabía que Patroclus era Patroclus, y no Akhilleus, cuando lo mató?
Pero es que no sólo nos muestra conflictos personales simplistas y previsibles, no se contenta con acumular arquetipos uno tras otro, sino que tampoco consigue, en su factura técnica, un resultado deslumbrante.
En realidad, lo que se ha intentado confeccionar, es un filme con ciertas reminiscencias históricas, pero en el cual subyace un único interés:
Recuperar la magnitud y la grandiosidad de aquellas superproducciones que Hollywood nos regaló en los años 50, abandonadas posteriormente a causa de sus excesivos costes, y de las dificultades que acarreaban sus rodajes, amén del fracaso económico de alguna de ellas.
Lo mejor es tomarse Troy como un “entretenimiento”, no compararla con la obra de Homero.
Hasta las ruinas de Troya que se enseñan en Turquía son una estafa, muchos intereses económicos hacen que a esas piedras se las llame Troya.
Y puesto que la verdad es tan esquiva, disfrutemos de una mentira tan bien presentada.

“This war will never be forgotten, nor will the heroes who fought in it”



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