The Pilgrim

“I'm Bound for Texas”

La palabra cine es una abreviatura de cinematografía, y a excepción de la radiodifusión, es el arte más joven, habiéndose creado desde unos principios rudimentarios, hasta un alto nivel de logros estéticos y técnicos, en la primera mitad del siglo XX, y llegando a ser una de las formas de entretenimiento más populares y baratas.
Entre los trabajos de Méliès y Porter, y la Primera Guerra Mundial, se produjeron infinidad de películas con historias cortas.
A partir de 1912, ya se empezaron a hacer películas con varios rollos.
Poco a poco, el cine levantó el vuelo del salón de música donde se crió, y se convirtió en un entretenimiento universal; los actores se convirtieron en estrellas, y directores y escritores, adquirieron nombre y reputación.
En América, especialmente en EEUU, las comedias las hacían personas que no pensaban, en nada más grande, que hacer reír a la hora de hacer cine.
Mack Sennett, conocido como “El Rey de La Comedia” que había perseguido la perfección salvaje, entre 1912 y 1916, se apuntó a esta persecución, y le añadió todos los trucos de la cámara, al servicio de la burla, creando el famoso “slapstick”
Por aquel entonces, agregó los chistes visuales que componían sus comedias, las cuales eran acentuadas por un grupo de actores; uno de ellos, se convirtió en el cómico más importante del mundo.
Charles Chaplin comenzó en la pantalla en 1914, y trabajó primero con Sennett, y después en una de las primeras comedias largas, con Mabel Normand y Marie Dressler.
Entre 1915 y 1918, Chaplin se dirigió a sí mismo en una serie de comedias cortas que se han convertido en clásicos.
La apariencia directa de Chaplin en la pantalla, no nos debería cegar de la grandeza en el arte del cine que hizo posible.
La diversión, sin piedad al principio, se suavizó mucho.
Gradualmente la truculenta figura del Charlot se convirtió en valiente pero patética; la audiencia todavía se reía, pero con lágrimas en los ojos.
Así fue cuando Charles Chaplin trajo la humanidad a la comedia.
“Now Goliath is a big man”
The Pilgrim es una película muda americana, estrenada el 26 de febrero de 1923, producida por First National Film Company, protagonizada, escrita, dirigida y musicalizada por Charles Chaplin.
Protagonizada por Charles Chaplin, Edna Purviance, Kilty Bradbury, Syd Chaplin, Mack Swain, entre otros.
The Pilgrim es la última película que coprotagoniza Edna Purviance con Charles Chaplin, y la última que éste hace para First National.
En 1959, Chaplin incluyó The Pilgrim entre las 3 películas de “The Chaplin Revue”, las cuales incluye:
“Shoulder Arms” (1918) y “A Dog's Life” (1918)
En la reedición de The Pilgrim, aparecía la canción “I'm Bound For Texas” escrita y compuesta por el mismo Chaplin, y cantada por Matt Monroe.
The Pilgrim sólo tiene parte cómica, no hay lágrimas de llanto, sólo de risa, y tal vez por eso, es que The Pilgrim sea una de las películas “más flojas” de Charles Chaplin.
Un mediometraje sin mensaje, sin drama, creado tan sólo para que nos lo pasemos bien.
The Pilgrim es la típica película que ponemos, cuando no tenemos suficiente tiempo, como para ver un largometraje de hora y media, y va perfecto.
No hay mucho que decir sobre fotografía, montaje, decorados, etc.; y la dirección es del Chaplin de siempre.
En estos 50 minutos, aproximadamente, ves al Chaplin, supongo que es Charlot, pero no lleva ni el sombrero ni el bastón, que siempre tienes ganas de ver, y sin embargo, no defrauda.
Está claro que, en cuanto a cortos, The Pilgrim es superado por otros, y de largometrajes ya ni hablamos, pero The Pilgrim no debe caer en el olvido, ésta pequeña joya es un legado ENORME de la comedia muda.
La trama inicia cuando vemos a Chaplin, un preso que huye de la cárcel, y tras deshacerse de su traje de presidiario, se enfunda uno de reverendo para pasar desapercibido.
Sin embargo, sus problemas comienzan, cuando es confundido por el reverendo (Mack Swain) al que esperaban en la Iglesia del pueblo en el que se encuentra.
Obligado a representar este nuevo papel, desiste de huir, al ser alojado en casa de Miss Brown (Edna Purviance), una bella joven a la que corteja.
Pero es descubierto por un antiguo compañero de presidio, Howard Huntington (Charles Reisner) que se aprovecha de la circunstancia para robar a la madre de la joven (Kitty Bradbury)
Cuando el falso clérigo devuelve el dinero, es desenmascarado por el Sheriff Bryan (Tom Murray), y éste lo conduce a la frontera mexicana.
Entre los Estados Unidos o México, la cárcel o la revolución, Charlot/ The Pilgrim avanza indeciso, como un equilibrista sobre la cuerda floja y termina el film.
The Pilgrim s una historia con la que llegas a soltar carcajadas; con brillantes escenas cómicas:
Como cuando tiene que dar el sermón haciendo de reverendo, el niño que no para de dar ostias a todo el mundo, el momento de cocinar la tarta, o cuando tiene que vigilar a un ladrón que se ha colado en la casa.
Todo esto junto es The Pilgrim, nada más que un cuento sobre un preso que se ha escapado, y que hace lo que puede, para no volver a la cárcel.
Hay muchas películas que van de esto, pero solo unas pocas llegan a lograr su objetivo, sea hacerte reír, llorar o dejarte pensativo.
Las situaciones en The Pilgrim, nos muestran la típica comedia de enredos, y de situaciones, donde el presidiario (Chaplin) se escapa de la cárcel, y se hace pasar por un sacerdote en un pueblo, lugar en el cual, se sucederán muchas alternativas hilarantes, que sin ser sobresalientes, al menos cumplen con dar forma a un producto efectista, dinámico, y entretenido, donde los embrollos están a la orden del día.
The Pilgrim es una comedia pura, no hay espacio para lo dramático, Chaplin no se detiene a buscar un tema sensibilizador, ni tampoco a criticar con sus típicas denuncias sociales, aunque la trama está por allí salpicada de cierto romanticismo, como para que haya una perspectiva, un tanto distinta, a la simple oferta jocosa que se presenta de fondo.
No obstante, ese final, en el que tiene que decir, si quedarse en EEUU o México, evidencia un cierto malestar, que pudo tener Chaplin en Estados Unidos, y que con el tiempo, se hace realidad cuando se le niega su reingreso al país, y se exilia en Suiza, hasta su muerte en 1977, a los 88 años de edad.
A resaltar siempre en los films de Chaplin, y especialmente en The Pilgrim, la tremenda facilidad con que nos presenta un argumento sólido e interesante, dónde las sorpresas se presentan continuamente una detrás de la otra.
Personaje dado poco a los gestos faciales, prácticamente siempre tiene el mismo gesto, sin embargo, lo compensa con unos exagerados movimientos del cuerpo, su ya famosa forma de correr, o de andar con las piernas abiertas, son mundialmente conocidos por todo aquel amante del Séptimo Arte.
Es increíble… no inventa nada, más bien descubre.
Hay que decir que es el primero en hacerlo, y hay ejemplos en The Pilgrim:
1) La diferencia entre la frontera americana y mexicana.
2) El convicto transformado en cura.
3) El diezmo.
4) El sermón de la historia de David y Goliat adaptada a la personalidad del infante, que saca del aburrimiento al niño obligado a ir al templo, y produce espasmo en los adultos.
Hasta la música, compuesta por el mismo Chaplin, aumenta la calidad de The Pilgrim, un maestro que abarcaba diferentes campos dentro del mismo negocio.
Las películas de Chaplin tienen, entre parodia y parodia, una humanidad que tanto las caracterizan.
Lo que hay que decir de sus películas, comedias y críticas, son películas que después de que ya han pasado casi los 100 años, sigue siendo un humor, que sigue haciéndome reír a carcajadas, es un humor que no tiene ubicación temporal, al igual que de los valores que trata, sus valores humanos que están por encima de cualquier época.
Chaplin era un genio, pues pensemos, eran los principio de un arte por desarrollar, un arte que estaba comenzando, y veamos qué resultados obtuvo de ello Sir Charles Chaplin.

“Mexico: a new life.
Peace at last!”



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