Das Kabinett des Dr. Caligari

“Everywhere there are spirits...
They are all around us...
They have driven me from hearth and home, from my wife and children”

Cuando hurgamos en los inicios del cine, con frecuencia nos topamos con obras que nos impresionan y nos cautivan, joyas de la cinematografía, que permanecen incólumes al paso del tiempo, y que conservan su esplendor con el mismo vigor del primer día.
Dentro de las vanguardias históricas, el Expresionismo se desarrolló plenamente en Alemania, en la primera década del siglo XX, plasmándose en varios campos, surgiendo primero en la pintura, en contraposición con el Impresionismo, basándose en un arte más subjetivo “expresión”, sin contar tanto con la realidad “impresión”
El Expresionismo fue una Edad Dorada del cine, en donde los mayores representantes fueron:
Fritz Lang, Georg Wilhelm Pabst, F.W. Murnau y Paul Wegener.
El Expresionismo influiría luego, por ejemplo, en Sir Alfred Hitchcock.
El cine expresionista alemán, es el nombre que se le da a un grupo de producciones cinematográficas, con ciertos aspectos en común.
Este estilo de hacer cine, tiene su correspondencia con la corriente expresionista, llamada así, por contraste con la corriente impresionista del siglo XIX en pintura, es decir, con aquél tipo de pintura en la que prima la “expresión subjetiva” sobre la representación de la objetividad.
Esta pintura recurría a colores hirientes, y ritmos lineales muy fuertes.
Arraigó fundamentalmente en Alemania, de donde surgió el movimiento “Die Brücke” o “El Puente”, fundado en 1905, por unos estudiantes de arquitectura.
El expresionismo no llegó al cine, hasta pasada la Primera Guerra Mundial, cuando ya prácticamente había desaparecido como corriente artística, siendo sustituida por la Nueva Objetividad.
Sin embargo, la expresividad emocional y la distorsión formal del expresionismo, tuvieron una perfecta traducción al lenguaje cinematográfico, sobre todo gracias al aporte realizado por el teatro expresionista, cuyas innovaciones escénicas fueron adaptadas con gran éxito al cine.
El cine expresionista pasó por diversas etapas:
Del expresionismo puro, llamado a veces “caligarismo”, se pasó a un cierto neorromanticismo con F.W. Murnau, y de este, al realismo crítico con G.W. Pabst, Robert Siodmak, y Lupu Pick, para desembocar en el sincretismo de Lang, y en el naturalismo idealista del Kammerspielfilm.
Entre los principales cineastas expresionistas cabría destacar a Robert Wiene.
El cine expresionista alemán, impuso en la pantalla un estilo subjetivista que ofrecía en imágenes, una deformación expresiva de la realidad, traducida en términos dramáticos, mediante la distorsión de decorados, maquillajes, etc., y la consiguiente recreación de atmósferas terroríficas o, cuando menos, inquietantes.
El cine expresionista se caracterizó por su recurrencia al simbolismo de las formas, deliberadamente distorsionadas, con el apoyo de los distintos elementos plásticos.
La estética expresionista tomó sus temas de géneros, como la fantasía y el terror, reflejo moral del angustioso desequilibrio social y político, que agitó la República de Weimar aquellos años.
Con fuerte influencia del romanticismo, el cine expresionista reflejó una visión del hombre, característica del alma “fáustica” alemana:
Muestra la naturaleza dual del hombre, su fascinación por el mal, la fatalidad de la vida sujeta a la fuerza del destino.
Podemos señalar, como finalidad del cine expresionista, el traducir simbólicamente, mediante líneas, formas o volúmenes, la mentalidad de los personajes, su estado de ánimo, sus intenciones, de tal manera, que la decoración aparezca como la traducción plástica de su drama.
Este simbolismo suscitaba reacciones psíquicas, más o menos conscientes, que orientaban el espíritu del espectador.
Tan sólo a partir de 1913, empezaron a realizarse producciones de mayor relieve artístico, con mayor uso de exteriores, y mejores decorados, desarrollándose la iluminación y el montaje.
Durante la guerra, se potenció la producción nacional, con obras tanto de género, como de autor, destacando la obra de Paul Wegener, iniciador del cine fantástico, género, habitualmente considerado, el más típicamente expresionista.
En 1917, se creó, por orden de Paul von Hindenburg, siguiendo una idea del general Erich Ludendorff, la Universum Film Aktien Gesellschaft (UFA), apoyada por el Deutsche Bank, y la industria alemana, para promocionar el cine alemán fuera de sus fronteras.
El sello UFA se caracterizó por una serie de innovaciones técnicas, como la iluminación focal, los efectos especiales, como la sobreimpresión, los movimientos de cámara, como la “cámara desencadenada”, el diseño de decorados, etc.
Era un cine de estudio, con un marcado componente de preproducción, que aseguraba, un claro control del director sobre todo los elementos que incurrían en la película.
Por otro lado, su montaje lento y pausado, sus elipsis temporales, creaba una sensación de subjetividad, de introspección psicológica y emocional.
Las primeras obras del cine expresionista, se nutrieron de leyendas, y antiguas narraciones de corte fantástico y misterioso, cuando no terrorífico y alucinante.
En los años 1920 se produjeron los principales éxitos del cine expresionista alemán:
“Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens” (1922) y “Faust” (1926) de Friedrich Wilhelm Murnau; “Metropolis” (1927) de Fritz Lang, “Der Blaue Engel” (1930) de Josef von Sternberg y “M” (1931) de Fritz Lang.
Cabe mencionar que, se conoce como “vuelta de tuerca”, a aquel giro en el argumento de una historia, literaria o cinematográfica, en el que se presenta un vuelco abrupto, e inesperado en la situación descrita.
Se presenta con más frecuencia cerca del final de la obra, pero también puede encontrarse hacia la mitad.
Estos giros cambian, dramáticamente, el objetivo de los personajes.
Se les conoce también como giro argumental, “beats”, puntos de giro, o revés dramático, o final sorpresa, así como con el término anglosajón: “twist ending”
“You fools, this man is plotting our doom!
We die at dawn!
He is Caligari!”
Das Kabinett des Dr. Caligari es una película muda, de terror, de 1920, dirigida por Robert Wiene.
Protagonizada por Werner Krauss, Conrad Veidt, Friedrich Fehér, Lil Dagover, Rudolf Klein-Rogge, Hans Heinrich von Twardowski, entre otros.
Das Kabinett des Dr. Caligari cuenta con un guion cinematográfico de Hans Janowitz y Carl Mayer.
Das Kabinett des Dr. Caligari es una enigmática película, cuyos temas están basado en experiencias personales de los dos guionistas:
Hans Janowitz y Car Mayer.
Se cuenta que el checo, Hans Janowitz, paseaba por un parque de Reeperbahn, buscando una joven que le había llamado la atención, cuando de repente, vislumbró una figura imprecisa en la oscuridad, que hizo que la joven desapareciera.
Al día siguiente, los periódicos informaron de un crimen sexual en un parque.
Hans decidió ir al funeral, y en él sentía, constantemente, la presencia amenazadora del asesino.
El otro tema, no adquiere visos tan dramáticos, pero sí inquietantes.
Tiene como protagonista al coguionista, Carl Mayer, y sus experiencias con un psiquiatra durante la Primera Guerra Mundial.
Ante tales precedentes, los dos guionistas deciden unificar sus historias, y después de elegir el nombre del protagonista, “Caligari” de la obra “Las Cartas Desconocidas” de Stendhal, y presentan su historia al director, Robert Wiene, el cual, hace una extraordinaria simbiosis de los temas, y decide contar la historia a través de la fantasía de un loco.
El resultado es excelente, desde todos los condicionamientos cinematográficos.
Los productores, que querían un final menos macabro, impusieron al director la idea de que todo termina siendo una alucinación.
Al hacerlo, produjeron la primera representación cinematográfica de estados mentales alterados, similares a las distorsiones sensoriales producidas por drogas recreacionales.
La historia original dejaba en claro que Caligari y Cesare eran reales, y responsables por una cantidad de muertes.
Al cine llega, de forma tardía, Das Kabinett des Dr. Caligari, película inspirada en una serie de crímenes sexuales que tuvieron lugar en Hamburgo, Alemania.
Narraba los estremecedores crímenes que cometía Cesare, bajo las órdenes hipnóticas del doctor Caligari, que recorría las ferias de las ciudades alemanas exhibiendo a su sonámbulo.
La idea de los guionistas, era la de denunciar la actuación del Estado alemán durante la guerra.
Das Kabinett des Dr. Caligari se caracteriza por la estilización de los decorados retorcidos y con ángulos imposibles, la forma exagerada de actuar, y el coloreado posterior de las escenas, dejándolas en tonos azules, sepia o verdes.
Hay también, un curioso uso de máscaras para hacer fundidos en negro progresivos, destacando una parte de la acción.
Los decorados están distorsionados, ya que se representan como si fueran una maqueta, o cartones pintados superpuestos para crear ilusiones.
De esta manera, se genera una sensación de angustia, y de opresión casi constantes; nos encontramos ante un mundo puntiagudo, y lleno de ángulos, constantemente amenazador.
Se enfatizan sombras oscuras, y contrastes, como en su comienzo, al aparecer la chica que resalta del fondo.
Se nota que hay un uso de luces artificiales, de hecho, la versión original fue coloreada con verdes, marrones, azules, para darle un aspecto aún más dramático.
Dividido en 6 actos, Das Kabinett des Dr. Caligari es una obra vanguardista del momento, que está considerada por los especialistas, como la primera cinta expresionista de la historia, y una de las películas expresionistas alemanas más influyentes.
Das Kabinett des Dr. Caligari reúne todos los elementos propios del cine expresionista:
Escenarios amenazantes, interpretaciones exageradas, decorados fuertemente estilizados, objetos deformados, puertas y ventanas irregulares, fuertes contrastes de luces y sombras, maquillaje lúgubre, iluminación tenebrosa, imágenes deformadas, encuadres inclinados, efectos teatrales que exageran, o deforman la realidad, etc.
Incorpora, también, los elementos argumentales propios del cine expresionista:
Atmósfera claustrofóbica, exploración del lado oscuro de la condición humana, referencias a la muerte, la violencia, la locura y la maldad, ambigüedades, situaciones de angustia, etc.
El estilo narrativo, claro y naturalista, del cine tradicional se hace aquí oscuro, confuso, desordenado y caótico.
De hecho, en Das Kabinett des Dr. Caligari, se da a conocer el primer psicópata de la historia del cine, y sin duda, crea un origen en la historia del cine fantástico.
Restaurado en 1996, Das Kabinett des Dr. Caligari incorpora, actualmente, una banda sonora que toma algunos pasajes de la partitura inicial, extraviada en gran parte, y crea una composición de cuerdas, adecuada y gratificante.
Sin duda, Das Kabinett des Dr. Caligari ha servido de inspiración a muchos directores y guionistas, sin ir más lejos, determinados personajes, y la propia estética podría firmarla, a día de hoy, el mismísimo Tim Burton.
Das Kabinett des Dr. Caligari es citada como la primera que introdujo la vuelta de tuerca en el cine.
En ella, se invita al espectador a identificarse con el protagonista en la persecución de un doctor enloquecido, para confrontarlo en el momento, en el que ambos coinciden, en el sanatorio con la realidad:
Toda la narración es el delirio.
Das Kabinett des Dr. Caligari fue una de las primeras películas producidas en los estudios alemanes UFA.
Destacan los decorados distorsionados, que crean una atmósfera amenazante, por lo que es considera una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.
Los críticos franceses acuñaron la palabra “caligarismo” para designar las películas alemanas de la nueva estética.
Wiene, dirigirá varias obras más en años sucesivos, pero jamás conseguirá alcanzar el éxito, ni la calidad artística, de Das Kabinett des Dr. Caligari.
Aunque, Das Kabinett des Dr. Caligari, es a menudo considerada una crítica contra el totalitarismo alemán, el final puede ser interpretado, también, como una oda al poder, y la autoridad, en contraposición a la anarquía y la locura.
Das Kabinett des Dr. Caligari es una obra maestra completa, porque tiene una interesante estructura narrativa donde mediante un flashback, sí, ¡en 1920!
Bajo esta técnica, la trama se construye, o complementa con recuerdos, y se va entretejiendo una macabra narración, donde hay abundante malicia y locura.
Pero ello no es todo, Das Kabinett des Dr. Caligari tiene sorpresa en el desenlace, y ello, no es poco.
Y aunque, Das Kabinett des Dr. Caligari, tampoco es una obra maestra de los giros 180º, sí tiene bastante mérito, el no seguir un planteamiento lineal, ya que hay sobresalto, y vuelta de tuerca inesperada, donde se irradian pocas certezas, y mucha ambigüedad en las resoluciones.
Pero si hablamos desde lo técnico y artístico, esta obra es magnífica, también pues posee:
Preciosista fotografía repleta de matices monocromáticos.
Mucho expresionismo desde las gesticulaciones, y los ademanes, que nos transmiten las sensaciones sin palabras.
Un notorio maquillaje en los rostros, para destacar el aire malsano que genera miedo.
Decorados y escenarios góticos, que logran sugerir y ambientar la historia dentro de espacios tenebrosos e inquietantes.
Magnífica iluminación, con luces y sombras, para destacar el centro principal de cada escena, y dejar detrás lo secundario.
Música de violines de fondo, que acompaña en forma constante el relato.
Atmósfera densa y misteriosa, que destila un halo de intriga, que inevitablemente nos mantiene atentos.
Otro punto a rescatar es la música que se le ha adjudicado, parece, oficialmente.
Es una composición de corte jazzística; un batiburrillo con bajos, guitarras eléctricas e incluso sintetizadores, empeñada en resaltar la acción hasta la saciedad.
Tiene algún buen pasaje, y conserva trazas de la partitura original.
Todo, Das Kabinett des Dr. Caligari, parece diseñado por la particular visión del niño interior, aquel que teme a la oscuridad, y soporta un profundo miedo ante seres de facciones y contexturas irreales.
A parte de eso, el uso de la cámara es fija, y todo se representa, como si se tratara de una obra de teatro dividida en 6 actos, lo que sumerge al espectador en un mundo irrealista, oscuro y brillante.
“A somnambulist”
La acción dramática, tiene lugar en un pequeño pueblo de montaña, del noreste de Alemania llamado Holstenwall.
El presente narrativo del film es de 1920, y es diferente del presente del relato, anterior, pero indeterminado.
La narración se desarrolla en un largo flashback, que contiene otro flashback.
Das Kabinett des Dr. Caligari narra la historia de un paciente de manicomio, cuya locura, hace al espectador tener una difusa visión de la realidad, traducida en decorados retorcidos y doblados, hasta niveles absurdos, sombras pintadas y tejados con vértices ásperos, pero Das Kabinett des Dr. Caligari también es una parábola, en la que algunos ven, lo que posteriormente sería el nazismo dominando al pueblo alemán.
El desquiciado Dr. Caligari (Werner Krauss) y su fiel sonámbulo Cesare (Conrad Veidt), están vinculados con una serie de asesinatos en Holstenwall.
El narrador, Francis (Friedrich Fehér), y su amigo Alan (Hans Heinrich von Twardowski) visitan un carnaval en el pueblo, donde ven al Dr. Caligari y al sonámbulo Cesare, a quien el doctor presenta como una atracción en su Gabinete.
El Dr. Caligari se ufana, de que Cesare, puede contestar cualquier pregunta si es cuestionado.
Cuando Alan le pregunta a Cesare, cuándo tiempo le queda de vida, Cesare le responde, que morirá antes del amanecer del día siguiente, una profecía que se cumple.
Caligari ordena a su durmiente, cometer varios crímenes, en uno de los cuales el propio Alan es la víctima.
Francis, junto con su novia Jane Olsen (Lil Dagover), investigan a Caligari y a Cesare, lo que resulta finalmente en el secuestro de Jane por parte de Cesare.
Así que Francis, se propone desenmascarar al falso pregonero, descubriéndolo como jefe de un asilo para dementes, obsesionado por demostrar que los sonámbulos son capaces de matar.
De principio, Caligari ordena a Cesare matar a Jane, pero el esclavo hipnotizado, se niega después de que su belleza lo cautiva.
Entonces, lleva a Jane fuera de su casa, llevando a los pueblerinos, a una larga persecución.
Durante esta cacería, Cesare tiene una caída mortal, y los pobladores descubren que Caligari ha creado un muñeco de Cesare para distraer a Francis; y Francis descubre que Caligari es en realidad el director del hospital psiquiátrico local y, con la ayuda de sus colegas, descubre que está obsesionado con la historia de un místico llamado “Caligari”, quien en 1703, en el norte de Italia, usó a un sonámbulo llamado “Cesare” para asesinar personas.
Tras ser confrontado con el difunto Cesare, Caligari revela su manía, y es encerrado en su propio asilo.
Una vuelta de tuerca, revela que el flashback de Francis, es realmente su fantasía:
Tanto él, como Jane, y Cesare son pacientes del asilo psiquiátrico, y el hombre que dice es “Caligari” es su médico, quien dice ser capaz de curarlo, después de esta revelación de la fuente de su delirio de su paciente.
Sin embargo, se dice que la idea de los guionistas, era denunciar la actuación del Estado alemán durante la guerra:
Para ellos, Caligari inducía a un sonámbulo a cometer asesinatos, del mismo modo que el Estado alemán, inducía a un pueblo dormido a perpetrar crímenes, que de hecho, se consumarían una década después, en la Segunda Guerra Mundial.
El guion original de Das Kabinett des Dr. Caligari, de Hans Janowitz y Carl Mayer fue modificado, y Wiene, seguramente presionado por la productora, y esta por las autoridades alemanas, añadió una escena inicial y otra final, que trastocaban el sentido de la historia, quedando convertida en el relato de un loco.
Aunque, Das Kabinett des Dr. Caligari, suele considerarse una crítica contra el totalitarismo alemán, el final puede ser interpretado también, como una oda al poder y la autoridad, en contraposición a la anarquía y la locura.
En cada uno de sus personajes, especialmente los principales, hay un simbolismo que expresa la fragilidad de la condición humana, así como la truculencia de la que el subconsciente es capaz.
Profundos temores freudianos asoman angustiosos, para recordarle al Hombre, su miseria interna.
La permanente sensación de amenaza, y opresión mental que gravita en Das Kabinett des Dr. Caligari, semejante a la más atonal de las partituras, es una característica que jamás se resuelve positivamente:
Hasta el final de la película.
Y es aquí, donde tiene lugar una de las pioneras, y mayores vueltas de tuerca de toda la historia del cine:
La escena, en un giro argumentativo impresionante, e inesperado, revela que Francis es en realidad un demente recluido en el manicomio, obsesionado con una fantasía, en la que ha involucrado a Jane y a Cesare, otros pacientes del asilo, tomando la misma, como un hecho real, y consumado en su vida.
Caligari es el médico que atiende al pobre Francis; su esperanza es poder curar a su paciente, y borrar de su espíritu, la absurda historia que cuenta a todos.
Das Kabinett des Dr. Caligari concluye con un enigmático primer plano del Dr. Caligari.
Incluso la estructura de sueño es revolucionaria, y el final, abierto, cuando parece que todo está resuelto, y ha sido una alucinación de un paciente, la última mirada del director del manicomio, y ciertas aproximaciones históricas, nos demuestran que quizá haya algo oculto en el final.
“The time is short.
You die at dawn!”
El tema del miedo es manejado de forma brillante por Wiene, sobre todo, al no mostrar al público la causa de aquél, permaneciendo en el mundo de las sombras, y apelando a la imaginación de los espectadores, consciente que lo no visible a los ojos, resulta siempre más aterrador.
Cuando vemos a Cesare perderse por ese entorno onírico y estremecedor, en medio de sombras artificiales, como si no supiera a dónde ir, nosotros sentimos lo mismo, como si nos halláramos dentro de un laberinto creado especialmente para los personajes... y nosotros.
Parecería incluso, que Cesare quiere escapar de esos decorados embrollados, pero le resulta imposible, y quizás ello, sea la causa de su derrumbamiento en esa secuencia extraordinaria.
Por el contrario, Caligari es percibido, como quien todo lo conoce a la perfección, como quien se siente satisfecho con ese mundo artificial cinematográfico, que es ideal para operar sobre sus pacientes y víctimas.
La historia de Das Kabinett des Dr. Caligari es bien conocida por todos, al menos en su sinopsis inicial, pues posee varios giros, realmente inesperados, dentro de un guión redondo y completo, que conforma un film verdaderamente soberbio.
En ese sentido, una vez más, los guiones actuales deben mucho, al que firman Carl Mayer y Hans Janowitz.
Empezamos a ver recursos habituales en el cine, algunos introducidos en esta obra, casi por vez primera, otros ya iniciados, y que se iban asentando poco a poco.
De esta manera nos encontramos flash-backs explicativos, montaje paralelo o diferente utilización de planos.
Al respecto de esto último, encontramos una fórmula muy sencilla, pero que se supone la base de todo el cine:
Iniciando un Plano General (PG) con Plano Medio (PM) o Primer Plano (PP) intercalado en la acción, para volver a acabar con un PG.
Se vuelve a recurrir a temas casi mitológicos o místicos, como lo es, en este caso, el sonambulismo, lugares comunes del movimiento y, posteriormente, del género de terror:
Cementerios, celdas, manicomios, circos…
También, hay espacio para los sentimientos, como la amistad, o el amor, pero si algo caracteriza a Das Kabinett des Dr. Caligari es la obsesión, cercana a la demencia, que invade a los personajes, y que son la motivación, y el estímulo que mueve todas sus acciones.
En ese sentido, es muy importante la simbología, como la caída del poder, y la obligación de alguien a actuar contra su voluntad, crítica a la Alemania de esta época.
Ángulos imposibles, esquinas afiladas, extrañas sombras y líneas retorcidas... parece como si toda la ciudad expresara la intranquilidad de Francis, mientras que, por contra Caligari y Cesare, pueden llegar a parecer por momentos extraños objetos en movimiento, árboles y rostros, que en un tiempo fueran parte de la ciudad, y ahora hubieran cobrado vida.
Cesare, acompañado por las sombras, con ese extraño maquillaje, es el epítome de los villanos del género de horror.
La interpretación sigue siendo muy teatral, poco apoyada por un movimiento de cámara inexistente, pero vemos como evoluciona desde la época de Méliès, con un poquito más de contención, menos aspavientos y exageraciones.
La estética y, sobre todo, la imaginación artística que destila Das Kabinett des Dr. Caligari es riquísima.
Vemos, de esta manera, la realización de un asesinato, con un juego de sombras en la pared, algo mil veces visto en el cine posterior, la creación de toda una ciudad expresionista, la distorsión de todas las formas… todo ello, además, apoyado por un sentido narrativo, no es para nada al azar.
Se trata, además, de uno de los filmes más icónicos e influyentes de la historia, el impacto de Das Kabinett des Dr. Caligari ha permanecido a través de los años, y su influencia sirvió como base, para el futuro desarrollo del estilo del “film noir”, en la actualidad, Das Kabinett des Dr. Caligari, es un filme muy utilizado en las escuelas de cine, sobre todo por su importancia dentro del Expresionismo Alemán.
Paradójicamente, Das Kabinett des Dr. Caligari, fue más el final de un proceso, que el inicio de un cine expresionista, pues su carácter experimental era difícilmente asimilable por una industria que buscaba productos más comerciales.
Las producciones posteriores continuaron, en mayor o menor medida, la base argumental de Das Kabinett des Dr. Caligari, con historias, generalmente basadas en conflictos familiares, y una narración efectuada con flashbacks, y un montaje oblicuo y anacrónico, especulativo, haciendo que el espectador interprete la historia; en cambio, perdieron el espíritu artístico de Das Kabinett des Dr. Caligari, su revolucionaria escenografía, su expresividad visual, a favor de un mayor naturalismo, y plasmación más objetiva de la realidad.
Al primer expresionismo, de carácter teatral, el llamado “caligarismo”, sucedió un nuevo cine, el de Lang, Murnau, Wegener, etc., que se inspiraba más en el romanticismo fantástico, dejando el expresionismo literario o pictórico.
Estos autores, buscaban una aplicación directa del expresionismo al film, dejando los decorados artificiales, e inspirándose más en la naturaleza.
“That night saw the first of a series of mysterious crimes”
A pesar de que Das Kabinett des Dr. Caligari tiene ya más de 90 años, sus imágenes provocan un terror, que no le es fácil de igualar, ni siquiera a las mejores películas de terror modernas, que se valen de miles de artilugios para movernos hasta los huesos.
La construcción y el manejo de la historia, hacen que el espectador se envuelva en la trama, y se identifique con cada uno de los personajes, los espacios cerrados, y de formas poco usuales, nos hacen sentirnos incómodos, los movimientos lentos de los personajes los hacen parecer fantasmales.
En lo narrativo y temático, no se puede separar, que la crisis que atravesaba Alemania en 1919, podía tentar algún tipo de parábola, en la que se pueda identificar al Cesare dormido, como al pueblo alemán, llevado a la Guerra bajo la batuta mística del Káiser, y al director del manicomio, obsesionado por revivir en sí mismo, al Caligari mítico, como un Káiser persiguiendo el sueño del Reich.
Que, por analogía, se pueda reemplazar al Káiser con Hitler, para identificar así al nefasto hipnotista con el nazismo, salvaguardando así, lo que pregonan la mayoría de los teóricos, y libros de texto, es también, un triunfo del propio Caligari, en su afán de hacernos ver cosas que no son, y ocultar la que son.
Das Kabinett des Dr. Caligari es una pesadilla alegórica acerca del totalitarismo que se cebaría en Europa, haciendo horriblemente lícito, y extendido el terrorismo de estado, y el sometimiento de las masas sonámbulas, adormecidas.
Das Kabinett des Dr. Caligari, o sinónimo de poder absoluto absorbido por sus delirios de dominio, y destrucción, es el Estado terrorista que hipnotiza a las muchedumbres asustadas, ignorantes, y azotadas por la crisis económica, inculcándoles la violencia contra los “inferiores”
Es invariable el encono contra alguna “raza” indeseable, que se tacha como inferior, y la incitación al genocidio.
Aunque a escala reducida, el Caligari de Wiene, es un prototipo de fascista fanático, que odia a sus semejantes, y se sirve de sus habilidades manipuladoras, para llevar a término sus macabros planes.
No hay acuerdo sobre el significado profundo de Das Kabinett des Dr. Caligari.
Para unos, es una alegoría de la debilidad, e incapacidad de la República de Weimar para gobernar el país, y resolver sus problemas de paro, inflación y orden público.
Para otros, es una denuncia de la situación de angustia de Alemania, tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, y la humillación que supone para ella el Tratado de Versalles de 1919.
Para unos terceros, Das Kabinett des Dr. Caligari es una exaltación del poder, y la autoridad, aunque otros consideran lo contrario.
Algunos ven en Das Kabinett des Dr. Caligari una denuncia del desánimo de la juventud alemana, obligada por las circunstancias al ocio, la inacción, la somnolencia y la desesperanza.
Pero por sobre todo, Das Kabinett des Dr. Caligari se trata en efecto, de una película de terror, porque afronta, con esa imaginativa estética que imperó en los años 20, un tema escalofriante, que era totalmente vigente:
El ascenso de los regímenes totalitarios, que habrían de destrozar cerca de medio mundo.
Unos pocos consideran que Das Kabinett des Dr. Caligari carece de significados, situados más allá del sentido directo del texto y del relato.
Imagino que ya alguien lo habrá mencionado antes, pero la escenografía me recuerda a la pintura “Skrik” de Edvard Munch.
Esos decorados retorcidos, como de un ensueño agobiante, que siempre parecen a punto de desplomarse, esas líneas arremolinadas, emulan los trazos de un Vincent Van Gogh en pleno arrebato de tétrica inspiración, de un Munch transportado por la angustia que lo arrastraba.
Y es que, Das Kabinett des Dr. Caligari, va más allá del monstruo, y el científico loco, para jugar con el factor psicológico, elemento clave del film.
Todo lo que ocurre en la narración de Francis, desde los maníacos decorados, hasta los mismos rótulos, que de hecho, en la restauración de 1996, se trató de respetar los chillones rótulos originales, pasando por los personajes, especialmente los de Caligari y Cesare, depende de la psicología.
Entrar en el mundo de Das Kabinett des Dr. Caligari es viajar al fondo de la psique, al inconsciente, al interior de la mente humana.
Por eso, y por muchos otros motivos, que ustedes deberán descubrir, Das Kabinett des Dr. Caligari figura como una de las referencias ineludibles del cine clásico mundial.
A veces me imagino, como hubiese sido estar en una sala de cine, en la época de su estreno, y presenciar esta locura…

“Du musst Caligari werden”



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