An Affair To Remember

“Winter must be cold for those with no warm memories... we've already missed the spring!”

Cada generación tiene lo suyo:
Una cultura evolucionada hasta su lugar en el tiempo; particulares costumbres determinadas por el hombre y por el medio; recursos de época con los que resuelve sus necesidades diarias; una nueva visión de la vida con otras creencias y eternas reafirmaciones; especiales modas en el vestir, según el impulso de los industriales; nuevos avances tecnológicos, que mejorarán o empeorarán la existencia… y a eso se acoge la gente de cada época, por ello se inclina, y eso será lo que defienda con la obstinación habitual.
Este es un proceso natural de adaptación, aceptable y respetable, aunque casi todo el mundo se pierda la oportunidad de gozar las riquezas del pasado, porque sólo quiere vivir en el ahora, y disfrutar lo que es de hoy.
“Aquí y ahora”, piden los grandes maestros.
Pero, lo que se ignora, y esto no lo desconoce ningún sabio, es que algunas riquezas de las pasadas generaciones, son de eterna vigencia, sirven hoy, mañana y siempre.
Y el arte: literario, musical, pictórico… cinematográfico, si que tiene en su haber creaciones vestidas de eternidad.
Como un romance de ésos, de los años dorados de Hollywood, de los que surgen en mitad de un ambiente idílico, y en las circunstancias menos propicias, en el que 2 extraños pegan la hebra, y repentinamente, parecen hechos el uno para el otro.
Las conversaciones brotan en torrente, con suma facilidad, las bromas se alternan, los comentarios ocurrentes salen de los labios casi sin pensar…
Y sin decir nada importante, se lo están diciendo todo, devorándose los ojos, o con esos gestos que, menos comedidos que las palabras, delatan los sentimientos.
Es una química inexplicable, difícil de expresar en palabras, incluso después de milenios y milenios, uniendo a personas con esos lazos, que al instante, te hacen ver que estás ante alguien que te hace sentir realmente bien.
¿Por qué el corazón te late más deprisa, cuando estás con él/ella, y no te pasa eso con otros?
¿Por qué te entran esos nervios?
¿Por qué, cuando estás en su compañía, no quieres que el tiempo pase, y cuando no está contigo, deseas hacer girar más deprisa las agujas del reloj?
¿Qué más da, que ya tengas un compromiso matrimonial con otra persona, que te espera cuando el barco arribe a puerto?
Aunque te sientas culpable por ello, en el fondo sabes que es así.
Tu corazón te empuja hacia ese ser maravilloso que has conocido a bordo, en un crucero que, por más que el mundo se empeñe en negarlo, fue planeado por los hados, exclusivamente, para vuestro encuentro.
Pero aún no es el momento…
Hay explicaciones que dar a terceras personas, hay que prepararse para las eventualidades futuras…
Muchas cosas han dado un giro.
Seis meses será el plazo para aclararse, y arrojarse, definitivamente, desde el trampolín.
El Empire State Building será el cómplice y testigo de su unión…
O bien, Dios no lo quiera, de su desilusión.
“The Empire State Building is the closest thing to heaven in this city”
An Affair To Remember es una película estadounidense dirigida por Leo McCarey.
Protagonizada por Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Neva Patterson, Cathleen Nesbitt, Robert Q. Lewis, Charles Watts, Fortunio Bonanova, Marni Nixon, entre otros.
El guión es de Leo McCarey y Delmer Daves sobre una historia de Mildred Cram.
An Affair To Remember obtuvo 4 nominaciones al Oscar:
Mejor fotografía, música, canción y vestuario.
En la tradición de las películas románticas, An Affair To Remember entra al top 10 de aquellas, que no podemos dejar de ver.
La melancolía y la elegancia, le sirven a McCarey para llevarnos, sin sobresaltos de un género a otro:
Desde la alta comedia que comienza siendo, hasta el melodrama que define su último acto.
An Affair To Remember es un interesante clásico romántico, que aborda de manera inocua y puritana, el tema de la infidelidad, el sentar cabeza como consecuencia de un amor verdadero, que nace en terreno prohibido, y el sobrellevar los avatares del destino, que ponen a prueba la resistencia de los sentimientos.
An Affair To Remember describe, al principio, una historia simpática, dentro de un barco, en donde 2 personas comprometidas sentimentalmente, se conocen y se enamoran poco a poco.
Así deberán guardar las apariencias, y evitar los comentarios y las miradas de los demás tripulantes, quienes pueden llegar a escandalizar con sus lenguas largas, y poner en riesgo, los romances formales que están siendo traicionados en ese buque del amor vedado.
Luego, poco a poco, An Affair To Remember entra a desarrollar un típico culebrón, donde el destino se encapricha con separar a la pareja de tortolitos, quienes deberán pasar duras pruebas para poder llegar a la felicidad.
Las razones técnicas sobran:
Tenemos un guión original, con escenas románticas que en ese entonces eran innovadoras; a 2 estrellas, en toda la extensión de la palabra:
Cary Grant y Deborah Kerr que tienen buena química en pantalla, y que entregan actuaciones fieles, sin pretensiones, o intensiones ocultas, algo que es muy común entre los protagonistas de las cintas de este género, pero que en esta ocasión no tenemos que padecer.
Pero la cereza en el pastel, es su aportación a la cultura popular:
¿Qué puede ser más romántico, que citar al amor de tu vida, en la cima del Empire State?
Sí, con An Affair To Remember empezó la tradición de reencontrar parejas enamoradas, en lugares icónicos.
An Affair To Remember es una encantadora comedia dramática, y romántica dulce, divertida y triste, con un Cary Grant tan irresistible como acostumbra, y una Deborah Kerr deslumbrante y adorable, ambos aportando ese puntito cómico con sus atrayentes diálogos salpicados de golpes de humor, y que son, junto con la idílica y cálida fotografía en color de tonos saturados, vivos y atractivos para la vista, y la suave música, destacando las canciones interpretadas por la propia Deborah, y por los niños del coro, los elementos clave que convierten lo que podía haber sido una comedia amorosa corriente, en un regalo muy especial, que primorosamente, nos tendió Leo McCarey.
Quizás sea por la estética de la fotografía, o por la música, acertadamente enlazada con cada gesto y paisaje, quizás sea la inconmensurable actuación de Grant y Kerr, o simplemente que la historia hipnotiza por su belleza y crueldad a la vez.
Si alguien está dispuesto a reconocer, que puede enamorarse, disfrutará con An Affair To Remember que, desde la entrada en escena de sus protagonistas, hasta los créditos finales, nos plantea lo complejas, maravillosas, y estremecedoramente reales, pueden llegar a ser las relaciones humanas.
La acción dramática tiene lugar a bordo del trasatlántico “Constitution”, en uno de sus viajes de Europa a EEUU, en unas imaginarias islas atlánticas francesas, en New York City, y en Boston, a lo largo de unos 2 años, entre 1955 y 1957.
Un elegante pintor playboy, y una cantante de un club, se conocen a bordo de un transatlántico, y nace una historia de amor.
Aunque hay un problema... ambos están comprometidos.
Nickie Ferrante (Grant) es una celebridad en el mundo de la alta sociedad por sus famosos amoríos, no tiene empleo, y no sabe hacer nada, pero está comprometido en matrimonio con una mujer que tiene una fortuna de $600 millones.
Él viaja para casarse con la rica heredera norteamericana, Louis Clark (Patterson)
Por otro lado, Terry McKay (Kerr), una cantante de poca monta que viaja para reunirse con su amante, el empresario Kenneth Bradley (Denning)
Ferrante es simpático, ingenioso y culto, bajo la máscara de superficialidad y frialdad de playboy, oculta un espíritu sensible y enamoradizo.
McKay es elegante, guapa, ingeniosa y alegre.
Ambos disponen de un sutil y festivo sentido del humor.
Ahora, Nickie y Terry, se conocen en un transatlántico, se enamoran perdidamente, y se comprometen en casarse en una fecha y sitio especifico, pero las cosas no salen como lo planeado.
Al momento de atracar el buque, deciden unir sus vidas, se dan cita en el Empire State Building dentro de 6 meses.
Llegada la fecha, él la espera hasta la medianoche, pero ella no llega.
Un accidente de auto, trunca la felicidad anhelada.
Al final, él encuentra en un registro telefónico la dirección de ella, la visita y sin saber que ella está inválida, la ofende, por haberle dejado esperando, y por creer que ella se ha casado con el hombre que era su prometido.
Pero cuando entra en la habitación de ella, se retracta, pues ve una pintura que había hecho inspirada en ella; misma pintura que él, por medio del dueño de la galería de arte donde expone sus obras, le había regalado a una mujer desconocida, que no tenía dinero para comprarla, y además iba en silla de ruedas.
La historia de An Affair To Remember es memorable, habría que situarse en los años '50, para darse cuenta del su calado en unas relaciones de pareja, todavía aún puritanas.
An Affair To Remember destaca sobre todo, por la ingenuidad con la que se trata el tema de la infidelidad, que sin embargo es de agradecer ya que lo importante aquí es el amor, y no el sufrimiento de sus coprotagonistas, casi inexistente.
Aquí, la manipulación de los sentimientos es algo, incluso cómico, pero que resulta ser fatal, al fin y al cabo, siempre pensé que era el tema principal.
Una historia de amor con preaviso, y de cómo disfrutar de los regalos de la vida, sin que el sexo lo eche todo a perder.
Bien por la prestancia de Cary Grant, dando vida a un playboy que madura sentimentalmente, ante los contundentes efectos hechiceros del amor de una mujer especial, que le hace tomar conciencia, y responsabilidades sobre la posibilidad de formar una familia, dejando de lado la jarana propia de la soltería.
Acompaña bien en el protagónico, Deborah Kerr, para formar de esa manera, una pareja de novios comprometidos, a los cuales se les presenta el amor verdadero justo unos momentos antes de elegir, erróneamente, la decisión de casarse con las personas que no son apropiadas.
La secuencia final, volverá a acrecentar la fuerza emotiva, de una película que nos permite gozar con una pareja interpretativa de lujo, Cary Grant y Deborah Kerr.
El tema musical de Vic Damone, pone fondo para este agradable relato sentimental, con el Empire State Building como protagonista, que ahonda en el tema del amor, verdadero e incondicional.
Cabe resaltar que An Affair To Remember trata con cariño a los ancianos, y a los niños.
Propone un trato normal de las personas con discapacidad, merecedoras de una vida, en la que puedan desarrollar plenamente sus facultades y capacidades.
An Affair To Remember apuesta por el amor verdadero, que es generoso, sacrificado, y no conoce ni límites, ni barreras, ni condiciones.
La primera parte de la obra rebosa humor, especialmente conseguido, cuando los protagonistas tratan de huir de la atención general, las murmuraciones, las fotografías, y los malentendidos, y cuando llegan al puerto de New York.
Dos momentos destacan por la profundidad y agitación de los sentimientos que proyectan:
La espera en el piso 102 del Empire State, y la escena final.
An Affair To Remember es un filme que nos muestra, cómo el amor pega duro en la persona, de tal forma que inclusive, lleva al ser humano a perder el sueño, a cometer locuras, a dejar de lado la estabilidad económica, para ser sinceros a sus afectos.

“There must be something between us, even if it's only an ocean”



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