Dog Day Afternoon

“Attica!”

La década de 1970, fue un período de intensa lucha por el movimiento obrero norteamericano contra la disminución de los niveles de vida, el desempleo, y los ataques a los sindicatos.
En 1970, en EEUU, los trabajadores de correos salieron en su primer paro nacional de trabajo, y Nixon desplegó la Guardia Nacional como esquiroles para llevar el correo.
Esto fue seguido por una huelga de 2 meses, de cerca de 400.000 trabajadores de General Motors en los EEUU y Canadá.
En julio de 1971, los trabajadores portuarios cerraron todos los 56 puertos en la Costa Oeste.
Más de 50.000 estadounidenses habían muerto en La Guerra de Vietnam; y las universidades de la nación, y muchas ciudades, fueron periódicamente sacudidas por las protestas contra La Guerra de Vietnam y, en algunos casos, las ocupaciones de la Guardia Nacional.
En mayo de 1970, estudiantes que protestaban por la expansión de La Guerra a Camboya, fueron muertos a tiros por soldados de la Guardia Nacional en la Universidad Estatal de Kent en Ohio, y por la policía estatal en la Universidad en Jackson, Mississippi, lo que provocó una huelga estudiantil que paralizó los colegios y universidades de todo el país.
En 1971, los EEUU ampliaron los bombardeos en Laos; y en abril de ese año, más de medio millón de personas se manifestaron contra La Guerra en Washington.
Fue bajo estas condiciones de inestabilidad nacional, sin precedentes, y el aumento de la lucha de clases, que ocurrieron los hechos en Attica.
La burguesía tenía mucho que temer...
La rebelión de los prisioneros de la cárcel de Attica, fue un motín declarado el 9 de septiembre de 1971, en el Estado de Nueva York, donde los prisioneros asumieron la dirección del centro penitenciario, tomando como rehenes a los guardianes.
El hecho se produjo en el Centro Correccional de Attica, y estuvo provocado por las malas condiciones allí reinantes, por el trato de los guardias, y del director de la prisión y, también en parte, fomentado por los movimientos sociales y culturales que acontecían en el exterior.
El desencadenante de la rebelión, comenzó gracias a un conflicto menor entre prisioneros y guardias temprano ese día, que terminó con el castigo de 2 prisioneros.
Un rumor corrió, de que 2 prisioneros habían sido golpeados como castigo.
Varios guardas fueron hechos rehenes, y los presos tomaron el control de un patio de ejercicios.
Finalmente, el gobernador Nelson Rockefeller, ordenó a la Guardia Nacional el asalto del penal, que se saldó con la muerte de 43 personas, resultando heridas más de 80.
“El incidente que ha estallado aquí en Attica es el resultado de la opresión absoluta, causada por la administración racista de esta prisión.
Somos hombres.
No somos animales.
Y no intentamos que nos golpeen, ni nos manden como tal.
Lo que ha sucedido aquí, es nada más que el rumor antes de la furia de aquellos que están oprimidos…” dijo L.D. Barkley, vocero de 21 años, para los prisioneros rebeldes de Attica.
Mucha gente a la cual se le había enseñado a temer a tales presos, se enteró de la destrucción organizada de seres humanos conocida como el sistema carcelario.
Millones de personas conocieron, e hicieron suya la humanidad y valor de los presos, y la justicia de su rebelión y demandas.
¿Qué motivó a los presos a rebelarse?
Las condiciones en la prisión, construida en 1931, eran notoriamente brutales.
La atención médica era negada a menudo.
La comida era mala, y el saneamiento no existía.
Los guardias de prisiones, todos de raza blanca abusaban de los internos, predominantemente afroamericanos y puertorriqueños, y deliberadamente provocaron animosidades raciales.
Se le asignaba, a los prisioneros, un rollo de papel higiénico de un mes.
A los musulmanes se les negaba el derecho a celebrar los servicios religiosos, los periódicos estaban prohibidos en la biblioteca, y todo el correo era censurado.
Muchos jóvenes se encontraban en prisión por delitos menores, pero la fianza era fijada de forma rutinaria en niveles increíblemente altos.
Los presos más duros, se encontraban con los presos por infracciones menores.
Estas terribles condiciones, fueron la causa de la sublevación, pero pronto adquirió un carácter político.
La sociedad estadounidense en 1971, era un polvorín.
Las condiciones de reclusión eran sólo una expresión de una sociedad desgarrada por las contradicciones sociales.
Muchos de los jóvenes encarcelados en prisiones de Nueva York, habían estado influenciados por el aumento de nacionalismo puertorriqueño y negro, y organizaciones tales como “Las Panteras Negras” y “Young Lords”
Estas corrientes de oposición, crecían por el hecho de que el movimiento de derechos civiles había fracasado, para llevar a cabo cualquier mejora real de la mayoría de los jóvenes y las minorías.
Este fue el período de La Guerra de Vietnam y los acontecimientos convulsivos, tales como, el asesinato de Malcolm X en 1965, Martin Luther King Jr. en 1968, y, menos de un mes antes de la rebelión de Attica, el miembro de “Las Panteras Negras” George Jackson el 21 de agosto de 1971.
Los presos dieron inspiración a millones de personas… y fue eso, o sea, un potencial golpe contra la legitimidad del sistema entero, lo que el gobierno no pudo permitir que continuara, y por tanto, decidió reprimirlo con la violencia.
Aunque los presos no participaron en ninguna violencia después de la toma, las fuerzas armadas del gobierno, atacaron con una masiva brutalidad.
Por la mañana del día 13 de septiembre, helicópteros dejaron caer una nube asfixiante de gas CS, y dentro de 6 minutos, policías del estado dispararon 2.200 balas a la muchedumbre que no tenía armas.
Los francotiradores mataron a 29 prisioneros, en algunos casos, como L.D. Barkley, hubo asesinatos deliberados, y 9 rehenes.
Otros 89 presos resultaron lesionados de bala, y 319 más resultaron lesionados cuando los soldados ordenaron que todos se desnudaran, y gatearan por el lodo y vidrio roto, y obligaron a algunos a correr entre 2 filas de guardias que blandían garrotes.
El estado trató de encubrir sus crímenes, diciéndole a la prensa que los presos les habían cercenado las gargantas a los rehenes, e incluso le habían castrado a uno.
Pero al día siguiente, con valor el médico forense reventó esas mentiras, anunciando que todos los presos y guardias muertos, fueron asesinados por los francotiradores de la policía estatal.
Todo eso prendió una indignación generalizada, y brotes de protesta en grandes ciudades, sobre todo Nueva York, y en pequeños pueblos y a lo largo del sistema carcelario, al lanzar la gente el grito:
“Todos somos Attica”
“¡Attica quiere decir contraatacar!”
De hecho, en el año 2000, el juez Michael Telesca anunció una sentencia, según la cual, se debían de pagar 8 millones de dólares a 1,280 presos que fueron sometidos a maltratos y tortura, durante y después, de la revuelta y que sobrevivieron al ataque.
“Los demonios de Attica no han sido exorcizados.
Sus memorias pueden borrarse, pero sus sombras se sienten iguales” escribió Clyde Haberman para el New York Times en ese tiempo.
“Alright, Freeze!
Nobody Move!”
Dog Day Afternoon es una película estadounidense dramática con tintes de comedia, de 1975, dirigida por Sidney Lumet.
Protagonizada por Al Pacino, John Cazale, Charles Durning, Carol Kane, Chris Sarandon, Sully Boyar, Penelope Allen, Beulah Garrick, James Broderick, Beulah Garrick, Sandra Kazan, Marcia Jean Kurtz, entre otros.
El guión lo firma Frank Pierson, basado en los eventos de un robo de banco ocurridos en 1972, inspirada en el artículo de P.F. Kluge “The Boys In The Bank” en Brooklyn por parte de John Wojtowicz y Salvatore Naturile.
El robo tuvo lugar en una sucursal del Chase Manhattan Bank, en la Avenida 450 P en Brooklyn, en la calle tercera este, en Gravesend, de hecho, en 2012, el edificio sigue en pie, aunque ha pasado por diferentes usos comerciales desde 1972.
Curiosamente, al parecer Wojtowicz había basado su proyecto, en las escenas de la película “The Godfather” (1972) que había visto ese mismo día.
El motivo tras el asalto, era obtener 2.500 dólares para pagar una operación de cambio de sexo para Ernest Aron, el “marido” de John Wojtowicz, quien era bisexual.
Tras el asalto, John fue condenado a 20 años de prisión, y no consiguió el dinero; sin embargo, al realizarse Dog Day Afternoon, recibió 7.500 dólares, y pagó la operación de Ernest, quién se convirtió en Elizabeth Eden.
Wojtowicz fue puesto en libertad el 10 de abril de 1978, y Elizabeth Debbie Eden, muere de neumonía, relacionada con el SIDA en Rochester, Nueva York, el 29 de septiembre 1987.
En 2001, The New York Times informó de que John estaba viviendo del bienestar de Brooklyn y que murió de cáncer, el 2 de enero de 2006, a los 60 años, en la casa de su madre.
El artículo, en que se basa Dog Day Afternoon, fue publicado en la revista Life en 1972; y al ser estrenada en 1975, fue muy bien recibida por la crítica, algunas de las reseñas, hacían referencia a su tono “anti-establishment”
Cuando se filmó Dog Day Afternoon, el penal de Attica era un símbolo doloroso de los excesos de represión; y a ese sentimiento apelaba el personaje principal.
“Tell the TV to stop saying there's 2 homosexuals in here”
“Tarde de Calor” en su traducción correcta, es una historia original, divertida, alocada, y llena de vida que desde el primer minuto, interactúa con el público que acaba formando parte del espectáculo.
Dog Day Afternoon es el inicio de una historia de violencia, intriga, represión, y amor, que rompe con cualquier tabú social que pueda presentarse en la sociedad americana, en la que impera el capitalismo en los años 70.
También, sorprende como se duda de la honestidad policial, se hace héroes a los delincuentes, y se cuestiona la moral del espectador, todo ello con una mirada objetiva sobre los personajes.
Dog Day Afternoon fue ganadora del premio Oscar al Mejor Guión Original para Frank Pierson, y estuvo nominada como mejor película, director, actor (Pacino), actor de reparto (Chris Sarandon) y montaje.
Dog Day Afternoon, que ganó un Oscar al mejor guión, muy probablemente por lo que logra partiendo de una historia tan simple como un atraco fallido, atmósfera claustrofóbica, que casi nos hace sentir como un rehén más, temiendo un intercambio de disparos, o una reacción violenta de los atracadores, pero aún así, logra el efecto del inevitable “Síndrome de Estocolmo”
Quién no se alía con Pacino y Cazale, al apoyo que reciben de parte de los ciudadanos, los aprendices de atracadores, al poder de los medios de comunicación, que todo lo convierten en un espectáculo, al poder superior del FBI, que siempre pisotea a la policía local, al desvelo de la homosexualidad de Al Pacino, y que parece ser la razón principal de haberse gestado el atraco, y a otras pequeñas historias y situaciones, que no dejan ser representativas de la sociedad estadounidense de la época.
El título original en inglés, “Dog Day Afternoon”, hace referencia al período canicular en verano, durante el cual está ambientada la película. La canícula, período canicular, o días de las canículas, es la temporada del año en que el calor es más fuerte, tanto en el hemisferio Sur como en el Norte, desfasados 6 meses entre sí.
La duración oscila entre 4 y 7 semanas, dependiendo del lugar.
Aproximadamente a partir de esta fecha, cuando el sol a mediodía está a la máxima altura sobre el horizonte, empiezan los días muy calurosos.
Es decir, es cuando comienza la “canícula” / el tiempo de “perros en celo”
En lo que Dog Day Afternoon se refiere, el director Sidney Lumet es uno de los mejores maestros, en cuanto a la aplicación realista.
Dog Day Afternoon está perfectamente ejecutada, es una de sus mejores obras, y una de las mejores interpretaciones de Al Pacino, como un ladrón Bisexual.
La misma, propone una trama acogedora y realista, con el típico tema de robo de bancos, en el que todo sale terriblemente mal, que crea una tensión agobiante llena de suspenso.
Es una época muy realista, muy humana, y muy agradable de ver, ya que no estamos, todavía, ante películas de excesos de peleas y efectos especiales.
Dog Day Afternoon no necesitó efectos especiales, ni juicios de moral, ni escenas espectaculares, solamente una buena historia, un director eficaz, y un puñado de buenos intérpretes; y es que Dog Day Afternoon es un gran exponente del cine policial de los años 70.
Lumet nos brinda con Dog Day Afternoon, un filme que no solamente entretiene, sino que desarrolla temáticas sumamente interesantes a lo largo de todo su excelente metraje.
Dog Day Afternoon es una cinta que difícilmente encuadre en un género en particular, ya que estamos hablando de un filme, que en realidad, mezcla de manera asombrosa el drama, el suspenso, el policial, un poco de acción, y hasta toques de comedia, fabulosamente insertados en un guión que no tiene desperdicio.
Y aquí es donde me quiero detener, mayormente, a lo largo de la reseña, en su quizás sencillo pero impecable guión.
Lisa y llanamente, estamos hablando de un libreto que tiene de todo un poco, y fabulosamente, bien narrado por un cineasta como Lumet, que por aquel entonces se encontraba en un verdadero “Estado de Gracia”
Dog Day Afternoon es un filme original, por el patetismo y la inexperiencia de los personajes en sí, al querer cometer el atraco sin la suficiente planificación, ese es el elemento distintivo para que hoy día, sea considerado un clásico de culto.
Indirectamente, Lumet aborda a la idiosincrasia de la sociedad, que desconfiaba del gatillo fácil de policías, la prensa amarillista que se entromete, y la discriminación hacia los homosexuales que querían pasar de “la oscuridad a la luz” aprovechando la ocasión.
Dog Day Afternoon es un policial distinto, donde las idas y vueltas, terminan quitando nerviosismo y tensión, a las situaciones en sí del robo y toma de rehenes, para dar lugar a unos climas más relajados, pero no por ello, menos entrañables e intensos.
Sabemos que la buena narración de una cinta, ayuda enormemente al desempeño actoral de los personajes del mismo, y también sabemos que Lumet, siempre procura sacar lo mejor de cada uno de los actores que están bajo su mando, por lo cual un genio como Al Pacino, no sólo no tuvo ningún tipo de problemas en interpretar a su personaje, sino que francamente, y por lejos, es de lo mejor de Dog Day Afternoon.
Un muchacho que demuestra infinidad de sentimientos, y todos ellos tan dispares, que uno no puede llegar a creer, por momentos, que Dog Day Afternoon esté basado en un hecho real, ocurrido en 1972.
Un vecino de Brooklyn, Sonny Wortzik (Al Pacino), decide junto a otro inexperimentado delincuente, Salvatore “Sal” Naturile (John Cazale) robar un banco del mismo barrio de Nueva York, para conseguir el dinero que le demanda la operación de cambio de sexo de su pareja, Leon Shermer (Chris Sarandon), pero fracasan, al descubrir que el banco no tenía suficiente dinero en efectivo, el que había sido recogido horas antes.
La policía, luego el FBI, los medios periodísticos, y miles de curiosos, se hacen presentes, y todo se va transformando en un espectáculo.
Tanto algunos curiosos y rehenes, comienzan a simpatizar con Sonny, después que él sale a la calle a arengar a la gente.
Comienzan las negociaciones entre Sonny y el policía Eugene Moretti (Charles Durning), que pronto es reemplazado por el agente FBI, Sheldon (James Broderick), debiendo permanecer durante horas negociando, y manteniendo a varios rehenes.
Inclusive, Sal se preocupa más por los periodistas, que lo señalan como homosexual, que por su papel como asaltante.
La pareja de Sonny, Leon, a petición de Sonny, se hace presente en el banco, y explica públicamente sobre su relación con Sonny, y su condición de transexual y los motivos del asalto.
La acción continúa hasta la noche, cuando Sonny ya ha negociado con el FBI su traslado al aeropuerto junto con los rehenes.
Allí terminará el espectáculo.
Arrancando por una fabulosa presentación de lo que sería un sencillo robo, el director nos inserta, muy de a poco, en un impecable desarrollo de los motivos del mismo, y de las intenciones de los protagonistas principales, dándole un extremo y meticuloso trabajo, al cuidado del personaje principal, interpretado por un jovencísimo y genial Al Pacino.
De hecho, no tenemos aquí demasiadas escenas sin sentido, ni mucho menos estancamientos en el ritmo narrativo, por lo cual, una cinta que supera las 2 horas de duración, se irá pasando de manera tan rápida como francamente efectiva.
Lumet ensayó, varias semanas, con el grupo de actores que estarían encerrados en el banco: Pacino, su socio Cazale, y los rehenes; les animó, en contra de su habitual proceder, a improvisar, y esas improvisaciones se plasmaron en el guión definitivo.
El resultado es de una veracidad apabullante.
También, es cierto que Dog Day Afternoon gana muchísimo interés, cuando mezcla temas tan interesantes como es el mundo gay, y toda la controversia que esto genera, como así también, el hecho de mostrar el paupérrimo accionar policial, ante una situación extrema, o de prácticamente, reírse de cómo se maneja el temible periodismo sensacionalista en este tipo de circunstancias.
Todas las situaciones, emanan una inocencia tal, que se vuelven absurdas.
La ropa, los gestos, las reacciones... todo es simplemente encantador.
Toda Dog Day Afternoon se ve influida por el hecho, de que los ladrones no son más que unos patéticos inexpertos, que únicamente quieren el dinero sin haber planificado ninguna estrategia del robo.
Esto se ve perfectamente, como Pacino se hace un lío cuando intenta sacar la escopeta al principio del robo, y de que uno de sus compañeros abandone.
Ambos son perdedores, aunque cada uno con un matiz diferente:
Sonny tiene un gran corazón, y roba el dinero por amor; y Sal es un tipo callado que únicamente desea el dinero para salir de la mediocridad.
Cuando se dan cuenta, de que en el banco no hay dinero, su lamentable plan se viene abajo, y su poca profesionalidad sale a flote:
El atracador mediático, el compañero de fatigas, fantástico John Cazale, un tipo que, con pocas palabras, sabemos lo que está pensando, ve que todo va a salir mal, no quiere dejar escapar a nadie, y ve que su compañero la caga a cada segundo, así como la primera mujer del atracador, la segunda “mujer”, la madre, el policía negociador, el director del banco, las empleadas, destacando Sylvia “The Mouth” interpretada por Penelope Allen... y así, todos y cada uno de ellos, están fantásticos.
Por otro lado, Dog Day Afternoon es un alarde de montaje, no hay nada más que ver la escena de la conversación telefónica, del atracador con su amigo el travesti, el tal Leon; una conversación íntima.
No se puede imaginar que esté siendo escuchado, hasta que se lo dice el amigo, que no ha querido avisarle antes.
Entonces aparecen los rostros de los policías sujetándose los audífonos a la oreja, callados como putas, sin querer responder al cabreo de Sonny.
Impagable.
El otro punto perfectamente resuelto, está en las secuencias donde la tensión sube, durante el nerviosismo del atraco, resueltas con un humor muy acorde con el momento:
Sencillo y efectivo.
Las mujeres del banco que sufren como rehenes, no tienen ni mucho menos, la condición de meras espectadoras, sino que su actuación son también clave para considerar Dog Day Afternoon como una gran película.
Desde luego, hacía falta un fuera de serie para soportar el peso de una función así.
Hablamos del Pacino de los 70, de un loco del “Método”, del actor, probablemente, más intenso de la historia de El Séptimo Arte, de un animal de la interpretación.
Lejos de la sobreactuación en la que terminó cayendo, aquí Pacino se merienda la pantalla de cabo a rabo, sin caer en excesos; su rol de Sonny es, sin duda, uno de los mejores que ha dado el cine:
Tan patético como tierno, impotente ante el deseo de contentar a todos, sus planes siempre fallidos, un corazón demasiado grande para triunfar en el crimen.
No sólo eso, Pacino, además, arrastra consigo al malogrado Cazale, y al resto del reparto, haciéndoles mejoras; impresionante.
Desde que aparece ese personaje de Chris Sarandon, el resto de los protagonistas parecen cambiar de actitud ante él, e incluso le toman cariño por ser gay.
En el público, que aguarda fuera del banco atracado, también se instala un aire de cachondeo simpático, y cuando Sonny cachea a un policía que quiere entrar a negociar, se oyen varios silbidos de significación erótica, y gritos que le animan a aprovecharse de ese cacheo…
Impagable.
Además, se ha reunido un curioso grupo de la comunidad homosexual para apoyarle y corearle cada vez que sale.
Por lo demás, estamos ante una de las películas clásicas de los años 70, con héroe de la calle, y un tanto perdedor.
Era así el mundo en los 70.
¿Tanto hemos cambiado?
O desde su concepción, fue creada para divertir.
No lo sé y no quiero averiguarlo.

“I'm a fucking star!”



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