Life Of Pi

“Animals have souls...
I have seen it in their eyes”

Uno de los principales retos del cine es mentir de forma convincente; engañar al espectador de tal manera que, pasados algunos minutos, éste sea incapaz de diferenciar a aquellos personajes que ve reflejados en pantalla del mundo que lo rodea las 24 horas del día.
Ese magistral engaño, producto de un delicado balance entre guión y actuaciones, sin importar si se trata de una historia fantástica de ciencia ficción, o de un drama descarnado, es el único responsable de que en las salas de cine, lugares por demás seguros, y aislados de todo estímulo externo, los espectadores sean capaces de sumirse en el llanto más inconsolable, o en la más auténtica felicidad.
Ese preciso punto, donde nuestros ojos no creen, donde nuestra mente no encuentra lógica, es ahí donde empieza la vida, es ahí donde miramos dentro de nosotros, para descubrir que no hay nada más real que nuestro ser, pero no esa figura de carne y hueso que vemos en el espejo, no.
Nos referimos a ese ser emocional, ese ser espiritual que a fuerza de todo, prevalece siempre, pero que por desgracia, pocas veces queremos encontrarle.
Efectivamente, todas las religiones cuentan historias diferentes, pero todas tienen algo en común, la búsqueda de la bondad y justicia supremas.
La gente obvia por tanto, el sentido último de éstas, y se centra en sus relatos, luchando por saber cuál es el verdadero.
Al final, puedes escoger el que más te guste...
Los naufragios son historias arquetipos, que ponen de manifiesto el profundo miedo, angustia, y dolor de los humanos ante la soledad, o la inminente muerte.
Subirse a una nave, y enfrentar un espacio inmenso de distancias, de elementos, y de tiempos; como puede ser el mar, o el cielo.
Los límites del estrés se llevan a lo máximo, y la posible pérdida de todo aquello que nos define, como cultura, cosas, animales, familiares-amigos; desnudan al individuo, de toda identidad asumida, exponiéndolo ante 2 posibles caminos:
El suicidio, o la supervivencia.
La religión puede ser oscura, asfixiante, hipócrita y cobarde; pero también puede ser nuestro único asidero ante una situación tan complicada, que de nada sirve la fortaleza física o mental que poseamos.
Da igual que lo llamemos Dios, Ala, Buda o cualquier divinidad hindú.
Nos aferramos a ese poder superior, para suplicar que no nos arrebate a alguien querido, que podamos superar una mala racha, que salgamos vivos de un naufragio, tan atípico como poético.
Como conclusión:
Ser capaz de desvinculase del afecto negativo, escoger la vida sobre la posibilidad de morir, afirmarse en todo tipo de realidad, construyendo una identidad que de sentido a la particularidad de cada existencia.
Un hombre moderno, que asume el dolor creando su propia narración de los hechos de ficción y fantasía, que no busca alejarse de la verdad, sino trascenderla.
“He said you had a story that would make me believe in God”
Life Of Pi es una película de drama, aventura, pero sobretodo fantasía, de 2012 dirigida por Ang Lee.
Protagonizada por Suraj Sharma, Irrfan Khan, Rafe Spall, Tabu, Adril Hussain, Shravanthi Sainath, Ayush Tandon, Vibish Sivakumar, Gérard Depardieu, entre otros.
El guión lo firma David Magee, basado en la novela homónima, de Yann Martel, de la que incluso, llegó a decirse que era imposible de realizar.
11 Nominaciones al Oscar: Mejor película, mejor director, guión adaptado, cinematografía, diseño de producción, edición, sonido, edición de sonido, efectos visuales, banda sonora y canción "Pi's Lullaby"
Y ganó 4 Oscar: Mejor Director, Mejor Cinematografía, Mejores Efectos Visuales y Mejor Banda Sonora.

David Magee nos regala un fabuloso guión, que se mueve entre la fantasía y la realidad.
Si tomamos su punto de partida, podemos hacernos una idea de lo alucinante que llega a ser el relato de Life Of Pi, un joven que luego de un naufragio, queda a la deriva acompañado en un bote salvavidas de un enorme tigre de bengala, podría sonar casi hasta absurdo, pero no lo es.
La analogía entre el joven y su peculiar compañero, en conjunto con las situaciones que los rodean, se conjugan y cobran un sentido especial, todas las piezas encajan en su lugar de manera perfecta.
Life Of Pi, además de ser una admirable muestra de arte y talento, es una declaración de fe, y renovación, sobre todo, en el sentido de creer que aun podemos maravillarnos en el cine, que aun el cine es ese medio para conmovernos y hacernos volar a lo imaginable, bien esta dicho en el titulo del poster:
“Cree En Lo Increíble”
Lee ha pintado una maravillosa historia, dotada de lo último en tecnología en cuanto efectos visuales y de sonido, no se ha escatimado en planos, ni tecnicismos, para darnos la sensación más cercana, a la maravillosa historia que se cuenta, Life Of Pi es una aventura visual, un formidable susurro al corazón, que cuenta con una fotografía de Claudio Miranda, candidato fijo al Oscar, más que hermosa e impactante, el viaje de Pi es sobrenatural, de fuerza de voluntad, y valiosas oportunidades.
Ang Lee ya se había atrevido con el género del “wuxia” y con un western de vaqueros gays, con lo que decir que esta historia, sobre un humano y un tigre compartiendo un bote, era un reto casi ridículo.
Según palabras del cineasta de Taiwan, su intención era conseguir de una cinta de arte y ensayo, un trabajo para todos los públicos, sea cual fuera el lugar de origen.
A ello, además, hay que sumarle el carácter trasnacional de la producción:
Taiwán, India, Estados Unidos, se dan la mano en una cinta filmada en su mayoría sobre una pantalla verde.
¿El cine del futuro, o más bien el del presente?
Después de triunfar en prácticamente todos los géneros, Lee prueba en este formato, una película metafísica, sobre el sentido del hombre cuando pierde toda referencia con la civilización, y tiene que involucionar a su estado más primitivo si quiere sobrevivir.
Ang Lee siempre ha sabido buscar el drama humano, y transmitirlo de la forma más natural y cercana para el espectador.
Life Of Pi confirma que el director taiwanés, es capaz de contar cualquier género de historia, bajo el prisma más íntimo y humano que el cine puede ofrecer.
Este relato “new age”, en este caso, con la religión como objeto de reflexión y, en última instancia, tema que a Martel y a Lee les sirve para hablar del poder del relato, y de la necesidad de la imaginación para la supervivencia humana.
Pi se pierde en una eternidad de agua, pero está escrito en su nombre que así sea.
Piscine “Pi” Molitor Patel, lleva grabado lo líquido en su destino, y por eso también, se pierde en lo más profundo de su imaginación.
Referentes clásicos y evidentes, como la religiosa historia de “El Arca de Noé” o “El Libro de La Selva” sirven como algo más que de base, para el desarrollo de ciertas partes de Life Of Pi.
El tigre es tigre, y el hombre es hombre, y así están representados.
El juego mental que se traen ambos personajes, es digno de una mortal partida de ajedrez de otro mundo.
La dominación, la sumisión, el poder, o la victoria, son elementos tan nuestros, tan característicos de nuestra forma de ser, que plantearlos como parte de un amaestramiento, con una vida en juego, no puede ser considerado más que como una jugada brillante.
El inesperado bote salvavidas, se convierte en una improvisada y diminuta selva, donde no prevalecerá el más fuerte, sino el más inteligente y cerebral.
Desde ese momento, Life Of Pi se convierte en un thriller psicológico, con tintes de terror, con el verdadero género dominante, la aventura, como telón de fondo.
Porque a partir de aquí, todo deriva en una especie de “heat” donde dominar, o ser dominado, marca la diferencia entre la vida y la muerte, donde la razón libra una dura batalla contra la pura naturaleza, contra la bestia, la impulsividad, y el instinto.
Es esto una batalla, si, pero también, una demostración suprema del conocimiento que los animales poseen de los sentimientos, la rutina, y la familiaridad con los elementos, en este caso, el hombre que le alimenta.
Porque a pesar de todo, ambos deben alimentarse, y son conscientes de que se necesitan para vivir, para sobrevivir.
Es más, el miedo mutuo entre ellos, y su afán de superar al otro, es una de las grandes motivaciones para sobreponerse y seguir luchando.
El miedo nos mantiene vivos, y el enemigo, pendiente.
Una de las numerosas virtudes que acapara Life Of Pi es la de poder disfrutarlo a través de cualquier mirada, sea cual sea, todo el mundo descubrirá alguna cosa.
Life Of Pi será un clásico instantáneo e imperecedero.
La historia es fantástica, entrañable, a ratos cruel, y apalea el núcleo espiritual, sensación difícil de emular, de olvidar y de volver a sentir.
Una película épica, de las que siempre recordaré.
Desde un principio te involucras en la historia por el cariño que desprende el protagonista.
Visualmente perfecta, la banda sonora acompaña magistralmente a la historia.
Life Of Pi es una película hecha con delicadeza y sensibilidad.
Me ha emocionado, toda una lección, que al final, da lugar a la reflexión; la cual permite una doble lectura, para darle a la cabeza, y tener de qué hablar con los acompañantes... y ante todo Life Of Pi se trata de un filme único, muy personal y reconocible.
El hecho de atribuir esta función a las religiones, y asumirlo de forma explícita, nos plantea que el plano personal es su verdadero ámbito de actuación, alejado de los fundamentalísimos que pretender imponer al conjunto de la sociedad, las creencias religiosas como normas de conducta.
No puedo estas mas de acuerdo.
Life Of Pi es un todo un hito, un milagro cinematográfico, una proeza visual que traspasa la pantalla, y sumerge al espectador en un bello, pero desgarrador viaje de supervivencia y fe.
Majestuosos y poéticos planos llenos de vida, una historia que habla sobre la necesidad de creer, de aventurarnos, de no solo sobrevivir, la magia esta día a día, y Life Of Pi es una prueba de ello, lleno de enseñanzas varias, entre ellas el respeto a la vida.
Life Of Pi habla, tanto de la fe y la esperanza, como de la amistad, de la naturaleza y del respeto por la vida, ya sea humana o animal.
Aunque la temática religiosa impere en la historia, no pretende adoctrinar, tal y como su comienzo pueda hacer sospechar.
Todo lo contrario, Life Of Pi sugiere más que afirma, y deja a la libre interpretación del espectador, la valoración de los asombrosos hechos narrados.
Life Of Pi es un perfecto ejemplo de un correcto uso del flashback, el cual se convierte en el eje central para el desarrollo de la historia.
Life Of Pi es una película para degustar detenidamente, y sacar reflexiones al final.
Un mensaje fantástico, solo al alcance de los espectadores que dejen llevarse, más allá de lo que sus ojos ven en la pantalla.
Como en las buenas películas, todo tiene un mensaje oculto bajo una metáfora, un enigma que cuando se descubre, provoca en el espectador, esa tremenda emoción que solo el arte puede despertar en los seres humanos.
“With one word, my name went from an elegant French swimming pool to a stinking Indian latrine.
I was pissing everywhere”
Life Of Pi es una experiencia nunca antes vivida, desde esos deliciosos créditos iniciales en el zoológico, donde el 3D parece ya 4 o 5, una tensión que no decae, sentimientos buenos a tutiplén, lágrimas contenidas, y un tigre, protagonista absoluto, en una interpretación oscarizable por completo.
El preciosismo de las imágenes, el detalle cuidado, y la espectacularidad de todo lo que acontece en la pantalla, nos lleva a un mini Síndrome de Stendhal, en el que la respiración se entrecorta, los ojos se abren como platos, y la mandíbula inferior se nos desencaja...
Podríamos dividir Life Of Pi en 3 partes:
La primera es la crianza del joven Piscine “Pi” Molitor Patel (Gautam Belur) y su encuentro con la madurez.
La segunda es la aventura en el mar, que es la mayor parte de la historia.
Y la tercera, sería el desenlace narrado que contiene el mensaje principal.
Pi (Irrfan Khan) narra a un periodista (Rafe Spall) su vida e historia, que según él, le hará creer en Dios.
En su transcurso, vivirá una experiencia sobrecogedora.
Piscine Patel (Ayush Tandon) es un niño de 12 años, cuyo padre es el guardián del zoológico de Pondicherry, en la India.
Por su nombre, Piscine, es motivo de burla entre sus amigos y optar por ser llamado “Pi” como el símbolo matemático π ≈ 3,14159265358979323846...
Pero toda su familia:
Su padre Santosh Patel (Adil Hussain), la madre Gita (Tabu) y su hermano Ravi (Vibish Sivakumar) embarcarán en un buque de carga gigantesco, con destino a Canadá, con la intención de buscar una vida mejor en un nuevo país.
Sin embargo, las cosas no saldrán como esperaban…
En uno de los derroches más espectaculares de genialidad visual que he visto, el enorme barco japonés llamado “Tzimtzum”, en alusión al fenómeno de contracción divina con el objetivo de permitir la creación de realidades independientes; zozobra en medio del Océano Pacífico, entre caos humano, pánico de los animales del zoológico que llevan para venderlos en Canadá, y ese horror visual que transmite la inmensidad del océano en toda su negrura, quitándole la vida a prácticamente todos sus miembros, dejando al pequeño Pi, completamente solo, y que logrará alcanzar una balsa en la que poder refugiarse de morir ahogado.
Una barcaza que no se encuentra precisamente vacía.
A partir de ahora, Pi tendrá unos curiosos compañeros de viaje:
Un orangután llamado “Orange Juice”, una cebra, una hiena... y un precioso tigre de bengala llamado “Richard Parker”
El esmirriado protagonista, deberá aprender a sobrevivir, varado en medio de la nada, en compañía de una de las criaturas más feroces de la tierra, mientras combate el hambre, la desesperación, y la locura.
Así pues, nuestro joven tendrá que valerse por sí mismo y, por tanto, tendrá que aprender a cazar, a pescar, a enfrentarse a las situaciones más inverosímiles que le presente la naturaleza, y sobre todo, tendrá que aprender a dominar sus miedos ante el mar, y a superar las adversidades que se le podrán presentar, al convivir con un tigre, el cual, y llegado el momento y gracias a la astucia de nuestro joven héroe, se convertirá en un momento de la historia, en un gatito dócil, aunque luego cada cual tomará su rumbo.
Tanto Pi como Ang Lee, viven en una delgada línea que delimita 2 mundos, totalmente opuestos, que se enfrentan en una lucha eterna, que por momentos, encuentra puntos en común; y que cuando confraternizan, aportan plenitud y bienestar para el que las comprende y las contempla.
Pi vive en una delicada frontera.
Esa eterna duda, entre la fe y la ciencia.
Navegando a la deriva, en el bote de su propia tragedia; acompañado de su presente, pasado y futuro, su aventura es un viaje iniciático, que va más allá de la mera supervivencia.
Es la necesidad de amueblar el alma, con algo más que hechos.
Pi, no sólo lucha contra las adversidades que la madre naturaleza impone en su camino.
Su rival, es más grande, poderoso y dañino.
Pi se enfrenta, cara a cara, contra la desesperanza, la irracionalidad, y ese lado salvaje que todos llevamos dentro.
Su vida, tan sólo depende de su capacidad para creer, y obtener fuerza de esa fe, acomodándola a la realidad que le rodea.
Pi no es un profeta; ni siquiera nos obliga a abrazar ninguna religión o creencia; pero si nos invita a aceptar la fe como una luz, que de algo más de calidez a nuestra esencia más profunda.
Life Of Pi está plagada de momentos tan sublimes y bellos, que la butaca abraza al espectador, meciéndola entre los rincones aterciopelados de esta fábula.
Tanta excelencia, la consigue aprovechando al máximo, todas las posibilidades que le proporciona el lenguaje cinematográfico.
Planos maravillosos; unos desplazamientos de cámara que encogen el alma; una fotografía exquisita; y en definitiva un aprovechamiento total de los medios que están a su alcance; ofrecen a Ang Lee, la posibilidad de crear esta maravillosa película, y demostrar a aquellos escépticos, que de vez en cuando pierden la fe, que el cine es uno de los mayores vehículos para dejar volar la imaginación.
Tanto Pi como Ang Lee, viven a gusto en sus fronteras, y desde ellas, nos tienden la mano, y nos ofrecen la posibilidad de creer.
A partir de ahí, cada uno, elige su opción...
“Faith is a house with many rooms”
Es curioso sin duda, observar como un joven hindú, con una creencia inculcada en la que hay un dios para cada cosa, encuentra el cristianismo y lo hace suyo.
Igualmente lo mismo con el Corán y otras religiones.
¿El porqué?
Eso le pregunta el joven periodista.
La respuesta podría ser la búsqueda de Dios, abrazar lo mejor de cada una.
Pero éste detalle no será más que un cauce, para llegar a la respuesta lógica final de la historia.
Cuando el joven Pi es rescatado de la isla, y llora, tras ver como Richard Parker, el tigre, se adentra en la jungla sin mirar atrás, comienza la verdadera historia.
Ese momento que pone los vellos de punta, es el principio de una verdad.
Todo ocurre, cuando Pi cuenta a los periodistas japoneses, la historia de los animales, su trayecto con el tigre por el mar, y el encuentro de una isla carnívora perdida.
En ese momento, se les hace difícil escribir eso como artículo.
Y entonces, uno de ellos pregunta:
“¿Pero los plátanos flotan?”
Tras varios segundos, Pi, les cuenta otra historia.
Esta vez, los animales son suplidos por humanos, pero la dureza de lo sucedido es tal, que éstos acaban yéndose sin saber qué escribir.
Seguidamente, en tiempo presente, su amigo y periodista comienza a razonar, y se da cuenta del papel de cada persona, comparada con cada animal.
Su madre/el orangután, el cocinero/la hiena, el marinero/la cebra, y el joven Pi/el tigre Richard Parker.
“Ninguna de las 2 historias, explica por qué se hundió el barco”, dice Pi al final, “pero en las 2 historias yo sufro.
¿Con cuál te quedarías tú?”
Yo creo que todos nos quedaríamos con la del tigre.
“Pues lo mismo pasa con Dios”
El momento en el que el tigre se queda mirando a la jungla, sin mirar atrás, y adentrarse en ella, es la clave que da la respuesta al espectador para entender cuál es la historia verdadera.
El tigre era Pi, un ser que fue capaz de matar al cocinero, y vivir con la angustia y el aguante suficiente para llegar a tierra.
Al entrar en la jungla, y no mirar atrás, el tigre desapareció, y Pi no volvería a actuar así.
Su vida cambió a partir de ese momento.
El protagonista nos ofrece 2 versiones del naufragio del barco.
En una, el chico y el tigre se salvan la vida mutuamente, y acaban por desarrollar una especie de vínculo místico entre ellos, que les permite atravesar el Pacífico, mientras son testigos de las maravillas de la naturaleza.
En la otra versión del naufragio, el chico es testigo de los horrores de la condición humana y se enfrenta, solo y desamparado, al insoportable vacío del océano.
Pero quiero ir más allá.
El simbolismo de Life Of Pi:
Desde los nombres usados:
El humano llamado “Pi” y el animal salvaje llamado como humano “Richard Parker” y el enlace con la ciencia, el orangután llamado “Orange Juice” de manera despectiva.
Así como el nombre del barco japonés Tsimtsum anteriormente mencionado.
También podemos hacer referencia al elemento agua, como un elemento purificador en la mayoría de religiones.
Algunas de las doctrinas religiosas, que incorporan el ritual de lavado o abluciones son:
El cristianismo, el hinduismo, el movimiento rastafari, el islam, el sintoísmo, el taoísmo y el judaísmo.
Uno de los sacramentos centrales del cristianismo es el bautismo, y el cual se realiza mediante la inmersión, aspersión, o afusión de una persona en el agua.
Dicha práctica, también se ejecuta en otras religiones como el judaísmo, donde es denominada “mikve” y en el sijismo donde toma el nombre de “Amrit Sanskar”
Usualmente se cree que el agua tiene poderes espirituales.
En la mitología celta, Sulis es la diosa de las aguas termales; en el hinduismo, el Ganges es personificado por una diosa, y según los textos Vedas la diosa hindú “Sárasuati” representa al río del mismo nombre.
El agua es también en el vishnuísmo uno de los 5 elementos básicos “omahābhūta”, entre los que constan:
El fuego, la tierra, el espacio y el aire.
En el Taoísmo, el agua representa inteligencia y sabiduría, si bien, la abundancia extrema de este elemento puede causar dificultad de elección y apego a las cosas.
En el ciclo de dominación, el agua domina al fuego, y es dominada por la tierra.
Dentro de lo que pueda parecer una historia de cuento, sencilla, finalmente acaba con un mensaje devastador sobre la espiritualidad, y lo que la gente decide creer.
Life Of Pi no es una película de religión, es una cinta que nos cuenta una gran verdad, y que se adorna con una magnífica historia que nos hará vibrar totalmente.
“I suppose in the end, the whole of life becomes an act of letting go, but what always hurts the most is not taking a moment to say goodbye”
Durante las más de 2 horas, he vivido un experiencia cinematográfica brutal, fascinante, Life Of Pi es un viaje por una naturaleza increíble, y un camino hacia el destino que te invita a reflexionar sobre la vida, e incluso la muerte.
Curiosamente, durante los sucesos que posteriores al naufragio, y la lectura del manual de supervivencia, se comienzan a dar las pistas de lo que veremos a continuación:
La soledad, la fatalidad, la desesperación, la paranoia, la transformación, y la salvación.
Life Of Pi me ha sorprendido de forma grata, el guión, el argumento y en la narración; pasando a la dirección, antes de nada debemos destacar el uso de los animales muy realistas, muchos de los cuales nos hacen dudar entre la realidad y el CGI, y una escenografía que pone los pelos de punta.
Life Of Pi esconde un buen final, que al menos a mí, no me ha resultado predecible, será porque estaba tan maravillado con el punto de vista de la naturaleza que me ofrecía Ang Lee, que ni pensaba en el final.
Life Of Pi es también todo un logro narrativo.
Las secuencias se suceden con un sobresaliente montaje, sin que en ningún momento se resienta su extenso metraje.
El guión es excelente, con un empleo medido, y muy acertado de la voz en off.
Por otra parte, todo el desconocido reparto está espléndido, destacando sobretodo su protagonista, Suraj Sharma, quien consigue llevar sobre sus hombros de manera triunfal, el peso de Life Of Pi.
Un pilar fundamental, de Life Of Pi es la actuación.
Animales digitales aparte, el papel más importante y protagonista es el de Pi, y en él recae todo el peso de la aventura.
Irrfan Khan lo interpreta en su madurez, y un desconocido Suraj Sharma, es el elegido por Ang Lee, de entre miles de candidatos, para representar su juventud, y realizar uno de los papeles más complejos.
La decisión no pudo ser más acertada.
Suraj Sharma, quien debuta como actor, interpreta al joven Pi, y lo hace de manera fabulosa, logra imprimir una fuerza dramática impresionante al personaje. Las secuencias posteriores al naufragio del barco, cuando él se encuentra solo con el imponente tigre, y como poco a poco, ambos se van compenetrando, resultan verdaderamente impresionantes.
La profundidad emocional, y el verdadero significado de cauda una de esas escenas es asombroso, con cada acto de liberación, de desprendimiento, es cuando más se gana.
El personaje principal de Pi Patel es interpretado por 5 “personas”, ya que hay varias etapas de su vida reflejadas en Life Of Pi, sin embargo, las importantes son la de Irrfan Khan, el adulto, y Suraj Sharma, el joven que vive la experiencia en el mar.
Ambos, brillantes.
Uno con una carga emocional al contar la historia, y el otro al sufrirla.
De los demás actores destacaremos el cameo de Gérard Depardieu como odioso cocinero del barco, y más cameo aún de apenas segundos, el del propio director, Ang Lee, que sale justo cuando va a recibir comida del cocinero.
Ang Lee ha sabido hacer uso del ordenador con los animales, y ha sido de las mejores conexiones que ha habido entre actor y ordenador, pues resulta tan real que es prácticamente perfecta.
Uno se imagina, de la misma manera, que un servidor delante del ordenador, a Ang Lee delante del original de Yann Martel preguntándose:
¿Cómo diantres voy a darle forma a esto?
Y está el tigre, claro.
Además del agua, de lo líquido, del mar, y de la idea de no-lugar, está la representación de Richard Parker.
¿Cómo filmar, pues, a un humano compartiendo un bote con un gran felino?
El planteamiento no tiene mucho que ver con la planificación de la escena de un Hitchcock, por poner un ejemplo magistral, pero Ang Lee se defiende bastante bien.
A diferencia de la novela, en la que Martel otorga misma relevancia a las 3 partes que la componen, Lee potencia el segundo tramo del relato, la historia del naufragio de Pi junto al tigre, cebra, orangután y hiena y, mediante la alternancia de escenas íntimas, con la grandilocuencia del espectáculo digital, el ritmo de Life Of Pi no sólo no decae, sino que consigue tocar los resortes que quiere alcanzar:
Si el espectador no se emociona, con el primerísimo primer plano en 3D del tigre famélico, siendo acariciado por las manos de un Pi desesperado, no tiene sangre en las venas.
Hay imágenes que cuesta creer que sean verdad, y colores que parecen salidos de un cuadro de Kandinsky.
Solo por el barrido y el difuminado, merece todos los premios técnicos.
Además, las imágenes que han conseguido, refuerzan la forma de contarnos como estos 2 sujetos tan opuestos, tienen que aprender a convivir para sobrevivir.
Varios momentos desafiarán toda lógica, no lo dudo, pero como ya estamos metidos de lleno en las peripecias de Pi y Richard Parker, acaba dando exactamente igual.
Sobre la escena de la isla carnívora, a mí me parece muy interesante la metáfora.
Esa isla te da todo de día, pero te mata poco a poco de noche, es un claro ejemplo de que hay cosas en la vida que nos encantan y sucumbimos a ellas por placer, pero en cambio para sobrevivir, debemos enfrentarnos a nuestros problemas, y dejar atrás aquello que sólo nos hace feliz superfluamente.
Divagando con la isla, me da la impresión que es la ilusión o la previsión de la muerte segura; así fue vista desde un plano general de la misma en forma de una persona acostada en “rigor mortis”, donde siguiendo el manual de supervivencia, nos acordamos de la nota de lo peligroso que es entrar en la paranoia.
También, me gustaría comentar ciertas ideas, acerca del papel de Dios en esta historia.
Aunque pueda sonar un poco fuera de lugar, me atrevo a decir que Dios permite que Pi pase por todo eso, para que se dé cuenta que esconde un yo agresivo, y desenfrenado, pero no lo deja de lado, como podemos ver en el episodio de los peces voladores, los peces un claro ejemplo del símbolo mesiánico, Jesucristo, y la isla carnívora, como símbolo de muerte.
También, en parte porque como podemos ver, Pi tiene fe en Dios y esperanzas, como el episodio de la tormenta; aunque yendo más allá, siendo Richard Parker el personaje de Pi transformado en animal, Pi es Jesús, y la tormenta es Dios, y con los rayos, Jesús le hace ver su divinidad ante Dios...
Por otro lado, el tigre y Pi tienen una relación de lucha por la supervivencia, cooperación y conflicto por el liderazgo.
El tigre, como cualquier otro ser, es tu antagónico, pero a la vez lo necesitas para sobrevivir.
Todos tenemos un “tigre” dentro que nos hará debilitarnos en los momentos más duros, como queda representado al final de Life Of Pi, pero tenemos que aprender a domesticarlo, a hacer que cuanto más duro sea el reto, y más despreciable sea el tigre de nuestra ira, el que nos hará desistir, más fuerte sea nuestra fe en nosotros mismos, no tiene por qué ser un Dios.
En ciertos lugares de china, se considera al tigre como un símbolo sanador, donde los padres suelen hacer el símbolo del tigre en las cabezas de sus hijos, para evitar que se enfermen, decoran las habitaciones con las imágenes de los tigres, confiándole la protección de sus hijos.
El tigre de Bengala (Panthera tigris tigris), también conocido como tigre de Bengala real, o tigre indio, es una subespecie de tigre que habita en la India, Nepal, Bangladesh, Bután, Birmania y Tíbet.
Es la subespecie más numerosa y conocida de tigre, y se encuentra en una gran variedad de hábitats, incluyendo sabanas y bosques tropicales y subtropicales. Su piel es generalmente de color naranja o leonado; aunque existe una mutación genética, que produce que la piel naranja del tigre sea sustituida por el color blanco, a estos tigres se les conoce como tigres blancos.
Existe una mutación aún más rara, de la que existen menos de 100 ejemplares, todos en cautiverio, conocido como tigre dorado.
El tigre es un animal nacional en la India y Bangladesh, son carnívoros, y cazan desde pavos reales hasta búfalos asiáticos y gaures, incluyendo los grandes machos que alcanzan los 1000 kg de peso, pasando por toda una gama de presas.
El tigre es despiadadamente juguetón, y juguetonamente despiadado, y esto me trae a colación, el inevitable comportamiento animal, como aquella parábola de la rana y el escorpión…
Mucho más raros son los ataques contra humanos, aunque hasta hace un siglo, se sucedían con cierta frecuencia.
Se calcula que solo en Bangladesh, se producen unos 100 ataques al año.
En la tradición, el pueblo chino usa a la legendaria bestia, para referirse a otras cosas aparte de la grandeza y el valor.
Los tigres también, son metáforas convenientes para hacer sátiras de muchos aspectos negativos de la vida.
Otras costumbres relacionadas con los tigres en otras regiones orientales, como en Malasia, el curandero tiene poder para transformarse en tigre.
No hay que olvidar que en todo el sudoeste asiático, el tigre-antepasado mítico es visto como el iniciante.
El conduce a los neófitos por la jungla para iniciarlos, en realidad para matarlos y resucitarlos.
Por su parte, los conceptos fundamentales del Feng Shui son el Qi, el Yin y el Yang, los 5 Elementos, los 8 trigramas, el Bagua y el Luo Shu; y están basados en los principios taoístas de Lao Tsé.
El Qi es la fuerza vital, el Ruach para los hebreos, el Ki para los japoneses, y el Prana para los hindúes; y es lo que anima a todos los seres vivos.
Es la esencia sutil del universo, soplo de vida universal, la energía primigenia de los mundos.
En el feng Shui, el tigre es considerado protector, y se cree que si una persona coloca la figura de un tigre o felino, fuera de su casa u oficina obtendrá la protección.
Simboliza además en el budismo, la fuerza de la fe, del esfuerzo espiritual que atraviesa la jungla de los pecados, representada ésta por un bosque de bambúes.
Así, los tigres son un símbolo muy importante en el Hinduismo, simboliza la victoria sobre cualquier fuerza, o sobre todas las fuerzas juntas.
Un antiguo proverbio hindú dice que:
“Quien cabalga un tigre, no se baja fácilmente de él”
Por tanto, sí los que no creen en seres superiores, también pueden aprender de la fe, la fe como creencia en nosotros, y lo que nos rodea, como fuerza ante la adversidad, como seguridad en cada cosa que se haga, sin necesidad de seres divinos, no son necesarios.
Cuando digo que Life Of Pi es una fábula, me refiero a que hay un paralelismo entre la historia real, y lo que vemos.
Imaginad si la escena del orangután, la hiena y la cebra es fuerte de por si, como sería la misma escena con los personajes reales, pienso que Life Of Pi no sería recomendada para todos los públicos.
Según se entiende generalmente, la fe consiste en creer lo que no se ve.
Lo interesante de Life Of Pi es entonces que:
Lo que se ve: La historia del naufrago con el tigre, es lo increíble.
Lo que no se ve: La otra historia que el naufrago cuenta, es lo que parece más creíble.
Por tanto, el protagonista opta por contarnos una historia que no hay quién se la trague, pero que mezcla realidad con fantasía, para intentar explicarnos el porqué de su manera de actuar, de su instinto de supervivencia, del afloramiento de sus sentimientos, de su suerte; y de qué manera tienen su origen en Dios.
Curiosamente, esto es lo mismo que hacen las religiones, para explicar el porqué de las cosas mundanas, y su origen divino:
Principalmente lo hacen por medio de cuentos, fábulas, historias extraordinarias, parábolas, etc.
Es como si te preguntaran:
¿Qué historia te gusta más, si la Teoría de la Evolución o la de la Creación?
Y tú contestaras que te gusta más la Teoría de la Creación, por el simple hecho de ser más “bonita” y amena.
Pero, pensándolo bien, Pi no le pregunta al Escritor qué historia es la que acepta como verdad, sino que cuál prefiere…
Es decir, se nos pregunta si tenemos Fe.
No cabe duda que para creer a PI, se necesita más Fe que raciocinio, más espiritualidad que ciencia, los plátanos no flotan y la isla no existe en los mapas...
Fe, que según el cristianismo, es creer en lo que no se ve.
Curiosamente, las personas más escépticas con la ciencia-ficción, o el género de aventuras que prefieren un tipo de cine más “real”, suelen ser devotos creyentes, con toda la contradicción que eso conlleva.
Por tanto, hablamos de la utilización de la fe como elemento indispensable para creer en lo que Ang Lee nos muestra, ya que tanto la novela, como Life Of Pi, no esconden su predilección por la diversidad religiosa, sea cual sea.
Es más, el protagonista de Life Of Pi se confiesa admirador de más de una religión, ante el estupor del incrédulo periodista.
Pensamiento que tiene su justificación en la vivencia de una experiencia cercana a la muerte, casi extrasensorial en algunos casos, donde cualquiera de nosotros se hubiera agarrado a cualquier atisbo de esperanza, por pequeña que parezca, con tal de creer en algo, en una salvación, en una redención.
Pi experimenta de primera mano, la importancia de contar con algo superior al que orar, al que pedir explicaciones, o encomendarnos.
Sin ningún credo concreto, sin una configuración prototípica de Dios, abrazando por igual budismo, cristianismo, islamismo, etc.
En el comedido, y amable mensaje de Life Of Pi, se esconde una incendiaria idea sobre la existencia real de Dios, o la existencia interesada de Dios, sobre la que el hombre actual, no tienen ningún tipo de poder de manipulación, ya que depende de escritos antiguos, y testimonios que pueden ser verídicos, o representar una invención en toda regla, con el objetivo de agrupar a las masas en torno a algo que no puedan entender, para ejercer su control sobre ellos, con falsos profetas y mensajes ambiguos, o contradictorios.
Es cierto que la relación entre Richard Parker y Pi ocupa gran parte del metraje, pero obviar estas reflexiones secundarias, secundarias por ubicación en Life Of Pi, no por importancia, nos impediría recibir con claridad la información necesaria para hacernos nuestra propia idea.
La creencia en todos los dioses, implica a su vez la creencia en ninguno, y si escoger, en cambio, el camino de la fe, sin dogmas o palabras que dicten nuestro camino, e influyan en nuestra vida de algún modo.
Interesante es esa transformación, ya que vemos en algunas de las posiciones del personaje Pi, en primer plano, o en plano general, o primerísimo inclusive, cómo poco a poco, va adoptando características animales, tigresa, en este caso.
Y es que Life Of Pi plantea esta diferencia entre “mostrar” y “narrar”, y la utiliza de manera distinta a como lo hace una novela, según leí por ahí.
Así, y dentro de los parámetros que establece la narración cinematográfica de Life Of Pi, la historia maravillosa es la real, porque es lo que en todo momento vemos, con todo lujo audiovisual, que no sobra sino que tiene, según esta interpretación, una función verificadora de la historia maravillosa.
Si creemos en la otra versión de la historia, lo que estamos teniendo entonces, es una fe, en concreto una mala fe, porque no podemos afirmar que hayamos visto nada de eso, sino que sólo se nos narra.
La historia maravillosa de Pi, se despliega ante nosotros durante más de una hora, la historia desagradable de Pi está solamente contada en un par de minutos.
Hay, pues, una inversión de la relación entre fe y ciencia, respecto de la evidencia.
Porque de lo que tenemos evidencia es de la primera historia, no de la segunda, de la que sólo tenemos una garantía mediante un razonamiento analógico, o simbólico.
Si, como dice el padre de Pi, “hay que dar razones”, lo que hay que explicar es por qué parece más verosímil la segunda historia que la primera.
Podría contestarse que esto vale respecto a la narración cinematográfica, en tanto que discurso visual directo, pero que hay que tener en cuenta que todo lo que vemos está “puesto” como una historia que Pi cuenta al visitante/espectador.
Es decir, la historia maravillosa estaría marcada desde el principio, como un “confía en lo que te cuento” por parte del indio al escritor.
Aquí está el meollo:
Esto puede funcionar en la novela, no la he leído, porque en ella todo estará narrado del mismo modo, tanto la historia maravillosa como la otra, estableciéndose un juego de voces e interpretaciones legítimo, pero no funciona en el cine, porque hay una historia que se ve, y otra que no.
Esta asimetría altera el mensaje de Life Of Pi, en el paso de novela a cine.
Porque en la novela sí que la pregunta:
“¿Qué historia prefieres?”, plantea un dilema entre opciones iguales:
Ambas no explican el hundimiento del barco, ambas cuentan el sufrimiento de Pi, ambas son narradas.
Pero en la película, la pregunta:
“¿Qué historia prefieres?”, plantea un dilema distinto:
Ambas no explican el hundimiento del barco, ambas cuentan el sufrimiento de Pi, pero la primera la vemos, y la segunda no.
Que se marque la primera como una narración no es suficiente, porque en la pantalla lo experimentamos todo nosotros, mientras que la segunda historia, la aceptamos sólo en función de que seamos o no pesimistas antropológicos.
Es decir, la pregunta:
“¿Qué historia prefieres?”, en el cine está planteada sobre una inversión de la relación fe/evidencia que hace que lo racional sea aceptar la historia maravillosa, antes que la historia desagradable, que consideramos verosímil por fe, en la maldad humana.
Tal pregunta sería entonces equivalente a:
“¿Qué tipo de persona prefieres ser?”, ante una evidencia y una creencia, y no tanto a:
“¿Necesitas a Dios para dar sentido a tu vida?”, ante 2 evidencias iguales, pero opuestas, o ante la falta de ella en uno, u otro sentido.
La historia maravillosa no es tan maravillosa, y la historia desagradable no es tan desagradable.
En ambas, habría fosforescencias lisérgicas, peces voladores, ballenas espaciales, islas caníbales, y tormentas casi cósmicas, pero también violencia y miseria “hobbesianas”, exactamente las mismas.
Lo único que cambia es quiénes son el tigre, el orangután, la hiena o la cebra.
Es decir, el sentido de lo que pasa.
Y la pregunta de Life Of Pi, es una pregunta por el valor, o sentido, y nuestra relación con él, sólo secundariamente sobre su creador/divino.
Escenas… MUCHAS, desde los créditos, pasando por el naufragio, la parte de los peces que vienen hacia el bote, lo que ve Richard Parker en el fondo del mar, el mismo tigre en todo su esplendor, en fin, Life Of Pi es espectacular, un film con matrícula de honor, con efectos especiales al servicio del arte cinematográfico.
Y es que los efectos especiales en Life Of Pi, juegan un papel importantísimo en la historia, sinceramente, como proyecto de cineasta que soy, no creo que se pudiera llevar a cabo sin efectos visuales.
Aún así, estos no están pulidos al 100%, no es el resultado que aportarían empresas punteras en este ámbito como Weta o ILM, pero el espectador medio no notará la diferencia.
Ang Lee emplea la tecnología tridimensional, no como una mera herramienta de esplendor visual, sino como una pieza esencial y necesaria, para transmitir ese tono casi onírico, de una historia que respira realismo mágico desde el principio hasta el final.
Pocas veces el incremento del precio de la entrada de cine, ha merecido tanto la pena:
Matrícula de Honor.
Como dije, Life Of Pi nos presenta un relato lleno de misticismo, espiritualidad y aventura.
Es una cinta, que aunque su libro, por lo que dicen, es bastante simple y casi actúa de cuento, es en la película donde vemos todo un despliegue de artificio visual que afianza a Ang Lee como prodigio, pero no solo por el espectáculo, sino también por el contenido.
Aunque pueda parecer simple de argumento, e incluso a veces monótona, a mi no me lo pareció, es en sus últimos 5 minutos, cuando encontramos un mensaje y un ejercicio profundo sobre la verdad de la historia, y la propia vida.
A mi juicio, la pregunta que dirige el protagonista al escritor hacia el final, se la hace en realidad al espectador, y es la clave del asunto:
Puesto que ambas historias dejan sin explicar el naufragio, y a todos los efectos prácticos son equivalentes, Life Of Pi llega a ser una historia muy dura sobre la pérdida de la inocencia.
“You think tiger is your friend, he is an animal, not a playmate”
El compositor Mychael Danna realiza un score perfecto para Life Of Pi, con connotaciones hindúes, y muy al caso en los momentos de espectáculo visual.
El trabajo de Mychael Danna supone el significativo testimonio de 2 importantes cuestiones.
La primera de ellas, es la capacidad del compositor para asumir la banda sonora de una película de grandes presupuestos.
La segunda es motivo de celebración.
Se trata del hecho de encontrarnos frente al perfecto ejemplo de la banda sonora que, aún concebida como fondo musical, y carente casi en su totalidad de discurso musical, no renuncia nunca a reforzar la emoción de las imágenes de la película a la que acompaña.
De modo que es posible, puede hacerse música de calidad y que esta evite sobreponerse a la narración, sin ser nunca la protagonista del relato.
El objetivo es enaltecer, propagar los sentimientos que desprende la historia, también a través del plano sonoro, pero nunca servirse de él como narrador, ni como un mero indicador de las emociones que debe sentir el espectador.
A un lado pueden quedar las reacciones personales, en cuestión de percusión étnica, de instrumentos de la cultura hindú, o de desarrollos evidentemente comedidos.
Lo importante es reconocer el triunfo que supone encontrar una película de gran presupuesto, con una banda sonora que se aleje de todo convencionalismo, incluso cuando sus herramientas y recursos, son tan propias del score comercial.
Eligiendo algunas piezas, considero hermoso el comienzo con “Pi’s Lullaby”, que incluye voz femenina y una generosa percusión que estará presente a lo largo de todo el álbum.
La música se centra en el poder emotivo de la voz, para anunciar una historia que ante todo, estará basada en la belleza del gesto de lo humano como motor argumental.
“Pondicherry” es uno de los cortes que también ayudan a pensar en una filosofía de lo condescendiente, a la hora de confeccionar esta música, si bien escuchar la partitura completa disipa esa idea presente en los primeros cortes.
El tema de “Life Of Pi”, si es que puede determinarse alguno, es un sencillo motivo de 4 notas que suele enunciar una de las flautas a lo largo de todo el score.
La majestuosidad del trabajo puede percibirse a partir de temas como “Tsimtsum”, que incorpora de manera contenida, nada exhibicionista, un coro femenino para acompañar un pasaje sobrecogedor de esta partitura.
Es otro de los triunfos, incluso con la plantilla orquestal más poderosa y rimbombante, Mychael Danna consigue que esta música suene contenida, minúscula, que sólo funcione como sólido y reluciente acompañamiento, no exento de profundidad musical, pero nunca con deseos de protagonismo.
Un ejemplar uso de la percusión como potencial creador de atmósferas, y de la habilidad con la que Danna construye sus climas y ambientes sonoros es “The Whale”
En él, una comedida orquestación capaz de construir un panorama envolvente y ensoñador, se transforma en un elegíaco clímax lleno de sutilezas nada convencionales.
“Tiger Vision” es otro buen ejemplo sobre la capacidad de obtener una profunda emoción, sin que la música exceda siempre de ese segundo plano en el que desea encontrarse en todo momento.
Partitura nada complaciente, plena de soluciones sorprendentes.
“Back to the World”, que aglutina varios temas y pasajes en sus 8 minutos de desarrollo, puede considerarse padre del tema mencionado anteriormente, y también la más ambiciosa pieza de todas las que pueblan el álbum.
En ella, se dan cita todas las virtudes de la obra.
¿Cómo construir un tema memorable, sin que absorba la narración en la pantalla?
Aquí ocurre ese milagro, con un piano que aparece de la nada, y se adueña del corazón del tema para desvanecerse del mismo modo en que llegó.
Tal vez “Life Of Pi” sea más meritorio en tanto que se conozca la discografía del compositor hasta llegar a este punto.
Se trata de un trabajo maduro, enormemente calculado, con una grabación fantástica, que ayuda a apreciar la riqueza de las percusiones que se han incluido en la partitura.
Es inevitable pensar en la habilidad de Ang Lee como director, para extraer de los compositores con los que ha trabajado para el cine, muchas de sus mejores obras.
El sencillo triunfo que aquí acontece, no es sólo la de la ausencia de protagonismo, sino la de la maestría al servicio de la sensibilidad.
Sensibilidad de Lee.
Sensibilidad de Danna.
Regalo para el espectador/oyente.
“I suppose in the end, the whole of life becomes an act of letting go, but what always hurts the most is not taking a moment to say goodbye”
¿Qué es la verdad?
¿Y qué es la realidad?
¿Deben coincidir necesariamente, y siempre ambas?
Si la realidad la conforma el contraste de varias percepciones subjetivas:
¿Qué ocurre cuando tan solo disponemos de una sola percepción objetiva?
En este caso:
¿Coincidirá esa única percepción subjetiva con la realidad, es decir, con la verdad?
Seguramente, podría seguir haciendo preguntas que no tienen una respuesta única, quizás porque lo interesante es la pregunta, y no tanto su respuesta…
Life Of Pi es sin lugar a dudas, una gran experiencia cinematográfica, o sea, El Séptimo Arte; Life Of Pi es arte; arte a nuestro alcance.
Arte al alcance de los que no hemos nacido con el don de crear arte, pero sí de sentir una profunda sacudida, ante el sentimiento de experimentar la sublime creación de los que sí nacieron con el inexplicable don de tejer el arte para los sentidos, y para el pensamiento de los hombres comunes.
Life Of Pi es una vivencia excepcional, que debería estar al alcance de todos los hombres para reactivar nuestra vida.
El poder de la imaginación, y la fuerza de las palabras, han ganado una vez más al torrente poderoso de imágenes, y la música de la sala de cine; y sea como libro o como película, siempre tendremos Life Of Pi.
Como nos lo muestra, da igual a que religión pertenezcas, el hombre en situaciones de supervivencia, puede actuar con el arrojo y el instinto propio de los animales, con pertenencia a cualquiera de las religiones por igual, esto representa que todos somos iguales, tengamos la religión que tengamos.
Life Of Pi es una magnífica fábula, que marca la lucha de la inteligencia humana, contra el instinto natural del hombre, que se enfrentan durante el naufragio representado con la doble figura de Pi y Richard Parker.
Da igual la versión de la historia de Pi que te quieras creer, o da igual los ideales políticos o religiosos que tengas marcados en tu vida... vivirás y procederás de la misma forma según tu ser.
Con una sorprendente historia, Lee nos pone a todos en contacto con nosotros mismos, nos hace reflexionar, nos lanza al mar junto a ese “Pi” para que junto con él, encontremos el verdadero significado de la vida, y lo encontramos, de manera irónica, justo en medio de la nada.
Abandonados en un desierto existencial, no nos queda otra salida que escudriñar lo más profundo de nuestro ser para encontrar una salida, para no perdernos por siempre en el vacío.
Dicho lo cual, sí podemos afirmar, por qué no, que una de las posibles lecturas de Life Of Pi es esa unicidad de todas las criaturas en un “Todo Único”, una especie de Panteísmo de máxima trascendencia, que se detecta en varias religiones, teosofías, paganismos, y aun en los últimos descubrimientos científicos, desde los presocráticos, o Pitágoras hasta Buda; o el mismo Cristo, convenientemente leído.
El cacao religioso del chaval, es el enaltecimiento de la duda, pero también la intuición panteísta.
Las visiones que tiene en el mar, en especial la maravillosa de todas las criaturas convirtiéndose en la madre en las profundidades, abundan en esta idea.
También la ambigüedad del relato, manifestada en el último tramo de Life Of Pi, aporta más duda.
Todos sabemos cuál es la historia verdadera y terrible, ¿o es la luminosa la verdadera?
Los que preguntan por Dios ante el horror del mundo, pueden aquí seguir dudando.
Realmente, apabulla asomarse al otro relato tras 2 horas de poesía.
Así, Life Of Pi se convierte en una oda a la imaginación, en un homenaje a la literatura, y el cine, y todas las artes que nos hacen sumirnos en un mundo que no es real, pero que creamos con facilidad.
Pero a la misma vez, dota a la historia de un toque místico y filosófico, convirtiéndolo en un cuento maravilloso sobre las ganas de vivir.
Life Of Pi es la vida retratada en imágenes, es mirarse al espejo para reflexionar, es creer, es desprenderse para vivir, es encontrarse a un mismo, y con ello, parece que quieran reforzar la misma tesis del libro, no hay nada más importante, necesario y maravilloso para el ser humano, que la imaginación y preguntarse:

“Which story do you prefer?”